EUGENIO ÁLVAREZ DUMONT: MUERTE DE CHURRUCA
Si los lugares tuvieran memoria, seguramente pocos recintos guardarían en la ciudad <strong>de</strong> La Laguna tantas remembranzas como el Salón <strong>de</strong> Actos <strong>de</strong>l Instituto <strong>de</strong> <strong>Canarias</strong>. Memoria <strong>de</strong> personas que por él pasaron, <strong>de</strong> los actos en los que participaron, <strong>de</strong> cómo vestían, <strong>de</strong> cómo hablaban y <strong>de</strong> qué dijeron. Si nos <strong>de</strong>tenemos a observar y analizar las pinturas que cuelgan <strong>de</strong> sus muros y las placas que en ellos están fijadas, otras tantas figuras, personajes y situaciones reclaman ser rememorados. La Muerte <strong>de</strong> Churruca, lienzo <strong>de</strong> Eugenio Álvarez Dumont, ocupa todo el fondo <strong>de</strong> la sala, sin márgenes, como un gran ventanal que se abriese para contemplar la batalla <strong>de</strong> Trafalgar, comienzo <strong>de</strong>l final <strong>de</strong> España como potencia mundial e inicio <strong>de</strong> las convulsiones que acabarían con el Antiguo Régimen e iniciarían en nuestro país el difícil tránsito hacia el mundo contemporáneo. Enfrente, en la cabecera, los retratos gemelos <strong>de</strong> Fernando VII y <strong>de</strong> su hermano Carlos María Isidro, <strong>de</strong>l pintor Luis <strong>de</strong> la Cruz, recuerdan los altibajos, los avances y retrocesos, las sangrientas guerras civiles que dieron paso por fin al liberalismo. En ese tiempo agitado se sitúa el nacimiento <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> San Fernando, que funcionó <strong>de</strong> modo intermitente hasta su <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong>saparición en 1845 1 ; la supresión <strong>de</strong>l convento agustino, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> unos años <strong>de</strong> convivencia, en el mismo edificio, con la Universidad; y la creación <strong>de</strong>l Instituto. Un óleo con el escudo <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> San Fernando, y un diploma en latín que testimonia el establecimiento <strong>de</strong> la misma en 1817 son recuerdos <strong>de</strong> aquella institución. Sabino Berthelot visitó el edificio en 1825, cuando aún había en él frailes. Sus cánticos se oían, mientras el francés recorría, guiado por un bachiller amigo suyo, probablemente el lanzaroteño Elías Zerolo, sus <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias. En el claustro principal, junto a la puerta <strong>de</strong>l Aula Magna, una lápida señalaba la tumba <strong>de</strong>l historiador lagunero Núñez <strong>de</strong> la Peña. En el interior, los retratos <strong>de</strong> Fernando VII y <strong>de</strong> su hermano Carlos <strong>de</strong>coraban ya la parte <strong>de</strong>l aula reservada a los profesores 2 . Más a<strong>de</strong>lante refiere Berthelot cómo, en una segunda visita, asistió a la ceremonia <strong>de</strong> celebración <strong>de</strong> las pruebas <strong>de</strong> licenciatura en leyes <strong>de</strong> su joven amigo. Nos da así el primer testimonio ––que yo conozca–– <strong>de</strong> un 1 J. ESCOBEDO Y GONZÁLEZ ALBERÚ, La Universidad <strong>de</strong> <strong>Canarias</strong>. Apuntes para su historia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su primera fundación en 1701 hasta el presente, Librería General <strong>de</strong> V. Suárez, Madrid, 1928. 2 S. BERTHELOT, Misceláneas canarias, Francisco Lemus, Editor, La Laguna, 1997, p. 55. Francisco Fajardo Spínola 45
- Page 4 and 5: 160 Aniversario Instituto Canarias
- Page 6 and 7: CONSEJERO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y
- Page 8 and 9: Imaginemos una secuencia de aproxim
- Page 10 and 11: Por Real Orden de 21 de agosto de 1
- Page 12 and 13: El Instituto Canarias Cabrera Pinto
- Page 14 and 15: FERNÁNDO GARCIARRAMOS: SÁMARA. ES
- Page 17 and 18: EL INSTITUTO DE CANARIAS EN LA MEMO
- Page 19 and 20: DON ADOLFO Leo, con grata y serena
- Page 21 and 22: 10 de octubre de 1951, el articulis
- Page 23 and 24: cho, que entonces estaba en la carr
- Page 25 and 26: Conmigo fueron mis compañeros muy
- Page 27 and 28: cosa natural. En el primer año tuv
- Page 29 and 30: debía de parecer «propio» eso de
- Page 31 and 32: EVOCACIÓN LEVE DEL TIEMPO DEL CENT
- Page 33 and 34: Me contó en cierta ocasión maestr
- Page 35 and 36: levemente, unas pocas briznas de li
- Page 37 and 38: JOAQUÍN GONZÁLEZ ESPINOSA: PATIO
- Page 39 and 40: no queremos otra recompensa sino la
- Page 41 and 42: Anchieta, el conjunto universitario
- Page 43: EL SALÓN DE ACTOS DEL INSTITUTO. U
- Page 47 and 48: hubiera antes. Berthelot, que relat
- Page 49 and 50: las incidencias de la vida escolar.
- Page 51 and 52: Como recuerdo de la visita real que
- Page 53 and 54: lagunero fue recogida en la Revista
- Page 55: EL SALÓN DE ACTOS EN LA ACTUALIDAD
- Page 58 and 59: Me resulta muy satisfactoria la rec
- Page 60 and 61: que lo forman son distintas en cada
- Page 62: Por sus aulas pasaron figuras tan s
- Page 65 and 66: Cuando hace sesenta años mi padre,
- Page 67 and 68: No podemos descartar, sin embargo,
- Page 69 and 70: LA BIBLIOTECA DEL INSTITUTO DE CANA
- Page 71 and 72: La Biblioteca del Instituto de Cana
- Page 73 and 74: Química y al año siguiente un Com
- Page 75 and 76: DEL GABINETE DE HISTORIA NATURAL A
- Page 77 and 78: 80 Las donaciones procedían de pro
- Page 79 and 80: 82 DEL GABINETE DE HISTORIA NATURAL
- Page 81: 84 MARIANO DE COSSÍO: RETRATO DE A
- Page 84 and 85: LA GINETA. GENETTA GENETTA
- Page 86 and 87: menes de ambientes acuáticos, como
- Page 88 and 89: Destacamos algunas aves exóticas a
- Page 91 and 92: 94 PIEZAS DE LA COLECCIÓN DE PIELE
- Page 93 and 94: 96 También se encuentran en la exp
- Page 95 and 96:
98 son muy variadas, desde 1894 has
- Page 97 and 98:
100 Para terminar con los fondos re
- Page 99:
102 Lutzardo. Ambos participaron a