LA TESIS DEL "CRISTIAJNLSMO-^T^ENO" Y LAS REVISTAS ...
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L. MORTEAU E Y. LE PENQUER<br />
Cristianismo primitivo y judaismo.<br />
Pero todavía añaden nuestros autores, que di cristianismo primitivo<br />
estaba formalmente penetrado de espíritu judío. La fórmula,<br />
lo admitimos, es equivoca. Pues, quién lo duda, no es cuestión de<br />
negar aquí las raíces judaicas del cristianismo. Mucho más estricta<br />
que ninguna otra obediencia, la Iglesia Católica Romana se honra<br />
de haber guardado todo el Antiguo Testamento. Al contrario de muchas<br />
sectas que han rechazado la autenticidad divina de varios libros<br />
de la Biblia!<br />
Pero si se pretende una colusión judeo-cristiana en el cristianismo<br />
primitivo, en el sentido de que estuviera presente en la Iglesia<br />
de los primeros siglos, la orientación hacia donde la religión<br />
hebraica comenzó a orientarse, o sea hacia el Talmud y la Cabala,<br />
debe rechazarse rotundamente pareja insinuación sin necesidad de<br />
recurrir a ninguna demostración sutil; así de evidentes son los<br />
hechos.<br />
Pero no se trata sólo aquí de la Iglesia del cristianismo primitivo.<br />
Se trata del mismo Cristo. Del cual se puede decir que fue crucificado<br />
precisamente por haber rechazado ser ese héroe mesiánico y<br />
subversivo que los judíos esperaban para someterles el mundo. La<br />
respuesta tampoco se hizo esperar. Antes de ser injustamente proscrito<br />
por los paganos, el cristianismo primitivo tuvo como primeros<br />
enemigos, por primerísimos enemigos, a los judíos y al judaismo.<br />
Que los primeros cristianos hayan comprendido mal las repercusiones<br />
temporales de tal oposición es un problema que se puede discutir<br />
... Pero el hecho es que apenas algunos años después, los efectos<br />
de esta oposición fueron perentorios. Y fue en el mundo grecolatino<br />
pagano donde la Iglesia naciente progresó y se desarrolló.<br />
Hasta el punto de que todavía hoy algunos le reprochan esta<br />
alianza, si así puede decirse^ con el auténtico espíritu greco-latino.<br />
Y de este modo, una vez más, podemos emplear el género de argumentación<br />
invocado hace un momento. Cuando Rougier, Pauwels,<br />
de Benoist y sus amigos reprochan al cristianismo el haber "envenenado"<br />
la civilización greco-latina con mucha más razón, una<br />
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