15.05.2013 Views

LIBRO. Mujeres haciendo la historia - Alpaca Producciones

LIBRO. Mujeres haciendo la historia - Alpaca Producciones

LIBRO. Mujeres haciendo la historia - Alpaca Producciones

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Me vine acá, no entendía el idioma, no sabia nada de lo que se trataba. Yo me sentía<br />

como pez fuera del agua, muy rara, no entendía mucho. Si bien no puedo decir que me<br />

han maltratado o que me han rechazado, absolutamente, pero era yo <strong>la</strong> que me sentía<br />

mal. Había costumbres raras para mí. Tenía amiguitas en el barrio que tenían sus<br />

costumbres: el<strong>la</strong>s comían, hacían <strong>la</strong> siesta, se bañaban y salían con los vestiditos lindos<br />

a <strong>la</strong> calle. Yo no tenía ni lejanamente pensado eso; me parecía una cosa rarísima. ¡La<br />

siesta! Desconocía lo que era dormir <strong>la</strong> siesta. Después cuando comencé <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>, ni<br />

les digo. Bochazos por todos <strong>la</strong>dos. No entendía el idioma, no entendía <strong>la</strong> matemática<br />

que usaban acá, allá tenían otros métodos. Entonces cero, cero, cero. Después seguí<br />

bien. No repetí ningún grado, pero me costó. Fue bravo al principio.<br />

Yo encontraba acá a <strong>la</strong> gente más libre, que hacía lo que se le venía in mente, no te<br />

pedía permiso, no te decía gracias: cosas que nosotros estábamos acostumbrados. Ésas<br />

fueron <strong>la</strong>s mayores diferencias: <strong>la</strong> educación, <strong>la</strong> cultura y por supuesto <strong>la</strong>s costumbres.<br />

Sin embargo, hay lugares acá que por ahí me resuenan a algún lugar que yo me acuerdo,<br />

por ejemplo en Tandil, ver <strong>la</strong>s colinas sembradas me parecía estar en Italia, porque eran<br />

sembradíos con sus divisiones, muy prolijos.<br />

Estuvimos un tiempo viviendo en <strong>la</strong> casa de mi tía, que ya antes de <strong>la</strong> guerra lo l<strong>la</strong>maba<br />

a mi papá, le decía: “venite porque acá, se vive muy bien”. Mi mamá decía no. Y lo<br />

pudo sostener hasta después de <strong>la</strong> guerra, cuando no tenía más argumento para decir y<br />

tuvo que ceder, entonces vinimos por eso.<br />

Pero después nosotros nos fuimos a nuestra casa y mi mamá hacía <strong>la</strong>s comidas italianas.<br />

Después comenzó a incorporar <strong>la</strong>s comidas de acá, pero por ejemplo el mate nosotros<br />

no tomamos. El asado mucho tampoco porque <strong>la</strong> carne así no nos gusta, nos gusta <strong>la</strong><br />

carne más finita, otros cortes, otra forma de cocinar<strong>la</strong>. Además acá <strong>la</strong> abundancia de<br />

carne te l<strong>la</strong>ma <strong>la</strong> atención.<br />

En el piso de esta casa donde fui a vivir, había una familia francesa, una familia<br />

alemana, una familia húngara. Así que éramos todos extranjeros, nos llevábamos bien<br />

por eso. En general en <strong>la</strong> casa había muchos extranjeros.<br />

A los 28 años, seguí por ruta propia. Volví (a Italia) para hacer un viaje. A <strong>la</strong> vuelta<br />

comencé a trabajar ayudando a una institución de migrantes muy pobres. Y ahora<br />

trabajo con ellos. Son inmigrantes que están establecidos pero son muy indigentes. Son<br />

800 familias italianas. Entonces tratamos de juntar fondos, les damos alimentos,<br />

medicamentos, lo que nos dan los <strong>la</strong>boratorios, y ropa. El gobierno italiano da un<br />

pequeño subsidio, pero <strong>la</strong> gran parte del dinero lo ponemos nosotros. Por otro <strong>la</strong>do está<br />

<strong>la</strong> Asociación Psicoanalítica en donde hago grupos con migrantes.<br />

Una vez vuelta a <strong>la</strong> Argentina me casé también. Él es un argentino, argentino y le gusta<br />

el tango y yo no lo entiendo. Lo bailo pero no lo entiendo. Me encanta el folklore, lo<br />

bailo porque lo siento y realmente me encanta. Pero el tango no y mi marido bai<strong>la</strong> <strong>la</strong><br />

milonga y el tango. Las tradiciones son algo de uno, <strong>la</strong>s va mamando desde chiquita. Y<br />

venir acá, cuando escucha <strong>la</strong> tarante<strong>la</strong> uno se pone a bai<strong>la</strong>r, es natural. Yo sigo<br />

celebrando <strong>la</strong>s que he aprendido a celebrar mientras yo estaba en Italia. Yo estuve allá<br />

hasta los 11 años pero el idioma, <strong>la</strong>s comidas, <strong>la</strong> música, eso es algo espontáneo que te<br />

sale, que es difícil perderlo.<br />

Acá también encontré amigos italianos. Nosotros cuando vinimos teníamos todo un<br />

grupo de italianos con el que por supuesto estábamos siempre. Y nos gustaba. Después<br />

nos fuimos separando. Hice el colegio acá, así que tuve amigas argentinas también.<br />

Siempre hay lugares donde encontrar amistades.<br />

Una difícil decisión<br />

Mis papás hicieron esto por mejora familiar, tampoco se puede decir que lo hicieron<br />

porque se les ocurrió. Sufrían también por el hecho de estar acá, por haber tomado <strong>la</strong><br />

decisión, porque nadie los obligó.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!