17.05.2013 Views

El delincuente en el Código Maúrtua Manuel G. Abastos Profesor en ...

El delincuente en el Código Maúrtua Manuel G. Abastos Profesor en ...

El delincuente en el Código Maúrtua Manuel G. Abastos Profesor en ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

por una gran v<strong>el</strong>ocidad <strong>en</strong> los procesos int<strong>el</strong>ectivos. Son hipers<strong>en</strong>sitivos e hipersimpaticotónicos, con<br />

escasos o nulos poderes de inhibición. Por tanto, una disposición hipertiroidea es capaz de producir<br />

un estado de hiperemotividad, de g<strong>en</strong>io colérico y de impulsividad, juntam<strong>en</strong>te con una disminución<br />

de las facultades de dominio y s<strong>el</strong>f-control, propicios a los crím<strong>en</strong>es pasionales o impulsivos.<br />

De acuerdo con este cuadro, P<strong>en</strong>de pres<strong>en</strong>ta a los <strong>d<strong>el</strong>incu<strong>en</strong>te</strong>s pasionales y emocionales como<br />

sujetos hipertiroideos con (p. 734) sistema nervioso vegetativo excitado, hiperagitación y reflejos<br />

vasomotores; de temperam<strong>en</strong>to viable a la emoción; imaginativos y de rápido tramite psíquico;<br />

incapaces de una reflexión madura y, por tanto, de control sobre sus actos.<br />

¿Puede derivarse de aquí la afirmación <strong>en</strong>fática de que existe un tipo <strong>d<strong>el</strong>incu<strong>en</strong>te</strong> <strong>en</strong>docrino-pasional,<br />

un verdadero biotipo criminal condicionado por una anomalía de la tiroides? <strong>El</strong> profesor P<strong>en</strong>de y su<br />

escu<strong>el</strong>a están muy lejos de afirmar semejante cosa. La formula <strong>en</strong>docrina individual no puede servir<br />

de base exclusiva a la valuación médico-legal d<strong>el</strong> d<strong>el</strong>ito. La formula hormónica hay que <strong>en</strong>lazarla con<br />

<strong>el</strong> estado primig<strong>en</strong>io de los tejidos, con la constitución g<strong>en</strong>eral y parcial de los órganos. Mejor dicho,<br />

es necesario coordinar las anomalías harmónicas con las condiciones autóctonas d<strong>el</strong> cerebro y las de<br />

todo <strong>el</strong> sistema nervioso, y con los factores morbosos de la her<strong>en</strong>cia y los deg<strong>en</strong>erativos d<strong>el</strong><br />

ambi<strong>en</strong>te.<br />

No puede afirmarse -recalca P<strong>en</strong>de- que la predisposición al crim<strong>en</strong> o a la inmoralidad dep<strong>en</strong>da<br />

únicam<strong>en</strong>te de una influ<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>docrina particular. Las anomalías hormónicas no constituy<strong>en</strong> por si<br />

disposiciones sufici<strong>en</strong>tes y obligadas para <strong>el</strong> crim<strong>en</strong>, sino que repres<strong>en</strong>tan solam<strong>en</strong>te condiciones<br />

facultativas, que pued<strong>en</strong> ser reemplazadas por otras.<br />

La condición más importante y necesaria d<strong>el</strong> carácter criminal- explica P<strong>en</strong>de- es una anomalía de la<br />

constitución corporal, anomalía que toca sobre todo a la corteza cerebral, como lo prueban los<br />

exám<strong>en</strong>es histológicos d<strong>el</strong> cerebro de los asesinos. Las anomalías <strong>en</strong>docrinas son manifestaciones<br />

de un estado deg<strong>en</strong>erativo g<strong>en</strong>eral d<strong>el</strong> individuo que alcanza al cerebro y a las glándulas de<br />

secreción interna, los dos sistemas más s<strong>en</strong>sibles a todas las influ<strong>en</strong>cias deg<strong>en</strong>erativas hereditarias y<br />

exteriores. De aquí que, aun cuando las anomalías morales no se hall<strong>en</strong> subordinadas a las d<strong>el</strong><br />

sistema hormónico, es indudable que éstas ultimas agravan, de todo modos, manifestaciones de la<br />

constitución m<strong>en</strong>tal anormal.<br />

Planteada la cuestión <strong>en</strong> este terr<strong>en</strong>o, es imposible negra la influ<strong>en</strong>cia de la disposición hipertiroidea<br />

<strong>en</strong> la inclinación a los crím<strong>en</strong>es por pasión o impulsivos de ciertos sujetos deg<strong>en</strong>erados. La<br />

experi<strong>en</strong>cia demuestra, efectivam<strong>en</strong>te, que una gran cantidad de <strong>d<strong>el</strong>incu<strong>en</strong>te</strong>s pres<strong>en</strong>tan, de un lado,<br />

anomalías de la constitución corporal y, sobre todo, cerebral; y, de otro lado, desord<strong>en</strong>es d<strong>el</strong> equilibrio<br />

hormónico que disminuy<strong>en</strong> la resist<strong>en</strong>cia y <strong>el</strong> s<strong>el</strong>f-control de los c<strong>en</strong>tros m<strong>en</strong>tales superiores y su<br />

acción sobre los (p. 735) instintos de la preservación, de la propagación, de la def<strong>en</strong>sa y d<strong>el</strong> ataque,<br />

ya debilitados por un desarrollo inferior.<br />

Con igual caut<strong>el</strong>a P<strong>en</strong>de se produce <strong>el</strong> profesor Marañon, qui<strong>en</strong> sosti<strong>en</strong>e que las glándulas de<br />

secreción interna, “reguladores y adaptadores d<strong>el</strong> conflicto perpetuo <strong>en</strong>tre <strong>el</strong> ambi<strong>en</strong>te y la trayectoria<br />

individual, ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una responsabilidad importante, pero sólo parc<strong>el</strong>aria, <strong>en</strong> la resultante social de la<br />

vida de cada uno”. 78<br />

En la determinación de los actos humanos y, sobre todo, <strong>en</strong> los de carácter excepcional, influye<br />

poderosam<strong>en</strong>te <strong>el</strong> fondo emocional d<strong>el</strong> individuo. Y como la cantidad y la calidad de la emotividad<br />

son, <strong>en</strong> parte, función de la constitución <strong>en</strong>docrina, <strong>el</strong> estudio de ésta será también importante para <strong>el</strong><br />

juicio de aqu<strong>el</strong>los actos. Un hipertiroideo no dará un solo paso <strong>en</strong> su vida- dice Marañon- sin que <strong>el</strong><br />

temblor emocional le aligere o le haga tropezar.<br />

La emoción es la atmósfera de lo excepcional. Y como todo d<strong>el</strong>ito es un acto de excepción, su<br />

atmósfera hay que buscarla <strong>en</strong> <strong>el</strong> mecanismo neurohumoral que rige la capacidad d<strong>el</strong> <strong>d<strong>el</strong>incu<strong>en</strong>te</strong>.<br />

Especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los niños y <strong>en</strong> los jóv<strong>en</strong>es afectados de un desequilibrio de las glándulas<br />

paratiroideas, hay una indudable y estrecha r<strong>el</strong>ación <strong>en</strong>tre la irritabilidad, <strong>el</strong> humor áspero y arbitrario<br />

y la prop<strong>en</strong>sión a las actuaciones incorrectas o francam<strong>en</strong>te antisociales, y las frecu<strong>en</strong>tísimas formas<br />

de insufici<strong>en</strong>cia de esas glándulas, con su obligatoria hipocalcemia.<br />

Pero de aquí a hacer emanar la responsabilidad de nuestros actos, de nuestra situación <strong>en</strong>docrina-<br />

concluya Marañon- hay una distancia que ni <strong>en</strong> los mom<strong>en</strong>tos orgiásticos de las hipótesis es dado<br />

78 Próogo de Marañón al libro Nueva Criminología, por Quintiliano Saldaña, pág. 13.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!