Medicina Aeroespacial Y Ambiental - SEMA
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tervención que ofrecen algunas compañías aéreas y clínicas<br />
privadas, siendo un ingrediente central, junto con la<br />
relajación, de los paquetes multicomponente de tratamiento.<br />
Hasta la fecha únicamente en el estudio llevado<br />
a cabo por nuestro grupo de investigación 40 se ha tratado<br />
de evaluar el papel que juega la información aeronáutica<br />
en la reducción del miedo a volar. Los resultados muestran<br />
que la información per se no contribuye a reducir el<br />
miedo, como tampoco lo hace su combinación con la relajación<br />
muscular progresiva.<br />
Respecto a la relajación, existen tres estudios controlados<br />
en que se ha utilizado este procedimiento de forma<br />
aislada. En uno de ellos 27 la relajación es superior a la<br />
condición de control e igualmente efectiva que tres formas<br />
de exposición como son la desensibilización sistemática,<br />
la inundación y la implosión. En los otros dos estudios<br />
la relajación es menos eficaz que la exposición<br />
mediante realidad virtual 49 y que a la desensibilización<br />
sistemática 35 .<br />
Adecuación del tratamiento a la clínica del trastorno<br />
y tratamientos psicofarmacológicos<br />
El reconocimiento de la existencia de diversos componentes<br />
(miedos) en el miedo a volar ha planteado la<br />
posibilidad de que los tratamientos más ajustados a ciertas<br />
características del problema conduzcan a la obtención<br />
de unos mejores resultados. Aunque es posible intuir que<br />
un tratamiento más adaptado a las peculiaridades clínicas<br />
de cierto grupo de pacientes será más efectivo que uno<br />
que no lo esté, lo cierto es que no se dispone de datos<br />
que avalen esta hipótesis.<br />
El único estudio en que se ha buscado una cierta adecuación<br />
entre clínica y terapéutica del miedo a volar ha<br />
sido en el de Haug y colaboradores 50 . En este trabajo,<br />
una pequeña muestra de sujetos fóbicos fueron clasificados<br />
como "respondientes cognitivos" o "respondientes fisiológicos"<br />
según el canal de respuesta predominante en<br />
la expresión del miedo y se aplicaron dos tratamientos,<br />
entrenamiento en inoculación de estrés y relajación aplicada.<br />
Los dos tratamientos fueron efectivos, pero el método<br />
de tratamiento consonante obtuvo resultados superiores<br />
al no consonante. Este trabajo es, por tanto, un<br />
ejemplo de adecuación en cuanto al canal de respuesta,<br />
no en cuanto al componente.<br />
En el reciente estudio de Van Gerwen y colaboradores<br />
11 en el que se presenta una tipología específica de los fóbicos<br />
a volar, se concluye que si se confirma que el miedo<br />
a volar tiene diferentes componentes, el tratamiento<br />
podrá ser más específico. También se enfatiza que el hecho<br />
de que la mayoría de tratamientos para el miedo a<br />
volar sean idénticos para todos los pacientes y generalmente<br />
se lleven a cabo sin una adecuada evaluación<br />
diagnóstica puede ser problemático ya que pueden estar<br />
más ajustados a cierto tipo de pacientes que a otros.<br />
Por último, queremos hacer una breve mención a los<br />
tratamientos farmacológicos para la fobia a volar. Existe<br />
un amplio consenso sobre la ineficacia a medio y largo<br />
plazo de este tipo de tratamientos para el conjunto de las<br />
<strong>Medicina</strong> aeroespacial y ambiental. Vol. III Nº 1. Junio 2000<br />
fobias específicas 51,52 . De todos modos, se dispone de algunos<br />
estudios en que se demuestra la eficacia parcial,<br />
en comparación a un placebo, del alprazolam 53 y de<br />
beta-bloqueantes 5,54,55 en la reducción de algunos aspectos<br />
del miedo a volar en avión, aunque también se reconoce<br />
que no resulta deseable utilizarlos en combinación<br />
con estrategias de exposición, la técnica de elección en<br />
estos casos, ya que el fenómeno de disociación farmacológica<br />
disminuye su eficacia.<br />
CONCLUSIONES<br />
El miedo a volar en avión es un fenómeno muy frecuente<br />
que parece ser que afecta, en sus diversos grados,<br />
a más de un 25% de la población adulta. De todos modos<br />
los datos epidemiológicos reducen la prevalencia<br />
del trastorno fóbico a valores de entre el 3 y el 13%,<br />
afectando más a mujeres que a hombres. Se trata de un<br />
miedo heterogéneo, no unitario, que consta de diversos<br />
componentes, entre los que se incluyen el miedo a permanecer<br />
cerrado, a las alturas y a no tener control de la<br />
situación, aunque el miedo a padecer un accidente es<br />
considerado como el componente principal, aunque no<br />
único. En algunos casos el miedo a volar puede tratarse<br />
de uno de los miedos que constituye el síndrome agorafóbico.<br />
Existe además una elevada comorbilidad con<br />
otros miedos.<br />
Respecto a la etiología, los datos son poco concluyentes.<br />
Existe un porcentaje importante de casos donde el<br />
miedo a volar existe desde siempre, aunque tanto las vías<br />
de adquisición directas como las indirectas juegan un papel<br />
central en la instauración del trastorno, que tiene una<br />
edad de inicio tardía, a la mitad de la tercera década de<br />
vida, como ocurre para el conjunto de las fobias específicas<br />
situacionales.<br />
En cuanto al tratamiento, diversas formas de intervención<br />
cognitivo-conductual se han mostrado altamente<br />
efectivas en la reducción del miedo a volar. La conclusión<br />
que puede extraerse de la mayoría de estudios<br />
controlados es que la exposición es un elemento necesario<br />
para el éxito a medio y largo plazo de estas intervenciones.<br />
Debido a las especiales características de este<br />
problema, se ha utilizado de forma más frecuente la exposición<br />
en imaginación y la desensibilización sistemática.<br />
Las alternativas de tratamiento más recientes aprovechan<br />
el uso de las nuevas tecnologías, como el<br />
ordenador y la realidad virtual, con el objetivo de conseguir<br />
condiciones de exposición más cercanas a la situación<br />
en vivo, que tiene importantes limitaciones tanto<br />
económicas como de aplicabilidad en algunos casos. Es<br />
probable que estos nuevos procedimientos se conviertan,<br />
en un próximo futuro, en primeras opciones terapéuticas.<br />
Parece ser, además, que técnicas como la relajación<br />
y la información aeronáutica, presentes en la<br />
práctica totalidad de intervenciones multicomponentes,<br />
sean redundantes y que no incrementen la eficacia, e incluso<br />
en algunos casos la entorpezcan, de los procedimientos<br />
basados en la exposición.<br />
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