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Amelia Márquez Bravo<br />
Aparte de las innumerables obras de arte que la ciudad de Córdoba atesora,<br />
a través de los siglos y que constituye su valioso Patrimonio Histórico en materia<br />
de monumentos, pintura y escultura, al salir de este entorno, encontramos<br />
multitud de santuarios, conventos, eremitorios y casas de espiritualidad,<br />
que se expanden alrededor de la misma, buscando la mayoría de las veces,<br />
el lugar y clima apropiado para el retiro, vida de oración y recogimiento,<br />
en medio de los bellísimos parajes que nos brinda la sierra cordobesa.<br />
no de éstos, es el Santuario de Santo<br />
UDomingo de Scala Coeli (Escalera del<br />
Cielo), que a siete kilómetros de Córdoba,<br />
San Álvaro de Córdoba, fraile dominico, funda<br />
el primer convento reformado de la<br />
Orden.<br />
Para tal fin, compra en el año 1423, el<br />
lugar conocido por la Torre Berlanga, por ser<br />
un sitio parecido al de los Santos Lugares de<br />
Jerusalén, donde había estado unos años<br />
antes, ya que era muy devoto de la Pasión<br />
de Nuestro Señor. Por eso bautizó alguno de<br />
éstos, como Getsemaní, Cedrón, Tabor y el<br />
Calvario donde aún perviven las tres cruces.<br />
Al principio se albergan en la Torre, destinando<br />
la parte baja a capilla y la superior a<br />
vivienda, pero al poco tiempo se construye<br />
la iglesia y el convento. De estas edificaciones,<br />
no se conserva nada, aunque parece<br />
ser que eran pequeñas y muy sencillas.<br />
Al convento que edifica le pone el nombre<br />
de Santo Domingo, en honor del fundador<br />
de la Orden y en el año 1425, funda el<br />
Vía Crucis, en recuerdo de la Pasión de Jesús,<br />
para poder realizar un camino semejante<br />
al que realizó Cristo en su Pasión. San<br />
Álvaro, fiel discípulo del Señor, se dedica a<br />
la oración y al sacrificio y a través de su vida<br />
y obra renace una espiritualidad que entu-<br />
<strong>DE</strong><br />
Nuestro patrimonio histórico<br />
Santuario de Santo Domingo de Scala Coeli<br />
siasma a los cordobeses. Muere en este convento<br />
en 1430 y está enterrado en la capilla<br />
que lleva su nombre.<br />
En el año 1530 y con el consentimiento<br />
del Sr. Obispo Fray Juan de Toledo, los<br />
monjes se trasladan con sus enseres y mobiliario<br />
al convento de los Santos Mártires<br />
de Córdoba, al lado del río y al de San Pablo,<br />
hasta que en el año 1534, la Orden de Predicadores<br />
nombra a Fray Luis de Granada,<br />
Prior del Convento, con el encargo de que lo<br />
reconstruya material y espiritualmente. Es<br />
aquí donde escribe el “Libro de la Oración y<br />
Meditación” entre otros. De esta época es<br />
la imagen del llamado Cristo de San Álvaro,<br />
que se encuentra muy restaurada.<br />
Ya a finales del el siglo XVI, se funda la<br />
Hermandad de San Álvaro de Córdoba,<br />
que con sus aportaciones y trabajos logran<br />
restauran el Santuario, que se encontraba<br />
muy deteriorado. El Obispo fray Martín de<br />
Córdoba ordena construir una capilla para<br />
colocar el sepulcro de San Álvaro, al lado de<br />
la epístola. Esta capilla es de planta rectangular,<br />
dividida en dos tramos cubiertos con<br />
bóvedas de aristas que se decoran con yeserías<br />
repintadas en varios coloridos.<br />
En el siglo XVIII, se realizan dos retablos,<br />
en el de San Álvaro, destaca su busto,<br />
R<br />
5<br />
sobre una peana de plata y contiene varias<br />
reliquias del Santo. En el retablo frontal, está<br />
la imagen del Beato Padre Posadas en<br />
la parte principal y en las laterales pinturas<br />
de Santa Catalina y de Santa Rosa.<br />
En el ático, la Virgen de la Fuensanta y<br />
otros cuadros que reflejan hechos de la vida<br />
de San Álvaro.<br />
Es muy importante la restauración llevada<br />
a cabo a finales del siglo XVIII, con el<br />
Padre Ferrari, que construye el coro bajo,<br />
detrás del retablo mayor y decora toda la<br />
iglesia con pinturas murales, los retablos y<br />
las esculturas.<br />
La iglesia es de una sola nave, cubierta<br />
con bóveda de cañón y está decorada<br />
con pinturas murales relacionadas con hechos<br />
de la Orden de Predicadores. El retablo<br />
mayor realizado en el año 1740, es de<br />
estilo barroco, de gran belleza, en madera<br />
sin dorar y ocupa todo el presbiterio, tiene<br />
tres cuerpos separados por columnas salomónicas<br />
y el ático. Las imágenes son: Santa<br />
Rosa de Lima, Santa Catalina de Sena,<br />
Santo Tomás de Aquino, Santo Domingo<br />
de Guzmán, San Pedro Mártir y San Jacinto.<br />
La Virgen del Rosario se encuentra dentro<br />
de un manifestador en el centro y pertenece<br />
a la escuela sevillana.<br />
Con la desamortización de Mendizábal,<br />
se derriba el convento, dejando sólo la<br />
iglesia, pero a mediados del siglo XIX, la<br />
Cofradía del Santísimo Cristo de San Álvaro,<br />
realiza varias reformas, como es la fachada,<br />
y con la devoción popular, el retorno<br />
de la Orden de Predicadores en 1900 y<br />
la Hermandad, consiguen, que esta devoción<br />
llegue hasta nuestros días.<br />
Por los años cincuenta del siglo XX,<br />
gracias a la ayuda prestada por Don Baldomero<br />
Moreno se llevan a cabo diversas<br />
obras en el convento, para dejarla convertida<br />
en residencia religiosa y en 1992 se<br />
erige en la explanada del Santuario, el monumento<br />
dedicado a San Álvaro.<br />
A través de este sucinto relato, se puede<br />
imaginar la cantidad de vicisitudes por<br />
las que ha tenido que atravesar este sagrado<br />
recinto a través de los siglos, pero gracias<br />
a la obra realizada por San Álvaro y la<br />
semilla que dejó sembrada, con su devoción<br />
por la Pasión de Cristo, sigue viva en<br />
Córdoba y la Hermandad del Stmo. Cristo<br />
de San Álvaro renueva cada año con su<br />
impulso, la vistosa Romería, el último domingo<br />
de abril.[]