Spiderman-tambien-tiene-frio-Promo

llevarle más de diez minutos resumir lo más destacable, a
saber: tengo una tienda de comics de mi propiedad que
constituye, junto a los dos Anillos consecutivos que conquisté
con los Portland Trail Blazers en modo leyenda con
el NBA2K8 y contando tan solo con los refuerzos de Gilbert
Arenas y Jose Manuel Calderón, más la liberación de
la Francia Ocupada en el Company of heroes en el breve
espacio de tres semanas y no sin antes perder a un buen
puñado de mis mejores muchachos; mis mayores logros en
la vida. Bueno, es cierto que también tenía una novia a la
que adoraba, veneraba, idolatraba, reverenciaba y todos
los sinónimos que figuran en wordreference.com del verbo
“Amar”. Lo que sucede es que al principio de todo este
embrollo no estaba muy seguro de que Sara, así se llama
ella, fuese a seguir siendo mi novia durante mucho más
tiempo.
Y una vez aclarado todo esto creo que merece la pena
que escuchéis lo que tengo que contar.
Me llamo Fernando Martín y esta es mi historia.
Madrugada de la Nochebuena de 2010.
Hacía frío.
Al salir a Alcalá dejando atrás la calle Barquillo, una
ráfaga de aire helado consiguió que me estremeciese y que
todo mi cuerpo se encogiese, retrayéndose sobre sí mismo
como un flotador al que ya se le ha escapado todo el aire.
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