Progreso economico y pappel del gobierno.pdf - Archipielago Libertad

para calificar para el subsidio hasta que el precio más alto del activo capte el
precio del subsidio. En cada caso, los beneficiarios potenciales competirán
para cumplir los criterios hasta que disipen la mayor parte del valor neto del
subsidio. Como resultado, la ganancia neta del beneficiario será
substancialmente menor que la cantidad del pago del subsidio. Esto explica
porqué los programas de subsidios generalmente han fracasado en elevar el
bienestar de los presuntos beneficiarios.
Desde luego, cambios no anticipados en los programas de subsidios
pueden generar ganancias temporales o pérdidas para varios grupos. Sin
embargo, una vez que el programa se institucionaliza, la competencia eliminará
la rentabilidad mayor anormal de alguna actividad que aumente la posibilidad
de calificar por un favor del gobierno.
Hay una tercera razón para la falta de efectividad de los subsidios:
los programas que protegen a los beneficiarios potenciales contra la adversidad
resultante de sus imprudentes decisiones estimulan opciones que incrementan
la probabilidad de la adversidad. Los subsidios hacen dos cosas a los
beneficiarios potenciales: (a) hacen que las consecuencias de la adversidad
sean menos severas, y (b) reducen los incentivos de los potenciales
beneficiarios para que tomen acciones que eviten la adversidad. El problema
surge debido a que estos dos aspectos ejercen influencias conflictivas. Por
ejemplo, los subsidios del gobierno de primas en áreas de huracanes hacen
menos costoso a la gente el protegerse así mismo contra pérdidas económicas
resultantes de un huracán. Dado que la protección es más barata, sin embargo,
se estimula a la gente a construir en áreas propensas a los huracanes. Como
resultado, el daño de los huracanes es más grande que lo que hubiera sido de
otra forma. La compensación por desempleo provee otro ejemplo. Los
beneficios hacen menos costoso para los trabajadores desempleados rehusar
ofrecimientos de trabajo existentes y continuar buscando un mejor trabajo. Por
lo tanto, los trabajadores invierten más tiempo buscando trabajo y, como
resultado, la tasa de desempleo es más alta que sería el caso de otra manera.
Si usted subsidia algo, usted obtendrá más de ello. Los subsidios contra
la pobreza no son excepción a esta regla. Las transferencias dirigidas hacia los
pobres estimulan estilos de vida de más alto riesgo (por ejemplo, el uso de
drogas, salirse de la escuela o de la fuerza de trabajo, madres solteras con
hijos, disolución marital, y abandono de los niños por los padres). Todas estas
opciones tienden a incrementar el número de gente que es pobre. Estos
efectos secundarios pueden no ser muy importantes en el corto plazo. Sin
embargo, en el largo plazo, son muy severas las consecuencias negativas no
intencionadas. En adición, los subsidios del gobierno para combatir la pobreza
ahuyentan los esfuerzos privados de caridad de parte de las familias, los
individuos, iglesias, y organizaciones cívicas. Cuando se imponen más tributos
para resolver un problema los individuos y grupos privados, en forma
predecible ajustarán su conducta y harán menos para aliviar el problema.
Desde un punto de vista económico, no sorprende el fracaso de los
programas de subsidios que van desde precios de soporte a los agricultores
hasta los combates a la pobreza. Cuando se consideran los efectos
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