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38 IV IV CONGRESO INTERNACIONAL UNIVERSITARIO SOBRE LAS CIENCIAS DE LA LA SALUD Y Y EL EL DEPORTE
A pesar de los datos limitados que sugieren
que el ejercicio intenso y/o de larga duración
exacerba los síntomas en los pacientes
con SFC (8, 20, 21), cuando el estímulo es
sufi ciente, los síntomas empeoran entre las
6 horas y los 5 días post-ejercicio, pudiendo
mantenerse hasta 2 semanas (7, 8).
El ejercicio demasiado intenso (22, 23),
o un incremento signifi cativo del 30% en la
actividad (24), desencadena la enfermedad
post-esfuerzo, una situación que se presenta
en el 95% de los pacientes con SFC (25).
Esta mal post-esfuerzo no está presente en
otras patologías que cursan igualmente con
fatiga (depresión, artritis reumatoide, lupus
eritematoso o esclerosis múltiple (26), convirtiéndose
este hecho, síndrome de fatiga
post-esfuerzo, en uno de los mejores predictores
de SFC, de gran utilidad en el diagnóstico
diferencial con otras enfermedades (27)
En cualquier caso, las diferencias encontradas
en la literatura pueden atribuirse al uso de
diferentes protocolos (tipo, intensidad, duración,
etc.) que ocasionarían respuestas fi siológicas
distintas, mostrando y ocultando la aparición de
esta exacerbación sintomática (18).
Los mecanismos por los cuales el ejercicio
provoca la exacerbación de los síntomas
no son bien conocidos, pero se ha sugerido
que un ejercicio de sufi ciente intensidad y
duración ocasionarían lesión muscular asociada
a respuesta infl amatoria, disminución de
la función inmunitaria, activación anormal de
las neuronas motoras cortico-espinales y/o
estrés psicológico (7, 28).
Hay un grupo de autores que piensan que
entre las consecuencias de la enfermedad
post-esfuerzo, los sujetos con SFC desarrollan
“kinesiofobia” o “miedo al movimiento” (29),
evitan la actividad física, y entran en una situación
de mala adaptación al ejercicio, reduciendo
su condición física y perpetuando su
enfermedad (30, 31). Este hecho se considera
fundamental para comprender la importancia
del ejercicio gradual como terapia del SFC.
La debilidad física que acompaña a los pacientes
con SFC está asociada directamente
con una baja condición física derivada de su
inactividad, y de un bajo umbral para percepciones
somáticas específi cas (32). Dicho esto
demostró que un incremento en la fuerza y
capacidad de ejercicio conseguidos mediante
ejercicio gradual, incrementó los niveles de
bienestar en estos pacientes (32).
Otros autores se han opuesto a esa visión.
Así Friedberg et al (33) y Lapp et al (34)
encontraron que determinados pacientes con
SFC tienen su capacidad energética al máximo,
sugiriendo que estos pacientes sufren el
desacondicionamiento físico como consecuencia
de la naturaleza crónica, debilitante y fi -
siológica de su enfermedad.
Tampoco Lane et al (35) encontraron justifi
cación a la teoría del desacondicionamiento
previo, pues demostraron que los pacientes
con SFC tienen un metabolismo muscular
energético alterado, que no puede ser explicado
por una baja condición física previa.
Nijs et al (36) concluyeron que la kinesiofobia
no está correlacionada directamente con
el nivel de condición física, ni con las limitaciones
de actividad, que muestran los pacientes
con SFC.
Incluso hay autores como Gallagher et al
(37) que niegan la presencia de la kinesiofobia
en estos pacientes.
TRATAMIENTOS
Entre los objetivos que se plantean los distintos
profesionales con los pacientes del SFC
se incluyen: controlar síntomas, monitorizar
el nivel actividad, rentabilizar la energía, incrementar
el nivel de actividad, mejorar la
función y mejorar calidad de vida (7). Para
ello se pueden utilizar diferentes alternativas:
consejo profesional, terapia cognitiva conductual,
manejo de actividad-reposo-relajación,
terapia con ejercicio gradual, higiene del sueño,
tratamiento farmacológico para el dolor, el
ortostatismo, el estado de ánimo, etc.
Los tratamientos que han mostrado mayor
efectividad son la terapia cognitiva conductual,
con altos porcentaje de mejora (38), y
la terapia con ejercicio gradual que mostró,
igualmente, efectos signifi cativos en grupos
concretos de pacientes (15).
TERAPIA CON EJERCICIO GRADUAL
El éxito de la terapia con ejercicio comienza
por cambiar las creencias y convencer a los
sujetos con SFC que no es necesario sufrir y
que es posible evitar el síndrome post-esfuerzo
tras la actividad o ejercicio físico, evitando
así comportamientos de evitación que difi cultarían
la adhesión a los programas (39).
El modelo etiopatogénico psicosocial del
SFC es el que mejor sustenta la teoría para
recomendar ejercicio gradual en pacientes
con esta enfermedad (38), pues propone que