2012 Noviembre - Cinemateca Uruguaya
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michelangelo<br />
antonioni<br />
en su centenario<br />
E<br />
l pasado 29 de setiembre se cumplieron<br />
cien años del nacimiento de Michelangelo<br />
Antonioni, uno de los<br />
nombres claves del cine italiano y<br />
mundial. Ya se sabe que los números redondos<br />
son un buen pretexto para recordar a los<br />
famosos. Eso, y la calidad de su cine, justifican<br />
este ciclo recordatorio.<br />
Nació en Ferrara, Italia, en el seno de una familia<br />
de clase media. Estudió en Bolonia economía<br />
y comercio, pero pronto se dio cuenta<br />
de que el cine le interesaba más. Llegó a<br />
Roma en 1939 y logró entrar a trabajar como<br />
crítico en la revista Cinema, nominalmente dirigida<br />
por Vittorio Mussolini (el hijo del Duce),<br />
en la que irónicamente escribían muchos de<br />
los jóvenes antifascistas que luego promovieron<br />
la aparición del neorrealismo.<br />
Algo que escribió no debió gustar, sin embargo,<br />
porque el joven Antonioni fue despedido<br />
de la revista al poco tiempo. En 1942 comenzó<br />
a estudiar cine en el Centro Sperimentale<br />
de Roma, y al mismo tiempo se aproximó a la<br />
industria en busca de trabajo. En 1942 libretó<br />
un piloto regresa, una ficción de propaganda<br />
al servicio de la Fuerza Aérea fascista dirigida<br />
por Roberto Rossellini. Hay seguramen-<br />
sala cinemateca 10 cinemateca uruguaya<br />
te pocas películas propagandísticas tan poco<br />
propagandísticas en la historia del cine: en<br />
cada plano se advierte el desinterés de Rossellini<br />
y Antonioni por su asunto.<br />
En los años siguientes siguió escribiendo para<br />
otros directores (i due foscari, 1942, de Enrico<br />
Fulchignoni, sobre pieza de Lord Byron;<br />
caza trágica, 1946, de Giuseppe de Santis),<br />
y realizó algunos documentales, pero el gran<br />
paso adelante lo daría en 1950, cuando debutó<br />
como director de largometrajes con pasión<br />
prohibida (Cronaca di un amore), una<br />
película importante por varias razones.<br />
cronaca di un amore rompió con la tendencia<br />
del neorrealismo entonces al uso, con su<br />
directa “atención social” y su preocupación<br />
por las clases populares. Sin arriar la bandera<br />
de un realismo crítico y cuestionador, Antonioni<br />
apuntó su cámara a un ambiente de<br />
clases media y alta, y descubrió en él rasgos<br />
de insatisfacción y fracaso vital que no dependían<br />
de la situación económica. También mostró<br />
ya un dominio de la herramienta audiovisual:<br />
el drama de sus personajes se reforzaba<br />
por los esmeros de fotografía y el melancólico<br />
solo de saxo a cargo de Giovanni Fusco en<br />
la banda sonora.<br />
Algunos de esos rasgos se reiterarían en el<br />
cine que hizo inmediatamente después (los<br />
vencidos, 1952; la dama sin camelias,<br />
1953; las amigas, 1955). A partir de el grito<br />
(1957) y especialmente en la famosa “trilogía<br />
de la incomunicación” que vino inmediatamente<br />
después (la aventura, 1960; la noche,<br />
1961; el eclipse, 1962), Antonioni pulió<br />
un estilo hecho de tomas largas, tiempos<br />
muertos, planos secuencia que seguían a personajes<br />
que caminaban hacia destinos inciertos.<br />
El público de Cannes no entendió la aventura<br />
y el film fue abucheado, pero ese estilo tenía<br />
un sentido: expresaba en imagen y sonido<br />
las búsquedas y las incertidumbres de los<br />
personajes.<br />
Antonioni lo reiteraría con variantes en el desierto<br />
rojo (1964), añadiéndole un magistral<br />
manejo del color, cuyos cambios expresaban<br />
los estados de ánimo de sus criaturas.