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Un hombre gigantesco, lentos tranquilo<br />
La cara y la caricatura<br />
La planta y el porte del general<br />
De GauUe no eran corrientes.<br />
La voz profunda, como<br />
dicha delante de un cazo,<br />
en pendiente hacia los extremos<br />
del patetismo y de la estilística<br />
inflexión irónica, elocuencia<br />
directa sin concesiones,<br />
voz hech^ para decir frases, lapidaria.<br />
Nariz notable, emparentado<br />
por ella con poderosos<br />
nobles y burgueses, memorable<br />
de tanta realeza Su esta tura<br />
destacada, siempre en pie; últimamente<br />
graye y pesada, acrecida,<br />
más imponente. Brazos inmensos<br />
para la V de la Quinta<br />
República, para componer<br />
—;apoyados en la mesa—^impresionantes<br />
actuaciones en la televisión.<br />
(Siempre mesa por<br />
medio, para evitar ser domesticado<br />
por la pantalla familiar.)<br />
La mueca de husmeante y enterado,<br />
de distraído y mandón.<br />
Una planta fácil para la caricatura.<br />
En De GauUe fue suficiente<br />
la figura, la caricatura, para<br />
conocer lo que c o m p ortaba.<br />
Bastó dibujar su consistidura<br />
para saber su c o n s istimiento.<br />
Daba la cara, transparentaba el<br />
talante. Estaba perfectamente<br />
caracterizado para su papel.<br />
Este dejarse ver no se estima,<br />
ciertamente, como virtud<br />
política. Por ello, la mayoría<br />
de las veces hay que añadir a<br />
la caricatura de los políticos<br />
algo tomado de las circunstancias,<br />
bien en el traje, en la cabeza<br />
o en el paisaje, o hacerles<br />
decir de palabra toda la gracia.<br />
Como no dan la cara resultan<br />
indescifrables. Otros tienen tanta<br />
cara que es irreductible a<br />
unos cuantos trazos. La caricatura<br />
es coíno un rumor. Si las<br />
cosas van mal, se prohibe incluso<br />
las caricatura, el rumor.<br />
Vuelve así a la historia de las<br />
naciones la secreta fuerza del<br />
enigma, del oráciüo, de la esfinge,<br />
del mito, de lo irracional.<br />
En De Gaulle, por el contrario,<br />
existió aquella coincidencia<br />
muy completa y llamativa<br />
entre caricatura y comportamiento;<br />
coincidencia que él<br />
mismo cultivó y que fue aprovechada<br />
por amigos y enemigos.<br />
Y como mudios pensaban<br />
—De Gaulle, el primero—que<br />
Francia no debía tener más<br />
que una cara, la figura tan<br />
franca del general se hizo<br />
símbolo absoluto y conjunto de<br />
una fisonomía^ de una política<br />
i<br />
•<br />
•<br />
MADRH) SI I>E DICIEMBRE DE 1970<br />
y de una nación. Esto convirtió<br />
la vida pública en el culto<br />
a una personalidad, y al personaje<br />
en un mito tan extravagante<br />
como los oráculos que no<br />
dan la cara y, en cierto modo,<br />
igualmente irracionaL<br />
La cara<br />
Esta identificación de la cara<br />
con la caricatura era natural<br />
en el caso de De Gaulle, porque<br />
este hombre gigantesco,<br />
pasmosamente tranquilo, lento,<br />
no podía ocuparse a la vez y<br />
sucesivamente más que de una<br />
sola idea. Como observó León<br />
Blum", "era de una pieza". Una<br />
sola idea y un carácter tambi^<br />
rigurosamente exclusivista.<br />
Implacablemente con la<br />
Cuarta República, intolerante<br />
hasta la obstinación con los<br />
anglosajones, intransigente (sí<br />
o no, todo o nada) en los referendums,<br />
terco que disimulaba<br />
mal el fastidio ante los razonamientos<br />
ajenos, súbito en<br />
sus decisiones. Seguro, creído,<br />
auatque es verdad que "no hay<br />
quien no se crea a sí mismo"<br />
(Quevedo). Hasta sus retiros y<br />
sus silencios fueron una sombra<br />
desafiante, jamás colaboradora.<br />
Semejante natural tan<br />
sknplista, se incorporó sin dificultad<br />
en la feliz caricatura de<br />
su singular figura.<br />
Una sola idea, una Francia<br />
también única, independiente<br />
de la penetración económica y<br />
política americana, de los su-<br />
-¡Sofista!<br />
-El fista lo será usted.<br />
píanacionalismos europeístas y<br />
de los separatismos de los partidos<br />
extremistas Una idea a<br />
sU talla, a su "grandeur": Fraur<br />
cia, potencia mundial que tuviese<br />
una visión de altura de Ibs<br />
asuntos más distantes (Canadá,<br />
África, Israel, China, etcétera).<br />
Apasionado por la gloria de<br />
Francia, dijo un día qué a él<br />
le había correspondido hacerse<br />
cargo del país. Y todo por la<br />
cara, por su propia consistencia<br />
personal. Y de ahí su caricatura<br />
convertida en la silueta<br />
publicitaria nacional como la<br />
torre Eiffel o el gendarme con<br />
capa,y bigote.<br />
La caricatura<br />
El pueblo, sin embargo, no<br />
llegó a identificarse con esta<br />
imagen que se le presentaba de<br />
Francia. Francia tenía más caras.<br />
De Gaulle se quedó en caricatura<br />
de sí mismo.<br />
Era pesimista sobre la condición<br />
humana; pertenecía, según<br />
Mauriac, a esa clase de intelectuales<br />
(las derechas) que<br />
tienen muy presente la posible<br />
ruina de las naciones. De Gaulle<br />
era extraño al optimismo de<br />
la Revolución francesa y a su<br />
confianza en la libertad de los<br />
ciudadanos. La clave, para él,<br />
era un Estado, un orden constituido,<br />
que fuese obra de un<br />
hombre dotado de "un especial<br />
fluido de autoridad", de "un<br />
procurador de la nación". El<br />
pueblo, "le petit peuple" como<br />
lo llamaba cariñosamente, es<br />
iíicapaz de esta tarea. No reconoció<br />
las transferencias recíprocas<br />
Estado-Sociedad que son<br />
comunes a las estructuras políticas<br />
modernas. Fue el último<br />
contemporáneo de la tradición<br />
patricia y el último enemigo<br />
público de la mística jacobina.<br />
Las exigencias democráticas<br />
de libertad §e le impusieron.<br />
La emancipación social y política<br />
que han traído consigo la<br />
libertad intelectual y de las conciencias<br />
no dejaron de él más<br />
que la caricatura. De Gaulle se<br />
tomó en serio, no supo reírse<br />
de su cara ni de su caricatura.<br />
Pero no pudo impedir que otros<br />
lo hiciesen.<br />
El sustancial carácter retórico<br />
del gauUismo, su naturaleza<br />
falsamente grandiosa que sustituye<br />
los hechos por su representación,<br />
las cosas por las<br />
ideas, quedó al descubierto. La<br />
vida real fue señalando con<br />
marcas trágicas y grotescas su<br />
figura. El imperio colonial liquidado,<br />
el abandono de la clase<br />
dirigente que él creó, la necesaria<br />
condescendencia demagógica<br />
en sus viajes por Francia,<br />
la conjura de los generales<br />
en 1961, el hunditniento del<br />
Estado en 1968 y el no definitivo<br />
en 1969.<br />
"El talle, el visaje y la postura<br />
de Don QtiíJGte desatinaron<br />
al oidor.".La planta y el<br />
porte del general De Gaulle<br />
eran extraordinarias, pero no<br />
desatinaron a los franceses.<br />
Manuel Doval<br />
v-v.<br />
í'V v<br />
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t . r.<br />
Por ANTONIO SANCHEZ-GIJON<br />
Sabido es que los jefes de Gobierno de la CE. E: han puesto<br />
el año 1980 como meta de "la creación de una unión económica<br />
y monetaria". Esto significa una moneda y unas políticas<br />
fiscal, financiera e industrial comunes. Una vez que se haya<br />
cubierto ese objetivo, la necesidad de unificar las políticas (en<br />
su sentido político) será evidente; hasta 1980 se habrá estado<br />
construyendo la Europa materialmente unificada; desde entonces<br />
será necesario empezar a construir la Europa institucional»<br />
mente una. Sólo la Europa política podrá garantizar el funcionamiento<br />
dinámico y armónico de la Europa económica; por<br />
tanto, si ésta es irremediable, aquélla es necesaria..<br />
Las cosas en la C. E. E. se preparan con mucha anticipación.<br />
Pero muchos creen o esperan que lo que necesita tan largos<br />
preparativos no va a tener lugar nunca. Posiblemente les aguarde<br />
una decepción. Considérese 16 qué h.. hecho la Comunidad<br />
Económica Europer\ en sus trece años de existencia: nada menos<br />
que unificar la política comercial de los seis países, dando<br />
lugar al mercado más activo del mundo. Compárese esto.con<br />
los decenios o siglos que muchas naciones han tardado en<br />
constituir un mercado interior unificado. Desde ese punto dé<br />
vista, los preparativos de la CE. E. no son largos; suprimir en<br />
el curso de una generación el naciónalisino económico, raíz de<br />
tantas catástrofes europeas, es, se mire por donde se mire, un<br />
éxito rotundo.<br />
^ Como la Europa política tiene su fecha aparente de fundación<br />
en 1980, ya son muchos los que preparan sus caminos.<br />
Son crecientes los intercambios de ideas, sugerencias y proposiciones<br />
que tratan de estilizar, por ejemplo, una política exterior<br />
común. La previsible distensión en el conjunto europeo, la<br />
anunciada reducción de la presencia militar norteamericana y<br />
él crecimiento del potendal -económico y bélico europeo permiten<br />
prever, además, que Europa occidental dispondrá de medios<br />
para definir un ámbito exterior propio en que resolver sus<br />
problemas políticos y de seguridad, es decir, que cada vez más<br />
ejercerá su acción política y militar en un área regional (formada<br />
por Europa occidental misma, el Mediterráneo occidental,<br />
norte de África, el estrecho de Gibraltar, etc.), frente a la acción<br />
exterior de Norteamérica y la Unión Soviética en esas áreas.<br />
Meditaciones<br />
Sería recomendable que un sentido por lo menos tan agudo<br />
de lá previsión ¡presidiera cuantas proyecciones se- hagan del frituro<br />
español, que por análisis racional, vocación popular y decisión<br />
del Gobierno debe desembocar, tarde o temprano, en la<br />
ancha corriente de integración europea. Como contribución a.<br />
esas previsiones expongo ahora las siguientes meditaciones.<br />
Al final de la primera etapa del Acuerdo preferendal comercial<br />
entre España y la C E. E., en 1976, España podrá optar<br />
entre la prórroga indefinida-del Acuerdo y la conclusión de<br />
un Acuerdo de asociación; Si tanto el análisis como la Vocación<br />
y la decisión a que he hecho referencia antes siguen en pie, la<br />
opción, evidentemente, debe de ser la del Tratado de asociación<br />
a la C. E. E. De ese mpdo 1976 seria una fecha fundacional,<br />
tan significativa para España como lo fue la de 1957 para la<br />
C E. E. Con esa fecha "in mente", quedan ante nosotros dos<br />
tramos bien definidos de desarrdlloi' económico y político exterior;<br />
desarrollo que ha de ejercer unas fuertes demandas sobre<br />
el plano interior: el primer tramo es, naturalmente, el de vigencia<br />
del Acuerdo preferencial, siendo el segundo el de la<br />
asociación. E^ objetivo remoto sería la plena participación de<br />
España en un área regional del mundo que tendría por potencia<br />
dominante a una Europa unificada; participación que se<br />
realizaría en los terrenos económico, político, cultural y militar.<br />
Un tramo imprevisible<br />
Pero ¿cómo se articulan las acciones necesarias a ese objetivo<br />
remoto, dentro del primer tramo previsible de desarrollo<br />
exterior? Lo que es más, qué acciones son las necesarias?<br />
A mi entender, es preciso sustanciar o completar las grandes<br />
cuestiones que definen el momento histórico actual de España:<br />
1) Paso de una sociedad en desarrollo a una sociedad situada<br />
en el umbral del desarrollo; esto requiere corregir profundamente<br />
el crecimiento económico que está teniendo lugar.<br />
2) Evolución y perfeccionamiento de una sociedad democrática<br />
apta para homologarse con las democracias predominantes<br />
en Europa occidental; esto requiere una clara voluntad política<br />
de reforma y superadóiL^ de los vestigios autoritarios de la sociedad<br />
española.<br />
3) Liquidadón de las situaciones coloniales que afectan dé<br />
nn modo o de otro a E^aña: Sahara y Gibraltar; esto requiere<br />
sentido común, generosidad y capacidad diplomática.<br />
4) Vinculación estrecha y definitiva entre España y los países<br />
del Maghreb; esto requiere definir con precisión cuál es el<br />
ámbito de primordial preocupación para España.<br />
5) Tratado de amistad y defensa con Francia; esto requiere<br />
tanto definir el ámbito exterior de España como cancelar vinculatíones<br />
que no atañen directamente a los intereses de su seguridad,<br />
es decir, los Acuerdos con Estados Unidos.<br />
¿Quién quiere jugar?<br />
Para el segundo tramo, ¿qué acciones son las necesarias?<br />
¿Cómo se articulan áemtro de un proceso de asodadón a la<br />
CE. E., que será para entonces (si los planes manti^ieD<br />
su aparente inexorabilidad) la segunda potencia económica, militar,<br />
dentífica y política del mundo? Cuanto más remota es la<br />
proyecdón que se quiere hacer menos predsos son sus términos.<br />
En la España actual apenas se quiere o se puede discutir los<br />
problemas de preocupación inmediata; es difícil, por tanto, si<br />
no imposible, predecir un "va a ser" a diez años vista; pero<br />
queda e>l suce^neo del "debería ser". ¡^ pueden enunciar aügnnos"deberias"?<br />
A manera de juego propongo éstos:<br />
1) La economía española estaría vinculada a la delaC E. E.<br />
por una cierta partidpadón en la política financiera y monetaria<br />
común, y por un número de grandes proyectos técnicos con-<br />
(Continúa en la página siguiente.)