Identidad cortada - Fadaum

- A mi también me han robado ¿sabes? Y ha sido mi sobrina, me ha quitado la
cartera con mi dinero y el carné de identidad, me quedé a dormir en casa de mi hermana y
su hija la muy canalla me lo robó, ¡para gastárselo en cubatas con el chulo de su novio! Pero
no podía ir a mi casa por que mi niño otra vez esta suelto y me pega; es un yonki ¿sabes?
ha estado muy malito, en los puros huesos, pero una señora rica que conozco de cuando
iba a limpiar en las casas lo arregló todo, le compró ropa y unas zapatillas de deporte
limpias, y lo internamos en un centro para drogadictos. Allí estaba muy bien le daban de
comer ¿sabes? Le hacían trabajar en el huerto con otros como él, pero se escapó La policía
lo busca, para ingresarlo otra vez, porque ha robado en las calles y atraca a las personas,
no puede pasar sin el chute. ¡Ay que pena! Pero tampoco voy a estarme quieta para que me
mate a palos ¿no? si no le doy el dinero que saco con de los cupones me pega.
La mujer, soltaba la perorata de sus problemas y miraba a Maria de reojo, mientras
ésta comía despacio los churros que, unos minutos antes, le había ofrecido.
- ¿Pero por que no te vas a tu casa? Tienes pinta de rica ¡seguro que eres una
señorona! y estás aquí sin un duro mirando a las musarañas…
- Lo que quiero es hacer pis, hace rato que estoy mirando pero no veo donde podré
hacerlo ¿por que no me dices donde hay un servicio?
- Eso si que va a ser difícil porque en los públicos tienes que echar una moneda y en
los bares no te dejan entrar y tu, seguro que no eres capas de orinar en una esquina.
- Bueno me voy a vender los cupones pero ven conmigo, acompañame, que sé de un
bar en el que me compran y les pediré que te dejen entrar.
Juntas empezaron a caminar, mientras la mujer vociferaba los números de los
cupones formulaba preguntas a Maria pensando que a ésta le pasaba algo. ¡Vaya!, ¡si lo
que a mi se me escape…!
- ¿Como te llamas? ¿Donde vives? ¿Adonde ibas…
- No…yo voy a misa…si eso es, a misa.
- ¡El siete…el siete por un euro doy cinco millones! y a la vez pensaba. “Anda que
como sea el Antoñin el que le ha robado”
Llegaron finalmente al bar después de pararse varias veces, mientras la lotera
caminaba para vender su mercancía. El bar era un recinto grande y lujoso, el centro estaba
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