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Punto y Coma

Cocinar es un acto de amor que va más allá de sartenes y cacerolas vaporosas. Es compartir un pedacito de tu vida con quien aprecias. Por ello, muchas de las más famosas recetas pasan de generación en generación como parte de un pacto secreto que aviva la tradición familiar. Quizás, por eso sentarse a la mesa es también una experiencia que involucra los sentidos, los recuerdos y el corazón.

Cocinar es un acto de amor que va más allá de sartenes y cacerolas vaporosas. Es compartir un pedacito de tu vida con quien
aprecias. Por ello, muchas de las más famosas recetas pasan de generación en generación como parte
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MiguelEsteban González<br />

“Mi padre es un hombre de origen muy humilde.<br />

Crecí escuchando sus anécdotas de lo difícil que<br />

eran sus días en el campo en donde orgullosamente<br />

trabajaba como peón y cómo, con mucho empeño,<br />

logró convertirse en un abogado exitoso.<br />

Esas historias me hicieron comprender desde muy<br />

pequeño que la honestidad y la perseverancia son<br />

la clave para lograr mis sueños, y que los sueños<br />

no son imposibles.<br />

Él es un hombre de acción, más que de palabras.<br />

A pesar de eso, nunca olvido cuando me decía:<br />

“La riqueza de un hombre está en la cantidad de<br />

sueños que haya cumplido”.<br />

Gracias a mi padre, hoy, soy un hombre rico, porque<br />

he logrado cumplir mis sueños”.<br />

Historias que cambiaron la vida<br />

de gente inspiradora<br />

palabras sabias<br />

DJ. Locutor<br />

IngridVilla-Real “Generosa” Actriz<br />

“Las palabras de mi papá me han hecho más fuerte<br />

y más sabia. Recuerdo que era muy jovencita<br />

cuando me dijo: "Hija, no metas tu mano en el<br />

fuego por nadie, ni siquiera por mí o por tu madre;<br />

no puedes estar segura de lo que una persona es<br />

capaz en el futuro". Esas palabras retumbaron en<br />

mi memoria cuando una amiga muy querida me dio<br />

la espalda. Mis padres ya me lo habían advertido.<br />

Años más tarde, yo pasaba por una tristeza muy<br />

grande y él, como siempre, se acercó a mí y me<br />

dijo: “No pienses tanto. Deja de estar rumiando en<br />

tu cabeza cada cosita, eso no te ayuda.<br />

Los pensamientos negativos se desechan; tú<br />

decides qué vas a pensar”. Hasta hoy, no meto mi<br />

mano en el fuego por nadie y cuando ocurre algo<br />

negativo o se cruza un pensamiento que me<br />

entristece o me molesta, hago una pausa, pienso<br />

en otra cosa y aprendo de la experiencia”.<br />

2013 I <strong>Punto</strong>y<strong>Coma</strong> 37

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