Comunicar la sostenibilidad, guía para periodistas - Unesco Etxea

Reproducir las especies fuera de su ecosistema para su explotación
comercial puede parecer acertado para ahorrar recursos, pero
puede fracasar porque muchas especies necesitan vivir en
comunidades. El difunto Al Gentry, botánico de renombre mundial
del Jardín Botánico de Missouri, describió el fracaso de los intentos
de cultivar nueces del Brasil. Este fruto, que se encuentra en la
cuenca del Amazonas, es de gran valor para los habitantes de la
selva porque pueden obtener un buen precio por ella; sin embargo,
los árboles no fructifican fuera de su hábitat, ya que dependen de
suelos apropiados para la especie, así como buenas poblaciones de
abejas Euglossinae (sus polinizadoras).
Cuando cuidamos de un aspecto de la biodiversidad mundial
estamos salvaguardando toda una serie de beneficios. Por ejemplo,
el programa ‘Wings Over Wetlands’ (Alas sobre los humedales), que
cuenta con el apoyo de Naciones Unidas, persigue la protección
de los pájaros migratorios de Euroasia y África, conservando y
restableciendo sus hábitats 18 . Los humedales se encuentran en
las costas, los estuarios y las planicies aluviales, y constituyen uno
de los ecosistemas más ricos por su biodiversidad. Los humedales
protegen contra las inundaciones, proporcionan ingresos a los
pescadores y el turismo, y son una fuente de abastecimiento de
agua en algunas de las zonas más pobres del mundo. Desde 1900
han desaparecido alrededor del 50% de los humedales, muchos de
ellos en zonas tropicales y subtropicales 19 . Estos humedales se han
drenado para dedicar los terrenos a la agricultura, los asentamientos
o la urbanización, han sufrido los efectos de la contaminación o
se han quedado sin animales como consecuencia de la caza. La
deficiente ordenación ha provocado su pérdida, y la destrucción
de los servicios o productos ambientales de los que dependen las
poblaciones con menos recursos. Así pues, proteger estos hábitats
puede proporcionar ganancias inmensas. Para evitar su deterioro y
desaparición, en 1971 se firmó la ‘Convención relativa a Humedales
de Importancia Internacional’, conocido como Convenio Ramsar 20
por la ciudad iraní en la que se llevó a cabo. La Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza (UICN) formuló una lista
de humedales de protección recomendada en todo el planeta,
compuesta por más de 1.500 zonas húmedas de 150 países, entre
ellos España. Asimismo, desde dicha fecha se celebra el ‘Día Mundial
de los Humedales’, para concienciar a la sociedad de la importancia
y la delicada situación de estos parajes naturales.
Detener la destrucción
En 1987, la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo (conocida como Comisión Brundtland) afirmó en su
primer informe ‘Nuestro futuro común’, (conocido también como
Informe Brundtland 21 ), que “el desarrollo económico debe ser
menos destructivo desde el punto de vista ecológico” y reclamó
una nueva era en la que la economía sea ambientalmente racional.
Era la primera vez que se utilizaba el concepto ‘desarrollo sostenible’.
Este llamamiento encontró eco en la Cumbre de Río para la Tierra,
de 1992, en la que 150 países firmaron el Convenio sobre la
Diversidad Biológica de las Naciones Unidas. Este Convenio está
destinado a promover la sostenibilidad de la rica diversidad de la
vida en la Tierra, reconociendo su relación con los seres humanos
y su interacción con los ecosistemas de la Tierra. El Convenio tiene
por finalidad conservar la biodiversidad, aprovechar sus elementos
de un modo sostenible y compartir equitativamente los beneficios
del uso comercial y de otro tipo de los recursos genéticos. En 2002,
los responsables del Convenio firmaron el Objetivo 2010 para
la Biodiversidad, prometiendo adoptar medidas encaminadas a
reducir la tasa de pérdida de la diversidad a fin de contribuir al alivio
de la pobreza y beneficiar a todas las formas de vida en la Tierra.
La Unión Europea (UE) cuenta con la Directiva Hábitat 22 para la
protección de la biodiversidad en sus fronteras. A partir de ella
se ha creado la Red Natura 2000, con el objetivo de garantizar el
mantenimiento o el restablecimiento de los hábitat y la fauna y
flora silvestres de interés comunitario, así como la aplicación de
un sistema de vigilancia para confirmar su estado de conservación
favorable. Los espacios que forman parte de Natura 2000 son de
dos tipos. Por un lado, los Lugares de Importancia Comunitaria
(LIC), donde se han incorporado espacios naturales que hasta este
momento no se encontraban protegidos. Posteriormente, los LIC
pasarán a ser Zonas Especiales de Conservación (ZEC), para las
que los Estados Miembros fijarán las medidas de conservación
necesarias. Por otro lado, las Zonas de Especial Protección para las
Aves (ZEPA), designadas por los estados miembros con arreglo a la
Directiva de Aves Silvestres. Asimismo, el Programa LIFE+ 23 es un
instrumento financiero de la UE dedicado, de forma exclusiva, al
medio ambiente para el periodo 2007-2013 cuyo objetivo general
es contribuir a la aplicación, actualización y desarrollo de la política
y la legislación comunitaria en materia de medio ambiente.
Hay otros muchos protocolos, leyes y acuerdos nacionales
e internacionales para proteger la biodiversidad, pero ¿son
suficientes? Las tasas de destrucción del hábitat disminuyen en la
región templada, pero en las zonas tropicales siguen aumentando.
Una prueba de ello son los denominados puntos calientes de
biodiversidad (‘hotspots’): zonas del planeta con una cantidad
elevada de especies endémicas, únicas de ese lugar, y con un
hábitat en proceso de destrucción. Los datos no son buenos, ya que
en los últimos años su estado ha empeorado, e incluso su número
ha aumentado hasta alcanzar los 34. Japón, el cuerno de África y
Melanesia oriental son algunas de estas últimas áreas. Por ello, los
expertos subrayan que su conservación es prioritaria para evitar un
daño irreparable a la biodiversidad mundial. España se encuentra
en uno de estos puntos calientes, la cuenca del Mediterráneo.
En 2005 el PNUMA publicó una Evaluación de los Ecosistemas del
Milenio (EM) en la que se examinaban las consecuencias de las
transformaciones de los ecosistemas mundiales en el bienestar
humano. Las conclusiones de la EM constituyen un repaso actualizado
del estado de los ecosistemas y los servicios que proporcionan, así
como de las tendencias al respecto. Esta publicación ofrece una base
científica para la conservación y utilización de los recursos de manera
sostenible. Después de cuatro años de trabajo de 1.300 investigadores
procedentes de 95 países, se llegó a la conclusión de que las actividades
del ser humano ponen en peligro la capacidad de la Tierra de sustentar
las futuras generaciones 24 . Según dichos autores:
• Un tercio de los anfibios y una quinta parte de los mamíferos están
amenazados de extinción.
• Se estima que el 90% de los grandes peces predadores de los
18
http://www.wingsoverwetlands.org
19
http://www.wetlands.org
20
http://www.ramsar.org
21
http://www.un-documents.net/wced-ocf.htm
22
http://www.mma.es/secciones/biodiversidad/
rednatura2000/normativa/europea/europea.htm
23
http://www.mma.es/portal/secciones/ayudas_subvenciones/life/que_es/
24
http://www.maweb.org/es/index.aspx
p47