EQuival

REPORTAJES
EQUIVAL - REVISTA ECUESTRE DE LA COMUNIDAD VALENCIANA
correcta del movimiento durante los tres
aires en sus tiempos y fases. Lo que
conocemos como: caballos mal andados o
de aires feos.
FACTORES PSÍQUICOS.
Es importantísimo para una buena
impulsión del caballo y su regularidad que
el caballo tenga una buena cabeza. Es más
difícil de trabajar la impulsión en caballos
con falta de voluntad que con buena actitud
de trabajo. Los caballos con falta de fijeza y
atención y de fácil distracción en su trabajo
también nos costarán más de impulsar. Es
la falta de concentración en el trabajo y
regularidad por parte del caballo, la mayor
dificultad que tiene el jinete a la hora de
ejecutar una impulsión correcta en el
ejercicio de la equitación. Por ello,
intentaremos tener al caballo con un
carácter y actitud hacia el trabajo: serio,
atento, predispuesto, relajado, de cabeza
despejada, capaz de poder ser corregido y
presionado con facilidad de exigencia,
activo y de reacciones alertadoras hacia el
jinete. Estos caracteres psíquicos y
temperamentales nos facilitarán la buena
impulsión.
FACTORES DE CONDUCTA.
Estos factores de conducta son en los que
el jinete, cuidador y
preparador, pueden
actuar e incidir más
que en los físicos y
psíquicos, afectando
al trabajo, manejo y
acciones realizadas
por parte de ellos en
el caballo. Son las
experiencias
obtenidas por el
caballo durante su unión con el hombre, las
que dicen SI, voy hacia delante o NO, me
paro y rehuso.
Poner las cosas fáciles: El caballo
siempre nos hará caso al avanzar, antes de
parar o rehusar, si le ponemos las cosas
fáciles. Antes avanzará, pasará, saltará,
trotará, galopará…si le es menos costoso
hacerlo, que parar o rehusar.
Confianza en el jinete: Si el caballo confía
en el jinete tendremos avance e impulsión,
sino hay una confianza hacia el jinete, no
tendremos impulsión. Esta confianza del
1 caballo hacia el jinete, nos la da y se
reafirmará cuando haya una buena
comunicación entre ambos. Por tanto, es
importantísimo que el jinete domine
perfectamente el lenguaje de la equitación.
Este lenguaje se basa y se consigue con
las denominadas AYUDAS. El tener una
buena posición corporal, el saber ejecutar,
cómo, cuándo y de qué modo cada ayuda,
tanto ASIENTO, PIERNA y MANO de una
manera correcta y adecuada, es decirle al
caballo, de una manera clara, concisa y
precisa lo que queremos de él. Esta
claridad de comunicación, nos dará un
caballo que nos entienda, y por ello, un
caballo que confíe en nuestro lenguaje
ecuestre a la hora de pedirle una orden.
Resumiendo, ejecutar correctamente las
ayudas, hacen no equivocar al caballo y,
saber decirle a nuestro compañero equino,
lo que queremos de él, nos hará ser
entendidos y le dará una seguridad al
caballo para su buena impulsión y
respuesta de estímulo.
Actitud resolutiva: El jinete debe de ser
claro en las directrices dadas hacia el
caballo para una buena comprensión de las
órdenes por el equino, siempre debe de ser
resolutivo hacia imprevistos. Nunca el jinete
se debe de quedar sin saber que hacer
ante un imprevisto por el caballo durante la
ejecución de su trabajo. Siempre el jinete
debe de ir por delante de la acción del
caballo, en previsión de
sus reacciones. Nunca
se debe dejar que el
caballo piense por si
mismo (a no ser que
queramos, y así poder
observar su reacción). Es
el jinete el que debe de
estar incitando al avance
en la impulsión siempre
durante el trabajo.
TÉCNICAS DE PLANIFICACIÓN HACIA
LA IMPULSIÓN.
Parece ser que la impulsión sólo es
preocupación para los jinetes cuando se
dejan caer por la pista de doma. La
1 En la fotografía central: Con un dorso fuerte así
como trabajado es capaz de mantener el caballo su
avancé y impulsión hacía delante. Manteniendo el
equilibrio del cuello y espaldas sea cual sea su
posición y ejercicio. El cuerpo del caballo es el
encargado de mantener la conexión y vertebración de
los tres tercios