La Web <strong>de</strong>l futuro La “Revolución TIC” (Tecnologías <strong>de</strong> la Información y la Comunicación) ha transformado una sociedad asentada en el papel impreso en otra basada en la información digital, <strong>de</strong>nominada “Sociedad <strong>de</strong> la Información y <strong>de</strong>l Conocimiento”, que no hubiera sido posible sin Internet ni la Web. Ésta representa un gigantesco contenedor <strong>de</strong> datos que permite acce<strong>de</strong>r a una nueva y diversa oferta <strong>de</strong> información, contenidos y servicios. 2
UPM - REPORTAJES La Web es una aplicación más que aparece <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l ecosistema <strong>de</strong> creación <strong>de</strong> nuevos servicios <strong>de</strong> Internet, que, por su parte, había nacido unos 15 años antes, con la financiación <strong>de</strong> DARPA (Defense Advanced Research Project Agency) durante la Guerra Fría. Hasta la aparición <strong>de</strong> la Web, Internet, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> en el ejército <strong>de</strong> EE UU, se había empleado para enviar correos electrónicos, transferir ficheros o acce<strong>de</strong>r remotamente a otros or<strong>de</strong>nadores en universida<strong>de</strong>s y laboratorios <strong>de</strong> investigación. En marzo <strong>de</strong> 1989, Tim Berners-Lee envía a su jefe, Mike Sendall, una propuesta <strong>de</strong> sistema <strong>de</strong> información hipermedia distribuida, <strong>de</strong>nominada information management proposal, conocida hoy como WWW. Mike Sendall la <strong>de</strong>finió como “vaga, pero prometedora”. La verdad es que su estimación se ha hecho realidad, porque el WWW (World Wi<strong>de</strong> Web o simplemente Web) ha sido la aplicación <strong>de</strong> Internet que más ha cambiado nuestro mundo. Salió <strong>de</strong> las universida<strong>de</strong>s y laboratorios <strong>de</strong> investigación para exten<strong>de</strong>rse a todos los ámbitos <strong>de</strong> la sociedad. Internet se concibió como una red muy eficaz para enviar mensajes <strong>de</strong> un punto a otro, siguiendo el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> la red telefónica o telegráfica. Sin embargo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong> la Web, se ha convertido en un gigantesco repositorio don<strong>de</strong> todos po<strong>de</strong>mos compartir la información y el conocimiento con los <strong>de</strong>más. Su capacidad para acumular e integrar saberes colectivos ha sobrepasado cualquier predicción. La Web va mucho mas allá <strong>de</strong> cualquier biblioteca, enciclopedia o <strong>de</strong> cualquier otro medio <strong>de</strong> archivar datos, conocimiento o recursos digitales. Des<strong>de</strong> su aparición, la Red acumula contenidos digitales, información y conocimiento <strong>de</strong> forma continua y no planificada a una velocidad vertiginosa. Cualquier persona pue<strong>de</strong> publicar una <strong>de</strong>terminada información y no existe forma fácil y fiable <strong>de</strong> asegurar su veracidad. Por ello es <strong>de</strong> vital importancia que se creen mecanismos, tanto sociales como técnicos, que nos indiquen la confianza que merece una información. La Web: un contenedor digital universal En la Web se almacena no sólo información y conocimiento, sino cualquier tipo <strong>de</strong> producto digital como, por ejemplo, canciones, películas o programas que los usuarios pue<strong>de</strong>n compartir y distribuir libre e in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> las estructuras <strong>de</strong> control y gestión <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> autor. Dentro <strong>de</strong> los contenidos digitales está el apartado <strong>de</strong> los contenidos digitales generados por usuarios, también conocidos como social media. Estos contenidos han experimentado un enorme auge <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong> portales que facilitan esta tarea, tales como Facebook, Myspace, Picassa, Flickr o YouTube. Los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> autor vuelven a ser aquí otro <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s puntos <strong>de</strong> tensión con los usuarios, porque estos portales generalmente obligan a ce<strong>de</strong>r los <strong>de</strong>rechos. La Web ha <strong>de</strong>mostrado ser también el mejor vehículo para la colaboración a gran escala, así como para la expresión <strong>de</strong> la “inteligencia colectiva”. Cada vez son más los grupos y comunida<strong>de</strong>s que la utilizan para crear enciclopedias en la Red como la Wikipedia, para dialogar a través <strong>de</strong> los blogs o para formar re<strong>de</strong>s sociales como Facebook, Myspace, Tuenti, LinkedIn o Twitter. La colaboración a través <strong>de</strong> la Red permite agregar conocimientos mediante procedimientos que antes eran absolutamente inviables. La capacidad <strong>de</strong> agregación <strong>de</strong>l conocimiento humano como conocimiento compartido por todos a través <strong>de</strong> la Red es un punto fuerte <strong>de</strong> la Web, pero es también un gran reto, porque todavía queda mucho por hacer. Las socieda<strong>de</strong>s humanas se aglutinan en torno a una cultura y unos valores compartidos que se crean y evolucionan como una empresa común en la que participan sus miembros. Probablemente todos los gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>bates <strong>de</strong>l futuro tengan una fuerte presencia en la Red. Esto ya ha empezado a pasar en EE UU y se exten<strong>de</strong>rá al resto <strong>de</strong>l mundo. En el futuro, las nuevas i<strong>de</strong>as, la innovación e incluso la cultura surgirán probablemente <strong>de</strong> los <strong>de</strong>bates que ocurran en la Red, porque permiten involucrar y movilizar a un número mucho mayor <strong>de</strong> personas. La Web empieza a contener también cada vez más información adquirida automáticamente y sin intervención humana, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sensores a dispositivos y terminales autónomos cuya misión es monitorizar lo que ocurre en nuestro entorno y guardarlo para análisis posteriores, estadísticas, control <strong>de</strong> seguridad, etc. Es lo que se <strong>de</strong>nomina la “Internet <strong>de</strong> las cosas” y su crecimiento es incesante. En el futuro es posible que gran parte <strong>de</strong> lo que ocurra en el mundo que<strong>de</strong> guardado en la Red, con el consiguiente peligro <strong>de</strong> control por un “Gran Hermano” que conozca todos nuestros pasos. Pero el principal reto <strong>de</strong> hoy es todavía clasificar y hacer entendible a programas y buscadores la información, los datos y el conocimiento acumulado. En este contexto aparece el “Web semántico” como el intento más riguroso <strong>de</strong> asignar “significado semántico” a todos los recursos digitales que se publican en la Red, <strong>de</strong> forma que buscadores y programas puedan compren<strong>de</strong>r su significado y respon<strong>de</strong>r mejor a las complejas preguntas que los usuarios formulen. Su objetivo es conseguir el buscador perfecto, capaz <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r con precisión a todas las preguntas que puedan hacer, tanto las personas como las aplicaciones. La “búsqueda perfecta” es posiblemente una utopía, pero está 3