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UPM - CULTURA
Entrevista con Belén Benito, editora y coordinadora de ‘Amenaza sísmica en América Central’
“Es posible mitigar el riesgo sísmico
adoptando medidas preventivas”
Belén Benito, doctora en Ciencias Físicas en
la especialidad de Sismología y catedrática de
Escuela Universitaria en la ETSI de Topografía,
Geodesia y Cartografía de la UPM, afirma que
la “ruptura en una falla geológica no puede
evitarse, pero el desastre sí puede paliarse
adoptando medidas de diseño sismorresistente
y llevando a cabo una adecuada planificación
urbanística y territorial”.
Editora y coautora del libro Amenaza sísmica
en América Central, que ha aparecido precisamente
en los mismos días en que se produjo el
terremoto en Haití, el primero de una serie que
han afectado a Chile, Turquía, Taiwán y Japón.
La obra constituye el primer estudio desarrollado
sobre esta área geográfica en la década actual y
en ella han participado destacados sismólogos
de Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras,
Costa Rica, Panamá y España.
El libro reúne estudios sobre seis países de
Centroamérica, pero no se menciona la amenaza
sísmica que sacudió Haití el pasado mes
de enero y que ha causado incontables tragedias
humanas y materiales… ¿Qué similitudes
tiene la zona de Haití con las otras regiones
recogidas en su libro?
Tanto Centroamérica como Haití se encuentran
situadas en una zona límite de placas tectónicas,
que es donde se acumulan más esfuerzos
y se producen globalmente mayor número de
terremotos. En el caso de Haití, las placas en
contacto son las de Norteamérica y Caribe, y
en el caso de Centroamérica interviene además
la placa del Coco. La sismicidad de Centroamérica
es más frecuente, pero responde a procesos
tectónicos similares a los de Haití.
¿Cómo surgió la idea de llevar a cabo el trabajo
que ha dado origen al libro?
Venimos cooperando con Centroamérica en
temas de amenaza sísmica desde el año 2001,
en que ocurrió el terremoto de El Salvador que
generó el deslizamiento de Las Colinas de Santa
Tecla. Por otra parte, en abril de 2008 celebramos
un taller sobre amenaza sísmica en la ETSI
en Topografía, Geodesia y Cartografía de la
UPM, en el que participaron sismólogos de los
seis países centroamericanos y durante el cual
se realizó la evaluación de amenaza para toda
la región. Entonces vimos que el trabajo tenía
suficiente entidad para ser publicado y decidimos
editar el libro, lo que fue posible gracias al
soporte dado por el Vicerrectorado de Relaciones
Internacionales.
Si hubiera que simplificar mucho la causa del
terremoto, ¿cuál habría sido ésta?
El terremoto se produce porque en una cierta
zona de la corteza terrestre, generalmente localizada
en el margen de placas tectónicas, se
acumulan fuerzas hasta que se supera el límite
de resistencia del material y se produce la ruptura.
En ese momento, la energía acumulada en
un tiempo que puede ser de decenas, cientos e
incluso miles de años se libera súbitamente en
forma de ondas sísmicas. Cuando estas ondas
alcanzan la superficie terrestre se produce la
sacudida conocida como terremoto. Las fuerzas
que lo generan, en última instancia, se deben al
movimiento de las placas tectónicas.
¿Qué diferencia hay entre amenaza y riesgo
sísmico?
La amenaza nos informa del movimiento probable
que puede ocurrir como consecuencia de
futuros terremotos, independientemente de que
causen daño o no (el movimiento puede producirse
en un área densamente poblada, en el mar
o en un desierto, y el daño será muy diferente).
El riesgo se refiere al daño esperado ante esos
movimientos futuros y es producto de la amenaza,
la vulnerabilidad de las edificaciones (o
capacidad de sufrir daño) y la exposición (densidad
de personas y estructuras). La amenaza es
inherente al fenómeno sísmico y no se puede
controlar. Pero en el riesgo interviene la vulnerabilidad
y ésta sí se puede reducir. Por tanto,
es posible mitigar el riesgo sísmico adoptando
medidas preventivas.
¿En qué consisten esas medidas preventivas?
La medida actualmente con mayor garantía es
el diseño sismorresistente de las edificaciones,
es decir, el diseño de éstas de forma que puedan
resistir los máximos movimientos esperados en
su tiempo de vida útil. Los países desarrollados
tienen normativas al respecto. Si se construye
con arreglo a estas normas, el terremoto puede
ocurrir sin causar un daño que lo eleve a catastrófico.
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