You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
El niño mercancía<br />
12<br />
de la vida, tanto pública como privada, puede que el <strong>peligro</strong> más solapado que<br />
am<strong>en</strong>aza a los niños sean los l<strong>en</strong>tes materialistas con los cuales los percibimos.<br />
Hay qui<strong>en</strong>es consideran—con <strong>un</strong>a acti<strong>tu</strong>d deliberadam<strong>en</strong>te calculadora—que<br />
los <strong>hijo</strong>s son haberes o inversiones. Es evid<strong>en</strong>te, dada la frecu<strong>en</strong>cia de conversaciones<br />
como la que acabo de citar, que muchos fu<strong>tu</strong>ros padres los consideran<br />
bajo criterios aún m<strong>en</strong>os favorables: sus niños han llegado a ser cargas, riesgos<br />
o débitos. Vivimos pues <strong>en</strong> <strong>un</strong>a cul<strong>tu</strong>ra que niega su apoyo a los niños repetidas<br />
veces <strong>en</strong> el curso de su vida, y que a m<strong>en</strong>udo los desprecia abiertam<strong>en</strong>te.<br />
Hay cierta ironía <strong>en</strong> que el mismo materialismo que <strong>en</strong>g<strong>en</strong>dra esa <strong>hostil</strong>idad<br />
hacia los niños, los recibe con brazos abiertos si ti<strong>en</strong><strong>en</strong> dinero para gastar.<br />
Cierto que las leyes laborales han prohibido el trabajo de m<strong>en</strong>ores <strong>en</strong> el m<strong>un</strong>do<br />
occid<strong>en</strong>tal, pero nuestra g<strong>en</strong>eración cu<strong>en</strong>ta con su propia forma de esclavi<strong>tu</strong>d,<br />
tan provechosa como aquélla: el niño consumidor. Los ag<strong>en</strong>tes de publicidad,<br />
que asaltan los bolsillos inagotables de adultos cuyo dinero alim<strong>en</strong>ta la<br />
economía más próspera de la historia, han descubierto el más lucrativo de los<br />
mercados: sus pequeños (y no tan pequeños) niños y niñas.<br />
Los niños y adolesc<strong>en</strong>tes de hoy son a la vez pedigüeños persuasivos y víctimas<br />
fáciles. No cuesta mucho lograr que arrastr<strong>en</strong> a sus padres a las ti<strong>en</strong>das,<br />
semana tras semana, mes tras mes, año tras año.<br />
Pasa lo mismo <strong>en</strong> las escuelas. <strong>En</strong> los Estados Unidos, <strong>un</strong> número creci<strong>en</strong>te<br />
de distritos escolares aceptan inc<strong>en</strong>tivos de ord<strong>en</strong> material y financiero—nuevas<br />
computadoras, artículos deportivos, máquinas exp<strong>en</strong>dedoras—que las grandes<br />
empresas como Pepsi ofrec<strong>en</strong> a cambio del derecho exclusivo de v<strong>en</strong>der sus<br />
mercancías a las ávidas multi<strong>tu</strong>des durante el recreo y a la hora del almuerzo.<br />
<strong>En</strong> el m<strong>un</strong>do <strong>en</strong>tero, millones de personas viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> condiciones de extrema<br />
pobreza, mi<strong>en</strong>tras la mayoría de los niños <strong>en</strong> Europa Occid<strong>en</strong>tal y los Estados<br />
Unidos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> más—mucho más—de lo que necesitan. Estamos formando<br />
<strong>un</strong>a g<strong>en</strong>eración de niños que sólo pued<strong>en</strong> calificarse de mocosos malcriados.<br />
Muchos padres se apresuran a culpar la cul<strong>tu</strong>ra materialista que los rodea, y la<br />
ininterrumpida dieta de propaganda comercial a que están expuestos los niños<br />
<strong>En</strong> Peligro