07.05.2014 Views

En peligro: tu hijo en un mundo hostil

En peligro: tu hijo en un mundo hostil

En peligro: tu hijo en un mundo hostil

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Hechos sí, palabras no<br />

44<br />

ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la humildad de admitir que sus expectativas eran imprecisas o injustas;<br />

la mayoría de los jóv<strong>en</strong>es no tardarán <strong>en</strong> responder y perdonar.<br />

Bi<strong>en</strong> sabido es que los <strong>hijo</strong>s a m<strong>en</strong>udo son reflejo de sus padres —<strong>en</strong> sus acciones<br />

y acti<strong>tu</strong>des, su comportami<strong>en</strong>to y sus rasgos personales. Mi abuelo solía<br />

decir que <strong>un</strong> niño es como <strong>un</strong> barómetro: registra de modo visible las influ<strong>en</strong>cias<br />

y presiones tanto positivas como negativas que lo afectan. A m<strong>en</strong>udo, la<br />

alegría y la seguridad, la g<strong>en</strong>erosidad y el optimismo se manifiestan <strong>en</strong> el niño<br />

<strong>en</strong> el mismo grado como <strong>en</strong> sus padres. Lo mismo ocurre con las emociones<br />

negativas. Cuando <strong>un</strong> niño detecta ira, cobardía, inseguridad o intolerancia <strong>en</strong><br />

<strong>un</strong> adulto—más aún cuando él mismo es el objeto de esas emociones—al poco<br />

tiempo también las veremos <strong>en</strong> él.<br />

<strong>En</strong> Los hermanos Karamázov de Dostoievski, el padre Zósima nos recuerda<br />

que esa s<strong>en</strong>sibilidad infantil es tan aguda que, sin apercibirnos de ello, moldeamos<br />

el carácter de los niños; nos aconseja considerar el efecto de lo que<br />

decimos y hacemos <strong>en</strong> su pres<strong>en</strong>cia:<br />

Cada día, cada hora, cada minuto, obsérvate y procura que <strong>tu</strong> imag<strong>en</strong> sea<br />

luminosa. Pasas cerca de <strong>un</strong> niño, pasas colérico, dejas escapar <strong>un</strong>a mala palabra,<br />

ll<strong>en</strong>a de ira el alma; tú quizá ni te has dado cu<strong>en</strong>ta de la pres<strong>en</strong>cia del<br />

niño, pero él te ha visto y es posible que <strong>tu</strong> imag<strong>en</strong> desagradable y of<strong>en</strong>siva<br />

se quede grabada <strong>en</strong> su corazoncito indef<strong>en</strong>so. Tú no lo sabías, pero quizás<br />

has arrojado ya <strong>en</strong> él <strong>un</strong>a semilla mala, que quizá germine, y todo ello… por<br />

no haber educado <strong>en</strong> ti el amor circ<strong>un</strong>specto y activo. 4<br />

A difer<strong>en</strong>cia de los inoc<strong>en</strong>tes de la época de Dostoievski, los niños de hoy<br />

están expuestos a <strong>un</strong> continuo bombardeo de imág<strong>en</strong>es y expresiones cuyos<br />

efectos son capaces de desbaratar el cuidado que recib<strong>en</strong> de los adultos más<br />

cercanos a ellos —sus padres y maestros. Me refiero, por supuesto, a los medios<br />

de com<strong>un</strong>icación—los noticiosos, la industria del <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to, el Internet—que,<br />

<strong>en</strong> millones de hogares de nuestro planeta, han suplantado a los<br />

padres como última autoridad.<br />

4<br />

Fiodor M. Dostoievski, Los hermanos Karamázov, Ediciones Cátedra, S.A., Madrid, págs. 497-498.<br />

<strong>En</strong> Peligro

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!