Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Grandes expectativas<br />
26<br />
calmaban, asegurándome que mi cabeza albergaba más conocimi<strong>en</strong>tos de lo<br />
que nos percatábamos tanto yo como mis maestros; s<strong>en</strong>cillam<strong>en</strong>te no habían<br />
asomado a la superficie. Para muchos niños, palabras al<strong>en</strong>tadoras como ésas<br />
no son más que <strong>un</strong> sueño—según nos dice Melinda, maestra veterana de <strong>en</strong>señanza<br />
preescolar <strong>en</strong> California—sobre todo <strong>en</strong> hogares donde no se admite<br />
que <strong>un</strong> es<strong>tu</strong>diante reciba malas calificaciones.<br />
Hay padres que nos preg<strong>un</strong>tan si sus pequeños de dos años y medio ya están<br />
apr<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do a leer, y que protestan si les digo que no. Es increíble la presión<br />
que alg<strong>un</strong>os padres ejerc<strong>en</strong> sobre sus <strong>hijo</strong>s. He visto a niños que literalm<strong>en</strong>te<br />
tiemblan y lloran porque no quier<strong>en</strong> pres<strong>en</strong>tarse a las pruebas. He visto a<br />
padres que arrastran a sus <strong>hijo</strong>s al aula…<br />
Los padres de Miles, <strong>un</strong> niño que estaba <strong>en</strong> mi clase, le obligaron a prepararse<br />
para ingresar <strong>en</strong> <strong>un</strong>a escuela privada muy cara. Al inicio del año<br />
sigui<strong>en</strong>te me tropecé con el padre de Miles; me dijo que el chico “ha estado<br />
tan t<strong>en</strong>so que vamos a buscarle ayuda psicológica profesional”. No cabía<br />
duda que Miles estaba t<strong>en</strong>so, pero yo estaba conv<strong>en</strong>cida de que eso se debía<br />
a los rigurosos exám<strong>en</strong>es a que lo habían sometido durante el verano… Empezó<br />
a llorar el día de las pruebas, y desde <strong>en</strong>tonces lloraba todos los días.<br />
<strong>En</strong> alg<strong>un</strong>os casos, la locura competitiva comi<strong>en</strong>za ya antes de que el niño esté<br />
listo para <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> la escuela. El sigui<strong>en</strong>te artículo describe las dificultades de<br />
<strong>un</strong> matrimonio que vive <strong>en</strong> la ciudad de Nueva York.<br />
Hace <strong>un</strong> par de semanas, ella y su esposo recibieron el aviso de que su <strong>hijo</strong> de<br />
cinco años de edad fue rechazado por cada <strong>un</strong>a de las seis escuelas privadas<br />
donde trataron de matricularlo <strong>en</strong> el jardín de infantes. “No ti<strong>en</strong><strong>en</strong> por qué<br />
preocuparse”, les había asegurado la directora del c<strong>en</strong>tro preescolar. “Con<br />
toda seguridad será aceptado <strong>en</strong> <strong>un</strong>a de las escuelas de su prefer<strong>en</strong>cia”.<br />
Craso error. Sean cuales fuer<strong>en</strong> los motivos, seis escuelas rechazaron a su<br />
brillante <strong>hijo</strong>, el de la sonrisa cautivadora y de las excel<strong>en</strong>tes notas que ob<strong>tu</strong>vo<br />
<strong>en</strong> las pruebas. Duele la insist<strong>en</strong>cia del rechazo, admite ella, y tampoco<br />
ayuda saber que hay otras familias <strong>en</strong> la misma si<strong>tu</strong>ación.<br />
Ahora vi<strong>en</strong>e la parte dura, las decisiones difíciles de tomar… ¿Mudarse a<br />
otra ciudad? ¿Dejar a su <strong>hijo</strong> <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro preescolar, por ahora, y el año que<br />
<strong>En</strong> Peligro