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LOS EcOSiStEMAS y El BiENEStAR HUMANO ... - UN-Water

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mundo se encuentra ubicada a menos de 50 kilómetros de la costa y<br />

la densidad de población es en estos lugares 2,6 veces mayor que la<br />

existente en las áreas continentales. Como resultado de la expansión<br />

urbana y suburbana y el incremento de la demanda en la actividad<br />

agrícola (como el despeje de manglares para acuicultura), la presión<br />

de estas poblaciones conduce a la conversión de los humedales<br />

costeros. Además, los manglares han sido ampliamente convertidos<br />

para hacer lugar a la acuicultura. Como se señaló anteriormente, en<br />

los países con información anual disponible, alrededor del 35% de<br />

los manglares ha desaparecido en las dos últimas décadas. Dadas las<br />

conversiones extensivas en el uso del suelo y en la cobertura vegetal<br />

que han experimentado muchos sectores de la costa, es poco probable<br />

que, en su mayoría, estos cambios de hábitat y especies sean<br />

fácilmente reversibles.<br />

Otros importantes factores generadores de cambio en los humedales<br />

costeros son:<br />

<strong>El</strong> desvío de agua dulce desde los estuarios ha significado pérdidas<br />

significativas en el abastecimiento de agua y sedimento para<br />

las áreas de cría y pesca en la zona costera (certeza alta) y para las<br />

llanuras de inundación, afectando con ello a los medios de subsistencia<br />

de millones de personas que dependen de las áreas costeras y<br />

de las llanuras de inundación para la agricultura y el pastoreo, así<br />

como para producción y captura de peces (C19.2.1). Aunque las<br />

actividades humanas han aumentado en todo el mundo la cantidad<br />

de sedimentos que arrastran los ríos en un 20%, los embalses y los<br />

desvíos de caudales impiden que alrededor de un 30% de los sedimentos<br />

lleguen al mar, lo que resulta en una reducción neta del<br />

aporte de sedimentos a los estuarios de cerca del 10%.<br />

<strong>El</strong> flujo de nitrógeno reactivo (biológicamente disponible)<br />

hacia las costas y los océanos aumentó en un 80% entre 1860 y<br />

1990, con la consiguiente eutrofización que ha dañado las pesquerías<br />

costeras y contribuye a cambios en los regímenes de los arrecifes<br />

de coral que de hecho son irreversibles.<br />

Los ecosistemas de pastos marinos sufren daños a raíz de una<br />

serie de impactos humanos, entre los que se encuentran el dragado y<br />

anclaje en las praderas de pastos marinos, el desarrollo costero, la<br />

eutrofización, la hipersalinidad producto de la reducción de los<br />

aportes de agua dulce, el atarquinamiento, la conversión del hábitat<br />

para el cultivo de algas, y el cambio climático. Pérdidas significativas<br />

de hábitat de pastos marinos han sido detectadas en el Mediterráneo,<br />

la Bahía de Florida y en Australia, y se prevé que las actuales<br />

pérdidas se aceleren, especialmente en el sudeste de Asia y el Caribe<br />

(C19.2.1.5).<br />

Los arrecifes de coral han sido degradados a través de acciones<br />

humanas directas (sobrepesca, extracción de coral) e indirectamente<br />

a través de la contaminación, la sedimentación y el cambio<br />

climático (C19.2). Muchos arrecifes de coral han sufrido importantes<br />

aunque reversibles episodios de blanqueo cuando las temperaturas<br />

locales de superficie han aumentado durante un mes en 0,5 a<br />

1º Celsius por sobre el promedio del mes más caluroso.<br />

La perturbación o fragmentación de los humedales costeros<br />

que son importantes como rutas migratorias han puesto en peligro a<br />

muchas especies y provocado la pérdida de otras. Por ejemplo, la<br />

disminución de poblaciones de aves que se desplazan a gran distancia<br />

en las vías migratorias del Atlántico Oriental (mientras otras<br />

poblaciones en las mismas vías permanecen estables o en aumento)<br />

se ha atribuido a su alta dependencia de áreas de parada durante la<br />

primavera que son fundamentales y se están deteriorando, como el<br />

internacional Mar de Wadden, que se ha visto afectado por las pesquerías<br />

comerciales de crustáceos (C19.2.2).<br />

Los estuarios se encuentran entre los sistemas más invadidos<br />

del mundo, en los que las especies introducidas causan cambios<br />

ecológicos de primer orden. Por ejemplo, en la Bahía de San Francisco,<br />

California, es posible encontrar más de 210 especies introducidas,<br />

con un ritmo de una nueva especie introducida cada 14<br />

semanas entre 1961 y 1995, traídas en las aguas de lastre de las<br />

grandes embarcaciones o como resultado de la actividad pesquera.<br />

Entre las consecuencias ecológicas de las invasiones se encuentran la<br />

pérdida y alteración del hábitat, alteración de los caudales de agua y<br />

de las redes alimentarias, la creación de nuevos hábitats no naturales<br />

que luego son colonizados por otras especies exóticas invasoras, filtración<br />

anormal efectiva de la columna de agua, hibridación con<br />

especies nativas, predadores altamente destructivos e introducción<br />

de patógenos y enfermedades (C19.2.1).<br />

Los presiones humanas sobre áreas costeras con recursos en<br />

rápida disminución están poniendo cada vez más en peligro a<br />

42<br />

<strong>LOS</strong> ECOSISTEMAS Y EL BIENESTAR <strong>HUMANO</strong>: HUMEDALES Y AGUA / INFORME DE SÍNTESIS

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