LOS EcOSiStEMAS y El BiENEStAR HUMANO ... - UN-Water
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Recuadro 7.6. <strong>UN</strong> LÍMITE SUPERIOR PARA LA<br />
CUENCA DE <strong>LOS</strong> RÍOS MURRAY-DARLING<br />
En junio de 1993, un Consejo de Ministros de Australia solicitó un estudio<br />
sobre la alteración de los caudales y sus consecuencias para los<br />
ríos de la cuenca Murray-Darling. Esto llevó a una auditaría sobre el uso<br />
del agua que confirmó los creciente niveles de desvío y las declinaciones<br />
en la salud del río asociadas a ello. Como respuesta, el Consejo<br />
introdujo un límite superior provisional en las desviaciones de agua en<br />
la cuenca en 1995. Este límite superior se estableció como permanente<br />
desde el 1 de Julio de 1997. Al acordar la implementación de este límite<br />
superior, el Consejo básicamente tomó una decisión respecto al equilibrio<br />
entre los beneficios sociales y económicos derivados del desarrollo<br />
de los recursos hídricos de la cuenca y las necesidades hídricas<br />
del ecosistema ribereño. La implementación del límite superior es<br />
responsabilidad de los estados miembros de la iniciativa de la cuenca<br />
Murray-Darling. Anualmente se preparan Informes de Auditoría del Monitoreo<br />
del Aguapara asegurar que el estado del uso del agua es coherente<br />
con el límite superior definido, y un Grupo Independiente de Auditoría<br />
revisa el progreso en su implementación.<br />
los caudales ambientales y la calidad del agua), así como a nuevos<br />
bienes (como el agua subterránea). Los mecanismos basados en el<br />
mercado han demostrado la capacidad de cambiar la distribución<br />
del agua y la cantidad de contaminantes en los sistemas fluviales, y<br />
tienen el potencial de limitar o compensar los cambios más directos<br />
en los usos del suelo que dan como resultado, por ejemplo, el drenaje<br />
o relleno de los humedales.<br />
Esfuerzos recientes han explorado el potencial de los mercados<br />
del agua como una herramienta de reasignación del recurso para satisfacer<br />
las necesidades de los ecosistemas, así como la meta tradicional<br />
de mejorar la eficiencia de los recursos en el suministro de agua<br />
para riego, energía hidroeléctrica y uso doméstico (R7.3.1). Los<br />
mercados que han tratado al recurso agua solo como un bien<br />
privado y una materia prima que se puede comercializar, pueden<br />
generar consecuencias sociales y ambientales adversas. En contraste,<br />
un énfasis exagerado en el agua como un recurso público y local<br />
puede limitar la actividad del mercado, como el comercio del agua.<br />
Es importante ser explícitos respecto a los requerimientos de agua<br />
de los ecosistemas (cantidad y calidad) cuando se usan los mercados<br />
para reasignar el agua a tipos de uso de mayor valor. Son necesarios<br />
arreglos apropiados de manejo para guiar el uso del agua a fin de<br />
alcanzar los objetivos deseados en cuanto a condición y funcionamiento<br />
de los ecosistemas. Para satisfacer las necesidades de los ecosistemas<br />
se necesita ya sea un programa de adquisiciones, o la<br />
capacidad de reducir las asignaciones de agua, idealmente en combinación<br />
con el establecimiento de un límite superior (véase el Recuadro<br />
7.6.). Esto no solo ilustra un enfoque de mercado sino que<br />
además da un ejemplo de la función de la regulación. <strong>El</strong> suministro<br />
de fondos para la recuperación de agua de sus usuarios actuales,<br />
como la industria del riego, junto con medidas de eficiencia, se<br />
percibe como un mecanismo menos controvertido que un enfoque<br />
basado solo en la regulación.<br />
Como los beneficios de caudales mejorados y de los ecosistemas<br />
de agua dulce son intrínsicamente bienes públicos, el papel de la<br />
buena gobernanza y los derechos sin cortapisas a la propiedad del<br />
agua continúan siendo condiciones habilitadoras fundamentales para<br />
contar con mercados que funcionen bien. Si bien los mercados juegan<br />
un papel en el desarrollo de asignaciones eficientes del agua,<br />
también los gobiernos tienen la función de asegurar que se cuente<br />
con instituciones estables y apropiadas para que esos mercados<br />
puedan operar (R7.3.2). La principal distinción entre los sistemas<br />
que regulan el agua y los que la asignan está en el grado en que los<br />
usuarios tienen el derecho privado de usar y ser propietarios del agua.<br />
Los pagos que se obtienen por los servicios provenientes de una<br />
cuenca hidrográfica pueden apoyar el manejo de los humedales o<br />
proteger las cuencas de captación que proveen a los humedales con<br />
la adecuada cantidad y calidad de agua. Por lo tanto aquellos actúan<br />
como un incentivo para abordar los generadores de cambio en los<br />
humedales, tales como la alteración de la hidrología, la contaminación<br />
y los cambios en el uso de suelo. Los arreglos para efectuar<br />
pagos por estos servicios consisten básicamente en la negociación de<br />
acuerdos entre compradores y vendedores de estos servicios. Dependiendo<br />
de la naturaleza del servicio, de la escala de los procesos pertinentes<br />
de los ecosistemas que los sostienen y del contexto<br />
socioeconómico e institucional, esos arreglos toman distintas formas.<br />
<strong>El</strong>las van desde iniciativas informales basadas en la comunidad<br />
hasta contratos más formales entre las partes y complejos acuerdos<br />
entre muchos interesados, facilitados por organizaciones intermediarias.<br />
Los arreglos pueden incluir también una mezcla de incentivos<br />
con base en el mercado, regulatorios y de política que es más factible<br />
que se hagan necesarios a escalas más grandes, cuando las<br />
amenazas vayan más allá de la capacidad de respuesta de comunidades<br />
individuales. La efectividad en los arreglos para estos pagos<br />
dependerá en gran medida de la voluntad de los interesados directos<br />
de hacerlos (R7.3).<br />
La selección de las respuestas<br />
La selección de las respuestas debe explicitar los pros y contra, riesgos,<br />
incertidumbres y supuestos propios de cualquier gama de<br />
opciones, y por lo tanto requiere de transparencia y rendición de<br />
cuentas en los procesos de toma de decisiones (R18, CF.SDM).<br />
Quienes toman las decisiones se enfrentan con incertidumbres ante<br />
la selección de las respuestas, incertidumbres que radican tanto en el<br />
método de evaluación como en los resultados de una respuesta. <strong>El</strong><br />
tratamiento sistemático de la incertidumbre y el riesgo es crucial<br />
para que exista claridad y utilidad con respecto a ambos. Como<br />
parte de cualquier proceso de evaluación, es de gran importancia<br />
estimar la incertidumbre de las conclusiones, aun cuando no se disponga<br />
de una evaluación cuantitativa detallada. La incertidumbre<br />
puede ser producto de los complejos sistemas en los cuales están<br />
inmersas las medidas de respuesta para los servicios de los ecosistemas.<br />
Existen tres dominios de información que son importantes<br />
para elegir e implementar exitosamente las opciones de respuesta<br />
relativas a los humedales (véase Recuadro 7.7): información<br />
biofísica sobre el estado del ecosistema y los procesos; información<br />
socioeconómica sobre el contexto social en el cual y para el cual la<br />
decisión será tomada; y, como un importante componente de esta<br />
última, información acerca de los valores, normas e intereses de los<br />
<strong>LOS</strong> ECOSISTEMAS Y EL BIENESTAR <strong>HUMANO</strong>: HUMEDALES Y AGUA / INFORME DE SÍNTESIS<br />
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