378 - Diócesis de San Juan de los Lagos

MARCO HISTORICO
2. Misión con los cercanos: Año de la Misión.
Una Encuesta socio-pastoral moviliza a
los agentes para el contacto con las bases.
Se anuncia el Kerigma a los agentes y
practicantes (2009-2010).
3. Lanzamiento de las Misiones parroquiales:
29 de junio de 2010.
4. Misión con los lejanos: Año del Testimonio
(2010-2011): movilización misionera
general, territorial y sectorial, para alcanzar
a todos.
5. Clausura del tiempo fuerte de Misión e
inicio del Año del 40° aniversario, que
incluye el proceso para el V Plan
diocesano de pastoral que prolongue la
Misión permanente: 29 de junio de 2011.
No se pretende agotar en un año toda la
tarea de evangelización al sector indicado,
sino sensibilizar sobre esas situaciones, abrir
caminos de acercamiento, iniciar procesos de
evangelización, crear estructuras de acogida
y crecimiento, pues la Misión es permanente.
Conclusión
Los planes de pastoral han ayudado a dar dirección
al riachuelo del trabajo evangelizador, catequético y
misionero. Había que sembrar la semilla en la tierra
húmeda, y ahora se cosechan los primeros frutos. Hay
tres acciones a promover::
a) Actividad misionera: Experiencias de misión ad
gentes.
b) Animación misionera: infundir espíritu misionero.
c) Cooperación misionera: Campañas de oración
misionera y reunión de fondos.
d) Formación misionera: Charlas, retiros, jornadas y
encuentros para grupos misioneros; revistas misioneras.
Los ENFIDIs y CODIAMs tienen la finalidad
de formar misioneramente a los agentes de pastoral
y a todo el Pueblo de Dios.
«Jesucristo es principio estable y centro permanente
de la misión que Dios mismo ha confiado al hombre.
En esta misión debemos participar todos, en ella
debemos concentrar todas nuestras fuerzas, siendo
ella necesaria más que nunca al hombre de nuestro
tiempo». (RH 11).
8. ¡UN OBISPO DE LA DIÓCESIS PARA LA DIÓCESIS!
P. Francisco Escobar
El P. Felipe Salazar, Administrador diocesano,
se disponía a salir para celebrar la Misa de la Divina
Providencia en San Juan Bautista. Era el sábado 1
de marzo de 2008. Sonó el teléfono: era el Sr.
Christophe Piere, Nuncio Apostólico en México:
- Le tengo una buena noticia: el Santo Padre ya les
concedió Obispo.
- ¡Qué bueno, Señor, porque ya le tengo muchos
asuntos!
- ¡Pues váyalos resolviendo, porque el designado
es Ud.!
Tras las acostumbradas resistencias y regateos,
acordaron una entrevista personal al día siguiente,
domingo IV de cuaresma, en la Nunciatura, insistiendo
en guardar todo bajo secreto pontificio.
Miércoles 11 de marzo: Un prolongado repique,
primero en catedral y luego en todos los templos,
anunciaba al pueblo la noticia oficial de su V
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Obispo. El Vocero Vaticano lo había dado a conocer
en la Sala de Prensa del Vaticano, salió en la
edición de L’Osservatore Romano, Radio Vaticana
lo hizo público, y lo confirmó un telegrama de la
Nunciatura Apostólica.
Miércoles 14 de mayo, a tres días de Pentecostés.
El patio central de la Casa Juan Pablo II resultó
insuficiente para acoger a tanta gente que vino a
participar en la primera Ordenación episcopal que
se realizó en la Diócesis: tres arzobispos, 37 Obispos,
unos 400 sacerdotes, alrededor de 200 religiosas
y unos 4,500 laicos.
Perplejidad y confusión entre ceremonieros y
consultores: ¿Dónde está el anillo episcopal que
recibirá el nuevo Obispo? Nadie lo sabe. Varios
Obispo ofrecen el suyo. Serenamente el P. Felipe
Salazar, ya colocado frente al Card. Sandoval para
la imposición del anillo, mete la mano en su bolsillo
y dice: «¡Aquí lo tengo!».
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