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La Vila Joiosa. El centenario del título de ciudad. 1911-2011
con Alacant y Valéncia como con Alcoi (ése era el propósito inicial), como un puerto
de refugio para su notable flota marítima.
Pero ese crecimiento que a principios del último tercio del siglo XIX se aventuraba
tanto en España como en La Vila, sólo fue una ilusión. Después de un breve periodo
de crecimiento económico (1877-1886) propiciado en parte por el final de la
Tercera Guerra Carlista (1872-1876), los altos aranceles que existían sobre los productos
extranjeros en las colonias y la existencia de una profunda crisis agrícola en
Europa que provocó la exportación masiva de productos como uva, vino y naranjas
principalmente, la economía española se estancaba de golpe en la última década del
siglo XIX
Un continuo de malas cosechas, la crisis industrial y comercial que provocó la
pérdida de Cuba, Puerto Rico y las Islas Filipinas como consecuencia de la derrota en
la Guerra Hispano-Americana de 1898, la falta de un capital nacional (la mayoría de
las grandes empresas estaban explotadas por multinacionales extranjeras) que inviertiera
en pro de una industria fuerte y competitiva, la dependencia externa de materias
primas, combustibles y productos químicos como el algodón en bruto, el petróleo o
los fertilizantes agrícolas, imprescindibles para la indústria y el campo, unido a la
inexistencia de modernas técnicas de producción agrícola, necesarias para mantener
el peso comercial de una agricultura que a prinicipos del siglo XX representaba un
cuarto de las exportaciones, imposibilitó a la economía española dar ese paso adelante
que necesitaba para situarse, al menos, cerca de las de los países centroeuropeos.
Factores éstos, a los que La Vila tuvo que unir aún algunos más. Tres epidemas
de cólera en poco más de treinta años (1854, 1865, 1885), la última con cerca de quinientos
muertos contabilizados entre mediados de julio y finales de septiembre. La
falta casi total, si exceptuamos algunas intervenciones puntuales sobre el antiguo
camino de Alcoy y la apertura de un tunel en el Mascarat, de infraestructura viaria,
portuaria e hidráulica en el municipio. La inauguración de la nueva línea férrea entre
Alcoi y Gandia en 1894, que tuvo como consecuencia que La Vila dejara de ser el
puerto comercial de Alcoy en beneficio de la capital de la Safor. La progresiva substitución
de la madera por acero en la construcción de barcos, sobre todo debido a las
indicaciones establecidas en el Primer Programa Naval del Estado (1888) y una pertinaz
sequía, que fue especialment grave durante el lustro 1905-1910. En definitiva, un
cúmulo de circunstancias negativas que dejaron La Vila en el inicio de la década de
1910 en una situación económica lamentable. Ni los cinco millones de pesetas que
dejó el Gordo de la Loteria de Navidad en 1900 coniguieron reelanzar, más allá de los
años inmediatamente posteriores, al menos un poco, la economía vilera.
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La Vila Joiosa 1911. Economía, política y sociedad