20.11.2014 Views

boHjvF

boHjvF

boHjvF

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

POLIFONÍA DE LA IDENTIDAD 23<br />

te alentadas por nacionalismos acartonados impulsados por diversos regímenes<br />

políticos y por una consiguiente y tendenciosa toma de conciencia e identidad<br />

respecto al arte. En México, por ejemplo, el triunfo de la Revolución<br />

mexicana, cifrado en el establecimiento de un monolítico gobierno-partido,<br />

trajo consigo el rechazo inmediato del pasado porfiriano, del que dependía en<br />

cierta medida la legitimización del régimen en el poder.<br />

Esta historia se repite en diversas naciones y, por todo ello, el nacionalismo<br />

se antoja un pesado fardo historiográfico del que resulta muy difícil librarse,<br />

pues ha generado toda suerte de prejuicios que urge revisar. Ello no significa,<br />

por cierto, que durante el siglo xix no existieran críticas o intentos de<br />

hacer una historia local: seguramente en varios países han de encontrarse<br />

antecedentes poderosos y hasta involuntarios del genuino afán por reconstruir<br />

lo acontecido en el arte sonoro. La música del siglo xix mexicano, por ejemplo,<br />

tuvo en Enrique de Olavarría y Ferrari a uno de sus mejores cronistas,<br />

pero ello fue consecuencia ad laetere de recuperar las peripecias teatrales en<br />

la ciudad de México durante aquel tiempo. Sin embargo, la historia musical<br />

de las naciones de América sólo fue escrita en el siglo xx, como consecuencia<br />

de una renovada necesidad de conocer y definir el ámbito propio. De hecho,<br />

el surgimiento de figuras musicales reconocidas internacionalmente —Villa-<br />

Lobos, Ginastera, Ponce— fue parte intrínseca de dicho proceso: ¿fueron estos<br />

compositores un brote espontáneo? ¿Es que acaso hubo música en Latinoamérica<br />

anterior a estos famosos maestros? La flagrante necedad de tal pregunta es<br />

relativamente reciente. Todavía en 1926, una de las pugnas más agrias del<br />

Primer Congreso Nacional de Música se dio entre el musicógrafo Jesús Carlos<br />

Romero y un tal licenciado Ernesto Enríquez: el primero propugnaba por el<br />

establecimiento de una cátedra de Historia de la música mexicana en el Conservatorio<br />

Nacional, mientras el segundo declaraba al pleno del congreso que<br />

“la historia musical nacional ni ochenta años comprende”.<br />

Cada quien podrá hurgar en sus respectivas hemerotecas los equivalentes<br />

locales de tales discusiones, pero si hoy parecen bizantinas, lo cierto es que<br />

todavía no nos queda muy claro en qué consiste esa historia musical de Latinoamérica.<br />

Si se revisa con detenimiento esta cuestión, habrá de concluirse<br />

que resta un enorme trabajo por realizar, pues en tiempos recientes los repertorios<br />

y los trabajos propiamente musicológicos se han multiplicado; de modo<br />

que casi puede afirmarse que ninguna de las historias musicales escritas antes<br />

del polémico 1992 —siempre hay que dar alguna fecha— posee mayor vigencia.<br />

Y sin embargo, es un fenómeno propio e interesante de la cultura del siglo<br />

xx latinoamericano que nos haya interesado recuperar nuestra historia musical

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!