ruta pesquera - Associação dos Portos de Portugal

Ruta pesquera 87:ruta pesquera 27/06/11 7:16 Página 19
su cuello. Elegir sobre lo ya capturado
sin desarrollar métodos selectivos y sistemas
de gestión sostenibles se aparta
de la productividad industrial y colorea
de rojo los números empresariales, pero
de negro se pinta el futuro de un exhausto
océano mundial bajo las premisas
de una anunciada sentencia de
muerte.
Con nombre de guerra: un ‘sushi
samurai’ de carácter europeo
Fish Fight, un nombre anclado a la
acción y empujado por los vientos del
SOS que azotan los océanos. Dos palabras,
que resumen la campaña recién
salida de las redes de la UE para socorrer
las aguas del agotamiento de los
recursos pesqueros a través de un modelo
más sostenible.
Si bien no se trata de una primera iniciativa
tomada en aras a concienciar al
sector y a los consumidores del impacto
de la pesca industrial sobre el mar, sí es
novedoso y está siendo controvertido el
enfoque concreto que tiene este plan,
cuyo objetivo es reducir el volumen de
pescado que es devuelto al mar muerto
al no considerarse apto para el consumo.
España, Francia, Polonia y Alemania
son la nueva tripulación de este barco
que ya zarpó en el 2010 con el mismo
ideario en el Reino Unido.
Todo parece indicar que la UE está
convencida de la necesidad de un cambio
real para proteger un mar sobreexplotado
y navega con tesón hacia un
nuevo continente abanderado por modelos
de gestión optimizados como herramienta
para pescar menos y ganar
más. Así las cosas, la proximidad de la
reforma política pesquera europea nada
entre el oleaje de las críticas que ha
despertado en el sector de varios países,
dada la previsible imposición de
fuertes restricciones a la captura de
pescados ‘descartados’ y devueltos al
mar.
Y es que el pasado 8 de junio, el Día
Mundial de los Océanos ha alertado
que en tan sólo una década se han tirado
por la borda 70 millones de toneladas
de pescado. Una vez más, se ha recordado
que los avances tecnológicos
han aumentado el rendimiento de la industria
pesquera a corto plazo, sin tener
en cuenta ni la sostenibilidad, ni la
conservación de los ecosistemas marinos.
Es más, en muchas zonas se autorizan
artes de pesca destructivas sin conocer
siquiera la biodiversidad que resulta
destruida, pues las profundidades
permanecen inexploradas.
Con todo ello, en medio de este temporal,
Oceana ve en la reforma de la
Política Pesquera Común este año una
oportunidad de “enmendar los fallos
del pasado” y apoya sus argumentos
con una lista de datos como que el
88% de los stocks pesqueros europeos
están sobreexplotados, el 13% de las
capturas europeas -1,3 millones de toneladas-
son descartes y el 41% de las
especies de rayas y tiburones se encuentran
amenazadas en el
Mediterráneo. Además, recuerda las
preocupantes imágenes de destrucción
de la vida marina por prácticas pesqueras
destructivas y mala gestión de su reciente
expedición al Báltico e insiste en
que sólo el 2,3% de las aguas europeas
están protegidas bajo la Red Natura
2000, muy distante del objetivo del
10% establecido por el Convenio para
la Diversidad Biológica de las Naciones
Unidas.
Aprovechando, pues, la coyuntura del
momento, Oceana viste de verde sus
eco-propuestas de cara a sacar a flote
una esperada reforma de la Política
Pesquera Común, de tal modo que pide
que las soluciones pasen por priorizar la
sostenibilidad ecológica a largo plazo,
aplicar un enfoque de precaución a la
gestión de las actividades pesqueras,
instaurar el uso de criterios científicos
para determinar las oportunidades pesqueras
y las medidas de gestión, conseguir
una gestión adecuada de todas las
especies explotadas comercialmente,
controlar la aplicación de la normativa
pesquera en su totalidad y acabar con
el derroche que suponen los descartes
mediante la obligación de desembarcar
todas las capturas. La lista se engrosa
con fórmulas como asegurar que en
2020 se alcance un buen estado medioambiental
y la deseada coherencia
de objetivos internacionales y europeos
de protección a la biodiversidad.
La prohibición de los descartes
no es una solución única
No es la primera vez que la Dirección
de Investigación de Oceana Europa intenta
que la sala de máquinas de la política
comunitaria entre en combustión,
de hecho ha criticado en otras ocasiones
la pasividad de la política pesquera
europea al permitir el uso de técnicas
pesqueras poco selectivas que generan
tasas de descartes que, en algunos casos,
alcanzan un 70%, un 80% e, incluso,
90% de las capturas.
Ahora ante la posibilidad de darle luz
igual de verde a los cambios reales, la
organización ha arrancado sus motores
a toda máquina a través de una campaña
que reclama un máximo aceptable
de capturas accidentales, amparado por
criterios científicos y por la obligación
de desembarcar todas las capturas. ¿Y
cómo Pues, con la adopción de una
serie de medidas entre las que se cuentan
la modificación de las prácticas pesqueras
de ciertas pesquerías, los controles
efectivos -adaptados a la escala y
tipo de cada pesquería y con un sistema
proporcional de sanciones-, con el fin
de desincentivar los descartes.
Medidas y técnicas diseñadas, en definitiva,
para reducir la muerte innecesaria
de numerosos organismos y un
marco legal que permita avanzar hacia
una gestión de pesquerías más sostenible,
ya que, la prohibición de los descartes
no se contempla como una solución
por sí misma”, cuando 9 de cada 10 de
los stocks pesqueros europeos evaluados
están condenados al yugo de la sobrepesca.
Pero la preocupación por eliminar los
descartes y el escepticismo por las iniciativas
comunitarias viene de atrás.
Hace dos años el periódico The
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