Volumen 31 No. 1 - Planetec
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Valdés García, C., Legórburu Faus, M., Terrones Garzón, J.<br />
Fig. 4: Vista inferior del colgajo músculo-cutáneo de pectoral mayor<br />
donde se aprecia la fascia anterior del músculo recto abdominal en<br />
continuidad con el colgajo.<br />
teres de irrigación o cierre diferido después de un<br />
periodo de cambio de curas húmedas. Sólo aquellos<br />
casos en que se produce una nueva dehiscencia o el<br />
esternón no permite un cerclaje seguro, se derivan al<br />
Servicio de Cirugía. Plástica para intentar un nuevo<br />
cierre. Esto significa que los pacientes son tratados en<br />
condiciones extremas, perteneciendo todos los casos<br />
que hemos presentado menos uno, al tipo II de heridas<br />
de esternotomía infectada según la clasificación<br />
de Pairoleiro 9 , La infección se manifestó en las primeras<br />
semanas, con presencia de supuración mediastínica<br />
y frecuentemente con osteomielitis asociada.<br />
Solo un caso correspondió a una infección del tipo III,<br />
ya que fue recibido dos años después de la esternotomía<br />
original, y uno de los casos del tipo II paso al tipo<br />
III, siendo necesario reintervenir tres años después de<br />
la reconstrucción esternal.<br />
Como primer paso, de gran importancia para el<br />
éxito de la técnica, realizamos un nuevo desbridamiento<br />
de los bordes esternales y extraemos todo el<br />
material de cerclaje; seguidamente limpiamos el tejido<br />
de granulación y retiramos cualquier resto de tejido<br />
necrótico. Estas maniobras se realizan cuidadosamente<br />
para evitar lesionar las estructuras que recubren<br />
,ni exponer las anastomosis de los by-pass<br />
aorto-coronarios. En ningún caso de los tratados<br />
ocurrió esto.<br />
Los estudios clínicos y experimentales llevados a<br />
cabo por Mathes y col 10 han demostrado la capacidad<br />
del músculo para combatir las osteomielitis, por lo<br />
que este tipo de colgajo el que hemos utilizado para<br />
abordar esta patología.<br />
En todos los casos hemos recurrido a colgajos musculares<br />
de pectoral mayor y de recto abdominal; en<br />
ninguno hemos encontrado necesario recurrir al colgajo<br />
de epiplón, que aunque presenta bajas complicaciones,<br />
(solo un caso de absceso subfrénico y cinco<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
hernias en una serie de 19 pacientes tratados de esta<br />
manera por Pairoleiro 9) , hace necesario recurrir a una<br />
laparotomía, por lo que lo consideramos como un procedimiento<br />
de segunda elección. Hemos usado los<br />
colgajos musculares anteriormente mencionados y los<br />
criterios seguidos para la elección de uno u otro colgajos<br />
o su combinación fueron los siguientes:<br />
En el caso de que el defecto se produjese en los<br />
2/3 superiores del esternón recurrimos a colgajos de<br />
músculos pectorales mayores basados en su pedículo<br />
acromio-torácico e incluso volteados en el lado en<br />
el que la arteria mamaria interna estuviese intacta, si<br />
se precisaba rellenar la cavidad originada en el<br />
mediastino.<br />
En el caso de que el defecto se encontrase en la<br />
mitad inferior del esternón cubrimos el defecto con<br />
colgajo de músculo recto abdominal basado en la arteria<br />
epigástrica superior del lado en el que no se haya<br />
utilizado la arteria mamaria interna.<br />
En dos casos con dehiscencia completa y con necesidad<br />
de rellenar espacios tras el desbridamiento, se<br />
recurrió a la combinación de un colgajo de músculo<br />
pectoral y de uno de recto abdominal.<br />
En los cuatro casos tratados,en los que había ausencia<br />
de ambas arterias mamarias internas, utilizamos<br />
colgajos miocutáneos pectorales de avance bilaterales<br />
tal y como describe Hugo y col. 11<br />
Los criterios anteriormente mencionados fueron los<br />
originales. Con la experiencia adquirida en los casos<br />
presentados hemos podido observar una serie de<br />
hechos:<br />
El colgajo de músculo recto abdominal seccionado<br />
distalmente permite alcanzar hasta el manubrio esternal,<br />
lo que incrementa sus indicaciones. Como desventajas<br />
hay que mencionar su disección más laboriosa,<br />
la debilidad de la pared abdominal que se produce,<br />
con la posibilidad de formación de hernias sobretodo<br />
distalmente a la línea arcuata (un caso de hernia abdominal<br />
asintomática en nuestra serie) y el sufrimiento<br />
de la piel abdominal paraincisional del lado del que se<br />
utiliza el músculo (tres casos en nuestra serie). Esto<br />
último se debe a la separación de la fascia anterior del<br />
recto del colgajo dermograso del abdomen.<br />
<strong>No</strong> es necesario rellenar el espacio que presenta<br />
una esternotomía abierta; es un espacio virtual que<br />
desaparece en el momento en que se cierra adecuadamente<br />
la herida, con un drenaje en su interior durante<br />
un periodo de tiempo que en uno de los casos, fue de<br />
32 días.<br />
Los colgajos de avance musculocutáneos de pectoral<br />
mayor no necesitan ser desinsertados lateralmente<br />
para que se puedan suturar medialmente. Esto<br />
evita la deformidad que se originaría en el pliegue<br />
axilar anterior.