Volumen 31 No. 1 - Planetec
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CIRUGÍA PLÁSTICA IBERO-LATINOAMERICANA<br />
Cir. Plást. Iberlatinamer. - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1<br />
Enero - Febrero - Marzo 2005 / Pag. 1-14<br />
Papel del cirujano plástico en la<br />
obesidad mórbida: experiencia en<br />
dermolipectomía tras cirugía bariátrica<br />
The role of the plastic surgeon in morbid obesity: our<br />
experience in dermolipectomies after bariatric surgery<br />
Hernández Ramos, A.*, Martínez Brell, M.**, Roca Castán, M.*,<br />
Benito Arjonilla, E.*, Gallo, H.***<br />
La cirugía bariátrica ha demostrado ser en la actualidad<br />
el método más eficaz para conseguir grandes<br />
perdidas de peso estables. La mayor experiencia en<br />
este campo y el aumento del número de intervenciones<br />
realizadas, va creando una gran demanda de<br />
actuación por parte del cirujano plástico.<br />
Tras este tipo de cirugía se producen severas disminuciones<br />
de peso y del índice de masa corporal<br />
(IMC),lo que va a ocasionar grandes excedentes cutáneos.<br />
Las dermolipectomías juegan un papel fundamental<br />
en la corrección de las deformidades estéticas, funcionales<br />
y psicológicas de estos pacientes, por lo que<br />
la Cirugía Plástica va a aportar una importante mejora<br />
en la calidad de vida y autoestima del paciente.<br />
En nuestra experiencia, se consiguen buenos resultados<br />
funcionales y estéticos, sin un elevado índice de<br />
complicaciones.<br />
Palabras clave Dermolipectomías, Obesidad mórbida,<br />
Cirugía bariátrica<br />
Código numérico 5<strong>31</strong>1<br />
* Médico Especialista<br />
** Jefe del Servicio<br />
*** Médico Becario<br />
Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora. Hospital Clínico Universitario «San Carlos». Madrid (España).<br />
Hernández Ramos, A.<br />
Resumen Abstract<br />
Bariatric surgery has proven to be the most effective<br />
method for acquiring large and stable weight loss.<br />
A large amount of experience in this field, as well as<br />
an impressive number of interventions, has created a<br />
large demand for this specific surgery.<br />
After this type of surgery, massive weight loss, as<br />
well as BMI (Body Mass Index) decrease, can be<br />
observed. This, in turn, will lead to large amounts of<br />
loose redundant skin.<br />
Dermolipectomies play a fundamental role in the<br />
correction of aesthetic, functional and psychological<br />
deformities of these sickly individuals. It is therefore<br />
clear that Plastic Surgery will provide a serious<br />
improvement in the quality of life and self – esteem<br />
of the patient.<br />
In our experience, these procedures obtain good<br />
functional and aesthetic results, without and elevated<br />
number of complications.<br />
Key words Dermolipectomies, Morbid obesity,<br />
Bariatric surgery<br />
Código numérico 5<strong>31</strong>1
2<br />
Hernández Ramos, A., Martínez Brell, M., Roca Castán, M., Benito Arjonilla, E., Gallo, H.<br />
Introducción<br />
Una obesidad se considera mórbida cuando el índice<br />
de masa corporal (IMC= peso en Kg/altura en m2)<br />
es mayor de 39 (1) o cuando el peso corporal del<br />
paciente excede en más del doble su peso ideal durante<br />
al menos 5 años (2).<br />
Se trata de una entidad que se asocia con alta mortalidad<br />
y morbilidad por las enfermedades asociadas<br />
que suelen acompañarla (diabetes,hipertensión,enfermedades<br />
cardiovasculares...) y los tratamientos conservadores<br />
como dietas,ejercicio y cambio de hábitos<br />
de alimentación han demostrado su ineficacia a largo<br />
plazo.<br />
Desde que Mason en 1980 describió la gastroplastia<br />
vertical bandeada (3) se han descrito, numerosas<br />
técnicas de cirugía bariátrica, demostrando que en la<br />
actualidad, son el único método efectivo para producir<br />
grandes pérdidas de peso estables a largo plazo.<br />
Como consecuencia de este tipo de intervenciones<br />
se producen severas disminuciones de peso y del indice<br />
de masa corporal (IMC),lo que ocasiona grandes<br />
excedentes cutáneos ya que la capacidad de contracción<br />
de la piel depende de la cantidad de peso perdido<br />
y de la edad del paciente(4). Este excedente de tejido<br />
va a producir alteraciones funcionales, dermatológicas<br />
y estéticas para el paciente,limitando su movilidad,<br />
su aseo personal (lo que conlleva infecciones<br />
cutáneas como foliculitis e intertrigo) y en definitiva,<br />
su calidad de vida. Las zonas más afectadas suelen ser<br />
abdomen, mamas, cara interna de muslos y brazos<br />
(Fig. 1 y 2).<br />
La Cirugía Plástica por medio de dermolipectomias,va<br />
a mejorar la calidad de vida y la autoestima<br />
de estos pacientes (5,6). Con una cuidadosa selección<br />
previa del paciente y de la técnica quirúrgica a utilizar,<br />
se obtienen buenos resultados funcionales y estéticos<br />
sin aumento significativo en el indice de complicaciones.<br />
Gráfico 1<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
Material y Método<br />
Desde enero de 1998 hasta enero de 2002 fueron<br />
remitidos a nuestro Servicio, 75 pacientes sometidos<br />
a cirugia bariátrica, realizándose por nuestra parte un<br />
total de 104 intervenciones. De estos 75 pacientes, 63<br />
eran mujeres y 12 varones (Gráfico 1).<br />
La cirugía bariátrica realizada consistió en gastroplastia<br />
vertical bandeada (GVB),gastroplastia vertical<br />
anillada (GVA) y otras (Torres-Oca, Salmon, Capella<br />
y Scoppinaro), en función del equipo quirúrgico de<br />
origen y de las características del paciente (Tabla I).<br />
Tabla I<br />
TECNICA Nª PACIENTES PROMEDIO<br />
GVB 44 58,66%<br />
GVA 13 17,33%<br />
Otras 18 24 %<br />
Todos los procedimientos quirúrgicos reconstructivos<br />
fueron realizados después de una significativa<br />
pérdida de peso, estabilizada como mínimo durante<br />
un año, ya que la capacidad máxima de contracción<br />
cutánea se produce entre el primer y segundo año después<br />
de la cirugía bariátrica (4,7).<br />
En nuestros casos el promedio fue de 24,37 meses<br />
(oscilando entre 12 y 70 meses).<br />
Según el protocolo de nuestro Servicio, los pacientes<br />
son remitidos a la consulta de Cirugía Plástica y<br />
Reparadora cuando presentan un IMC óptimo y una<br />
perdida de peso estable mantenida durante al menos<br />
un año. Las características de los pacientes tratados se<br />
reflejan en la tabla II.<br />
Tabla II<br />
CARACTERÍSTICAS<br />
DEL PACIENTE PROMEDIO<br />
Edad 38,5 (19-67)<br />
IMC previo 48,84 ( 40-62,41)<br />
IMC tras cirugía bariátrica 29,82 (21,40-39,30)<br />
Descenso medio de IMC 19,02 (9,30-34,40)<br />
Los criterios de inclusión en lista de espera establecidos<br />
en nuestro Servicio fueron:<br />
1. Factores propios del paciente: edad, ausencia de<br />
enfermedades sistémicas, de complicaciones en la<br />
cirugía bariátrica y aspectos psicológicos y sociales.
2. Haber transcurrido más de 12 meses desde la<br />
cirugía bariátrica.<br />
3. Disminución del IMC en al menos 18 unidades.<br />
4. Peso estabilizado.<br />
Resultados<br />
Hemos realizado un total de 104 intervenciones,<br />
que se especifican en la tabla III.<br />
Papel del cirujano plástico en la obesidad mórbida: experiencia en dermolipectomía tras cirugía bariátrica<br />
Tabla III<br />
* Ginecomastia<br />
En 29 pacientes se practicaron varios tiempos quirúrgicos<br />
para mejorar el resultado estético del contorno<br />
corporal (Tabla III). Reflejamos en la Tabla V el<br />
tipo de cirugía reconstructiva y el tiempo en que fue<br />
realizada.<br />
El intervalo medio entre los distintos tiempos quirúrgicos<br />
fue de al menos seis meses.<br />
En todos los pacientes se llevó a cabo un seguimiento<br />
postoperatorio de al menos dos años para<br />
valoración de resultados.<br />
Intervención Total %<br />
Dermolipectomía ancla 34 32,69<br />
Dermolipectomía ancla + colecistectomía 2 1,92<br />
Dermolipectomía ancla + eventración 6 5,77<br />
Dermolipectomía ancla + eventración + mamoplastia reduc. 1 0,96<br />
Dermolipectomía ancla + mamoplastia (*) 1 0,96<br />
Dermolipectomía ancla + mamoplastia reducción 2 1,92<br />
Dermolipectomía ancla + mastopexia 4 3,85<br />
Dermolipectomía ancla + mastopexia c/implantes 1 0,96<br />
Dermolipectomía braquial 6 5,77<br />
Dermolipectomía braquial + inguinal 1 0,96<br />
Dermolipectomía braquial + mamopl.reducción 2 1,92<br />
Dermolipectomía braquial + mastopexia c/implantes 1 0,96<br />
Dermolipectomía clásica 9 8,65<br />
Dermolipectomía clásica + eventración 4 3,85<br />
Dermolipectomía inguinocrural 1 0,96<br />
Dermolipectomía inguinal 11 10,58<br />
Mamoplastia (*) 2 1,92<br />
Mamoplastia reducción 4 3,85<br />
Mastopexia 5 4,81<br />
Mastopexia c/implantes 7 6,73<br />
Total general 104 100<br />
Tabla IV<br />
Tiempos Qgcos. Total<br />
1er. tiempo 75<br />
2º tiempo 23<br />
3er. tiempo 5<br />
4º tiempo 1<br />
Total general 104<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
3
4<br />
Hernández Ramos, A., Martínez Brell, M., Roca Castán, M., Benito Arjonilla, E., Gallo, H.<br />
Dermolipectomías Abdominales<br />
Se realizaron 64 dermolipectomías abdominales:<br />
62 en un primer tiempo y 2 en un segundo, con un<br />
peso medio de tejido resecado de 1989,72 gramos<br />
(máx 7.100 g-min 650 g.)<br />
Nuestra elección es realizar la dermolipectomía<br />
abdominal en un primer tiempo quirúrgico, ya que<br />
habitualmente el abdomen es la región donde se produce<br />
un excedente dermograso mayor y así lo demandan<br />
la mayoría de los pacientes.<br />
Si la paciente es joven, sana y con escaso panículo<br />
adiposo, intentamos complementar la técnica con<br />
otros procedimientos para evitar tiempos quirúrgicos<br />
añadidos sin elevar la morbilidad (8).<br />
Se realizó la dermolipectomía abdominal combinada<br />
con otro procedimiento en 21 pacientes (32,81%).<br />
(Tabla VI).<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
Tabla V<br />
Tiempos Qgcos.<br />
Intervención 1 2 3 4 Total<br />
Dermolipectomía ancla 33 1 34<br />
Dermolipectomía ancla + colecistectomía 2 2<br />
Dermolipectomía ancla + eventración 5 1 6<br />
Dermolipectomía ancla + eventración + mamoplastia reduc. 1 1<br />
Dermolipectomía ancla + mamoplastia (*) 1 1<br />
Dermolipectomía ancla + mamoplastia reducción 2 2<br />
Dermolipectomía ancla + mastopexia 4 4<br />
Dermolipectomía ancla + mastopexia c/implantes 1 1<br />
Dermolipectomía braquial 4 1 1 6<br />
Dermolipectomía braquial + inguinal 1 1<br />
Dermolipectomía braquial + mamopl.reducción 1 1 2<br />
Dermolipectomía braquial + mastopexia c/implantes 1 1<br />
Dermolipectomía clásica 9 9<br />
Dermolipectomía clásica + eventración 4 4<br />
Dermolipectomía inguinocrural 1 1<br />
Dermolipectomía inguinal 4 7 11<br />
Mamoplastia (*) 2 2<br />
Mamoplastia reducción 1 2 1 4<br />
Mastopexia 3 2 5<br />
Mastopexia c/implantes 2 5 7<br />
Total general 75 23 5 1 104<br />
Tabla VI<br />
Los dos casos en que se realizó dermolipectomia<br />
abdominal en un segundo tiempo han sido:<br />
1º caso: en un primer tiempo se realizó mastopexia<br />
con implantes, debido a imperativos de coordinación<br />
con el Servicio de Ginecología para realizar la dermolipectomía<br />
abdominal de manera conjunta.<br />
2ª caso: en el primer tiempo se prefirió realizar la<br />
dermolipectomía inguinal porque presentaba un excedente<br />
en cara interna de muslos muy severo, que le<br />
producía importantes problemas dermatológicos.<br />
A los 11 pacientes restantes la dermolipectomía<br />
abdominal les habia sido practicada en sus hospitales<br />
de origen. Las técnicas quirúrgicas empleadas abarcan<br />
desde la dermolipectomía clásica con cicatriz única<br />
transversa abdominal suprapúbica (9-11) a las dermolipectomías<br />
con cicatriz en T invertida y modificaciones<br />
como “ancla” o “flor de lis” (12-14) (Gráfico2).<br />
Intervención D. ancla D. clásica Total<br />
Dermolipectomía ancla + colecistectomía 2 2<br />
Dermolipectomía ancla + eventración 6 6<br />
Dermolipectomía ancla + eventración + mamopl. reduc. 1 1<br />
Dermolipectomía ancla + mamoplastia 1 1<br />
Dermolipectomía ancla + mamoplastia reducción 2 2<br />
Dermolipectomía ancla + mastopexia 4 4<br />
Dermolipectomía ancla + mastopexia c/implantes 1 1<br />
Dermolipectomía clásica + eventración 4 4<br />
Total 17 4 21
Gráfico 2<br />
Grupo Intervención Total<br />
Dermolipectomía ancla 51<br />
Dermolipectomía clásica 13<br />
Total general 64<br />
En nuestra experiencia, en este tipo de pacientes el<br />
abordaje con cicatriz longitudinal y transversa es más<br />
aconsejable por los siguientes motivos:<br />
- Existencia de cicatriz previa de laparotomía, que<br />
puede comprometer la distensión de los tejidos en la<br />
zona supraumbilica y la vascularización del colgajo.<br />
Fig. 1 y 2. Aspecto corporal tras perdida de 75 kg.de peso<br />
Papel del cirujano plástico en la obesidad mórbida: experiencia en dermolipectomía tras cirugía bariátrica<br />
- Mejor acceso a eventraciones, si las hay, y a su<br />
reparación.<br />
- Mejora del contorno de la zona superior de tronco<br />
y cintura.<br />
Marcaje preoperatorio:<br />
Con el paciente en bipedestación diseñamos el<br />
excedente o faldón dermograso infraumbilical que<br />
deseamos resecar (fig. 3).A continuación, y partiendo<br />
del apéndice xifoides como referencia, diseñamos la<br />
zona longitudinal a resecar, incluyendo la cicatriz de<br />
laparotomía previa y aproximando los colgajos para<br />
estimar el cierre sin tensión.(Fig. 4,5)<br />
Respecto a la técnica, habitualmente realizamos<br />
plicatura de rectos y colocación de malla no reabsorbible<br />
si hay eventración, cerrando siempre en dos planos<br />
(Fig. 6,7). Consideramos importante el mínimo<br />
despegamiento de los colgajos, lo suficiente para<br />
cerrar sin tensión y evitar complicaciones como seromas<br />
o necrosis cutáneas.(Fig. 8)<br />
Habitualmente colocamos dos drenajes de aspiración,<br />
que mantenemos hasta que el débito es inferior<br />
a 25 cc.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
5
6<br />
Hernández Ramos, A., Martínez Brell, M., Roca Castán, M., Benito Arjonilla, E., Gallo, H.<br />
Fig. 3, 4, 5. Marcaje preoperatorio para dermolipectomia abdominal<br />
Fig. 3. Marcaje del faldón dermograso infraumbilical a resecar<br />
Fig. 5. Marcaje definitivo del excedente a resecar Fig. 6. Resección dermograsa<br />
Fig. 7. Detalle del faldón (1800 g.) Fig. 8. Aspecto final<br />
Se realiza profilaxis antibiótica con 2 g de cefazolina<br />
pre-intervención, y como pauta alternativa utilizamos<br />
Clindamicina 600 mg.Se realiza profilaxis de<br />
tromboembolismo con heparinas de bajo peso mole-<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
Fig. 4. Valoración manual de la zona supraumbilical para cierre sin<br />
tensión<br />
cular (Boxol 2500 o 5000 en pacientes con mayor<br />
riesgo) y movilización precoz.<br />
El tiempo de hospitalización medio fue de 5 días y<br />
el tiempo de quirófano aproximado de 120 minutos.
Mamoplastias<br />
Se realizaron como procedimiento único en 18<br />
pacientes, y combinadas con otro procedimiento en<br />
12, practicándose un total de 30 mamoplastias (Tabla<br />
VII).<br />
Tabla VII<br />
Tipo de mamoplastia Pacientes Combinadas<br />
Mamoplastia de reducción 9 5<br />
Mastopexias 9 4<br />
Mastopexias con implantes 9 2<br />
Ginecomastias 3 1<br />
TOTAL 30 12<br />
Las técnicas empleadas han sido las clásicas,<br />
ampliamente descritas en la literatura (15,16).<br />
En todas las mamoplastias de reducción, hemos<br />
realizado cicatriz en T invertida e injerto del comple-<br />
Fig. 9 y 10. Ptosis mamaria en paciente joven tras perdida de 45 Kg<br />
Papel del cirujano plástico en la obesidad mórbida: experiencia en dermolipectomía tras cirugía bariátrica<br />
Fig. 11 y 12. Postoperatorio al año de mastopexia con cicatriz vertical e implantes<br />
jo, areola-pezón (CAP) dada la ptosis severa que presentaban<br />
las pacientes.<br />
De las 18 mastopexias,solamente 2 pudieron realizarse<br />
con colgajo portareola y cicatriz vertical, por ser<br />
pacientes jóvenes con buena contracción cutánea<br />
(Fig. 9-12).<br />
<strong>No</strong>s parece importante reseñar que, al realizar el<br />
diseño de la mamoplastia, hemos de ser muy poco<br />
ambiciosos en la altura del futuro CAP y diseñar una<br />
cicatriz vertical no mayor de 6 cm, ya que por la flacidez<br />
extrema de la piel existe a largo plazo una clara tendencia<br />
a deformidades de difícil solución quirúrgica.<br />
En los tres casos de ginecomastia,hemos recurrido a la<br />
técnica de amputación e injerto del complejo areola<br />
pezón descrita por Hoopes y Davis debido al excedente<br />
cutáneo severo que, a nuestro criterio, justifica las cicatrices<br />
resultantes. Otras técnicas con incisiones periareolar<br />
u oblicua (17), resultaban insuficientes para estos casos.<br />
Se realiza la misma profilaxis antibiótica que en las<br />
dermolipectomías abdominales.<br />
El tiempo de hospitalización medio fue de 48 horas<br />
y el tiempo de quirófano aproximado de 120 minutos.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
7
8<br />
Hernández Ramos, A., Martínez Brell, M., Roca Castán, M., Benito Arjonilla, E., Gallo, H.<br />
Dermolipectomia inguinal<br />
Se practicó este procedimiento en 12 pacientes,<br />
cinco de ellos en un primer tiempo y siete en un<br />
segundo tiempo.<br />
En estos casos se procedió a realizar dermolipectomía<br />
de cara interna de muslos, mediante incisión en<br />
pliegue inguinal ampliada hasta pliegue gluteo.<br />
Aconsejamos la sutura en tres planos, siendo<br />
importante el plano fascial para evitar excesivo desplazamiento,<br />
por la gravedad, de las cicatrices. En<br />
todos los casos se colocaron drenajes tipo tejadillo,<br />
que habitualmente se retiran a las 48-72 horas.<br />
Las incisiones verticales permiten un mejor remodelado<br />
y mayor resección cutánea, pero en la actualidad,no<br />
los realizamos por las importantes cicatrices<br />
que ocasionan.<br />
El tiempo de hospitalización medio fue de 3 días y<br />
el tiempo de quirófano aproximado fue de 90 minutos.<br />
Se realiza la misma profilaxis antibiótica y tromboembólica<br />
que en las dermolipectomías abdominales,<br />
permitiendo la deambulación a las 24 horas.<br />
Dermolipectomia braquial<br />
Se practicó en 10 pacientes, en cuatro de ellos combinada<br />
con otro procedimiento.<br />
Se planifica una extirpación fusiforme desde el<br />
codo hasta la axila, de manera que la cicatriz sea apreciable<br />
sólo con los brazos en abducción, quedando a<br />
lo largo del surco braquial interno. La sutura se realiza<br />
en tres planos, dejando drenaje tipo tejadillo. Vendaje<br />
almohadillado y movilización inmediata.<br />
Las cicatrices son muy inestéticas, con escasa satisfacción<br />
por parte del paciente y del cirujano, por lo<br />
que limitamos esta intervención a casos de extrema<br />
flacidez.<br />
Se realiza la misma profilaxis antibiótica que en las<br />
intervenciones referidas anteriormente.<br />
El tiempo de hospitalización medio fue de 48 horas<br />
y el tiempo de quirófano aproximado de 70 minutos.<br />
Tabla VIII<br />
Complicación D. ancla D. clásica Total<br />
ninguna 44 9 53<br />
Necrosis cutánea central 3 3<br />
Necrosis umbilical 1 1<br />
Hematoma 1 2 3<br />
Seroma 2 1 3<br />
Hematoma e infección 1 1<br />
Total 51 13 64<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
Complicaciones<br />
Dermolipectomias abdominales<br />
De las 64 intervenciones realizadas,11 pacientes<br />
presentaron algún tipo de complicación (17,18%).<br />
Presentamos en la Tabla VIII y Gráfico III las complicaciones<br />
manifestadas y el tipo de abordaje quirúrgico.<br />
Las necrosis cutáneas se resolvieron mediante desbridamiento<br />
y cierre por segunda intención, evolucionando<br />
satisfactoriamente; precisó posterior retoque de<br />
cicatriz una de las pacientes. Tanto los casos que presentaron<br />
hematoma o seroma requirieron drenajes y<br />
múltiples curas sin reintervención.<br />
Solamente uno de los pacientes requirió transfusión<br />
de dos unidades.<br />
Dermolipectomías inguinales<br />
Hemos tenido complicación en un caso, que presentó<br />
abceso a los siete días de la intervención, requiriendo<br />
drenaje y antibioterapia. Creemos que el origen<br />
de la infección fue la existencia de un hematoma<br />
no diagnosticado ni tratado en los primeros días.<br />
Otras cirugías<br />
En las mamoplastias y en las dermolipectomías<br />
braquiales, no se presentó ninguna complicación significativa.<br />
Discusión<br />
Existen pocas series publicadas sobre dermolipectomías<br />
en pacientes obesos morbidos sometidos a<br />
cirugía bariátrica. Cabría esperar un elevado indice de<br />
complicaciones ya que, según algunos autores, éstas<br />
aumentan al ser pacientes con obesidad previa.<br />
Gráfico 3
Papel del cirujano plástico en la obesidad mórbida: experiencia en dermolipectomía tras cirugía bariátrica<br />
Fig. 13, 14, 15. Aspecto preoperatorio de gran faldón abdominal. Vistas frontal, oblicua y lateral<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
9
10<br />
Hernández Ramos, A., Martínez Brell, M., Roca Castán, M., Benito Arjonilla, E., Gallo, H.<br />
Fig 16, 17, 18. Postoperatorio al año<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005
Coincidimos con Vastine (18) en que la cirugía<br />
bariátrica previa no tiene efecto significativo en la<br />
incidencia de complicaciones postdermolipectomía<br />
abdominal. Lo que realmente tiene importancia es el<br />
indice de masa corporal (IMC) y el grado de obesidad<br />
en el momento de la intervención.<br />
Para nosotros, es fundamental crear un protocolo<br />
de actuación ante el paciente remitido a consulta antes<br />
de planificar la cirugía, debiendo incluir una valoración<br />
psicológica y un detallado estudio fotográfico<br />
(19). Este protocolo debería ser diseñado por un equipo<br />
multidisciplinario formado por endocrinólogo, psiquiatra,<br />
cirujano de aparato digestivo y cirujano plástico.<br />
Sería deseable valorar las expectativas del<br />
paciente respecto al resultado de la cirugía de remodelado<br />
corporal, su estabilidad psíquica, la disposición<br />
del enfermo a cumplir el régimen alimentario y<br />
de ejercicio físico, y su actitud ante la propia imagen.<br />
Consideramos positivo que el cirujano plástico<br />
pudiera informar de los aspectos de su especialidad,<br />
antes incluso de practicar la cirugía bariátrica.<br />
En nuestra experiencia, con una cuidadosa selección<br />
del paciente y de la técnica empleada, se obtienen<br />
buenos resultados funcionales y estéticos sin elevado<br />
índice de complicaciones (Fig. 13-18).<br />
Consideramos criterios básicos para nuestra actuación<br />
la disminución del IMC en al menos 18 unidades,<br />
un peso estabilizado y haber transcurrido al<br />
menos un año desde que fueran practicada la cirugía<br />
bariátrica.<br />
El estudio más extenso publicado sobre dermolipectomías<br />
en pacientes obesos morbidos es el de<br />
Donati, con una casuística de 161 dermolipectomías<br />
abdominales en un periodo de 14 años (20). Fotopoulos,<br />
en una serie más actual, presenta 33 pacientes<br />
obesos morbidos sometidos a dermolipectomía abdominal(21).<br />
Obligada referencia es también el estudio<br />
de Grazer y Goldwyn (1977)que revisan las complicaciones<br />
ocurridas en 10.490 abdominoplastias (22),<br />
aunque no todos los pacientes estudiados presentaban<br />
el tipo de obesidad que nos ocupa.<br />
Las complicaciones comunes presentadas en estos<br />
estudios son:<br />
Infección : 9% (21), 22,3% (20)<br />
Seroma :3% (21), 3,1% (20)<br />
Hematoma: 3% (21), 1% (20)<br />
Necrosis cutánea: 6% (21), 5,4% (20)<br />
Complicaciones tromboembólicas 1,2% (20)<br />
Otros autores no refieren necrosis umbilical que,en<br />
nuestra serie, se ha presentado en 1,56% de los casos.<br />
<strong>No</strong> hemos tenido complicaciones tromboembólicas<br />
al igual que publica Fotopoulos.<br />
Papel del cirujano plástico en la obesidad mórbida: experiencia en dermolipectomía tras cirugía bariátrica<br />
Los resultados que aportamos reflejan una tasa de<br />
seroma y hematoma del 4,68%, y de necrosis cutánea<br />
del 4,68%. La tasa de infección es inferior a otras<br />
series 1,56%, lo que creemos está relacionado con un<br />
menor número de dermolipectomías abdominales<br />
combinadas con eventración y/o colecistectomía y<br />
colocación de malla 54,6% (20) y 45,4% (21).<br />
Conclusiones<br />
Consideramos que las dermolipectomias son el<br />
único tratamiento a largo plazo para mejora de los<br />
grandes excedentes cutáneos tras severas perdidas de<br />
peso en pacientes sometidos a cirugía bariátrica. Con<br />
una cuidadosa selección del paciente y de la técnica<br />
se obtienen buenos resultados funcionales y estéticos<br />
sin un aumento significativo en el indice de complicaciones.<br />
Dra. Araceli Hernández Ramos<br />
C/ Lagasca 27-1º J<br />
28001 Madrid. España<br />
Dirección del autor<br />
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22. Grazer FM, Goldwyn RM. “Abdominoplasty assessed by survey<br />
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59:513.
La difusión de la cirugía bariátrica ha generado una<br />
población nueva de pacientes candidatos a demolipectomías,<br />
que poseen ciertas peculiaridades con respecto<br />
a los candidatos por otros motivos.<br />
Resulta llamativo que a pesar de que suponen en<br />
volumen una proporción importante del total de<br />
pacientes que son intervenidos en muchos Servicios<br />
de Cirugía Plástica, existan pocas series publicadas<br />
sobre este tipo de procedimientos.<br />
Por este motivo, felicito a los autores por el exhaustivo<br />
estudio que presentan sobre este grupo de intervenciones<br />
en pacientes sometidos a cirugía bariátrica.<br />
Estoy totalmente de acuerdo con las indicaciones<br />
de este tipo de procesos, entre las que destaco la estabilización<br />
en la pérdida de peso, la ausencia de enfermedades<br />
sistémicas y la estabilidad psicológica.<br />
Se deben dejar claras, desde la primera consulta, las<br />
expectativas del paciente con respecto a la cirugía, ya<br />
que la mejora del contorno corporal va asociada a una<br />
secuela cicatricial siempre importante.<br />
El paciente acude a la consulta del cirujano plástico,<br />
a veces con informaciones poco adecuadas, recibidas<br />
previamente por parte de otros especialistas,<br />
que restan importancia a todos los procedimientos<br />
reparadores que se realizan después del adelgazamiento.<br />
Por ello, coincido plenamente con los autores<br />
en que sería deseable que el cirujano plástico informara<br />
sobre los aspecto concernientes a su apartado<br />
del tratamiento antes de realizar la cirugía bariátrica.<br />
Con respecto al tipo de procedimientos analizados,<br />
efectivamente es habitual comenzar por la dermolipectomía<br />
abdominal, ya que suele ser la zona que presenta<br />
mayor exceso dermograso.<br />
Papel del cirujano plástico en la obesidad mórbida: experiencia en dermolipectomía tras cirugía bariátrica<br />
Comentario al trabajo «Papel del cirujano plástico<br />
en la obesidad mórbida: experiencia en<br />
dermolipectomía tras cirugía bariátrica»<br />
Dr. Daniel Arenas Escribano<br />
Cirujano Plástico. Hospital Central<br />
de la Cruz Roja, San José y Santa Adela<br />
Madrid. España<br />
La dermolipectomía abdominal en ancla es realmente<br />
útil, si previamente existe cicatriz de laparotomía<br />
media, ya que permite acortar la cicatriz<br />
transversa suprapúbica y reducir el contorno de la<br />
cintura. En algunos casos la cirugía bariátrica fue<br />
realizada a través de una incisión subcostal transversa,<br />
por lo que en estos casos el procedimiento se<br />
parece más a la demolipectomía clásica, realizando<br />
solo una incisión transversa entre ambas espinas<br />
ilíacas.<br />
En este grupo de pacientes, en los que existe un<br />
importante exceso cutáneo, resultan interesantes,<br />
como alternativas a la intervención clásica, algunas<br />
técnicas que pretenden eliminar el mayor exceso de<br />
piel posible, pero minimizando la secuela cicatricial.<br />
Entre ellas destaca la Abdominoplastia de “alta tensión<br />
lateral” (Lockwood, 1995)y la Abdominoplastia<br />
con “alta tensión superior” (LeLouarn y Pascal,<br />
2000).<br />
Los defectos en el plano musculoaponeurótico<br />
deben ser resueltos en la misma intervención, tal y<br />
como proponen los autores, la mayoría de las veces<br />
mediante la colocación de una malla, preferentemente<br />
en posición retromuscular.<br />
El resto de procedimientos analizados se ajustan a<br />
la casuística habitual, con la ventaja de mostrar escasas<br />
complicaciones, por lo que se demuestra, como<br />
dicen los autores, que si existe una adecuada indicación,<br />
este tipo de intervenciones no difiere de las realizadas<br />
sobre pacientes que no han sido obesos mórbidos.<br />
Enhorabuena por el trabajo y los resultados obtenidos.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
13
14<br />
Hernández Ramos, A., Martínez Brell, M., Roca Castán, M., Benito Arjonilla, E., Gallo, H.<br />
Respuesta al comentario del Dr. Daniel Arenas<br />
Ante todo manifestar nuestro agradecimiento al Dr.<br />
Arenas por los comentarios realizados al trabajo.<br />
Su coincidencia en la importancia de las indicaciones<br />
y la información previa al paciente demuestra su<br />
experiencia en secuelas de obesidad mórbida.<br />
En nuestro centro la mayoría de los pacientes que<br />
nos remiten presentan cicatriz de laparotomía media,<br />
razón por la realizamos con mucha frecuencia la<br />
demolipectomía “en ancla”.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
Dra. A. Hernández Ramos<br />
Agradecemos su crítica constructiva al comentar<br />
las abdominoplastias de “alta tensión lateral” y “alta<br />
tensión superior” que nos recuerdan la importancia<br />
del sistema fascial superficial y la fijación del mismo,<br />
lo que ayuda a mejorar los resultados estéticos como<br />
la depresión suprapúbica que en ocasiones queda y<br />
que en este tipo de pacientes es muy marcada.
CIRUGÍA PLÁSTICA IBERO-LATINOAMERICANA<br />
Cir. Plást. Iberlatinamer. - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1<br />
Enero - Febrero - Marzo 2005 / Pag. 15-24<br />
Tratamiento quirúrgico de la mediastinitis<br />
en pacientes con esternotomía media:<br />
opciones y resultados<br />
Surgical treatment of mediastinitis in patients with<br />
medial sternotomy: options and results<br />
Valdés García, C.*, Legórburu Faus, M.*, Terrones Garzón, J.**<br />
El manejo óptimo de las mediastinitis postesternotomía<br />
es un tema controvertido. Desde 1993 hemos<br />
utilizado el desbridamiento agresivo y el cierre con<br />
colgajos musculares. Los pacientes remitidos a nuestro<br />
Servicio fueron pacientes previamente tratados<br />
con métodos conservadores por el Servicio de Cirugía<br />
Cardiaca y por tanto sólo recibimos los casos que no<br />
respondieron o aquellos en los que el esternón había<br />
sufrido una destrucción tan importante que dificultaba<br />
su estabilización. Dicinueve pacientes fueron<br />
reconstruidos con colgajos musculares o musculocutáneos:<br />
7 con músculo recto abdominal único, 1 con<br />
músculo pectoral único, 9 con ambos músculos pectorales<br />
y 2 con un músculo recto abdominal y un pectoral.<br />
La mortalidad intraoperatoria fue nula; la postoperatoria,<br />
dentro de un periodo de 30 días, fue de 4<br />
pacientes, tuvimos complicaciones en 5 casos. En<br />
este artículo explicamos nuestros criterios, describimos<br />
las técnicas empleadas y analizamos nuestros<br />
resultados y como éstos han hecho variar nuestras<br />
indicaciones.<br />
Palabras clave Mediastinitis, colgajos musculares,<br />
esternotomía<br />
Código numérico 5012<br />
* Médico Adjunto<br />
** Jefe de Servicio<br />
Servicio de Cirugía Plástica. Hospital de Basurto. Bilbao. España.<br />
Resumen Abstract<br />
The best management of mediastinitis from deep<br />
sternal wound infection is a controversial topic. Since<br />
1993 we have used the aggressive debridement and<br />
the closure with muscular flaps. The patients submitted<br />
to our Service were previously treated with conservative<br />
methods in the Cardiac Surgery Department<br />
and therefore we only receive those that didn’t respond<br />
to this treatment or those in which the sternum<br />
had suffered such an important destruction that it prevented<br />
its stabilization. Nineteen patients were<br />
reconstructed with muscular or myocutaneous flaps:<br />
7 with single abdominal rectum muscle flap, 1 with<br />
single pectoral muscle flap, 9 with both pectoral muscles,<br />
and two with an abdominal rectum and a pectoral<br />
muscle flaps. There was no mortality during surgery,<br />
the postoperative mortality, in a period of 30<br />
days, was 4 patients, and complications appeared in<br />
5 patients. In this article we explain our approaches,<br />
we describe the employed techniques and we analyze<br />
our results and how these ones have changed our indications.<br />
Key words Mediastinitis, muscle flaps, sternotomy<br />
Código numérico 5012<br />
Valdés García, C.
16<br />
Valdés García, C., Legórburu Faus, M., Terrones Garzón, J.<br />
Introducción<br />
La mediastinitis como complicación de la esternotomía<br />
media necesaria para diversas intervenciones<br />
cardiacas, continúa siendo una complicación infrecuente,<br />
pero grave. Entre sus factores predisponentes<br />
Sarr et al 1 citan: hematomas, tiempo quirúrgico prolongado,<br />
complicaciones cardiopulmonares postoperatorias<br />
y la utilización de las arterias mamarias internas.<br />
Históricamente han sido diversos los métodos<br />
empleados para tratarla, de forma abierta o cerrada,<br />
pero no fue hasta que Jurkiewic et al. 2 , Nahai et al. 3 ,<br />
y otros, empezaron a hacerlo de forma inmediata,<br />
mediante desbridamiento agresivo y cierre con colgajos<br />
musculares, cuando se consiguió una dramática<br />
reducción en la estancia hospitalaria, la morbilidad y<br />
la mortalidad de esta grave patología<br />
Haciendo un repaso cronológico de los métodos<br />
utilizados, en 1963 Schumaker y Mandelbaum 4 describieron<br />
la técnica de irrigación cerrada con catéter<br />
tras desbridamiento y cierre, que sustituyó al método<br />
abierto de granulación. En 1976, Lee et al. 5 transpusieron<br />
epiplón en pacientes rebeldes al tratamiento<br />
por el método de irrigación cerrada. En 1980, Jurkiewicz<br />
2 publica su experiencia en la Universidad de<br />
Emory con colgajos musculares para el tratamiento de<br />
la incisión de esternotomía infectada.<br />
Pacientes y Método<br />
Entre los años 1993 y 1999 se han llevado a cabo<br />
en nuestro hospital un total de 1836 esternotomías<br />
medias; de ellas un 3,4 % han sufrido complicaciones<br />
de la herida esternal concretadas en mediastinitis o<br />
dehiscencias esternales sin infección.<br />
Inicialmente estos pacientes son tratados en el<br />
mismo Servicio de Cirugía Cardíaca mediante desbridamiento,<br />
drenaje quirúrgico, antibióterapia y cierre<br />
directo con sistemas de irrigación, o bien de forma<br />
abierta con cambios de curas húmedas e intento de<br />
cierre directo de la herida una vez limpia, siempre que<br />
el esternón conserve parte de su integridad. Los casos<br />
más rebeldes, en los que se produce una nueva dehiscencia<br />
o en los que el esternón está tan desestructura-<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
do que no permite soportar un sistema de cerclaje, son<br />
derivados al Servicio de Cirugía Plástica para tratar su<br />
resolución. Hemos recibido 19 pacientes en estas circunstancias<br />
desde 1993, en los que se ha procedido a<br />
un nuevo desbridamiento y al cierre mediante colgajos<br />
musculares.<br />
Los 19 pacientes tratados eran varones en edades<br />
comprendidas entre los 52 y los 83 años, intervenidos<br />
para revascularización coronaria mediante puentes<br />
aorto-coronarios. En uno de los casos se asoció sustitución<br />
de la válvula aórtica. Sólo en 4 casos no se utilizó<br />
ninguna de las arterias mamarias internas y en 3 se utilizaron<br />
bilateralmente. Todos los casos habían sido tratados<br />
en la fase aguda por el Servicio de Cirugía Cardiaca.<br />
El tiempo medio transcurrido entre la esternotomía<br />
original y la intervención por el Servicio de Cirugía<br />
Plástica fue de 36 días, con un rango entre los 15 y los<br />
86 días.<br />
Tras el desbridamiento y retirada de los alambres<br />
de cerclaje (Fig. 1), en todos los casos se recurrió a la<br />
reconstrucción con los músculos recto abdominal y<br />
pectoral mayor de forma aislada o en combinación (7<br />
con recto abdominal único, uno con pectoral único, 9<br />
con ambos músculos pectorales, y 2 con recto abdominal<br />
y un pectoral) (Tabla I).<br />
El colgajo de músculo recto abdominal se basó en<br />
la arteria epigástrica superior derecha, rama terminal<br />
de la arteria mamaria interna derecha, libre de su fascia<br />
y seccionado distalmente a la línea arcuata; se<br />
transpuso 180º llegando a alcanzar el manubrio esternal.<br />
La fascia anterior se cerró para evitar la aparición<br />
de hernias (Fig. 2 y 3).<br />
El músculo pectoral mayor fue utilizado de tres formas<br />
diferentes:<br />
Como colgajo muscular basado en la arteria acromio-torácica<br />
y bilateral.<br />
Como colgajo músculo-cutáneo basado en la arteria<br />
acromio-torácica y bilateral (Fig. 4).<br />
Como colgajo muscular volteado basándolo en las<br />
perforantes procedentes de la arteria mamaria interna.<br />
En dos casos se asoció un músculo pectoral mayor<br />
y un músculo recto abdominal.<br />
En ninguno de los casos fue necesario recurrir al<br />
colgajo de epiplón u otro tipo de colgajo muscular<br />
localizado a más distancia.<br />
Tabla I: número de casos tratados con cada una de las técnicas utilizadas. M-I: mamaria interna. A-T: acromiotorácica<br />
Método utilizado para el cierre Nº de casos<br />
M. recto abdominal único 7<br />
M. pectoral mayor:<br />
- Colgajo muscular único volteado basado en art. M-I 1<br />
- Colgajos musculares bilaterales basados en art. A-T 5<br />
- Calgajos músculo-cutáneos bilaterales basdos en art. A-T 4<br />
Combinación músculo pectoral mayor y un músculo recto abdominal. 2
Resultados<br />
En los 19 casos tratados no se produjo ningún fallecimiento<br />
intraoperatorio ni ninguna necrosis de los<br />
colgajos utilizados.<br />
Cuatro pacientes fallecieron durante el ingreso hosptialario<br />
debido a su patología cardio-pulmonar de<br />
base; en un caso persistió inestabilidad esternal; en<br />
otro fue necesario realizar una nueva reconstrucción<br />
tres años después por presentar una fístula recurrente<br />
y los 13 restantes fueron dados de alta tras curación<br />
en un periodo de tiempo medio de 20 días, (entre los<br />
11 y los 30 días).<br />
Como complicaciones menores hay que señalar un<br />
absceso paraesternal derecho, que una vez drenado se<br />
resolvió sin otras actuaciones; un caso de seroma en<br />
el postoperatorio intermedio; tres casos de placas de<br />
necrosis cutánea paramedial en abdomen y una hernia<br />
infraumbilical estable y asintomática, ambas patologías<br />
en pacientes en los que se utilizó el músculo<br />
recto abdominal (Tabla II).<br />
Discusión<br />
Tras la descripción, por Julian y col. 6 en 1957, del<br />
abordaje cardíaco mediante esternotomía media, ésta<br />
es la incisión preferida para los procedimientos cardiacos<br />
abiertos. A pesar de su utilidad y sencillez no<br />
está exenta de complicaciones, que en nuestro hospital<br />
alcanzan al 3,4% de los casos operados. Inicialmente<br />
el tratamiento de dichas complicaciones consistía<br />
en curas abiertas y cierre retardado con largas<br />
estancias hospitalarias y una mortalidad de hasta un<br />
46% 7 . El desbridamiento seguido de cierre directo<br />
sobre catéteres de irrigación 4 acortó la estancia hospitalaria<br />
y redujo los índices de mortalidad., pero lo que<br />
realmente revolucionó el tratamiento de estas mediastinitis<br />
fue la aplicación de colgajos, primero de epiplon<br />
5 y posteriormente musculares 2 . Brant y Álvarez 8<br />
publicaron un estudio comparativo entre 9 pacientes<br />
tratados mediante desbridamiento, dos a cuatro días de<br />
irrigación y posterior cirugía (colgajos músculo-cutáneos<br />
bilaterales de pectoral mayor asociados a colgajo<br />
de epiplón) frente a 12 pacientes tratados con métodos<br />
tradicionales de irrigación cerrada tras desbridamiento<br />
y cerclaje del esternón, llevados a cabo en el mismo<br />
periodo de tiempo y en la misma institución, concluyendo<br />
que los resultados en cuanto a complicaciones,<br />
estancia hospitalaria, aumento de la supervivencia y<br />
ausencia de repetición del proceso y por tanto de reintervención<br />
fueron significativamente mejores en el<br />
grupo tratado mediante cirugía precoz.<br />
En nuestro medio, antes de recibir a los pacientes,<br />
se intentan los métodos del cierre directo sobre caté-<br />
Tratamiento quirúrgico de la mediastinitis en pacientes con estornotomía media: opciones y resultados<br />
Tabla II: complicaciones postquirúrgicas<br />
Complicación Nªº de casos Porcentaje<br />
Absceso 1 5,2 %<br />
Seroma 1 5,2 %<br />
Necrosis cutánea 3 15,7 %<br />
Hernia infraumbilical 1 5,2 %<br />
Fig. 1: Esternotomía complicada después del desbridamiento y antes<br />
de la disección del colgajo muscular.<br />
Fig. 2: Colgajo muscular de recto abdominal una vez levantado y<br />
antes de transponerlo en el lecho del defecto esternal.<br />
Fig. 3: Colgajo muscular de recto abdominal traspuesto alcanzando<br />
el manubrio esternal.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
17
18<br />
Valdés García, C., Legórburu Faus, M., Terrones Garzón, J.<br />
Fig. 4: Vista inferior del colgajo músculo-cutáneo de pectoral mayor<br />
donde se aprecia la fascia anterior del músculo recto abdominal en<br />
continuidad con el colgajo.<br />
teres de irrigación o cierre diferido después de un<br />
periodo de cambio de curas húmedas. Sólo aquellos<br />
casos en que se produce una nueva dehiscencia o el<br />
esternón no permite un cerclaje seguro, se derivan al<br />
Servicio de Cirugía. Plástica para intentar un nuevo<br />
cierre. Esto significa que los pacientes son tratados en<br />
condiciones extremas, perteneciendo todos los casos<br />
que hemos presentado menos uno, al tipo II de heridas<br />
de esternotomía infectada según la clasificación<br />
de Pairoleiro 9 , La infección se manifestó en las primeras<br />
semanas, con presencia de supuración mediastínica<br />
y frecuentemente con osteomielitis asociada.<br />
Solo un caso correspondió a una infección del tipo III,<br />
ya que fue recibido dos años después de la esternotomía<br />
original, y uno de los casos del tipo II paso al tipo<br />
III, siendo necesario reintervenir tres años después de<br />
la reconstrucción esternal.<br />
Como primer paso, de gran importancia para el<br />
éxito de la técnica, realizamos un nuevo desbridamiento<br />
de los bordes esternales y extraemos todo el<br />
material de cerclaje; seguidamente limpiamos el tejido<br />
de granulación y retiramos cualquier resto de tejido<br />
necrótico. Estas maniobras se realizan cuidadosamente<br />
para evitar lesionar las estructuras que recubren<br />
,ni exponer las anastomosis de los by-pass<br />
aorto-coronarios. En ningún caso de los tratados<br />
ocurrió esto.<br />
Los estudios clínicos y experimentales llevados a<br />
cabo por Mathes y col 10 han demostrado la capacidad<br />
del músculo para combatir las osteomielitis, por lo<br />
que este tipo de colgajo el que hemos utilizado para<br />
abordar esta patología.<br />
En todos los casos hemos recurrido a colgajos musculares<br />
de pectoral mayor y de recto abdominal; en<br />
ninguno hemos encontrado necesario recurrir al colgajo<br />
de epiplón, que aunque presenta bajas complicaciones,<br />
(solo un caso de absceso subfrénico y cinco<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
hernias en una serie de 19 pacientes tratados de esta<br />
manera por Pairoleiro 9) , hace necesario recurrir a una<br />
laparotomía, por lo que lo consideramos como un procedimiento<br />
de segunda elección. Hemos usado los<br />
colgajos musculares anteriormente mencionados y los<br />
criterios seguidos para la elección de uno u otro colgajos<br />
o su combinación fueron los siguientes:<br />
En el caso de que el defecto se produjese en los<br />
2/3 superiores del esternón recurrimos a colgajos de<br />
músculos pectorales mayores basados en su pedículo<br />
acromio-torácico e incluso volteados en el lado en<br />
el que la arteria mamaria interna estuviese intacta, si<br />
se precisaba rellenar la cavidad originada en el<br />
mediastino.<br />
En el caso de que el defecto se encontrase en la<br />
mitad inferior del esternón cubrimos el defecto con<br />
colgajo de músculo recto abdominal basado en la arteria<br />
epigástrica superior del lado en el que no se haya<br />
utilizado la arteria mamaria interna.<br />
En dos casos con dehiscencia completa y con necesidad<br />
de rellenar espacios tras el desbridamiento, se<br />
recurrió a la combinación de un colgajo de músculo<br />
pectoral y de uno de recto abdominal.<br />
En los cuatro casos tratados,en los que había ausencia<br />
de ambas arterias mamarias internas, utilizamos<br />
colgajos miocutáneos pectorales de avance bilaterales<br />
tal y como describe Hugo y col. 11<br />
Los criterios anteriormente mencionados fueron los<br />
originales. Con la experiencia adquirida en los casos<br />
presentados hemos podido observar una serie de<br />
hechos:<br />
El colgajo de músculo recto abdominal seccionado<br />
distalmente permite alcanzar hasta el manubrio esternal,<br />
lo que incrementa sus indicaciones. Como desventajas<br />
hay que mencionar su disección más laboriosa,<br />
la debilidad de la pared abdominal que se produce,<br />
con la posibilidad de formación de hernias sobretodo<br />
distalmente a la línea arcuata (un caso de hernia abdominal<br />
asintomática en nuestra serie) y el sufrimiento<br />
de la piel abdominal paraincisional del lado del que se<br />
utiliza el músculo (tres casos en nuestra serie). Esto<br />
último se debe a la separación de la fascia anterior del<br />
recto del colgajo dermograso del abdomen.<br />
<strong>No</strong> es necesario rellenar el espacio que presenta<br />
una esternotomía abierta; es un espacio virtual que<br />
desaparece en el momento en que se cierra adecuadamente<br />
la herida, con un drenaje en su interior durante<br />
un periodo de tiempo que en uno de los casos, fue de<br />
32 días.<br />
Los colgajos de avance musculocutáneos de pectoral<br />
mayor no necesitan ser desinsertados lateralmente<br />
para que se puedan suturar medialmente. Esto<br />
evita la deformidad que se originaría en el pliegue<br />
axilar anterior.
La ausencia total de esternón no supone alteraciones<br />
de la función mecánica del tórax, y con el tiempo,<br />
la fibrosis que se forma confiere una rigidez que<br />
simula la presencia de esternón.<br />
La reconstrucción con colgajos de avance musculocutáneos<br />
de pectoral mayor, tal como describe Hugo<br />
y col. 11 , es un método que presenta las siguientes ventajas:<br />
Disección sencilla y rápida; método versátil ya que<br />
permite abordar dehiscencias a cualquier nivel esternal;<br />
aplicable en cualquier caso, incluso con ausencia<br />
de ambas arterias mamarias internas; estéticamente<br />
aceptable ya que no añade cicatrices ni deforma el<br />
pliegue axilar; como inconveniente hay que destacar<br />
la formación de seromas en el espacio mediastínico<br />
anterior, lo que obliga a dejar drenajes aspirativos<br />
durante largos periodos de tiempo.<br />
Tratamiento quirúrgico de la mediastinitis en pacientes con estornotomía media: opciones y resultados<br />
Conclusiones<br />
Los colgajos musculares y musculocutáneos son a<br />
nuestro juicio, el método de elección en la reconstrucción<br />
de las mediastinitis postesternotomía.<br />
Las complicaciones de este método son la formación<br />
de abscesos y seromas, la inestabilidad esternal,<br />
las hernias infraumbilicales y las necrosis cutáneas<br />
abdominales.<br />
La técnica de reconstrucción con colgajos musculocutáneos<br />
de pectoral mayor se revela como una técnica<br />
sencilla, versátil y de gran eficacia.<br />
Dr. Carlos Valdés<br />
C/ Auntxetzeta 7-5º A<br />
48002 Bilbao. (Vizcaya). España<br />
Dirección del autor<br />
Bibliografía<br />
1. Sarr M.G., Gott V.L., Townsend T.R. “Mediastinal infection after<br />
cardiac surgery”. Ann. Thoracic Surg. 1984, 38: 415<br />
2. Jurkiewicz M.J., Bostwick III J., Hester R., Bishop J.B., Craver<br />
J. “Infected median sternotomy wound. Successful treatment by<br />
muscle flaps”. Ann. Surg. 1980; 191: 738.<br />
3. Nahai F., Rand R.P., Hester R., Bostwick III J., Jurkiewicz M.J.,<br />
“Primary treatment of the infected sternotomy wound with muscle<br />
flaps: A review of 211 consecutive cases”. Plast. Reconstr. Surg.<br />
1989; 84: 434.<br />
4. Schumacker, H. B., Jr., Mendelbaum, I. “Continous antibiotic<br />
irrigation in the treatment of infection”. Arch. Surg. 1963; 68: 384.<br />
5. Lee, A. B., jr., Schimert, G., and Shatkin, S., et al. “Total excision<br />
of the sternum and thoracic pedicle transposition of the greater<br />
omentum”. Surgery 1976; 80:433.<br />
6. Julian O.C., López-Belio M., Dye W.S., et al. “The median sternal<br />
incisión in intracardiac surgery with extracorporeal circulation: a<br />
general evaluation of its use in heart surgery”. Surgery 1957 42:<br />
753.<br />
7. Sutherland R.D., Martínez H.E., Guynes W.A., et al. “Postoperative<br />
chest woun infections in patients requiring coronary by-pass:<br />
A controlled study evaluating prophylactic antibiotics”. J. Thora.<br />
Cardiovasc. Surg. 1977, 73: 944.<br />
8. Conrad Brandt, M.B,., and John M. Alvarez. “First-Line Treatment<br />
of Deep Sternal Infection by a Plastic Surgical Approach:<br />
Superior Results Compared with Conventional Cardiac Surgical<br />
Orthodoxy”. Plast. Reconstr. Surg. 2002 109: 22<strong>31</strong>.<br />
9. Pairoleiro PC, Amold PG, Harris JB. Long-term results of pectoralis<br />
major muscle transposition for infected stemotomy wounds.<br />
Ann. Surg: 1991, 213: 583.<br />
10. Mathes S.J., Alpert B.S. and Chang N. “Use of the muscle flaps<br />
in chronic osteomyelitis: Experimental and clinical correlations”.<br />
Plast. Reconstr. Surg. 1982 69: 815.<br />
11. Hugo N.E., Sultan M.R., Ascherman J.A., et al. Single-stage<br />
management of 74 consecutive sternal wound complications with<br />
pectoralis major myocutaneous advancement flaps. Plast. Reconstr.<br />
Surg.1994;93: 1433.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
19
20<br />
Valdés García, C., Legórburu Faus, M., Terrones Garzón, J.<br />
Comentario al trabajo «Tratamiento quirúrgico<br />
de la mediastinitis en pacientes con esternotomía<br />
media: opciones y resultados»<br />
En primer lugar deseo felicitar a los autores por su<br />
excelente trabajo y les animo a continuar su serie de<br />
pacientes. La Cirugía Plástica debe conquistar estos<br />
campos de patologías complejas para reafirmar su<br />
presencia insustituible en los hospitales públicos,<br />
sobre todo en estos días, en los que vemos como el<br />
cuerpo de doctrina de nuestra especialidad se desangra<br />
hacia las demás, estrechando inexorablemente<br />
nuestro campo de actuación.<br />
Deseo hacer algunos comentarios y puntualizaciones<br />
sobre la publicación, que detallo a continuación.<br />
1. Relaciones entre servicios<br />
El manejo inicial de los pacientes mediante desbridamientos<br />
económicos y lavados, que realiza el servicio<br />
de cirugía cardiaca, no se puede considerar actualmente<br />
el tratamiento adecuado, De esa manera se pueden<br />
resolver algunos casos de infección superficial o<br />
leve, pero difícilmente los que cursan con auténtica<br />
mediastinitis. Además prolonga la situación séptica<br />
del paciente, lo que contribuye a su deterioro general,<br />
nutricional, etc. llegando en muchos casos a fallo<br />
multiorgánico. Las infecciones de hueso esternal con<br />
o sin mediastinitis deben ser manejadas precozmente<br />
mediante desbridamiento amplio y mioplastia en un<br />
solo tiempo quirúrgico. Recomiendo a los autores<br />
mantener una estrecha relación con el servicio de<br />
cirugía cardiaca y convencerles mediante la experiencia<br />
propia y la amplísima bibliografía al respecto, de<br />
que este manejo es el mejor para sus pacientes. Tenemos<br />
una experiencia de más de 225 casos y fue una<br />
tarea ardua protocolizar el tratamiento precoz. Animo.<br />
2. El desbridamiento<br />
En nuestra experiencia el desbridamiento debe ser<br />
amplio y en los casos en que no es posible una osteosíntesis<br />
firma y segura debe practicarse una esternectomía<br />
completa incluyendo a veces la articulación<br />
esterno – clavicular, para evitar pseudoartrosis de<br />
esternón lo que produce chasquidos y dolor, y que<br />
hemos observado en algunos pacientes hasta años<br />
después de la cirugía.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
Dr. J. L. Martín del Yerro<br />
Cirujano Plástico. Práctica Privada<br />
Madrid. España<br />
3. El músculo Rectus Abdominis<br />
En nuestra opinión, cuando se utiliza el músculo<br />
rectos abdominis no se debe basar únicamente en la<br />
arteria Epigástrica superior rama terminal de la<br />
mamaria interna, sino que deben mantenerse las<br />
ramas terminales de la intercostales 7 y 8. Esto asegura<br />
su vascularización y permite utilizarlo incluso en<br />
casos en que la arteria mamaria interna haya sido<br />
usado para revascularización miocárdica o en casos<br />
de mediastinitis anterior grave, en que los vasos<br />
mamarios internos estén trombosados.<br />
Al mantener estas ramas intercostales el eje de<br />
rotación del colgajo es más caudal. Para compensar<br />
esto, recomendamos alargarlo seccionando el músculo<br />
muy cerca de su inserción púbica, lo que no añada<br />
ninguna morbilidad, si se preserva íntegramente en<br />
músculo Pyramidalis con su inserción en la línea alba.<br />
Las placas de necrosis cutánea abdominal no se<br />
deben como afirman los autores a la separación de la<br />
fascia de recto del colgajo dermograso, sino que son<br />
debidas a la incisión en la línea media abdominal para<br />
disección del .m rectus abdominis. Esto devasculariza<br />
la piel del colgajo cutáneo homolateral al recto escindido,<br />
ya que de él depende su irrigación a través de las<br />
perforantes parumbilicales. Por esta razón la incisión<br />
debe ser paramediana a unos 3 a 4 cm. De la línea<br />
media. Así el colgajo cutáneo medial mantiene la vascularización<br />
desde el lado contralateral (como una<br />
zona II de Hartrampf en el TRAM) y el lateral desde<br />
perforantes tenues y plexo subdérmico procedentes<br />
del oblicuo externo.<br />
Además la incisión cutánea no debe continuarse<br />
con la preesternal ya que esto contribuye a devascularizar<br />
más la zona y añade tensión en el cierre. Recomendamos<br />
mantener un puente cutáneo de unos 8 a<br />
15 cm y tunelizar el colgajo como si de un TRAM<br />
para reconstrucción mamaria se tratara.<br />
Por otra parte pensamos que la utilización del m.<br />
rectus abdominis debe restringirse a los casos de<br />
defectos inferiores muy amplios, ya que los demás de<br />
puede reconstruir utilizando únicamente los m. pectorales<br />
major. El colgajo de m. rectus abdominis aumen-
ta la morbilidad al añadir más cicatriz, debilidad a la<br />
pared abdominal y alteración de la mecánica ventilatoria<br />
y la eficacia de la tos, en pacientes con un estado<br />
basal deteriorado debido a su patología cardiaca, la<br />
sepsis y las intervenciones quirúrgicas recientes. En<br />
nuestra experiencia de los últimos 150 casos lo hemos<br />
utilizado en un solo paciente.<br />
4. El músculo Pectoralis major<br />
Utilizando únicamente los m. Pectoralis major se<br />
pueden reconstruir la gran mayoría de los defectos del<br />
mediastino anterior. Para aumentar la longitud del<br />
colgajo, aportar masa muscular adecuada, y rellenar<br />
los defectos más caudales, recomendamos desinsertar<br />
el tendón humeral del lado no dominante. En nuestra<br />
experiencia no produce déficit funcional apreciable y<br />
la pérdida del pliegue axilar anterior no ha constituido<br />
motivo de queja en ningún paciente. De cualquier<br />
forma se puede mantener este pliegue realizando la<br />
sección muscular más medial y preservando las fibras<br />
laterales que se insertan en la piel.<br />
5. Rellenar espacios muertos<br />
Discrepo cuando los autores afirman que no es<br />
necesario rellenar el espacio mediastínico. A mi juicio<br />
esta afirmación se basa probablemente en que la<br />
mayoría de los pacientes de la serie que presentan, no<br />
han tenido o ya no tienen mediastinitis en el momento<br />
en que son operados para la mioplastia (entre 15 y<br />
86 días, con media 36, después de la intervención cardíaca).<br />
Probablemente sólo presentaban osteomielitis<br />
esternal y contaminación del mediastino anterior, con<br />
el corazón y las pleuras selladas por fibrina o fibrosis<br />
(es el caso de la foto que presentan los autores). En<br />
nuestra experiencia operando los pacientes en fase<br />
aguda entre 5 y 10 días después de la cirugía cardiaca,<br />
al no estar sellado el mediastino anterior, el corazón<br />
está completamente expuesto y flotando un<br />
magma de pus (este no se infecta fácilmente ya que es<br />
un músculo), es necesario desbridar el pericardio,<br />
lavar el corazón y los puentes de revascularización y<br />
en ocasiones abrir las pleuras y lavar el espacio pleu-<br />
Tratamiento quirúrgico de la mediastinitis en pacientes con estornotomía media: opciones y resultados<br />
ral. Esto deja amplios espacios muertos que es necesario<br />
rellenar adecuadamente con tejido muscular de<br />
los colgajos, además de colocar drenajes en mediastino<br />
superior, anterior e inferior.<br />
6. Microbiología<br />
Los autores no hablan de los gérmenes causantes de<br />
la infección, lo que hace suponer que en todos los<br />
casos que presentan el germen era S. Aureus. La<br />
infección por S. Aureus suele, en la mayoría de los<br />
casos, afectar solamente al hueso esternal y al mediastino<br />
retroesternal, aunque por supuesto hay casos de<br />
auténtica mediastinitis. Sin embargo en nuestra experiencia<br />
el 8% de los pacientes ( en nuestro medio se<br />
realiza transplante y un alto porcentaje de cirugía de<br />
urgencia) presentaban infección por gramnegativos.<br />
Aquí el cuadro clínico es mucho más grave y con<br />
mayor repercusión general. El corazón está flotando<br />
en líquido seropurulento y debido a la alta tasa de<br />
condritis crónica que producen estos gérmenes se<br />
debe hacer un desbridamiento muy radical. En estos<br />
casos rellenar y sellar todo el espacio muerto y cubrir<br />
los órganos vitales, es obligado para resolver el cuadro<br />
clínico y proporcionar una reconstrucción estable<br />
y definitiva.<br />
Bibliografía<br />
1. Martín del Yerro, J.L., Rodríguez Vegas, J.M., García Martínez,<br />
A., Rodríguez Hernández J. E., Molina Ruiz, L.: “Tratamiento de<br />
las infecciones esternales post – esternotomía. De los métodos conservadores<br />
al tratamiento actual precoz en un único tiempo quirúrgico<br />
mediante colgajos musculares” Cirugía Plástica Iberamericana<br />
22: 343-352, 1996.<br />
2. Ringleman P.R., Van del Kolk C.A, Cameron D., Banmgartner<br />
W.A., Manson P.N.: “ Long – term results of flan reconstruction in<br />
median sternotomy wound infections” Plast. Reconstr. Surg. 93:<br />
1208-1214, 1994.<br />
3. Hugo, N. E., Sultan M.R., Ascherman J.A. Patsis M.C., Smith<br />
C.R., Rose E.A.: “Single- stage management of 74 consecutive<br />
sternal wound complications with pectoralis major myocutaeous<br />
advanced flaps”. Plast. Reconstr. Sur. 93: 1433-1441; 1994.<br />
4. Conrad Brandt., M.B., B.S. and John M. Alvarez, F.R.A.C.S.<br />
First – line Treatment of Deep Sternal Infection by a Plastic Surgical<br />
Approach: Superior Results Compared with conventional Cardiac<br />
Surgical Orthodoxy. Plast. Reconstr. Sur. 109:22<strong>31</strong>; 2002.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
21
22<br />
Valdés García, C., Legórburu Faus, M., Terrones Garzón, J.<br />
A 1–A 2: Dehiscencia herida quirúrgica. Esternetomía media.<br />
A 3: Contenido mediastínico desvitalizado y osteomielitis esternal. A 4: Colección purulenta mediastínica. Resección parcial del esternón<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005
Tratamiento quirúrgico de la mediastinitis en pacientes con estornotomía media: opciones y resultados<br />
B1–B 2–B3 y B4: Postoperatorio tardía. Reconstrucción con colgajos pectorales bilateral y colgajo recto abdominal con isla vertical.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
23
24<br />
Valdés García, C., Legórburu Faus, M., Terrones Garzón, J.<br />
Respuesta al comentario del Dr. Martín del Yerro<br />
Con respecto al primer punto cabe decir que estamos<br />
de acuerdo en que hoy en día no existen dudas<br />
con respecto al método idóneo de tratamiento de las<br />
mediastinitis postesternotomía, pero en el momento al<br />
que hacemos referencia fue cuando se estableció una<br />
relación de colaboración entre los Servicios, la cual<br />
estaba encaminada a unificar criterios y a abolir antiguas<br />
formas de trabajo. Sorprendentemente esta relación<br />
se cortó y desde hace cinco años sólo hemos<br />
visto tres nuevos casos de mediastinitis. Discutidas<br />
las posibles causas de esta nueva situación con los<br />
miembros del Servicio de Cirugía Cardiaca nos aportan<br />
sus cifras que revelan que desde el 1 de enero de<br />
2000 hasta el <strong>31</strong> de diciembre de 2004 se han realizado<br />
en su Servicio 1219 intervenciones con abordaje a<br />
través de esternotomía media, de las cuales nueve presentaron<br />
mediastinitis reoperadas con dos exitus, cuatro<br />
dehiscencias esternales que solucionaron con un<br />
nuevo cerclaje y 12 dehiscencias esternales que respondieron<br />
a medidas conservadoras (utilización de<br />
faja). Ellos argumentan como posible causa de esta<br />
nueva situación el hecho de variar la técnica de esqueletización<br />
de las mamarias, lo cual es un hecho descrito<br />
por Gurevitch y col, donde consiguen cifras de<br />
infección esternal de 1,8%( 1 ).<br />
El segundo punto acerca del desbridamiento es<br />
obvio y el más importante para el éxito de la técnica.<br />
En ningún caso precisamos osteosíntesis esternal<br />
puesto que en la mayoría de los casos fue necesario<br />
desbridarlos en su totalidad y, como comentamos, la<br />
mecánica ventilatoria no se vio alterada ya que la<br />
reconstrucción ofrecía suficiente rigidez para darle<br />
estabilidad, con esto hago referencia a los casos tratados<br />
por nosotros, que como tú bien has puntualizado<br />
son casos previamente tratados tanto quirúrgica como<br />
conservadoramente y remitidos en fase no aguda).<br />
Considero interesantes los detalles técnicos que<br />
aportas de la técnica de transposición del músculo<br />
recto abdominal, orientados e evitar la complicación<br />
de la placas de necrosis paraincisionales, pero como<br />
tu señalas, es un recurso que por otros motivos, hemos<br />
dejado en reserva a favor de la utilización del colgajo<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
Dr. C. Valdés García<br />
músculo-cutáneo de pectoral mayor, que en nuestra<br />
muy humilde experiencia resuelve la mayoría de los<br />
casos tratados (casos en fase no aguda) de una forma<br />
sencilla y segura.<br />
En lo que se refiere a la necesidad o no de rellenar<br />
espacios, sigo insistiendo; en los casos tratados por<br />
nosotros, no hemos tenido esa necesidad, lo cual está<br />
en la línea de la experiencia de Hugo y col e incluso en<br />
la de Conrad Brandt, al cual haces también referencia,<br />
quien asocia un colgajo de epiplon con objeto de limitar<br />
la formación de seromas a diferencia de Hugo que<br />
deja un drenaje durante largo tiempo e incluso asume<br />
la posibilidad de drenaje percutáneo (en su serie de 74<br />
pacientes tuvo 18 casos de seroma que se trataron de<br />
forma conservadora). <strong>No</strong>sotros pensamos que el drenaje<br />
a través de un tubo no percutáneo, no es un precio<br />
muy elevado si te evitas el abordaje del colgajo de<br />
epiplon en este tipo de paciente.<br />
La información microbiológica de los pacientes fue<br />
recogida y en todos ellos aparecieron a bacilos grampositivos<br />
(en 7 se aislaron Estafilococos Aureus, en 11<br />
se aislaron Estafilococos Epidermidis y en un caso se<br />
aisló Estreptococos Sanguis), pero cuando todos llegan<br />
a nuestro Servicio, han sido tratados previamente<br />
por el Servicio de Cirugía Cardiaca en colaboración<br />
con el Servicio de Medicina Infecciosa, con pautas<br />
antibióticas guiadas por el antibiograma, por lo cual<br />
no modificamos nuestra indicación quirúrgica por el<br />
hecho de que fuese uno u otro germen.<br />
En definitiva, el mensaje que queremos transmitir,<br />
es que existe una técnica sencilla, rápida, fiable y de<br />
una gran versatilidad basada en la experiencia publicada<br />
por Hugo y col con la que se consiguen resultados<br />
similares realizada por otro cirujano y esto lo<br />
hemos comprobado con nuestra propia experiencia.<br />
Saludos cordiales y gracias por los comentarios.<br />
Bibliografía<br />
1. Gurevitch J, Kramer A, Locker C, Shapira I, Paz Y, Matsa M,<br />
Mohr R. Technical aspects of double-skeletonized internal mammary<br />
artery grafting. Ann Thorac Surg. 2000 Mar;69(3):841-6.
CIRUGÍA PLÁSTICA IBERO-LATINOAMERICANA<br />
Cir. Plást. Iberlatinamer. - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1<br />
Enero - Febrero - Marzo 2005 / Pag. 25-32<br />
Infiltración grasa en pérdidas de<br />
sustancia traumáticas<br />
Fat infiltration in traumatic losses of substance<br />
Cervilla Lozano, J. M.*<br />
Con este trabajo lo que pretendemos es aportar una<br />
aplicación más de la técnica de Coleman, en este caso<br />
encaminada al relleno de pérdidas de sustancia como<br />
consecuencia de traumatismos e infecciones. El trabajo<br />
consta de 9 casos realizados en los últimos cuatro<br />
años en pacientes jóvenes comprendidos entre 15<br />
y 42 años, de los cuales aportamos documentación<br />
gráfica de 4 de ellos. La mayoría fueron realizados en<br />
extremidades inferiores. Resultado de todo ello es<br />
una técnica adecuada aplicable sobre todo a la pérdida<br />
de tejido celular subcutáneo, y que puede ser considerada<br />
como técnica elección en muchos de estos<br />
casos por su simplicidad, baja morbilidad en el sitio<br />
donante y buena relación costo – beneficio.<br />
Palabras clave Pérdidas de sustancia, infiltración de<br />
grasa<br />
Código numérico 15841<br />
* Cirujano Plástico<br />
Práctica Privada. Clínica Infanta Luisa. Sevilla (España).<br />
Resumen Abstract<br />
With this work we would like to aport one more<br />
application of Coleman’s technique: the ladfill of losses<br />
of substance as a consequence of traumatism and<br />
infections. We present 9 cases operated on in the last<br />
four years: young patients between 15 and 42 years<br />
and graphical documentation of 4 of these cases.<br />
Most of them were in low extremities. From all this<br />
experience, we develope a suitable applicable technique<br />
especially to the cellular loss of subcutaneous tissues<br />
and an elective technique in many cases for his<br />
simplicity, low morbidity in the donor site and good<br />
relation cost- benefit.<br />
Key words Cellular loss, Fat infiltration<br />
Código numérico 15841<br />
Cervilla Lozano, J. M.
26<br />
Cervilla Lozano, J. M.<br />
Introducción<br />
La infiltración de grasa para reparación de pérdidas<br />
de sustancia es una técnica antigua que se inició con<br />
Neuber(1) en1893 con la transferencia de pequeñas<br />
piezas de tejido graso del brazo de una paciente para<br />
reparar un área deprimida en la cara por una osteitis<br />
tuberculosa. Posteriormente Czerny (2)en 1895 utilizó<br />
un lipoma extraído de una misma paciente para<br />
rellenar una pérdida de volumen tras la extracción de<br />
un tumor benigno en la mama. Después de estos se<br />
sucedieron otros muchos autores con resultados muy<br />
dispares, llegándose incluso a formar dos escuelas de<br />
pensamiento sobre el trasplante graso una conocida<br />
como la teoría del “ reemplazamiento adipocítico” y<br />
la otra como “ la teoría de la supervivencia” Peer(3).<br />
Actualmente se sabe que los adipocitos sí pueden<br />
sobrevivir tras el trasplante “teoría de la supervivencia”<br />
y que lo que determina esto es el resultado de una<br />
neovascularización capilar lo mas rápida posible<br />
Bright,Thacker and brunner (4).<br />
Material y Métodos<br />
Los pacientes en los que se ha realizado infiltración<br />
grasa mediante técnica de Coleman (5) para la reparación<br />
de pérdidas de sustancia han sido un total de<br />
nueve con edades comprendidas entre los 14 a 42<br />
años correspondiendo las zonas tratadas en su mayoría<br />
a extremidades inferiores y una en la zona frontal.<br />
La causa de estas lesiones ha sido en ocho casos,<br />
accidentes de tráfico por reabsorción de un hematoma<br />
y en un caso, infección secundaria a procedimientos<br />
invasivos ( inyecciones intramusculares).<br />
Para la infiltración en extremidades inferiores<br />
hemos utilizado una cánula de diseño diferente, cortante<br />
y biselada de 2 mm de diámetro y 15 cm de longitud<br />
con el fin de infiltrar en las zonas cicatriciales.<br />
En la zona frontal hemos utilizado una cánula estandar<br />
tipo III de Coleman de 7 y 9 cm (Fig. 1) . La zona<br />
de toma injerto ha sido la zona abdominal en todos los<br />
casos. La anestesia empleada ha sido la epidural en<br />
extremidades inferiores y la anestesia local en el caso<br />
de infiltración de la zona frontal.<br />
En los casos presentados la infiltración de grasa se<br />
realizó en una sola sesión. La sobrecorrección no fue<br />
superior al 10 por ciento. La infiltración tuvo lugar en<br />
todos los planos: celular subcutáneo fascial y muscular.<br />
Las cantidades infiltradas oscilaron de 25 ml en la<br />
zona frontal hasta 350 ml en extremidades inferiores<br />
En todos los casos se acompañó de antibioterapia<br />
intraoperatoria Monocid 2 gr y también en el postoperatorio<br />
así como tratamiento con antiinflamatorios<br />
enzimáticos .En el caso de la infiltración en extremi-<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
dades inferiores se acompañó de presoterapia durante<br />
3 semanas.<br />
Resultados<br />
Los resultados en conjunto son bastante satisfactorios<br />
consiguiéndose un relleno de la zona de casi el<br />
100 por 100 en una sola sesión (Fig. 2-12). Curiosamente<br />
se ha observado en los casos que se acompañaban<br />
de cicatrices importantes una mejora de las<br />
mismas a partir de los 3 a 6 meses de evolución, sin<br />
bien ésto no es del todo objetivable ya que sabemos<br />
que la cicatrices mejoran con el tiempo (Fig. 2-8).<br />
Los resultados fueron estables en todos los casos,<br />
muchos de estos pacientes han sido revisados durante<br />
más de dos años por razones de otra índole en<br />
relación con los accidentes sufridos, sin que se<br />
hayan observado pérdidas importantes de volumen.<br />
Las complicaciones han sido mínimas; no hemos<br />
tenido infecciones; sí ha habido algunos hematomas<br />
de reabsorción rápida, aproximadamente unos quince<br />
días tras la cirugía. Tampoco se ha observado<br />
morbilidad en la zona donante, ni defectos estéticos<br />
mayores de los que puede ocasionar una simple liposucción<br />
Fig 1. Cánula disectora B-12 de 15 cm para la infiltración en zonas<br />
cicatriciales de extremidades inferiores. Cánula estándar tipo III de 9<br />
cm Coleman para infiltración facial.
Fig. 2, 3: Caso N° 1 . Paciente de 14 años de edad, pérdida sustancia supramaleolar interna, preoperatorio.<br />
Discusión<br />
Para la corrección de pérdidas de sustancia de este<br />
tipo se han empleado sistemáticamente:<br />
– Colgajos de proximidad y colgajos libres. Injertos<br />
dermograsos. Productos aloplásticos. Infiltración<br />
de grasa.<br />
Si pasamos a comparar las ventajas e inconvenientes<br />
de cada una de estas técnicas podremos obtener<br />
algunas conclusiones válidas. Para ello pensamos que<br />
debemos tener en cuenta unos puntos, esenciales:<br />
– Morbilidad del sitio donante. Durabilidad del<br />
injerto trasplantado. Posibles complicaciones.<br />
Relación costo y efectividad.<br />
Respecto a los colgajos de proximidad o libres es<br />
evidente que un colgajo autólogo produce mayor<br />
defecto estético funcional mientras mayor sea el<br />
mismo, tanto si son colgajos musculares, dermograsos<br />
o fasciales, si bien, con los colgajos libres se ha<br />
disminuído la morbilidad por poder disponer de la<br />
toma del mismo en zonas donde el daño se minimiza.<br />
Infiltración grasa en pérdidas de sustancia traumáticas<br />
La gran ventaja de los colgajos es su estabilidad, se<br />
puede decir que concluído el acto operatorio, si éste<br />
es satisfactorio, los cambios de volumen son muy<br />
pequeños y el efecto es permanente. Entre las complicaciones<br />
de la técnica de transferencia de colgajos la<br />
más importante es la necrosis del mismo, que será<br />
mayor cuanto mayor sea el colgajo transferido, la distancia<br />
de la transferencia en los pediculados y cuanto<br />
mayor compromiso vascular sufra el pedículo (6). El<br />
fallo en la transferencia se incrementa en los colgajos<br />
libres donde el riesgo en función de las distintas series<br />
oscila entre el 2-5% (7).<br />
La relación costo / efectividad en los colgajos pediculados<br />
obedece a que en muchos casos si son colgajos<br />
de proximidad la técnica irá seguida de más de un<br />
tiempo quirúrgico con su posterior hospitalización,<br />
etc. Este problema no lo presentan los libres, aunque<br />
por el contrario suponen intervenciones mucho más<br />
largas, caras y complicadas, que requieren un equipo<br />
habituado con estas técnicas quirúrgicas y permanentemente<br />
localizado, para llevar un seguimiento estrecho<br />
durante las primeras 48-72 horas por si hubiese<br />
que reintervenir (8).<br />
Respecto a los injertos dermograsos, la morbilidad<br />
del sitio donante es menor que con los colgajos de<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
27
28<br />
Cervilla Lozano, J. M.<br />
Fig 4, 5: Caso 1. Postoperatorio a los 18 meses Infiltración de 100 ml de grasa Observese la mejoría en el aspecto de la piel.<br />
Fig. 6, 7: Caso N° 2. Paciente de 18 años. Pérdida de sustancia zona lateral muslo derecho. Preoperatorio.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005
Infiltración grasa en pérdidas de sustancia traumáticas<br />
Fig. 8, 9: Caso Nº2: Postoperatorio a los 15 meses. Infiltración de 275 ml. de grasa. Obsérvese la mejoría en el aspecto de la piel.<br />
Fig. 10: Caso 3 Paciente de 21 años , perdida de sustancia frontal.<br />
Preoperatorio.<br />
Fig. 11: Caso 3:. Postoperatorio a los 6 meses. Infiltración de 25 ml.<br />
de grasa.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
29
30<br />
Cervilla Lozano, J. M.<br />
Fig. 12: Caso 4: Paciente de 42 años, pérdida de sustancia en nalga.<br />
Preoperatorio.<br />
transferencia y libres ya que el tejido puede ser recogido<br />
de zonas en las que apenas tiene incidencia funcional<br />
o estética. Las localizaciones más habituales<br />
son las suprapúbica, subilíaca, pliegue glúteo, etc.<br />
Respecto a la supervivencia y durabilidad de los mismos,<br />
se sabe que la pérdida de volumen al año de la<br />
transferencia es del 50 al 60% por lo que se recomienda<br />
la sobre corrección (9).<br />
Las complicaciones en la zona donante son mínimas<br />
con algún defecto estético debido tan sólo a una mala<br />
cicatrización. Sí son más frecuentes los hematomas y<br />
sobre todo la infección en la zona receptora, motivo por<br />
el cuál hay que extremar las precauciones en la asepsia<br />
ya que las infecciones son el motivo más frecuente de<br />
complicación en los injerto dermograsos al ser un tejido<br />
totalmente desvascularizado. El riesgo, costo y efectividad<br />
es proporcionado, si bien la reabsorción del<br />
injerto dermograso es poco predecible.<br />
Los materiales aloplásticos son en teoría una solución<br />
ideal para la reparación de perdidas de sustancia,<br />
ya que estos materiales ajenos al organismo, no implican<br />
morbilidad en el área donante, la durabilidad es<br />
poco menos que ilimitada ya que no son tejidos biológicos<br />
y las técnicas de aplicación son sencillas con<br />
pocas complicaciones; Pero es sabido por todos que el<br />
problema de éstos materiales reside en la biocompati-<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
Fig. 13: Caso 4: Postoperatorio a los 6 meses. Infiltración de 200 ml.<br />
de grasa.<br />
bilidad ya que toda sustancia ajena al organismo éste la<br />
reconoce como un cuerpo extraño y por lo tanto actúa<br />
en consecuencia. Los problemas de intolerancia pueden<br />
aparecer a corto medio o largo plazo, bien por<br />
migración del material, exposición del mismo, extrusión,<br />
infecciones o modificaciones en su composición<br />
a lo largo del tiempo. Se han probado infinidad de<br />
materiales a este efecto y actualmente no existe ninguno<br />
que, avalado por la experiencia, haya demostrado<br />
una verdadera eficacia a medio plazo. <strong>No</strong> es el objeto<br />
de este trabajo entrar en la descripción de cada uno de<br />
estos materiales recogiendo sus ventajas e inconvenientes,<br />
pero es oportuno señalar que incluso los materiales<br />
más recientes tales como son los pertenecientes a<br />
la familia de las polialquilimidas presentan problemas<br />
de intolerancia y de estabilidad- resistencia a largo<br />
plazo, que si bien están siendo mejorados, aún no existe<br />
la suficiente experiencia para determinar si realmente<br />
estos problemas han sido solucionados. <strong>No</strong> obstante<br />
las investigaciones sobre nuevos materiales biocompatibles<br />
no cesan, ya que reportan importantísimos beneficios<br />
económicos a las industrias que los desarrollan<br />
de forma que en un futuro tal vez se lleguen a desarrollar<br />
materiales realmente eficaces.<br />
Frente a ellos el injerto graso libre según la técnica<br />
de Coleman presenta una morbilidad mínima siendo
posible obtener grandes cantidades de grasa sin aparición<br />
de problemas funcionales o estéticos. Es una técnica<br />
sencilla, con complicaciones mínimas y con una<br />
estabilidad-durabilidad probada si se realiza la técnica<br />
correctamente.<br />
Conclusiones<br />
La infiltración grasa mediante técnica de Coleman<br />
para la corrección de defectos producidos por pérdidas<br />
de tejidos, principalmente dermocutáneos, es una<br />
técnica con poca morbilidad, pocas complicaciones y<br />
una relación costo / efectividad más que aceptable en<br />
relación a las otras alternativas. Sin pretender ser una<br />
técnica de elección para todos los casos, pensamos<br />
que puede aportar soluciones sencillas y con magníficos<br />
resultados estéticos y funcionales en muchos de<br />
ellos.<br />
Tras el desarrollo y la evolución de esta técnica en<br />
los últimos siete años se puede decir que algo ha cambiado<br />
en la transferencia libre de grasa. Quizás sean<br />
injustas a la luz de los hechos, las frases con las que<br />
concluía el capítulo del Mc.Carthy sobre la infiltración<br />
grasa donde señalaba que” la inyección de grasa<br />
por estar determinada por múltiples variables sólo<br />
debía ser considerada como una técnica experimental<br />
con resultados impredecibles” (10).<br />
Infiltración grasa en pérdidas de sustancia traumáticas<br />
Dr. Juan Manuel Cervilla Lozano<br />
Clínica CEMAR<br />
Avda de Cadiz 29<br />
41004 Sevilla. España<br />
Dirección del autor<br />
Bibliografía<br />
1. Neuber F. Fttransplantation. Chirurg Kongr. Verhandl Deustch Ges<br />
Chir 1893; 22:66<br />
2. Czerny M. Plastischen Ersatz der Bruterlruse durch ein lipom .Verhandl<br />
Deustch Ges Chir 1895 ;12:23.<br />
3. Peer LA. Transplantation of Fat. .McCarthy Reconstructive Plastic<br />
Surgery 2 nd Ed.Vol I .Philadelphia W.B Saunders 1977. Pg.251.<br />
4. Bright RM. Thacker HL and Brunner RD. Fate of autologus fat<br />
of Autogenus fat implant in the frontal sinus of cats. Am.j.Vet.Res.<br />
1983; 4:22<br />
5. Sydney R.Coleman, MD. “Facial Reconstouring with Lipoestructure”.<br />
Clinics in Plastic Surgery. April 1997; Vol 24 N° 2.Pg115<br />
6. Rollin K. Daniel. Principles and Physiology of skin flap Surgery.<br />
Blood Supply. McCarthy Reconstructive plastic Surgery Ed Vol I<br />
.Philadelphia. W.b Saunders 1990. Pg 277.<br />
7. Willian W Shaw. Microvascular free flaps. Clinics in plastic Surgery.<br />
Jan 1983. Vol 10 n° 1 .Pg 36.<br />
8. Douglas H. Harrison. Methods of assessing the viability of free<br />
flap transfer during the postoperative period. Clinics in plastic Surgery<br />
Jan 1983 Vol. 10 n|° 01. Pg 58 .<br />
9. Peer LA. Loss of weight and volume in human fat grafts .Plastic in<br />
reconstructive Surgery 1950. Pg: 217.<br />
10. Chiu DT. Repair and Grafting of Dermis, fat and fascia Mc.Carthy<br />
Reconstructive Plastic Surgery Vol. I Ed.Philadelphia WB Saunders<br />
1990. Pg 522.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
<strong>31</strong>
32<br />
Cervilla Lozano, J. M.<br />
Comentario al trabajo «Infiltración grasa en<br />
pérdidas de sustancia traumáticas»<br />
Me parece muy interesante la aportación que hace<br />
el dr. Cervilla con su casuística a largo plazo de infiltración<br />
grasa en pérdidas de sustancia traumáticas.<br />
Recordemos que, por término medio, la posible<br />
reabsorción del material graso infiltrado ronda los seis<br />
meses, por lo que dos años, que son los resultados que<br />
presenta, es tiempo suficiente para la valoración de la<br />
reabsorción, que en su experiencia ha sido prácticamente<br />
nula, teniendo en cuenta que no ha realizado<br />
sobrecorrección mayor del 10%.<br />
En su trabajo el Dr. Cervilla comenta que la supervivencia<br />
del injerto graso es debida a la neovascularización<br />
capilar; pero me gustaría hacer hincapié en la<br />
mejora que hemos tenido de la supervivencia del<br />
injerto, que pienso es la clave del éxito de la técnica<br />
de Coleman. (1).<br />
Si repasamos la bibliografía veremos como en 1950<br />
Peer (2) reporta una reabsorción del tejido graso autólogo<br />
injertado cercana al 50 %. Matsudo y Toledo (3)<br />
observaron un 20-50% de reabsorción en sus injertos<br />
grasos, por lo que intentaban sobrecorregir el defecto<br />
en un 35 % del volumen.<br />
Creo que las claves de que hoy en día estemos obteniendo<br />
un índice de supervivenci (90-100%) de los<br />
injertos grasos son varias y muy importantes de respectar:<br />
1. Mantener la distancia mínima de 1,5 mm. entre<br />
los filamentos de grasa inyectados, que no deberán<br />
ser mayores de 3 mm de diámetro. Estas dos<br />
premisas son fundamentales para la facilitación<br />
Respuesta al comentario del Dr. J. Planas Ribó<br />
Agradezco al Dr. Planas el comentario a mi trabajo y<br />
estoy totalmente de acuerdo con las matizaciones que<br />
precisa. Tan sólo me gustaría añadir una apreciación fruto<br />
de la experiencia y que yo considero vital para la supervivencia<br />
del injerto en su extracción:. Aspirar la grasa<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
Dr. J. Planas Ribó<br />
Cirujano Plástico. Clínica Planas.<br />
Barcelona (España)<br />
de la neovascularización capilar que dará viabilidad<br />
al injerto, según los estudios de Carpaneda<br />
(4).<br />
2. Intentar implantar la grasa por planos, pero<br />
sobretodo en el plano intramuscular, como aboga<br />
Guerrerosantos (5).<br />
3. Prestar especial atención al trato de la grasa<br />
desde su extracción a su implantación según el<br />
método de Coleman. La extracción con jeringa al<br />
vacío, la centrifugación y la posterior selección<br />
del estrato de grasa, despreciando el resto de fluidos,<br />
son pasos importantes para no inyectar después<br />
material sin posibilidades de supervivencia.<br />
Estoy totalmente de acuerdo con la observación<br />
que realiza el Dr. Cervilla con respecto a la mejora del<br />
aspecto de las cicatrices. En todos los casos que he<br />
realizado de injerto graso en zona cicatricial he observado<br />
la misma circunstancia, atribuyéndolo a la mejora<br />
en la firmeza de la piel en dicha zona.<br />
Introducción<br />
1. Coleman S.R. Long – terma Survival of Fat transplants: Controlled<br />
Demonstrations. Aesth. Plast. Sug. 19:421, 1995<br />
2. Peer L.A. Loss of weight and volumen in human fat grafts. Plast.<br />
Reconstruc. Surg. 5:217; 1950<br />
3. Matsudo P.K. and Toledo L.S. “Experience of Injeced Fat Grafting.<br />
Aesth. Plast. Surg. 12:35; 1988<br />
4. Carpaneda C. Percentage of Graft viability versus injected volume<br />
in Adipose Autotransplants. Aesth. Plast. Surg. 18:17, 1994.<br />
5. Guerrerosantos, J. Long – term Survival of Free fat Grafts in Muscle.<br />
Aesth. Plast. Surg. 20:403; 1996.<br />
Dr. J. M. Cervilla Lozano<br />
mediante jeringuilla a la mínima presión negativa posible,<br />
siendo esto más importante cuanto mayor sea la edad<br />
de la paciente ya que la fragilidad celular aumenta. La<br />
grasa así extraída permitirá obtener un injerto de mayor<br />
calidad que nos asegura, a largo plazo, su supervivencia.
CIRUGÍA PLÁSTICA IBERO-LATINOAMERICANA<br />
Cir. Plást. Iberlatinamer. - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1<br />
Enero - Febrero - Marzo 2005 / Pag. 33-46<br />
Villegas Alzate, F.*<br />
Osteometía deslizante<br />
del mentón<br />
Sliding genioplasty: excellent results<br />
in aesthetic facial surgery<br />
La osteotomía deslizante del mentón es una operación de<br />
gran utilidad, que permite resolver problemas del balance<br />
estético facial, y se utiliza no sólo en las deficiencias del<br />
tamaño o simetría del mentón, sino como complemento a<br />
otras cirugías de la cara.<br />
Se hace una descripción de la técnica operatoria en donde<br />
se destaca la simplificación y sistematización de los pasos a<br />
seguir. Y se presentan casos representativos que demuestran<br />
la utilidad de la cirugía.<br />
La osteotomía deslizante del mentón es la piedra angular<br />
en el tratamiento de trastornos del esqueleto facial y tiene<br />
gran utilidad como complemento de la cirugía ortognática. Se<br />
describe también su utilidad en el manejo del perfil, acompañando<br />
a la rinoplastia estética. En la cirugía de rejuvenecimiento<br />
del cuello puede jugar también un papel importante, lo<br />
mismo que en la corrección de los estigmas del síndrome de<br />
Down, de las secuelas de traumatismos y en el crecimiento<br />
facial asimétrico.<br />
Con la simplificación y sistematización de la técnica de<br />
mentoplastia deslizante se dispone de un elemento terapéutico<br />
muy útil para todo cirujano plástico. Se recomienda tener<br />
en cuenta esta técnica, y sensibilizarse no sólo también con la<br />
gran variedad de indicaciones posibles que presenta, lo que se<br />
verá reflejado en buenos resultados de manera consistente.<br />
Palabras clave Osteotomía del mentón, aumento del<br />
mentón, genioplastia<br />
Código numérico 2552<br />
* Cirujano Plástico<br />
Hospital Tomás Uribe Uribe. Clínica de Occidente. Tuluá, Valle. Colombia.<br />
Villegas Alzate, F.<br />
Resumen Abstract<br />
Sliding genioplasty is a very useful surgery to solve aesthetic<br />
problems of the facial skeleton. It is used not only in the<br />
treatment of chin deficiencies or asymmetries, but also as a<br />
complement to other facial aesthetic surgeries.<br />
This article is a description of the surgical technique, with<br />
emphasis on simplicity and systematization of operative<br />
steps. Representative cases demonstrating surgery usefulness<br />
are illustrated.<br />
Chin osteotomy is the corner stone of facial skeleton surgery,<br />
and it is a natural complement in orthognatic surgery. Its<br />
benefits as accompanying procedure in rhinoplasty, and rythidectomy<br />
are described.<br />
Down’s syndrome stigmata, growth defects by excess,<br />
deficiency or asymmetry as well as traumatic defects, can also<br />
be corrected with this versatile procedure.<br />
Simplification and systematization of sliding genioplasty<br />
offer to plastic surgeons a powerful tool. Recommendation<br />
for plastic surgeons to place chin osteotomy in a high rank<br />
into their surgical armamentarium is encouraged. Plastic surgeons<br />
sensibilization to technical aspects as well as the wide<br />
variety of indications can be reflected in good results consistently.<br />
Key words Chin osteotomy, Chin augmentation,<br />
Genioplasty<br />
Código numérico 2552
34<br />
Villegas Alzate, F.<br />
Introducción<br />
“This is one operation that all plastic surgeons<br />
should be able to perform”<br />
S. Anthony Wolfe. (1)<br />
“<strong>No</strong> other facial procedure yields so much for so<br />
little and with so minimal risk”<br />
Scott L. Spear. (2)<br />
Aunque todo cirujano plástico reconoce con facilidad<br />
los problemas de disarmonía mentoniana, muy<br />
pocos eligen su tratamiento mediante osteotomía, por<br />
considerarla una técnicamente difícil, del ámbito<br />
reconstructivo, o simplemente porque no han recibido<br />
el entrenamiento adecuado, y no se han sensibilizado<br />
con la técnica y sus resultados. (1)<br />
Desde su primera descripción en 1942, la mentoplastia<br />
por osteotomía deslizante de la sínfisis mentoniana<br />
se ha desarrollado rápidamente y ha llegado a<br />
jugar un papel de extrema importancia en Cirugía<br />
Estética y Reconstructiva, ofreciendo resultados excelentes<br />
para un procedimiento con pocas complicaciones.<br />
(2)<br />
Los implantes de mentón, usados con mayor frecuencia<br />
que la osteotomía, distan mucho de ser el procedimiento<br />
ideal, simple y sin complicaciones. Por<br />
otro lado, la osteotomía deslizante corrige no solamente<br />
la deficiencia mentoniana, sino que además, ha<br />
sido empleada para solucionar trastornos variados de<br />
exceso o defecto, verticales, sagitales y asimétricos,<br />
congénitos o adquirido, ofreciendo opciones terapéuticas<br />
para deformidades que varían fácilmente de la<br />
reconstructiva a la estética. (3-6).<br />
Las complicaciones agudas y tardías de la osteotomía<br />
del mentón son muy pocas, en especial al compararlas<br />
con las de los implantes. Pocas cirugías pueden<br />
ofrecer cambios tan poderosos en la armonía facial<br />
con tan baja morbilidad, lo que la hace insuperable<br />
como herramienta terapéutica, siendo complemento<br />
magnificador de resultados en otras cirugías estéticas<br />
de la cara. (7-9)<br />
Esta es la descripción de la experiencia con la osteotomía<br />
deslizante del mentón en el tratamiento de<br />
problemas variados del balance facial, desde la práctica<br />
diaria, efectuada de manera simplificada, por<br />
abordaje intraoral y fijación con alambre quirúrgico.<br />
En la mayoría de casos se usó como complemento<br />
de otras cirugías estéticas de la cara, incrementando<br />
sus resultados.<br />
Material y Método<br />
Haciendo uso de historias clínicas y archivos fotográficos,<br />
se recopilaron datos de 42 pacientes opera-<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
dos en la práctica personal del autor, desde Marzo de<br />
1995, hasta Junio de 2001. Fueron excluidos los<br />
pacientes a los que se les realizó aumento del mentón<br />
con materiales aloplásticos o técnica quirúrgica diferente<br />
a la mencionada en esta descripción.<br />
Una vez detectada la deficiencia del mentón<br />
mediante examen físico, se cuantificó el déficit por<br />
medios gráficos, utilizando los trazos de la perpendicular<br />
al plano de Frankfort pasando por los tejidos<br />
blandos del nasion. (Meridiano cero de González-<br />
Ulloa).<br />
El plano de Frankfort se trazó en la fotografía lateral,<br />
como una línea que cruza el punto más superior<br />
del conducto auditivo externo y la proyección más<br />
inferior del reborde orbitario en los tejidos blandos.<br />
La medición en milímetros se efectuó desde la parte<br />
más prominente del mentón al punto más cercano a la<br />
perpendicular. (Fig 1)<br />
Típicamente los casos descritos presentaban mediciones<br />
negativas que variaron hasta menos 26mm.,<br />
con excepción de 5 casos en los que las mediciones<br />
fueron positivas, variando hasta +8mm; en estos últimos<br />
pacientes la indicación de movimiento mentoniano<br />
fue diferente al avance y su finalidad era la corrección<br />
de problemas de simetría. (Fig. 2)<br />
Se detectaron discrepancias en las alturas faciales,<br />
por medio del estudio convencional de los tercios<br />
faciales; los trastornos de simetría se evaluaron con la<br />
ayuda de una línea media vertical, perpendicular a la<br />
horizontal, que va de canto externo a canto externo<br />
ocular trazada en la fotografía frontal. (Fig. 3, 4, 5)<br />
Se destacaron los casos de incompetencia labial y<br />
se evaluó la posición de los labios con relación a una<br />
línea trazada de la punta nasal al sitio más prominente<br />
del mentón (E, Riketts), en la que el punto más<br />
anterior de los labios se debe encontrar por detrás de<br />
la línea E, un poco más adelante el labio inferior que<br />
el superior, 2mm. y 4 mm. respectivamente. Otros<br />
medios de ayuda en el análisis clínico y planteamiento<br />
de algunos casos, fueron la línea desde la columnela<br />
al mentón (S, Steiner), profundidad del surco mentolabial<br />
y ángulo cervicofacial, sin que se dispusiera<br />
de datos cuantitativos para esta descripción. (6, 10)<br />
(Fig. 1)<br />
La indicación quirúrgica de avance fue dada a criterio<br />
clínico del autor, apoyado en mediciones negativas<br />
cuando se cuantificó la posición del mentón con<br />
relación a la perpendicular del plano de Frankfort. Sin<br />
embargo, en todos los casos, la decisión de operar o<br />
no operar se tomó en conjunto con el paciente discutiendo<br />
el plan de trabajo y analizando la predicción de<br />
resultados, que en los casos iniciales se realizó<br />
mediante el método de dibujo en película transparente<br />
sobre fotografía lateral en proporción 1:1 y a partir
de 1999 se realizó con ayuda de predicciones computerizadas<br />
apoyadas en software de manipulación de<br />
imágenes (Ulead Photoimpact, por Niamtu,<br />
Rchmond, Virginia, U S A.)<br />
En todos los pacientes se solicitó radiografía panorámica<br />
mandibular para descartar lesiones dentales o<br />
esqueléticas en la zona a operar.<br />
Cuando fue pertinente se solicitaron estudios complementarios<br />
como cefalometría y modelos dentales.<br />
Sin embargo la cefalometría no fue un examen de<br />
rutina cuando se planeó solamente mentoplastia, o<br />
cuando ésta era parte de un plan de tratamiento que no<br />
incluía cirugía ortognática.<br />
Los resultados fueron juzgados por el autor y<br />
pacientes según criterios subjetivos de la mejoría<br />
lograda en la apariencia y cumplimiento del plan y<br />
expectativas preoperatorios. Para esta descripción, se<br />
hicieron mediciones cuantitativas sobre fotografías<br />
del avance logrado en milímetros utilizando la perpendicular<br />
al plano de Frankfort desde el nasion.<br />
(Tabla I)<br />
Se presentan fotografías, casos representativos y<br />
dibujos de la técnica operatoria.<br />
Técnica quirúrgica<br />
En consulta previa a la cirugía se efectuó examen físico<br />
intraoral que debe incluir, carta dental, oclusión y<br />
concordancia de líneas medias dentales y esqueléticas.<br />
Por otro lado, el examen extraoral debe hacer énfasis<br />
no sólo en los aspectos de deficiencia o exceso<br />
mentoniano en el plano antero-posterior, sino en la<br />
altura del tercio inferior, y debe dejar claro si hay o no<br />
hay asimetrías. (Fig 2,4)<br />
El equipo a utilizar es básico y consta de retractor<br />
plástico de labios, separadores tipo Obwegeser,<br />
Aufricht, disector de Freer, sierra oscilante de 8mm.<br />
de ancho, sierra reciprocante de 40mm. de longitud,<br />
perforador con brocas de 1.5mm., alambre quirúrgico<br />
maleable 0.020 pulg., gancho para hueso y lápiz de<br />
grafito Nº 2.<br />
En todos los casos se utiliza anestesia general. La<br />
intubación puede ser oro-traqueal si el procedimiento<br />
no requiere confirmar la oclusión intra-operatoriamente,<br />
de lo contrario, la intubación se hará naso-traqueal.<br />
La fijación del tubo la realiza el cirujano por<br />
medio de un punto de seda 0, a los tejidos blandos y<br />
periostio de la línea media vestibular superior, o a la<br />
columnela si la intubación es nasal. (Fig 6)<br />
Cinco a siete minutos antes de la incisión se efectúa<br />
infiltración intraoral de la zona vestibular, reborde<br />
mandibular y piso de boca posterior a la sínfisis, utilizando<br />
lidocaína al 1% con epinefrina al 1: 200.000.<br />
La incisión se realiza de 3 a 5 mm. alejada del<br />
fondo de saco vestibular inferior, para dejar una fran-<br />
Osteometía deslizante del mentón<br />
Fig. 1: Esquema de las mediciones preoperatorias y postoperatorias.<br />
Arriba: E de Ricketts: Antes y Después de un caso de avance de mentón<br />
de 12 mm. y rinoplastia, en situación estética ideal el labio superior<br />
debería estar 4mm, y el inferior 2mm atrás de una línea recta trazada<br />
desde la punta nasal al sitio más prominente del mentón.<br />
Abajo: Perpendicular al plano de Frankfort: Antes y 18 meses después<br />
de rinoplastia y mentoplastia; el trazado permite planear la cirugía<br />
y cuantificar el resultado.<br />
ja de tejidos musculares y mucosos que faciliten la<br />
sutura final.<br />
El abordaje se extiende de canino a canino, efectuando<br />
disección subperióstica conservadora. <strong>No</strong> hay<br />
que hacer esfuerzos por ver los nervios mentonianos<br />
pero hay que tener presente su ubicación.<br />
La disección subperióstica, a nivel de la sínfisis no<br />
alcanza el borde mandibular, pero lateralmente se<br />
extiende en un túnel que debe sobrepasar ampliamente<br />
el reborde y permitir la fácil acomodación de los<br />
separadores de dorso nasal Aufricht, o de rama mandibular<br />
de Obwegeser.<br />
Una vez lograda la separación adecuada se procede<br />
a la marcación de la línea media y del sitio para la<br />
osteotomía, con lápiz de grafito Nº 2 estéril, cuidando<br />
estar como mínimo 6 mm. por debajo de los agujeros<br />
mentonianos y evitando así lesiones inadvertidas<br />
del nervio que normalmente hace una curvatura<br />
de convexidad inferior antes de emerger por los agujeros<br />
(11).<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
35
36<br />
Villegas Alzate, F.<br />
Fig. 2: Mentoplastia, punto de ajuste final en cirugía bimaxilar:<br />
Arriba Izquierda: Paciente de 38 años con trastorno funcional severo,<br />
por hipoplasia asimétrica de maxilar superior, mordida abierta y latero-prognatismo<br />
mandibular.<br />
Arriba Derecha: Después de Le Fort I, osteotomías sagitales de rama<br />
mandibular y mentoplastia.<br />
Abajo: Resultado al año de la operación. El objetivo principal de la<br />
mentoplastia fue ayudar a centrar la línea media.<br />
Con sierra oscilante se refuerza la marcación de la<br />
línea media, dejando una muesca que servirá para<br />
comprobar la simetría al momento de la osteosíntesis.<br />
Con sierra reciprocante se realiza de manera completa<br />
la osteotomía subapical mentoniana, poniendo<br />
especial atención a los bordes laterales en donde la<br />
mandíbula es más dura y con frecuencia es difícil<br />
finalizar el corte. (Fig 7)<br />
<strong>No</strong> se utilizan elementos rotatorios ni osteótomos<br />
para el corte óseo, porque pueden lesionar los tejidos<br />
blandos, calentar excesivamente el hueso, producir<br />
abrasión de los labios, generar trazos de fractura no<br />
deseados y producir macro y micro trauma en las articulaciones<br />
temporomandibulares.<br />
La inclinación de la osteotomía subapical puede<br />
variar con respecto al plano mandibular de tal manera<br />
que al hacer el deslizamiento anterior del segmento<br />
mentoniano, ocurra desplazamiento hacia arriba o<br />
hacia abajo de acuerdo con las necesidades de aumentar<br />
o disminuir el tercio inferior de la cara. (Fig. 8)<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
Fig. 3: Avance de mentón y aumento de altura facial inferior en rejuvenecimiento:<br />
Arriba: Antes y después de Ritidoplastia complementada con avance<br />
de mentón en el mismo acto operatorio.<br />
Abajo Izquierda: El resultado de Ritidoplastia sería magnificado con<br />
avance del mentón y aumento de la altura facial inferior como se<br />
demuestra en esta foto lateral preoperatoria.<br />
Abajo Derecha: Resultado a los 6 meses de las cirugías, nótese la<br />
mejoría del contorno mandibular y de la zona submentoiniana; este<br />
resultado no se podría alcanzar manipulando solamente tejidos blandos.<br />
Una prótesis difícilmente puede aumentar la altura facial del tercio<br />
inferior.<br />
Si se ha planeado resección de un segmento mandibular<br />
para disminuir la altura del tercio facial inferior,<br />
el corte transversal más caudal se realiza primero, ya<br />
que una vez liberado el segmento mentoniano sería<br />
muy difícil retirar una parte de él. (1) (Fig. 5)<br />
Esta misma consideración se tendrá en cuenta<br />
cuando las resecciones sean en cuña para corregir<br />
defectos de simetría. Los defectos de simetría del<br />
mentón se han notado previamente y se corregirán<br />
según planteamiento con cambios angulares y de desplazamiento<br />
lateral (Fig. 9)<br />
Una vez completada la osteotomía, el segmento<br />
mentoniano se moviliza fácilmente y sangra, demostrando<br />
su viabilidad al permanecer unido a tejidos blandos.<br />
En este momento es prudente realizar hemostasia<br />
en los tejidos posteriores a la mandíbula que no serán<br />
accesibles una vez realizada la osteosíntesis.
Fig. 4: Avance y corrección de asimetría de mentón con rejuvenecimiento<br />
facial:<br />
La perpendicular a una línea que une los cantos externos permite<br />
detectar la malposición mentoniana y su corrección.<br />
Arriba Izquierda: Paciente de 57 años antes de Ritidoplastia; nótese<br />
la asimetría y deficiencia del mentón.<br />
Arriba Derecha: Ritidoplastia y mentoplastia simultáneamente con<br />
movimientos de avance y lateralización para centrar la línea media<br />
mentoniana.<br />
Abajo: Vista lateral antes y 12 meses después de la cirugía.<br />
Se procede a la fijación. Con un gancho para hueso<br />
insertado en la esponjosa sinfisiaria, traccionamos el<br />
mentón a la posición deseada y marcamos con lápiz<br />
dos puntos de contacto entre la cortical anterior del<br />
segmento mandibular y la cortical posterior del segmento<br />
mentoniano. Los puntos de contacto óseo pueden<br />
variar de posición, es decir, se desplazarán lateralmente<br />
al aumentar el avance y medialmente si el<br />
avance es menor. Según el espesor de la sínfisis mandibular<br />
y el plan operatorio, la cantidad de avance<br />
puede variar de 0 a 13 mm. (Fig. 10)<br />
Después de perforar con broca de 1.5 mm. se utilizan<br />
dos lazadas simples de alambre maleable calibre<br />
0.020 pulg. entre el segmento mentoniano y el mandibular,<br />
que se ajustarán comprobando la alineación o<br />
desplazamiento lateral planeados, basándonos en la<br />
marca central dejada con la sierra oscilante.<br />
En los casos iniciales fue difícil el paso de los<br />
alambres, pero esto se mejoró con la práctica y la uti-<br />
Osteometía deslizante del mentón<br />
Fig. 5: Mentoplastia e implantes en otras zonas faciales:<br />
Arriba: Antes y después de cirugía; implantes (Medpor®) para<br />
aumentar las áreas malares y ángulos mandibulares. Un implante en<br />
el mentón no podría disminuir la altura facial inferior como se planeó.<br />
Centro Izquierda: Señalización del segmento mentoniano a ser retirado<br />
entre las dos flechas amarillas. El segmento a avanzar ha sido<br />
liberado primero y está en la parte inferior.<br />
Centro derecha: Para la ubicación de los implantes de mentón y<br />
ángulo mandibular se utilizó el abordaje oral.<br />
Abajo: Antes y 18 meses después de la cirugía. Se ha logrado dar prominencia<br />
a los pómulos, mayor definición al ángulo mandibular, la<br />
altura facial inferior se ha disminuido y el mentón se ha avanzado.<br />
lización rutinaria de una aguja Nº 18 como guía dentro<br />
de los orificios óseos superiores. Se pasan primero<br />
los alambres en el segmento inferior desde la<br />
esponjosa hacia la cortical posterior quedando embebidos<br />
en los tejidos blandos del piso de la boca en<br />
donde se rescatan con pinza de Kelly curva, la aguja<br />
se introduce en las perforaciones del segmento superior,<br />
desde la cortical hasta la esponjosa; el cabo de<br />
alambre correspondiente se introduce en la luz de la<br />
aguja que entonces se moviliza de manera retrógrada,<br />
llevando con ella el alambre para completar así la<br />
lazada (Fig. 11)<br />
Se revisa el grado de avance obtenido, cuantificable<br />
por medición lineal en mm.con regla metálica<br />
estéril. Se comprueba la estabilidad de la osteosínte-<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
37
38<br />
Villegas Alzate, F.<br />
Fig. 6: Técnica quirúrgica:<br />
Arriba: Intubación y fijación del tubo.<br />
Abajo Izquierda: marcaje de la línea media y lugar de la osteotomía, 6 mm. por debajo de los agujeros mentonianos<br />
Abajo Derecha: colocación de cinta adhesiva porosa a modo de soporte submentoniano y en el surco mentolabial.<br />
Fig. 7: Técnica quirúrgica:<br />
Arriba Izquierda Infiltración e incisión de 3-5 mm. lejos del fondo de saco vestibular inferior. Abordaje de canino a canino y disección subperióstica<br />
vigilando los nervios mentonianos..<br />
Arriba Derecha: Refuerzo del marcaje de la línea media con sierra oscilante para comprobar la simetría.<br />
Abajo Izquierda: Osteotomía subapical mentoniana completa con sierra reciprocante.<br />
Abajo Derecha: Perforación con broca de 1,5 mm y lazada simple con alambre maleable de 0.020 pulgadas a cada lado.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005
Fig. 8: Manejo de la altura facial inferior:<br />
Variando la inclinación de la osteotomía con respecto al plano oclusal<br />
se puede modificar la altura facial inferior.<br />
Arriba Izquierda: Osteotomía paralela al plano oclusal, la altura permanece<br />
igual.<br />
Arriba Derecha: Osteotomía inclinada anteriormente, se gana altura<br />
facial.<br />
Abajo Izquierda: Osteotomía inclinada posteriormente, se disminuye<br />
altura facial inferior<br />
Abajo Derecha: Para mayor disminución en la altura, se puede retirar<br />
un segmento óseo intermedio.<br />
sis, líneas medias, simetría y hemostasia, para proceder<br />
al cierre que se hace con suturas absorbibles<br />
(Poliglactina 4/0) en dos planos, uno de puntos simples<br />
musculares y otro continuo muco- muscular.<br />
La inmovilización y curación final se hace con<br />
cinta adhesiva porosa a manera de soporte submentoniano<br />
y en la zona del surco mentolabial.<br />
El paciente es tratado de forma ambulatoria con<br />
instrucciones de aseo oral, dieta blanda, analgesia y<br />
antibioticoterapia profiláctica.<br />
Osteometía deslizante del mentón<br />
Fig. 9: Técnica quirúrgica:<br />
Arriba: Osteotomía angulada; se ha retirado un segmento angular en<br />
un lado del mentón para permitir movimiento de rotación lateral, útil<br />
en la corrección de asimetrías.<br />
Abajo: Se ha deslizado el segmento mentoniano lateralmente para<br />
corregir defecto de simetría y posición mentoniana.<br />
Fig. 10: Técnica quirúrgica:<br />
En dos pacientes diferentes se hacen notar las posibles variaciones<br />
en la posición final del segmento mentoniano.<br />
Arriba: Si se planea poco avance, los puntos de contacto óseo para<br />
las lazadas de alambre se acercan a la línea media, como en este<br />
caso con avance de 6mm.<br />
Abajo: Para mayor avance del mentón los agujeros se desplazan lateralmente,<br />
como en este caso con avance de 10mm. Fig. 11: Técnica quirúrgica:<br />
Arriba y abajo izquierda: Paso de los alambres en las perforaciones<br />
con ayuda de aguja hipodérmica nº 18. Lazada simple de alambre en<br />
el segmento libre; la aguja hipodérmica nº 18 se insertó en el seg-<br />
mento superior y sirve de guía para facilitar el paso del alambre en el<br />
segmento superior.<br />
Arriba derecha: el recorrido retrógrado de la aguja lleva consigo el<br />
alambre para completar la lazada.<br />
Abajo derecha: Una vez ajustados los dos puntos de alambre se<br />
obtiene fijación suficiente.<br />
Resultados<br />
Se operó un total de 42 pacientes: 36 mujeres y 6<br />
hombres, con edades entre los 16 y 61 años (edad promedio<br />
de 26.3 años).<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
39
40<br />
Villegas Alzate, F.<br />
En 38 casos la cirugía fue simultánea con otra cirugía<br />
estética facial. Sólamente en 4 casos se realizó<br />
como procedimiento único, pero en dos de estos cua-<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
tro, fue como cirugía complementaria diferida de<br />
rinoplastia (Tabla II).<br />
Tabla I: Mediciones de la cantidad de avance, y déficit de la posición del mentón en 42 pacientes<br />
caso Déficit Avance Déficit Cantidad de avance<br />
preoperatorio� intraoperatorio� postoperatorio� en el control fotográfico�<br />
1. -10mm. 12mm. 0mm. 10mm.<br />
2. -12mm. 12mm. -3mm. 9mm.<br />
3. +8mm. 0mm.� +12mm. 4mm. *<br />
4. -20mm. n/d -7mm. 13mm.<br />
5. -8mm. 10mm. n/d n/d<br />
6. -23mm. 12mm. -12mm. 11mm.<br />
7. 0mm. 6mm. � 0mm. 0mm.*<br />
8. -21mm. 10mm. -11mm. 10mm.<br />
9. -18mm. n/d -13mm. 6mm.<br />
10. -20mm. 12mm. -12mm. 8mm.<br />
11. -13mm. 10mm. n/d n/d<br />
12. -17mm. 12mm. -7mm. 10mm.<br />
13. -25mm. n/d n/d n/d<br />
14. -22mm. 12mm. -11mm. 11mm.<br />
15. -12mm. 12mm. -1mm. 11mm.<br />
16. +5mm. 6mm. � n/d n/d<br />
17. -5mm. 12mm. 0mm. 5mm.*<br />
18. n/d n/d n/d n/d<br />
19. -21mm. 10mm. -9mm. 12mm.<br />
20. -16mm. 10mm. -8mm. 8mm.<br />
21. -17mm. n/d n/d n/d<br />
22. +3mm. 0mm.� -3mm. 6mm.*<br />
23. +11mm. 8mm. +10mm. -1mm.*<br />
24. -3mm. 10mm. n/d n/d<br />
25. -17mm. n/d -9mm. 8mm.<br />
26. -12mm. n/d n/d n/d<br />
27. -3mm. 0mm. � -3mm. 0mm.<br />
28. -24mm. n/d n/d n/d<br />
29. -12mm. 12mm. -3mm. 9mm.<br />
30. -10mm. 11mm. 0mm. 10mm.<br />
<strong>31</strong>. n/d 10mm. -2mm. n/d<br />
32. 0mm. 0mm. � n/d n/d<br />
33. n/d 8mm. 0mm. n/d*<br />
34. -5mm. 12mm. +1mm. 6mm. *<br />
35. -12mm. 12mm. -4mm. 8mm.<br />
36. -19mm. 13mm. -4mm. 15mm. *<br />
37. -26mm. n/d n/d n/d<br />
38. -15mm. n/d -9mm. 6mm.<br />
39. -7mm. n/d +2mm. 9mm.*<br />
40. -22mm. n/d -11mm. 11mm.<br />
41. -26mm. 12mm. -14mm. 12mm.<br />
42. -15mm. 12mm. -9mm. 6mm.<br />
� Datos obtenidos de la medición directa de fotografías usando la perpendicular al plano de Frankfort.<br />
n/dDatos no disponibles<br />
� Dato obtenido de la descripción operatoria, fue registrado sólo en 30 pacientes<br />
� Resta de las deficiencias obtenidas de las fotos pre y postoperatorias.<br />
* Cambios en la medida afectados por cirugía ortognática simultánea<br />
� La mayor parte del movimiento fue para corregir asimetrías movimiento angular.
Tabla II. Número de casos y procedimientos asociados a la mentoplastia<br />
PROCEDIMIENTO ASOCIADO NÚMERO DE CASOS<br />
Rinoplastia. 14<br />
Cirugía Ortognática. 8<br />
Ritidoplastia. 6<br />
Injertos óseos sitios diferentes al mentón. 5<br />
Mentoplastia sola, o como complemento diferido de rinoplastia 4<br />
Acompañando Implantes faciales en sitios diferentes al mentón. 3<br />
Síndrome Down. 2<br />
TOTAL 42<br />
Aunque en los casos de ortognática e injertos óseos<br />
se utilizaron elementos de osteosíntesis como placas y<br />
tornillos para el tercio medio facial o rama mandibular,<br />
no se usaron en los mentones y donde la fijación<br />
se efectuó sistemáticamente con alambres tal y como<br />
se describió antes.<br />
En ocho casos, se usaron injertos óseos o implantes<br />
en otras áreas faciales, pero a nivel mentoniano se<br />
siguió prefiriendo la osteotomía para obtener efectos<br />
de avance mayor, corrección de asimetrías y alargamiento<br />
o acortamiento del tercio facial inferior, lo<br />
cual es imposible de lograr con implantes de mentón.<br />
Los datos de las mediciones intraoperatorias y del<br />
analisis pre y postoperatorio se anexan en la tabla I.<br />
La medición de la posición mentoniana pre-operatoria<br />
varió de -26 a +11mm. con promedio de -12.6<br />
mm. La gran mayoría de registros fueron negativos,<br />
correspondiendo a pacientes típicos con microgenia o<br />
micrognatia; se observaron sin embargo cuatro casos<br />
de medición positiva en los que la finalidad de la<br />
mentoplastia fue la corrección de asimetría, y acompañando<br />
a cirugía ortognática bimaxilar y a un caso<br />
de cirugía de camuflaje por microsomía hemifacial.<br />
La cantidad de avance intra-operatorio se registró<br />
en 30 de los 42 casos y varió entre 0mm. y 13mm.,<br />
siendo el dato más frecuente 12mm. y el promedio 9.2<br />
mm.<br />
En 4 casos el avance intra-operatorio fue deliberadamente<br />
de 0mm., porque la finalidad de la mentoplastia<br />
era otra distinta al avance.<br />
En <strong>31</strong> pacientes se obtuvieron fotografías laterales<br />
post-operatorias que permitieron las mediciones,<br />
variando de +12 a -14mm. con promedio de - 4.5mm.<br />
Aunque la reproductibilidad del plano de Frankfort<br />
dejó dudas en algunos casos, la cifra de avance final<br />
se obtuvo de la diferencia entre las mediciones fotográficas<br />
pre-operatorias y post-operatorias; se dispuso<br />
finalmente de 29 datos del avance obtenido, con<br />
medidas desde 1mm. hasta 13mm.<br />
Se hace notar que en algunos casos la medición se<br />
vio afectada por los cambios en la posición del nasion<br />
o cambios en la posición de los maxilares debidas a<br />
Osteometía deslizante del mentón<br />
las cirugías simultáneas y que en algunos casos la<br />
finalidad de la operación del mentón no fue el avance.<br />
<strong>No</strong> se vio clínicamente retroceso significativo o<br />
reabsorción del segmento avanzado en ningún paciente,<br />
algunos de ellos con seguimiento mayor a cinco<br />
años. En los datos disponibles se apreció correlación<br />
directa entre el avance durante la cirugía y el resultado<br />
final.<br />
En todos los pacientes se obtuvo el objetivo propuesto<br />
de posición mentoniana, con gran mejoría clínica<br />
y cumplimiento de las predicciones preoperatorias,<br />
según evaluación subjetiva del cirujano.<br />
Como efecto asociado se vio disminución del<br />
esfuerzo para cerrar los labios y aumento de la competencia<br />
labial en varios casos. (Fig. 12)<br />
La gran mayoría de los pacientes se mostró muy<br />
satisfecha con los resultados. Tres, demostraron<br />
inconformidad con la nueva apariencia que juzgaron<br />
como rara, con cara larga, delgada o mentón muy prominente.<br />
En 6 pacientes se vieron transtornos sensitivos<br />
labiales transitorios durante semanas, sin embargo<br />
se observó un paciente con hipoestesia labial inferior<br />
no discapacitante, pero considerada permanente<br />
al no haber remisión durante un año de seguimiento.<br />
<strong>No</strong> se apreciaron complicaciones mayores En una<br />
paciente se presentó infección de los tejidos blandos<br />
que fue tratada con medicación durante 10 días sin<br />
que fuera necesaria otra cirugía.<br />
En todos los casos la corrección ha sido estable y<br />
los resultados fiables y consistentes.<br />
<strong>No</strong> se hicieron revisiones, ni reoperaciones debidas<br />
a secuelas la cirugía.<br />
En ningún caso se palpó o expuso el alambre de<br />
osteosíntesis, por lo que no fue necesaria su extracción<br />
en ningún paciente.<br />
Discusión<br />
El mentón ocupa un lugar prominente en la apariencia<br />
de la cara. Cambios sutiles en esta estructura<br />
provocan grandes diferencias en el resultado final de<br />
una operación (6,10).<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
41
42<br />
Villegas Alzate, F.<br />
Fig. 12: Mentoplastia como complemento de Rinoplastia:<br />
Paciente de 28 años a la que se le realizó rinoplastia y mentoplastia<br />
deslizante simultáneas; nótense los cambios obtenidos en el balance<br />
estético del perfil y como en el postoperatorio el sellado labial se<br />
hace con menos esfuerzo. Los resultados son estables a los tres<br />
años de la cirugía.<br />
Aunque reconocer la deficiencia del mentón es un<br />
punto clave en el que la mayoría de los cirujanos plásticos<br />
hace énfasis, tratarla con osteotomía del mentón<br />
es pocas veces considerado (12-14).<br />
La mayoría de cirujanos plásticos tienen como primera<br />
opción el aumento aloplástico por su sencillez y<br />
resultados, sin embargo, el uso de prótesis mentoniana<br />
no puede corregir problemas esqueléticos y se considera<br />
como técnica útil en deficiencias de hasta<br />
5mm.; correcciones mas grandes pueden traer mayores<br />
complicaciones.<br />
Algunos problemas tempranos o tardíos como infección,<br />
pérdida aguda del material aloplástico, demarcación<br />
y visibilidad de los bordes del implante, migración, extrusión,<br />
erosión ósea, lesión de raíces dentales y deformidad<br />
residual al retirar los implantes, se describen de manera<br />
consistente en las series de aumento aloplástico.<br />
Hay también referencias a algunos intentos por<br />
mejorar la técnica y disminuir las complicaciones del<br />
aumento aloplástico del mentón; entre ellas están el uso<br />
de tornillos para fijar los implantes, incisiones extra-<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
Fig. 13: Mentoplastia como complemento de cirugía ortognática:<br />
Arriba Izquierda: Paciente con Síndrome de cara larga, exceso vertical<br />
de 11mm. en el maxilar superior y gran sonrisa gingival<br />
Arriba Derecha: La cirugía incluyó Le Fort I de impactación y mentoplastia<br />
Abajo Izquierda: La deficiencia aparente de la mandíbula se tratará<br />
con osteotomía del mentón.<br />
Abajo Derecha: Resultado 2 años después de la cirugía; el efecto de<br />
avance mandibular se obtuvo únicamente por la mentoplastia y la<br />
auto-rotación mandibular.<br />
orales, incisiones reducidas intra-orales, incisiones<br />
paralelas verticales vestibulares, diseños de implantes<br />
acoplables y otros. Todas estas variantes descritas tratan<br />
de minimizar los desplazamientos, infecciones,<br />
extrusiones y erosión ósea, lo que habla claramente de<br />
los problemas de la utilización de implantes (21,22).<br />
Por otro lado la osteotomía permite corregir trastornos<br />
esqueléticos en altura y simetría, logra aumentos<br />
mayores, en algunos casos de hasta 12 y 13mm.,<br />
corrige la incompetencia labial y evita los problemas<br />
tardíos propios de los implantes (9,12,13, 20).<br />
Quienes realizan este procedimiento de manera<br />
rutinaria lo califican como la cirugía más fácil de<br />
todas las del esqueleto de la cara, con igual grado de<br />
dificultad que aplicar una prótesis mentoniana, y con<br />
toda seguridad mucho más sencilla que varios procedimientos<br />
estéticos faciales (15).<br />
El cirujano con orientación reconstructiva y entrenamiento<br />
básico en cirugía maxilofacial puede reali-
Fig. 14: Mentoplastia para corregir estigmas de Síndrome de Down:<br />
Arriba Izquierda: Osteotomía de avance mentoniano en su visión<br />
intraoral; el segmento avanzado ha sido inmovilizado con dos puntos<br />
de alambre.<br />
Arriba Derecha: Se utilizaron injertos óseos de tabla externa del cráneo<br />
en las zonas paranasales fijados con tornillos.<br />
Abajo: Antes y 7 meses después de rinoplastia de aumento con tabla<br />
externa de cráneo, injertos óseos paranasales y mentoplastia de<br />
avance.<br />
zarla con facilidad. Sin embargo, la operación ofrece<br />
elementos terapéuticos de tanta importancia en Cirugía<br />
Estética facial, que todo cirujano plástico la debería<br />
efectuar con seguridad .(1) Con un mínimo de<br />
entrenamiento y con pocos elementos especiales (fundamentalmente<br />
las sierras reciprocante y oscilante),<br />
todo cirujano plástico puede realizar la osteotomía<br />
mentoniana de manera segura, en hospitales o clínicas<br />
de bajo nivel de complejidad (16,17).<br />
Comparado con otros procedimientos estéticos de<br />
la cara, el nivel de satisfacción obtenido con la mentoplastia<br />
de avance es muy alto, siendo infrecuentes<br />
las revisiones, complicaciones y cicatrices. Si a lo<br />
anterior le sumamos la simplicidad de la técnica quirúrgica,<br />
la osteotomía del mentón ofrece un balance<br />
terapéutico insuperable en cirugía estética facial.<br />
A la hora de hacer un balance de ventajas y desventajas,<br />
ningún otro procedimiento puede ofrecer<br />
tanto por tan poco y con tan bajo riesgo (2).<br />
Aunque aquí hemos descrito la cirugía del mentón<br />
Osteometía deslizante del mentón<br />
principalmente como osteotomía de<br />
avance, la verdad es que la operación<br />
permite lograr muchas más que el<br />
simple desplazamiento anterior de la<br />
sínfisis, destacándose su versatilidad,<br />
ya que una vez liberado el segmento<br />
inferior con la osteotomía horizontal,<br />
el movimiento del fragmento, puede<br />
servir para aumentar o disminuir la<br />
altura del tercio facial inferior, lo<br />
mismo que para corregir asimetrías,<br />
y de alguna manera, pudiera servir<br />
para retroceso mentoniano si es que<br />
se puede indicar este movimiento en<br />
algún caso. (3,4) ( Fig. 2, 4, 5) La<br />
osteotomía deslizante del mentón es<br />
altamente predecible ya que los cambios<br />
realizados a nivel óseo sinfisiario<br />
se reflejan en una proporción casi<br />
de 1:1 en los tejidos blandos.<br />
En lo observado en los casos aquí<br />
descritos, algunos con seguimiento<br />
superior a cinco años se puede también<br />
asegurar su predectibilidad con<br />
el paso del tiempo, ya que el avance<br />
inicial se mantiene sin mayores<br />
modificaciones.<br />
Puede también acompañar a otros procedimientos<br />
estéticos de la cara, sirviendo como elemento magnificador<br />
de los resultados en meloplastia, cervicoplastia<br />
y lipoescultura facial, en donde por su efecto volumétrico,<br />
de avance, tensión suprahioidea y aumento<br />
de la altura facial inferior hace más notorios los cambios<br />
positivos de los tejidos blandos en el reborde<br />
mandibular y ángulo cervicofacial (7,8). (Fig. 3, 4)<br />
Lo mismo puede decirse de la rinoplastia estética,<br />
en la que los resultados se pueden apreciar mejor al<br />
armonizar el balance del perfil, mejorar las relaciones<br />
labio-naso-faciales, disminuir la tensión de sellado<br />
labial y compensar alturas faciales. (9,14) (Fig. 1, 12)<br />
En otros casos de Cirugía Estética o Reconstructiva<br />
del esqueleto facial, aún en la corrección de las<br />
secuelas dejadas por cirugía de aumento aloplástico,<br />
la osteotomía del mentón juega un papel protagonista<br />
sin haber sido superada por los implantes ni por los<br />
injertos óseos dadas las cualidades descritas. (18)<br />
En cirugía ortognática, la osteotomía deslizante del<br />
mentón se realiza como punto culminante de las<br />
demás osteotomías, siendo un elemento de gran ayuda<br />
para afinar el resultado definitivo, conduciendo a<br />
resultados más estéticos y con mayor balance esquelético.<br />
(Fig. 2, 13, 14)<br />
En cuanto al tipo de osteosíntesis usada, reconocidos<br />
autores del área maxilofacial refieren la utilidad<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
43
44<br />
Villegas Alzate, F.<br />
de la fijación del mentón con alambre (8). En muchos<br />
de nuestros casos se disponía de elementos de fijación<br />
rígida, sin embargo, de manera rutinaria se usó la fijación<br />
simplificada con alambre para el mentón que es<br />
fácil de realizar, rápida y económica. Quienes han realizado<br />
estudios comparativos de diferentes medios de<br />
fijación en el mentón no han hallado diferencias en<br />
los resultados y estabilidad esquelética a largo plazo<br />
usando sólo alambres.(19)<br />
Finalmente, en nuestro medio, es más económico y<br />
posiblemente igual de sencillo hacer la osteotomía<br />
que aplicar los implantes, por lo que es nuestro método<br />
de elección en el manejo del mentón. (23)<br />
<strong>No</strong> se desconoce, sin embargo, que el aumento aloplástico<br />
pudiera ser defendido con argumentos parecidos<br />
a los expuestos y han sido demostradas su utilidad<br />
y sencillez de ejecución por muchos autores. (9,12,13)<br />
Entre las potenciales desventajas de la osteotomía<br />
del mentón encontramos el grado de dificultad cuando<br />
se planean avances pequeños, ya que la fijación en<br />
esos casos es más laboriosa.<br />
Al producir cambios profundos en el balance del<br />
perfil, 3 pacientes de la serie se mostraron disconformes<br />
con su nueva apariencia, a pesar de haber visto<br />
previamente las predicciones y haber estado de acuerdo<br />
con ellas; esto habla claramente del peso que tiene<br />
la mentoplastia en la valoración final de un resultado,<br />
y de lo cuidadosos que debemos ser al indicar la operación<br />
para evitar este tipo de resultados, que por otro<br />
lado fueron juzgados como buenos desde el punto de<br />
vista del cirujano.<br />
La posibilidad de daño a los ápices dentales y nervios,<br />
o de fracturas no deseadas, puede ser un argumento<br />
en contra de la cirugía, pero son evitables con<br />
una técnica cuidadosa. La necesidad de dejar alambres<br />
que actúan como cuerpo extraño puede ser también<br />
un argumento detractor, pero mucho menos<br />
grave que en el caso de usar placas no absorbibles o<br />
implantes para aumento (1,24).<br />
Conclusiones<br />
La mentoplastia de avance es un procedimiento<br />
sencillo, versátil, poderoso y con muy bajos riesgos,<br />
lo que le da un balance terapéutico no superado por<br />
los demás procedimientos estéticos de la cara.<br />
Por sus resultados altamente satisfactorios es una<br />
cirugía que todo cirujano plástico debe considerar, sensibilizándose<br />
con su amplia gama de indicaciones. Con<br />
un mínimo de instrumental y entrenamiento, puede formar<br />
parte del armamentario corriente de la especialidad.<br />
<strong>No</strong> es necesario la realización de una subespecialización<br />
para efectuar el procedimiento y debe ser una<br />
cirugía rescatada para los cirujanos plásticos.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
Dr. Francisco Villegas A.<br />
A.A. 8163 Tuluá. Valle Colombia<br />
www.drfranciscovillegas.com<br />
e-mail: fvillega@teletulua.com.co<br />
Dirección del autor<br />
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24. Edwards RC, Kiely KD, Eppley BL.: “Resorbable fixation techniques<br />
for genioplasty”. J Oral Maxillofac Surg. 2000 ; 58(3):269.
Este es un artículo muy interesante y completo que<br />
incluye todos los aspectos de una osteotomía deslizante<br />
de mentón: el análisis pre – operatorio, la técnica<br />
quirúrgica y las diferentes modalidades de la<br />
misma. Quiero felicitar al Dr.Villegas Alzate por su<br />
excelentes resultados estéticos al utilizar este procedimiento,<br />
el cual es muy sencillo, fácilmente reproducible<br />
y que restituye la estructura ósea de la porción<br />
anterior de la mandíbula, recuperando la anatomía<br />
normal.<br />
Hoy en día, con respecto a la microgenia, se acepta<br />
la regla de que una deficiencia en la proyección anterior<br />
del mentón de hasta 5 mm, se resuelve satisfactoriamente<br />
con un implante de mentón. La experiencia<br />
de diferentes autores y sus seguimientos a largo plazo<br />
han demostrado excelentes resultados, con un mínimo<br />
de complicaciones (1, 2).<br />
La osteotomía deslizante de mentón es una técnica<br />
quirúrgica que produce excelentes resultados estéticos<br />
y funcionales. Está indicada siempre que el mentón<br />
requiera de un avance mayor de 6 mm. Es una técnica<br />
muy versátil, ya que por sí misma ofrece resultados<br />
diferentes sólo con pequeñas variaciones en el trazo<br />
de la osteotomía; al hacerla más inclinada o más horizontal<br />
con respecto al plano oclusal, podemos acortar<br />
o elongar la dimensión vertical del tercio inferior de<br />
la cara (Fig. 1).<br />
Con este técnica, no sólo se proyecta más anteriormente<br />
el mentón, sino que cambia dramáticamente la<br />
distribución de los tejidos blandos en el mentón y en<br />
los labios. Este efecto es secundario a los cambios<br />
realizados en los músculos suprahiodeos simultáneos<br />
con el avance óseo. Característicamente los pacientes<br />
presentan una incompetencia del labio inferior y al<br />
cerrar los labios denotan un importante esfuerzo muscular<br />
en la borla de la barba. Después del avance óseo,<br />
los músculos se distribuyen mejor y aumenta de<br />
forma importante la distancia del ángulo cervical al<br />
punto más prominente del mentón. El labio inferior,<br />
inicialmente evertido, adquiere una agradable posición<br />
invertida, lo que estéticamente produce una cara<br />
más atractiva (Fig. 2).<br />
En todo paciente la evaluación pre – operatoria es<br />
fundamental. La posición de los labios debe analizarse<br />
en reposo y en movimiento, y deben descartar-<br />
Osteometía deslizante del mentón<br />
Comentario al trabajo «Osteometía deslizante<br />
del mentón»<br />
Dr. Fernando Molina<br />
Cirujano Plástico. México D. F.<br />
se alteraciones esqueléticas asociadas a una maloclusión,<br />
a una posición dental incorrecta o a excesos<br />
de crecimiento vertical de los rebordes alveolares<br />
(Fig. 3).<br />
Para la relación de proporción estética ideal, existen<br />
numerosos estudios de antropólogos físicos y<br />
artistas que nos ayudan a evaluar el mentón en su<br />
tamaño y forma (3, 4). Los pintores constantemente<br />
plasman en retratos mentones más fuertes de los que<br />
existen en la realidad. El concepto estético también<br />
cambio de acuerdo a las diferentes razas, y el mismo<br />
concepto ha evolucionado en las diferentes épocas, si<br />
comparamos estatuas del período antiguo, del renacimiento<br />
y del arte moderno actual. Los siguientes<br />
autores han propuesto deferentes sistemas para evaluar<br />
el mentón: González Ulloa y Stevens (5) con una<br />
línea entre el nasión y el pogonión perpendicular al<br />
plano de Frankfort. Ricketts (6) con una línea entre la<br />
punta nasal y el pogonion y su relación con el labio<br />
superior e inferior. Burstone (7) con un línea del<br />
punto subrasal al pogonion. Steiner con una línea<br />
entre el pogonion y el punto de inflexión en “S” formado<br />
en el perfil entre la parte baja de la columnela<br />
y el labio superior (8). Finalmente el modelo propuesto<br />
por Holdaway, que relaciona el contorno de<br />
los tejidos blandos de la cara con el esqueleto subyacente<br />
(9). Todos estos sistemas fallan entre el modelo<br />
femenino y masculino al situar el nasion, al tener<br />
diferentes proyecciones de la punta nasal, al evaluar<br />
diferentes formas y dimensiones de los labios, de los<br />
diferentes tipos de nariz. Yo considero que ninguno<br />
de estos sistemas es absoluto y que las decisiones<br />
quirúrgicas no deben basarse solamente en estas evaluaciones.<br />
El análisis clínico y de las proporciones<br />
siempre será el mejor método.<br />
Quisiera no omitir la importante información que<br />
ofrecen los estudios cefalométricos; estos definen<br />
solamente las relaciones esqueléticas y, si aceptamos<br />
que a los 16 años el crecimiento mandibular ha alcanzado<br />
ya un 98 % en las mujeres y un 95% en los hombres,<br />
el análisis de la dimensión vertical y horizontal<br />
del mentón en la cefalometría lateral y antero – posterior<br />
es esencial para el entendimiento tridimensional<br />
de cada uno de los problemas óseos del tercio inferior<br />
de la cara.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
45
46<br />
Villegas Alzate, F.<br />
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CIRUGÍA PLÁSTICA IBERO-LATINOAMERICANA<br />
Cir. Plást. Iberlatinamer. - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1<br />
Enero - Febrero - Marzo 2005 / Pag. 47-52<br />
Benito Ruiz, J.*<br />
Aumento mamario transaxilar<br />
subfascial/subglandular<br />
Breast augmentation through axillary aproach<br />
subfascial/subglandular<br />
La técnica de aumento mamario por via axilar está<br />
asociada a la colocación submuscular del implante.<br />
Los resultados con esta técnica son por lo general<br />
buenos, pero en algunos casos nos hemos encontrado<br />
problemas relacionados con la actividad muscular,<br />
tales como distorsiones de la forma de la mama o desplazamientos<br />
de la prótesis.<br />
La técnica subfascial permite la colocación del<br />
implante en un plano subfascial/subglandular, de<br />
forma que los resultados no se ven influenciados por<br />
la acción muscular. Además, permite extender las<br />
indicaciones a mujeres deportistas y a mujeres con<br />
pseudoptosis. La técnica subfascial permite además<br />
una recuperación más rápida.<br />
Palabras clave Aumento mamario, axilar, subfascial<br />
Código numérico 52114-5211401<br />
* Cirujano Plástico<br />
Servicio de Cirugía Plástica. Hospital Clínico de Barcelona. Barcelona. España.<br />
Benito Ruiz, J.<br />
Resumen Abstract<br />
The technique of breast augmentation through the<br />
axillary approach is associated with the submuscular<br />
placement of the implant. The results with this technique<br />
are in general good, but in some cases we have<br />
had problems related to the muscular activity, such as<br />
distortions of the breast form or displacements of the<br />
implants.<br />
The subfascial technique allows the placement of<br />
the implant in a subfascial/subglandular plane, so that<br />
the results do not meet influenced by the muscular<br />
action. Besides, it allows expand the indications to<br />
sport women and to those with pseudoptosis. It also<br />
allows a more rapid recovery.<br />
Key words Breast augmentation, transaxilar,<br />
subfascial<br />
Código numérico 52114-5211401<br />
Trabajo galardonado «ex aequo» con el Premio McGhan 2003 a la mejor comunicación sobre cirugía mamaria del XXXVIII Congreso Nacional de la SECPRE,<br />
Barcelona. España. Junio 2003.
48<br />
Benito Ruiz, J.<br />
Introducción<br />
La via axilar es nuestra técnica de elección en el<br />
aumento de mamas, fundamentalmente porque la<br />
cicatriz queda escondida en un pliegue de la axila y<br />
porque la glándula no se ha de atravesar para la colocación<br />
del implante. Los detractores de la técnica axilar<br />
siempre han esgrimido el hecho de que los implantes<br />
pueden quedar más altos que cuando se utiliza la<br />
via areolar debido a que es más difícil la sección de<br />
las fibras del músculo pectoral mayor.<br />
La descripción original de la técnica axilar por<br />
Hoehler incluía la colocación subglandular del<br />
implante (1). Regnault (2) popularizó la implantación<br />
submuscular parcial del implante mediante la desinserción<br />
del músculo pectoral mayor de las costillas y,<br />
posteriormente, diversos autores, determinaron que la<br />
via axilar se asociara a la colocación submuscular<br />
(3,4). Para facilitar la sección completa del músculo<br />
pectoral mayor, se introdujo el uso de endoscopia para<br />
mejorar la visualización (4-5).<br />
La colocación submuscular del implante ha sido la<br />
técnica que habitualmente hemos empleado, tanto a<br />
través de la areola como por la axila, hasta Enero del<br />
2002. Los resultados obtenidos eran buenos por lo<br />
general y en la línea de lo que todos los cirujanos<br />
podemos conseguir en el aumento mamario. Pero<br />
observamos que algunas pacientes, independientemente<br />
de la via elegida, presentaban resultados<br />
subóptimos tales como (Fig.1):<br />
• Formas adecuadas estáticamente, pero que con la<br />
contracción del músculo pectoral mayor producían<br />
deformidades en el polo inferior que podían<br />
ser incluso serias.<br />
• Desplazamiento superior de la prótesis con la<br />
contracción del músculo.<br />
• Líneas de demarcación entre el implante y la<br />
glándula debido al borde del músculo, sobre todo<br />
en pacientes muy delgadas.<br />
• Asimetrías en el surco, especialmente en pacientes<br />
con base mamaria estrecha o surco alto.<br />
• En pacientes con pseudoptosis podía aparecer<br />
“doble burbuja” o bien un doble contorno en el<br />
surco.<br />
Todo ello nos llevó a considerar de nuevo la posición<br />
subglandular, tan denostada en aquellos trabajos<br />
que la asocian a una mayor incidencia de encapsulación<br />
y a la mayor posibilidad de ptosis al lesionar los<br />
ligamentos de suspensión de la mama. Sin embargo,<br />
la colocación subglandular por la axila era en nuestra<br />
experiencia complicada, y el uso de aparataje endoscópico<br />
no contribuía a hacerla más fácil (6).<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
La solución vino de la mano del artículo publicado<br />
por Graf y colaboradores en el año 2000 donde describían<br />
de forma somera la colocación subfascial del<br />
implante a traves de la axila (7). Pudimos comprobar,<br />
tanto en disecciones anatómicas como en la práctica<br />
quirúrgica, la idoneidad de esta técnica (8).<br />
Material y Método<br />
Desde Enero del 2002 hasta Octubre del 2003<br />
hemos intervenido 41 casos de aumento mamario,<br />
todos por vía axilar y en posición subfascial/subglandular.<br />
En 30 casos se utilizaron prótesis redondas de<br />
alto perfil texturadas, y en 11 casos se implantaron<br />
prótesis anatómicas de gel cohesivo, (McGhan estilo<br />
410®).<br />
Técnica quirúrgica<br />
La incisión axilar se realiza en el pliegue axilar más<br />
próximo a la mama pero que permita ocultar totalmente<br />
la cicatriz dentro de ella. La longitud es de 4-5<br />
cm cuidando que el extremo más anterior de la incisión<br />
quede a nivel de la sombra posterior del borde<br />
del músculo pectoral mayor y el extremo posterior no<br />
sobrepase el borde del músculo dorsal ancho.<br />
Se realiza un túnel subcutáneo hasta llegar al borde<br />
del músculo pectoral mayor. En este punto podemos ir<br />
por un plano submuscular o subfascial. <strong>No</strong> describiremos<br />
al abordaje submuscular ya conocido por todos.<br />
Plano Subfascial<br />
La fascia se incide hasta que se distinguen perfectamente<br />
las fibras musculares. Con una tijera roma se<br />
inicia el despegamiento de la fascia (Fig. 2) y se continúa<br />
digitalmente. En este momento se puede comprobar<br />
que estamos en el plano adecuado mediante<br />
luz fria o endoscopia (en realidad no se precisa asistencia<br />
endoscópica para llevar a cabo la separación de<br />
la fascia del músculo). Mediante un disector de<br />
mama, se desinserta el limite distal de la fascia del<br />
pectoral, situado por lo general unos 2 cm inferior al<br />
complejo areola-pezon. En este punto siempre se<br />
encuentra algo de resistencia, que no es difícil superar.<br />
La disección continúa en este punto en el plano<br />
subglandular hasta el límite que hemos marcado como<br />
nuevo surco. A la hora de atravesar el surco antiguo<br />
siempre se encuentra algo de resistencia. Se crea el<br />
bolsillo con el disector, liberando la fascia en todo el<br />
hemisferio caudal. En este momento podemos comprobar<br />
la integridad del bolsillo mediante endoscopia<br />
(Fig. 3). A continuación insertamos un expansor/<br />
medidor para acabar de disecar el bolsillo y determinar<br />
los puntos en los que es necesario liberar más.
Aumento mamario transaxilar subfascial/sublandular<br />
Fig. 1. Aumento de mamas vía tranasaxilar con protesis en plano submuscular Arriba): Distrosión de la mama con la contracción del músculo<br />
pectoral. Abajo derecha) Desplazamiento de la protesis izquierda debido a la acción del músculo. Abajo izquierda) Prótesis alta en caso de<br />
pseudoptosis (doble burbuja).<br />
Fig. 2. Imagen operatoria de la fascia que es identificada, seccionada y disecada inicialmente con una tijera roma.<br />
Mientras se realiza el bolsillo de la otra mama, se<br />
dejan unas gasas con suero dentro del primero para<br />
completar la hemostasia. Se puede comprobar ésta<br />
mediante luz fria o endoscopia, pero la experiencia es<br />
que sangra poco. Finalmente colocamos drenajes<br />
aspirativos y los implantes, que quedarán subfasciales<br />
en los dos tercios superiores de la mama, pero subglandular<br />
en el tercio inferior. En el caso de utilizar<br />
prótesis anatómicas, marcamos en la piel los puntos<br />
de referencia de las mismas que nos servirán de guía<br />
a la hora de colocar los implantes (fig.4).<br />
Resultados<br />
Los resultados han sido muy satisfactorios en todos<br />
los casos (Fig. 5 y 6). <strong>No</strong> ha habido contracturas capsulares<br />
ni problemas de desplazamiento de la prótesis,<br />
ni distorsiones de la mama. Tampoco ha habido lesiones<br />
del nervio intercostobraquial. <strong>No</strong> ha habido casos<br />
de rotación del implante (cuando se trataba de prótesis<br />
anatómicas).<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
49
50<br />
Benito Ruiz, J.<br />
Fig. 3. Imagen endoscópica: las flechas indican el limite distal de la<br />
fascia, nivel en el que el bolsillo se hace subglandular.<br />
Fig. 4. Imagen peroperatoria de la colocación de prótesis anatómicas:<br />
para la correcta orientación se dibuja en la piel la proyección de<br />
las marcas craneales del implante.<br />
Discusión<br />
El implante subfascial por via axilar tiene varias<br />
ventajas con respecto al submuscular:<br />
– Obtiene los mismos resultados que la implantacion<br />
subglandular a través de la areola, con la ventaja<br />
de dejar una cicatriz escondida.<br />
– La via subfascial supone un abordaje natural para<br />
la colocacion del implante desde la axila y detrás de<br />
la glandula mamaria.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
– Hay menos riesgo de producir<br />
cambios de sensibilidad de la cara<br />
interna del brazo, ya que la disección<br />
es más superficial (9).<br />
– <strong>No</strong> hay dobles contornos.<br />
– El resultado estático es igual que<br />
el dinámico. <strong>No</strong> hay distorsiones de<br />
la forma de la mama, lo que permite<br />
que la paciente pueda realizar cualquier<br />
tipo de actividad física.<br />
– La recuperación es más rápida ya<br />
que no tenemos que seccionar el músculo<br />
pectoral mayor y por tanto la<br />
paciente tiene menos dolor postoperatorio.<br />
En el implante submuscular siempre<br />
hay un riesgo de distorsión. En<br />
algunos casos creemos que se debe a<br />
que el músculo seccionado queda<br />
adherido a la capsula de la prótesis y<br />
alsurco antiguo, de forma que al contraerse<br />
marca la zona límite entre la<br />
glándula y la prótesis. La posición<br />
subfascial evita este peligro.<br />
En los casos intervenidos hasta el<br />
momento con implantación subfascial,<br />
el índice de encapsulación ha<br />
sido cero. En las de implantación submuscular<br />
sólo tuvimos 2 casos (Baker<br />
I unilateral en una paciente y otra<br />
paciente con encapsulación bilateral,<br />
Baker I en lado derecho y Baker II en<br />
lado izquierdo). Los trabajos revisados<br />
siempre han esgrimido que la<br />
encapsulación es menor con los<br />
implantes en posición submuscular.<br />
La cuestión es que estos implantes<br />
son “antiguos”. Hay que ver la incidencia<br />
real de encapsulación con las nuevas prótesis<br />
disponibles en el mercado (tanto las de gel convencional<br />
como las de gel cohesivo).<br />
Respecto a la constitución corporal de la mujer, es<br />
posible que el plano submuscular siga estando indicado<br />
para añadir cobertura en pacientes muy delgadas,<br />
tal y como indica Tebbets (10).<br />
Las mamas de mujeres que ya han tenido hijos, se<br />
caracterizan por lo general por exceso de piel y atrofia<br />
glandular que da lugar a pseudoptosis. La areola<br />
está por encima, o a nivel del surco submamario, pero<br />
hay un desfondamiento de la glándula. La via axilar<br />
estaba contraindicada en este tipo de mamas ya que<br />
requeria modificaciones tecnicas como las desarrolladas<br />
por Tebbets (10) o Barnett (11), de forma que la
Fig. 5. Aumento mamario con prótesis redonda, texturada, de gel de silicona (CUI‚) de 350 cc.<br />
Fig. 6. Aumento mamario con prótesis anatómica,( McGhan‚, soft-touch) de 255 g.<br />
prótesis estuviera realmente en un plano subglandular<br />
en el polo inferior y evitar así la doble burbuja. Las<br />
pacientes con este tipo de mama sólo quieren tener la<br />
mama que lucían antes de los embarazos o durante los<br />
mismos y que ha “quedado vacia” tras la finalización<br />
de la lactancia. La colocación de un implante remeda<br />
la mama que tenían durante el embarazo, rellenando<br />
el volumen perdido y mejorando el polo superior. Es<br />
nuestra opinión, que no hay necesidad de hacer mastopexias<br />
en estas pacientes (pseudoptosis e incluso<br />
Aumento mamario transaxilar subfascial/sublandular<br />
ptosis grado I), dejando una cicatriz periareolar que<br />
puede ser demasiado visible si su evolucion es la<br />
incorrecta.<br />
Conclusiones<br />
La colocacion subfascial (o más correctamente subfascial/subglandular)<br />
por via axilar auna las ventajas<br />
del abordaje axilar de los implantes mamarios en<br />
cuanto a la calidad de la cicatriz y la inviolabilidad de<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
51
52<br />
Benito Ruiz, J.<br />
la mama y la colocación subglandular, en cuanto a<br />
naturalidad del resultado y estabilidad, independientemente<br />
de la acción del músculo pectoral mayor.<br />
Dirección del autor<br />
Dr. Jesús Benito Ruiz<br />
Servicio de Cirugía Plástica. Hospital Clinic<br />
C/ Villarroel 170. 08036 Barcelona<br />
e-mail: benito@medicina.ub.es<br />
Bibliografía<br />
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CIRUGÍA PLÁSTICA IBERO-LATINOAMERICANA<br />
Cir. Plást. Iberlatinamer. - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1<br />
Enero - Febrero - Marzo 2005 / Pag. 53-60<br />
Reconstrucción mamaria mediante<br />
colgajos cutáneos locales en doble V<br />
??<br />
Peña Vicente, S.*, González Peirona, E.**, Agulló Domingo, A.***,<br />
Duato Jané, F.***, Elena Sorando, E.*<br />
Presentamos en este trabajo nuestra experiencia en<br />
la cirugía de reconstrucción mamaria mediante colgajos<br />
locales en doble V. Esta técnica ,descrita por primera<br />
vez en el año 1998 por Bolivar de Souza, es sencilla;<br />
los colgajos se caracterizan por su facilidad de<br />
rotación y trasposición así como por una buena vascularización.<br />
Proporciona resultados estéticos satisfactorios<br />
asegurando una adecuada forma y posición<br />
de la mama gracias a un implante de silicona y favorece<br />
la movilidad de la región axilar. Este método,<br />
que no pretende sustituir a las técnicas habituales de<br />
reconstrucción mamaria, supone una alternativa válida<br />
para aquellas pacientes que no presentan graves<br />
secuelas debidas a radiodermitis.<br />
Palabras clave Reconstrucción mamaria, colgajos subcutáneos,<br />
Z-plastia<br />
Código numérico 52140<br />
* Médico Residente<br />
** Jefe Clínico<br />
*** Adjunto del Servicio<br />
Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.<br />
Peña Vicente, S.<br />
Resumen Abstract<br />
We report our experience in breast reconstruction<br />
surgery by means of cutaneous flaps in double V. This<br />
technique, developed by Bolivar de Souza in 1998, is<br />
easy to carry out; the flaps can be easily rotated and<br />
transposed, and they are well-vascularized. It achieves<br />
good aesthetic result and guarantee an adequate<br />
shape and positioning of the breast thanks to a mammary<br />
implant, getting good mobility for the axillary<br />
region. This technique does not intend to substitute<br />
the current techniques used in breast reconstruction,<br />
but it represents as an alternative for those patients<br />
who don’t suffer from severe cutaneous radiodermitis.<br />
Key words Breast reconstruction, cutaneous flaps,<br />
Z-plasty<br />
Código numérico 52140
54<br />
Peña Vicente, S., González Peirona, E., Agulló Domingo, A., Duato Jané, F., Elena Sorando, E.<br />
Introducción<br />
Las mamas de la mujer son consideradas un símbolo<br />
esencial de feminidad desde tiempos remotos.<br />
Hasta hace muy poco, una mujer que era diagnosticada<br />
de cáncer de mama estaba condenada a la mutilación.<br />
El impacto psicológico que esta mutilación conlleva<br />
es importante para la paciente, incluyendo cuadros<br />
de depresión, sensación de falta de feminidad,<br />
una imagen corporal negativa y pérdida de interés<br />
sexual (1).<br />
En Cirugía Plástica se emplean diferentes procedimientos<br />
para la reconstrucción mamaria post-mastectomía;<br />
sus indicaciones se deben analizar en función<br />
de las secuelas producidas por el tratamiento inicial,<br />
la calidad y cantidad de piel remanente, los tratamientos<br />
a que ha sido sometida la paciente, el pronóstico<br />
de la enfermedad y los deseos, la edad y morfología<br />
de la paciente. Para poder llevar a cabo la<br />
reconstrucción es necesario que haya un control de la<br />
enfermedad tanto local como sistémico, y un deseo<br />
expreso de la paciente de someterse a la reconstrucción<br />
(2).<br />
En el año 1998 Bolívar de Souza (3), describió los<br />
principios geométricos sobre los que se basa una<br />
nueva técnica de reconstrucción mamaria a base de<br />
colgajos cutáneos locales en doble V asociados a<br />
implantes mamarios. Fácil de ejecutar, la técnica se<br />
caracteriza por la simplicidad de transposición y rotación<br />
de los colgajos, buena viabilidad desde el punto<br />
de vista vascular y por el hecho de que proporcionan<br />
una forma y posición adecuada de la mama cuyo<br />
volumen es asegurado por el implante. La indicación<br />
fundamental para el empleo de esta técnica es la<br />
ausencia de secuelas graves cutáneas debidas a radiodermitis.<br />
El motivo de nuestro trabajo es presentar 20<br />
pacientes sometidas a reconstrucción mamaria<br />
mediante estos colgajos cutáneos locales en doble V y<br />
mostrar los resultados obtenidos a largo plazo.<br />
Material y Método<br />
Se lleva a cabo un estudio retrospectivo desde<br />
enero del año 2001 hasta marzo del 2003, periodo en<br />
el que se ha establecido la indicación en nuestra Servicio<br />
de reconstrucción mamaria mediante colgajos<br />
cutáneos locales en doble V a 20 pacientes, con un<br />
seguimiento postoperatorio comprendido entre 6 y 24<br />
meses.<br />
La elección de las pacientes a las que se realizó este<br />
tipo de reconstrucción ha venido dada por la ausencia<br />
de secuelas locales importantes debidas a radiodermitis.<br />
Las características de la cicatriz postmastectomía<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
han sido variables en cuanto a calidad: un 75% de las<br />
pacientes presentaban cicatriz normal, mientras que<br />
en un 15% la cicatriz se mostraba hipertrófica, y en un<br />
10% atrófica e irregular. En cuanto a la dirección de<br />
la cicatriz previa la mayoría era oblicua (85%), y en<br />
un 15% era horizontal.<br />
La edad media de las pacientes fue de 38 años<br />
(Tabla I).<br />
Técnica quirúrgica<br />
En primer lugar identificamos la cicatriz postmastectomía,<br />
atendiendo especialmente a su dirección y<br />
longitud. Debemos igualmente explorar la mama contralateral<br />
con el objeto de tomar los valores de referencia<br />
de altura y volumen. (Fig. 1)<br />
Marcaje:<br />
1. Línea 1: desde el punto medio en la región<br />
supraesternal al apéndice xifoides.<br />
2. Línea 2: desde el punto central supraesternal,<br />
oblicua, pasa por el pezón y desciende perpendicularmente<br />
hasta cruzar el pliegue submamario, previamente<br />
marcado. Aquí genera el punto 0, que divide la<br />
glándula mamaria en dos mitades iguales.<br />
3. Trazamos el surco submamario de la mama a<br />
reconstruir, que debe ir 2 cm por debajo del contralateral<br />
con el objetivo de lograr una buena acomodación<br />
de la prótesis.<br />
4. Si medimos la distancia entre el punto 0 y la<br />
línea 1, obtenemos la distancia X, y en la mama contralateral,<br />
como una imagen en espejo, la misma distancia<br />
será X´. Desde ésta distancia X´obtenemos el<br />
punto 0´y trazando una línea oblicua desde el punto<br />
medio supraesternal al punto 0´ obtenemos la línea 2´.<br />
Tabla I: Datos epidemiológicos<br />
n= 20<br />
Edad media........................................................ 38 años<br />
n=20<br />
Carcinoma de mama unilateral ......................... 19 (95%)<br />
Carcinoma de mama bilateral ........................... 1 (5%)<br />
n=20<br />
Radioterapia previa:<br />
-Radiodermitis severa.................................. 0<br />
-Radiodermitis moderada ............................ 1 (5%)<br />
-Radiodermitis leve ..................................... 12 (60%)<br />
Sin Radioterapia previa..................................... 7 (35%)<br />
n=20<br />
Tipo de cicatriz previa:<br />
-<strong>No</strong>rmal ....................................................... 15 (75%)<br />
-Hipertrófica ................................................ 3 (15%)<br />
-Atrófica ...................................................... .2 (10%)
Fig. 1: Marcaje preoperatorio.<br />
5. En el lado sano debemos identificar la línea axilar<br />
anterior (línea 3). La distancia entre esta línea y el<br />
punto 0 la llamaremos distancia Z.<br />
6. Sobre el nuevo surco submamario y desde 0´<br />
medimos la distancia Z, que aquí será Z´. Trasladamos<br />
esta distancia Z´ sobre la línea horizontal que<br />
cruza la cicatriz teniendo como origen la línea 3´ y<br />
verticalmente sobre la propia línea 3´.<br />
7. Al finalizar el marcaje, podemos observar ciertas<br />
peculiaridades sobre los colgajos. El colgajo 1 tiene<br />
una base superior y, tras su trasposición lateral hacia<br />
la región axilar favorece la movilidad y elasticidad de<br />
la axila, que normalmente se presenta limitada debido<br />
a la retracción local. El colgajo 2 tiene una base inferior<br />
y cuando sufre una rotación medial hacia la<br />
región mamaria consigue aportar gran capacidad de<br />
volumen a la zona, necesario para albergar una prótesis<br />
(Figura 2).<br />
Implantes<br />
Generalmente los colocamos en posición submuscular<br />
(80%), salvo en pocos casos en los que los colocamos<br />
en posición supramuscular (20%), presentando una<br />
buena movilidad en cualquier caso. Gracias a la colocación<br />
del surco submamario 2 cm por debajo del surco<br />
contralateral, se evita en la mayoría de los casos la emigración<br />
del implante hacia arriba en el postoperatorio.<br />
Resultados<br />
La reconstrucción se realizó de manera diferida en<br />
todos los casos, con un tiempo medio de espera de 1.5<br />
años. En un 85% de los casos se realizó corrección de<br />
la mama contralateral, consistente en mamoplastia de<br />
reducción (45%), mamoplastia de aumento (15%) y<br />
mastopexia (25%). El volumen mamario medio de las<br />
prótesis fue de 300cc. El complejo areola pezón se<br />
Reconstrucción mamaria mediante colgajos cutáneos locales en doble V<br />
Fig. 1: Marcaje preoperatorio.Fig. 2: Diseño de los colgajos cutáneos.<br />
A: La línea discontinua señala las incisiones que deben hacerse en la<br />
piel. B: Tallado de los colgajos cutáneos 1 y 2 y dirección de la rotación<br />
de estos. C: Cicatriz final tras las suturas.<br />
reconstruyó en un 90 % de los casos mediante diversas<br />
técnicas ( tatuaje, injerto de piel más injerto de<br />
pezón contralateral o colgajos dérmicos) (Tabla II).<br />
La mayoría de las pacientes fueron dadas de alta a<br />
las 48 horas de la intervención con el consiguiente<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
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56<br />
Peña Vicente, S., González Peirona, E., Agulló Domingo, A., Duato Jané, F., Elena Sorando, E.<br />
Tabla II: Resultados<br />
n=20<br />
Colocación del implante<br />
-Submuscular............................................... 16 (80%)<br />
-Supramuscular............................................ 4 (20%)<br />
n=20<br />
Corrección de mama contralateral<br />
- Reducción ................................................. 8 (40%)<br />
- Aumento.................................................... 3 (15%)<br />
-Mastopexia................................................. 8 (40%)<br />
-Mastectomía subcutánea ............................ 1 (5%)<br />
n=20<br />
Complicaciones:<br />
-Necrosis parcial.......................................... 2 (10%)<br />
-Extrusión implante..................................... 1 (5%)<br />
-Retracción capsular.................................... 0<br />
-Sin complicaciones .................................... 17 (85%)<br />
beneficio psicológico. Todas las pacientes experimentaron<br />
grandes cambios en su estatus psicoemocional<br />
según sus propios comentarios. Consideran la cirugía<br />
y el postoperatorio cómodos y el resultado estético es<br />
favorable en todos los casos. (Fig. 3-7)<br />
Complicaciones: En 4 de las pacientes observamos<br />
una necrosis parcial localizada en la punta de los colgajos.<br />
Se resolvió en el 100% de los casos con desbridamiento.<br />
Una de ellas presentó una extrusión<br />
como complicación mayor. En ninguna de las pacientes<br />
hemos observado retracción capsular.<br />
Discusión<br />
La reconstrucción mamaria forma parte del arsenal<br />
terapéutico del cáncer de mama así como del<br />
proceso de rehabilitación postmastectomía. Su objetivo<br />
consiste en aportar volumen, conseguir una<br />
simetría con la mama contralateral y reconstruir el<br />
complejo areola-pezón. <strong>No</strong> modifica el control<br />
oncológico de la paciente, no favorece el riesgo de<br />
recidivas locales ni de metástasis y permite a las<br />
mujeres mastectomizadas recuperar la integridad<br />
corporal y disminuir el impacto psicológico de<br />
semejante mutilación (2).<br />
Hoy en día los cirujanos plásticos cuentan con un<br />
gran abanico de posibilidades para reconstruir a las<br />
pacientes mastectomizadas, pero no existe un solo<br />
método apropiado que pueda emplearse en todos los<br />
casos. Las distintas opciones quirúrgicas incluyen:<br />
prótesis, expansor asociado a prótesis, colgajos locales<br />
asociados a prótesis y colgajos miocutáneos(4).<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
Fig. 3: Caso 1: Vista frontal, paciente mastectomizada.<br />
Fig. 4: Caso 1: postoperatorio inmediato.<br />
Fig. 5: Caso 1: Postoperatorio a los 6 meses.<br />
En el caso de aquellas pacientes sometidas a mastectomía<br />
total o radical modificada con conservación
Fig. 6: Caso 2: Vista frontal postmastectomía.<br />
Fig. 7: Caso 2: Postoperatorio a los 6 meses de la reconstrucción.<br />
Fig. 8: Caso 2: Vista lateral postreconstrucción de la nueva cicatriz en<br />
doble V.<br />
del músculo pectoral que presenten tejidos con buena<br />
calidad y cantidad, la prótesis es el método de elec-<br />
Reconstrucción mamaria mediante colgajos cutáneos locales en doble V<br />
ción (5). Desafortunadamente estos son los casos<br />
menos frecuentes que encontramos en la práctica diaria.<br />
El caso más común es el de una paciente sometida<br />
a mastectomía total o radical modificada con conservación<br />
del pectoral, que ha sido radiada posteriormente,<br />
y en la que los tejidos son escasos para albergar<br />
una prótesis. Si la piel fuera de buena calidad,<br />
aunque insuficiente, podemos optar por un expansor<br />
tisular o por colgajos locales. Si la piel presenta graves<br />
secuelas secundarias a la radioterapia la única<br />
opción la reconstrucción mediante colgajos miocutáneos<br />
pediculados o libres.<br />
En la reconstrucción mediante colgajos locales (6)<br />
se emplean el colgajo fasciocutáneo tóracoepigástrico<br />
y el colgajo tóracodorsal ipsilateral. Se trata de una<br />
técnica sencilla pero tiene el inconveniente de reparar<br />
sólo la piel y los tejidos blandos de los dos tercios<br />
inferiores de la mama, y además ni liberan ni aumentan<br />
la capacidad de movimiento de la región axilar,<br />
problema que queda solucionados con la técnica de<br />
colgajos locales en doble V, que analizamos<br />
Si comparamos esta técnica con la reconstrucción<br />
mamaria mediante expansores tisulares (7), vemos<br />
como de entrada presenta algunas ventajas: se evitan<br />
los dos últimos tiempos quirúrgicos y las consultas<br />
requeridas para la expansión tisular, evita también los<br />
riesgos asociados a la inyección de solución salina a<br />
través de la piel intacta con el consiguiente aumento<br />
del riesgo de contaminación e infección.<br />
Los colgajos miocutáneos constituyen un pilar<br />
importante en la reconstrucción mamaria; dentro de<br />
ellos, el más representativo es el TRAM, seguido del<br />
dorsal ancho y de los colgajos fasciocutáneos (2,8).<br />
Sin embargo no se trata de una técnica sencilla,<br />
requiere experiencia por parte del equipo quirúrgico y<br />
no está exenta de morbilidad: en mayor o menor<br />
grado compromete la zona donante, requiere una<br />
mayor estancia hospitalaria y puede asociar un gran<br />
número de complicaciones postoperatorias (necrosis<br />
del colgajo, infección o grandes cicatrices entre<br />
otras).<br />
Por todas estas razones, en la búsqueda de un método<br />
simple pero a la vez eficaz, incorporamos en nuestro<br />
Servicio este sencillo método reconstructivo basado<br />
en la rotación de colgajos cutáneos locales en<br />
doble V asociados a implantes mamarios que no precisa<br />
de sofisticados materiales ni de preparación<br />
microquirúrgica por parte de los cirujanos plásticos.<br />
Puede ser aplicado prácticamente en todas las pacientes<br />
sometidas a mastectomía radical modificada,<br />
incluso cuando presentan cicatrices más oblicuas o<br />
incluso verticales. La única contraindicación que nosotros<br />
observamos es la presencia de una severa radiodermitis<br />
cutánea secundaria a tratamiento radioterápi-<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
57
58<br />
Peña Vicente, S., González Peirona, E., Agulló Domingo, A., Duato Jané, F., Elena Sorando, E.<br />
co. Otras contraindicaciones podrían ser el rechazo de<br />
la paciente al empleo de implantes mamarios o la presencia<br />
de una mama contralateral de base muy<br />
amplia. En estos casos optamos por cualquiera de las<br />
alternativas descritas anteriormente.<br />
Se trata por tanto de una técnica simple, rápida,<br />
segura y poco agresiva. Los colgajos cutáneos locales<br />
randomizados son seguros y viables desde el punto de<br />
vista vascular. Con este procedimiento la mama<br />
obtiene una forma proporcionada, blanda, móvil y<br />
simétrica. La cicatriz final se localiza de manera<br />
estratégica tras la línea axilar anterior, quedando un<br />
pequeño segmento ( uno de los brazos cortos de la Z)<br />
en la pared torácica anterior y el otro brazo corto en la<br />
parte lateroposterior del tórax. Con la rotación de los<br />
colgajos se consigue aportar capacidad de volumen<br />
suficiente para colocar el implante.<br />
Desde el punto de vista funcional se aprecia una<br />
mayor liberación y movilidad de la región axilar (<br />
gracias a la rotación y transposición del colgajo 1)<br />
cuyos movimientos suelen presentar limitación por la<br />
propia mastectomía y por la retracción local de la<br />
cicatriz.<br />
Conclusiones<br />
En definitiva y como conclusión, podríamos decir<br />
que la cirugía de reconstrucción mamaria aporta un<br />
importante beneficio tanto del estrés psicosocial y de<br />
la alteración en la percepción de la imagen corporal,<br />
como de los trastornos funcionales que suelen presentar<br />
las pacientes mastectomizadas.<br />
Consideramos que la reconstrucción mediante colgajos<br />
cutáneos locales en doble V supone una importante<br />
alternativa sencilla dentro de las técnicas de<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
reconstrucción mamaria que empleamos en nuestro<br />
Servicio, rápida y con escasa morbilidad, que repercute<br />
en un postoperatorio cómodo y en un beneficio<br />
económico, con la garantía para las pacientes de un<br />
resultado estético satisfactorio sin olvidar que no<br />
impide el empleo posterior de otras técnicas.<br />
Dra. Sonia Peña Vicente<br />
Avda. Ilustración 11 Casa 106 A<br />
50012 Zaragoza. España<br />
e-mail: psonia@mixmail.com<br />
Dirección del autor<br />
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441.
Debo agradecer a la dirección de la revista, la confianza<br />
depositada para escribir el comentario al trabajo<br />
de la Dra. Peña y cols. También he de felicitar a la<br />
Dra. Peña, residente de quinto año por animarse a<br />
publicar en esta revista, y por el interés que ha demostrado<br />
y no solo por la realización de este trabajo, en la<br />
reconstrucción mamaria.<br />
En este trabajo los autores exponen la técnica de<br />
Souza Pinto para la reconstrucción mamaria y los<br />
resultados obtenidos en 20 pacientes. La técnica consiste<br />
en la realización de dos colgajos locales en la<br />
zona del pilar axilar anterior, que permiten aportar<br />
tejido a la zona mamaria de forma que se pueda introducir<br />
una prótesis de reconstrucción. Esta técnica<br />
forma parte del conjunto de colgajos locales (toracodorsal,<br />
torácico lateral…) destinados a la reconstrucción<br />
con prótesis de mama sin expansión previa. Son<br />
de gran ayuda en aquellos casos en que se precisa una<br />
reconstrucción en un solo tiempo, la mama a reconstruir<br />
es de tamaño moderado y la calidad de los tejidos<br />
locales es buena, obteniéndose unos resultados<br />
satisfactorios.<br />
En las fotografías de los casos presentados los<br />
resultados son excelentes y están bien resueltos. Especialmente<br />
clarificadora el la imagen número 8, en la<br />
que vemos que en realidad se trata de una Z plastia del<br />
extremo lateral de la cicatriz de la mastectomía. De<br />
hecho, así deben considerarlo también los autores<br />
puesto que lo incluyen dentro de las palabras clave.<br />
Respecto a las complicaciones que han aparecido en 4<br />
de las 20 pacientes y consistentes en la necrosis de la<br />
punta de los colgajos, los autores no citan si en esos<br />
casos la paciente había recibido radioterapia. Tampoco<br />
lo sabemos en el caso de extrusión de la prótesis<br />
que ocurrió en una paciente de la serie. Sería enriquecedor<br />
para el artículo el aclararlo.<br />
Se trata efectivamente de una técnica sencilla que<br />
permite resolver brillantemente, con la ayuda de una<br />
prótesis, casos seleccionados. Sin embargo discrepo<br />
con los autores en la indicación sobre lechos radiados,<br />
aunque tal y como puntualizan no tengan signos de<br />
radiodermitis. La experiencia en nuestro Servicio en<br />
la reconstrucción mamaria diferida en las pacientes<br />
que han recibido radioterapia ha hecho que se radica-<br />
Reconstrucción mamaria mediante colgajos cutáneos locales en doble V<br />
Comentario al trabajo «Reconstrucción mamaria<br />
mediante colgajos cutáneos locales en doble V»<br />
Dr. E. García Tutor<br />
Dpto. de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética<br />
Clínica Universitaria. Universidad de Navarra<br />
Pamplona (España)<br />
lice nuestra postura en la indicación de la técnica a<br />
emplear en la reconstrucción. Si ha habido radioterapia,<br />
la forma de evitar complicaciones es emplear colgajos<br />
que aporten tejidos no radiados a la zona. Debemos<br />
evitar el combinar tejidos radiados con prótesis y<br />
expansores. Las alternativas son variadas: puede efectuarse<br />
la reconstrucción con un colgajo de dorsal<br />
ancho mas prótesis, un colgajo TRAM pediculado o<br />
libre, DIEP, SGAP…, pero el uso de tejidos locales,<br />
por lo menos en nuestras manos, ha sido fuente de<br />
complicaciones a corto y medio plazo.<br />
El desarrollo de la idea de la “escalera terapéutica”<br />
vino a estandarizar y protocolizar las técnicas reconstructivas<br />
para el tratamiento de defectos corporales<br />
más o menos complicados, basándose en la complejidad<br />
de las cirugías y de las lesiones. En el peldaño<br />
más bajo de la escalera se encuentra el cierre directo.<br />
Cuando éste es inviable pasamos al segundo peldaño<br />
que son los injertos cutáneos. El tercer peldaño son<br />
los colgajos locales, y el último los colgajos libres.<br />
Pero de la aplicación de la escalera reconstructiva no<br />
siempre se obtienen los mejores resultados, sino que<br />
cuando la forma y función son prioritarios, el salto al<br />
último peldaño puede ser lo más apropiado. El caso<br />
de la reconstrucción mamaria pude tratarse así. Por<br />
esta razón no debemos pensar de forma automática<br />
en una reconstrucción con prótesis (precedida o no de<br />
expansión) siempre que tengamos ante nosotros una<br />
paciente mastectomizada sin antecedentes de radioterapia<br />
y con buena calidad de piel en la zona. Los<br />
resultados obtenidos con el colgajo TRAM han<br />
hecho que se le considere como el estándar de oro en<br />
la reconstrucción, y a medida que se popularice y se<br />
haga más extensivo el uso del colgajo DIEP, este ocupará<br />
su puesto. Por supuesto, cada caso necesita una<br />
solución individualizada y de acuerdo en la medida<br />
de lo posible con las preferencias de la paciente.<br />
Cuantas más soluciones o alternativas tengamos para<br />
tratar un problema tan frecuente en nuestras consultas,<br />
como es la reconstrucción mamaria, más podemos<br />
ofrecer a nuestras pacientes, y más crecerá la<br />
especialidad. En este sentido lo habitual es que las<br />
técnicas novedosas sean cada vez más complejas y<br />
sofisticadas. Me alegra el conocer la buena experien-<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
59
60<br />
Peña Vicente, S., González Peirona, E., Agulló Domingo, A., Duato Jané, F., Elena Sorando, E.<br />
cia de los autores con una técnica sencilla para una<br />
patología frecuente.<br />
En conclusión, la técnica de reconstrucción mamaria<br />
mediante colgajos cutáneos locales en doble “V”<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
es una intervención sencilla, de fácil aplicación y que<br />
permite obtener, con la ayuda de una prótesis, unos<br />
buenos resultados reconstructivos en un solo tiempo<br />
quirúrgico.<br />
Respuesta al comentario del Dr. E. García Tutor<br />
Agradezco al Dr. García Tutor, la cuidadosa lectura<br />
de nuestro trabajo “Reconstrucción mamaria mediante<br />
colgajos cutáneos locales en doble V” así como sus<br />
felicitaciones y amenos comentarios.<br />
Con respecto a la pregunta que nos hace referente a<br />
las complicaciones, efectivamente la paciente que<br />
presentó extrusión de la prótesis había recibido radioterapia,<br />
aunque fue diagnosticada de radiodermitis<br />
leve, al igual que dos de las pacietnes en las que hubo<br />
necrosis de los colgajos. Si bien, la necrosis cutánea<br />
se solucionó sin problemas. Esto nos hace plantearnos<br />
el hecho de una indicación forzada en caso de radioterapia<br />
previa, a pesar del autor original, Souza Pinto,<br />
quien sólo contraindica esta técnica en caso de radiodermitis<br />
severa.<br />
Dra. S. Peña Vicente<br />
Estamos de acuerdo, por tanto en indicar esta técnica<br />
en pacientes seleccionadas y en emplear, por<br />
supuesto, otras alternativas en cirugía de reconstrucción<br />
mamaria más complejas y sofisticadas en<br />
los casos en los que no debamos emplear tejidos<br />
locales.<br />
Este trabajo simplemente se orienta a llamar la<br />
atención sobre una solución técnicamente sencilla y<br />
fiable, que ha sido objeto de poca atención en la literatura<br />
especializada en el tema, para reconstruir una<br />
zona de peculiares exigencias, pero que en absoluto<br />
pretende sustituir las técnicas habituales en reconstrucción<br />
mamaria.<br />
Nuevamente quiero agradecer los comentarios del<br />
Dr. García Tutor y sus aportes en nuestro trabajo.
CIRUGÍA PLÁSTICA IBERO-LATINOAMERICANA<br />
Cir. Plást. Iberlatinamer. - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1<br />
Enero - Febrero - Marzo 2005 / Pag. 61-66<br />
La importancia de la disección axilar<br />
para la reconstrucción mamaria con<br />
TRAM libre microvascularizado<br />
El cancer de mama es la neoplasia maligna más frecuente en<br />
la mujer.<br />
La incidencia tiende a aumentar y su mortalidad a disminuir,<br />
como consecuencia del progreso en el diagnóstico precoz y en el<br />
manejo terapéutico.<br />
El desarrollo de la Cirugía Plástica ha producido grandes<br />
avances en el campo de la reconstrucción mamaria postmastectomía.<br />
Actualmente una de las técnicas más extendidas y reconocidas<br />
es el TRAM libre microvascularizado: la tranferencia del<br />
abdomen al tórax de un colgajo dermograso nutrido por el pedículo<br />
de la arteria epigástrica inferior del lado correspondiente.<br />
En nuestro Servicio, en un año, se han realizado 24 TRAM<br />
libres. La aplicación de esta técnica requiere una selección adecuada<br />
de las pacientes Nuestra experiencia y la revisión de la literatura<br />
al respecto nos hacen concluir que, practicamente todas las<br />
mujeres mastectomizadas, pueden ser reconstruidas mediante<br />
TRAM, siendo su versión libre microvascularizada la que presenta<br />
mejores resultados estéticos y funcionales, sobre todo si se<br />
practica de forma inmediata a la mastectomía.<br />
La realización de la microanastomosis se llevó a cabo sobre<br />
todo en la axila a nivel del pedículo toracodorsal que cumple las<br />
condiciones ideales para ser la zona receptora. El objetivo de este<br />
trabajo es presentar nuestra experiencia en la realización del<br />
TRAM libre, dando especial importancia al papel que la disección<br />
axilar que el cirujano oncológico lleva a cabo previamente,<br />
para el éxito ulterior en el desarrollo de nuestra técnica.<br />
Palabras clave Colgajo TRAM, Toracodorsal,<br />
microvascular<br />
Código numérico 5214, 52140<br />
??<br />
Fidalgo Rodríguez, F.*, Torres Corpas, J.**, Redondo Camacho, A.**,<br />
Fernández Meléndez, F.*, Rioja Torrejón, L. F.***, Pedreño Guerao, F.*<br />
* Médico Interno Residente<br />
** Facultativo Especialista<br />
*** Jefe de Servicio<br />
Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora. Hospital Regional Reina Sofía. Córdoba. España.<br />
Resumen Abstract<br />
Breast cancer is the most common malignant tumour among<br />
women.<br />
Its incidence tends to increase whereas its mortality tends to<br />
decrease thanks to early diagnosis and suitable treatment.<br />
The development in Plastic Surgery has caused significant<br />
advances in postmastectomy breast reconstruction. At present,<br />
free TRAM flap is a very extended technique because of its excellent<br />
results.<br />
In our Plastic Surgery unit, 24 free TRAM flaps have been<br />
carried out within a year. The application of this procedure requires<br />
an appropriate selection of patients. Our experience and the<br />
consulted literature on the subject lead us to think and conclude<br />
that almost every mastectomied woman can be reconstructed<br />
with TRAM flaps, out of which the Free TRAM flap is the best<br />
option for these cases due to both its aesthetic and functional<br />
results (which can even be improved when practiced immediately<br />
after the mastectomy) .<br />
In all the 24 cases, our unit carried out the microvascular suture<br />
on the axillar area, which has the best condition to be the receiver<br />
area. The aim of this study was to survey the role of axillar<br />
dissection in breast reconstruction procedure, whose success<br />
depends on both an accurate dissection and conservation of the<br />
axillar neurovascular structures.<br />
Key words TRAM flap, Thoracodorsal,<br />
microvascular<br />
Código numérico 5214, 52140<br />
Fidalgo Rodríguez, F.
62<br />
Fidalgo Rodríguez, F., Torres Corpas, J., Redondo Camacho, A., Fernández Meléndez, F., Rioja Torrejón, L.F., Pedreño Guerao, F.<br />
Introducción<br />
El cáncer de mama es la neoplasia maligna invasiva<br />
más frecuente en la mujer (1-5). En los últimos<br />
años se ha producido un progresivo incremento de<br />
esta patología, con más de un millón de casos y cerca<br />
de 600.000 muertes en todo el mundo. Su incidencia<br />
es mayor en paises industrializados como EEUU,<br />
Australia o en países de Europa Occidental. En EEUU<br />
se ha llegado a hablar de una auténtica epidemia. El<br />
Cáncer de mama, entre los 30 y los 64 años de edad<br />
es el causante del numero más elevado de muertes en<br />
el sexo femenino por causa oncológica; es la principal<br />
causa de muerte en mujeres, entre 40 y los 44 años;<br />
sólo alrededor del 60% de todas las diagnosticadas<br />
sobreviven a los 5 años. El factor pronóstico más<br />
importante es el diagnóstico de extensión que se<br />
expresa en los denominados estadíos. Así, en el estadío<br />
O, curan el 100% de pacientes; en el I, el 90%; en<br />
el II, el 70%, en el III, el 40% y en el IV sólo el 10%.<br />
La incidencia de cáncer de mama tiende a aumentar<br />
y la mortalidad, a disminuir, consecuencia esto<br />
último del progreso en el diagnóstico precoz y el<br />
manejo terapéutico más adecuado.<br />
El tratamiento quirúrgico del cáncer de mama ha<br />
evolucionado en cuanto a su concepción con el paso<br />
del tiempo. Las tendencias más actuales se inclinan<br />
hacia la práctica de tratamientos cada vez más conservadores,<br />
como tumorectomías o cuadrantectomías,<br />
y más recientemente las mastectomías radicales conservadoras<br />
de piel o “Skin Sparing” (6-9), todas ellas<br />
complementadas por los tratamientos adyuvantes<br />
indicados en cada caso.<br />
<strong>No</strong> obstante, en algunas ocasiones no es posible, o<br />
recomendable, la práctica de una técnica conservadora;<br />
en estos casos se impone la necesidad de un tratamiento<br />
más radical: la amputación completa de la<br />
mama.<br />
Independientemente de la técnica que se lleve a<br />
cabo, cualquier exéresis de tejido mamario puede<br />
generar una deformidad estética cuyo grado puede ir<br />
de mínimo, como en la tumorectomía a extremo como<br />
en la mastectomía radical.<br />
Esta pérdida de la mama supone para la mujer un<br />
notable menoscabo fisico y psíquico, hasta el punto<br />
de que puede llegar a condicionar sobremanera su<br />
vida social, familiar e incluso sexual, no siendo infrecuente<br />
que las mujeres mastectomizadas requieran<br />
atención psicológica especializada en algún momento<br />
de su vida.<br />
Por ello, la reconstrucción mamaria se impone<br />
como un tratamiento estandarizado tras la cirugía<br />
oncológica mamaria, un tratamiento que podemos<br />
considerar como parte del mismo tratamiento oncoló-<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
gico, y que, correctamente indicado y valorado, puede<br />
practicarse de forma inmediata consiguiendo así<br />
resultados estéticos y funcionales sorprendentes,<br />
como se extrae de la amplia bibliografía existente a<br />
este respecto.<br />
Material y Método<br />
Muchas son las técnicas que pueden aplicarse para<br />
la reconstrucción mamaria, desde las más sencillas<br />
como la expansión tisular mediante prótesis de silicona,<br />
hasta las más complejas basadas en la transferencia<br />
a distancia de tejido autólogo que aporte volumen<br />
y conforme un nueva mama.<br />
Uno de los mayores avances en este campo se produjo<br />
con el advenimiento del colgajo TRAM (colgajo<br />
de recto anterior del abdomen), descrito originariamente<br />
por Hartrampf (10) que tras aplicarse originariamente<br />
en su versión pediculada (11) ha evolucionado<br />
hasta poder ser practicado mediante técnicas de<br />
autotransplante microquirúrgico, mejorando con ello<br />
no sólo el resultado estético, al poder ser modelado<br />
con más facilidad tras ser separado completamente<br />
del sitio donante, sino también disminuyendo, en<br />
manos expertas, las complicaciones.<br />
El TRAM libre es un colgajo extraordinariamente<br />
versatil que se obtiene a partir del tejido dermograso de<br />
la porción inferior del abdomen, tallado en forma de<br />
huso para facilitar el cierre directo de la zona donante.<br />
Su vascularización depende de los pedículos perforantes<br />
musculocutáneos que, procedentes de las arterias y<br />
venas epigástricas superiores e inferiores (preferentemente<br />
estas últimas), atraviesan el musculo recto abdominal<br />
y se distribuyen luego por el tejido subcutáneo.<br />
Por ello este colgajo debe incluir un pequeña “pastilla”<br />
muscular de no más de 5 x 5 cm en la porcion por<br />
donde el pedículo principal penetra en el músculo,<br />
siendo ésta la principal causa de complicaciones en la<br />
pared abdominal tras la práctica de este colgajo (12, 13)<br />
(Fig 1). El colgajo se transfiere posteriormente a la<br />
zona del tórax, tras haber sido separado completamente<br />
de la región donante, y se anastomosa mediante técnicas<br />
microquirúrgicas a un pedículo vascular receptor.<br />
Tras la retirada de la cicatriz de mastectomía, que<br />
siempre es sometida en nuestro medio a estudio anatomopatológico,<br />
el colgajo se modela en el sitio receptor<br />
retirando aquellas porciones del mismo que puedan<br />
tener un mayor compromiso de su vascularización,<br />
adaptándolo y colocándolo de tal manera que su morfología<br />
se parezca lo más fidedignamente a una nueva<br />
mama. El tratamiento concluirá más adelante con la<br />
reconstrucción teloareolar y los retoques o cirugia de<br />
simetrización de la mama contralateral (pexias o<br />
reducciones mamarias generalmente) si fuese precisa.
La importancia de la disección axilar para la reconstrucción mamaria con TRAM libre microvascularizado<br />
Figura 1: Fotografia intraoperatoria de la cara interna de un colgajo TRAM donde pueden apreciarse las dimensiones de la pastilla muscular<br />
que soporta el pedículo.<br />
De hecho, y hasta que los nuevos colgajos de perforantes<br />
de la arteria epigástrica profunda o DIEP<br />
(refinamiento aún más sutil del TRAM libre que evita<br />
el daño a la pared muscular abdominal (14-16) o los<br />
colgajos de perforantes periumbilicales sean objeto de<br />
un mayor estudio y difusión, el colgajo TRAM libre<br />
puede considerarse la tecnica quirúrgica de elección<br />
en la mujer mastectomizada y por ello es la más practicada<br />
en nuestro Servicio.<br />
Ni que decir tiene que esta técnica, que consigue<br />
resultados excelentes requiere un adecuado conocimiento,<br />
no solo de la anatomía, sino también de la disciplina<br />
quirúrgica, así como una notable experiencia<br />
en las técnicas microquirúrgicas, hecho éste que<br />
puede considerarse un handicap a la hora de indicar<br />
esta opción reconstructora; sin embargo, los resultados<br />
obtenidos compensan las dificultades derivadas<br />
de su realización.<br />
La mayoría de las mujeres mastectomizadas pueden<br />
ser reconstruidas mediante TRAM, algunas incluso<br />
pueden ser objeto de reconstrucciones bilaterales<br />
en un mismo acto quirúrgico. <strong>No</strong> obstante añadiremos<br />
que a la hora de seleccionar a las pacientes candidatas<br />
a esta técnica hemos de ser cautos y considerar factores<br />
de vital importancia para el éxito final del proceso<br />
como son: la ausencia o presencia de hábitos tabaquicos<br />
(17) (el tabaquismo reduce considerablemente la<br />
vascularización de este colgajo, en porcentajes de<br />
hasta el 50% en el TRAM pediculado y en un índice<br />
algo menor en el TRAM libre), el tipo de mastectomía<br />
practicada, la presencia de cicatrices previas en el<br />
tórax y sobre todo en el abdomen, que puedan haber<br />
dañado los pedículos, la historia oncológica de la<br />
paciente, y también muy importante, si ésta va a recibir<br />
o no tratamiento radioterápico (18, 19), ya que en<br />
este caso es preferible la reconstrucción diferida a la<br />
inmediata por el daño que la radiación infringe al colgajo,<br />
alterando su morfología y provocando un resultado<br />
a largo plazo estéticamente inaceptable.<br />
Sin duda un factor importante es el del tratamiento<br />
quirúrgico de los ganglios axilares (20), ya que de la<br />
práctica del cirujano oncológico que lleva a cabo esta<br />
intervención depende sobremanera la posibilidad de<br />
utilizar como pedículo receptor el paquete toracodorsal<br />
(21, 22)localizado a nivel de la región axilar, ideal<br />
para este tipo de reconstrucciones y zona más frecuentemente<br />
usada en nuestros casos.<br />
En efecto, uno de los sitios receptores habituales<br />
para el pedículo del colgajo se halla en la axila, concretamente<br />
en el pedículo toracodorsal que recordemos<br />
se origina a partir de la arteria subescapular, rama<br />
de la arteria axilar y que se desdobla en una rama para<br />
el músculo dorsal ancho y otra para el músculo serrato<br />
(Fig 2, 3). Ello no quiere decir que ésta sea la única<br />
zona receptora, tanto la propia arteria subescapular,<br />
como la circunfleja escapular como las ramas de la<br />
toracodorsal por separado pueden ser usadas si su<br />
calibre lo permite en un momento dado. Con ello queremos<br />
indicar que en la axila se hallan numerosas<br />
opciones favorables a la hora de elegirla como sitio<br />
receptor para la anastomosis microquirúrgica.<br />
El otro sitio receptor por excelencia, con el que<br />
también se consiguen excelentes resultados evitando<br />
además la cicatriz axilar, es la arteria mamaria interna<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
63
64<br />
Fidalgo Rodríguez, F., Torres Corpas, J., Redondo Camacho, A., Fernández Meléndez, F., Rioja Torrejón, L.F., Pedreño Guerao, F.<br />
Figura 2: Esquema anatómico de los vasos axilares con especial<br />
atención al pedículo toracodorsal: 1-. Arteria. Subclavia, 2-. A. Axilar,<br />
3-. A. Subescapular, 4-. A. Circunfleja escapular, 5-. A. Toracodorsal,<br />
6-. Rama del serrato, 7-. Rama del dorsal ancho.<br />
(23) que generalmente se aisla para este procedimiento<br />
a nivel del 4º o del 5º espacio intercostal.<br />
A nivel de la axila la anatomía suele ser bastante<br />
constante, no obstante pueden darse algunas variantes<br />
anatómicas ante las que el cirujano general debe estar<br />
preparado, para no dañar una zona portencialmente<br />
útil para la anastomosis. (Fig 4).<br />
En nuestra serie de 24 TRAM libres practicados en<br />
el intervalo de 1 año, la mayor parte de las microanastomosis<br />
arteriales fueron realizadas en el pedículo<br />
toracodorsal (19 casos). En 2 ocasiones se llevó a<br />
cabo en la arteria circunfleja, en otros 2 en la rama del<br />
músculo serrato y por último en una ocasión en la<br />
arteria subescapular. Con respecto a las anastomosis<br />
venosas, 18 fueron practicadas en la vena toracodorsal,<br />
3 en la circunfleja, 5 en la rama del serrato y por<br />
último 1 en la vena subescapular. En 3 casos se suturaron<br />
dos venas, mientras que en el resto tan sólo se<br />
procedio a la sutura de una sola. Todas las anastomosis<br />
fueron llevadas a cabo de forma termino-terminal.<br />
Es importante destacar que las anastomosis arterial y<br />
venosa, aunque generalmente lo hagan, no tienen porqué<br />
coincidir en el mismo pedículo (Tabla I).<br />
La elección del pedículo toracodorsal facilitó notablemente<br />
la realización de la técnica y posibilitó así<br />
unos resultados bastante esperanzadores.<br />
Sin embargo cuando nos disponíamos a realizar la<br />
disección axilar siempre nos asaltaba la duda acerca<br />
de la indemnidad de estos pedículos. La práctica por<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
parte de cirujanos cualificados de una correcta linfadenectomía<br />
axilar nos aseguró en la mayoría de las<br />
pacientes dicha integridad. Actualmente todos los<br />
cirujanos oncologicos (cirujanos generales y ginecólogos<br />
) que practican cirugía de la mama son conscientes<br />
de la importancia de preservar las estructuras<br />
vasculonerviosas de la axila, a pesar de la mayor dificultad<br />
técnica que ello implica, conservación que<br />
adquiere hoy día, una mayor transcendencia debido a<br />
la utilidad de estas estructuras para la reconstrucción<br />
mamaria ya sea mediante TRAM libre o pediculado o<br />
mediante colgajo de dorsal ancho.<br />
Para valorar el estado de estos pedículos recurrimos<br />
generalmente a una detenida exploración física<br />
mediante la cual es posible comprobar la compatibilidad<br />
del músculo dorsal ancho, la cual suele asociarse<br />
en la mayoria de los casos a la integridad de estos<br />
pedículos. <strong>No</strong> obstante, la falta de función del músculo<br />
no se asocia indefectiblemente a la ausencia de estos<br />
pedículos, y por ello siempre procedemos a realizar la<br />
búsqueda de los vasos en la axila, a pesar de hallar un<br />
músculo denervado. En nuestra serie pudimos comprobar<br />
4 casos de dorsal ancho afecto, 2 de los cuales<br />
tenían los pedículos integros y los otros 2 no, siendo<br />
necesario en estos casos recurrir a otras zonas receptoras<br />
o a la practica de un TRAM pedículado.<br />
Discusión<br />
A pesar del reducido número de casos de nuestra<br />
serie y del corto periodo de tiempo en el que ésta es<br />
considerada, los resultados postquirúrgicos, así como<br />
el índice y tipo de complicaciones encontrados son<br />
similares a los publicados por otros autores; sin<br />
embargo en ninguna referencia de las halladas en la<br />
literatura se dice nada sobre lo concerniente en la<br />
necesidad de considerar la integridad de los vasos axilares<br />
como un paso previo y fundamental a la cirugía<br />
oncológica para poder así utilizarlos en un futuro proceso<br />
reconstructor. Hay autores que defienden el uso<br />
de estos vasos como receptores incluso como primera<br />
opción, pero no refieren el porcentaje de casos en los<br />
que hallaron éstos dañados y se vieron obligados a<br />
TABLA 1: Distribución de las arterias y venas de los<br />
pedículos en los que fueron practicadas las anastomosis<br />
en la zona receptora, sobre un total de 24 casos<br />
Pedículo receptor Anastomosis Anastomosis<br />
arteriales venosas<br />
TORACODORSAL 19 18<br />
CIRCUNFLEJA 2 3<br />
RAMA DEL SERRATO 2 5<br />
SUBESCAPULAR 1 1
La importancia de la disección axilar para la reconstrucción mamaria con TRAM libre microvascularizado<br />
Figura 3: Relaciones anatómicas del pediculo toracodorsal y sus<br />
ramas. 1-. Axilar, 2-. Subescapular, 3-. Circunfleja escapular, 4-. Toracodorsal,<br />
5-. Rama del dorsal ancho, 6-. Rama del serrato.<br />
usar otros; en la mayoria de los casos los procedimientos<br />
oncológicos y reparadores son tratados por<br />
separado y no son referidos en los textos de forma<br />
conjunta. <strong>No</strong>sotros creemos que ambos son partes de<br />
un todo que debe ser planificado en conjunto, de ahí<br />
nuestro interés en el desarrollo de este trabajo<br />
En definitiva, para nosotros que consideramos,<br />
basandonos en la experiencia de otros autores y en la<br />
nuestra propia, que el colgajo TRAM libre es una de<br />
las mejores opciones para la reconstrucción mamaria,<br />
la conservación de las estructuras vasculares de la<br />
axila es fundamental, y adquiere una dimensión especial,<br />
con especial énfasis en los vasos del eje subescapular,<br />
donde es fundamental preservar la grasa perivascular<br />
para poder disecarlos de forma diferida sin<br />
inducir vasoespasmo severo ni bajo flujo, complicación<br />
que puede producir en ultima instancia trombosis<br />
arterial. El conservar este manguito graso, no disminuye<br />
la eficacia de la linfadenectomía axilar, pero<br />
exige un mayor esfuerzo y tiempo adicional, identificando<br />
perfectamente este eje vascular y preservándolo.<br />
Cuando se practica una reconstrucción inmediata<br />
los vasos no estan envueltos por tejido cicatricial, con<br />
lo que la dificultad para su disección es menor, llevandose<br />
a cabo en el mismo acto quirúrgico; sin embargo<br />
este procedimiento es por ahora poco frecuente.<br />
Consideramos que es de vital importancia que el<br />
cirujano general conozca la existencia de estas técnicas<br />
reconstructivas, de sus resultados y de la infraestructura<br />
anatómica que precisan estastécnicas que<br />
cada vez son practicadas con más frecuencia en todos<br />
los hospitales de nuestro medio.<br />
Figura 4: diferentes variantes anatomicas de la arteria subescapular<br />
y sus ramas: CS=Circunfleja escapular, TD=Toracodorsal.<br />
Para la mujer afecta de cáncer de mama, la posibilidad<br />
de optar a una reconstrucción puede llegar a ser<br />
casi tan importante como conseguir la curación de su<br />
enfermedad, y de hecho, la reconstrucción la hará sentir<br />
con más fuerza la realidad de dicha curación. Por<br />
eso tanto la cirugía oncológica como la reconstructiva<br />
forman parte integral del tratamiento quirúrgico del<br />
cáncer de mama.<br />
Hoy día es posible practicar reconstrucción en la<br />
práctica totalidad de las mujeres mastectomizadas,<br />
preferentemente de forma inmediata (24-<strong>31</strong>) En estos<br />
casos la disección axilar llevada a cabo in situ permite<br />
dirigirla de forma más certera hacia la consecución<br />
de unos pedículos óptimos para la microanastomosis.<br />
Es importantísima por lo tanto, la colaboración<br />
entre cirujanos generales y reconstructivos para asegurar<br />
unos resultados aceptables.<br />
Aún así no siempre es posible la consecución de un<br />
éxito total y con frecuencia acontecen complicaciones.<br />
Entre las que hemos constatado en nuestra serie<br />
podemos destacar como más relevantes 2 necrosis<br />
completas del colgajo. Las necrosis parciales se produjeron<br />
en 4 ocasiones afectando a la zona II y IV<br />
cuando esta se usó. En cuanto a las necrosis grasas<br />
pudimos detectar 2. En el área abdominal donante se<br />
produjo abombamiento en el hemiabdomen en una<br />
sola ocasión. La limitación de las pacientes para realizar<br />
una incorporación partiendo de una posición de<br />
decúbito supino fue del 5,1%<br />
En cuanto a la infección, seromas y hematomas se<br />
produjeron con carácter localizado y fueron resueltas<br />
sin secuelas<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
65
66<br />
Fidalgo Rodríguez, F., Torres Corpas, J., Redondo Camacho, A., Fernández Meléndez, F., Rioja Torrejón, L.F., Pedreño Guerao, F.<br />
El grado de satisfacción de las pacientes fue aceptable,<br />
a pesar de que refirieron falta de sensibilidad<br />
como inconveniente casi el 100%; sin embargo la<br />
morfología y la textura de la nueva mama, unido al<br />
carácter autólogo de los tejidos fue valorado positivamente<br />
en la práctica totalidad de las pacientes.<br />
Conclusiones<br />
Como conclusión, añadiremos que si bien es de<br />
vital importancia la labor de los cirujanos a la hora de<br />
extirpar el tumor y los ganglios axilares, también es<br />
muy importante su labor a la hora de conservar las<br />
estructuras que posibilitarán una ulterior reconstrucción.<br />
De la conciencia que los cirujanos tanto generales<br />
como reconstructores adquieran de este problema y de<br />
la actitud con la que lo aborden y lo transmitan a los<br />
cirujanos más jovenes depende sobremanera que el<br />
tratamiento del cáncer de mama llegue a dejar de ser<br />
algun día una fuente de problemas sociales y psicológicos<br />
para la mujer mastectomizada (26).<br />
Dirección del autor<br />
Dr. Félix T. Fidalgo Rodríguez<br />
C/ Acije nº 28 Nerva 21670, Huelva. España<br />
felixfidalgo@yahoo.es<br />
E-mail: felixfidalgo@yahoo.es<br />
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CIRUGÍA PLÁSTICA IBERO-LATINOAMERICANA<br />
Cir. Plást. Iberlatinamer. - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1<br />
Enero - Febrero - Marzo 2005 / Pag. 67-72<br />
Palabras clave Colgajo sural, flujo venoso<br />
Código numérico 15833; 158337<br />
El flujo venoso inverso<br />
del colgajo sural<br />
The reverse venous flow of the sural flap<br />
Ugalde Vitelli, A.*, Flores García, A. R.**, Haddad, J. L.***<br />
El flujo venoso reverso del colgajo sural no ha sido<br />
estudiado anteriormente con claridad. El presente<br />
estudio tiene como objetivo determinar el trayecto<br />
que sigue dicho flujo reverso. Se disecaron cincuenta<br />
extremidades pélvicas en veinticinco cadáveres, se<br />
inyectó colorante de forma retrógrada en la vena safena<br />
externa y se siguió su trayecto. Se encontró que en<br />
el 100% de las disecciones, sólo había una válvula a<br />
dos centímetros proximal al maléolo lateral, la cual se<br />
encarga de desviar el flujo invertido hacia las venas<br />
peronéas profundas.<br />
* Cirujano Plástico Adscrito<br />
** Médico Residente de Cirugía Plástica<br />
*** Cirujano Plástico Adjunto<br />
Hospital General de México. México D. F.<br />
Resumen Abstract<br />
The reverse venous flow of the sural flap has not<br />
been clearly reported previously. The aim of the<br />
following study is to determine the course that this<br />
reverse flow follows. Fifty pelvic extremities of<br />
twenty – five corpses were dessected, ind, was injected<br />
in a reverse manner in the lesser saphenous vein<br />
and its course was followed. In all the corpse dissections<br />
done, only one had a valve that was located two<br />
cm proximal from the lateral melleolous, which<br />
diverts the reverse flow towards the deep peroneal<br />
veins.<br />
Key words Sural flap, reverse flow<br />
Código numérico 15833; 158337<br />
Ugalde Vitelly, A.
68<br />
Ugalde Vitelly, A., Flores García, A. R., Haddad, J. L.<br />
Introducción<br />
Por sus características anatómicas y fisiológicas,<br />
uno de los grandes retos para el cirujano plásticos se<br />
presente cuando existe la necesidad de cubrir defectos<br />
cutáneos en la extremidad inferior, al quedar expuestos<br />
elementos importantes (1). Se han descrito diversos<br />
tipos de colgajos locales basados en diferentes<br />
patrones vasculares, como son los colgajos musculares,<br />
musculocutáneos, septocutáneos y axiales; cada<br />
uno de ellos tiene sus indicaciones específicas, así<br />
como, sus ventajas y desventajas (2-6).<br />
El problema se hace más complejo cuando se trata<br />
de proporcionar cobertura al tercio distal de a pierna.<br />
Debido a esta dificultad, la microcirugía con sus<br />
diversos diseños de colgajos, aumento considerablemente<br />
las posibilidades quirúrgicas. Por otra parte, se<br />
han diseñado algunos colgajos fasciocutáneos de base<br />
distal, que son capaces de proporcionar cubiertas<br />
cutáneas para superficies limitadas, pero que resultan<br />
en ocasiones muy efectivos (3,4,7-11).<br />
Taylor y Ham en 1976, describieron el injerto nervioso<br />
vascularizado de sural y llamaron la atención sobre<br />
los vasos que acompañan al nervio y los territorios cutáneos<br />
que éstos podían irrigar (13). Masquelet, en 1988,<br />
describe inicialmente el colgajo sural, mencionándolo<br />
como un colgajo nerviosos con una isla de piel que tiene<br />
un aporte vascular axial proveniente de los vasos que<br />
acompañan al nervio sural. Esto lo demostró con inyección<br />
de colorantes que le permitieron observar que la<br />
arteria sural, que acompaña al nervio, daba varias ramas<br />
cutáneas en un plano suprafascial, lo que aseguraba la<br />
posibilidad de levantar el colgajo basado distalmente.<br />
Sin embargo, no daba una descripción muy detallada del<br />
colgajo ni hacía referencia al retorno venoso (7).<br />
Amarante describió un colgajo fasciocutáneo de la<br />
pierna, con base distal, que se nutre de algunas ramas<br />
de la arteria tibial posterior (14). Hasegawa, en 1994,<br />
describió el colgajo sural con detalle y puntualizó las<br />
características del aporte arterial distal de la arteria<br />
sural superficial por ramas de la arteria peronea, las<br />
cuales proveen al colgajo del flujo reverso. Reportó<br />
en sus estudios 20 casos en los que utilizó este colgajo<br />
para cubrir diversos defectos, de los cuales el más<br />
grande fue de 10 x 13 cm, y en los que obtuvo el 100<br />
% de viabilidad. Sin embargo, en ese estudio tampoco<br />
se hacía referencia al drenaje venoso (12).<br />
En 1999, Imanishi y Nakajima, realizaron dos estudios<br />
anatómicos de las arterias que acompañan a la<br />
vena safena externa (19) y del drenaje venoso de la<br />
vena safena externa basada distalmente (20), comunicando<br />
la presencia de venas comitantes a los dados de<br />
este vaso, lo que permite que se realice el cortocircuito<br />
que permita el flujo venoso invertido.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
Figura 1: Se desinsertan los músculos laterales de la pierna y el tibial<br />
posterior para exponer los vasos peroneos en toda su longitud, evidenciando<br />
las presencia de colorante proveniente de la vena sural.<br />
Con estos antecedentes, y en base a la absoluta<br />
necesidad e conocer el drenaje venoso de este colgajo<br />
que es tan útil clínicamente, llevamos a cabo el presente<br />
estudio.<br />
Material y Método<br />
Se disecaron 50 piernas en 25 cadáveres del Servicio<br />
de Patología del Hospital General de México, con<br />
la condición de que no presentaran antecedentes de<br />
enfermedad infectocontagiosa ni alteraciones anatomofidiológicas<br />
de la extremidad.<br />
Con el cadáver colocado en posición de decúbito<br />
ventral, se marcó un punto a 5 cm proximal al maléolo<br />
lateral, que corresponde al punto pivote del colgajo<br />
ya que aquí se encuentra la unión de la arteria sural<br />
superficial con la rama de la arteria peroneal (12).<br />
Desde este punto, se trazó una línea hacia la parte<br />
media del tercio medio de la pierna, donde se encuentra<br />
la unión musculotendinosa de los gastrocnemios y<br />
que corresponde al sitio donde profundiza el nervio<br />
sural. Se incidió en este punto en forma transversal
Figura 2 –A 2 cm del maleolo lateral se presentó invariablemente desviación<br />
del colorante; este fragmento de vena se resecó para estudio<br />
histológico.<br />
para encontrar el paquete neurovascular, viendo la<br />
vena safena externa localizada medialmente en relación<br />
a la arteria y al nervio.<br />
La vena se aisló y canalizó con una sonda de alimentación<br />
nº 8, a través de la cual se infiltró una solución<br />
heparinizada para efectuar un lavado de la luz<br />
vascular. Después se le colocó una venda de Esmarch<br />
de distal a proximal para vacial el árbol vascular de la<br />
pierna. Se inyectó colorante en forma retrógada en la<br />
vena safena externa para delimitar su trayecto y efectuar<br />
la disección de la vena en dicho sentido.<br />
Por medio de una incisión longitudinal, siguiendo la<br />
línea previamente trazada, se obtuvo la disección de<br />
toda la vana de acuerdo a como se tiñó con el colorante.<br />
Teniendo cuidado de realizar la disección de proximal<br />
a distal, se llegó al punto pivote donde se observó<br />
que el colorante continuaba dentro de la vena hasta 2<br />
cm proximal al maléolo lateral, sitio donde se vio que<br />
se desviaba del colorante. (Fig. 1) Seguimos el vaso<br />
que contenía la tinta para notar que se metía en la profundidad<br />
de a pierna. Se tuvieron que desinsertar los<br />
músculos peroneos laterales y el músculo tibial posterior<br />
para exponer los vasos peroneos en toda su longitud,<br />
encontrando teñidas las venas comitantes.<br />
Ya disecada la vena safena externa, se resecó en<br />
toda su longitud hasta el punto donde se desvió el<br />
colorante, a 2 cm proximal al maléolo lateral. (Fig. 2)<br />
La vena se abrió longitudinalmente para ser observada<br />
en forma microscópica y se envió a estudio histopatológico<br />
para definir sus características anatómicas.<br />
Resultados<br />
En todos los casos, el colorante pasó sin dificultad<br />
en sentido retrógado. Cuando se realizó su disección<br />
se pudo observar que estaba teñida en toda su longitud,<br />
sin desviación del colorante hacia ninguna rama<br />
hasta llegar a 2 cm. Proximalmente al maléolo lateral.<br />
El flujo venoso inverso del colgajo sural<br />
Figura 3: El informe histopatológico del fragmento de vena que se<br />
localiza 2 cm por encima del maleolo lateral, con tinción de tricómico<br />
de Masson, mostró la presencia de una válvula.<br />
En este punto, el colorante se desviaba siempre hacia<br />
una vena tributaria que finalmente drenaba hacia as<br />
venas concomitantes de la arteria peronea.<br />
Al abrir longitudinalmente la vena, en la distancia<br />
comprendida entre la unión músculo tendinosa de los<br />
gastrocnemios y 5 cm. Proximal al maléolo lateral, no<br />
se encontró macroscópicamente ninguna válvula. A<br />
2cm. Del maléolo lateral existe una válvula, claramente<br />
visible y competente, que es la causante del desvió<br />
del colorante hacia los vasos profundos. Estos resultados<br />
se corroboraron realizando un estudio histopatológico<br />
con tinción de tricromico de Masson, reportando<br />
los mismos hallazgos en todos los casos. (Fig. 3)<br />
Discusión<br />
El colgajo sural tiene muchas ventajas entre las que<br />
se encuentran su facilidad y rapidez de disección, el<br />
que no sacrifica arterias mayores, el que se puede llevar<br />
a cabo con anestesia regional, la zona donante del<br />
colgajo se encuentra en la misma región donde se<br />
tiene que reparar el área cruenta, y el área donante se<br />
puede cerrar de forma directa cuando el colgajo el<br />
menor de 3 cm de diámetro (12).<br />
También presenta algunas desventajas como son: la<br />
denervación del territorio del nervio sural, si bien<br />
algunos autores han reportado el levantamiento de<br />
este colgajo con preservación del nervio (15); en<br />
pacientes obesos, el colgajo lleva demasiado volumen<br />
por lo que se requiere de remodelación posterior del<br />
mismo. En estos casos se ha sugerido no incluir la piel<br />
en el colgajo, sino llevarlos solamente como colgajo<br />
facial e injertarlo (12).<br />
Desde la descripción original del colgajo sural se<br />
sabe que el aporte vascular proviene de la arterial<br />
sural superficial que acompaña al nervio del mismo<br />
nombre, y también que esto lo hace en base a su anastomosis<br />
con una rama septocutanea de la arteria pero-<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
69
70<br />
Ugalde Vitelly, A., Flores García, A. R., Haddad, J. L.<br />
nea, lo que crea un flujo reverso en la superficie lateral<br />
de la pierna. Taylos, en 1990, demostró por medio<br />
de una arteriografía la existencia de una región cutánea<br />
irrigada por este sistema que se encuentra sobre el<br />
nervio sural. Hesegawa coincide con el aporte vascular<br />
referido en estos estudios, sin embargo menciona<br />
que el drenaje venoso de sete colgajo no ha sido estudiado<br />
(12); hace referencia a este punto porque en<br />
toso sus colgajos observó congestión venosa que desaparecía<br />
a los pocos días, y en colgajos más grandes,<br />
existió edema de hasta dos meses de duración.<br />
Diferentes autores han estudiado el flujo venoso de<br />
diferentes colgajos. Un ejemplo es el colgajo antebraquial<br />
radial, en el que Lin y Timmons demostraron<br />
interconexiones entre las venas comitantes, que funcionan<br />
a modo de puente para evitar las válvulas, así<br />
como vasos que drenan del sistema superficial al profundo<br />
para facilitar el flujo. Al aumentar el flujo<br />
venoso se logra finalmente una incompetencia del sistema<br />
valvular (18). Imanishi señala la presencia de<br />
válvulas en la vena safena externa y un sistema de<br />
cortocircuito por medio de venas comitantes que permite<br />
el drenaje venoso invertido del colgajo sural<br />
(20).<br />
Los resultados del presente estudio rompen con<br />
algunos conceptos tradicionales en cuanto a la presencia<br />
de válvulas en la vena safena externa. Sabemos<br />
que el drenaje venoso se realiza en forma ortotópica<br />
desde la planta del pie, y se ha pensado que, al igual<br />
que la vena safena interna, presenta varias válvulas a<br />
lo largo de su trayecto. Sin embargo, esta situación va<br />
en contra de lo que apreciamos clínicamente cuando<br />
utilizamos el colgajo sural.<br />
En nuestra experiencia este colgajo no tiene problemas<br />
de retorno venoso, como lo prueba el hecho de<br />
la excelente viabilidad recogida por los autores que lo<br />
han utilizado. En 1994, Hyakasuko intenta explicar<br />
esta situación con la suposición de que existe otra<br />
vena que corre paralela a la arteria y que ayuda a la<br />
vena safena a favorecer el drenaje venoso (15).<br />
Basándonos en nuestros resultados, parece claro<br />
que el drenaje se facilita por la ausencia de válvulas<br />
en el trayecto de la vena safena externa, desde el tercio<br />
medio de la pierna has 2 cm. proximal al maléalo<br />
externo. En este sitio s encuentra una válvula que dirige<br />
el flujo a las venas comitantes peroneas. Por esta<br />
razón concluimos que el colgajo sural es un colgajo<br />
con drenaje venoso seguro.<br />
Conclusiones<br />
A modo de resumen podemos concluir:<br />
Sólo existe una vena de drenaje para el colgajo<br />
sural de flujo reverso.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
La vena safena externa carece de válvulas en su trayecto<br />
entre le tercio medio de la pierna y un punto<br />
localizado a 2 cm. proximal al maléolo externo. En<br />
este punto encontramos una válvula competente que<br />
desvía el flujo venoso retrogrado hacia las venas<br />
comitantes de la arteria peronea.<br />
En todos los cadáveres estudiados, el flujo venoso<br />
reverso del colgajo sural tomo la misma dirección, lo<br />
que nos permite asegurar que este colgajo tiene un<br />
flujo inverso muy seguro.<br />
Dr. Armando René Flores García<br />
Loma Blanca // 2900<br />
Colonia deportivo Obispado<br />
Monterrey, N.L. 64040<br />
México<br />
e-mail: huajuco@hotmail.com<br />
Dirección del autor<br />
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Reconstr. Surg. 1984; 74:508.<br />
18. Timmons M. J. “The vascular basis of the radial forearm flap”.<br />
Plast Reconstr Surg. 1986;77:80<br />
19. Nakajima H. “Accompanying arteries of the lesser saphenous vein<br />
and sural verve: anatomic study and its clinical applications”. Plast<br />
Reconstr. Surg. 1999; 103:104.<br />
20. Imanishi N. “Venous drainage of the distally based lesser saphenous<br />
– sural veno-neuroadipofascial pedicled fasciocutaneous flap: A radiographic<br />
perfusion study”. Plast Reconstr. Surg 1999; 103:494.
El autor estudia un aspecto importante de un colgajo<br />
largamente conocido y utilizado desde hace años y<br />
con resultados excelentes.<br />
Quizás debería cuidar las expresiones de la nomenclatura<br />
anatómica internacional, a fin de equipararlas<br />
con el resto de los autores.<br />
Desde el punto de vista científico Testud en su Tratado<br />
de Anatomía (tomo II, página 499), nos explica que la<br />
vena safena externa posee varias válvulas, de 8 a 15<br />
desde su origen a su terminación, e incluso Bardelen propone<br />
como ley que “Encima de toda válvula desemboca<br />
una vena aferente; debajo de toda rama hay una válvula”.<br />
Sorprendentemente el autor sólo encuentra en el<br />
trayecto una solo válvula microscópica, situada a 2<br />
cm del maleolo lateral externo.<br />
La escuela francesa nos presente múltiples trabajos<br />
El flujo venoso inverso del colgajo sural<br />
Comentario al trabajo «El flujo venoso del<br />
colgajo sural»<br />
Dra. P. Izquierdo Burrieza<br />
Cirujano Plástico. Práctica Privada.<br />
Oviedo, Asturias (España)<br />
realizados en la Facultad de Medicina de París y recogidos<br />
durante años en sus “Memories de Laboratoire<br />
d’Anatomie” por Frachinelli (Nº41 año 1979) y<br />
Gomes de Moura (Nº 63 año 1984), entre otros, y<br />
sobre los que se han basado los estudios de Masquelet<br />
publicados posteriormente y desde 1988.<br />
Para Fachinelli, en un estudio sobre 60 piezas anatómicas,<br />
encuentra siempre la existencia de una vena<br />
safena externa y una vena satélite de la arteria safena<br />
externa, que procedente de la piel de la pantorrilla da<br />
o recibe numerosas ramas de la vena safena externa,<br />
asegurando el drenaje venoso del colgajo safeno.<br />
Creo que se trata de un trabajo interesante que<br />
marca un punto de trabajo de investigación en Anatomía,<br />
a fin de contrarrestar las opiniones de los diferentes<br />
autores.<br />
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />
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