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Volumen 31 No. 1 - Planetec

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CIRUGÍA PLÁSTICA IBERO-LATINOAMERICANA<br />

Cir. Plást. Iberlatinamer. - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1<br />

Enero - Febrero - Marzo 2005 / Pag. 1-14<br />

Papel del cirujano plástico en la<br />

obesidad mórbida: experiencia en<br />

dermolipectomía tras cirugía bariátrica<br />

The role of the plastic surgeon in morbid obesity: our<br />

experience in dermolipectomies after bariatric surgery<br />

Hernández Ramos, A.*, Martínez Brell, M.**, Roca Castán, M.*,<br />

Benito Arjonilla, E.*, Gallo, H.***<br />

La cirugía bariátrica ha demostrado ser en la actualidad<br />

el método más eficaz para conseguir grandes<br />

perdidas de peso estables. La mayor experiencia en<br />

este campo y el aumento del número de intervenciones<br />

realizadas, va creando una gran demanda de<br />

actuación por parte del cirujano plástico.<br />

Tras este tipo de cirugía se producen severas disminuciones<br />

de peso y del índice de masa corporal<br />

(IMC),lo que va a ocasionar grandes excedentes cutáneos.<br />

Las dermolipectomías juegan un papel fundamental<br />

en la corrección de las deformidades estéticas, funcionales<br />

y psicológicas de estos pacientes, por lo que<br />

la Cirugía Plástica va a aportar una importante mejora<br />

en la calidad de vida y autoestima del paciente.<br />

En nuestra experiencia, se consiguen buenos resultados<br />

funcionales y estéticos, sin un elevado índice de<br />

complicaciones.<br />

Palabras clave Dermolipectomías, Obesidad mórbida,<br />

Cirugía bariátrica<br />

Código numérico 5<strong>31</strong>1<br />

* Médico Especialista<br />

** Jefe del Servicio<br />

*** Médico Becario<br />

Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora. Hospital Clínico Universitario «San Carlos». Madrid (España).<br />

Hernández Ramos, A.<br />

Resumen Abstract<br />

Bariatric surgery has proven to be the most effective<br />

method for acquiring large and stable weight loss.<br />

A large amount of experience in this field, as well as<br />

an impressive number of interventions, has created a<br />

large demand for this specific surgery.<br />

After this type of surgery, massive weight loss, as<br />

well as BMI (Body Mass Index) decrease, can be<br />

observed. This, in turn, will lead to large amounts of<br />

loose redundant skin.<br />

Dermolipectomies play a fundamental role in the<br />

correction of aesthetic, functional and psychological<br />

deformities of these sickly individuals. It is therefore<br />

clear that Plastic Surgery will provide a serious<br />

improvement in the quality of life and self – esteem<br />

of the patient.<br />

In our experience, these procedures obtain good<br />

functional and aesthetic results, without and elevated<br />

number of complications.<br />

Key words Dermolipectomies, Morbid obesity,<br />

Bariatric surgery<br />

Código numérico 5<strong>31</strong>1


2<br />

Hernández Ramos, A., Martínez Brell, M., Roca Castán, M., Benito Arjonilla, E., Gallo, H.<br />

Introducción<br />

Una obesidad se considera mórbida cuando el índice<br />

de masa corporal (IMC= peso en Kg/altura en m2)<br />

es mayor de 39 (1) o cuando el peso corporal del<br />

paciente excede en más del doble su peso ideal durante<br />

al menos 5 años (2).<br />

Se trata de una entidad que se asocia con alta mortalidad<br />

y morbilidad por las enfermedades asociadas<br />

que suelen acompañarla (diabetes,hipertensión,enfermedades<br />

cardiovasculares...) y los tratamientos conservadores<br />

como dietas,ejercicio y cambio de hábitos<br />

de alimentación han demostrado su ineficacia a largo<br />

plazo.<br />

Desde que Mason en 1980 describió la gastroplastia<br />

vertical bandeada (3) se han descrito, numerosas<br />

técnicas de cirugía bariátrica, demostrando que en la<br />

actualidad, son el único método efectivo para producir<br />

grandes pérdidas de peso estables a largo plazo.<br />

Como consecuencia de este tipo de intervenciones<br />

se producen severas disminuciones de peso y del indice<br />

de masa corporal (IMC),lo que ocasiona grandes<br />

excedentes cutáneos ya que la capacidad de contracción<br />

de la piel depende de la cantidad de peso perdido<br />

y de la edad del paciente(4). Este excedente de tejido<br />

va a producir alteraciones funcionales, dermatológicas<br />

y estéticas para el paciente,limitando su movilidad,<br />

su aseo personal (lo que conlleva infecciones<br />

cutáneas como foliculitis e intertrigo) y en definitiva,<br />

su calidad de vida. Las zonas más afectadas suelen ser<br />

abdomen, mamas, cara interna de muslos y brazos<br />

(Fig. 1 y 2).<br />

La Cirugía Plástica por medio de dermolipectomias,va<br />

a mejorar la calidad de vida y la autoestima<br />

de estos pacientes (5,6). Con una cuidadosa selección<br />

previa del paciente y de la técnica quirúrgica a utilizar,<br />

se obtienen buenos resultados funcionales y estéticos<br />

sin aumento significativo en el indice de complicaciones.<br />

Gráfico 1<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

Material y Método<br />

Desde enero de 1998 hasta enero de 2002 fueron<br />

remitidos a nuestro Servicio, 75 pacientes sometidos<br />

a cirugia bariátrica, realizándose por nuestra parte un<br />

total de 104 intervenciones. De estos 75 pacientes, 63<br />

eran mujeres y 12 varones (Gráfico 1).<br />

La cirugía bariátrica realizada consistió en gastroplastia<br />

vertical bandeada (GVB),gastroplastia vertical<br />

anillada (GVA) y otras (Torres-Oca, Salmon, Capella<br />

y Scoppinaro), en función del equipo quirúrgico de<br />

origen y de las características del paciente (Tabla I).<br />

Tabla I<br />

TECNICA Nª PACIENTES PROMEDIO<br />

GVB 44 58,66%<br />

GVA 13 17,33%<br />

Otras 18 24 %<br />

Todos los procedimientos quirúrgicos reconstructivos<br />

fueron realizados después de una significativa<br />

pérdida de peso, estabilizada como mínimo durante<br />

un año, ya que la capacidad máxima de contracción<br />

cutánea se produce entre el primer y segundo año después<br />

de la cirugía bariátrica (4,7).<br />

En nuestros casos el promedio fue de 24,37 meses<br />

(oscilando entre 12 y 70 meses).<br />

Según el protocolo de nuestro Servicio, los pacientes<br />

son remitidos a la consulta de Cirugía Plástica y<br />

Reparadora cuando presentan un IMC óptimo y una<br />

perdida de peso estable mantenida durante al menos<br />

un año. Las características de los pacientes tratados se<br />

reflejan en la tabla II.<br />

Tabla II<br />

CARACTERÍSTICAS<br />

DEL PACIENTE PROMEDIO<br />

Edad 38,5 (19-67)<br />

IMC previo 48,84 ( 40-62,41)<br />

IMC tras cirugía bariátrica 29,82 (21,40-39,30)<br />

Descenso medio de IMC 19,02 (9,30-34,40)<br />

Los criterios de inclusión en lista de espera establecidos<br />

en nuestro Servicio fueron:<br />

1. Factores propios del paciente: edad, ausencia de<br />

enfermedades sistémicas, de complicaciones en la<br />

cirugía bariátrica y aspectos psicológicos y sociales.


2. Haber transcurrido más de 12 meses desde la<br />

cirugía bariátrica.<br />

3. Disminución del IMC en al menos 18 unidades.<br />

4. Peso estabilizado.<br />

Resultados<br />

Hemos realizado un total de 104 intervenciones,<br />

que se especifican en la tabla III.<br />

Papel del cirujano plástico en la obesidad mórbida: experiencia en dermolipectomía tras cirugía bariátrica<br />

Tabla III<br />

* Ginecomastia<br />

En 29 pacientes se practicaron varios tiempos quirúrgicos<br />

para mejorar el resultado estético del contorno<br />

corporal (Tabla III). Reflejamos en la Tabla V el<br />

tipo de cirugía reconstructiva y el tiempo en que fue<br />

realizada.<br />

El intervalo medio entre los distintos tiempos quirúrgicos<br />

fue de al menos seis meses.<br />

En todos los pacientes se llevó a cabo un seguimiento<br />

postoperatorio de al menos dos años para<br />

valoración de resultados.<br />

Intervención Total %<br />

Dermolipectomía ancla 34 32,69<br />

Dermolipectomía ancla + colecistectomía 2 1,92<br />

Dermolipectomía ancla + eventración 6 5,77<br />

Dermolipectomía ancla + eventración + mamoplastia reduc. 1 0,96<br />

Dermolipectomía ancla + mamoplastia (*) 1 0,96<br />

Dermolipectomía ancla + mamoplastia reducción 2 1,92<br />

Dermolipectomía ancla + mastopexia 4 3,85<br />

Dermolipectomía ancla + mastopexia c/implantes 1 0,96<br />

Dermolipectomía braquial 6 5,77<br />

Dermolipectomía braquial + inguinal 1 0,96<br />

Dermolipectomía braquial + mamopl.reducción 2 1,92<br />

Dermolipectomía braquial + mastopexia c/implantes 1 0,96<br />

Dermolipectomía clásica 9 8,65<br />

Dermolipectomía clásica + eventración 4 3,85<br />

Dermolipectomía inguinocrural 1 0,96<br />

Dermolipectomía inguinal 11 10,58<br />

Mamoplastia (*) 2 1,92<br />

Mamoplastia reducción 4 3,85<br />

Mastopexia 5 4,81<br />

Mastopexia c/implantes 7 6,73<br />

Total general 104 100<br />

Tabla IV<br />

Tiempos Qgcos. Total<br />

1er. tiempo 75<br />

2º tiempo 23<br />

3er. tiempo 5<br />

4º tiempo 1<br />

Total general 104<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

3


4<br />

Hernández Ramos, A., Martínez Brell, M., Roca Castán, M., Benito Arjonilla, E., Gallo, H.<br />

Dermolipectomías Abdominales<br />

Se realizaron 64 dermolipectomías abdominales:<br />

62 en un primer tiempo y 2 en un segundo, con un<br />

peso medio de tejido resecado de 1989,72 gramos<br />

(máx 7.100 g-min 650 g.)<br />

Nuestra elección es realizar la dermolipectomía<br />

abdominal en un primer tiempo quirúrgico, ya que<br />

habitualmente el abdomen es la región donde se produce<br />

un excedente dermograso mayor y así lo demandan<br />

la mayoría de los pacientes.<br />

Si la paciente es joven, sana y con escaso panículo<br />

adiposo, intentamos complementar la técnica con<br />

otros procedimientos para evitar tiempos quirúrgicos<br />

añadidos sin elevar la morbilidad (8).<br />

Se realizó la dermolipectomía abdominal combinada<br />

con otro procedimiento en 21 pacientes (32,81%).<br />

(Tabla VI).<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

Tabla V<br />

Tiempos Qgcos.<br />

Intervención 1 2 3 4 Total<br />

Dermolipectomía ancla 33 1 34<br />

Dermolipectomía ancla + colecistectomía 2 2<br />

Dermolipectomía ancla + eventración 5 1 6<br />

Dermolipectomía ancla + eventración + mamoplastia reduc. 1 1<br />

Dermolipectomía ancla + mamoplastia (*) 1 1<br />

Dermolipectomía ancla + mamoplastia reducción 2 2<br />

Dermolipectomía ancla + mastopexia 4 4<br />

Dermolipectomía ancla + mastopexia c/implantes 1 1<br />

Dermolipectomía braquial 4 1 1 6<br />

Dermolipectomía braquial + inguinal 1 1<br />

Dermolipectomía braquial + mamopl.reducción 1 1 2<br />

Dermolipectomía braquial + mastopexia c/implantes 1 1<br />

Dermolipectomía clásica 9 9<br />

Dermolipectomía clásica + eventración 4 4<br />

Dermolipectomía inguinocrural 1 1<br />

Dermolipectomía inguinal 4 7 11<br />

Mamoplastia (*) 2 2<br />

Mamoplastia reducción 1 2 1 4<br />

Mastopexia 3 2 5<br />

Mastopexia c/implantes 2 5 7<br />

Total general 75 23 5 1 104<br />

Tabla VI<br />

Los dos casos en que se realizó dermolipectomia<br />

abdominal en un segundo tiempo han sido:<br />

1º caso: en un primer tiempo se realizó mastopexia<br />

con implantes, debido a imperativos de coordinación<br />

con el Servicio de Ginecología para realizar la dermolipectomía<br />

abdominal de manera conjunta.<br />

2ª caso: en el primer tiempo se prefirió realizar la<br />

dermolipectomía inguinal porque presentaba un excedente<br />

en cara interna de muslos muy severo, que le<br />

producía importantes problemas dermatológicos.<br />

A los 11 pacientes restantes la dermolipectomía<br />

abdominal les habia sido practicada en sus hospitales<br />

de origen. Las técnicas quirúrgicas empleadas abarcan<br />

desde la dermolipectomía clásica con cicatriz única<br />

transversa abdominal suprapúbica (9-11) a las dermolipectomías<br />

con cicatriz en T invertida y modificaciones<br />

como “ancla” o “flor de lis” (12-14) (Gráfico2).<br />

Intervención D. ancla D. clásica Total<br />

Dermolipectomía ancla + colecistectomía 2 2<br />

Dermolipectomía ancla + eventración 6 6<br />

Dermolipectomía ancla + eventración + mamopl. reduc. 1 1<br />

Dermolipectomía ancla + mamoplastia 1 1<br />

Dermolipectomía ancla + mamoplastia reducción 2 2<br />

Dermolipectomía ancla + mastopexia 4 4<br />

Dermolipectomía ancla + mastopexia c/implantes 1 1<br />

Dermolipectomía clásica + eventración 4 4<br />

Total 17 4 21


Gráfico 2<br />

Grupo Intervención Total<br />

Dermolipectomía ancla 51<br />

Dermolipectomía clásica 13<br />

Total general 64<br />

En nuestra experiencia, en este tipo de pacientes el<br />

abordaje con cicatriz longitudinal y transversa es más<br />

aconsejable por los siguientes motivos:<br />

- Existencia de cicatriz previa de laparotomía, que<br />

puede comprometer la distensión de los tejidos en la<br />

zona supraumbilica y la vascularización del colgajo.<br />

Fig. 1 y 2. Aspecto corporal tras perdida de 75 kg.de peso<br />

Papel del cirujano plástico en la obesidad mórbida: experiencia en dermolipectomía tras cirugía bariátrica<br />

- Mejor acceso a eventraciones, si las hay, y a su<br />

reparación.<br />

- Mejora del contorno de la zona superior de tronco<br />

y cintura.<br />

Marcaje preoperatorio:<br />

Con el paciente en bipedestación diseñamos el<br />

excedente o faldón dermograso infraumbilical que<br />

deseamos resecar (fig. 3).A continuación, y partiendo<br />

del apéndice xifoides como referencia, diseñamos la<br />

zona longitudinal a resecar, incluyendo la cicatriz de<br />

laparotomía previa y aproximando los colgajos para<br />

estimar el cierre sin tensión.(Fig. 4,5)<br />

Respecto a la técnica, habitualmente realizamos<br />

plicatura de rectos y colocación de malla no reabsorbible<br />

si hay eventración, cerrando siempre en dos planos<br />

(Fig. 6,7). Consideramos importante el mínimo<br />

despegamiento de los colgajos, lo suficiente para<br />

cerrar sin tensión y evitar complicaciones como seromas<br />

o necrosis cutáneas.(Fig. 8)<br />

Habitualmente colocamos dos drenajes de aspiración,<br />

que mantenemos hasta que el débito es inferior<br />

a 25 cc.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

5


6<br />

Hernández Ramos, A., Martínez Brell, M., Roca Castán, M., Benito Arjonilla, E., Gallo, H.<br />

Fig. 3, 4, 5. Marcaje preoperatorio para dermolipectomia abdominal<br />

Fig. 3. Marcaje del faldón dermograso infraumbilical a resecar<br />

Fig. 5. Marcaje definitivo del excedente a resecar Fig. 6. Resección dermograsa<br />

Fig. 7. Detalle del faldón (1800 g.) Fig. 8. Aspecto final<br />

Se realiza profilaxis antibiótica con 2 g de cefazolina<br />

pre-intervención, y como pauta alternativa utilizamos<br />

Clindamicina 600 mg.Se realiza profilaxis de<br />

tromboembolismo con heparinas de bajo peso mole-<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

Fig. 4. Valoración manual de la zona supraumbilical para cierre sin<br />

tensión<br />

cular (Boxol 2500 o 5000 en pacientes con mayor<br />

riesgo) y movilización precoz.<br />

El tiempo de hospitalización medio fue de 5 días y<br />

el tiempo de quirófano aproximado de 120 minutos.


Mamoplastias<br />

Se realizaron como procedimiento único en 18<br />

pacientes, y combinadas con otro procedimiento en<br />

12, practicándose un total de 30 mamoplastias (Tabla<br />

VII).<br />

Tabla VII<br />

Tipo de mamoplastia Pacientes Combinadas<br />

Mamoplastia de reducción 9 5<br />

Mastopexias 9 4<br />

Mastopexias con implantes 9 2<br />

Ginecomastias 3 1<br />

TOTAL 30 12<br />

Las técnicas empleadas han sido las clásicas,<br />

ampliamente descritas en la literatura (15,16).<br />

En todas las mamoplastias de reducción, hemos<br />

realizado cicatriz en T invertida e injerto del comple-<br />

Fig. 9 y 10. Ptosis mamaria en paciente joven tras perdida de 45 Kg<br />

Papel del cirujano plástico en la obesidad mórbida: experiencia en dermolipectomía tras cirugía bariátrica<br />

Fig. 11 y 12. Postoperatorio al año de mastopexia con cicatriz vertical e implantes<br />

jo, areola-pezón (CAP) dada la ptosis severa que presentaban<br />

las pacientes.<br />

De las 18 mastopexias,solamente 2 pudieron realizarse<br />

con colgajo portareola y cicatriz vertical, por ser<br />

pacientes jóvenes con buena contracción cutánea<br />

(Fig. 9-12).<br />

<strong>No</strong>s parece importante reseñar que, al realizar el<br />

diseño de la mamoplastia, hemos de ser muy poco<br />

ambiciosos en la altura del futuro CAP y diseñar una<br />

cicatriz vertical no mayor de 6 cm, ya que por la flacidez<br />

extrema de la piel existe a largo plazo una clara tendencia<br />

a deformidades de difícil solución quirúrgica.<br />

En los tres casos de ginecomastia,hemos recurrido a la<br />

técnica de amputación e injerto del complejo areola<br />

pezón descrita por Hoopes y Davis debido al excedente<br />

cutáneo severo que, a nuestro criterio, justifica las cicatrices<br />

resultantes. Otras técnicas con incisiones periareolar<br />

u oblicua (17), resultaban insuficientes para estos casos.<br />

Se realiza la misma profilaxis antibiótica que en las<br />

dermolipectomías abdominales.<br />

El tiempo de hospitalización medio fue de 48 horas<br />

y el tiempo de quirófano aproximado de 120 minutos.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

7


8<br />

Hernández Ramos, A., Martínez Brell, M., Roca Castán, M., Benito Arjonilla, E., Gallo, H.<br />

Dermolipectomia inguinal<br />

Se practicó este procedimiento en 12 pacientes,<br />

cinco de ellos en un primer tiempo y siete en un<br />

segundo tiempo.<br />

En estos casos se procedió a realizar dermolipectomía<br />

de cara interna de muslos, mediante incisión en<br />

pliegue inguinal ampliada hasta pliegue gluteo.<br />

Aconsejamos la sutura en tres planos, siendo<br />

importante el plano fascial para evitar excesivo desplazamiento,<br />

por la gravedad, de las cicatrices. En<br />

todos los casos se colocaron drenajes tipo tejadillo,<br />

que habitualmente se retiran a las 48-72 horas.<br />

Las incisiones verticales permiten un mejor remodelado<br />

y mayor resección cutánea, pero en la actualidad,no<br />

los realizamos por las importantes cicatrices<br />

que ocasionan.<br />

El tiempo de hospitalización medio fue de 3 días y<br />

el tiempo de quirófano aproximado fue de 90 minutos.<br />

Se realiza la misma profilaxis antibiótica y tromboembólica<br />

que en las dermolipectomías abdominales,<br />

permitiendo la deambulación a las 24 horas.<br />

Dermolipectomia braquial<br />

Se practicó en 10 pacientes, en cuatro de ellos combinada<br />

con otro procedimiento.<br />

Se planifica una extirpación fusiforme desde el<br />

codo hasta la axila, de manera que la cicatriz sea apreciable<br />

sólo con los brazos en abducción, quedando a<br />

lo largo del surco braquial interno. La sutura se realiza<br />

en tres planos, dejando drenaje tipo tejadillo. Vendaje<br />

almohadillado y movilización inmediata.<br />

Las cicatrices son muy inestéticas, con escasa satisfacción<br />

por parte del paciente y del cirujano, por lo<br />

que limitamos esta intervención a casos de extrema<br />

flacidez.<br />

Se realiza la misma profilaxis antibiótica que en las<br />

intervenciones referidas anteriormente.<br />

El tiempo de hospitalización medio fue de 48 horas<br />

y el tiempo de quirófano aproximado de 70 minutos.<br />

Tabla VIII<br />

Complicación D. ancla D. clásica Total<br />

ninguna 44 9 53<br />

Necrosis cutánea central 3 3<br />

Necrosis umbilical 1 1<br />

Hematoma 1 2 3<br />

Seroma 2 1 3<br />

Hematoma e infección 1 1<br />

Total 51 13 64<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

Complicaciones<br />

Dermolipectomias abdominales<br />

De las 64 intervenciones realizadas,11 pacientes<br />

presentaron algún tipo de complicación (17,18%).<br />

Presentamos en la Tabla VIII y Gráfico III las complicaciones<br />

manifestadas y el tipo de abordaje quirúrgico.<br />

Las necrosis cutáneas se resolvieron mediante desbridamiento<br />

y cierre por segunda intención, evolucionando<br />

satisfactoriamente; precisó posterior retoque de<br />

cicatriz una de las pacientes. Tanto los casos que presentaron<br />

hematoma o seroma requirieron drenajes y<br />

múltiples curas sin reintervención.<br />

Solamente uno de los pacientes requirió transfusión<br />

de dos unidades.<br />

Dermolipectomías inguinales<br />

Hemos tenido complicación en un caso, que presentó<br />

abceso a los siete días de la intervención, requiriendo<br />

drenaje y antibioterapia. Creemos que el origen<br />

de la infección fue la existencia de un hematoma<br />

no diagnosticado ni tratado en los primeros días.<br />

Otras cirugías<br />

En las mamoplastias y en las dermolipectomías<br />

braquiales, no se presentó ninguna complicación significativa.<br />

Discusión<br />

Existen pocas series publicadas sobre dermolipectomías<br />

en pacientes obesos morbidos sometidos a<br />

cirugía bariátrica. Cabría esperar un elevado indice de<br />

complicaciones ya que, según algunos autores, éstas<br />

aumentan al ser pacientes con obesidad previa.<br />

Gráfico 3


Papel del cirujano plástico en la obesidad mórbida: experiencia en dermolipectomía tras cirugía bariátrica<br />

Fig. 13, 14, 15. Aspecto preoperatorio de gran faldón abdominal. Vistas frontal, oblicua y lateral<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

9


10<br />

Hernández Ramos, A., Martínez Brell, M., Roca Castán, M., Benito Arjonilla, E., Gallo, H.<br />

Fig 16, 17, 18. Postoperatorio al año<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005


Coincidimos con Vastine (18) en que la cirugía<br />

bariátrica previa no tiene efecto significativo en la<br />

incidencia de complicaciones postdermolipectomía<br />

abdominal. Lo que realmente tiene importancia es el<br />

indice de masa corporal (IMC) y el grado de obesidad<br />

en el momento de la intervención.<br />

Para nosotros, es fundamental crear un protocolo<br />

de actuación ante el paciente remitido a consulta antes<br />

de planificar la cirugía, debiendo incluir una valoración<br />

psicológica y un detallado estudio fotográfico<br />

(19). Este protocolo debería ser diseñado por un equipo<br />

multidisciplinario formado por endocrinólogo, psiquiatra,<br />

cirujano de aparato digestivo y cirujano plástico.<br />

Sería deseable valorar las expectativas del<br />

paciente respecto al resultado de la cirugía de remodelado<br />

corporal, su estabilidad psíquica, la disposición<br />

del enfermo a cumplir el régimen alimentario y<br />

de ejercicio físico, y su actitud ante la propia imagen.<br />

Consideramos positivo que el cirujano plástico<br />

pudiera informar de los aspectos de su especialidad,<br />

antes incluso de practicar la cirugía bariátrica.<br />

En nuestra experiencia, con una cuidadosa selección<br />

del paciente y de la técnica empleada, se obtienen<br />

buenos resultados funcionales y estéticos sin elevado<br />

índice de complicaciones (Fig. 13-18).<br />

Consideramos criterios básicos para nuestra actuación<br />

la disminución del IMC en al menos 18 unidades,<br />

un peso estabilizado y haber transcurrido al<br />

menos un año desde que fueran practicada la cirugía<br />

bariátrica.<br />

El estudio más extenso publicado sobre dermolipectomías<br />

en pacientes obesos morbidos es el de<br />

Donati, con una casuística de 161 dermolipectomías<br />

abdominales en un periodo de 14 años (20). Fotopoulos,<br />

en una serie más actual, presenta 33 pacientes<br />

obesos morbidos sometidos a dermolipectomía abdominal(21).<br />

Obligada referencia es también el estudio<br />

de Grazer y Goldwyn (1977)que revisan las complicaciones<br />

ocurridas en 10.490 abdominoplastias (22),<br />

aunque no todos los pacientes estudiados presentaban<br />

el tipo de obesidad que nos ocupa.<br />

Las complicaciones comunes presentadas en estos<br />

estudios son:<br />

Infección : 9% (21), 22,3% (20)<br />

Seroma :3% (21), 3,1% (20)<br />

Hematoma: 3% (21), 1% (20)<br />

Necrosis cutánea: 6% (21), 5,4% (20)<br />

Complicaciones tromboembólicas 1,2% (20)<br />

Otros autores no refieren necrosis umbilical que,en<br />

nuestra serie, se ha presentado en 1,56% de los casos.<br />

<strong>No</strong> hemos tenido complicaciones tromboembólicas<br />

al igual que publica Fotopoulos.<br />

Papel del cirujano plástico en la obesidad mórbida: experiencia en dermolipectomía tras cirugía bariátrica<br />

Los resultados que aportamos reflejan una tasa de<br />

seroma y hematoma del 4,68%, y de necrosis cutánea<br />

del 4,68%. La tasa de infección es inferior a otras<br />

series 1,56%, lo que creemos está relacionado con un<br />

menor número de dermolipectomías abdominales<br />

combinadas con eventración y/o colecistectomía y<br />

colocación de malla 54,6% (20) y 45,4% (21).<br />

Conclusiones<br />

Consideramos que las dermolipectomias son el<br />

único tratamiento a largo plazo para mejora de los<br />

grandes excedentes cutáneos tras severas perdidas de<br />

peso en pacientes sometidos a cirugía bariátrica. Con<br />

una cuidadosa selección del paciente y de la técnica<br />

se obtienen buenos resultados funcionales y estéticos<br />

sin un aumento significativo en el indice de complicaciones.<br />

Dra. Araceli Hernández Ramos<br />

C/ Lagasca 27-1º J<br />

28001 Madrid. España<br />

Dirección del autor<br />

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59:513.


La difusión de la cirugía bariátrica ha generado una<br />

población nueva de pacientes candidatos a demolipectomías,<br />

que poseen ciertas peculiaridades con respecto<br />

a los candidatos por otros motivos.<br />

Resulta llamativo que a pesar de que suponen en<br />

volumen una proporción importante del total de<br />

pacientes que son intervenidos en muchos Servicios<br />

de Cirugía Plástica, existan pocas series publicadas<br />

sobre este tipo de procedimientos.<br />

Por este motivo, felicito a los autores por el exhaustivo<br />

estudio que presentan sobre este grupo de intervenciones<br />

en pacientes sometidos a cirugía bariátrica.<br />

Estoy totalmente de acuerdo con las indicaciones<br />

de este tipo de procesos, entre las que destaco la estabilización<br />

en la pérdida de peso, la ausencia de enfermedades<br />

sistémicas y la estabilidad psicológica.<br />

Se deben dejar claras, desde la primera consulta, las<br />

expectativas del paciente con respecto a la cirugía, ya<br />

que la mejora del contorno corporal va asociada a una<br />

secuela cicatricial siempre importante.<br />

El paciente acude a la consulta del cirujano plástico,<br />

a veces con informaciones poco adecuadas, recibidas<br />

previamente por parte de otros especialistas,<br />

que restan importancia a todos los procedimientos<br />

reparadores que se realizan después del adelgazamiento.<br />

Por ello, coincido plenamente con los autores<br />

en que sería deseable que el cirujano plástico informara<br />

sobre los aspecto concernientes a su apartado<br />

del tratamiento antes de realizar la cirugía bariátrica.<br />

Con respecto al tipo de procedimientos analizados,<br />

efectivamente es habitual comenzar por la dermolipectomía<br />

abdominal, ya que suele ser la zona que presenta<br />

mayor exceso dermograso.<br />

Papel del cirujano plástico en la obesidad mórbida: experiencia en dermolipectomía tras cirugía bariátrica<br />

Comentario al trabajo «Papel del cirujano plástico<br />

en la obesidad mórbida: experiencia en<br />

dermolipectomía tras cirugía bariátrica»<br />

Dr. Daniel Arenas Escribano<br />

Cirujano Plástico. Hospital Central<br />

de la Cruz Roja, San José y Santa Adela<br />

Madrid. España<br />

La dermolipectomía abdominal en ancla es realmente<br />

útil, si previamente existe cicatriz de laparotomía<br />

media, ya que permite acortar la cicatriz<br />

transversa suprapúbica y reducir el contorno de la<br />

cintura. En algunos casos la cirugía bariátrica fue<br />

realizada a través de una incisión subcostal transversa,<br />

por lo que en estos casos el procedimiento se<br />

parece más a la demolipectomía clásica, realizando<br />

solo una incisión transversa entre ambas espinas<br />

ilíacas.<br />

En este grupo de pacientes, en los que existe un<br />

importante exceso cutáneo, resultan interesantes,<br />

como alternativas a la intervención clásica, algunas<br />

técnicas que pretenden eliminar el mayor exceso de<br />

piel posible, pero minimizando la secuela cicatricial.<br />

Entre ellas destaca la Abdominoplastia de “alta tensión<br />

lateral” (Lockwood, 1995)y la Abdominoplastia<br />

con “alta tensión superior” (LeLouarn y Pascal,<br />

2000).<br />

Los defectos en el plano musculoaponeurótico<br />

deben ser resueltos en la misma intervención, tal y<br />

como proponen los autores, la mayoría de las veces<br />

mediante la colocación de una malla, preferentemente<br />

en posición retromuscular.<br />

El resto de procedimientos analizados se ajustan a<br />

la casuística habitual, con la ventaja de mostrar escasas<br />

complicaciones, por lo que se demuestra, como<br />

dicen los autores, que si existe una adecuada indicación,<br />

este tipo de intervenciones no difiere de las realizadas<br />

sobre pacientes que no han sido obesos mórbidos.<br />

Enhorabuena por el trabajo y los resultados obtenidos.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

13


14<br />

Hernández Ramos, A., Martínez Brell, M., Roca Castán, M., Benito Arjonilla, E., Gallo, H.<br />

Respuesta al comentario del Dr. Daniel Arenas<br />

Ante todo manifestar nuestro agradecimiento al Dr.<br />

Arenas por los comentarios realizados al trabajo.<br />

Su coincidencia en la importancia de las indicaciones<br />

y la información previa al paciente demuestra su<br />

experiencia en secuelas de obesidad mórbida.<br />

En nuestro centro la mayoría de los pacientes que<br />

nos remiten presentan cicatriz de laparotomía media,<br />

razón por la realizamos con mucha frecuencia la<br />

demolipectomía “en ancla”.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

Dra. A. Hernández Ramos<br />

Agradecemos su crítica constructiva al comentar<br />

las abdominoplastias de “alta tensión lateral” y “alta<br />

tensión superior” que nos recuerdan la importancia<br />

del sistema fascial superficial y la fijación del mismo,<br />

lo que ayuda a mejorar los resultados estéticos como<br />

la depresión suprapúbica que en ocasiones queda y<br />

que en este tipo de pacientes es muy marcada.


CIRUGÍA PLÁSTICA IBERO-LATINOAMERICANA<br />

Cir. Plást. Iberlatinamer. - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1<br />

Enero - Febrero - Marzo 2005 / Pag. 15-24<br />

Tratamiento quirúrgico de la mediastinitis<br />

en pacientes con esternotomía media:<br />

opciones y resultados<br />

Surgical treatment of mediastinitis in patients with<br />

medial sternotomy: options and results<br />

Valdés García, C.*, Legórburu Faus, M.*, Terrones Garzón, J.**<br />

El manejo óptimo de las mediastinitis postesternotomía<br />

es un tema controvertido. Desde 1993 hemos<br />

utilizado el desbridamiento agresivo y el cierre con<br />

colgajos musculares. Los pacientes remitidos a nuestro<br />

Servicio fueron pacientes previamente tratados<br />

con métodos conservadores por el Servicio de Cirugía<br />

Cardiaca y por tanto sólo recibimos los casos que no<br />

respondieron o aquellos en los que el esternón había<br />

sufrido una destrucción tan importante que dificultaba<br />

su estabilización. Dicinueve pacientes fueron<br />

reconstruidos con colgajos musculares o musculocutáneos:<br />

7 con músculo recto abdominal único, 1 con<br />

músculo pectoral único, 9 con ambos músculos pectorales<br />

y 2 con un músculo recto abdominal y un pectoral.<br />

La mortalidad intraoperatoria fue nula; la postoperatoria,<br />

dentro de un periodo de 30 días, fue de 4<br />

pacientes, tuvimos complicaciones en 5 casos. En<br />

este artículo explicamos nuestros criterios, describimos<br />

las técnicas empleadas y analizamos nuestros<br />

resultados y como éstos han hecho variar nuestras<br />

indicaciones.<br />

Palabras clave Mediastinitis, colgajos musculares,<br />

esternotomía<br />

Código numérico 5012<br />

* Médico Adjunto<br />

** Jefe de Servicio<br />

Servicio de Cirugía Plástica. Hospital de Basurto. Bilbao. España.<br />

Resumen Abstract<br />

The best management of mediastinitis from deep<br />

sternal wound infection is a controversial topic. Since<br />

1993 we have used the aggressive debridement and<br />

the closure with muscular flaps. The patients submitted<br />

to our Service were previously treated with conservative<br />

methods in the Cardiac Surgery Department<br />

and therefore we only receive those that didn’t respond<br />

to this treatment or those in which the sternum<br />

had suffered such an important destruction that it prevented<br />

its stabilization. Nineteen patients were<br />

reconstructed with muscular or myocutaneous flaps:<br />

7 with single abdominal rectum muscle flap, 1 with<br />

single pectoral muscle flap, 9 with both pectoral muscles,<br />

and two with an abdominal rectum and a pectoral<br />

muscle flaps. There was no mortality during surgery,<br />

the postoperative mortality, in a period of 30<br />

days, was 4 patients, and complications appeared in<br />

5 patients. In this article we explain our approaches,<br />

we describe the employed techniques and we analyze<br />

our results and how these ones have changed our indications.<br />

Key words Mediastinitis, muscle flaps, sternotomy<br />

Código numérico 5012<br />

Valdés García, C.


16<br />

Valdés García, C., Legórburu Faus, M., Terrones Garzón, J.<br />

Introducción<br />

La mediastinitis como complicación de la esternotomía<br />

media necesaria para diversas intervenciones<br />

cardiacas, continúa siendo una complicación infrecuente,<br />

pero grave. Entre sus factores predisponentes<br />

Sarr et al 1 citan: hematomas, tiempo quirúrgico prolongado,<br />

complicaciones cardiopulmonares postoperatorias<br />

y la utilización de las arterias mamarias internas.<br />

Históricamente han sido diversos los métodos<br />

empleados para tratarla, de forma abierta o cerrada,<br />

pero no fue hasta que Jurkiewic et al. 2 , Nahai et al. 3 ,<br />

y otros, empezaron a hacerlo de forma inmediata,<br />

mediante desbridamiento agresivo y cierre con colgajos<br />

musculares, cuando se consiguió una dramática<br />

reducción en la estancia hospitalaria, la morbilidad y<br />

la mortalidad de esta grave patología<br />

Haciendo un repaso cronológico de los métodos<br />

utilizados, en 1963 Schumaker y Mandelbaum 4 describieron<br />

la técnica de irrigación cerrada con catéter<br />

tras desbridamiento y cierre, que sustituyó al método<br />

abierto de granulación. En 1976, Lee et al. 5 transpusieron<br />

epiplón en pacientes rebeldes al tratamiento<br />

por el método de irrigación cerrada. En 1980, Jurkiewicz<br />

2 publica su experiencia en la Universidad de<br />

Emory con colgajos musculares para el tratamiento de<br />

la incisión de esternotomía infectada.<br />

Pacientes y Método<br />

Entre los años 1993 y 1999 se han llevado a cabo<br />

en nuestro hospital un total de 1836 esternotomías<br />

medias; de ellas un 3,4 % han sufrido complicaciones<br />

de la herida esternal concretadas en mediastinitis o<br />

dehiscencias esternales sin infección.<br />

Inicialmente estos pacientes son tratados en el<br />

mismo Servicio de Cirugía Cardíaca mediante desbridamiento,<br />

drenaje quirúrgico, antibióterapia y cierre<br />

directo con sistemas de irrigación, o bien de forma<br />

abierta con cambios de curas húmedas e intento de<br />

cierre directo de la herida una vez limpia, siempre que<br />

el esternón conserve parte de su integridad. Los casos<br />

más rebeldes, en los que se produce una nueva dehiscencia<br />

o en los que el esternón está tan desestructura-<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

do que no permite soportar un sistema de cerclaje, son<br />

derivados al Servicio de Cirugía Plástica para tratar su<br />

resolución. Hemos recibido 19 pacientes en estas circunstancias<br />

desde 1993, en los que se ha procedido a<br />

un nuevo desbridamiento y al cierre mediante colgajos<br />

musculares.<br />

Los 19 pacientes tratados eran varones en edades<br />

comprendidas entre los 52 y los 83 años, intervenidos<br />

para revascularización coronaria mediante puentes<br />

aorto-coronarios. En uno de los casos se asoció sustitución<br />

de la válvula aórtica. Sólo en 4 casos no se utilizó<br />

ninguna de las arterias mamarias internas y en 3 se utilizaron<br />

bilateralmente. Todos los casos habían sido tratados<br />

en la fase aguda por el Servicio de Cirugía Cardiaca.<br />

El tiempo medio transcurrido entre la esternotomía<br />

original y la intervención por el Servicio de Cirugía<br />

Plástica fue de 36 días, con un rango entre los 15 y los<br />

86 días.<br />

Tras el desbridamiento y retirada de los alambres<br />

de cerclaje (Fig. 1), en todos los casos se recurrió a la<br />

reconstrucción con los músculos recto abdominal y<br />

pectoral mayor de forma aislada o en combinación (7<br />

con recto abdominal único, uno con pectoral único, 9<br />

con ambos músculos pectorales, y 2 con recto abdominal<br />

y un pectoral) (Tabla I).<br />

El colgajo de músculo recto abdominal se basó en<br />

la arteria epigástrica superior derecha, rama terminal<br />

de la arteria mamaria interna derecha, libre de su fascia<br />

y seccionado distalmente a la línea arcuata; se<br />

transpuso 180º llegando a alcanzar el manubrio esternal.<br />

La fascia anterior se cerró para evitar la aparición<br />

de hernias (Fig. 2 y 3).<br />

El músculo pectoral mayor fue utilizado de tres formas<br />

diferentes:<br />

Como colgajo muscular basado en la arteria acromio-torácica<br />

y bilateral.<br />

Como colgajo músculo-cutáneo basado en la arteria<br />

acromio-torácica y bilateral (Fig. 4).<br />

Como colgajo muscular volteado basándolo en las<br />

perforantes procedentes de la arteria mamaria interna.<br />

En dos casos se asoció un músculo pectoral mayor<br />

y un músculo recto abdominal.<br />

En ninguno de los casos fue necesario recurrir al<br />

colgajo de epiplón u otro tipo de colgajo muscular<br />

localizado a más distancia.<br />

Tabla I: número de casos tratados con cada una de las técnicas utilizadas. M-I: mamaria interna. A-T: acromiotorácica<br />

Método utilizado para el cierre Nº de casos<br />

M. recto abdominal único 7<br />

M. pectoral mayor:<br />

- Colgajo muscular único volteado basado en art. M-I 1<br />

- Colgajos musculares bilaterales basados en art. A-T 5<br />

- Calgajos músculo-cutáneos bilaterales basdos en art. A-T 4<br />

Combinación músculo pectoral mayor y un músculo recto abdominal. 2


Resultados<br />

En los 19 casos tratados no se produjo ningún fallecimiento<br />

intraoperatorio ni ninguna necrosis de los<br />

colgajos utilizados.<br />

Cuatro pacientes fallecieron durante el ingreso hosptialario<br />

debido a su patología cardio-pulmonar de<br />

base; en un caso persistió inestabilidad esternal; en<br />

otro fue necesario realizar una nueva reconstrucción<br />

tres años después por presentar una fístula recurrente<br />

y los 13 restantes fueron dados de alta tras curación<br />

en un periodo de tiempo medio de 20 días, (entre los<br />

11 y los 30 días).<br />

Como complicaciones menores hay que señalar un<br />

absceso paraesternal derecho, que una vez drenado se<br />

resolvió sin otras actuaciones; un caso de seroma en<br />

el postoperatorio intermedio; tres casos de placas de<br />

necrosis cutánea paramedial en abdomen y una hernia<br />

infraumbilical estable y asintomática, ambas patologías<br />

en pacientes en los que se utilizó el músculo<br />

recto abdominal (Tabla II).<br />

Discusión<br />

Tras la descripción, por Julian y col. 6 en 1957, del<br />

abordaje cardíaco mediante esternotomía media, ésta<br />

es la incisión preferida para los procedimientos cardiacos<br />

abiertos. A pesar de su utilidad y sencillez no<br />

está exenta de complicaciones, que en nuestro hospital<br />

alcanzan al 3,4% de los casos operados. Inicialmente<br />

el tratamiento de dichas complicaciones consistía<br />

en curas abiertas y cierre retardado con largas<br />

estancias hospitalarias y una mortalidad de hasta un<br />

46% 7 . El desbridamiento seguido de cierre directo<br />

sobre catéteres de irrigación 4 acortó la estancia hospitalaria<br />

y redujo los índices de mortalidad., pero lo que<br />

realmente revolucionó el tratamiento de estas mediastinitis<br />

fue la aplicación de colgajos, primero de epiplon<br />

5 y posteriormente musculares 2 . Brant y Álvarez 8<br />

publicaron un estudio comparativo entre 9 pacientes<br />

tratados mediante desbridamiento, dos a cuatro días de<br />

irrigación y posterior cirugía (colgajos músculo-cutáneos<br />

bilaterales de pectoral mayor asociados a colgajo<br />

de epiplón) frente a 12 pacientes tratados con métodos<br />

tradicionales de irrigación cerrada tras desbridamiento<br />

y cerclaje del esternón, llevados a cabo en el mismo<br />

periodo de tiempo y en la misma institución, concluyendo<br />

que los resultados en cuanto a complicaciones,<br />

estancia hospitalaria, aumento de la supervivencia y<br />

ausencia de repetición del proceso y por tanto de reintervención<br />

fueron significativamente mejores en el<br />

grupo tratado mediante cirugía precoz.<br />

En nuestro medio, antes de recibir a los pacientes,<br />

se intentan los métodos del cierre directo sobre caté-<br />

Tratamiento quirúrgico de la mediastinitis en pacientes con estornotomía media: opciones y resultados<br />

Tabla II: complicaciones postquirúrgicas<br />

Complicación Nªº de casos Porcentaje<br />

Absceso 1 5,2 %<br />

Seroma 1 5,2 %<br />

Necrosis cutánea 3 15,7 %<br />

Hernia infraumbilical 1 5,2 %<br />

Fig. 1: Esternotomía complicada después del desbridamiento y antes<br />

de la disección del colgajo muscular.<br />

Fig. 2: Colgajo muscular de recto abdominal una vez levantado y<br />

antes de transponerlo en el lecho del defecto esternal.<br />

Fig. 3: Colgajo muscular de recto abdominal traspuesto alcanzando<br />

el manubrio esternal.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

17


18<br />

Valdés García, C., Legórburu Faus, M., Terrones Garzón, J.<br />

Fig. 4: Vista inferior del colgajo músculo-cutáneo de pectoral mayor<br />

donde se aprecia la fascia anterior del músculo recto abdominal en<br />

continuidad con el colgajo.<br />

teres de irrigación o cierre diferido después de un<br />

periodo de cambio de curas húmedas. Sólo aquellos<br />

casos en que se produce una nueva dehiscencia o el<br />

esternón no permite un cerclaje seguro, se derivan al<br />

Servicio de Cirugía. Plástica para intentar un nuevo<br />

cierre. Esto significa que los pacientes son tratados en<br />

condiciones extremas, perteneciendo todos los casos<br />

que hemos presentado menos uno, al tipo II de heridas<br />

de esternotomía infectada según la clasificación<br />

de Pairoleiro 9 , La infección se manifestó en las primeras<br />

semanas, con presencia de supuración mediastínica<br />

y frecuentemente con osteomielitis asociada.<br />

Solo un caso correspondió a una infección del tipo III,<br />

ya que fue recibido dos años después de la esternotomía<br />

original, y uno de los casos del tipo II paso al tipo<br />

III, siendo necesario reintervenir tres años después de<br />

la reconstrucción esternal.<br />

Como primer paso, de gran importancia para el<br />

éxito de la técnica, realizamos un nuevo desbridamiento<br />

de los bordes esternales y extraemos todo el<br />

material de cerclaje; seguidamente limpiamos el tejido<br />

de granulación y retiramos cualquier resto de tejido<br />

necrótico. Estas maniobras se realizan cuidadosamente<br />

para evitar lesionar las estructuras que recubren<br />

,ni exponer las anastomosis de los by-pass<br />

aorto-coronarios. En ningún caso de los tratados<br />

ocurrió esto.<br />

Los estudios clínicos y experimentales llevados a<br />

cabo por Mathes y col 10 han demostrado la capacidad<br />

del músculo para combatir las osteomielitis, por lo<br />

que este tipo de colgajo el que hemos utilizado para<br />

abordar esta patología.<br />

En todos los casos hemos recurrido a colgajos musculares<br />

de pectoral mayor y de recto abdominal; en<br />

ninguno hemos encontrado necesario recurrir al colgajo<br />

de epiplón, que aunque presenta bajas complicaciones,<br />

(solo un caso de absceso subfrénico y cinco<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

hernias en una serie de 19 pacientes tratados de esta<br />

manera por Pairoleiro 9) , hace necesario recurrir a una<br />

laparotomía, por lo que lo consideramos como un procedimiento<br />

de segunda elección. Hemos usado los<br />

colgajos musculares anteriormente mencionados y los<br />

criterios seguidos para la elección de uno u otro colgajos<br />

o su combinación fueron los siguientes:<br />

En el caso de que el defecto se produjese en los<br />

2/3 superiores del esternón recurrimos a colgajos de<br />

músculos pectorales mayores basados en su pedículo<br />

acromio-torácico e incluso volteados en el lado en<br />

el que la arteria mamaria interna estuviese intacta, si<br />

se precisaba rellenar la cavidad originada en el<br />

mediastino.<br />

En el caso de que el defecto se encontrase en la<br />

mitad inferior del esternón cubrimos el defecto con<br />

colgajo de músculo recto abdominal basado en la arteria<br />

epigástrica superior del lado en el que no se haya<br />

utilizado la arteria mamaria interna.<br />

En dos casos con dehiscencia completa y con necesidad<br />

de rellenar espacios tras el desbridamiento, se<br />

recurrió a la combinación de un colgajo de músculo<br />

pectoral y de uno de recto abdominal.<br />

En los cuatro casos tratados,en los que había ausencia<br />

de ambas arterias mamarias internas, utilizamos<br />

colgajos miocutáneos pectorales de avance bilaterales<br />

tal y como describe Hugo y col. 11<br />

Los criterios anteriormente mencionados fueron los<br />

originales. Con la experiencia adquirida en los casos<br />

presentados hemos podido observar una serie de<br />

hechos:<br />

El colgajo de músculo recto abdominal seccionado<br />

distalmente permite alcanzar hasta el manubrio esternal,<br />

lo que incrementa sus indicaciones. Como desventajas<br />

hay que mencionar su disección más laboriosa,<br />

la debilidad de la pared abdominal que se produce,<br />

con la posibilidad de formación de hernias sobretodo<br />

distalmente a la línea arcuata (un caso de hernia abdominal<br />

asintomática en nuestra serie) y el sufrimiento<br />

de la piel abdominal paraincisional del lado del que se<br />

utiliza el músculo (tres casos en nuestra serie). Esto<br />

último se debe a la separación de la fascia anterior del<br />

recto del colgajo dermograso del abdomen.<br />

<strong>No</strong> es necesario rellenar el espacio que presenta<br />

una esternotomía abierta; es un espacio virtual que<br />

desaparece en el momento en que se cierra adecuadamente<br />

la herida, con un drenaje en su interior durante<br />

un periodo de tiempo que en uno de los casos, fue de<br />

32 días.<br />

Los colgajos de avance musculocutáneos de pectoral<br />

mayor no necesitan ser desinsertados lateralmente<br />

para que se puedan suturar medialmente. Esto<br />

evita la deformidad que se originaría en el pliegue<br />

axilar anterior.


La ausencia total de esternón no supone alteraciones<br />

de la función mecánica del tórax, y con el tiempo,<br />

la fibrosis que se forma confiere una rigidez que<br />

simula la presencia de esternón.<br />

La reconstrucción con colgajos de avance musculocutáneos<br />

de pectoral mayor, tal como describe Hugo<br />

y col. 11 , es un método que presenta las siguientes ventajas:<br />

Disección sencilla y rápida; método versátil ya que<br />

permite abordar dehiscencias a cualquier nivel esternal;<br />

aplicable en cualquier caso, incluso con ausencia<br />

de ambas arterias mamarias internas; estéticamente<br />

aceptable ya que no añade cicatrices ni deforma el<br />

pliegue axilar; como inconveniente hay que destacar<br />

la formación de seromas en el espacio mediastínico<br />

anterior, lo que obliga a dejar drenajes aspirativos<br />

durante largos periodos de tiempo.<br />

Tratamiento quirúrgico de la mediastinitis en pacientes con estornotomía media: opciones y resultados<br />

Conclusiones<br />

Los colgajos musculares y musculocutáneos son a<br />

nuestro juicio, el método de elección en la reconstrucción<br />

de las mediastinitis postesternotomía.<br />

Las complicaciones de este método son la formación<br />

de abscesos y seromas, la inestabilidad esternal,<br />

las hernias infraumbilicales y las necrosis cutáneas<br />

abdominales.<br />

La técnica de reconstrucción con colgajos musculocutáneos<br />

de pectoral mayor se revela como una técnica<br />

sencilla, versátil y de gran eficacia.<br />

Dr. Carlos Valdés<br />

C/ Auntxetzeta 7-5º A<br />

48002 Bilbao. (Vizcaya). España<br />

Dirección del autor<br />

Bibliografía<br />

1. Sarr M.G., Gott V.L., Townsend T.R. “Mediastinal infection after<br />

cardiac surgery”. Ann. Thoracic Surg. 1984, 38: 415<br />

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J. “Infected median sternotomy wound. Successful treatment by<br />

muscle flaps”. Ann. Surg. 1980; 191: 738.<br />

3. Nahai F., Rand R.P., Hester R., Bostwick III J., Jurkiewicz M.J.,<br />

“Primary treatment of the infected sternotomy wound with muscle<br />

flaps: A review of 211 consecutive cases”. Plast. Reconstr. Surg.<br />

1989; 84: 434.<br />

4. Schumacker, H. B., Jr., Mendelbaum, I. “Continous antibiotic<br />

irrigation in the treatment of infection”. Arch. Surg. 1963; 68: 384.<br />

5. Lee, A. B., jr., Schimert, G., and Shatkin, S., et al. “Total excision<br />

of the sternum and thoracic pedicle transposition of the greater<br />

omentum”. Surgery 1976; 80:433.<br />

6. Julian O.C., López-Belio M., Dye W.S., et al. “The median sternal<br />

incisión in intracardiac surgery with extracorporeal circulation: a<br />

general evaluation of its use in heart surgery”. Surgery 1957 42:<br />

753.<br />

7. Sutherland R.D., Martínez H.E., Guynes W.A., et al. “Postoperative<br />

chest woun infections in patients requiring coronary by-pass:<br />

A controlled study evaluating prophylactic antibiotics”. J. Thora.<br />

Cardiovasc. Surg. 1977, 73: 944.<br />

8. Conrad Brandt, M.B,., and John M. Alvarez. “First-Line Treatment<br />

of Deep Sternal Infection by a Plastic Surgical Approach:<br />

Superior Results Compared with Conventional Cardiac Surgical<br />

Orthodoxy”. Plast. Reconstr. Surg. 2002 109: 22<strong>31</strong>.<br />

9. Pairoleiro PC, Amold PG, Harris JB. Long-term results of pectoralis<br />

major muscle transposition for infected stemotomy wounds.<br />

Ann. Surg: 1991, 213: 583.<br />

10. Mathes S.J., Alpert B.S. and Chang N. “Use of the muscle flaps<br />

in chronic osteomyelitis: Experimental and clinical correlations”.<br />

Plast. Reconstr. Surg. 1982 69: 815.<br />

11. Hugo N.E., Sultan M.R., Ascherman J.A., et al. Single-stage<br />

management of 74 consecutive sternal wound complications with<br />

pectoralis major myocutaneous advancement flaps. Plast. Reconstr.<br />

Surg.1994;93: 1433.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

19


20<br />

Valdés García, C., Legórburu Faus, M., Terrones Garzón, J.<br />

Comentario al trabajo «Tratamiento quirúrgico<br />

de la mediastinitis en pacientes con esternotomía<br />

media: opciones y resultados»<br />

En primer lugar deseo felicitar a los autores por su<br />

excelente trabajo y les animo a continuar su serie de<br />

pacientes. La Cirugía Plástica debe conquistar estos<br />

campos de patologías complejas para reafirmar su<br />

presencia insustituible en los hospitales públicos,<br />

sobre todo en estos días, en los que vemos como el<br />

cuerpo de doctrina de nuestra especialidad se desangra<br />

hacia las demás, estrechando inexorablemente<br />

nuestro campo de actuación.<br />

Deseo hacer algunos comentarios y puntualizaciones<br />

sobre la publicación, que detallo a continuación.<br />

1. Relaciones entre servicios<br />

El manejo inicial de los pacientes mediante desbridamientos<br />

económicos y lavados, que realiza el servicio<br />

de cirugía cardiaca, no se puede considerar actualmente<br />

el tratamiento adecuado, De esa manera se pueden<br />

resolver algunos casos de infección superficial o<br />

leve, pero difícilmente los que cursan con auténtica<br />

mediastinitis. Además prolonga la situación séptica<br />

del paciente, lo que contribuye a su deterioro general,<br />

nutricional, etc. llegando en muchos casos a fallo<br />

multiorgánico. Las infecciones de hueso esternal con<br />

o sin mediastinitis deben ser manejadas precozmente<br />

mediante desbridamiento amplio y mioplastia en un<br />

solo tiempo quirúrgico. Recomiendo a los autores<br />

mantener una estrecha relación con el servicio de<br />

cirugía cardiaca y convencerles mediante la experiencia<br />

propia y la amplísima bibliografía al respecto, de<br />

que este manejo es el mejor para sus pacientes. Tenemos<br />

una experiencia de más de 225 casos y fue una<br />

tarea ardua protocolizar el tratamiento precoz. Animo.<br />

2. El desbridamiento<br />

En nuestra experiencia el desbridamiento debe ser<br />

amplio y en los casos en que no es posible una osteosíntesis<br />

firma y segura debe practicarse una esternectomía<br />

completa incluyendo a veces la articulación<br />

esterno – clavicular, para evitar pseudoartrosis de<br />

esternón lo que produce chasquidos y dolor, y que<br />

hemos observado en algunos pacientes hasta años<br />

después de la cirugía.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

Dr. J. L. Martín del Yerro<br />

Cirujano Plástico. Práctica Privada<br />

Madrid. España<br />

3. El músculo Rectus Abdominis<br />

En nuestra opinión, cuando se utiliza el músculo<br />

rectos abdominis no se debe basar únicamente en la<br />

arteria Epigástrica superior rama terminal de la<br />

mamaria interna, sino que deben mantenerse las<br />

ramas terminales de la intercostales 7 y 8. Esto asegura<br />

su vascularización y permite utilizarlo incluso en<br />

casos en que la arteria mamaria interna haya sido<br />

usado para revascularización miocárdica o en casos<br />

de mediastinitis anterior grave, en que los vasos<br />

mamarios internos estén trombosados.<br />

Al mantener estas ramas intercostales el eje de<br />

rotación del colgajo es más caudal. Para compensar<br />

esto, recomendamos alargarlo seccionando el músculo<br />

muy cerca de su inserción púbica, lo que no añada<br />

ninguna morbilidad, si se preserva íntegramente en<br />

músculo Pyramidalis con su inserción en la línea alba.<br />

Las placas de necrosis cutánea abdominal no se<br />

deben como afirman los autores a la separación de la<br />

fascia de recto del colgajo dermograso, sino que son<br />

debidas a la incisión en la línea media abdominal para<br />

disección del .m rectus abdominis. Esto devasculariza<br />

la piel del colgajo cutáneo homolateral al recto escindido,<br />

ya que de él depende su irrigación a través de las<br />

perforantes parumbilicales. Por esta razón la incisión<br />

debe ser paramediana a unos 3 a 4 cm. De la línea<br />

media. Así el colgajo cutáneo medial mantiene la vascularización<br />

desde el lado contralateral (como una<br />

zona II de Hartrampf en el TRAM) y el lateral desde<br />

perforantes tenues y plexo subdérmico procedentes<br />

del oblicuo externo.<br />

Además la incisión cutánea no debe continuarse<br />

con la preesternal ya que esto contribuye a devascularizar<br />

más la zona y añade tensión en el cierre. Recomendamos<br />

mantener un puente cutáneo de unos 8 a<br />

15 cm y tunelizar el colgajo como si de un TRAM<br />

para reconstrucción mamaria se tratara.<br />

Por otra parte pensamos que la utilización del m.<br />

rectus abdominis debe restringirse a los casos de<br />

defectos inferiores muy amplios, ya que los demás de<br />

puede reconstruir utilizando únicamente los m. pectorales<br />

major. El colgajo de m. rectus abdominis aumen-


ta la morbilidad al añadir más cicatriz, debilidad a la<br />

pared abdominal y alteración de la mecánica ventilatoria<br />

y la eficacia de la tos, en pacientes con un estado<br />

basal deteriorado debido a su patología cardiaca, la<br />

sepsis y las intervenciones quirúrgicas recientes. En<br />

nuestra experiencia de los últimos 150 casos lo hemos<br />

utilizado en un solo paciente.<br />

4. El músculo Pectoralis major<br />

Utilizando únicamente los m. Pectoralis major se<br />

pueden reconstruir la gran mayoría de los defectos del<br />

mediastino anterior. Para aumentar la longitud del<br />

colgajo, aportar masa muscular adecuada, y rellenar<br />

los defectos más caudales, recomendamos desinsertar<br />

el tendón humeral del lado no dominante. En nuestra<br />

experiencia no produce déficit funcional apreciable y<br />

la pérdida del pliegue axilar anterior no ha constituido<br />

motivo de queja en ningún paciente. De cualquier<br />

forma se puede mantener este pliegue realizando la<br />

sección muscular más medial y preservando las fibras<br />

laterales que se insertan en la piel.<br />

5. Rellenar espacios muertos<br />

Discrepo cuando los autores afirman que no es<br />

necesario rellenar el espacio mediastínico. A mi juicio<br />

esta afirmación se basa probablemente en que la<br />

mayoría de los pacientes de la serie que presentan, no<br />

han tenido o ya no tienen mediastinitis en el momento<br />

en que son operados para la mioplastia (entre 15 y<br />

86 días, con media 36, después de la intervención cardíaca).<br />

Probablemente sólo presentaban osteomielitis<br />

esternal y contaminación del mediastino anterior, con<br />

el corazón y las pleuras selladas por fibrina o fibrosis<br />

(es el caso de la foto que presentan los autores). En<br />

nuestra experiencia operando los pacientes en fase<br />

aguda entre 5 y 10 días después de la cirugía cardiaca,<br />

al no estar sellado el mediastino anterior, el corazón<br />

está completamente expuesto y flotando un<br />

magma de pus (este no se infecta fácilmente ya que es<br />

un músculo), es necesario desbridar el pericardio,<br />

lavar el corazón y los puentes de revascularización y<br />

en ocasiones abrir las pleuras y lavar el espacio pleu-<br />

Tratamiento quirúrgico de la mediastinitis en pacientes con estornotomía media: opciones y resultados<br />

ral. Esto deja amplios espacios muertos que es necesario<br />

rellenar adecuadamente con tejido muscular de<br />

los colgajos, además de colocar drenajes en mediastino<br />

superior, anterior e inferior.<br />

6. Microbiología<br />

Los autores no hablan de los gérmenes causantes de<br />

la infección, lo que hace suponer que en todos los<br />

casos que presentan el germen era S. Aureus. La<br />

infección por S. Aureus suele, en la mayoría de los<br />

casos, afectar solamente al hueso esternal y al mediastino<br />

retroesternal, aunque por supuesto hay casos de<br />

auténtica mediastinitis. Sin embargo en nuestra experiencia<br />

el 8% de los pacientes ( en nuestro medio se<br />

realiza transplante y un alto porcentaje de cirugía de<br />

urgencia) presentaban infección por gramnegativos.<br />

Aquí el cuadro clínico es mucho más grave y con<br />

mayor repercusión general. El corazón está flotando<br />

en líquido seropurulento y debido a la alta tasa de<br />

condritis crónica que producen estos gérmenes se<br />

debe hacer un desbridamiento muy radical. En estos<br />

casos rellenar y sellar todo el espacio muerto y cubrir<br />

los órganos vitales, es obligado para resolver el cuadro<br />

clínico y proporcionar una reconstrucción estable<br />

y definitiva.<br />

Bibliografía<br />

1. Martín del Yerro, J.L., Rodríguez Vegas, J.M., García Martínez,<br />

A., Rodríguez Hernández J. E., Molina Ruiz, L.: “Tratamiento de<br />

las infecciones esternales post – esternotomía. De los métodos conservadores<br />

al tratamiento actual precoz en un único tiempo quirúrgico<br />

mediante colgajos musculares” Cirugía Plástica Iberamericana<br />

22: 343-352, 1996.<br />

2. Ringleman P.R., Van del Kolk C.A, Cameron D., Banmgartner<br />

W.A., Manson P.N.: “ Long – term results of flan reconstruction in<br />

median sternotomy wound infections” Plast. Reconstr. Surg. 93:<br />

1208-1214, 1994.<br />

3. Hugo, N. E., Sultan M.R., Ascherman J.A. Patsis M.C., Smith<br />

C.R., Rose E.A.: “Single- stage management of 74 consecutive<br />

sternal wound complications with pectoralis major myocutaeous<br />

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4. Conrad Brandt., M.B., B.S. and John M. Alvarez, F.R.A.C.S.<br />

First – line Treatment of Deep Sternal Infection by a Plastic Surgical<br />

Approach: Superior Results Compared with conventional Cardiac<br />

Surgical Orthodoxy. Plast. Reconstr. Sur. 109:22<strong>31</strong>; 2002.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

21


22<br />

Valdés García, C., Legórburu Faus, M., Terrones Garzón, J.<br />

A 1–A 2: Dehiscencia herida quirúrgica. Esternetomía media.<br />

A 3: Contenido mediastínico desvitalizado y osteomielitis esternal. A 4: Colección purulenta mediastínica. Resección parcial del esternón<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005


Tratamiento quirúrgico de la mediastinitis en pacientes con estornotomía media: opciones y resultados<br />

B1–B 2–B3 y B4: Postoperatorio tardía. Reconstrucción con colgajos pectorales bilateral y colgajo recto abdominal con isla vertical.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

23


24<br />

Valdés García, C., Legórburu Faus, M., Terrones Garzón, J.<br />

Respuesta al comentario del Dr. Martín del Yerro<br />

Con respecto al primer punto cabe decir que estamos<br />

de acuerdo en que hoy en día no existen dudas<br />

con respecto al método idóneo de tratamiento de las<br />

mediastinitis postesternotomía, pero en el momento al<br />

que hacemos referencia fue cuando se estableció una<br />

relación de colaboración entre los Servicios, la cual<br />

estaba encaminada a unificar criterios y a abolir antiguas<br />

formas de trabajo. Sorprendentemente esta relación<br />

se cortó y desde hace cinco años sólo hemos<br />

visto tres nuevos casos de mediastinitis. Discutidas<br />

las posibles causas de esta nueva situación con los<br />

miembros del Servicio de Cirugía Cardiaca nos aportan<br />

sus cifras que revelan que desde el 1 de enero de<br />

2000 hasta el <strong>31</strong> de diciembre de 2004 se han realizado<br />

en su Servicio 1219 intervenciones con abordaje a<br />

través de esternotomía media, de las cuales nueve presentaron<br />

mediastinitis reoperadas con dos exitus, cuatro<br />

dehiscencias esternales que solucionaron con un<br />

nuevo cerclaje y 12 dehiscencias esternales que respondieron<br />

a medidas conservadoras (utilización de<br />

faja). Ellos argumentan como posible causa de esta<br />

nueva situación el hecho de variar la técnica de esqueletización<br />

de las mamarias, lo cual es un hecho descrito<br />

por Gurevitch y col, donde consiguen cifras de<br />

infección esternal de 1,8%( 1 ).<br />

El segundo punto acerca del desbridamiento es<br />

obvio y el más importante para el éxito de la técnica.<br />

En ningún caso precisamos osteosíntesis esternal<br />

puesto que en la mayoría de los casos fue necesario<br />

desbridarlos en su totalidad y, como comentamos, la<br />

mecánica ventilatoria no se vio alterada ya que la<br />

reconstrucción ofrecía suficiente rigidez para darle<br />

estabilidad, con esto hago referencia a los casos tratados<br />

por nosotros, que como tú bien has puntualizado<br />

son casos previamente tratados tanto quirúrgica como<br />

conservadoramente y remitidos en fase no aguda).<br />

Considero interesantes los detalles técnicos que<br />

aportas de la técnica de transposición del músculo<br />

recto abdominal, orientados e evitar la complicación<br />

de la placas de necrosis paraincisionales, pero como<br />

tu señalas, es un recurso que por otros motivos, hemos<br />

dejado en reserva a favor de la utilización del colgajo<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

Dr. C. Valdés García<br />

músculo-cutáneo de pectoral mayor, que en nuestra<br />

muy humilde experiencia resuelve la mayoría de los<br />

casos tratados (casos en fase no aguda) de una forma<br />

sencilla y segura.<br />

En lo que se refiere a la necesidad o no de rellenar<br />

espacios, sigo insistiendo; en los casos tratados por<br />

nosotros, no hemos tenido esa necesidad, lo cual está<br />

en la línea de la experiencia de Hugo y col e incluso en<br />

la de Conrad Brandt, al cual haces también referencia,<br />

quien asocia un colgajo de epiplon con objeto de limitar<br />

la formación de seromas a diferencia de Hugo que<br />

deja un drenaje durante largo tiempo e incluso asume<br />

la posibilidad de drenaje percutáneo (en su serie de 74<br />

pacientes tuvo 18 casos de seroma que se trataron de<br />

forma conservadora). <strong>No</strong>sotros pensamos que el drenaje<br />

a través de un tubo no percutáneo, no es un precio<br />

muy elevado si te evitas el abordaje del colgajo de<br />

epiplon en este tipo de paciente.<br />

La información microbiológica de los pacientes fue<br />

recogida y en todos ellos aparecieron a bacilos grampositivos<br />

(en 7 se aislaron Estafilococos Aureus, en 11<br />

se aislaron Estafilococos Epidermidis y en un caso se<br />

aisló Estreptococos Sanguis), pero cuando todos llegan<br />

a nuestro Servicio, han sido tratados previamente<br />

por el Servicio de Cirugía Cardiaca en colaboración<br />

con el Servicio de Medicina Infecciosa, con pautas<br />

antibióticas guiadas por el antibiograma, por lo cual<br />

no modificamos nuestra indicación quirúrgica por el<br />

hecho de que fuese uno u otro germen.<br />

En definitiva, el mensaje que queremos transmitir,<br />

es que existe una técnica sencilla, rápida, fiable y de<br />

una gran versatilidad basada en la experiencia publicada<br />

por Hugo y col con la que se consiguen resultados<br />

similares realizada por otro cirujano y esto lo<br />

hemos comprobado con nuestra propia experiencia.<br />

Saludos cordiales y gracias por los comentarios.<br />

Bibliografía<br />

1. Gurevitch J, Kramer A, Locker C, Shapira I, Paz Y, Matsa M,<br />

Mohr R. Technical aspects of double-skeletonized internal mammary<br />

artery grafting. Ann Thorac Surg. 2000 Mar;69(3):841-6.


CIRUGÍA PLÁSTICA IBERO-LATINOAMERICANA<br />

Cir. Plást. Iberlatinamer. - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1<br />

Enero - Febrero - Marzo 2005 / Pag. 25-32<br />

Infiltración grasa en pérdidas de<br />

sustancia traumáticas<br />

Fat infiltration in traumatic losses of substance<br />

Cervilla Lozano, J. M.*<br />

Con este trabajo lo que pretendemos es aportar una<br />

aplicación más de la técnica de Coleman, en este caso<br />

encaminada al relleno de pérdidas de sustancia como<br />

consecuencia de traumatismos e infecciones. El trabajo<br />

consta de 9 casos realizados en los últimos cuatro<br />

años en pacientes jóvenes comprendidos entre 15<br />

y 42 años, de los cuales aportamos documentación<br />

gráfica de 4 de ellos. La mayoría fueron realizados en<br />

extremidades inferiores. Resultado de todo ello es<br />

una técnica adecuada aplicable sobre todo a la pérdida<br />

de tejido celular subcutáneo, y que puede ser considerada<br />

como técnica elección en muchos de estos<br />

casos por su simplicidad, baja morbilidad en el sitio<br />

donante y buena relación costo – beneficio.<br />

Palabras clave Pérdidas de sustancia, infiltración de<br />

grasa<br />

Código numérico 15841<br />

* Cirujano Plástico<br />

Práctica Privada. Clínica Infanta Luisa. Sevilla (España).<br />

Resumen Abstract<br />

With this work we would like to aport one more<br />

application of Coleman’s technique: the ladfill of losses<br />

of substance as a consequence of traumatism and<br />

infections. We present 9 cases operated on in the last<br />

four years: young patients between 15 and 42 years<br />

and graphical documentation of 4 of these cases.<br />

Most of them were in low extremities. From all this<br />

experience, we develope a suitable applicable technique<br />

especially to the cellular loss of subcutaneous tissues<br />

and an elective technique in many cases for his<br />

simplicity, low morbidity in the donor site and good<br />

relation cost- benefit.<br />

Key words Cellular loss, Fat infiltration<br />

Código numérico 15841<br />

Cervilla Lozano, J. M.


26<br />

Cervilla Lozano, J. M.<br />

Introducción<br />

La infiltración de grasa para reparación de pérdidas<br />

de sustancia es una técnica antigua que se inició con<br />

Neuber(1) en1893 con la transferencia de pequeñas<br />

piezas de tejido graso del brazo de una paciente para<br />

reparar un área deprimida en la cara por una osteitis<br />

tuberculosa. Posteriormente Czerny (2)en 1895 utilizó<br />

un lipoma extraído de una misma paciente para<br />

rellenar una pérdida de volumen tras la extracción de<br />

un tumor benigno en la mama. Después de estos se<br />

sucedieron otros muchos autores con resultados muy<br />

dispares, llegándose incluso a formar dos escuelas de<br />

pensamiento sobre el trasplante graso una conocida<br />

como la teoría del “ reemplazamiento adipocítico” y<br />

la otra como “ la teoría de la supervivencia” Peer(3).<br />

Actualmente se sabe que los adipocitos sí pueden<br />

sobrevivir tras el trasplante “teoría de la supervivencia”<br />

y que lo que determina esto es el resultado de una<br />

neovascularización capilar lo mas rápida posible<br />

Bright,Thacker and brunner (4).<br />

Material y Métodos<br />

Los pacientes en los que se ha realizado infiltración<br />

grasa mediante técnica de Coleman (5) para la reparación<br />

de pérdidas de sustancia han sido un total de<br />

nueve con edades comprendidas entre los 14 a 42<br />

años correspondiendo las zonas tratadas en su mayoría<br />

a extremidades inferiores y una en la zona frontal.<br />

La causa de estas lesiones ha sido en ocho casos,<br />

accidentes de tráfico por reabsorción de un hematoma<br />

y en un caso, infección secundaria a procedimientos<br />

invasivos ( inyecciones intramusculares).<br />

Para la infiltración en extremidades inferiores<br />

hemos utilizado una cánula de diseño diferente, cortante<br />

y biselada de 2 mm de diámetro y 15 cm de longitud<br />

con el fin de infiltrar en las zonas cicatriciales.<br />

En la zona frontal hemos utilizado una cánula estandar<br />

tipo III de Coleman de 7 y 9 cm (Fig. 1) . La zona<br />

de toma injerto ha sido la zona abdominal en todos los<br />

casos. La anestesia empleada ha sido la epidural en<br />

extremidades inferiores y la anestesia local en el caso<br />

de infiltración de la zona frontal.<br />

En los casos presentados la infiltración de grasa se<br />

realizó en una sola sesión. La sobrecorrección no fue<br />

superior al 10 por ciento. La infiltración tuvo lugar en<br />

todos los planos: celular subcutáneo fascial y muscular.<br />

Las cantidades infiltradas oscilaron de 25 ml en la<br />

zona frontal hasta 350 ml en extremidades inferiores<br />

En todos los casos se acompañó de antibioterapia<br />

intraoperatoria Monocid 2 gr y también en el postoperatorio<br />

así como tratamiento con antiinflamatorios<br />

enzimáticos .En el caso de la infiltración en extremi-<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

dades inferiores se acompañó de presoterapia durante<br />

3 semanas.<br />

Resultados<br />

Los resultados en conjunto son bastante satisfactorios<br />

consiguiéndose un relleno de la zona de casi el<br />

100 por 100 en una sola sesión (Fig. 2-12). Curiosamente<br />

se ha observado en los casos que se acompañaban<br />

de cicatrices importantes una mejora de las<br />

mismas a partir de los 3 a 6 meses de evolución, sin<br />

bien ésto no es del todo objetivable ya que sabemos<br />

que la cicatrices mejoran con el tiempo (Fig. 2-8).<br />

Los resultados fueron estables en todos los casos,<br />

muchos de estos pacientes han sido revisados durante<br />

más de dos años por razones de otra índole en<br />

relación con los accidentes sufridos, sin que se<br />

hayan observado pérdidas importantes de volumen.<br />

Las complicaciones han sido mínimas; no hemos<br />

tenido infecciones; sí ha habido algunos hematomas<br />

de reabsorción rápida, aproximadamente unos quince<br />

días tras la cirugía. Tampoco se ha observado<br />

morbilidad en la zona donante, ni defectos estéticos<br />

mayores de los que puede ocasionar una simple liposucción<br />

Fig 1. Cánula disectora B-12 de 15 cm para la infiltración en zonas<br />

cicatriciales de extremidades inferiores. Cánula estándar tipo III de 9<br />

cm Coleman para infiltración facial.


Fig. 2, 3: Caso N° 1 . Paciente de 14 años de edad, pérdida sustancia supramaleolar interna, preoperatorio.<br />

Discusión<br />

Para la corrección de pérdidas de sustancia de este<br />

tipo se han empleado sistemáticamente:<br />

– Colgajos de proximidad y colgajos libres. Injertos<br />

dermograsos. Productos aloplásticos. Infiltración<br />

de grasa.<br />

Si pasamos a comparar las ventajas e inconvenientes<br />

de cada una de estas técnicas podremos obtener<br />

algunas conclusiones válidas. Para ello pensamos que<br />

debemos tener en cuenta unos puntos, esenciales:<br />

– Morbilidad del sitio donante. Durabilidad del<br />

injerto trasplantado. Posibles complicaciones.<br />

Relación costo y efectividad.<br />

Respecto a los colgajos de proximidad o libres es<br />

evidente que un colgajo autólogo produce mayor<br />

defecto estético funcional mientras mayor sea el<br />

mismo, tanto si son colgajos musculares, dermograsos<br />

o fasciales, si bien, con los colgajos libres se ha<br />

disminuído la morbilidad por poder disponer de la<br />

toma del mismo en zonas donde el daño se minimiza.<br />

Infiltración grasa en pérdidas de sustancia traumáticas<br />

La gran ventaja de los colgajos es su estabilidad, se<br />

puede decir que concluído el acto operatorio, si éste<br />

es satisfactorio, los cambios de volumen son muy<br />

pequeños y el efecto es permanente. Entre las complicaciones<br />

de la técnica de transferencia de colgajos la<br />

más importante es la necrosis del mismo, que será<br />

mayor cuanto mayor sea el colgajo transferido, la distancia<br />

de la transferencia en los pediculados y cuanto<br />

mayor compromiso vascular sufra el pedículo (6). El<br />

fallo en la transferencia se incrementa en los colgajos<br />

libres donde el riesgo en función de las distintas series<br />

oscila entre el 2-5% (7).<br />

La relación costo / efectividad en los colgajos pediculados<br />

obedece a que en muchos casos si son colgajos<br />

de proximidad la técnica irá seguida de más de un<br />

tiempo quirúrgico con su posterior hospitalización,<br />

etc. Este problema no lo presentan los libres, aunque<br />

por el contrario suponen intervenciones mucho más<br />

largas, caras y complicadas, que requieren un equipo<br />

habituado con estas técnicas quirúrgicas y permanentemente<br />

localizado, para llevar un seguimiento estrecho<br />

durante las primeras 48-72 horas por si hubiese<br />

que reintervenir (8).<br />

Respecto a los injertos dermograsos, la morbilidad<br />

del sitio donante es menor que con los colgajos de<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

27


28<br />

Cervilla Lozano, J. M.<br />

Fig 4, 5: Caso 1. Postoperatorio a los 18 meses Infiltración de 100 ml de grasa Observese la mejoría en el aspecto de la piel.<br />

Fig. 6, 7: Caso N° 2. Paciente de 18 años. Pérdida de sustancia zona lateral muslo derecho. Preoperatorio.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005


Infiltración grasa en pérdidas de sustancia traumáticas<br />

Fig. 8, 9: Caso Nº2: Postoperatorio a los 15 meses. Infiltración de 275 ml. de grasa. Obsérvese la mejoría en el aspecto de la piel.<br />

Fig. 10: Caso 3 Paciente de 21 años , perdida de sustancia frontal.<br />

Preoperatorio.<br />

Fig. 11: Caso 3:. Postoperatorio a los 6 meses. Infiltración de 25 ml.<br />

de grasa.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

29


30<br />

Cervilla Lozano, J. M.<br />

Fig. 12: Caso 4: Paciente de 42 años, pérdida de sustancia en nalga.<br />

Preoperatorio.<br />

transferencia y libres ya que el tejido puede ser recogido<br />

de zonas en las que apenas tiene incidencia funcional<br />

o estética. Las localizaciones más habituales<br />

son las suprapúbica, subilíaca, pliegue glúteo, etc.<br />

Respecto a la supervivencia y durabilidad de los mismos,<br />

se sabe que la pérdida de volumen al año de la<br />

transferencia es del 50 al 60% por lo que se recomienda<br />

la sobre corrección (9).<br />

Las complicaciones en la zona donante son mínimas<br />

con algún defecto estético debido tan sólo a una mala<br />

cicatrización. Sí son más frecuentes los hematomas y<br />

sobre todo la infección en la zona receptora, motivo por<br />

el cuál hay que extremar las precauciones en la asepsia<br />

ya que las infecciones son el motivo más frecuente de<br />

complicación en los injerto dermograsos al ser un tejido<br />

totalmente desvascularizado. El riesgo, costo y efectividad<br />

es proporcionado, si bien la reabsorción del<br />

injerto dermograso es poco predecible.<br />

Los materiales aloplásticos son en teoría una solución<br />

ideal para la reparación de perdidas de sustancia,<br />

ya que estos materiales ajenos al organismo, no implican<br />

morbilidad en el área donante, la durabilidad es<br />

poco menos que ilimitada ya que no son tejidos biológicos<br />

y las técnicas de aplicación son sencillas con<br />

pocas complicaciones; Pero es sabido por todos que el<br />

problema de éstos materiales reside en la biocompati-<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

Fig. 13: Caso 4: Postoperatorio a los 6 meses. Infiltración de 200 ml.<br />

de grasa.<br />

bilidad ya que toda sustancia ajena al organismo éste la<br />

reconoce como un cuerpo extraño y por lo tanto actúa<br />

en consecuencia. Los problemas de intolerancia pueden<br />

aparecer a corto medio o largo plazo, bien por<br />

migración del material, exposición del mismo, extrusión,<br />

infecciones o modificaciones en su composición<br />

a lo largo del tiempo. Se han probado infinidad de<br />

materiales a este efecto y actualmente no existe ninguno<br />

que, avalado por la experiencia, haya demostrado<br />

una verdadera eficacia a medio plazo. <strong>No</strong> es el objeto<br />

de este trabajo entrar en la descripción de cada uno de<br />

estos materiales recogiendo sus ventajas e inconvenientes,<br />

pero es oportuno señalar que incluso los materiales<br />

más recientes tales como son los pertenecientes a<br />

la familia de las polialquilimidas presentan problemas<br />

de intolerancia y de estabilidad- resistencia a largo<br />

plazo, que si bien están siendo mejorados, aún no existe<br />

la suficiente experiencia para determinar si realmente<br />

estos problemas han sido solucionados. <strong>No</strong> obstante<br />

las investigaciones sobre nuevos materiales biocompatibles<br />

no cesan, ya que reportan importantísimos beneficios<br />

económicos a las industrias que los desarrollan<br />

de forma que en un futuro tal vez se lleguen a desarrollar<br />

materiales realmente eficaces.<br />

Frente a ellos el injerto graso libre según la técnica<br />

de Coleman presenta una morbilidad mínima siendo


posible obtener grandes cantidades de grasa sin aparición<br />

de problemas funcionales o estéticos. Es una técnica<br />

sencilla, con complicaciones mínimas y con una<br />

estabilidad-durabilidad probada si se realiza la técnica<br />

correctamente.<br />

Conclusiones<br />

La infiltración grasa mediante técnica de Coleman<br />

para la corrección de defectos producidos por pérdidas<br />

de tejidos, principalmente dermocutáneos, es una<br />

técnica con poca morbilidad, pocas complicaciones y<br />

una relación costo / efectividad más que aceptable en<br />

relación a las otras alternativas. Sin pretender ser una<br />

técnica de elección para todos los casos, pensamos<br />

que puede aportar soluciones sencillas y con magníficos<br />

resultados estéticos y funcionales en muchos de<br />

ellos.<br />

Tras el desarrollo y la evolución de esta técnica en<br />

los últimos siete años se puede decir que algo ha cambiado<br />

en la transferencia libre de grasa. Quizás sean<br />

injustas a la luz de los hechos, las frases con las que<br />

concluía el capítulo del Mc.Carthy sobre la infiltración<br />

grasa donde señalaba que” la inyección de grasa<br />

por estar determinada por múltiples variables sólo<br />

debía ser considerada como una técnica experimental<br />

con resultados impredecibles” (10).<br />

Infiltración grasa en pérdidas de sustancia traumáticas<br />

Dr. Juan Manuel Cervilla Lozano<br />

Clínica CEMAR<br />

Avda de Cadiz 29<br />

41004 Sevilla. España<br />

Dirección del autor<br />

Bibliografía<br />

1. Neuber F. Fttransplantation. Chirurg Kongr. Verhandl Deustch Ges<br />

Chir 1893; 22:66<br />

2. Czerny M. Plastischen Ersatz der Bruterlruse durch ein lipom .Verhandl<br />

Deustch Ges Chir 1895 ;12:23.<br />

3. Peer LA. Transplantation of Fat. .McCarthy Reconstructive Plastic<br />

Surgery 2 nd Ed.Vol I .Philadelphia W.B Saunders 1977. Pg.251.<br />

4. Bright RM. Thacker HL and Brunner RD. Fate of autologus fat<br />

of Autogenus fat implant in the frontal sinus of cats. Am.j.Vet.Res.<br />

1983; 4:22<br />

5. Sydney R.Coleman, MD. “Facial Reconstouring with Lipoestructure”.<br />

Clinics in Plastic Surgery. April 1997; Vol 24 N° 2.Pg115<br />

6. Rollin K. Daniel. Principles and Physiology of skin flap Surgery.<br />

Blood Supply. McCarthy Reconstructive plastic Surgery Ed Vol I<br />

.Philadelphia. W.b Saunders 1990. Pg 277.<br />

7. Willian W Shaw. Microvascular free flaps. Clinics in plastic Surgery.<br />

Jan 1983. Vol 10 n° 1 .Pg 36.<br />

8. Douglas H. Harrison. Methods of assessing the viability of free<br />

flap transfer during the postoperative period. Clinics in plastic Surgery<br />

Jan 1983 Vol. 10 n|° 01. Pg 58 .<br />

9. Peer LA. Loss of weight and volume in human fat grafts .Plastic in<br />

reconstructive Surgery 1950. Pg: 217.<br />

10. Chiu DT. Repair and Grafting of Dermis, fat and fascia Mc.Carthy<br />

Reconstructive Plastic Surgery Vol. I Ed.Philadelphia WB Saunders<br />

1990. Pg 522.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

<strong>31</strong>


32<br />

Cervilla Lozano, J. M.<br />

Comentario al trabajo «Infiltración grasa en<br />

pérdidas de sustancia traumáticas»<br />

Me parece muy interesante la aportación que hace<br />

el dr. Cervilla con su casuística a largo plazo de infiltración<br />

grasa en pérdidas de sustancia traumáticas.<br />

Recordemos que, por término medio, la posible<br />

reabsorción del material graso infiltrado ronda los seis<br />

meses, por lo que dos años, que son los resultados que<br />

presenta, es tiempo suficiente para la valoración de la<br />

reabsorción, que en su experiencia ha sido prácticamente<br />

nula, teniendo en cuenta que no ha realizado<br />

sobrecorrección mayor del 10%.<br />

En su trabajo el Dr. Cervilla comenta que la supervivencia<br />

del injerto graso es debida a la neovascularización<br />

capilar; pero me gustaría hacer hincapié en la<br />

mejora que hemos tenido de la supervivencia del<br />

injerto, que pienso es la clave del éxito de la técnica<br />

de Coleman. (1).<br />

Si repasamos la bibliografía veremos como en 1950<br />

Peer (2) reporta una reabsorción del tejido graso autólogo<br />

injertado cercana al 50 %. Matsudo y Toledo (3)<br />

observaron un 20-50% de reabsorción en sus injertos<br />

grasos, por lo que intentaban sobrecorregir el defecto<br />

en un 35 % del volumen.<br />

Creo que las claves de que hoy en día estemos obteniendo<br />

un índice de supervivenci (90-100%) de los<br />

injertos grasos son varias y muy importantes de respectar:<br />

1. Mantener la distancia mínima de 1,5 mm. entre<br />

los filamentos de grasa inyectados, que no deberán<br />

ser mayores de 3 mm de diámetro. Estas dos<br />

premisas son fundamentales para la facilitación<br />

Respuesta al comentario del Dr. J. Planas Ribó<br />

Agradezco al Dr. Planas el comentario a mi trabajo y<br />

estoy totalmente de acuerdo con las matizaciones que<br />

precisa. Tan sólo me gustaría añadir una apreciación fruto<br />

de la experiencia y que yo considero vital para la supervivencia<br />

del injerto en su extracción:. Aspirar la grasa<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

Dr. J. Planas Ribó<br />

Cirujano Plástico. Clínica Planas.<br />

Barcelona (España)<br />

de la neovascularización capilar que dará viabilidad<br />

al injerto, según los estudios de Carpaneda<br />

(4).<br />

2. Intentar implantar la grasa por planos, pero<br />

sobretodo en el plano intramuscular, como aboga<br />

Guerrerosantos (5).<br />

3. Prestar especial atención al trato de la grasa<br />

desde su extracción a su implantación según el<br />

método de Coleman. La extracción con jeringa al<br />

vacío, la centrifugación y la posterior selección<br />

del estrato de grasa, despreciando el resto de fluidos,<br />

son pasos importantes para no inyectar después<br />

material sin posibilidades de supervivencia.<br />

Estoy totalmente de acuerdo con la observación<br />

que realiza el Dr. Cervilla con respecto a la mejora del<br />

aspecto de las cicatrices. En todos los casos que he<br />

realizado de injerto graso en zona cicatricial he observado<br />

la misma circunstancia, atribuyéndolo a la mejora<br />

en la firmeza de la piel en dicha zona.<br />

Introducción<br />

1. Coleman S.R. Long – terma Survival of Fat transplants: Controlled<br />

Demonstrations. Aesth. Plast. Sug. 19:421, 1995<br />

2. Peer L.A. Loss of weight and volumen in human fat grafts. Plast.<br />

Reconstruc. Surg. 5:217; 1950<br />

3. Matsudo P.K. and Toledo L.S. “Experience of Injeced Fat Grafting.<br />

Aesth. Plast. Surg. 12:35; 1988<br />

4. Carpaneda C. Percentage of Graft viability versus injected volume<br />

in Adipose Autotransplants. Aesth. Plast. Surg. 18:17, 1994.<br />

5. Guerrerosantos, J. Long – term Survival of Free fat Grafts in Muscle.<br />

Aesth. Plast. Surg. 20:403; 1996.<br />

Dr. J. M. Cervilla Lozano<br />

mediante jeringuilla a la mínima presión negativa posible,<br />

siendo esto más importante cuanto mayor sea la edad<br />

de la paciente ya que la fragilidad celular aumenta. La<br />

grasa así extraída permitirá obtener un injerto de mayor<br />

calidad que nos asegura, a largo plazo, su supervivencia.


CIRUGÍA PLÁSTICA IBERO-LATINOAMERICANA<br />

Cir. Plást. Iberlatinamer. - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1<br />

Enero - Febrero - Marzo 2005 / Pag. 33-46<br />

Villegas Alzate, F.*<br />

Osteometía deslizante<br />

del mentón<br />

Sliding genioplasty: excellent results<br />

in aesthetic facial surgery<br />

La osteotomía deslizante del mentón es una operación de<br />

gran utilidad, que permite resolver problemas del balance<br />

estético facial, y se utiliza no sólo en las deficiencias del<br />

tamaño o simetría del mentón, sino como complemento a<br />

otras cirugías de la cara.<br />

Se hace una descripción de la técnica operatoria en donde<br />

se destaca la simplificación y sistematización de los pasos a<br />

seguir. Y se presentan casos representativos que demuestran<br />

la utilidad de la cirugía.<br />

La osteotomía deslizante del mentón es la piedra angular<br />

en el tratamiento de trastornos del esqueleto facial y tiene<br />

gran utilidad como complemento de la cirugía ortognática. Se<br />

describe también su utilidad en el manejo del perfil, acompañando<br />

a la rinoplastia estética. En la cirugía de rejuvenecimiento<br />

del cuello puede jugar también un papel importante, lo<br />

mismo que en la corrección de los estigmas del síndrome de<br />

Down, de las secuelas de traumatismos y en el crecimiento<br />

facial asimétrico.<br />

Con la simplificación y sistematización de la técnica de<br />

mentoplastia deslizante se dispone de un elemento terapéutico<br />

muy útil para todo cirujano plástico. Se recomienda tener<br />

en cuenta esta técnica, y sensibilizarse no sólo también con la<br />

gran variedad de indicaciones posibles que presenta, lo que se<br />

verá reflejado en buenos resultados de manera consistente.<br />

Palabras clave Osteotomía del mentón, aumento del<br />

mentón, genioplastia<br />

Código numérico 2552<br />

* Cirujano Plástico<br />

Hospital Tomás Uribe Uribe. Clínica de Occidente. Tuluá, Valle. Colombia.<br />

Villegas Alzate, F.<br />

Resumen Abstract<br />

Sliding genioplasty is a very useful surgery to solve aesthetic<br />

problems of the facial skeleton. It is used not only in the<br />

treatment of chin deficiencies or asymmetries, but also as a<br />

complement to other facial aesthetic surgeries.<br />

This article is a description of the surgical technique, with<br />

emphasis on simplicity and systematization of operative<br />

steps. Representative cases demonstrating surgery usefulness<br />

are illustrated.<br />

Chin osteotomy is the corner stone of facial skeleton surgery,<br />

and it is a natural complement in orthognatic surgery. Its<br />

benefits as accompanying procedure in rhinoplasty, and rythidectomy<br />

are described.<br />

Down’s syndrome stigmata, growth defects by excess,<br />

deficiency or asymmetry as well as traumatic defects, can also<br />

be corrected with this versatile procedure.<br />

Simplification and systematization of sliding genioplasty<br />

offer to plastic surgeons a powerful tool. Recommendation<br />

for plastic surgeons to place chin osteotomy in a high rank<br />

into their surgical armamentarium is encouraged. Plastic surgeons<br />

sensibilization to technical aspects as well as the wide<br />

variety of indications can be reflected in good results consistently.<br />

Key words Chin osteotomy, Chin augmentation,<br />

Genioplasty<br />

Código numérico 2552


34<br />

Villegas Alzate, F.<br />

Introducción<br />

“This is one operation that all plastic surgeons<br />

should be able to perform”<br />

S. Anthony Wolfe. (1)<br />

“<strong>No</strong> other facial procedure yields so much for so<br />

little and with so minimal risk”<br />

Scott L. Spear. (2)<br />

Aunque todo cirujano plástico reconoce con facilidad<br />

los problemas de disarmonía mentoniana, muy<br />

pocos eligen su tratamiento mediante osteotomía, por<br />

considerarla una técnicamente difícil, del ámbito<br />

reconstructivo, o simplemente porque no han recibido<br />

el entrenamiento adecuado, y no se han sensibilizado<br />

con la técnica y sus resultados. (1)<br />

Desde su primera descripción en 1942, la mentoplastia<br />

por osteotomía deslizante de la sínfisis mentoniana<br />

se ha desarrollado rápidamente y ha llegado a<br />

jugar un papel de extrema importancia en Cirugía<br />

Estética y Reconstructiva, ofreciendo resultados excelentes<br />

para un procedimiento con pocas complicaciones.<br />

(2)<br />

Los implantes de mentón, usados con mayor frecuencia<br />

que la osteotomía, distan mucho de ser el procedimiento<br />

ideal, simple y sin complicaciones. Por<br />

otro lado, la osteotomía deslizante corrige no solamente<br />

la deficiencia mentoniana, sino que además, ha<br />

sido empleada para solucionar trastornos variados de<br />

exceso o defecto, verticales, sagitales y asimétricos,<br />

congénitos o adquirido, ofreciendo opciones terapéuticas<br />

para deformidades que varían fácilmente de la<br />

reconstructiva a la estética. (3-6).<br />

Las complicaciones agudas y tardías de la osteotomía<br />

del mentón son muy pocas, en especial al compararlas<br />

con las de los implantes. Pocas cirugías pueden<br />

ofrecer cambios tan poderosos en la armonía facial<br />

con tan baja morbilidad, lo que la hace insuperable<br />

como herramienta terapéutica, siendo complemento<br />

magnificador de resultados en otras cirugías estéticas<br />

de la cara. (7-9)<br />

Esta es la descripción de la experiencia con la osteotomía<br />

deslizante del mentón en el tratamiento de<br />

problemas variados del balance facial, desde la práctica<br />

diaria, efectuada de manera simplificada, por<br />

abordaje intraoral y fijación con alambre quirúrgico.<br />

En la mayoría de casos se usó como complemento<br />

de otras cirugías estéticas de la cara, incrementando<br />

sus resultados.<br />

Material y Método<br />

Haciendo uso de historias clínicas y archivos fotográficos,<br />

se recopilaron datos de 42 pacientes opera-<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

dos en la práctica personal del autor, desde Marzo de<br />

1995, hasta Junio de 2001. Fueron excluidos los<br />

pacientes a los que se les realizó aumento del mentón<br />

con materiales aloplásticos o técnica quirúrgica diferente<br />

a la mencionada en esta descripción.<br />

Una vez detectada la deficiencia del mentón<br />

mediante examen físico, se cuantificó el déficit por<br />

medios gráficos, utilizando los trazos de la perpendicular<br />

al plano de Frankfort pasando por los tejidos<br />

blandos del nasion. (Meridiano cero de González-<br />

Ulloa).<br />

El plano de Frankfort se trazó en la fotografía lateral,<br />

como una línea que cruza el punto más superior<br />

del conducto auditivo externo y la proyección más<br />

inferior del reborde orbitario en los tejidos blandos.<br />

La medición en milímetros se efectuó desde la parte<br />

más prominente del mentón al punto más cercano a la<br />

perpendicular. (Fig 1)<br />

Típicamente los casos descritos presentaban mediciones<br />

negativas que variaron hasta menos 26mm.,<br />

con excepción de 5 casos en los que las mediciones<br />

fueron positivas, variando hasta +8mm; en estos últimos<br />

pacientes la indicación de movimiento mentoniano<br />

fue diferente al avance y su finalidad era la corrección<br />

de problemas de simetría. (Fig. 2)<br />

Se detectaron discrepancias en las alturas faciales,<br />

por medio del estudio convencional de los tercios<br />

faciales; los trastornos de simetría se evaluaron con la<br />

ayuda de una línea media vertical, perpendicular a la<br />

horizontal, que va de canto externo a canto externo<br />

ocular trazada en la fotografía frontal. (Fig. 3, 4, 5)<br />

Se destacaron los casos de incompetencia labial y<br />

se evaluó la posición de los labios con relación a una<br />

línea trazada de la punta nasal al sitio más prominente<br />

del mentón (E, Riketts), en la que el punto más<br />

anterior de los labios se debe encontrar por detrás de<br />

la línea E, un poco más adelante el labio inferior que<br />

el superior, 2mm. y 4 mm. respectivamente. Otros<br />

medios de ayuda en el análisis clínico y planteamiento<br />

de algunos casos, fueron la línea desde la columnela<br />

al mentón (S, Steiner), profundidad del surco mentolabial<br />

y ángulo cervicofacial, sin que se dispusiera<br />

de datos cuantitativos para esta descripción. (6, 10)<br />

(Fig. 1)<br />

La indicación quirúrgica de avance fue dada a criterio<br />

clínico del autor, apoyado en mediciones negativas<br />

cuando se cuantificó la posición del mentón con<br />

relación a la perpendicular del plano de Frankfort. Sin<br />

embargo, en todos los casos, la decisión de operar o<br />

no operar se tomó en conjunto con el paciente discutiendo<br />

el plan de trabajo y analizando la predicción de<br />

resultados, que en los casos iniciales se realizó<br />

mediante el método de dibujo en película transparente<br />

sobre fotografía lateral en proporción 1:1 y a partir


de 1999 se realizó con ayuda de predicciones computerizadas<br />

apoyadas en software de manipulación de<br />

imágenes (Ulead Photoimpact, por Niamtu,<br />

Rchmond, Virginia, U S A.)<br />

En todos los pacientes se solicitó radiografía panorámica<br />

mandibular para descartar lesiones dentales o<br />

esqueléticas en la zona a operar.<br />

Cuando fue pertinente se solicitaron estudios complementarios<br />

como cefalometría y modelos dentales.<br />

Sin embargo la cefalometría no fue un examen de<br />

rutina cuando se planeó solamente mentoplastia, o<br />

cuando ésta era parte de un plan de tratamiento que no<br />

incluía cirugía ortognática.<br />

Los resultados fueron juzgados por el autor y<br />

pacientes según criterios subjetivos de la mejoría<br />

lograda en la apariencia y cumplimiento del plan y<br />

expectativas preoperatorios. Para esta descripción, se<br />

hicieron mediciones cuantitativas sobre fotografías<br />

del avance logrado en milímetros utilizando la perpendicular<br />

al plano de Frankfort desde el nasion.<br />

(Tabla I)<br />

Se presentan fotografías, casos representativos y<br />

dibujos de la técnica operatoria.<br />

Técnica quirúrgica<br />

En consulta previa a la cirugía se efectuó examen físico<br />

intraoral que debe incluir, carta dental, oclusión y<br />

concordancia de líneas medias dentales y esqueléticas.<br />

Por otro lado, el examen extraoral debe hacer énfasis<br />

no sólo en los aspectos de deficiencia o exceso<br />

mentoniano en el plano antero-posterior, sino en la<br />

altura del tercio inferior, y debe dejar claro si hay o no<br />

hay asimetrías. (Fig 2,4)<br />

El equipo a utilizar es básico y consta de retractor<br />

plástico de labios, separadores tipo Obwegeser,<br />

Aufricht, disector de Freer, sierra oscilante de 8mm.<br />

de ancho, sierra reciprocante de 40mm. de longitud,<br />

perforador con brocas de 1.5mm., alambre quirúrgico<br />

maleable 0.020 pulg., gancho para hueso y lápiz de<br />

grafito Nº 2.<br />

En todos los casos se utiliza anestesia general. La<br />

intubación puede ser oro-traqueal si el procedimiento<br />

no requiere confirmar la oclusión intra-operatoriamente,<br />

de lo contrario, la intubación se hará naso-traqueal.<br />

La fijación del tubo la realiza el cirujano por<br />

medio de un punto de seda 0, a los tejidos blandos y<br />

periostio de la línea media vestibular superior, o a la<br />

columnela si la intubación es nasal. (Fig 6)<br />

Cinco a siete minutos antes de la incisión se efectúa<br />

infiltración intraoral de la zona vestibular, reborde<br />

mandibular y piso de boca posterior a la sínfisis, utilizando<br />

lidocaína al 1% con epinefrina al 1: 200.000.<br />

La incisión se realiza de 3 a 5 mm. alejada del<br />

fondo de saco vestibular inferior, para dejar una fran-<br />

Osteometía deslizante del mentón<br />

Fig. 1: Esquema de las mediciones preoperatorias y postoperatorias.<br />

Arriba: E de Ricketts: Antes y Después de un caso de avance de mentón<br />

de 12 mm. y rinoplastia, en situación estética ideal el labio superior<br />

debería estar 4mm, y el inferior 2mm atrás de una línea recta trazada<br />

desde la punta nasal al sitio más prominente del mentón.<br />

Abajo: Perpendicular al plano de Frankfort: Antes y 18 meses después<br />

de rinoplastia y mentoplastia; el trazado permite planear la cirugía<br />

y cuantificar el resultado.<br />

ja de tejidos musculares y mucosos que faciliten la<br />

sutura final.<br />

El abordaje se extiende de canino a canino, efectuando<br />

disección subperióstica conservadora. <strong>No</strong> hay<br />

que hacer esfuerzos por ver los nervios mentonianos<br />

pero hay que tener presente su ubicación.<br />

La disección subperióstica, a nivel de la sínfisis no<br />

alcanza el borde mandibular, pero lateralmente se<br />

extiende en un túnel que debe sobrepasar ampliamente<br />

el reborde y permitir la fácil acomodación de los<br />

separadores de dorso nasal Aufricht, o de rama mandibular<br />

de Obwegeser.<br />

Una vez lograda la separación adecuada se procede<br />

a la marcación de la línea media y del sitio para la<br />

osteotomía, con lápiz de grafito Nº 2 estéril, cuidando<br />

estar como mínimo 6 mm. por debajo de los agujeros<br />

mentonianos y evitando así lesiones inadvertidas<br />

del nervio que normalmente hace una curvatura<br />

de convexidad inferior antes de emerger por los agujeros<br />

(11).<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

35


36<br />

Villegas Alzate, F.<br />

Fig. 2: Mentoplastia, punto de ajuste final en cirugía bimaxilar:<br />

Arriba Izquierda: Paciente de 38 años con trastorno funcional severo,<br />

por hipoplasia asimétrica de maxilar superior, mordida abierta y latero-prognatismo<br />

mandibular.<br />

Arriba Derecha: Después de Le Fort I, osteotomías sagitales de rama<br />

mandibular y mentoplastia.<br />

Abajo: Resultado al año de la operación. El objetivo principal de la<br />

mentoplastia fue ayudar a centrar la línea media.<br />

Con sierra oscilante se refuerza la marcación de la<br />

línea media, dejando una muesca que servirá para<br />

comprobar la simetría al momento de la osteosíntesis.<br />

Con sierra reciprocante se realiza de manera completa<br />

la osteotomía subapical mentoniana, poniendo<br />

especial atención a los bordes laterales en donde la<br />

mandíbula es más dura y con frecuencia es difícil<br />

finalizar el corte. (Fig 7)<br />

<strong>No</strong> se utilizan elementos rotatorios ni osteótomos<br />

para el corte óseo, porque pueden lesionar los tejidos<br />

blandos, calentar excesivamente el hueso, producir<br />

abrasión de los labios, generar trazos de fractura no<br />

deseados y producir macro y micro trauma en las articulaciones<br />

temporomandibulares.<br />

La inclinación de la osteotomía subapical puede<br />

variar con respecto al plano mandibular de tal manera<br />

que al hacer el deslizamiento anterior del segmento<br />

mentoniano, ocurra desplazamiento hacia arriba o<br />

hacia abajo de acuerdo con las necesidades de aumentar<br />

o disminuir el tercio inferior de la cara. (Fig. 8)<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

Fig. 3: Avance de mentón y aumento de altura facial inferior en rejuvenecimiento:<br />

Arriba: Antes y después de Ritidoplastia complementada con avance<br />

de mentón en el mismo acto operatorio.<br />

Abajo Izquierda: El resultado de Ritidoplastia sería magnificado con<br />

avance del mentón y aumento de la altura facial inferior como se<br />

demuestra en esta foto lateral preoperatoria.<br />

Abajo Derecha: Resultado a los 6 meses de las cirugías, nótese la<br />

mejoría del contorno mandibular y de la zona submentoiniana; este<br />

resultado no se podría alcanzar manipulando solamente tejidos blandos.<br />

Una prótesis difícilmente puede aumentar la altura facial del tercio<br />

inferior.<br />

Si se ha planeado resección de un segmento mandibular<br />

para disminuir la altura del tercio facial inferior,<br />

el corte transversal más caudal se realiza primero, ya<br />

que una vez liberado el segmento mentoniano sería<br />

muy difícil retirar una parte de él. (1) (Fig. 5)<br />

Esta misma consideración se tendrá en cuenta<br />

cuando las resecciones sean en cuña para corregir<br />

defectos de simetría. Los defectos de simetría del<br />

mentón se han notado previamente y se corregirán<br />

según planteamiento con cambios angulares y de desplazamiento<br />

lateral (Fig. 9)<br />

Una vez completada la osteotomía, el segmento<br />

mentoniano se moviliza fácilmente y sangra, demostrando<br />

su viabilidad al permanecer unido a tejidos blandos.<br />

En este momento es prudente realizar hemostasia<br />

en los tejidos posteriores a la mandíbula que no serán<br />

accesibles una vez realizada la osteosíntesis.


Fig. 4: Avance y corrección de asimetría de mentón con rejuvenecimiento<br />

facial:<br />

La perpendicular a una línea que une los cantos externos permite<br />

detectar la malposición mentoniana y su corrección.<br />

Arriba Izquierda: Paciente de 57 años antes de Ritidoplastia; nótese<br />

la asimetría y deficiencia del mentón.<br />

Arriba Derecha: Ritidoplastia y mentoplastia simultáneamente con<br />

movimientos de avance y lateralización para centrar la línea media<br />

mentoniana.<br />

Abajo: Vista lateral antes y 12 meses después de la cirugía.<br />

Se procede a la fijación. Con un gancho para hueso<br />

insertado en la esponjosa sinfisiaria, traccionamos el<br />

mentón a la posición deseada y marcamos con lápiz<br />

dos puntos de contacto entre la cortical anterior del<br />

segmento mandibular y la cortical posterior del segmento<br />

mentoniano. Los puntos de contacto óseo pueden<br />

variar de posición, es decir, se desplazarán lateralmente<br />

al aumentar el avance y medialmente si el<br />

avance es menor. Según el espesor de la sínfisis mandibular<br />

y el plan operatorio, la cantidad de avance<br />

puede variar de 0 a 13 mm. (Fig. 10)<br />

Después de perforar con broca de 1.5 mm. se utilizan<br />

dos lazadas simples de alambre maleable calibre<br />

0.020 pulg. entre el segmento mentoniano y el mandibular,<br />

que se ajustarán comprobando la alineación o<br />

desplazamiento lateral planeados, basándonos en la<br />

marca central dejada con la sierra oscilante.<br />

En los casos iniciales fue difícil el paso de los<br />

alambres, pero esto se mejoró con la práctica y la uti-<br />

Osteometía deslizante del mentón<br />

Fig. 5: Mentoplastia e implantes en otras zonas faciales:<br />

Arriba: Antes y después de cirugía; implantes (Medpor®) para<br />

aumentar las áreas malares y ángulos mandibulares. Un implante en<br />

el mentón no podría disminuir la altura facial inferior como se planeó.<br />

Centro Izquierda: Señalización del segmento mentoniano a ser retirado<br />

entre las dos flechas amarillas. El segmento a avanzar ha sido<br />

liberado primero y está en la parte inferior.<br />

Centro derecha: Para la ubicación de los implantes de mentón y<br />

ángulo mandibular se utilizó el abordaje oral.<br />

Abajo: Antes y 18 meses después de la cirugía. Se ha logrado dar prominencia<br />

a los pómulos, mayor definición al ángulo mandibular, la<br />

altura facial inferior se ha disminuido y el mentón se ha avanzado.<br />

lización rutinaria de una aguja Nº 18 como guía dentro<br />

de los orificios óseos superiores. Se pasan primero<br />

los alambres en el segmento inferior desde la<br />

esponjosa hacia la cortical posterior quedando embebidos<br />

en los tejidos blandos del piso de la boca en<br />

donde se rescatan con pinza de Kelly curva, la aguja<br />

se introduce en las perforaciones del segmento superior,<br />

desde la cortical hasta la esponjosa; el cabo de<br />

alambre correspondiente se introduce en la luz de la<br />

aguja que entonces se moviliza de manera retrógrada,<br />

llevando con ella el alambre para completar así la<br />

lazada (Fig. 11)<br />

Se revisa el grado de avance obtenido, cuantificable<br />

por medición lineal en mm.con regla metálica<br />

estéril. Se comprueba la estabilidad de la osteosínte-<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

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38<br />

Villegas Alzate, F.<br />

Fig. 6: Técnica quirúrgica:<br />

Arriba: Intubación y fijación del tubo.<br />

Abajo Izquierda: marcaje de la línea media y lugar de la osteotomía, 6 mm. por debajo de los agujeros mentonianos<br />

Abajo Derecha: colocación de cinta adhesiva porosa a modo de soporte submentoniano y en el surco mentolabial.<br />

Fig. 7: Técnica quirúrgica:<br />

Arriba Izquierda Infiltración e incisión de 3-5 mm. lejos del fondo de saco vestibular inferior. Abordaje de canino a canino y disección subperióstica<br />

vigilando los nervios mentonianos..<br />

Arriba Derecha: Refuerzo del marcaje de la línea media con sierra oscilante para comprobar la simetría.<br />

Abajo Izquierda: Osteotomía subapical mentoniana completa con sierra reciprocante.<br />

Abajo Derecha: Perforación con broca de 1,5 mm y lazada simple con alambre maleable de 0.020 pulgadas a cada lado.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005


Fig. 8: Manejo de la altura facial inferior:<br />

Variando la inclinación de la osteotomía con respecto al plano oclusal<br />

se puede modificar la altura facial inferior.<br />

Arriba Izquierda: Osteotomía paralela al plano oclusal, la altura permanece<br />

igual.<br />

Arriba Derecha: Osteotomía inclinada anteriormente, se gana altura<br />

facial.<br />

Abajo Izquierda: Osteotomía inclinada posteriormente, se disminuye<br />

altura facial inferior<br />

Abajo Derecha: Para mayor disminución en la altura, se puede retirar<br />

un segmento óseo intermedio.<br />

sis, líneas medias, simetría y hemostasia, para proceder<br />

al cierre que se hace con suturas absorbibles<br />

(Poliglactina 4/0) en dos planos, uno de puntos simples<br />

musculares y otro continuo muco- muscular.<br />

La inmovilización y curación final se hace con<br />

cinta adhesiva porosa a manera de soporte submentoniano<br />

y en la zona del surco mentolabial.<br />

El paciente es tratado de forma ambulatoria con<br />

instrucciones de aseo oral, dieta blanda, analgesia y<br />

antibioticoterapia profiláctica.<br />

Osteometía deslizante del mentón<br />

Fig. 9: Técnica quirúrgica:<br />

Arriba: Osteotomía angulada; se ha retirado un segmento angular en<br />

un lado del mentón para permitir movimiento de rotación lateral, útil<br />

en la corrección de asimetrías.<br />

Abajo: Se ha deslizado el segmento mentoniano lateralmente para<br />

corregir defecto de simetría y posición mentoniana.<br />

Fig. 10: Técnica quirúrgica:<br />

En dos pacientes diferentes se hacen notar las posibles variaciones<br />

en la posición final del segmento mentoniano.<br />

Arriba: Si se planea poco avance, los puntos de contacto óseo para<br />

las lazadas de alambre se acercan a la línea media, como en este<br />

caso con avance de 6mm.<br />

Abajo: Para mayor avance del mentón los agujeros se desplazan lateralmente,<br />

como en este caso con avance de 10mm. Fig. 11: Técnica quirúrgica:<br />

Arriba y abajo izquierda: Paso de los alambres en las perforaciones<br />

con ayuda de aguja hipodérmica nº 18. Lazada simple de alambre en<br />

el segmento libre; la aguja hipodérmica nº 18 se insertó en el seg-<br />

mento superior y sirve de guía para facilitar el paso del alambre en el<br />

segmento superior.<br />

Arriba derecha: el recorrido retrógrado de la aguja lleva consigo el<br />

alambre para completar la lazada.<br />

Abajo derecha: Una vez ajustados los dos puntos de alambre se<br />

obtiene fijación suficiente.<br />

Resultados<br />

Se operó un total de 42 pacientes: 36 mujeres y 6<br />

hombres, con edades entre los 16 y 61 años (edad promedio<br />

de 26.3 años).<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

39


40<br />

Villegas Alzate, F.<br />

En 38 casos la cirugía fue simultánea con otra cirugía<br />

estética facial. Sólamente en 4 casos se realizó<br />

como procedimiento único, pero en dos de estos cua-<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

tro, fue como cirugía complementaria diferida de<br />

rinoplastia (Tabla II).<br />

Tabla I: Mediciones de la cantidad de avance, y déficit de la posición del mentón en 42 pacientes<br />

caso Déficit Avance Déficit Cantidad de avance<br />

preoperatorio� intraoperatorio� postoperatorio� en el control fotográfico�<br />

1. -10mm. 12mm. 0mm. 10mm.<br />

2. -12mm. 12mm. -3mm. 9mm.<br />

3. +8mm. 0mm.� +12mm. 4mm. *<br />

4. -20mm. n/d -7mm. 13mm.<br />

5. -8mm. 10mm. n/d n/d<br />

6. -23mm. 12mm. -12mm. 11mm.<br />

7. 0mm. 6mm. � 0mm. 0mm.*<br />

8. -21mm. 10mm. -11mm. 10mm.<br />

9. -18mm. n/d -13mm. 6mm.<br />

10. -20mm. 12mm. -12mm. 8mm.<br />

11. -13mm. 10mm. n/d n/d<br />

12. -17mm. 12mm. -7mm. 10mm.<br />

13. -25mm. n/d n/d n/d<br />

14. -22mm. 12mm. -11mm. 11mm.<br />

15. -12mm. 12mm. -1mm. 11mm.<br />

16. +5mm. 6mm. � n/d n/d<br />

17. -5mm. 12mm. 0mm. 5mm.*<br />

18. n/d n/d n/d n/d<br />

19. -21mm. 10mm. -9mm. 12mm.<br />

20. -16mm. 10mm. -8mm. 8mm.<br />

21. -17mm. n/d n/d n/d<br />

22. +3mm. 0mm.� -3mm. 6mm.*<br />

23. +11mm. 8mm. +10mm. -1mm.*<br />

24. -3mm. 10mm. n/d n/d<br />

25. -17mm. n/d -9mm. 8mm.<br />

26. -12mm. n/d n/d n/d<br />

27. -3mm. 0mm. � -3mm. 0mm.<br />

28. -24mm. n/d n/d n/d<br />

29. -12mm. 12mm. -3mm. 9mm.<br />

30. -10mm. 11mm. 0mm. 10mm.<br />

<strong>31</strong>. n/d 10mm. -2mm. n/d<br />

32. 0mm. 0mm. � n/d n/d<br />

33. n/d 8mm. 0mm. n/d*<br />

34. -5mm. 12mm. +1mm. 6mm. *<br />

35. -12mm. 12mm. -4mm. 8mm.<br />

36. -19mm. 13mm. -4mm. 15mm. *<br />

37. -26mm. n/d n/d n/d<br />

38. -15mm. n/d -9mm. 6mm.<br />

39. -7mm. n/d +2mm. 9mm.*<br />

40. -22mm. n/d -11mm. 11mm.<br />

41. -26mm. 12mm. -14mm. 12mm.<br />

42. -15mm. 12mm. -9mm. 6mm.<br />

� Datos obtenidos de la medición directa de fotografías usando la perpendicular al plano de Frankfort.<br />

n/dDatos no disponibles<br />

� Dato obtenido de la descripción operatoria, fue registrado sólo en 30 pacientes<br />

� Resta de las deficiencias obtenidas de las fotos pre y postoperatorias.<br />

* Cambios en la medida afectados por cirugía ortognática simultánea<br />

� La mayor parte del movimiento fue para corregir asimetrías movimiento angular.


Tabla II. Número de casos y procedimientos asociados a la mentoplastia<br />

PROCEDIMIENTO ASOCIADO NÚMERO DE CASOS<br />

Rinoplastia. 14<br />

Cirugía Ortognática. 8<br />

Ritidoplastia. 6<br />

Injertos óseos sitios diferentes al mentón. 5<br />

Mentoplastia sola, o como complemento diferido de rinoplastia 4<br />

Acompañando Implantes faciales en sitios diferentes al mentón. 3<br />

Síndrome Down. 2<br />

TOTAL 42<br />

Aunque en los casos de ortognática e injertos óseos<br />

se utilizaron elementos de osteosíntesis como placas y<br />

tornillos para el tercio medio facial o rama mandibular,<br />

no se usaron en los mentones y donde la fijación<br />

se efectuó sistemáticamente con alambres tal y como<br />

se describió antes.<br />

En ocho casos, se usaron injertos óseos o implantes<br />

en otras áreas faciales, pero a nivel mentoniano se<br />

siguió prefiriendo la osteotomía para obtener efectos<br />

de avance mayor, corrección de asimetrías y alargamiento<br />

o acortamiento del tercio facial inferior, lo<br />

cual es imposible de lograr con implantes de mentón.<br />

Los datos de las mediciones intraoperatorias y del<br />

analisis pre y postoperatorio se anexan en la tabla I.<br />

La medición de la posición mentoniana pre-operatoria<br />

varió de -26 a +11mm. con promedio de -12.6<br />

mm. La gran mayoría de registros fueron negativos,<br />

correspondiendo a pacientes típicos con microgenia o<br />

micrognatia; se observaron sin embargo cuatro casos<br />

de medición positiva en los que la finalidad de la<br />

mentoplastia fue la corrección de asimetría, y acompañando<br />

a cirugía ortognática bimaxilar y a un caso<br />

de cirugía de camuflaje por microsomía hemifacial.<br />

La cantidad de avance intra-operatorio se registró<br />

en 30 de los 42 casos y varió entre 0mm. y 13mm.,<br />

siendo el dato más frecuente 12mm. y el promedio 9.2<br />

mm.<br />

En 4 casos el avance intra-operatorio fue deliberadamente<br />

de 0mm., porque la finalidad de la mentoplastia<br />

era otra distinta al avance.<br />

En <strong>31</strong> pacientes se obtuvieron fotografías laterales<br />

post-operatorias que permitieron las mediciones,<br />

variando de +12 a -14mm. con promedio de - 4.5mm.<br />

Aunque la reproductibilidad del plano de Frankfort<br />

dejó dudas en algunos casos, la cifra de avance final<br />

se obtuvo de la diferencia entre las mediciones fotográficas<br />

pre-operatorias y post-operatorias; se dispuso<br />

finalmente de 29 datos del avance obtenido, con<br />

medidas desde 1mm. hasta 13mm.<br />

Se hace notar que en algunos casos la medición se<br />

vio afectada por los cambios en la posición del nasion<br />

o cambios en la posición de los maxilares debidas a<br />

Osteometía deslizante del mentón<br />

las cirugías simultáneas y que en algunos casos la<br />

finalidad de la operación del mentón no fue el avance.<br />

<strong>No</strong> se vio clínicamente retroceso significativo o<br />

reabsorción del segmento avanzado en ningún paciente,<br />

algunos de ellos con seguimiento mayor a cinco<br />

años. En los datos disponibles se apreció correlación<br />

directa entre el avance durante la cirugía y el resultado<br />

final.<br />

En todos los pacientes se obtuvo el objetivo propuesto<br />

de posición mentoniana, con gran mejoría clínica<br />

y cumplimiento de las predicciones preoperatorias,<br />

según evaluación subjetiva del cirujano.<br />

Como efecto asociado se vio disminución del<br />

esfuerzo para cerrar los labios y aumento de la competencia<br />

labial en varios casos. (Fig. 12)<br />

La gran mayoría de los pacientes se mostró muy<br />

satisfecha con los resultados. Tres, demostraron<br />

inconformidad con la nueva apariencia que juzgaron<br />

como rara, con cara larga, delgada o mentón muy prominente.<br />

En 6 pacientes se vieron transtornos sensitivos<br />

labiales transitorios durante semanas, sin embargo<br />

se observó un paciente con hipoestesia labial inferior<br />

no discapacitante, pero considerada permanente<br />

al no haber remisión durante un año de seguimiento.<br />

<strong>No</strong> se apreciaron complicaciones mayores En una<br />

paciente se presentó infección de los tejidos blandos<br />

que fue tratada con medicación durante 10 días sin<br />

que fuera necesaria otra cirugía.<br />

En todos los casos la corrección ha sido estable y<br />

los resultados fiables y consistentes.<br />

<strong>No</strong> se hicieron revisiones, ni reoperaciones debidas<br />

a secuelas la cirugía.<br />

En ningún caso se palpó o expuso el alambre de<br />

osteosíntesis, por lo que no fue necesaria su extracción<br />

en ningún paciente.<br />

Discusión<br />

El mentón ocupa un lugar prominente en la apariencia<br />

de la cara. Cambios sutiles en esta estructura<br />

provocan grandes diferencias en el resultado final de<br />

una operación (6,10).<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

41


42<br />

Villegas Alzate, F.<br />

Fig. 12: Mentoplastia como complemento de Rinoplastia:<br />

Paciente de 28 años a la que se le realizó rinoplastia y mentoplastia<br />

deslizante simultáneas; nótense los cambios obtenidos en el balance<br />

estético del perfil y como en el postoperatorio el sellado labial se<br />

hace con menos esfuerzo. Los resultados son estables a los tres<br />

años de la cirugía.<br />

Aunque reconocer la deficiencia del mentón es un<br />

punto clave en el que la mayoría de los cirujanos plásticos<br />

hace énfasis, tratarla con osteotomía del mentón<br />

es pocas veces considerado (12-14).<br />

La mayoría de cirujanos plásticos tienen como primera<br />

opción el aumento aloplástico por su sencillez y<br />

resultados, sin embargo, el uso de prótesis mentoniana<br />

no puede corregir problemas esqueléticos y se considera<br />

como técnica útil en deficiencias de hasta<br />

5mm.; correcciones mas grandes pueden traer mayores<br />

complicaciones.<br />

Algunos problemas tempranos o tardíos como infección,<br />

pérdida aguda del material aloplástico, demarcación<br />

y visibilidad de los bordes del implante, migración, extrusión,<br />

erosión ósea, lesión de raíces dentales y deformidad<br />

residual al retirar los implantes, se describen de manera<br />

consistente en las series de aumento aloplástico.<br />

Hay también referencias a algunos intentos por<br />

mejorar la técnica y disminuir las complicaciones del<br />

aumento aloplástico del mentón; entre ellas están el uso<br />

de tornillos para fijar los implantes, incisiones extra-<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

Fig. 13: Mentoplastia como complemento de cirugía ortognática:<br />

Arriba Izquierda: Paciente con Síndrome de cara larga, exceso vertical<br />

de 11mm. en el maxilar superior y gran sonrisa gingival<br />

Arriba Derecha: La cirugía incluyó Le Fort I de impactación y mentoplastia<br />

Abajo Izquierda: La deficiencia aparente de la mandíbula se tratará<br />

con osteotomía del mentón.<br />

Abajo Derecha: Resultado 2 años después de la cirugía; el efecto de<br />

avance mandibular se obtuvo únicamente por la mentoplastia y la<br />

auto-rotación mandibular.<br />

orales, incisiones reducidas intra-orales, incisiones<br />

paralelas verticales vestibulares, diseños de implantes<br />

acoplables y otros. Todas estas variantes descritas tratan<br />

de minimizar los desplazamientos, infecciones,<br />

extrusiones y erosión ósea, lo que habla claramente de<br />

los problemas de la utilización de implantes (21,22).<br />

Por otro lado la osteotomía permite corregir trastornos<br />

esqueléticos en altura y simetría, logra aumentos<br />

mayores, en algunos casos de hasta 12 y 13mm.,<br />

corrige la incompetencia labial y evita los problemas<br />

tardíos propios de los implantes (9,12,13, 20).<br />

Quienes realizan este procedimiento de manera<br />

rutinaria lo califican como la cirugía más fácil de<br />

todas las del esqueleto de la cara, con igual grado de<br />

dificultad que aplicar una prótesis mentoniana, y con<br />

toda seguridad mucho más sencilla que varios procedimientos<br />

estéticos faciales (15).<br />

El cirujano con orientación reconstructiva y entrenamiento<br />

básico en cirugía maxilofacial puede reali-


Fig. 14: Mentoplastia para corregir estigmas de Síndrome de Down:<br />

Arriba Izquierda: Osteotomía de avance mentoniano en su visión<br />

intraoral; el segmento avanzado ha sido inmovilizado con dos puntos<br />

de alambre.<br />

Arriba Derecha: Se utilizaron injertos óseos de tabla externa del cráneo<br />

en las zonas paranasales fijados con tornillos.<br />

Abajo: Antes y 7 meses después de rinoplastia de aumento con tabla<br />

externa de cráneo, injertos óseos paranasales y mentoplastia de<br />

avance.<br />

zarla con facilidad. Sin embargo, la operación ofrece<br />

elementos terapéuticos de tanta importancia en Cirugía<br />

Estética facial, que todo cirujano plástico la debería<br />

efectuar con seguridad .(1) Con un mínimo de<br />

entrenamiento y con pocos elementos especiales (fundamentalmente<br />

las sierras reciprocante y oscilante),<br />

todo cirujano plástico puede realizar la osteotomía<br />

mentoniana de manera segura, en hospitales o clínicas<br />

de bajo nivel de complejidad (16,17).<br />

Comparado con otros procedimientos estéticos de<br />

la cara, el nivel de satisfacción obtenido con la mentoplastia<br />

de avance es muy alto, siendo infrecuentes<br />

las revisiones, complicaciones y cicatrices. Si a lo<br />

anterior le sumamos la simplicidad de la técnica quirúrgica,<br />

la osteotomía del mentón ofrece un balance<br />

terapéutico insuperable en cirugía estética facial.<br />

A la hora de hacer un balance de ventajas y desventajas,<br />

ningún otro procedimiento puede ofrecer<br />

tanto por tan poco y con tan bajo riesgo (2).<br />

Aunque aquí hemos descrito la cirugía del mentón<br />

Osteometía deslizante del mentón<br />

principalmente como osteotomía de<br />

avance, la verdad es que la operación<br />

permite lograr muchas más que el<br />

simple desplazamiento anterior de la<br />

sínfisis, destacándose su versatilidad,<br />

ya que una vez liberado el segmento<br />

inferior con la osteotomía horizontal,<br />

el movimiento del fragmento, puede<br />

servir para aumentar o disminuir la<br />

altura del tercio facial inferior, lo<br />

mismo que para corregir asimetrías,<br />

y de alguna manera, pudiera servir<br />

para retroceso mentoniano si es que<br />

se puede indicar este movimiento en<br />

algún caso. (3,4) ( Fig. 2, 4, 5) La<br />

osteotomía deslizante del mentón es<br />

altamente predecible ya que los cambios<br />

realizados a nivel óseo sinfisiario<br />

se reflejan en una proporción casi<br />

de 1:1 en los tejidos blandos.<br />

En lo observado en los casos aquí<br />

descritos, algunos con seguimiento<br />

superior a cinco años se puede también<br />

asegurar su predectibilidad con<br />

el paso del tiempo, ya que el avance<br />

inicial se mantiene sin mayores<br />

modificaciones.<br />

Puede también acompañar a otros procedimientos<br />

estéticos de la cara, sirviendo como elemento magnificador<br />

de los resultados en meloplastia, cervicoplastia<br />

y lipoescultura facial, en donde por su efecto volumétrico,<br />

de avance, tensión suprahioidea y aumento<br />

de la altura facial inferior hace más notorios los cambios<br />

positivos de los tejidos blandos en el reborde<br />

mandibular y ángulo cervicofacial (7,8). (Fig. 3, 4)<br />

Lo mismo puede decirse de la rinoplastia estética,<br />

en la que los resultados se pueden apreciar mejor al<br />

armonizar el balance del perfil, mejorar las relaciones<br />

labio-naso-faciales, disminuir la tensión de sellado<br />

labial y compensar alturas faciales. (9,14) (Fig. 1, 12)<br />

En otros casos de Cirugía Estética o Reconstructiva<br />

del esqueleto facial, aún en la corrección de las<br />

secuelas dejadas por cirugía de aumento aloplástico,<br />

la osteotomía del mentón juega un papel protagonista<br />

sin haber sido superada por los implantes ni por los<br />

injertos óseos dadas las cualidades descritas. (18)<br />

En cirugía ortognática, la osteotomía deslizante del<br />

mentón se realiza como punto culminante de las<br />

demás osteotomías, siendo un elemento de gran ayuda<br />

para afinar el resultado definitivo, conduciendo a<br />

resultados más estéticos y con mayor balance esquelético.<br />

(Fig. 2, 13, 14)<br />

En cuanto al tipo de osteosíntesis usada, reconocidos<br />

autores del área maxilofacial refieren la utilidad<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

43


44<br />

Villegas Alzate, F.<br />

de la fijación del mentón con alambre (8). En muchos<br />

de nuestros casos se disponía de elementos de fijación<br />

rígida, sin embargo, de manera rutinaria se usó la fijación<br />

simplificada con alambre para el mentón que es<br />

fácil de realizar, rápida y económica. Quienes han realizado<br />

estudios comparativos de diferentes medios de<br />

fijación en el mentón no han hallado diferencias en<br />

los resultados y estabilidad esquelética a largo plazo<br />

usando sólo alambres.(19)<br />

Finalmente, en nuestro medio, es más económico y<br />

posiblemente igual de sencillo hacer la osteotomía<br />

que aplicar los implantes, por lo que es nuestro método<br />

de elección en el manejo del mentón. (23)<br />

<strong>No</strong> se desconoce, sin embargo, que el aumento aloplástico<br />

pudiera ser defendido con argumentos parecidos<br />

a los expuestos y han sido demostradas su utilidad<br />

y sencillez de ejecución por muchos autores. (9,12,13)<br />

Entre las potenciales desventajas de la osteotomía<br />

del mentón encontramos el grado de dificultad cuando<br />

se planean avances pequeños, ya que la fijación en<br />

esos casos es más laboriosa.<br />

Al producir cambios profundos en el balance del<br />

perfil, 3 pacientes de la serie se mostraron disconformes<br />

con su nueva apariencia, a pesar de haber visto<br />

previamente las predicciones y haber estado de acuerdo<br />

con ellas; esto habla claramente del peso que tiene<br />

la mentoplastia en la valoración final de un resultado,<br />

y de lo cuidadosos que debemos ser al indicar la operación<br />

para evitar este tipo de resultados, que por otro<br />

lado fueron juzgados como buenos desde el punto de<br />

vista del cirujano.<br />

La posibilidad de daño a los ápices dentales y nervios,<br />

o de fracturas no deseadas, puede ser un argumento<br />

en contra de la cirugía, pero son evitables con<br />

una técnica cuidadosa. La necesidad de dejar alambres<br />

que actúan como cuerpo extraño puede ser también<br />

un argumento detractor, pero mucho menos<br />

grave que en el caso de usar placas no absorbibles o<br />

implantes para aumento (1,24).<br />

Conclusiones<br />

La mentoplastia de avance es un procedimiento<br />

sencillo, versátil, poderoso y con muy bajos riesgos,<br />

lo que le da un balance terapéutico no superado por<br />

los demás procedimientos estéticos de la cara.<br />

Por sus resultados altamente satisfactorios es una<br />

cirugía que todo cirujano plástico debe considerar, sensibilizándose<br />

con su amplia gama de indicaciones. Con<br />

un mínimo de instrumental y entrenamiento, puede formar<br />

parte del armamentario corriente de la especialidad.<br />

<strong>No</strong> es necesario la realización de una subespecialización<br />

para efectuar el procedimiento y debe ser una<br />

cirugía rescatada para los cirujanos plásticos.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

Dr. Francisco Villegas A.<br />

A.A. 8163 Tuluá. Valle Colombia<br />

www.drfranciscovillegas.com<br />

e-mail: fvillega@teletulua.com.co<br />

Dirección del autor<br />

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24. Edwards RC, Kiely KD, Eppley BL.: “Resorbable fixation techniques<br />

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Este es un artículo muy interesante y completo que<br />

incluye todos los aspectos de una osteotomía deslizante<br />

de mentón: el análisis pre – operatorio, la técnica<br />

quirúrgica y las diferentes modalidades de la<br />

misma. Quiero felicitar al Dr.Villegas Alzate por su<br />

excelentes resultados estéticos al utilizar este procedimiento,<br />

el cual es muy sencillo, fácilmente reproducible<br />

y que restituye la estructura ósea de la porción<br />

anterior de la mandíbula, recuperando la anatomía<br />

normal.<br />

Hoy en día, con respecto a la microgenia, se acepta<br />

la regla de que una deficiencia en la proyección anterior<br />

del mentón de hasta 5 mm, se resuelve satisfactoriamente<br />

con un implante de mentón. La experiencia<br />

de diferentes autores y sus seguimientos a largo plazo<br />

han demostrado excelentes resultados, con un mínimo<br />

de complicaciones (1, 2).<br />

La osteotomía deslizante de mentón es una técnica<br />

quirúrgica que produce excelentes resultados estéticos<br />

y funcionales. Está indicada siempre que el mentón<br />

requiera de un avance mayor de 6 mm. Es una técnica<br />

muy versátil, ya que por sí misma ofrece resultados<br />

diferentes sólo con pequeñas variaciones en el trazo<br />

de la osteotomía; al hacerla más inclinada o más horizontal<br />

con respecto al plano oclusal, podemos acortar<br />

o elongar la dimensión vertical del tercio inferior de<br />

la cara (Fig. 1).<br />

Con este técnica, no sólo se proyecta más anteriormente<br />

el mentón, sino que cambia dramáticamente la<br />

distribución de los tejidos blandos en el mentón y en<br />

los labios. Este efecto es secundario a los cambios<br />

realizados en los músculos suprahiodeos simultáneos<br />

con el avance óseo. Característicamente los pacientes<br />

presentan una incompetencia del labio inferior y al<br />

cerrar los labios denotan un importante esfuerzo muscular<br />

en la borla de la barba. Después del avance óseo,<br />

los músculos se distribuyen mejor y aumenta de<br />

forma importante la distancia del ángulo cervical al<br />

punto más prominente del mentón. El labio inferior,<br />

inicialmente evertido, adquiere una agradable posición<br />

invertida, lo que estéticamente produce una cara<br />

más atractiva (Fig. 2).<br />

En todo paciente la evaluación pre – operatoria es<br />

fundamental. La posición de los labios debe analizarse<br />

en reposo y en movimiento, y deben descartar-<br />

Osteometía deslizante del mentón<br />

Comentario al trabajo «Osteometía deslizante<br />

del mentón»<br />

Dr. Fernando Molina<br />

Cirujano Plástico. México D. F.<br />

se alteraciones esqueléticas asociadas a una maloclusión,<br />

a una posición dental incorrecta o a excesos<br />

de crecimiento vertical de los rebordes alveolares<br />

(Fig. 3).<br />

Para la relación de proporción estética ideal, existen<br />

numerosos estudios de antropólogos físicos y<br />

artistas que nos ayudan a evaluar el mentón en su<br />

tamaño y forma (3, 4). Los pintores constantemente<br />

plasman en retratos mentones más fuertes de los que<br />

existen en la realidad. El concepto estético también<br />

cambio de acuerdo a las diferentes razas, y el mismo<br />

concepto ha evolucionado en las diferentes épocas, si<br />

comparamos estatuas del período antiguo, del renacimiento<br />

y del arte moderno actual. Los siguientes<br />

autores han propuesto deferentes sistemas para evaluar<br />

el mentón: González Ulloa y Stevens (5) con una<br />

línea entre el nasión y el pogonión perpendicular al<br />

plano de Frankfort. Ricketts (6) con una línea entre la<br />

punta nasal y el pogonion y su relación con el labio<br />

superior e inferior. Burstone (7) con un línea del<br />

punto subrasal al pogonion. Steiner con una línea<br />

entre el pogonion y el punto de inflexión en “S” formado<br />

en el perfil entre la parte baja de la columnela<br />

y el labio superior (8). Finalmente el modelo propuesto<br />

por Holdaway, que relaciona el contorno de<br />

los tejidos blandos de la cara con el esqueleto subyacente<br />

(9). Todos estos sistemas fallan entre el modelo<br />

femenino y masculino al situar el nasion, al tener<br />

diferentes proyecciones de la punta nasal, al evaluar<br />

diferentes formas y dimensiones de los labios, de los<br />

diferentes tipos de nariz. Yo considero que ninguno<br />

de estos sistemas es absoluto y que las decisiones<br />

quirúrgicas no deben basarse solamente en estas evaluaciones.<br />

El análisis clínico y de las proporciones<br />

siempre será el mejor método.<br />

Quisiera no omitir la importante información que<br />

ofrecen los estudios cefalométricos; estos definen<br />

solamente las relaciones esqueléticas y, si aceptamos<br />

que a los 16 años el crecimiento mandibular ha alcanzado<br />

ya un 98 % en las mujeres y un 95% en los hombres,<br />

el análisis de la dimensión vertical y horizontal<br />

del mentón en la cefalometría lateral y antero – posterior<br />

es esencial para el entendimiento tridimensional<br />

de cada uno de los problemas óseos del tercio inferior<br />

de la cara.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

45


46<br />

Villegas Alzate, F.<br />

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CIRUGÍA PLÁSTICA IBERO-LATINOAMERICANA<br />

Cir. Plást. Iberlatinamer. - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1<br />

Enero - Febrero - Marzo 2005 / Pag. 47-52<br />

Benito Ruiz, J.*<br />

Aumento mamario transaxilar<br />

subfascial/subglandular<br />

Breast augmentation through axillary aproach<br />

subfascial/subglandular<br />

La técnica de aumento mamario por via axilar está<br />

asociada a la colocación submuscular del implante.<br />

Los resultados con esta técnica son por lo general<br />

buenos, pero en algunos casos nos hemos encontrado<br />

problemas relacionados con la actividad muscular,<br />

tales como distorsiones de la forma de la mama o desplazamientos<br />

de la prótesis.<br />

La técnica subfascial permite la colocación del<br />

implante en un plano subfascial/subglandular, de<br />

forma que los resultados no se ven influenciados por<br />

la acción muscular. Además, permite extender las<br />

indicaciones a mujeres deportistas y a mujeres con<br />

pseudoptosis. La técnica subfascial permite además<br />

una recuperación más rápida.<br />

Palabras clave Aumento mamario, axilar, subfascial<br />

Código numérico 52114-5211401<br />

* Cirujano Plástico<br />

Servicio de Cirugía Plástica. Hospital Clínico de Barcelona. Barcelona. España.<br />

Benito Ruiz, J.<br />

Resumen Abstract<br />

The technique of breast augmentation through the<br />

axillary approach is associated with the submuscular<br />

placement of the implant. The results with this technique<br />

are in general good, but in some cases we have<br />

had problems related to the muscular activity, such as<br />

distortions of the breast form or displacements of the<br />

implants.<br />

The subfascial technique allows the placement of<br />

the implant in a subfascial/subglandular plane, so that<br />

the results do not meet influenced by the muscular<br />

action. Besides, it allows expand the indications to<br />

sport women and to those with pseudoptosis. It also<br />

allows a more rapid recovery.<br />

Key words Breast augmentation, transaxilar,<br />

subfascial<br />

Código numérico 52114-5211401<br />

Trabajo galardonado «ex aequo» con el Premio McGhan 2003 a la mejor comunicación sobre cirugía mamaria del XXXVIII Congreso Nacional de la SECPRE,<br />

Barcelona. España. Junio 2003.


48<br />

Benito Ruiz, J.<br />

Introducción<br />

La via axilar es nuestra técnica de elección en el<br />

aumento de mamas, fundamentalmente porque la<br />

cicatriz queda escondida en un pliegue de la axila y<br />

porque la glándula no se ha de atravesar para la colocación<br />

del implante. Los detractores de la técnica axilar<br />

siempre han esgrimido el hecho de que los implantes<br />

pueden quedar más altos que cuando se utiliza la<br />

via areolar debido a que es más difícil la sección de<br />

las fibras del músculo pectoral mayor.<br />

La descripción original de la técnica axilar por<br />

Hoehler incluía la colocación subglandular del<br />

implante (1). Regnault (2) popularizó la implantación<br />

submuscular parcial del implante mediante la desinserción<br />

del músculo pectoral mayor de las costillas y,<br />

posteriormente, diversos autores, determinaron que la<br />

via axilar se asociara a la colocación submuscular<br />

(3,4). Para facilitar la sección completa del músculo<br />

pectoral mayor, se introdujo el uso de endoscopia para<br />

mejorar la visualización (4-5).<br />

La colocación submuscular del implante ha sido la<br />

técnica que habitualmente hemos empleado, tanto a<br />

través de la areola como por la axila, hasta Enero del<br />

2002. Los resultados obtenidos eran buenos por lo<br />

general y en la línea de lo que todos los cirujanos<br />

podemos conseguir en el aumento mamario. Pero<br />

observamos que algunas pacientes, independientemente<br />

de la via elegida, presentaban resultados<br />

subóptimos tales como (Fig.1):<br />

• Formas adecuadas estáticamente, pero que con la<br />

contracción del músculo pectoral mayor producían<br />

deformidades en el polo inferior que podían<br />

ser incluso serias.<br />

• Desplazamiento superior de la prótesis con la<br />

contracción del músculo.<br />

• Líneas de demarcación entre el implante y la<br />

glándula debido al borde del músculo, sobre todo<br />

en pacientes muy delgadas.<br />

• Asimetrías en el surco, especialmente en pacientes<br />

con base mamaria estrecha o surco alto.<br />

• En pacientes con pseudoptosis podía aparecer<br />

“doble burbuja” o bien un doble contorno en el<br />

surco.<br />

Todo ello nos llevó a considerar de nuevo la posición<br />

subglandular, tan denostada en aquellos trabajos<br />

que la asocian a una mayor incidencia de encapsulación<br />

y a la mayor posibilidad de ptosis al lesionar los<br />

ligamentos de suspensión de la mama. Sin embargo,<br />

la colocación subglandular por la axila era en nuestra<br />

experiencia complicada, y el uso de aparataje endoscópico<br />

no contribuía a hacerla más fácil (6).<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

La solución vino de la mano del artículo publicado<br />

por Graf y colaboradores en el año 2000 donde describían<br />

de forma somera la colocación subfascial del<br />

implante a traves de la axila (7). Pudimos comprobar,<br />

tanto en disecciones anatómicas como en la práctica<br />

quirúrgica, la idoneidad de esta técnica (8).<br />

Material y Método<br />

Desde Enero del 2002 hasta Octubre del 2003<br />

hemos intervenido 41 casos de aumento mamario,<br />

todos por vía axilar y en posición subfascial/subglandular.<br />

En 30 casos se utilizaron prótesis redondas de<br />

alto perfil texturadas, y en 11 casos se implantaron<br />

prótesis anatómicas de gel cohesivo, (McGhan estilo<br />

410®).<br />

Técnica quirúrgica<br />

La incisión axilar se realiza en el pliegue axilar más<br />

próximo a la mama pero que permita ocultar totalmente<br />

la cicatriz dentro de ella. La longitud es de 4-5<br />

cm cuidando que el extremo más anterior de la incisión<br />

quede a nivel de la sombra posterior del borde<br />

del músculo pectoral mayor y el extremo posterior no<br />

sobrepase el borde del músculo dorsal ancho.<br />

Se realiza un túnel subcutáneo hasta llegar al borde<br />

del músculo pectoral mayor. En este punto podemos ir<br />

por un plano submuscular o subfascial. <strong>No</strong> describiremos<br />

al abordaje submuscular ya conocido por todos.<br />

Plano Subfascial<br />

La fascia se incide hasta que se distinguen perfectamente<br />

las fibras musculares. Con una tijera roma se<br />

inicia el despegamiento de la fascia (Fig. 2) y se continúa<br />

digitalmente. En este momento se puede comprobar<br />

que estamos en el plano adecuado mediante<br />

luz fria o endoscopia (en realidad no se precisa asistencia<br />

endoscópica para llevar a cabo la separación de<br />

la fascia del músculo). Mediante un disector de<br />

mama, se desinserta el limite distal de la fascia del<br />

pectoral, situado por lo general unos 2 cm inferior al<br />

complejo areola-pezon. En este punto siempre se<br />

encuentra algo de resistencia, que no es difícil superar.<br />

La disección continúa en este punto en el plano<br />

subglandular hasta el límite que hemos marcado como<br />

nuevo surco. A la hora de atravesar el surco antiguo<br />

siempre se encuentra algo de resistencia. Se crea el<br />

bolsillo con el disector, liberando la fascia en todo el<br />

hemisferio caudal. En este momento podemos comprobar<br />

la integridad del bolsillo mediante endoscopia<br />

(Fig. 3). A continuación insertamos un expansor/<br />

medidor para acabar de disecar el bolsillo y determinar<br />

los puntos en los que es necesario liberar más.


Aumento mamario transaxilar subfascial/sublandular<br />

Fig. 1. Aumento de mamas vía tranasaxilar con protesis en plano submuscular Arriba): Distrosión de la mama con la contracción del músculo<br />

pectoral. Abajo derecha) Desplazamiento de la protesis izquierda debido a la acción del músculo. Abajo izquierda) Prótesis alta en caso de<br />

pseudoptosis (doble burbuja).<br />

Fig. 2. Imagen operatoria de la fascia que es identificada, seccionada y disecada inicialmente con una tijera roma.<br />

Mientras se realiza el bolsillo de la otra mama, se<br />

dejan unas gasas con suero dentro del primero para<br />

completar la hemostasia. Se puede comprobar ésta<br />

mediante luz fria o endoscopia, pero la experiencia es<br />

que sangra poco. Finalmente colocamos drenajes<br />

aspirativos y los implantes, que quedarán subfasciales<br />

en los dos tercios superiores de la mama, pero subglandular<br />

en el tercio inferior. En el caso de utilizar<br />

prótesis anatómicas, marcamos en la piel los puntos<br />

de referencia de las mismas que nos servirán de guía<br />

a la hora de colocar los implantes (fig.4).<br />

Resultados<br />

Los resultados han sido muy satisfactorios en todos<br />

los casos (Fig. 5 y 6). <strong>No</strong> ha habido contracturas capsulares<br />

ni problemas de desplazamiento de la prótesis,<br />

ni distorsiones de la mama. Tampoco ha habido lesiones<br />

del nervio intercostobraquial. <strong>No</strong> ha habido casos<br />

de rotación del implante (cuando se trataba de prótesis<br />

anatómicas).<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

49


50<br />

Benito Ruiz, J.<br />

Fig. 3. Imagen endoscópica: las flechas indican el limite distal de la<br />

fascia, nivel en el que el bolsillo se hace subglandular.<br />

Fig. 4. Imagen peroperatoria de la colocación de prótesis anatómicas:<br />

para la correcta orientación se dibuja en la piel la proyección de<br />

las marcas craneales del implante.<br />

Discusión<br />

El implante subfascial por via axilar tiene varias<br />

ventajas con respecto al submuscular:<br />

– Obtiene los mismos resultados que la implantacion<br />

subglandular a través de la areola, con la ventaja<br />

de dejar una cicatriz escondida.<br />

– La via subfascial supone un abordaje natural para<br />

la colocacion del implante desde la axila y detrás de<br />

la glandula mamaria.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

– Hay menos riesgo de producir<br />

cambios de sensibilidad de la cara<br />

interna del brazo, ya que la disección<br />

es más superficial (9).<br />

– <strong>No</strong> hay dobles contornos.<br />

– El resultado estático es igual que<br />

el dinámico. <strong>No</strong> hay distorsiones de<br />

la forma de la mama, lo que permite<br />

que la paciente pueda realizar cualquier<br />

tipo de actividad física.<br />

– La recuperación es más rápida ya<br />

que no tenemos que seccionar el músculo<br />

pectoral mayor y por tanto la<br />

paciente tiene menos dolor postoperatorio.<br />

En el implante submuscular siempre<br />

hay un riesgo de distorsión. En<br />

algunos casos creemos que se debe a<br />

que el músculo seccionado queda<br />

adherido a la capsula de la prótesis y<br />

alsurco antiguo, de forma que al contraerse<br />

marca la zona límite entre la<br />

glándula y la prótesis. La posición<br />

subfascial evita este peligro.<br />

En los casos intervenidos hasta el<br />

momento con implantación subfascial,<br />

el índice de encapsulación ha<br />

sido cero. En las de implantación submuscular<br />

sólo tuvimos 2 casos (Baker<br />

I unilateral en una paciente y otra<br />

paciente con encapsulación bilateral,<br />

Baker I en lado derecho y Baker II en<br />

lado izquierdo). Los trabajos revisados<br />

siempre han esgrimido que la<br />

encapsulación es menor con los<br />

implantes en posición submuscular.<br />

La cuestión es que estos implantes<br />

son “antiguos”. Hay que ver la incidencia<br />

real de encapsulación con las nuevas prótesis<br />

disponibles en el mercado (tanto las de gel convencional<br />

como las de gel cohesivo).<br />

Respecto a la constitución corporal de la mujer, es<br />

posible que el plano submuscular siga estando indicado<br />

para añadir cobertura en pacientes muy delgadas,<br />

tal y como indica Tebbets (10).<br />

Las mamas de mujeres que ya han tenido hijos, se<br />

caracterizan por lo general por exceso de piel y atrofia<br />

glandular que da lugar a pseudoptosis. La areola<br />

está por encima, o a nivel del surco submamario, pero<br />

hay un desfondamiento de la glándula. La via axilar<br />

estaba contraindicada en este tipo de mamas ya que<br />

requeria modificaciones tecnicas como las desarrolladas<br />

por Tebbets (10) o Barnett (11), de forma que la


Fig. 5. Aumento mamario con prótesis redonda, texturada, de gel de silicona (CUI‚) de 350 cc.<br />

Fig. 6. Aumento mamario con prótesis anatómica,( McGhan‚, soft-touch) de 255 g.<br />

prótesis estuviera realmente en un plano subglandular<br />

en el polo inferior y evitar así la doble burbuja. Las<br />

pacientes con este tipo de mama sólo quieren tener la<br />

mama que lucían antes de los embarazos o durante los<br />

mismos y que ha “quedado vacia” tras la finalización<br />

de la lactancia. La colocación de un implante remeda<br />

la mama que tenían durante el embarazo, rellenando<br />

el volumen perdido y mejorando el polo superior. Es<br />

nuestra opinión, que no hay necesidad de hacer mastopexias<br />

en estas pacientes (pseudoptosis e incluso<br />

Aumento mamario transaxilar subfascial/sublandular<br />

ptosis grado I), dejando una cicatriz periareolar que<br />

puede ser demasiado visible si su evolucion es la<br />

incorrecta.<br />

Conclusiones<br />

La colocacion subfascial (o más correctamente subfascial/subglandular)<br />

por via axilar auna las ventajas<br />

del abordaje axilar de los implantes mamarios en<br />

cuanto a la calidad de la cicatriz y la inviolabilidad de<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

51


52<br />

Benito Ruiz, J.<br />

la mama y la colocación subglandular, en cuanto a<br />

naturalidad del resultado y estabilidad, independientemente<br />

de la acción del músculo pectoral mayor.<br />

Dirección del autor<br />

Dr. Jesús Benito Ruiz<br />

Servicio de Cirugía Plástica. Hospital Clinic<br />

C/ Villarroel 170. 08036 Barcelona<br />

e-mail: benito@medicina.ub.es<br />

Bibliografía<br />

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Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

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and parenchymal sweep”. Plast. Recons. Surg., 1990, 86:76.


CIRUGÍA PLÁSTICA IBERO-LATINOAMERICANA<br />

Cir. Plást. Iberlatinamer. - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1<br />

Enero - Febrero - Marzo 2005 / Pag. 53-60<br />

Reconstrucción mamaria mediante<br />

colgajos cutáneos locales en doble V<br />

??<br />

Peña Vicente, S.*, González Peirona, E.**, Agulló Domingo, A.***,<br />

Duato Jané, F.***, Elena Sorando, E.*<br />

Presentamos en este trabajo nuestra experiencia en<br />

la cirugía de reconstrucción mamaria mediante colgajos<br />

locales en doble V. Esta técnica ,descrita por primera<br />

vez en el año 1998 por Bolivar de Souza, es sencilla;<br />

los colgajos se caracterizan por su facilidad de<br />

rotación y trasposición así como por una buena vascularización.<br />

Proporciona resultados estéticos satisfactorios<br />

asegurando una adecuada forma y posición<br />

de la mama gracias a un implante de silicona y favorece<br />

la movilidad de la región axilar. Este método,<br />

que no pretende sustituir a las técnicas habituales de<br />

reconstrucción mamaria, supone una alternativa válida<br />

para aquellas pacientes que no presentan graves<br />

secuelas debidas a radiodermitis.<br />

Palabras clave Reconstrucción mamaria, colgajos subcutáneos,<br />

Z-plastia<br />

Código numérico 52140<br />

* Médico Residente<br />

** Jefe Clínico<br />

*** Adjunto del Servicio<br />

Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora. Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza. España.<br />

Peña Vicente, S.<br />

Resumen Abstract<br />

We report our experience in breast reconstruction<br />

surgery by means of cutaneous flaps in double V. This<br />

technique, developed by Bolivar de Souza in 1998, is<br />

easy to carry out; the flaps can be easily rotated and<br />

transposed, and they are well-vascularized. It achieves<br />

good aesthetic result and guarantee an adequate<br />

shape and positioning of the breast thanks to a mammary<br />

implant, getting good mobility for the axillary<br />

region. This technique does not intend to substitute<br />

the current techniques used in breast reconstruction,<br />

but it represents as an alternative for those patients<br />

who don’t suffer from severe cutaneous radiodermitis.<br />

Key words Breast reconstruction, cutaneous flaps,<br />

Z-plasty<br />

Código numérico 52140


54<br />

Peña Vicente, S., González Peirona, E., Agulló Domingo, A., Duato Jané, F., Elena Sorando, E.<br />

Introducción<br />

Las mamas de la mujer son consideradas un símbolo<br />

esencial de feminidad desde tiempos remotos.<br />

Hasta hace muy poco, una mujer que era diagnosticada<br />

de cáncer de mama estaba condenada a la mutilación.<br />

El impacto psicológico que esta mutilación conlleva<br />

es importante para la paciente, incluyendo cuadros<br />

de depresión, sensación de falta de feminidad,<br />

una imagen corporal negativa y pérdida de interés<br />

sexual (1).<br />

En Cirugía Plástica se emplean diferentes procedimientos<br />

para la reconstrucción mamaria post-mastectomía;<br />

sus indicaciones se deben analizar en función<br />

de las secuelas producidas por el tratamiento inicial,<br />

la calidad y cantidad de piel remanente, los tratamientos<br />

a que ha sido sometida la paciente, el pronóstico<br />

de la enfermedad y los deseos, la edad y morfología<br />

de la paciente. Para poder llevar a cabo la<br />

reconstrucción es necesario que haya un control de la<br />

enfermedad tanto local como sistémico, y un deseo<br />

expreso de la paciente de someterse a la reconstrucción<br />

(2).<br />

En el año 1998 Bolívar de Souza (3), describió los<br />

principios geométricos sobre los que se basa una<br />

nueva técnica de reconstrucción mamaria a base de<br />

colgajos cutáneos locales en doble V asociados a<br />

implantes mamarios. Fácil de ejecutar, la técnica se<br />

caracteriza por la simplicidad de transposición y rotación<br />

de los colgajos, buena viabilidad desde el punto<br />

de vista vascular y por el hecho de que proporcionan<br />

una forma y posición adecuada de la mama cuyo<br />

volumen es asegurado por el implante. La indicación<br />

fundamental para el empleo de esta técnica es la<br />

ausencia de secuelas graves cutáneas debidas a radiodermitis.<br />

El motivo de nuestro trabajo es presentar 20<br />

pacientes sometidas a reconstrucción mamaria<br />

mediante estos colgajos cutáneos locales en doble V y<br />

mostrar los resultados obtenidos a largo plazo.<br />

Material y Método<br />

Se lleva a cabo un estudio retrospectivo desde<br />

enero del año 2001 hasta marzo del 2003, periodo en<br />

el que se ha establecido la indicación en nuestra Servicio<br />

de reconstrucción mamaria mediante colgajos<br />

cutáneos locales en doble V a 20 pacientes, con un<br />

seguimiento postoperatorio comprendido entre 6 y 24<br />

meses.<br />

La elección de las pacientes a las que se realizó este<br />

tipo de reconstrucción ha venido dada por la ausencia<br />

de secuelas locales importantes debidas a radiodermitis.<br />

Las características de la cicatriz postmastectomía<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

han sido variables en cuanto a calidad: un 75% de las<br />

pacientes presentaban cicatriz normal, mientras que<br />

en un 15% la cicatriz se mostraba hipertrófica, y en un<br />

10% atrófica e irregular. En cuanto a la dirección de<br />

la cicatriz previa la mayoría era oblicua (85%), y en<br />

un 15% era horizontal.<br />

La edad media de las pacientes fue de 38 años<br />

(Tabla I).<br />

Técnica quirúrgica<br />

En primer lugar identificamos la cicatriz postmastectomía,<br />

atendiendo especialmente a su dirección y<br />

longitud. Debemos igualmente explorar la mama contralateral<br />

con el objeto de tomar los valores de referencia<br />

de altura y volumen. (Fig. 1)<br />

Marcaje:<br />

1. Línea 1: desde el punto medio en la región<br />

supraesternal al apéndice xifoides.<br />

2. Línea 2: desde el punto central supraesternal,<br />

oblicua, pasa por el pezón y desciende perpendicularmente<br />

hasta cruzar el pliegue submamario, previamente<br />

marcado. Aquí genera el punto 0, que divide la<br />

glándula mamaria en dos mitades iguales.<br />

3. Trazamos el surco submamario de la mama a<br />

reconstruir, que debe ir 2 cm por debajo del contralateral<br />

con el objetivo de lograr una buena acomodación<br />

de la prótesis.<br />

4. Si medimos la distancia entre el punto 0 y la<br />

línea 1, obtenemos la distancia X, y en la mama contralateral,<br />

como una imagen en espejo, la misma distancia<br />

será X´. Desde ésta distancia X´obtenemos el<br />

punto 0´y trazando una línea oblicua desde el punto<br />

medio supraesternal al punto 0´ obtenemos la línea 2´.<br />

Tabla I: Datos epidemiológicos<br />

n= 20<br />

Edad media........................................................ 38 años<br />

n=20<br />

Carcinoma de mama unilateral ......................... 19 (95%)<br />

Carcinoma de mama bilateral ........................... 1 (5%)<br />

n=20<br />

Radioterapia previa:<br />

-Radiodermitis severa.................................. 0<br />

-Radiodermitis moderada ............................ 1 (5%)<br />

-Radiodermitis leve ..................................... 12 (60%)<br />

Sin Radioterapia previa..................................... 7 (35%)<br />

n=20<br />

Tipo de cicatriz previa:<br />

-<strong>No</strong>rmal ....................................................... 15 (75%)<br />

-Hipertrófica ................................................ 3 (15%)<br />

-Atrófica ...................................................... .2 (10%)


Fig. 1: Marcaje preoperatorio.<br />

5. En el lado sano debemos identificar la línea axilar<br />

anterior (línea 3). La distancia entre esta línea y el<br />

punto 0 la llamaremos distancia Z.<br />

6. Sobre el nuevo surco submamario y desde 0´<br />

medimos la distancia Z, que aquí será Z´. Trasladamos<br />

esta distancia Z´ sobre la línea horizontal que<br />

cruza la cicatriz teniendo como origen la línea 3´ y<br />

verticalmente sobre la propia línea 3´.<br />

7. Al finalizar el marcaje, podemos observar ciertas<br />

peculiaridades sobre los colgajos. El colgajo 1 tiene<br />

una base superior y, tras su trasposición lateral hacia<br />

la región axilar favorece la movilidad y elasticidad de<br />

la axila, que normalmente se presenta limitada debido<br />

a la retracción local. El colgajo 2 tiene una base inferior<br />

y cuando sufre una rotación medial hacia la<br />

región mamaria consigue aportar gran capacidad de<br />

volumen a la zona, necesario para albergar una prótesis<br />

(Figura 2).<br />

Implantes<br />

Generalmente los colocamos en posición submuscular<br />

(80%), salvo en pocos casos en los que los colocamos<br />

en posición supramuscular (20%), presentando una<br />

buena movilidad en cualquier caso. Gracias a la colocación<br />

del surco submamario 2 cm por debajo del surco<br />

contralateral, se evita en la mayoría de los casos la emigración<br />

del implante hacia arriba en el postoperatorio.<br />

Resultados<br />

La reconstrucción se realizó de manera diferida en<br />

todos los casos, con un tiempo medio de espera de 1.5<br />

años. En un 85% de los casos se realizó corrección de<br />

la mama contralateral, consistente en mamoplastia de<br />

reducción (45%), mamoplastia de aumento (15%) y<br />

mastopexia (25%). El volumen mamario medio de las<br />

prótesis fue de 300cc. El complejo areola pezón se<br />

Reconstrucción mamaria mediante colgajos cutáneos locales en doble V<br />

Fig. 1: Marcaje preoperatorio.Fig. 2: Diseño de los colgajos cutáneos.<br />

A: La línea discontinua señala las incisiones que deben hacerse en la<br />

piel. B: Tallado de los colgajos cutáneos 1 y 2 y dirección de la rotación<br />

de estos. C: Cicatriz final tras las suturas.<br />

reconstruyó en un 90 % de los casos mediante diversas<br />

técnicas ( tatuaje, injerto de piel más injerto de<br />

pezón contralateral o colgajos dérmicos) (Tabla II).<br />

La mayoría de las pacientes fueron dadas de alta a<br />

las 48 horas de la intervención con el consiguiente<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

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56<br />

Peña Vicente, S., González Peirona, E., Agulló Domingo, A., Duato Jané, F., Elena Sorando, E.<br />

Tabla II: Resultados<br />

n=20<br />

Colocación del implante<br />

-Submuscular............................................... 16 (80%)<br />

-Supramuscular............................................ 4 (20%)<br />

n=20<br />

Corrección de mama contralateral<br />

- Reducción ................................................. 8 (40%)<br />

- Aumento.................................................... 3 (15%)<br />

-Mastopexia................................................. 8 (40%)<br />

-Mastectomía subcutánea ............................ 1 (5%)<br />

n=20<br />

Complicaciones:<br />

-Necrosis parcial.......................................... 2 (10%)<br />

-Extrusión implante..................................... 1 (5%)<br />

-Retracción capsular.................................... 0<br />

-Sin complicaciones .................................... 17 (85%)<br />

beneficio psicológico. Todas las pacientes experimentaron<br />

grandes cambios en su estatus psicoemocional<br />

según sus propios comentarios. Consideran la cirugía<br />

y el postoperatorio cómodos y el resultado estético es<br />

favorable en todos los casos. (Fig. 3-7)<br />

Complicaciones: En 4 de las pacientes observamos<br />

una necrosis parcial localizada en la punta de los colgajos.<br />

Se resolvió en el 100% de los casos con desbridamiento.<br />

Una de ellas presentó una extrusión<br />

como complicación mayor. En ninguna de las pacientes<br />

hemos observado retracción capsular.<br />

Discusión<br />

La reconstrucción mamaria forma parte del arsenal<br />

terapéutico del cáncer de mama así como del<br />

proceso de rehabilitación postmastectomía. Su objetivo<br />

consiste en aportar volumen, conseguir una<br />

simetría con la mama contralateral y reconstruir el<br />

complejo areola-pezón. <strong>No</strong> modifica el control<br />

oncológico de la paciente, no favorece el riesgo de<br />

recidivas locales ni de metástasis y permite a las<br />

mujeres mastectomizadas recuperar la integridad<br />

corporal y disminuir el impacto psicológico de<br />

semejante mutilación (2).<br />

Hoy en día los cirujanos plásticos cuentan con un<br />

gran abanico de posibilidades para reconstruir a las<br />

pacientes mastectomizadas, pero no existe un solo<br />

método apropiado que pueda emplearse en todos los<br />

casos. Las distintas opciones quirúrgicas incluyen:<br />

prótesis, expansor asociado a prótesis, colgajos locales<br />

asociados a prótesis y colgajos miocutáneos(4).<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

Fig. 3: Caso 1: Vista frontal, paciente mastectomizada.<br />

Fig. 4: Caso 1: postoperatorio inmediato.<br />

Fig. 5: Caso 1: Postoperatorio a los 6 meses.<br />

En el caso de aquellas pacientes sometidas a mastectomía<br />

total o radical modificada con conservación


Fig. 6: Caso 2: Vista frontal postmastectomía.<br />

Fig. 7: Caso 2: Postoperatorio a los 6 meses de la reconstrucción.<br />

Fig. 8: Caso 2: Vista lateral postreconstrucción de la nueva cicatriz en<br />

doble V.<br />

del músculo pectoral que presenten tejidos con buena<br />

calidad y cantidad, la prótesis es el método de elec-<br />

Reconstrucción mamaria mediante colgajos cutáneos locales en doble V<br />

ción (5). Desafortunadamente estos son los casos<br />

menos frecuentes que encontramos en la práctica diaria.<br />

El caso más común es el de una paciente sometida<br />

a mastectomía total o radical modificada con conservación<br />

del pectoral, que ha sido radiada posteriormente,<br />

y en la que los tejidos son escasos para albergar<br />

una prótesis. Si la piel fuera de buena calidad,<br />

aunque insuficiente, podemos optar por un expansor<br />

tisular o por colgajos locales. Si la piel presenta graves<br />

secuelas secundarias a la radioterapia la única<br />

opción la reconstrucción mediante colgajos miocutáneos<br />

pediculados o libres.<br />

En la reconstrucción mediante colgajos locales (6)<br />

se emplean el colgajo fasciocutáneo tóracoepigástrico<br />

y el colgajo tóracodorsal ipsilateral. Se trata de una<br />

técnica sencilla pero tiene el inconveniente de reparar<br />

sólo la piel y los tejidos blandos de los dos tercios<br />

inferiores de la mama, y además ni liberan ni aumentan<br />

la capacidad de movimiento de la región axilar,<br />

problema que queda solucionados con la técnica de<br />

colgajos locales en doble V, que analizamos<br />

Si comparamos esta técnica con la reconstrucción<br />

mamaria mediante expansores tisulares (7), vemos<br />

como de entrada presenta algunas ventajas: se evitan<br />

los dos últimos tiempos quirúrgicos y las consultas<br />

requeridas para la expansión tisular, evita también los<br />

riesgos asociados a la inyección de solución salina a<br />

través de la piel intacta con el consiguiente aumento<br />

del riesgo de contaminación e infección.<br />

Los colgajos miocutáneos constituyen un pilar<br />

importante en la reconstrucción mamaria; dentro de<br />

ellos, el más representativo es el TRAM, seguido del<br />

dorsal ancho y de los colgajos fasciocutáneos (2,8).<br />

Sin embargo no se trata de una técnica sencilla,<br />

requiere experiencia por parte del equipo quirúrgico y<br />

no está exenta de morbilidad: en mayor o menor<br />

grado compromete la zona donante, requiere una<br />

mayor estancia hospitalaria y puede asociar un gran<br />

número de complicaciones postoperatorias (necrosis<br />

del colgajo, infección o grandes cicatrices entre<br />

otras).<br />

Por todas estas razones, en la búsqueda de un método<br />

simple pero a la vez eficaz, incorporamos en nuestro<br />

Servicio este sencillo método reconstructivo basado<br />

en la rotación de colgajos cutáneos locales en<br />

doble V asociados a implantes mamarios que no precisa<br />

de sofisticados materiales ni de preparación<br />

microquirúrgica por parte de los cirujanos plásticos.<br />

Puede ser aplicado prácticamente en todas las pacientes<br />

sometidas a mastectomía radical modificada,<br />

incluso cuando presentan cicatrices más oblicuas o<br />

incluso verticales. La única contraindicación que nosotros<br />

observamos es la presencia de una severa radiodermitis<br />

cutánea secundaria a tratamiento radioterápi-<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

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58<br />

Peña Vicente, S., González Peirona, E., Agulló Domingo, A., Duato Jané, F., Elena Sorando, E.<br />

co. Otras contraindicaciones podrían ser el rechazo de<br />

la paciente al empleo de implantes mamarios o la presencia<br />

de una mama contralateral de base muy<br />

amplia. En estos casos optamos por cualquiera de las<br />

alternativas descritas anteriormente.<br />

Se trata por tanto de una técnica simple, rápida,<br />

segura y poco agresiva. Los colgajos cutáneos locales<br />

randomizados son seguros y viables desde el punto de<br />

vista vascular. Con este procedimiento la mama<br />

obtiene una forma proporcionada, blanda, móvil y<br />

simétrica. La cicatriz final se localiza de manera<br />

estratégica tras la línea axilar anterior, quedando un<br />

pequeño segmento ( uno de los brazos cortos de la Z)<br />

en la pared torácica anterior y el otro brazo corto en la<br />

parte lateroposterior del tórax. Con la rotación de los<br />

colgajos se consigue aportar capacidad de volumen<br />

suficiente para colocar el implante.<br />

Desde el punto de vista funcional se aprecia una<br />

mayor liberación y movilidad de la región axilar (<br />

gracias a la rotación y transposición del colgajo 1)<br />

cuyos movimientos suelen presentar limitación por la<br />

propia mastectomía y por la retracción local de la<br />

cicatriz.<br />

Conclusiones<br />

En definitiva y como conclusión, podríamos decir<br />

que la cirugía de reconstrucción mamaria aporta un<br />

importante beneficio tanto del estrés psicosocial y de<br />

la alteración en la percepción de la imagen corporal,<br />

como de los trastornos funcionales que suelen presentar<br />

las pacientes mastectomizadas.<br />

Consideramos que la reconstrucción mediante colgajos<br />

cutáneos locales en doble V supone una importante<br />

alternativa sencilla dentro de las técnicas de<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

reconstrucción mamaria que empleamos en nuestro<br />

Servicio, rápida y con escasa morbilidad, que repercute<br />

en un postoperatorio cómodo y en un beneficio<br />

económico, con la garantía para las pacientes de un<br />

resultado estético satisfactorio sin olvidar que no<br />

impide el empleo posterior de otras técnicas.<br />

Dra. Sonia Peña Vicente<br />

Avda. Ilustración 11 Casa 106 A<br />

50012 Zaragoza. España<br />

e-mail: psonia@mixmail.com<br />

Dirección del autor<br />

Bibliografía<br />

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cirugía plástica oncológica y de la reconstrucción mamaria inmediata<br />

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with and without reconstruction”. Am J Surg.2000; 179(6).<br />

441.


Debo agradecer a la dirección de la revista, la confianza<br />

depositada para escribir el comentario al trabajo<br />

de la Dra. Peña y cols. También he de felicitar a la<br />

Dra. Peña, residente de quinto año por animarse a<br />

publicar en esta revista, y por el interés que ha demostrado<br />

y no solo por la realización de este trabajo, en la<br />

reconstrucción mamaria.<br />

En este trabajo los autores exponen la técnica de<br />

Souza Pinto para la reconstrucción mamaria y los<br />

resultados obtenidos en 20 pacientes. La técnica consiste<br />

en la realización de dos colgajos locales en la<br />

zona del pilar axilar anterior, que permiten aportar<br />

tejido a la zona mamaria de forma que se pueda introducir<br />

una prótesis de reconstrucción. Esta técnica<br />

forma parte del conjunto de colgajos locales (toracodorsal,<br />

torácico lateral…) destinados a la reconstrucción<br />

con prótesis de mama sin expansión previa. Son<br />

de gran ayuda en aquellos casos en que se precisa una<br />

reconstrucción en un solo tiempo, la mama a reconstruir<br />

es de tamaño moderado y la calidad de los tejidos<br />

locales es buena, obteniéndose unos resultados<br />

satisfactorios.<br />

En las fotografías de los casos presentados los<br />

resultados son excelentes y están bien resueltos. Especialmente<br />

clarificadora el la imagen número 8, en la<br />

que vemos que en realidad se trata de una Z plastia del<br />

extremo lateral de la cicatriz de la mastectomía. De<br />

hecho, así deben considerarlo también los autores<br />

puesto que lo incluyen dentro de las palabras clave.<br />

Respecto a las complicaciones que han aparecido en 4<br />

de las 20 pacientes y consistentes en la necrosis de la<br />

punta de los colgajos, los autores no citan si en esos<br />

casos la paciente había recibido radioterapia. Tampoco<br />

lo sabemos en el caso de extrusión de la prótesis<br />

que ocurrió en una paciente de la serie. Sería enriquecedor<br />

para el artículo el aclararlo.<br />

Se trata efectivamente de una técnica sencilla que<br />

permite resolver brillantemente, con la ayuda de una<br />

prótesis, casos seleccionados. Sin embargo discrepo<br />

con los autores en la indicación sobre lechos radiados,<br />

aunque tal y como puntualizan no tengan signos de<br />

radiodermitis. La experiencia en nuestro Servicio en<br />

la reconstrucción mamaria diferida en las pacientes<br />

que han recibido radioterapia ha hecho que se radica-<br />

Reconstrucción mamaria mediante colgajos cutáneos locales en doble V<br />

Comentario al trabajo «Reconstrucción mamaria<br />

mediante colgajos cutáneos locales en doble V»<br />

Dr. E. García Tutor<br />

Dpto. de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética<br />

Clínica Universitaria. Universidad de Navarra<br />

Pamplona (España)<br />

lice nuestra postura en la indicación de la técnica a<br />

emplear en la reconstrucción. Si ha habido radioterapia,<br />

la forma de evitar complicaciones es emplear colgajos<br />

que aporten tejidos no radiados a la zona. Debemos<br />

evitar el combinar tejidos radiados con prótesis y<br />

expansores. Las alternativas son variadas: puede efectuarse<br />

la reconstrucción con un colgajo de dorsal<br />

ancho mas prótesis, un colgajo TRAM pediculado o<br />

libre, DIEP, SGAP…, pero el uso de tejidos locales,<br />

por lo menos en nuestras manos, ha sido fuente de<br />

complicaciones a corto y medio plazo.<br />

El desarrollo de la idea de la “escalera terapéutica”<br />

vino a estandarizar y protocolizar las técnicas reconstructivas<br />

para el tratamiento de defectos corporales<br />

más o menos complicados, basándose en la complejidad<br />

de las cirugías y de las lesiones. En el peldaño<br />

más bajo de la escalera se encuentra el cierre directo.<br />

Cuando éste es inviable pasamos al segundo peldaño<br />

que son los injertos cutáneos. El tercer peldaño son<br />

los colgajos locales, y el último los colgajos libres.<br />

Pero de la aplicación de la escalera reconstructiva no<br />

siempre se obtienen los mejores resultados, sino que<br />

cuando la forma y función son prioritarios, el salto al<br />

último peldaño puede ser lo más apropiado. El caso<br />

de la reconstrucción mamaria pude tratarse así. Por<br />

esta razón no debemos pensar de forma automática<br />

en una reconstrucción con prótesis (precedida o no de<br />

expansión) siempre que tengamos ante nosotros una<br />

paciente mastectomizada sin antecedentes de radioterapia<br />

y con buena calidad de piel en la zona. Los<br />

resultados obtenidos con el colgajo TRAM han<br />

hecho que se le considere como el estándar de oro en<br />

la reconstrucción, y a medida que se popularice y se<br />

haga más extensivo el uso del colgajo DIEP, este ocupará<br />

su puesto. Por supuesto, cada caso necesita una<br />

solución individualizada y de acuerdo en la medida<br />

de lo posible con las preferencias de la paciente.<br />

Cuantas más soluciones o alternativas tengamos para<br />

tratar un problema tan frecuente en nuestras consultas,<br />

como es la reconstrucción mamaria, más podemos<br />

ofrecer a nuestras pacientes, y más crecerá la<br />

especialidad. En este sentido lo habitual es que las<br />

técnicas novedosas sean cada vez más complejas y<br />

sofisticadas. Me alegra el conocer la buena experien-<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

59


60<br />

Peña Vicente, S., González Peirona, E., Agulló Domingo, A., Duato Jané, F., Elena Sorando, E.<br />

cia de los autores con una técnica sencilla para una<br />

patología frecuente.<br />

En conclusión, la técnica de reconstrucción mamaria<br />

mediante colgajos cutáneos locales en doble “V”<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

es una intervención sencilla, de fácil aplicación y que<br />

permite obtener, con la ayuda de una prótesis, unos<br />

buenos resultados reconstructivos en un solo tiempo<br />

quirúrgico.<br />

Respuesta al comentario del Dr. E. García Tutor<br />

Agradezco al Dr. García Tutor, la cuidadosa lectura<br />

de nuestro trabajo “Reconstrucción mamaria mediante<br />

colgajos cutáneos locales en doble V” así como sus<br />

felicitaciones y amenos comentarios.<br />

Con respecto a la pregunta que nos hace referente a<br />

las complicaciones, efectivamente la paciente que<br />

presentó extrusión de la prótesis había recibido radioterapia,<br />

aunque fue diagnosticada de radiodermitis<br />

leve, al igual que dos de las pacietnes en las que hubo<br />

necrosis de los colgajos. Si bien, la necrosis cutánea<br />

se solucionó sin problemas. Esto nos hace plantearnos<br />

el hecho de una indicación forzada en caso de radioterapia<br />

previa, a pesar del autor original, Souza Pinto,<br />

quien sólo contraindica esta técnica en caso de radiodermitis<br />

severa.<br />

Dra. S. Peña Vicente<br />

Estamos de acuerdo, por tanto en indicar esta técnica<br />

en pacientes seleccionadas y en emplear, por<br />

supuesto, otras alternativas en cirugía de reconstrucción<br />

mamaria más complejas y sofisticadas en<br />

los casos en los que no debamos emplear tejidos<br />

locales.<br />

Este trabajo simplemente se orienta a llamar la<br />

atención sobre una solución técnicamente sencilla y<br />

fiable, que ha sido objeto de poca atención en la literatura<br />

especializada en el tema, para reconstruir una<br />

zona de peculiares exigencias, pero que en absoluto<br />

pretende sustituir las técnicas habituales en reconstrucción<br />

mamaria.<br />

Nuevamente quiero agradecer los comentarios del<br />

Dr. García Tutor y sus aportes en nuestro trabajo.


CIRUGÍA PLÁSTICA IBERO-LATINOAMERICANA<br />

Cir. Plást. Iberlatinamer. - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1<br />

Enero - Febrero - Marzo 2005 / Pag. 61-66<br />

La importancia de la disección axilar<br />

para la reconstrucción mamaria con<br />

TRAM libre microvascularizado<br />

El cancer de mama es la neoplasia maligna más frecuente en<br />

la mujer.<br />

La incidencia tiende a aumentar y su mortalidad a disminuir,<br />

como consecuencia del progreso en el diagnóstico precoz y en el<br />

manejo terapéutico.<br />

El desarrollo de la Cirugía Plástica ha producido grandes<br />

avances en el campo de la reconstrucción mamaria postmastectomía.<br />

Actualmente una de las técnicas más extendidas y reconocidas<br />

es el TRAM libre microvascularizado: la tranferencia del<br />

abdomen al tórax de un colgajo dermograso nutrido por el pedículo<br />

de la arteria epigástrica inferior del lado correspondiente.<br />

En nuestro Servicio, en un año, se han realizado 24 TRAM<br />

libres. La aplicación de esta técnica requiere una selección adecuada<br />

de las pacientes Nuestra experiencia y la revisión de la literatura<br />

al respecto nos hacen concluir que, practicamente todas las<br />

mujeres mastectomizadas, pueden ser reconstruidas mediante<br />

TRAM, siendo su versión libre microvascularizada la que presenta<br />

mejores resultados estéticos y funcionales, sobre todo si se<br />

practica de forma inmediata a la mastectomía.<br />

La realización de la microanastomosis se llevó a cabo sobre<br />

todo en la axila a nivel del pedículo toracodorsal que cumple las<br />

condiciones ideales para ser la zona receptora. El objetivo de este<br />

trabajo es presentar nuestra experiencia en la realización del<br />

TRAM libre, dando especial importancia al papel que la disección<br />

axilar que el cirujano oncológico lleva a cabo previamente,<br />

para el éxito ulterior en el desarrollo de nuestra técnica.<br />

Palabras clave Colgajo TRAM, Toracodorsal,<br />

microvascular<br />

Código numérico 5214, 52140<br />

??<br />

Fidalgo Rodríguez, F.*, Torres Corpas, J.**, Redondo Camacho, A.**,<br />

Fernández Meléndez, F.*, Rioja Torrejón, L. F.***, Pedreño Guerao, F.*<br />

* Médico Interno Residente<br />

** Facultativo Especialista<br />

*** Jefe de Servicio<br />

Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora. Hospital Regional Reina Sofía. Córdoba. España.<br />

Resumen Abstract<br />

Breast cancer is the most common malignant tumour among<br />

women.<br />

Its incidence tends to increase whereas its mortality tends to<br />

decrease thanks to early diagnosis and suitable treatment.<br />

The development in Plastic Surgery has caused significant<br />

advances in postmastectomy breast reconstruction. At present,<br />

free TRAM flap is a very extended technique because of its excellent<br />

results.<br />

In our Plastic Surgery unit, 24 free TRAM flaps have been<br />

carried out within a year. The application of this procedure requires<br />

an appropriate selection of patients. Our experience and the<br />

consulted literature on the subject lead us to think and conclude<br />

that almost every mastectomied woman can be reconstructed<br />

with TRAM flaps, out of which the Free TRAM flap is the best<br />

option for these cases due to both its aesthetic and functional<br />

results (which can even be improved when practiced immediately<br />

after the mastectomy) .<br />

In all the 24 cases, our unit carried out the microvascular suture<br />

on the axillar area, which has the best condition to be the receiver<br />

area. The aim of this study was to survey the role of axillar<br />

dissection in breast reconstruction procedure, whose success<br />

depends on both an accurate dissection and conservation of the<br />

axillar neurovascular structures.<br />

Key words TRAM flap, Thoracodorsal,<br />

microvascular<br />

Código numérico 5214, 52140<br />

Fidalgo Rodríguez, F.


62<br />

Fidalgo Rodríguez, F., Torres Corpas, J., Redondo Camacho, A., Fernández Meléndez, F., Rioja Torrejón, L.F., Pedreño Guerao, F.<br />

Introducción<br />

El cáncer de mama es la neoplasia maligna invasiva<br />

más frecuente en la mujer (1-5). En los últimos<br />

años se ha producido un progresivo incremento de<br />

esta patología, con más de un millón de casos y cerca<br />

de 600.000 muertes en todo el mundo. Su incidencia<br />

es mayor en paises industrializados como EEUU,<br />

Australia o en países de Europa Occidental. En EEUU<br />

se ha llegado a hablar de una auténtica epidemia. El<br />

Cáncer de mama, entre los 30 y los 64 años de edad<br />

es el causante del numero más elevado de muertes en<br />

el sexo femenino por causa oncológica; es la principal<br />

causa de muerte en mujeres, entre 40 y los 44 años;<br />

sólo alrededor del 60% de todas las diagnosticadas<br />

sobreviven a los 5 años. El factor pronóstico más<br />

importante es el diagnóstico de extensión que se<br />

expresa en los denominados estadíos. Así, en el estadío<br />

O, curan el 100% de pacientes; en el I, el 90%; en<br />

el II, el 70%, en el III, el 40% y en el IV sólo el 10%.<br />

La incidencia de cáncer de mama tiende a aumentar<br />

y la mortalidad, a disminuir, consecuencia esto<br />

último del progreso en el diagnóstico precoz y el<br />

manejo terapéutico más adecuado.<br />

El tratamiento quirúrgico del cáncer de mama ha<br />

evolucionado en cuanto a su concepción con el paso<br />

del tiempo. Las tendencias más actuales se inclinan<br />

hacia la práctica de tratamientos cada vez más conservadores,<br />

como tumorectomías o cuadrantectomías,<br />

y más recientemente las mastectomías radicales conservadoras<br />

de piel o “Skin Sparing” (6-9), todas ellas<br />

complementadas por los tratamientos adyuvantes<br />

indicados en cada caso.<br />

<strong>No</strong> obstante, en algunas ocasiones no es posible, o<br />

recomendable, la práctica de una técnica conservadora;<br />

en estos casos se impone la necesidad de un tratamiento<br />

más radical: la amputación completa de la<br />

mama.<br />

Independientemente de la técnica que se lleve a<br />

cabo, cualquier exéresis de tejido mamario puede<br />

generar una deformidad estética cuyo grado puede ir<br />

de mínimo, como en la tumorectomía a extremo como<br />

en la mastectomía radical.<br />

Esta pérdida de la mama supone para la mujer un<br />

notable menoscabo fisico y psíquico, hasta el punto<br />

de que puede llegar a condicionar sobremanera su<br />

vida social, familiar e incluso sexual, no siendo infrecuente<br />

que las mujeres mastectomizadas requieran<br />

atención psicológica especializada en algún momento<br />

de su vida.<br />

Por ello, la reconstrucción mamaria se impone<br />

como un tratamiento estandarizado tras la cirugía<br />

oncológica mamaria, un tratamiento que podemos<br />

considerar como parte del mismo tratamiento oncoló-<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

gico, y que, correctamente indicado y valorado, puede<br />

practicarse de forma inmediata consiguiendo así<br />

resultados estéticos y funcionales sorprendentes,<br />

como se extrae de la amplia bibliografía existente a<br />

este respecto.<br />

Material y Método<br />

Muchas son las técnicas que pueden aplicarse para<br />

la reconstrucción mamaria, desde las más sencillas<br />

como la expansión tisular mediante prótesis de silicona,<br />

hasta las más complejas basadas en la transferencia<br />

a distancia de tejido autólogo que aporte volumen<br />

y conforme un nueva mama.<br />

Uno de los mayores avances en este campo se produjo<br />

con el advenimiento del colgajo TRAM (colgajo<br />

de recto anterior del abdomen), descrito originariamente<br />

por Hartrampf (10) que tras aplicarse originariamente<br />

en su versión pediculada (11) ha evolucionado<br />

hasta poder ser practicado mediante técnicas de<br />

autotransplante microquirúrgico, mejorando con ello<br />

no sólo el resultado estético, al poder ser modelado<br />

con más facilidad tras ser separado completamente<br />

del sitio donante, sino también disminuyendo, en<br />

manos expertas, las complicaciones.<br />

El TRAM libre es un colgajo extraordinariamente<br />

versatil que se obtiene a partir del tejido dermograso de<br />

la porción inferior del abdomen, tallado en forma de<br />

huso para facilitar el cierre directo de la zona donante.<br />

Su vascularización depende de los pedículos perforantes<br />

musculocutáneos que, procedentes de las arterias y<br />

venas epigástricas superiores e inferiores (preferentemente<br />

estas últimas), atraviesan el musculo recto abdominal<br />

y se distribuyen luego por el tejido subcutáneo.<br />

Por ello este colgajo debe incluir un pequeña “pastilla”<br />

muscular de no más de 5 x 5 cm en la porcion por<br />

donde el pedículo principal penetra en el músculo,<br />

siendo ésta la principal causa de complicaciones en la<br />

pared abdominal tras la práctica de este colgajo (12, 13)<br />

(Fig 1). El colgajo se transfiere posteriormente a la<br />

zona del tórax, tras haber sido separado completamente<br />

de la región donante, y se anastomosa mediante técnicas<br />

microquirúrgicas a un pedículo vascular receptor.<br />

Tras la retirada de la cicatriz de mastectomía, que<br />

siempre es sometida en nuestro medio a estudio anatomopatológico,<br />

el colgajo se modela en el sitio receptor<br />

retirando aquellas porciones del mismo que puedan<br />

tener un mayor compromiso de su vascularización,<br />

adaptándolo y colocándolo de tal manera que su morfología<br />

se parezca lo más fidedignamente a una nueva<br />

mama. El tratamiento concluirá más adelante con la<br />

reconstrucción teloareolar y los retoques o cirugia de<br />

simetrización de la mama contralateral (pexias o<br />

reducciones mamarias generalmente) si fuese precisa.


La importancia de la disección axilar para la reconstrucción mamaria con TRAM libre microvascularizado<br />

Figura 1: Fotografia intraoperatoria de la cara interna de un colgajo TRAM donde pueden apreciarse las dimensiones de la pastilla muscular<br />

que soporta el pedículo.<br />

De hecho, y hasta que los nuevos colgajos de perforantes<br />

de la arteria epigástrica profunda o DIEP<br />

(refinamiento aún más sutil del TRAM libre que evita<br />

el daño a la pared muscular abdominal (14-16) o los<br />

colgajos de perforantes periumbilicales sean objeto de<br />

un mayor estudio y difusión, el colgajo TRAM libre<br />

puede considerarse la tecnica quirúrgica de elección<br />

en la mujer mastectomizada y por ello es la más practicada<br />

en nuestro Servicio.<br />

Ni que decir tiene que esta técnica, que consigue<br />

resultados excelentes requiere un adecuado conocimiento,<br />

no solo de la anatomía, sino también de la disciplina<br />

quirúrgica, así como una notable experiencia<br />

en las técnicas microquirúrgicas, hecho éste que<br />

puede considerarse un handicap a la hora de indicar<br />

esta opción reconstructora; sin embargo, los resultados<br />

obtenidos compensan las dificultades derivadas<br />

de su realización.<br />

La mayoría de las mujeres mastectomizadas pueden<br />

ser reconstruidas mediante TRAM, algunas incluso<br />

pueden ser objeto de reconstrucciones bilaterales<br />

en un mismo acto quirúrgico. <strong>No</strong> obstante añadiremos<br />

que a la hora de seleccionar a las pacientes candidatas<br />

a esta técnica hemos de ser cautos y considerar factores<br />

de vital importancia para el éxito final del proceso<br />

como son: la ausencia o presencia de hábitos tabaquicos<br />

(17) (el tabaquismo reduce considerablemente la<br />

vascularización de este colgajo, en porcentajes de<br />

hasta el 50% en el TRAM pediculado y en un índice<br />

algo menor en el TRAM libre), el tipo de mastectomía<br />

practicada, la presencia de cicatrices previas en el<br />

tórax y sobre todo en el abdomen, que puedan haber<br />

dañado los pedículos, la historia oncológica de la<br />

paciente, y también muy importante, si ésta va a recibir<br />

o no tratamiento radioterápico (18, 19), ya que en<br />

este caso es preferible la reconstrucción diferida a la<br />

inmediata por el daño que la radiación infringe al colgajo,<br />

alterando su morfología y provocando un resultado<br />

a largo plazo estéticamente inaceptable.<br />

Sin duda un factor importante es el del tratamiento<br />

quirúrgico de los ganglios axilares (20), ya que de la<br />

práctica del cirujano oncológico que lleva a cabo esta<br />

intervención depende sobremanera la posibilidad de<br />

utilizar como pedículo receptor el paquete toracodorsal<br />

(21, 22)localizado a nivel de la región axilar, ideal<br />

para este tipo de reconstrucciones y zona más frecuentemente<br />

usada en nuestros casos.<br />

En efecto, uno de los sitios receptores habituales<br />

para el pedículo del colgajo se halla en la axila, concretamente<br />

en el pedículo toracodorsal que recordemos<br />

se origina a partir de la arteria subescapular, rama<br />

de la arteria axilar y que se desdobla en una rama para<br />

el músculo dorsal ancho y otra para el músculo serrato<br />

(Fig 2, 3). Ello no quiere decir que ésta sea la única<br />

zona receptora, tanto la propia arteria subescapular,<br />

como la circunfleja escapular como las ramas de la<br />

toracodorsal por separado pueden ser usadas si su<br />

calibre lo permite en un momento dado. Con ello queremos<br />

indicar que en la axila se hallan numerosas<br />

opciones favorables a la hora de elegirla como sitio<br />

receptor para la anastomosis microquirúrgica.<br />

El otro sitio receptor por excelencia, con el que<br />

también se consiguen excelentes resultados evitando<br />

además la cicatriz axilar, es la arteria mamaria interna<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

63


64<br />

Fidalgo Rodríguez, F., Torres Corpas, J., Redondo Camacho, A., Fernández Meléndez, F., Rioja Torrejón, L.F., Pedreño Guerao, F.<br />

Figura 2: Esquema anatómico de los vasos axilares con especial<br />

atención al pedículo toracodorsal: 1-. Arteria. Subclavia, 2-. A. Axilar,<br />

3-. A. Subescapular, 4-. A. Circunfleja escapular, 5-. A. Toracodorsal,<br />

6-. Rama del serrato, 7-. Rama del dorsal ancho.<br />

(23) que generalmente se aisla para este procedimiento<br />

a nivel del 4º o del 5º espacio intercostal.<br />

A nivel de la axila la anatomía suele ser bastante<br />

constante, no obstante pueden darse algunas variantes<br />

anatómicas ante las que el cirujano general debe estar<br />

preparado, para no dañar una zona portencialmente<br />

útil para la anastomosis. (Fig 4).<br />

En nuestra serie de 24 TRAM libres practicados en<br />

el intervalo de 1 año, la mayor parte de las microanastomosis<br />

arteriales fueron realizadas en el pedículo<br />

toracodorsal (19 casos). En 2 ocasiones se llevó a<br />

cabo en la arteria circunfleja, en otros 2 en la rama del<br />

músculo serrato y por último en una ocasión en la<br />

arteria subescapular. Con respecto a las anastomosis<br />

venosas, 18 fueron practicadas en la vena toracodorsal,<br />

3 en la circunfleja, 5 en la rama del serrato y por<br />

último 1 en la vena subescapular. En 3 casos se suturaron<br />

dos venas, mientras que en el resto tan sólo se<br />

procedio a la sutura de una sola. Todas las anastomosis<br />

fueron llevadas a cabo de forma termino-terminal.<br />

Es importante destacar que las anastomosis arterial y<br />

venosa, aunque generalmente lo hagan, no tienen porqué<br />

coincidir en el mismo pedículo (Tabla I).<br />

La elección del pedículo toracodorsal facilitó notablemente<br />

la realización de la técnica y posibilitó así<br />

unos resultados bastante esperanzadores.<br />

Sin embargo cuando nos disponíamos a realizar la<br />

disección axilar siempre nos asaltaba la duda acerca<br />

de la indemnidad de estos pedículos. La práctica por<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

parte de cirujanos cualificados de una correcta linfadenectomía<br />

axilar nos aseguró en la mayoría de las<br />

pacientes dicha integridad. Actualmente todos los<br />

cirujanos oncologicos (cirujanos generales y ginecólogos<br />

) que practican cirugía de la mama son conscientes<br />

de la importancia de preservar las estructuras<br />

vasculonerviosas de la axila, a pesar de la mayor dificultad<br />

técnica que ello implica, conservación que<br />

adquiere hoy día, una mayor transcendencia debido a<br />

la utilidad de estas estructuras para la reconstrucción<br />

mamaria ya sea mediante TRAM libre o pediculado o<br />

mediante colgajo de dorsal ancho.<br />

Para valorar el estado de estos pedículos recurrimos<br />

generalmente a una detenida exploración física<br />

mediante la cual es posible comprobar la compatibilidad<br />

del músculo dorsal ancho, la cual suele asociarse<br />

en la mayoria de los casos a la integridad de estos<br />

pedículos. <strong>No</strong> obstante, la falta de función del músculo<br />

no se asocia indefectiblemente a la ausencia de estos<br />

pedículos, y por ello siempre procedemos a realizar la<br />

búsqueda de los vasos en la axila, a pesar de hallar un<br />

músculo denervado. En nuestra serie pudimos comprobar<br />

4 casos de dorsal ancho afecto, 2 de los cuales<br />

tenían los pedículos integros y los otros 2 no, siendo<br />

necesario en estos casos recurrir a otras zonas receptoras<br />

o a la practica de un TRAM pedículado.<br />

Discusión<br />

A pesar del reducido número de casos de nuestra<br />

serie y del corto periodo de tiempo en el que ésta es<br />

considerada, los resultados postquirúrgicos, así como<br />

el índice y tipo de complicaciones encontrados son<br />

similares a los publicados por otros autores; sin<br />

embargo en ninguna referencia de las halladas en la<br />

literatura se dice nada sobre lo concerniente en la<br />

necesidad de considerar la integridad de los vasos axilares<br />

como un paso previo y fundamental a la cirugía<br />

oncológica para poder así utilizarlos en un futuro proceso<br />

reconstructor. Hay autores que defienden el uso<br />

de estos vasos como receptores incluso como primera<br />

opción, pero no refieren el porcentaje de casos en los<br />

que hallaron éstos dañados y se vieron obligados a<br />

TABLA 1: Distribución de las arterias y venas de los<br />

pedículos en los que fueron practicadas las anastomosis<br />

en la zona receptora, sobre un total de 24 casos<br />

Pedículo receptor Anastomosis Anastomosis<br />

arteriales venosas<br />

TORACODORSAL 19 18<br />

CIRCUNFLEJA 2 3<br />

RAMA DEL SERRATO 2 5<br />

SUBESCAPULAR 1 1


La importancia de la disección axilar para la reconstrucción mamaria con TRAM libre microvascularizado<br />

Figura 3: Relaciones anatómicas del pediculo toracodorsal y sus<br />

ramas. 1-. Axilar, 2-. Subescapular, 3-. Circunfleja escapular, 4-. Toracodorsal,<br />

5-. Rama del dorsal ancho, 6-. Rama del serrato.<br />

usar otros; en la mayoria de los casos los procedimientos<br />

oncológicos y reparadores son tratados por<br />

separado y no son referidos en los textos de forma<br />

conjunta. <strong>No</strong>sotros creemos que ambos son partes de<br />

un todo que debe ser planificado en conjunto, de ahí<br />

nuestro interés en el desarrollo de este trabajo<br />

En definitiva, para nosotros que consideramos,<br />

basandonos en la experiencia de otros autores y en la<br />

nuestra propia, que el colgajo TRAM libre es una de<br />

las mejores opciones para la reconstrucción mamaria,<br />

la conservación de las estructuras vasculares de la<br />

axila es fundamental, y adquiere una dimensión especial,<br />

con especial énfasis en los vasos del eje subescapular,<br />

donde es fundamental preservar la grasa perivascular<br />

para poder disecarlos de forma diferida sin<br />

inducir vasoespasmo severo ni bajo flujo, complicación<br />

que puede producir en ultima instancia trombosis<br />

arterial. El conservar este manguito graso, no disminuye<br />

la eficacia de la linfadenectomía axilar, pero<br />

exige un mayor esfuerzo y tiempo adicional, identificando<br />

perfectamente este eje vascular y preservándolo.<br />

Cuando se practica una reconstrucción inmediata<br />

los vasos no estan envueltos por tejido cicatricial, con<br />

lo que la dificultad para su disección es menor, llevandose<br />

a cabo en el mismo acto quirúrgico; sin embargo<br />

este procedimiento es por ahora poco frecuente.<br />

Consideramos que es de vital importancia que el<br />

cirujano general conozca la existencia de estas técnicas<br />

reconstructivas, de sus resultados y de la infraestructura<br />

anatómica que precisan estastécnicas que<br />

cada vez son practicadas con más frecuencia en todos<br />

los hospitales de nuestro medio.<br />

Figura 4: diferentes variantes anatomicas de la arteria subescapular<br />

y sus ramas: CS=Circunfleja escapular, TD=Toracodorsal.<br />

Para la mujer afecta de cáncer de mama, la posibilidad<br />

de optar a una reconstrucción puede llegar a ser<br />

casi tan importante como conseguir la curación de su<br />

enfermedad, y de hecho, la reconstrucción la hará sentir<br />

con más fuerza la realidad de dicha curación. Por<br />

eso tanto la cirugía oncológica como la reconstructiva<br />

forman parte integral del tratamiento quirúrgico del<br />

cáncer de mama.<br />

Hoy día es posible practicar reconstrucción en la<br />

práctica totalidad de las mujeres mastectomizadas,<br />

preferentemente de forma inmediata (24-<strong>31</strong>) En estos<br />

casos la disección axilar llevada a cabo in situ permite<br />

dirigirla de forma más certera hacia la consecución<br />

de unos pedículos óptimos para la microanastomosis.<br />

Es importantísima por lo tanto, la colaboración<br />

entre cirujanos generales y reconstructivos para asegurar<br />

unos resultados aceptables.<br />

Aún así no siempre es posible la consecución de un<br />

éxito total y con frecuencia acontecen complicaciones.<br />

Entre las que hemos constatado en nuestra serie<br />

podemos destacar como más relevantes 2 necrosis<br />

completas del colgajo. Las necrosis parciales se produjeron<br />

en 4 ocasiones afectando a la zona II y IV<br />

cuando esta se usó. En cuanto a las necrosis grasas<br />

pudimos detectar 2. En el área abdominal donante se<br />

produjo abombamiento en el hemiabdomen en una<br />

sola ocasión. La limitación de las pacientes para realizar<br />

una incorporación partiendo de una posición de<br />

decúbito supino fue del 5,1%<br />

En cuanto a la infección, seromas y hematomas se<br />

produjeron con carácter localizado y fueron resueltas<br />

sin secuelas<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

65


66<br />

Fidalgo Rodríguez, F., Torres Corpas, J., Redondo Camacho, A., Fernández Meléndez, F., Rioja Torrejón, L.F., Pedreño Guerao, F.<br />

El grado de satisfacción de las pacientes fue aceptable,<br />

a pesar de que refirieron falta de sensibilidad<br />

como inconveniente casi el 100%; sin embargo la<br />

morfología y la textura de la nueva mama, unido al<br />

carácter autólogo de los tejidos fue valorado positivamente<br />

en la práctica totalidad de las pacientes.<br />

Conclusiones<br />

Como conclusión, añadiremos que si bien es de<br />

vital importancia la labor de los cirujanos a la hora de<br />

extirpar el tumor y los ganglios axilares, también es<br />

muy importante su labor a la hora de conservar las<br />

estructuras que posibilitarán una ulterior reconstrucción.<br />

De la conciencia que los cirujanos tanto generales<br />

como reconstructores adquieran de este problema y de<br />

la actitud con la que lo aborden y lo transmitan a los<br />

cirujanos más jovenes depende sobremanera que el<br />

tratamiento del cáncer de mama llegue a dejar de ser<br />

algun día una fuente de problemas sociales y psicológicos<br />

para la mujer mastectomizada (26).<br />

Dirección del autor<br />

Dr. Félix T. Fidalgo Rodríguez<br />

C/ Acije nº 28 Nerva 21670, Huelva. España<br />

felixfidalgo@yahoo.es<br />

E-mail: felixfidalgo@yahoo.es<br />

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CIRUGÍA PLÁSTICA IBERO-LATINOAMERICANA<br />

Cir. Plást. Iberlatinamer. - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1<br />

Enero - Febrero - Marzo 2005 / Pag. 67-72<br />

Palabras clave Colgajo sural, flujo venoso<br />

Código numérico 15833; 158337<br />

El flujo venoso inverso<br />

del colgajo sural<br />

The reverse venous flow of the sural flap<br />

Ugalde Vitelli, A.*, Flores García, A. R.**, Haddad, J. L.***<br />

El flujo venoso reverso del colgajo sural no ha sido<br />

estudiado anteriormente con claridad. El presente<br />

estudio tiene como objetivo determinar el trayecto<br />

que sigue dicho flujo reverso. Se disecaron cincuenta<br />

extremidades pélvicas en veinticinco cadáveres, se<br />

inyectó colorante de forma retrógrada en la vena safena<br />

externa y se siguió su trayecto. Se encontró que en<br />

el 100% de las disecciones, sólo había una válvula a<br />

dos centímetros proximal al maléolo lateral, la cual se<br />

encarga de desviar el flujo invertido hacia las venas<br />

peronéas profundas.<br />

* Cirujano Plástico Adscrito<br />

** Médico Residente de Cirugía Plástica<br />

*** Cirujano Plástico Adjunto<br />

Hospital General de México. México D. F.<br />

Resumen Abstract<br />

The reverse venous flow of the sural flap has not<br />

been clearly reported previously. The aim of the<br />

following study is to determine the course that this<br />

reverse flow follows. Fifty pelvic extremities of<br />

twenty – five corpses were dessected, ind, was injected<br />

in a reverse manner in the lesser saphenous vein<br />

and its course was followed. In all the corpse dissections<br />

done, only one had a valve that was located two<br />

cm proximal from the lateral melleolous, which<br />

diverts the reverse flow towards the deep peroneal<br />

veins.<br />

Key words Sural flap, reverse flow<br />

Código numérico 15833; 158337<br />

Ugalde Vitelly, A.


68<br />

Ugalde Vitelly, A., Flores García, A. R., Haddad, J. L.<br />

Introducción<br />

Por sus características anatómicas y fisiológicas,<br />

uno de los grandes retos para el cirujano plásticos se<br />

presente cuando existe la necesidad de cubrir defectos<br />

cutáneos en la extremidad inferior, al quedar expuestos<br />

elementos importantes (1). Se han descrito diversos<br />

tipos de colgajos locales basados en diferentes<br />

patrones vasculares, como son los colgajos musculares,<br />

musculocutáneos, septocutáneos y axiales; cada<br />

uno de ellos tiene sus indicaciones específicas, así<br />

como, sus ventajas y desventajas (2-6).<br />

El problema se hace más complejo cuando se trata<br />

de proporcionar cobertura al tercio distal de a pierna.<br />

Debido a esta dificultad, la microcirugía con sus<br />

diversos diseños de colgajos, aumento considerablemente<br />

las posibilidades quirúrgicas. Por otra parte, se<br />

han diseñado algunos colgajos fasciocutáneos de base<br />

distal, que son capaces de proporcionar cubiertas<br />

cutáneas para superficies limitadas, pero que resultan<br />

en ocasiones muy efectivos (3,4,7-11).<br />

Taylor y Ham en 1976, describieron el injerto nervioso<br />

vascularizado de sural y llamaron la atención sobre<br />

los vasos que acompañan al nervio y los territorios cutáneos<br />

que éstos podían irrigar (13). Masquelet, en 1988,<br />

describe inicialmente el colgajo sural, mencionándolo<br />

como un colgajo nerviosos con una isla de piel que tiene<br />

un aporte vascular axial proveniente de los vasos que<br />

acompañan al nervio sural. Esto lo demostró con inyección<br />

de colorantes que le permitieron observar que la<br />

arteria sural, que acompaña al nervio, daba varias ramas<br />

cutáneas en un plano suprafascial, lo que aseguraba la<br />

posibilidad de levantar el colgajo basado distalmente.<br />

Sin embargo, no daba una descripción muy detallada del<br />

colgajo ni hacía referencia al retorno venoso (7).<br />

Amarante describió un colgajo fasciocutáneo de la<br />

pierna, con base distal, que se nutre de algunas ramas<br />

de la arteria tibial posterior (14). Hasegawa, en 1994,<br />

describió el colgajo sural con detalle y puntualizó las<br />

características del aporte arterial distal de la arteria<br />

sural superficial por ramas de la arteria peronea, las<br />

cuales proveen al colgajo del flujo reverso. Reportó<br />

en sus estudios 20 casos en los que utilizó este colgajo<br />

para cubrir diversos defectos, de los cuales el más<br />

grande fue de 10 x 13 cm, y en los que obtuvo el 100<br />

% de viabilidad. Sin embargo, en ese estudio tampoco<br />

se hacía referencia al drenaje venoso (12).<br />

En 1999, Imanishi y Nakajima, realizaron dos estudios<br />

anatómicos de las arterias que acompañan a la<br />

vena safena externa (19) y del drenaje venoso de la<br />

vena safena externa basada distalmente (20), comunicando<br />

la presencia de venas comitantes a los dados de<br />

este vaso, lo que permite que se realice el cortocircuito<br />

que permita el flujo venoso invertido.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

Figura 1: Se desinsertan los músculos laterales de la pierna y el tibial<br />

posterior para exponer los vasos peroneos en toda su longitud, evidenciando<br />

las presencia de colorante proveniente de la vena sural.<br />

Con estos antecedentes, y en base a la absoluta<br />

necesidad e conocer el drenaje venoso de este colgajo<br />

que es tan útil clínicamente, llevamos a cabo el presente<br />

estudio.<br />

Material y Método<br />

Se disecaron 50 piernas en 25 cadáveres del Servicio<br />

de Patología del Hospital General de México, con<br />

la condición de que no presentaran antecedentes de<br />

enfermedad infectocontagiosa ni alteraciones anatomofidiológicas<br />

de la extremidad.<br />

Con el cadáver colocado en posición de decúbito<br />

ventral, se marcó un punto a 5 cm proximal al maléolo<br />

lateral, que corresponde al punto pivote del colgajo<br />

ya que aquí se encuentra la unión de la arteria sural<br />

superficial con la rama de la arteria peroneal (12).<br />

Desde este punto, se trazó una línea hacia la parte<br />

media del tercio medio de la pierna, donde se encuentra<br />

la unión musculotendinosa de los gastrocnemios y<br />

que corresponde al sitio donde profundiza el nervio<br />

sural. Se incidió en este punto en forma transversal


Figura 2 –A 2 cm del maleolo lateral se presentó invariablemente desviación<br />

del colorante; este fragmento de vena se resecó para estudio<br />

histológico.<br />

para encontrar el paquete neurovascular, viendo la<br />

vena safena externa localizada medialmente en relación<br />

a la arteria y al nervio.<br />

La vena se aisló y canalizó con una sonda de alimentación<br />

nº 8, a través de la cual se infiltró una solución<br />

heparinizada para efectuar un lavado de la luz<br />

vascular. Después se le colocó una venda de Esmarch<br />

de distal a proximal para vacial el árbol vascular de la<br />

pierna. Se inyectó colorante en forma retrógada en la<br />

vena safena externa para delimitar su trayecto y efectuar<br />

la disección de la vena en dicho sentido.<br />

Por medio de una incisión longitudinal, siguiendo la<br />

línea previamente trazada, se obtuvo la disección de<br />

toda la vana de acuerdo a como se tiñó con el colorante.<br />

Teniendo cuidado de realizar la disección de proximal<br />

a distal, se llegó al punto pivote donde se observó<br />

que el colorante continuaba dentro de la vena hasta 2<br />

cm proximal al maléolo lateral, sitio donde se vio que<br />

se desviaba del colorante. (Fig. 1) Seguimos el vaso<br />

que contenía la tinta para notar que se metía en la profundidad<br />

de a pierna. Se tuvieron que desinsertar los<br />

músculos peroneos laterales y el músculo tibial posterior<br />

para exponer los vasos peroneos en toda su longitud,<br />

encontrando teñidas las venas comitantes.<br />

Ya disecada la vena safena externa, se resecó en<br />

toda su longitud hasta el punto donde se desvió el<br />

colorante, a 2 cm proximal al maléolo lateral. (Fig. 2)<br />

La vena se abrió longitudinalmente para ser observada<br />

en forma microscópica y se envió a estudio histopatológico<br />

para definir sus características anatómicas.<br />

Resultados<br />

En todos los casos, el colorante pasó sin dificultad<br />

en sentido retrógado. Cuando se realizó su disección<br />

se pudo observar que estaba teñida en toda su longitud,<br />

sin desviación del colorante hacia ninguna rama<br />

hasta llegar a 2 cm. Proximalmente al maléolo lateral.<br />

El flujo venoso inverso del colgajo sural<br />

Figura 3: El informe histopatológico del fragmento de vena que se<br />

localiza 2 cm por encima del maleolo lateral, con tinción de tricómico<br />

de Masson, mostró la presencia de una válvula.<br />

En este punto, el colorante se desviaba siempre hacia<br />

una vena tributaria que finalmente drenaba hacia as<br />

venas concomitantes de la arteria peronea.<br />

Al abrir longitudinalmente la vena, en la distancia<br />

comprendida entre la unión músculo tendinosa de los<br />

gastrocnemios y 5 cm. Proximal al maléolo lateral, no<br />

se encontró macroscópicamente ninguna válvula. A<br />

2cm. Del maléolo lateral existe una válvula, claramente<br />

visible y competente, que es la causante del desvió<br />

del colorante hacia los vasos profundos. Estos resultados<br />

se corroboraron realizando un estudio histopatológico<br />

con tinción de tricromico de Masson, reportando<br />

los mismos hallazgos en todos los casos. (Fig. 3)<br />

Discusión<br />

El colgajo sural tiene muchas ventajas entre las que<br />

se encuentran su facilidad y rapidez de disección, el<br />

que no sacrifica arterias mayores, el que se puede llevar<br />

a cabo con anestesia regional, la zona donante del<br />

colgajo se encuentra en la misma región donde se<br />

tiene que reparar el área cruenta, y el área donante se<br />

puede cerrar de forma directa cuando el colgajo el<br />

menor de 3 cm de diámetro (12).<br />

También presenta algunas desventajas como son: la<br />

denervación del territorio del nervio sural, si bien<br />

algunos autores han reportado el levantamiento de<br />

este colgajo con preservación del nervio (15); en<br />

pacientes obesos, el colgajo lleva demasiado volumen<br />

por lo que se requiere de remodelación posterior del<br />

mismo. En estos casos se ha sugerido no incluir la piel<br />

en el colgajo, sino llevarlos solamente como colgajo<br />

facial e injertarlo (12).<br />

Desde la descripción original del colgajo sural se<br />

sabe que el aporte vascular proviene de la arterial<br />

sural superficial que acompaña al nervio del mismo<br />

nombre, y también que esto lo hace en base a su anastomosis<br />

con una rama septocutanea de la arteria pero-<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

69


70<br />

Ugalde Vitelly, A., Flores García, A. R., Haddad, J. L.<br />

nea, lo que crea un flujo reverso en la superficie lateral<br />

de la pierna. Taylos, en 1990, demostró por medio<br />

de una arteriografía la existencia de una región cutánea<br />

irrigada por este sistema que se encuentra sobre el<br />

nervio sural. Hesegawa coincide con el aporte vascular<br />

referido en estos estudios, sin embargo menciona<br />

que el drenaje venoso de sete colgajo no ha sido estudiado<br />

(12); hace referencia a este punto porque en<br />

toso sus colgajos observó congestión venosa que desaparecía<br />

a los pocos días, y en colgajos más grandes,<br />

existió edema de hasta dos meses de duración.<br />

Diferentes autores han estudiado el flujo venoso de<br />

diferentes colgajos. Un ejemplo es el colgajo antebraquial<br />

radial, en el que Lin y Timmons demostraron<br />

interconexiones entre las venas comitantes, que funcionan<br />

a modo de puente para evitar las válvulas, así<br />

como vasos que drenan del sistema superficial al profundo<br />

para facilitar el flujo. Al aumentar el flujo<br />

venoso se logra finalmente una incompetencia del sistema<br />

valvular (18). Imanishi señala la presencia de<br />

válvulas en la vena safena externa y un sistema de<br />

cortocircuito por medio de venas comitantes que permite<br />

el drenaje venoso invertido del colgajo sural<br />

(20).<br />

Los resultados del presente estudio rompen con<br />

algunos conceptos tradicionales en cuanto a la presencia<br />

de válvulas en la vena safena externa. Sabemos<br />

que el drenaje venoso se realiza en forma ortotópica<br />

desde la planta del pie, y se ha pensado que, al igual<br />

que la vena safena interna, presenta varias válvulas a<br />

lo largo de su trayecto. Sin embargo, esta situación va<br />

en contra de lo que apreciamos clínicamente cuando<br />

utilizamos el colgajo sural.<br />

En nuestra experiencia este colgajo no tiene problemas<br />

de retorno venoso, como lo prueba el hecho de<br />

la excelente viabilidad recogida por los autores que lo<br />

han utilizado. En 1994, Hyakasuko intenta explicar<br />

esta situación con la suposición de que existe otra<br />

vena que corre paralela a la arteria y que ayuda a la<br />

vena safena a favorecer el drenaje venoso (15).<br />

Basándonos en nuestros resultados, parece claro<br />

que el drenaje se facilita por la ausencia de válvulas<br />

en el trayecto de la vena safena externa, desde el tercio<br />

medio de la pierna has 2 cm. proximal al maléalo<br />

externo. En este sitio s encuentra una válvula que dirige<br />

el flujo a las venas comitantes peroneas. Por esta<br />

razón concluimos que el colgajo sural es un colgajo<br />

con drenaje venoso seguro.<br />

Conclusiones<br />

A modo de resumen podemos concluir:<br />

Sólo existe una vena de drenaje para el colgajo<br />

sural de flujo reverso.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

La vena safena externa carece de válvulas en su trayecto<br />

entre le tercio medio de la pierna y un punto<br />

localizado a 2 cm. proximal al maléolo externo. En<br />

este punto encontramos una válvula competente que<br />

desvía el flujo venoso retrogrado hacia las venas<br />

comitantes de la arteria peronea.<br />

En todos los cadáveres estudiados, el flujo venoso<br />

reverso del colgajo sural tomo la misma dirección, lo<br />

que nos permite asegurar que este colgajo tiene un<br />

flujo inverso muy seguro.<br />

Dr. Armando René Flores García<br />

Loma Blanca // 2900<br />

Colonia deportivo Obispado<br />

Monterrey, N.L. 64040<br />

México<br />

e-mail: huajuco@hotmail.com<br />

Dirección del autor<br />

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Reconstr. Surg. 1984; 74:508.<br />

18. Timmons M. J. “The vascular basis of the radial forearm flap”.<br />

Plast Reconstr Surg. 1986;77:80<br />

19. Nakajima H. “Accompanying arteries of the lesser saphenous vein<br />

and sural verve: anatomic study and its clinical applications”. Plast<br />

Reconstr. Surg. 1999; 103:104.<br />

20. Imanishi N. “Venous drainage of the distally based lesser saphenous<br />

– sural veno-neuroadipofascial pedicled fasciocutaneous flap: A radiographic<br />

perfusion study”. Plast Reconstr. Surg 1999; 103:494.


El autor estudia un aspecto importante de un colgajo<br />

largamente conocido y utilizado desde hace años y<br />

con resultados excelentes.<br />

Quizás debería cuidar las expresiones de la nomenclatura<br />

anatómica internacional, a fin de equipararlas<br />

con el resto de los autores.<br />

Desde el punto de vista científico Testud en su Tratado<br />

de Anatomía (tomo II, página 499), nos explica que la<br />

vena safena externa posee varias válvulas, de 8 a 15<br />

desde su origen a su terminación, e incluso Bardelen propone<br />

como ley que “Encima de toda válvula desemboca<br />

una vena aferente; debajo de toda rama hay una válvula”.<br />

Sorprendentemente el autor sólo encuentra en el<br />

trayecto una solo válvula microscópica, situada a 2<br />

cm del maleolo lateral externo.<br />

La escuela francesa nos presente múltiples trabajos<br />

El flujo venoso inverso del colgajo sural<br />

Comentario al trabajo «El flujo venoso del<br />

colgajo sural»<br />

Dra. P. Izquierdo Burrieza<br />

Cirujano Plástico. Práctica Privada.<br />

Oviedo, Asturias (España)<br />

realizados en la Facultad de Medicina de París y recogidos<br />

durante años en sus “Memories de Laboratoire<br />

d’Anatomie” por Frachinelli (Nº41 año 1979) y<br />

Gomes de Moura (Nº 63 año 1984), entre otros, y<br />

sobre los que se han basado los estudios de Masquelet<br />

publicados posteriormente y desde 1988.<br />

Para Fachinelli, en un estudio sobre 60 piezas anatómicas,<br />

encuentra siempre la existencia de una vena<br />

safena externa y una vena satélite de la arteria safena<br />

externa, que procedente de la piel de la pantorrilla da<br />

o recibe numerosas ramas de la vena safena externa,<br />

asegurando el drenaje venoso del colgajo safeno.<br />

Creo que se trata de un trabajo interesante que<br />

marca un punto de trabajo de investigación en Anatomía,<br />

a fin de contrarrestar las opiniones de los diferentes<br />

autores.<br />

Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. <strong>31</strong> - Nº 1 de 2005<br />

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