Volumen 31 No. 1 - Planetec

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Cervilla Lozano, J. M.
Comentario al trabajo «Infiltración grasa en
pérdidas de sustancia traumáticas»
Me parece muy interesante la aportación que hace
el dr. Cervilla con su casuística a largo plazo de infiltración
grasa en pérdidas de sustancia traumáticas.
Recordemos que, por término medio, la posible
reabsorción del material graso infiltrado ronda los seis
meses, por lo que dos años, que son los resultados que
presenta, es tiempo suficiente para la valoración de la
reabsorción, que en su experiencia ha sido prácticamente
nula, teniendo en cuenta que no ha realizado
sobrecorrección mayor del 10%.
En su trabajo el Dr. Cervilla comenta que la supervivencia
del injerto graso es debida a la neovascularización
capilar; pero me gustaría hacer hincapié en la
mejora que hemos tenido de la supervivencia del
injerto, que pienso es la clave del éxito de la técnica
de Coleman. (1).
Si repasamos la bibliografía veremos como en 1950
Peer (2) reporta una reabsorción del tejido graso autólogo
injertado cercana al 50 %. Matsudo y Toledo (3)
observaron un 20-50% de reabsorción en sus injertos
grasos, por lo que intentaban sobrecorregir el defecto
en un 35 % del volumen.
Creo que las claves de que hoy en día estemos obteniendo
un índice de supervivenci (90-100%) de los
injertos grasos son varias y muy importantes de respectar:
1. Mantener la distancia mínima de 1,5 mm. entre
los filamentos de grasa inyectados, que no deberán
ser mayores de 3 mm de diámetro. Estas dos
premisas son fundamentales para la facilitación
Respuesta al comentario del Dr. J. Planas Ribó
Agradezco al Dr. Planas el comentario a mi trabajo y
estoy totalmente de acuerdo con las matizaciones que
precisa. Tan sólo me gustaría añadir una apreciación fruto
de la experiencia y que yo considero vital para la supervivencia
del injerto en su extracción:. Aspirar la grasa
Cirugía Plástica Latino-Iberoamericana - Vol. 31 - Nº 1 de 2005
Dr. J. Planas Ribó
Cirujano Plástico. Clínica Planas.
Barcelona (España)
de la neovascularización capilar que dará viabilidad
al injerto, según los estudios de Carpaneda
(4).
2. Intentar implantar la grasa por planos, pero
sobretodo en el plano intramuscular, como aboga
Guerrerosantos (5).
3. Prestar especial atención al trato de la grasa
desde su extracción a su implantación según el
método de Coleman. La extracción con jeringa al
vacío, la centrifugación y la posterior selección
del estrato de grasa, despreciando el resto de fluidos,
son pasos importantes para no inyectar después
material sin posibilidades de supervivencia.
Estoy totalmente de acuerdo con la observación
que realiza el Dr. Cervilla con respecto a la mejora del
aspecto de las cicatrices. En todos los casos que he
realizado de injerto graso en zona cicatricial he observado
la misma circunstancia, atribuyéndolo a la mejora
en la firmeza de la piel en dicha zona.
Introducción
1. Coleman S.R. Long – terma Survival of Fat transplants: Controlled
Demonstrations. Aesth. Plast. Sug. 19:421, 1995
2. Peer L.A. Loss of weight and volumen in human fat grafts. Plast.
Reconstruc. Surg. 5:217; 1950
3. Matsudo P.K. and Toledo L.S. “Experience of Injeced Fat Grafting.
Aesth. Plast. Surg. 12:35; 1988
4. Carpaneda C. Percentage of Graft viability versus injected volume
in Adipose Autotransplants. Aesth. Plast. Surg. 18:17, 1994.
5. Guerrerosantos, J. Long – term Survival of Free fat Grafts in Muscle.
Aesth. Plast. Surg. 20:403; 1996.
Dr. J. M. Cervilla Lozano
mediante jeringuilla a la mínima presión negativa posible,
siendo esto más importante cuanto mayor sea la edad
de la paciente ya que la fragilidad celular aumenta. La
grasa así extraída permitirá obtener un injerto de mayor
calidad que nos asegura, a largo plazo, su supervivencia.