Miguel Zugaza - Centro de Estudios Garrigues

COLABORACIONES
con el activo total de la entidad cuyos
Valores se transmiten. Esto es, según
se describe en el Cuadro 1, cuando la
masa activa de la Entidad C esté integrada
de forma mayoritaria por bienes
inmuebles, y los Valores de la Entidad B
sean adquiridos por la Entidad A.
La inclusión de las transmisiones
indirectas en el supuesto de no exención
supone un grave perjuicio en
muchas de las operaciones de adquisición
que se realizan en nuestro país, ya
que es costumbre extendida entre el
empresariado español que sea una de
las filiales del grupo la que ostente la
titularidad de todos los bienes inmuebles,
aun cuando se trate de inmuebles
afectos a actividades empresariales
realizadas por otras entidades del
grupo.
A nuestro entender, la valoración de
los activos indirectamente transmitidos
debería compararse con el total de los
activos que, directa o indirectamente
ostenta la entidad cuyos títulos están
siendo adquiridos, y no con el valor de
los activos de cada una de las entidades
cuyo control ostenta.
La valoración de los activos del
grupo transmitido se debería realizar,
por tanto, sobre un balance consolidado
de la entidad cuyos Valores se transmiten
y de todas sus filiales, y no sobre
el balance individualizado de cada una
de ellas.
Cómputo de los Valores ostentados
por el grupo
La segunda gran modificación introducida
por la Ley 36/2006 es la matización
de la definición de adquisición del
control de una entidad, al decir: “A estos
efectos se computarán también como
participación del adquirente los valores
de las demás entidades pertenecientes
al mismo grupo de sociedades”.
Consideramos que el objetivo principal
de esta modificación es que se
computen las adquisiciones por parte
de entidades pertenecientes al mismo
grupo, cuando la participación que
adquiere cada una de ellas es inferior al
50 %, práctica que con cierta asiduidad
se venía realizando en las operaciones
de transmisión de Valores, con el fin de
sortear el supuesto de no exención.
La cuestión que se plantea en este
punto es si debe entenderse que esta
excepción debe aplicarse también en
los supuestos en los que el control se
tenía por parte del grupo con anterioridad
a la transmisión.
De acuerdo con una primera interpretación
de la norma, parece que
cuando se produce una transmisión de
Valores entre entidades pertenecientes
al mismo grupo, la operación no podría
beneficiarse de la exención fiscal. Esto
es, según se describe en el Cuadro 2,
cuando los Valores de la Entidad C fueran
transmitidos por la Entidad A a la
Entidad B.
A nuestro entender, una interpretación
teleológica nos llevaría a considerar,
como ya interpreta la Dirección
General de Tributos en las situaciones
en que la Entidad B es la transmitente y
la Entidad A la adquirente, que esta operación
debería poder beneficiarse de la
exención establecida por el artículo 108
LMV, aún cuando el Activo de la Entidad
C estuviera compuesto íntegramente
por bienes inmuebles.
A nuestro juicio, como la Entidad A
ya ostentaba el control de la Entidad C,
la operación supone la adquisición del
control inmediato por parte de la Entidad
B, pero es la Entidad A la que sigue
ostentando el control final.
Todo esto debe entenderse aplicable
en aquellas operaciones en las que
los Valores se transmitan entre entidades
de segundo o tercer nivel dentro del
mismo grupo.
Por tanto, el cómputo de los Valores
ostentados, a efectos de determinar el
control de la entidad objeto de transmisión,
debe realizarse sobre el total de
Valores pertenecientes al grupo al que
pertenezca la entidad adquirente, y no
sobre cada una de las entidades que
individualmente adquieran aquellos
Valores.
Transmisión de valores adquiridos
como contraprestación a la
aportación de bienes inmuebles
El apartado b) del punto 2 del artículo
108 LMV establece que no podrán
beneficiarse de la exención del ITPyAJD
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