Dole, detrás de la cortina de humo - Frutas justas!

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condiciones laborales peligrosas que violaban sus derechos
humanos. La mayoría de los niños ya no van a la escuela.
Tres niñas preadolescentes dijeron haber sufrido acoso
sexual por parte del administrador de dos empacadoras
en las que trabajaban, en una plantación del grupo Las
Fincas en el Cantón de Balao propiedad de uno de los
principales proveedores de Dole. Varios trabajadores
adultos informaron a Human Rights Watch acerca de los
arreglos contractuales que tienen con la empresa, los cuales
“favorecen la creación de una mano de obra, vulnerable y
precaria, permanentemente eventual, a la que se excluye de
la protección de disposiciones importantes del Código del
Trabajo en materia de libertad sindical.
Pese a que Human Rights Watch escribió a Dole para
confirmar la relación contractual con dichas plantaciones,
Dole mantuvo que la información relativa a estas relaciones
era ‘propiedad de la compañía’, la cual no era publicada por
Dole”.
Pese a que Dole y otras empresas bananeras hayan creado
un foro nacional para abordar este problema y motivar a los
menores a que reciban educación, trabajadores infantiles
fueron encontrados hace poco en una de las fincas de
un proveedor de Dole. Una petición sobre los derechos
de los trabajadores realizada por Human Rights Watch al
representante comercial de EEUU en septiembre de 2005
concluyó que la situación había mejorado muy poco 5 .
Aunque Dole respete el precio mínimo oficial por caja de
banano impuesto por el gobierno, el precio que Dole paga es
demasiado bajo y no le permite a los productores nacionales
pagar un salario decente a los trabajadores. El salario
promedio mensual en Ecuador es de USD 160 ó 130 euros
por una jornada diaria de 10 a 12 horas de trabajo diarias y
sólo representa menos de la mitad de lo que es necesario
para cubrir las necesidades básicas.
La protección de los derechos de los trabajadores y
sindicales en Ecuador es tan débil que se vuelto punto de
discusión en las continuas negociaciones sobre el tratado de
libre comercio entre este país y EEUU.
La flexibilidad y la inseguridad han aumentado con el
desarrollo de todo un sistema semi-legal de subcontratación
laboral por las llamadas “tercerizadoras”. Los trabajadores
ahora son contratados por dichas empresas contratistas y
no por el propietario de la plantación. Los trabajadores no
tienen seguridad laboral y no tienen derecho al seguro social
o a días de descanso pagados. Hasta el mismo gobierno hoy
día reconoce que dichos contratistas laborales mantienen
adrede el número de trabajadores contratados por cada uno
de ellos en menos de 30 que es el número requerido por
ley para formar un sindicato. De esta manera la organización
de un sindicato con base en el lugar de trabajo se ha vuelto
casi imposible. La federación sindical FENACLE ha estado
haciendo campaña en contra de este sistema desde 2003.
5
http://hrw.org/
backgrounder/
business/
ecuador0905/
index.htm
D o l e , d e t r á s d e l a c o r t i n a d e h u m o