Dole, detrás de la cortina de humo - Frutas justas!

ole basa su comunicación y sus relaciones públicas en la
D credibilidad de su certificación SA8000. La multinacional
la usa con frecuencia para responder las preguntas
relacionadas a la libertad de asociación en sus plantaciones
o sobre su política antisindical. La norma SA 8000 es ahora
sustituto de los sindicatos independientes y la negociación
colectiva.
La norma “Social Accountability 8000” fue creada en 1998 por
una ONG con sede en Nueva York llamada Social Accountability
International. Dicha norma prevé el cumplimiento de los
principales acuerdos de la OIT (libertad de asociación, el
derecho a la negociación colectiva, sobre el trabajo de
menores, el trabajo forzoso, etc.) y el respeto a los criterios
relativos a la jornada laboral, los salarios y la discriminación. Los
controles que conducen al otorgamiento de la certificación
son realizados por organismos privados de auditoria que se
encargan de controlar las plantas de producción.
Dole fue la primera multinacional en el sector de alimentos
en recibir dicha certificación. Esto fue en 2001 en las Filipinas.
A comienzos de 2005, el 79% de sus plantaciones habían
sido certificadas y Dole anunció que quería que el 100% la
obtuvieran para finales de 2005. Dole también promueve
dicha certificación entre sus proveedores. La empresa ha sido
asignada un lugar en la junta asesora de Social Accountability
International.
Hoy día Dole hace referencia a la norma SA 8000 como una
herramienta de apoyo a la responsabilidad social de sus
empresas, la cual garantiza y protege el respeto de un número
de derechos sociales y medio ambientales. Sin embargo
a pesar de la certificación SA 8000 los problemas en las
plantaciones continúan.
Según los sindicatos, la certificación no garantiza la libertad de
asociación. El número de plantaciones que fueron otorgadas
con la certificación, donde no hay sindicatos y la gerencia
hace todo lo posible para evitar que se establezcan, lo
evidencia suficientemente. Además, los trabajadores sienten
con frecuencia que no hay ningún tipo de mejoras en las
condiciones laborales o en el área ambiental.
A esta crítica se debe agregar el problema del monitoreo
y verificación de los derechos de los trabajadores. Las
gerencias tienen poco interés (o ninguno) en consultar a los
trabajadores, que son los únicos que pueden garantizar un
seguimiento continuo de las condiciones laborales dentro de
las plantaciones. Las auditorias normalmente son realizadas
por empresas con sede en Europa o Norte América y los
auditores no conocen el país, la mentalidad o las situaciones
que se puedan dar. La represión de los derechos laborales
previene a los trabajadores de expresar sus observaciones,
quejas o críticas y por ende que los gerentes se enteren de lo
que realmente ocurre en el terreno.
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D o l e , d e t r á s d e l a c o r t i n a d e h u m o