TerBi Revista nº 8 Mayo 2014

TerBi Nº 8
Asociación Vasca de CF, Fantasía y Terror
Buscando inspiración
Ricardo Manzanaro
El hombre se apeó del taxi y, tras abonar lo que debía, se quedó parado
contemplando el palacete. Transcurrieron dos minutos, mientras llevaba a cabo la operación
de inspección visual del lugar, hasta que se dio por satisfecho y el edificio recibió el
aprobado según su criterio. Entonces llamó a la persona con quien había contactado
previamente por correo electrónico, para informarle de que ya había llegado.
Un cuarto de hora después pudo comenzar la tarea de revisar el estado interior de
aquella mansión, donde tenía la intención de pasar varias semanas. Al cabo de un rato, una
vez pagó la cantidad acordada por una semana de estancia, el representante en el pueblo del
propietario del inmueble abandonó el lugar, dejándole al otro solo. Este permaneció un rato
sentado en una de las sillas del comedor, con la mirada perdida, pero con la sección de su
cerebro encargada de los recuerdos trabajando a buen ritmo. De los archivos de memoria se
desclasificaron numerosas imágenes localizadas en los más recientes años de su vida: el
éxito internacional de su segunda novela, los premios que recibió, su nombre, Santiago
Toledo, figurando en lo más alto de las listas de best-seller, y luego su tercera novela con
idéntico y satisfactorio resultado. Y tras aquello, la nada, el vacío más absoluto en su grupo
de neuronas dedicado a generar nuevas ideas. No había manera. No se le ocurría ninguna
historia, ninguna trama, ningún personaje. Y, cada día que pasaba, los neurotransmisores
responsables de provocar la ansiedad se descargaban más a menudo en los centros
emocionales de su cerebro.
Entonces, un veterano editor, con el que coincidió en un programa de radio, le
recomendó que durante una temporada se alejara de su ambiente habitual, y la pasara en
algún lugar apartado, comprometiéndose, por supuesto a evitar el uso continuo de los
dispositivos de comunicación.
Toledo se sentó en un vieja mecedora, con la intención de relajar su mente, y ensayar
por primera vez las tácticas que le habían descubierto varios editores o escritores amigos,
para lograr nuevas ideas. Pero el cansancio pudo con él, terminando dormido.
A la jornada siguiente, Toledo comenzó a llevar a cabo la sana rutina de comidas
ligeras, deporte suave varias veces al día, ratos escribiendo forzosamente sobre lo que fuera
y otros ensayando técnicas de ―brainstorming‖ para generar ideas.
66