descargar - Instituto Nacional del Teatro
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“Desde hace cuatro años, el INT viene<br />
insistiendo en toda esta fábrica de sorpresas. Y,<br />
casi sin darse cuenta, imaginan casi lo imposible:<br />
por ejemplo, que cerca de Caleta Olivia esté el<br />
centro de un país que va desde Tilcara hasta la<br />
Base Marambio. A lo largo de ese recorrido se<br />
van tramando historias de aplausos, historias<br />
mínimas, historias de públicos. Todas esas<br />
capas se entrecruzan y se entrelazan como en<br />
los moldes de la revista Burda, con 40 historias<br />
ficcionales de diversos géneros teatrales en medio<br />
de escenografías naturales únicas. Es El país en<br />
el país, la misma trama teatral que, en dos años,<br />
volverá a copar las rutas argentinas hasta el fin<br />
transportando teatro”.<br />
Alejandro Cruz. diario La Nación, 18/9/2010.<br />
• Escena de “Pan de cada día”.<br />
“Cierta perplejidad causó en los salteños los<br />
más de treinta grados de temperatura en pleno<br />
agosto. Y a ese calor seco, con un sol duro<br />
que cayó como aguja y obligó a muchos usar<br />
paraguas para protegerse, se sumó la movida<br />
teatral de seis días como acontecimiento en una<br />
ciudad sacudida por espectáculos de Hungría,<br />
Bélgica, Venezuela, Perú, Canadá, Córdoba,<br />
La Rioja y Buenos Aires. La sala Juan Carlos<br />
Dávalo, a metros de la céntrica Plaza 9 de julio,<br />
sobrepasó en cada función los 500 espectadores<br />
con público, incluso, que tomó los pasillos. La<br />
mayoría estaba compuesta por adolescentes que<br />
fueron altamente generosos en el aplauso con<br />
todo lo que vieron. Esta escena de salas llenas con<br />
público joven se repite en varias de las doscientos<br />
ciudades y pueblos involucrados actualmente en<br />
el Circuito <strong>Nacional</strong> de <strong>Teatro</strong> <strong>del</strong> Bicentenario El<br />
país en el país”.<br />
Juan José Santillán. diario Clarín, 1/9/2010.<br />
• Murga Agarrate Catalina.<br />
“Porque la cartelera teatral de setiembre parecía<br />
el yopará de la fonda proletaria en medio de un<br />
yerbal: llegaba El País en el País, a Posadas, y el<br />
Festival <strong>del</strong> Mercosur, a Eldorado, y los elencos<br />
saciaron de admiración estética a los teatrófagos<br />
de Misiones.<br />
El asunto es la conexión decían los teatrófagos por<br />
la costanera, saber que en este mismo momento<br />
en otra sala argentina, alejada y anónima, otros,<br />
como nosotros, están viendo teatro…”<br />
Y muchos elencos se cruzaban en la ruta 12,<br />
orilla verde que llega al Iguazú: iban o venían<br />
entre Posadas y Eldorado: Mikropodium, de<br />
Hungría, Agarrate Catalina y Las Julietas, <strong>del</strong><br />
Uruguay, Marx ha vuelto, de El Salvador, Tuber<br />
in love, de Colombia, 105 pasos, de España y El<br />
tiempo de barrer ha llegado, de Chile... A favor<br />
o contra–corriente <strong>del</strong> Paraná, como soles en el<br />
ocaso, como cardúmenes de dorados.<br />
Y hacían el aguante La Royalle, La historia de un<br />
gigante, El diario de Adán y Eva, Noches de ballet,<br />
El soldadito de plomo, La loba, El otro camino...<br />
Se colmó de teatrófagos la Sala de Prosa, en<br />
el Centro <strong>del</strong> Conocimiento, ese cubo gigante<br />
<strong>del</strong> oeste de Posadas, y la sala <strong>del</strong> Montoya, en<br />
• Escena de “Lote 77”.<br />
pleno centro, y los teatrófagos se movían como<br />
la Corrección, río negro de millones de hormigas<br />
que cada tanto baja de la selva…<br />
Y se colmaron también el <strong>Teatro</strong> <strong>del</strong> Pueblo y<br />
el Salón cultural Eibl, en Eldorado, y al carraspeo<br />
<strong>del</strong> colectivo rojo de tierra por la avenida San<br />
Martín se movían los teatrófagos atravesando la<br />
Capital <strong>del</strong> Trabajo.<br />
Durante el día, el lobby <strong>del</strong> Hotel Posadas, era<br />
un camarín babélico de artistas, y en el norte, el<br />
Hogar San Juan de Eldorado, parecía una sala<br />
insomne de ensayo cosmopolita.<br />
Como por obra <strong>del</strong> fototropismo, en las cálidas<br />
nochecitas misioneras cientos de teatrófagos<br />
saciaban pupilas abiertas en cada función.<br />
Y todo lo imaginaban a escala de lo que ocurría<br />
en el país, como esos engranajes de relojitos que<br />
no se conocen entre sí pero entienden que una<br />
mano acaba de darles cuerda…<br />
Se cerró el telón sobre El conserje, y el festival,<br />
sin pronunciar una palabra, se las llevó todas.<br />
Pasó El País en el País y los teatrófagos misioneros<br />
enmudecieron de asombro… O de saciedad”.<br />
Javier Arguindegui. Periodista diario El Territorio,<br />
Posadas, Misiones.<br />
p/40