AGRICULTURAS AFRICANAS Y MERCADO MUNDIAL - eFaber
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estabilización” a quienes, productores o comerciantes intermediarios, estaban<br />
obligados a vender sus mercancías a precios teóricamente fijados de antemano. Esta<br />
proliferación de organismos públicos fue el origen de la aparición de una nueva, o<br />
del refuerzo de una ya existente, burguesía burocrática pletórica y frecuentemente<br />
corrompida. Los “precios garantizados” por el Estado se fijaban a niveles muy<br />
inferiores a los precios FOB, que, por lo general, no permitían a los agricultores<br />
generar el ahorro que necesitaban para equipar mejor sus explotaciones. Las tasas a<br />
la exportación sirvieron sobre todo para financiar inversiones en otros sectores y a<br />
mantener el tren de vida de la nueva burguesía. Así pues, las “cajas de<br />
estabilización” funcionaron como organismos de recaudación, a expensas de los<br />
ingresos de los campesinos.<br />
Gran número de gobiernos optaron por la creación de un sector agrícola estatal,<br />
antes que por medidas de apoyo a la agricultura campesina. De esta manera se<br />
multiplicó el número de las plantaciones y de las granjas de Estado integradas en<br />
grandes complejos agro-industriales públicos. Si el gobierno congoleño ha logrado,<br />
más o menos, crear grandes plantaciones de palma de aceite en tierras prácticamente<br />
deshabitadas de la Cuvette y de la Sangha, con graves problemas de escasez de<br />
mano de obra, los palmerales plantados al sur de Benín se han hecho,<br />
desgraciadamente, en su mayor parte, a costa de los palmerales preexistentes de los<br />
campesinos, en regiones muy densamente pobladas. Las intervenciones del Estado<br />
buscaron deliberadamente sustituir la multitud de pequeños y viejos palmerales, de<br />
los que se extraía tradicionalmente múltiples productos (aceites, “vino de palma”,<br />
madera, fibras, larvas, etc.) y en los cuales, los campesinos conseguían cultivar<br />
también una gama importante de plantas hortícolas, por plantaciones muy densas de<br />
palmeras seleccionadas por su pequeño tamaño y por su corto periodo de entrada en<br />
producción, pero a cuya sombra no era posible realizar otros cultivos. Se obligó a<br />
los productores a entregar la totalidad de las nueces y de las almendras a las aceiteras<br />
industriales, poniendo fin a las redes de transformación artesanal, cuando incluso los<br />
consumidores preferían el aceite producido por estos últimos, considerado más<br />
sabroso que los aceites refinados.<br />
Los poderes públicos no solo intervinieron de forma exagerada e inoportuna en<br />
los países que se referían explícitamente al “socialismo”. La idea según la cual el<br />
Estado debía representar un papel dirigente en agricultura era ampliamente<br />
compartida por las burguesías de los países que manifestaban abiertamente opciones<br />
“liberales”. Lo mismo ocurrió al sur de Benín, donde los campesinos de las regiones<br />
del sur de Togo tuvieron que aceptar la tala de sus palmerales “tradicionales” y su<br />
sustitución por palmerales de fuerte densidad, controlados por sociedades estatales, y<br />
en los cuales ya no podían plantar huertas. Los gobiernos de Gabón, Nigeria,<br />
Camerún y Costa de Marfil han concedido terrenos teóricamente “públicos” y<br />
desocupados, a través de arrendamientos enfitéuticos, a sociedades de economía<br />
mixta o a compañías privadas, para establecer grandes plantaciones agroexportadoras.<br />
Muchas comunidades campesinas vieron como se confiscaba, por vía<br />
de hecho, tierras cuyos clanes o tribus se consideraban hasta entonces los<br />
propietarios legítimos.<br />
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