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Etnobotánica de Cactáceas<br />

Y el padre B. Cobo dice “…sirven a los indios estas espinas, que en su lengua se dicen<br />

“quiscas”, de agujas y de alfileres y no pocos españoles usan también dellas…)”.<br />

En la Cultura Nazca también se emplearon las espinas de cactus para cerrar la boca a los<br />

muertos, como vemos en este ceramio.<br />

El uso de la cochinilla (Dactylopius coccus), que parasita las Opuntias, como colorante o<br />

mejor dicho, del carmín de cochinilla que de él se extrae, es otro ejemplo de continuidad<br />

cultural. El carmín de cochinilla sirvió para teñir los famosos mantos Paracas, aunque algunos<br />

estudios recientes parecen descartar esta idea. En esta vasija de la cultura Nazca aparece<br />

representada la cochinilla, Dactylopius coccus. Estas Opuntias de la Cultura Moche están<br />

parasitadas con cochinilla, lo que demuestra que esta Cultura también las empleó para teñir<br />

sus telas.<br />

Lo vemos también en láminas y crónicas del siglo XVI y XVII así como en este comentario<br />

de Pedro de Rivera de 1586 “…tiñen la color colorada con unos gusanos de que hacen unos<br />

panecillos que los indios llaman “magno…” O en este otro del inefable Bernabé Cobo “…a<br />

este color de grana llaman “cochinilla” en Nueva España y en este reino del Perú, magno…”<br />

en “Historia del Nuevo Mundo”, de 1653.<br />

Aún en la actualidad es un producto de mucha demanda como colorante biológico para las<br />

industrias de los cosméticos y de los embutidos. Para terminar con este uso de los cactus<br />

como material útil, tenemos que Juan de Betanzos, quien en “Suma y Narración de los Incas”<br />

de 1551 se refiere al empleo del mucílago del aguacolla quisca, cactus columnar que hemos<br />

identificado como el Trichocereus cuzcoensis, como sucedáneo de la cola, como mordiente,<br />

para fijar la pintura a los muros incaicos. Dice: “…para que la mezcla pegase bien, (Inca<br />

Yupanqui) mandó que trujesen (sic) cantidad de unos cardones que ellos llaman “aguacolla<br />

quisca”, con el zumo de los cuales fueron untadas las paredes…”. Cobo en “Historia del<br />

Nuevo Mundo”, también se refiere a este uso y dice”…se hace cola para blanquear las<br />

paredes, echando a cocer trozos tiernos y el agua en que se cocieron queda glutinosa y a<br />

propósito para dicho efecto…”.<br />

Uso Ceremonial<br />

Entrando en el uso ceremonial o mágico-religioso y también como ejemplo de continuidad<br />

cultural, tenemos el empleo del Trichocereus pachanoi o San Pedro, cuyo contenido en<br />

mescalina, alcaloide alucinógeno, ya era conocido por los Chavín, de allí su representación<br />

en una piedra tallada en el templo de Chavín de Huántar, que es la representación más<br />

antigua de un cactus que se conozca con 3000 años de antigüedad y también en la cerámica<br />

Cupisnique asociado a jaguares y espirales.<br />

La mescalina es un alcaloide alucinógeno cuya fórmula es trimetoxifenil etilamina.<br />

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