24.03.2015 Views

dictamen - Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha

dictamen - Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha

dictamen - Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

DICTAMEN 159<br />

DICTAMEN Nº. 159/2006, <strong>de</strong> 4 <strong>de</strong> octubre. *<br />

Expediente relativo a reclamación <strong>de</strong> responsabilidad patrimonial <strong>de</strong> la<br />

Administración Sanitaria a instancia <strong>de</strong> D. X a consecuencia <strong>de</strong> los daños y perjuicios<br />

irrogados a su cónyuge Dª. Z con ocasión <strong>de</strong> la asistencia sanitaria dispensada por el<br />

Servicio <strong>de</strong> Salud <strong>de</strong> <strong>Castilla</strong>-<strong>La</strong> <strong>Mancha</strong> (SESCAM).<br />

ANTECEDENTES<br />

Mediante escrito <strong>de</strong> fecha 25 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 2004, D. X, presentó una reclamación en la<br />

que solicitaba el abono <strong>de</strong> 9.000 euros por los gastos generados por la asistencia sanitaria<br />

que ha recibido en la medicina privada, a consecuencia <strong>de</strong> las <strong>de</strong>ficiencias en la asistencia<br />

sanitaria recibida en la sanidad pública por su esposa Dª. Z, incluyendo en dicha cantidad,<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los gastos médicos, los correspondientes a viajes y hospedaje.<br />

El interesado señala en su reclamación que: “En febrero <strong>de</strong> 2001 operaron <strong>de</strong> cataratas<br />

en el hospital comarcal <strong>de</strong> H a mi esposa Z, saliendo <strong>de</strong> la operación sin visión. En un<br />

principio nos comunicaron que en unos días se recuperaría ya que había quedado una<br />

pequeña burbuja. Después <strong>de</strong> un año <strong>de</strong> viajes para realizar las visitas y las correspondientes<br />

revisiones, no se apreciaba ningún tipo <strong>de</strong> mejoría por lo que <strong>de</strong>cidimos trasladarnos a<br />

Barcelona a la clínica B don<strong>de</strong> tuvieron que hacer un transplante <strong>de</strong> cornea”. A este escrito<br />

adjuntó, entre otros, un informe médico emitido por la Clínica B, diversas facturas<br />

correspondientes al tratamiento realizado en esta Clínica y un informe clínico <strong>de</strong> alta <strong>de</strong>l<br />

Servicio <strong>de</strong> Oftalmología <strong>de</strong>l Hospital <strong>de</strong> H, en el que se manifiesta lo siguiente: “Paciente<br />

<strong>de</strong> 63 años en tratamiento por glaucoma crónico <strong>de</strong> ángulo abierto con timoftol 0,5% cada 12<br />

horas. Distrofia endotelial <strong>de</strong> Fusch en Aos. Operada <strong>de</strong> cataratas en OI el 20-2-2001<br />

(facoemulsificación + Lio). Tras cirugía <strong>de</strong> cataratas <strong>de</strong>scompensación corneal central”.<br />

Después <strong>de</strong> la correspondiente exploración se le pone un tratamiento <strong>de</strong> Timoftol 0,5%<br />

colirio 1 gota/12 horas en AO. FML colirio 1 gota/3horas en OI y pomada antie<strong>de</strong>ma cada 6<br />

horas en OI. En este informe se efectúa el siguiente diagnóstico principal:<br />

“Descompensación corneal central <strong>de</strong>l OI 2ª a cirugía <strong>de</strong> cataratas”.<br />

EXTRACTO DE LA DOCTRINA<br />

El <strong>de</strong>recho a la protección <strong>de</strong> la salud, que tiene su reconocimiento constitucional en el<br />

artículo 43 <strong>de</strong> la Constitución, es <strong>de</strong> los llamados <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> configuración legal, lo que<br />

supone que su ejercicio <strong>de</strong>be realizarse teniendo en cuenta los requisitos, formas y<br />

circunstancias legal o reglamentariamente establecidos. A estos efectos, el artículo 17 <strong>de</strong> la<br />

Ley General <strong>de</strong> Sanidad dispone que: “<strong>La</strong>s Administraciones Públicas obligadas a aten<strong>de</strong>r<br />

sanitariamente a los ciudadanos no abonarán a éstos los gastos que puedan ocasionarse por<br />

la utilización <strong>de</strong> servicios sanitarios distintos <strong>de</strong> aquéllos que les correspondan en virtud <strong>de</strong><br />

lo dispuesto en esta Ley, en las disposiciones que se dicten para su <strong>de</strong>sarrollo y en las normas<br />

*<br />

Ponente: Salvador Jiménez Ibáñez


Dictámenes <strong>Consejo</strong> <strong>Consultivo</strong> <strong>Castilla</strong>-<strong>La</strong> <strong>Mancha</strong>.- 2006<br />

que aprueben las Comunida<strong>de</strong>s Autónomas en el ejercicio <strong>de</strong> sus competencias”. En<br />

parecidos términos se expresa el artículo 103.3 <strong>de</strong> la Ley General <strong>de</strong> la Seguridad Social,<br />

Texto Refundido <strong>de</strong> 30 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1974, no <strong>de</strong>rogado por el Real Decreto Legislativo 1/1994,<br />

por el que se aprueba el Texto Refundido <strong>de</strong> la Ley General <strong>de</strong> la Seguridad Social, en el que<br />

se dispone que “las entida<strong>de</strong>s obligadas a prestar asistencia sanitaria no abonarán los gastos<br />

que puedan ocasionarse cuando el beneficiario utilice servicios médicos distintos <strong>de</strong> los que<br />

hayan sido asignados, a no ser en los casos que reglamentariamente se <strong>de</strong>terminen”. El<br />

<strong>de</strong>sarrollo reglamentario <strong>de</strong> estos preceptos lo encontramos en el Real Decreto 63/1995, <strong>de</strong> 20<br />

<strong>de</strong> enero, <strong>de</strong> Or<strong>de</strong>nación <strong>de</strong> Prestaciones Sanitarias <strong>de</strong>l Sistema Nacional <strong>de</strong> Salud, que ha<br />

<strong>de</strong>rogado el artículo 18 <strong>de</strong>l Decreto 2766/1967, <strong>de</strong> 16 <strong>de</strong> noviembre, por el que se dictan<br />

normas sobre prestaciones <strong>de</strong> asistencia sanitaria y or<strong>de</strong>nación <strong>de</strong> los servicios médicos en el<br />

Régimen General <strong>de</strong> la Seguridad Social, en el que se recogían dos supuestos <strong>de</strong> reintegro <strong>de</strong><br />

gastos por utilización <strong>de</strong> servicios médicos distintos <strong>de</strong> los asignados por la Seguridad<br />

Social: el <strong>de</strong>rivado <strong>de</strong> una <strong>de</strong>negación injustificada <strong>de</strong> la prestación <strong>de</strong> la asistencia sanitaria<br />

y la utilización <strong>de</strong> servicios ajenos en caso <strong>de</strong> urgencia vital. Pues bien, el indicado Real<br />

Decreto 63/1995 no recoge el primer supuesto, admitiéndose en su artículo 5 únicamente el<br />

reintegro en los casos <strong>de</strong> asistencia sanitaria urgente, inmediata y <strong>de</strong> carácter vital, una vez<br />

cumplidos los <strong>de</strong>más requisitos requeridos para ello. Ahora bien, como se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> las<br />

Sentencias <strong>de</strong>l Tribunal Superior <strong>de</strong> Justicia <strong>de</strong>l País Vasco <strong>de</strong> 6 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 2000 (Ar. AS<br />

2000\1869), y <strong>de</strong> la <strong>de</strong> la Audiencia Nacional <strong>de</strong> 26 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2004 (Ar. JUR 2004\183695),<br />

una cosa es que no exista un procedimiento específico <strong>de</strong> reintegro <strong>de</strong> gastos por la<br />

utilización <strong>de</strong> servicios ajenos en los supuestos <strong>de</strong> <strong>de</strong>negación injustificada <strong>de</strong> atención<br />

sanitaria y otra es que, si ésta se produce, no tengan <strong>de</strong>recho los particulares a la pertinente<br />

in<strong>de</strong>mnización <strong>de</strong> daños y perjuicios por <strong>de</strong>fectuosa asistencia sanitaria a través <strong>de</strong> la<br />

correspondiente acción. A este respecto, la Sala <strong>de</strong> lo Social <strong>de</strong>l Tribunal Supremo en<br />

Sentencia <strong>de</strong> 25 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 2003 (Ar. RJ 2003,9113), dictada en recurso <strong>de</strong> casación<br />

para la unificación <strong>de</strong> doctrina, expresa que “Correspon<strong>de</strong>, en cambio, al or<strong>de</strong>n Contencioso-<br />

Administrativo, en virtud <strong>de</strong>l art. 2.e. <strong>de</strong> la LJCA, el conocimiento <strong>de</strong> los litigios <strong>de</strong> reintegro<br />

o reembolso <strong>de</strong> gastos sanitarios <strong>de</strong> medicina privada cuyo título no sea el <strong>de</strong>recho a la<br />

asistencia sanitaria en una urgencia vital en el sentido estricto <strong>de</strong> la expresión, sino la<br />

compensación o in<strong>de</strong>mnización por funcionamiento anormal <strong>de</strong>l servicio público sanitario”,<br />

siendo éste el criterio que también ha seguido este <strong>Consejo</strong> <strong>Consultivo</strong>, entre otros, en sus<br />

dictámenes 166/2005, 7/2006 y 40/2006.<br />

Como se dice en la Sentencia <strong>de</strong> la Audiencia Nacional <strong>de</strong> 23 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 2002 (Ar.<br />

JUR 2003,25445), a la <strong>de</strong>negación injustificada <strong>de</strong> asistencia se ha <strong>de</strong> asimilar el error <strong>de</strong><br />

diagnóstico que se produce cuando los “Médicos a los que está adscrito el interesado no<br />

pue<strong>de</strong>n i<strong>de</strong>ntificar la enfermedad que pa<strong>de</strong>ce o no pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>terminar el tratamiento más<br />

a<strong>de</strong>cuado poniendo en grave riesgo la salud <strong>de</strong>l paciente”. En esta misma Sentencia se<br />

aña<strong>de</strong>, con remisión a la Sentencia <strong>de</strong> la Sala Tercera <strong>de</strong>l Tribunal Supremo <strong>de</strong> 1 <strong>de</strong> octubre<br />

<strong>de</strong> 1998, que “no pue<strong>de</strong> obligarse al paciente o su familia a permanecer in<strong>de</strong>finidamente<br />

acogido al Sistema público <strong>de</strong> salud, por lo que acudir a la Medicina privada y solicitar<br />

posteriormente el reintegro <strong>de</strong> los gastos pue<strong>de</strong> estar suficientemente justificado”, añadiendo,<br />

con remisión a la Sentencia <strong>de</strong> Sala Cuarta <strong>de</strong>l Tribunal Supremo <strong>de</strong> 4 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1988<br />

(Ar. RJ 1988,8527), que “Es verdad que no cabe exigir un diagnóstico infalible – ni inicial ni


DICTAMEN 159<br />

sucesivo – pero esto no supone que el enfermo haya <strong>de</strong> sufrir estoicamente las consecuencias<br />

<strong>de</strong>l error”.<br />

Expuesto lo anterior, queda por <strong>de</strong>terminar si, en el presente supuesto, se ha producido<br />

una <strong>de</strong>fectuosa prestación <strong>de</strong> la asistencia sanitaria que pueda dar lugar a la responsabilidad<br />

patrimonial <strong>de</strong> la Administración sanitaria, teniendo presente que, como expresó el Tribunal<br />

Supremo en su Sentencia <strong>de</strong> 27 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 2002 (Ar. RJ 2003\61), se hace necesario,<br />

cuando se está ante un supuesto <strong>de</strong> responsabilidad patrimonial <strong>de</strong> la Administración<br />

sanitaria, “fijar un parámetro que permita <strong>de</strong>terminar el grado <strong>de</strong> corrección <strong>de</strong> la actividad<br />

administrativa a la que se imputa el daño; es <strong>de</strong>cir, que permita diferenciar aquellos<br />

supuestos en que el resultado dañoso se pue<strong>de</strong> imputar a la actividad administrativa (es <strong>de</strong>cir,<br />

al tratamiento o a la falta <strong>de</strong>l mismo) y aquellos otros casos en que el resultado se ha <strong>de</strong>bido<br />

a la evolución natural <strong>de</strong> la enfermedad y al hecho <strong>de</strong> la imposibilidad <strong>de</strong> garantizar la salud<br />

en todos los casos”; siendo el criterio básico utilizado por la jurispru<strong>de</strong>ncia para hacer girar<br />

sobre él la existencia o no <strong>de</strong> responsabilidad patrimonial el <strong>de</strong> la “lex artis”, el cual se basa<br />

en el principio sustentado por la jurispru<strong>de</strong>ncia en el sentido <strong>de</strong> que la obligación <strong>de</strong>l<br />

profesional <strong>de</strong> la medicina es <strong>de</strong> medios y no <strong>de</strong> resultados, es <strong>de</strong>cir, la obligación es <strong>de</strong><br />

prestar la <strong>de</strong>bida asistencia médica y no <strong>de</strong> garantizar en todo caso la curación <strong>de</strong>l enfermo.<br />

Según se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> la historia clínica que figura en el expediente, la paciente ya fue<br />

diagnosticada <strong>de</strong> Distrofia Corneal Endotelial <strong>de</strong> Fuchs en ambos ojos en el mes <strong>de</strong> diciembre<br />

<strong>de</strong> 1993, siéndole <strong>de</strong>tectada una catarata nuclear madura en ambos ojos el día 4 <strong>de</strong> octubre<br />

<strong>de</strong> 2000, tras lo cual, el día 20 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 2001, es sometida a una intervención quirúrgica.<br />

Tras la cirugía, a la paciente se le diagnostica un e<strong>de</strong>ma <strong>de</strong> cornea central, complicación que<br />

según el Inspector Sanitario es frecuente tras la cirugía <strong>de</strong> cataratas. El tratamiento indicado<br />

en el e<strong>de</strong>ma corneal pseudofáquico, según se señala en el informe <strong>de</strong>l Inspector Médico, es la<br />

Queratoplastia Penetrante y, sin embargo, a la paciente le fue dada el alta en el Servicio <strong>de</strong><br />

Oftalmología <strong>de</strong>l Hospital <strong>de</strong> H, el día 23 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 2002, con el diagnóstico <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scompensación corneal <strong>de</strong>l ojo izquierdo secundaria a cirugía <strong>de</strong> catarata, indicando un<br />

tratamiento con B-bloqueantes tópicos oculares, pomada antie<strong>de</strong>ma y corticoi<strong>de</strong>s tópicos, sin<br />

ningún tipo <strong>de</strong> información respecto a que el tratamiento que en su caso procedía era la<br />

Querotoplastia Penetrante y sin incluirla en la lista <strong>de</strong> espera quirúrgica para ser intervenida.<br />

A la vista <strong>de</strong> lo anterior, y ateniéndose a los dictámenes médicos que obran en el<br />

expediente, este <strong>Consejo</strong> <strong>Consultivo</strong> estima que a la paciente no se le ha prestado la<br />

asistencia sanitaria que correspondía en su caso, bien por error <strong>de</strong> los médicos que la<br />

estuvieron tratando <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su operación <strong>de</strong> cataratas o bien por la falta <strong>de</strong> la <strong>de</strong>bida<br />

diligencia <strong>de</strong>l doctor que le da el alta en el Servicio <strong>de</strong> Oftalmología, poniéndole un<br />

tratamiento que, como se ha señalado anteriormente, no es el que correspondía en este caso,<br />

según los referidos informes médicos que, por otra parte, no ponen en tela <strong>de</strong> juicio la<br />

actuación <strong>de</strong> la clínica privada y sus efectos sobre el estado <strong>de</strong> la paciente. Como se dice en<br />

la Sentencia <strong>de</strong>l Tribunal Superior <strong>de</strong> Justicia <strong>de</strong> <strong>Castilla</strong>-<strong>La</strong> <strong>Mancha</strong> <strong>de</strong> 4 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 2004<br />

(Ar JUR 2004/17894), “teniendo <strong>de</strong>recho a recibir el tratamiento <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l sistema –público<br />

<strong>de</strong> salud - y ello con una <strong>de</strong>terminada premura, sin embargo no se adoptaron por el propio<br />

sistema las medidas oportunas para que pudiera recibir el mismo en condiciones <strong>de</strong><br />

idoneidad o a<strong>de</strong>cuación, todo lo cual legitima el abandono <strong>de</strong> la medicina pública ante la<br />

<strong>de</strong>negación injustificada <strong>de</strong> recibir el tratamiento por el INSALUD”. Sentencia que guarda


Dictámenes <strong>Consejo</strong> <strong>Consultivo</strong> <strong>Castilla</strong>-<strong>La</strong> <strong>Mancha</strong>.- 2006<br />

conexión con otra <strong>de</strong>l mismo Tribunal Superior <strong>de</strong> 13 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 2002 (Ar JUR<br />

2002,160638), en la que un paciente tuvo un enrojecimiento en canto interno <strong>de</strong>l ojo <strong>de</strong>recho,<br />

por lo que acudió al Servicio <strong>de</strong> Urgencia <strong>de</strong>l Hospital M, en don<strong>de</strong> le fue diagnosticada<br />

“pingueculitis”, recetándole un colirio, y sin embargo en una clínica privada se le<br />

diagnosticó un <strong>de</strong>sprendimiento <strong>de</strong> retina, efectuándole la correspondiente intervención<br />

quirúrgica, siéndole reconocido el correspondiente reintegro <strong>de</strong> gastos por error <strong>de</strong><br />

diagnóstico por parte <strong>de</strong>l facultativo <strong>de</strong>l INSALUD, puesto que, como se dice en la Sentencia<br />

<strong>de</strong>l Tribunal Superior <strong>de</strong> Andalucía, con se<strong>de</strong> en Granada, <strong>de</strong> 20 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 2001 (Ar. AS<br />

2001,2402), “si primitivamente no se le efectuó tratamiento quirúrgico ni medicamentoso a la<br />

enferma por el SAS, lo que equivale a su <strong>de</strong>sahucio, es lógico que acudiera a la Clínica<br />

Privada, don<strong>de</strong> sí fue intervenida [...] por lo que enten<strong>de</strong>mos que la actitud <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mandante<br />

no constituye una utilización <strong>de</strong>sviada o abusiva <strong>de</strong> lo que es la norma general, lo que nos<br />

lleva a estimar su recurso”. En similar sentido se pronuncia la Audiencia Nacional quien, en<br />

su Sentencia <strong>de</strong> 27 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 2002 (Ar. JUR 2003,58696), dijo que “constatado que sí<br />

existía una indicación quirúrgica para tratar la enfermedad <strong>de</strong> la paciente, lo que evi<strong>de</strong>ncia<br />

un error <strong>de</strong>l tratamiento instaurado, o lo que igual <strong>de</strong> un funcionamiento anormal <strong>de</strong> la<br />

sanidad pública [...] lo que motivó que la paciente tuviera que acudir a una clínica privada,<br />

fuera <strong>de</strong>l Sistema Nacional <strong>de</strong> Salud, para tratar su lesión, ocasionándose una lesión<br />

antijurídica o perjuicio, que la paciente no tenía el <strong>de</strong>ber jurídico <strong>de</strong> soportar”.<br />

En la propuesta <strong>de</strong> resolución se señala, ante la alegación <strong>de</strong> la interesada <strong>de</strong> que los<br />

facultativos intervinientes no le informaron <strong>de</strong> la posibilidad <strong>de</strong>l trasplante <strong>de</strong> cornea, que<br />

“esta información ya se ofrecía en el consentimiento informado firmado por la paciente”,<br />

pero esta argumentación no pue<strong>de</strong> ser tenida en cuenta, a juicio <strong>de</strong> este <strong>Consejo</strong> <strong>Consultivo</strong>,<br />

no sólo porque sería convertir lo que constituye una garantía <strong>de</strong>l enfermo en un instrumento<br />

<strong>de</strong> inimputabilidad <strong>de</strong> la Administración, sino porque en el consentimiento informado se<br />

señalan las posibles complicaciones, así las diez operaciones que podían ser necesarias en el<br />

futuro, no pudiendo con ello dar a enten<strong>de</strong>r que una vez que surge una complicación es el<br />

paciente, y no el médico, el que <strong>de</strong>be <strong>de</strong>terminar cuál es la actuación médica que se <strong>de</strong>be<br />

seguir.<br />

A efectos <strong>de</strong> dar lugar a la responsabilidad patrimonial, la jurispru<strong>de</strong>ncia ha asimilado<br />

el error <strong>de</strong> diagnóstico o <strong>de</strong> tratamiento a la <strong>de</strong>negación injustificada <strong>de</strong> asistencia. Sin<br />

embargo, en el aspecto in<strong>de</strong>mnizatorio la respuesta que se ha dado a uno y otro caso no ha<br />

sido siempre la misma, lo que le ha llevado a Aurelio Des<strong>de</strong>ntado Bonete, a afirmar en su<br />

artículo sobre el reintegro <strong>de</strong> gastos por asistencia sanitaria externa <strong>de</strong> la Seguridad Social,<br />

publicado en la revista “Cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong>l Derecho judicial I-2002”, que “lo más razonable es<br />

probablemente sostener una cierta autonomía <strong>de</strong>l error”, añadiendo que “Este autorizaría<br />

una in<strong>de</strong>mnización por el coste <strong>de</strong>l diagnóstico correcto, pero no sería suficiente por sí mismo<br />

para justificar el recurso a la asistencia externa”. Esta doctrina ha sido seguida, si bien no <strong>de</strong><br />

forma unánime, por el or<strong>de</strong>n social, y así la Sala <strong>de</strong> lo Social <strong>de</strong>l Tribunal Superior <strong>de</strong><br />

Justicia <strong>de</strong> Murcia, en Sentencias <strong>de</strong> 18 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1994 (Ar. AS 1994,18l7) y <strong>de</strong> 24 <strong>de</strong> febrero<br />

<strong>de</strong> 1998 (Ar. AS 1998,5273) mantuvo que en caso <strong>de</strong> error en el diagnóstico procedía el abono<br />

<strong>de</strong> los gastos que consi<strong>de</strong>ró necesarios para la obtención <strong>de</strong> un correcto diagnóstico, pero no<br />

el resto que se correspondía básicamente con la intervención quirúrgica realizada. En<br />

cambio, la Sala <strong>de</strong> lo Social <strong>de</strong>l Tribunal Superior <strong>de</strong> Justicia <strong>de</strong> Madrid, en Sentencia <strong>de</strong> 3<br />

<strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1996, ante un supuesto <strong>de</strong> un acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> tráfico con fractura <strong>de</strong>l cuello femoral


DICTAMEN 159<br />

izquierdo en el que se le apreció en la articulación coxofemoral <strong>de</strong>recha la pérdida <strong>de</strong> la<br />

anatomía normal con amplia anquilosis ósea en el que los servicios médicos públicos<br />

informaron que “es técnicamente imposible actuar quirúrgicamente sobre la ca<strong>de</strong>ra<br />

<strong>de</strong>recha”, lo que llevó al paciente a una clínica privada que le propuso una intervención<br />

quirúrgica con la que obtuvo una notable mejoría, reconoció el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> éste al reintegro<br />

<strong>de</strong> los gastos ocasionados con este motivo.<br />

Por su parte, el or<strong>de</strong>n contencioso-administrativo, que en la actualidad es el competente<br />

para conocer estos asuntos como supuestos <strong>de</strong> responsabilidad patrimonial por errores<br />

médicos, viene pronunciándose en el mismo sentido que la última Sentencia citada,<br />

reconociendo el <strong>de</strong>recho al abono no sólo <strong>de</strong> los gastos <strong>de</strong>l diagnóstico correcto, sino también<br />

<strong>de</strong> la consecuente intervención quirúrgica cuando ésta ha sido la consecuencia <strong>de</strong>l<br />

diagnóstico correcto. En este sentido se ha pronunciado la Sentencia <strong>de</strong> la Audiencia<br />

Nacional <strong>de</strong> 12 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 2000 que recoge el supuesto <strong>de</strong> un chico <strong>de</strong> 22 años al que se le<br />

diagnostica un tumor maligno <strong>de</strong> condrosarcoma <strong>de</strong> alto grado y se le prescribió el uso <strong>de</strong> un<br />

corsé <strong>de</strong> por vida y radioterapia. Sin embargo, al acudir a una clínica privada se le<br />

diagnosticó un tumor benigno, se le quitaron los restos <strong>de</strong> la tumoración y se le libró <strong>de</strong>l<br />

corsé. Ante esta situación, la Sala dice que “hay que concluir que la <strong>de</strong>mandante sufrió un<br />

daño antijurídico, en cuanto que para acertar en el diagnóstico y procurar el tratamiento<br />

a<strong>de</strong>cuado tuvo que hacer, con cargo a su patrimonio, un <strong>de</strong>sembolso elevado, gasto que se<br />

habría evitado <strong>de</strong> no haberse errado en Madrid, con lo cual la pretensión <strong>de</strong> la actora <strong>de</strong>be<br />

estimarse”. En similar sentido se pronuncia la Sentencia <strong>de</strong> la misma Sala <strong>de</strong> 27 <strong>de</strong><br />

septiembre <strong>de</strong> 2000, ante el supuesto <strong>de</strong> una señora que está sometida a tratamiento en un<br />

centro <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la Seguridad Social durante más <strong>de</strong> un año por unos dolores en una<br />

rodilla; ante la ineficacia <strong>de</strong>l tratamiento acu<strong>de</strong> a un centro privado en el que se le<br />

diagnostica correctamente y se le interviene quirúrgicamente, reconociéndole el <strong>de</strong>recho a<br />

percibir como in<strong>de</strong>mnización la cantidad <strong>de</strong> 666.097 pesetas, que era el gasto ocasionado por<br />

el tratamiento en la clínica privada. Igualmente, en otra posterior Sentencia, la <strong>de</strong> 23 <strong>de</strong><br />

octubre <strong>de</strong> 2002 (Ar JUR 2003,25445), la Audiencia Nacional sigue manteniendo el mismo<br />

criterio ante un supuesto <strong>de</strong> error <strong>de</strong> diagnóstico, reconociéndole el <strong>de</strong>recho a percibir los<br />

57.136 euros a los que se habían elevado los gastos <strong>de</strong>l paciente, si bien no le reconoce la<br />

cantidad solicitada por daños morales.<br />

<strong>La</strong> diferencia existente entre la jurisdicción social y la contencioso-administrativa, quizá<br />

se <strong>de</strong>ba a que, en el <strong>de</strong>rogado artículo 18.4 <strong>de</strong>l Decreto 2766/1967, <strong>de</strong> 16 <strong>de</strong> noviembre, se<br />

obligaba al paciente a notificar a la Entidad Gestora el hecho que había motivado la<br />

asistencia sanitaria fuera <strong>de</strong> los servicios <strong>de</strong> la Seguridad Social, como requisito<br />

reglamentario para tener <strong>de</strong>recho al reintegro <strong>de</strong> los gastos ocasionados con ocasión <strong>de</strong> la<br />

utilización <strong>de</strong> la medicina privada, por lo que el no cumplimiento <strong>de</strong> este requisito se<br />

constituía en causa legal para <strong>de</strong>sestimar la pretensión, exigencia que actualmente no se halla<br />

recogida en nuestro <strong>de</strong>recho positivo para los supuestos <strong>de</strong> funcionamiento anormal <strong>de</strong> los<br />

servicios sanitarios que <strong>de</strong>n lugar a la responsabilidad patrimonial <strong>de</strong> la Administración.<br />

El criterio seguido por la Audiencia Nacional es también el que ha utilizado este<br />

<strong>Consejo</strong> <strong>Consultivo</strong>, y así, en su <strong>dictamen</strong> 166/2005, ante un supuesto <strong>de</strong> error <strong>de</strong> la sanidad<br />

pública, estimó que <strong>de</strong>berían abonarse los gastos ocasionados por el uso <strong>de</strong> la medicina


Dictámenes <strong>Consejo</strong> <strong>Consultivo</strong> <strong>Castilla</strong>-<strong>La</strong> <strong>Mancha</strong>.- 2006<br />

privada, tanto en lo referente a la consulta <strong>de</strong>terminante <strong>de</strong>l diagnóstico correcto como <strong>de</strong> la<br />

intervención quirúrgica subsiguiente.<br />

En el presente supuesto, la Sra. Z, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la operación <strong>de</strong> cataratas estuvo siendo<br />

tratada durante un año por la sanidad pública, sin que durante ese tiempo notase ninguna<br />

mejoría. Al cabo <strong>de</strong> ese tiempo se le conce<strong>de</strong> el alta en el Servicio Oftalmológico con un<br />

diagnóstico <strong>de</strong> “<strong>de</strong>scompensación corneal central <strong>de</strong>l OI 2ª a cirugía <strong>de</strong> catarata”, cuando<br />

según los informes médicos obrantes en el expediente <strong>de</strong>terminaban que se <strong>de</strong>bía haber<br />

realizado una Querotoplastia penentrante, lo que a juicio <strong>de</strong> este <strong>Consejo</strong> <strong>Consultivo</strong><br />

constituye razón suficiente para la utilización <strong>de</strong> servicios ajenos a la sanidad pública, no<br />

pudiendo en este caso estimar que ha existido un abuso <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho porque, ante la falta <strong>de</strong>l<br />

tratamiento a<strong>de</strong>cuado por parte <strong>de</strong> la Administración Sanitaria, no se pue<strong>de</strong> exigir a la<br />

paciente una diligencia tan extrema como la que supondría que, una vez que le comunicaron<br />

el diagnóstico en la clínica B, retornase al Hospital <strong>de</strong> H al objeto <strong>de</strong> que la sanidad pública<br />

le hiciese la operación que correspondía en este caso según la sanidad privada.<br />

En los supuestos <strong>de</strong> reclamaciones en los que la cantidad solicitada correspon<strong>de</strong> a los<br />

gastos previamente efectuados, únicamente pue<strong>de</strong>n abonarse los gastos justificados que<br />

tengan relación directa o indirecta con la actividad médica, y, a<strong>de</strong>más, dichos gastos han <strong>de</strong><br />

ser acreditados por quien reclama mediante factura legal. En este caso, proce<strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnizar<br />

los correspondientes al tiempo que estuvo ingresada la interesada en la clínica Barraquer y<br />

que, según la factura presentada, se correspon<strong>de</strong>n al diagnóstico, estancia, intervención<br />

quirúrgica y tratamiento, que ascien<strong>de</strong>n a la cantidad <strong>de</strong> 5.025,86 euros. Igualmente proce<strong>de</strong><br />

abonar la factura a nombre <strong>de</strong> la paciente por una visita realizada el día 17 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong><br />

2002, por importe <strong>de</strong> 155,50 euros. En cambio, no proce<strong>de</strong> el abono <strong>de</strong> la factura número<br />

020241952 correspondiente al día 4 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 2002 por figurar a nombre <strong>de</strong> otra persona.<br />

Tampoco proce<strong>de</strong> in<strong>de</strong>mnizar el resto <strong>de</strong> facturas que se adjunta por no contener la<br />

i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> la persona a la que correspon<strong>de</strong>n. En el mismo sentido, no proce<strong>de</strong> el abono<br />

<strong>de</strong> los gastos <strong>de</strong> viaje a que se refiere la reclamación, toda vez que ninguna justificación se ha<br />

presentado <strong>de</strong> los mismos.<br />

DICTAMEN<br />

“Que existiendo relación <strong>de</strong> causalidad entre la <strong>de</strong>ficiente asistencia sanitaria prestada<br />

por la Administración <strong>de</strong> la Junta <strong>de</strong> Comunida<strong>de</strong>s y los gastos ocasionados a Dª. Z<br />

<strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> la asistencia recibida en la medicina privada, proce<strong>de</strong> dictar resolución<br />

<strong>de</strong>clarando la responsabilidad patrimonial <strong>de</strong> la Administración Autonómica y el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong><br />

aquélla a percibir una in<strong>de</strong>mnización según los criterios expuestos en la Consi<strong>de</strong>ración VI<br />

<strong>de</strong>l presente <strong>dictamen</strong>”.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!