09.05.2015 Views

Kaikan N° 41 - Febrero-Marzo 2009 - Asociación Peruano Japonesa

Kaikan N° 41 - Febrero-Marzo 2009 - Asociación Peruano Japonesa

Kaikan N° 41 - Febrero-Marzo 2009 - Asociación Peruano Japonesa

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Relatos<br />

Y lo invitó a servirse de la comida que había<br />

preparado para el camino. El hombre comió<br />

hasta quedar satisfecho.<br />

Cuando el hombre se iba a despedir de la<br />

señora, ésta sacó de su equipaje tres rollos<br />

de tela fina y se los ofreció como una<br />

pequeña muestra de su agradecimiento.<br />

Llevando los tres rollos de tela bajo el<br />

brazo, el hombre iba caminando contento y<br />

animado cuando empezó a oscurecer. En<br />

s e n t i d o c o n t r a r i o a v a n z a b a<br />

apresuradamente un samurai montando un<br />

magnífico caballo seguido por sus vasallos.<br />

- ¡Qué espléndido caballo!- pensó el<br />

hombre.<br />

De pronto, el animal se desplomó de golpe<br />

frente a él.<br />

- ¡Qué problema! Mi caballo que era tan<br />

sano ha muerto repentinamente. No tengo<br />

otra alternativa que dejarlo y continuar con<br />

mi viaje. Encárguense ustedes de él –<br />

indicó el samurai a sus vasallos y muy<br />

apresuradamente siguió su camino.<br />

Tanto el samurai como sus vasallos no eran<br />

del lugar y, por ello, no sabían qué hacer.<br />

Los vasallos se pusieron en cuclillas al lado<br />

del caballo caído y, mientras decidían qué<br />

hacer, el hombre pobre se acercó y les dijo:<br />

Así oraba el hombre con mucha devoción.<br />

De pronto el caballo abrió los ojos y<br />

lentamente empezó a moverse. Muy<br />

contento, el hombre lo tomó por la quijera y<br />

lo jaló para que se parara. El caballo se<br />

levantó, sacudió su cuerpo y empezó a<br />

caminar.<br />

- Si la gente me ve así, con esta montura tan<br />

fina, creerá que robé el caballo- pensó el<br />

hombre y, por ello, lo ocultó en una<br />

arboleda, lo ató a un árbol y dejó que<br />

descansara. Al anochecer el hombre fue al<br />

pueblo y cambió los dos rollos de tela que le<br />

quedaban por cebada, forraje y una<br />

montura más sencilla. Una vez que estuvo<br />

listo, como a medianoche, salió de la<br />

arboleda montado en el caballo.<br />

Eran las primeras horas de la mañana<br />

siguiente cuando el hombre llegó a Kyoto.<br />

En una gran casa que estaba en la entrada<br />

de la ciudad se vivía un gran alboroto:<br />

criados embalando el equipaje, gente<br />

dando órdenes; todo indicaba que ese día<br />

sus ocupantes emprendían un viaje a algún<br />

lugar lejano.<br />

- Muchas veces en situaciones como ésta se<br />

necesita de caballos. Quizás compren el<br />

mío- pensó el hombre.<br />

Se acercó al portón y preguntó si deseaban<br />

comprar un caballo. Del interior apareció el<br />

señor de la casa y le dijo:<br />

-¡Qué buen caballo! Justamente pensaba<br />

comprar uno fino como éste. No tengo<br />

dinero ahora ya que estoy por salir de viaje,<br />

pero cerca de aquí tengo unos pequeños<br />

arrozales. ¿Aceptarías esas tierras a<br />

cambio de tu caballo? Además, te dejaría<br />

encargada esta casa, que quedará vacía<br />

durante mi ausencia, y podrías vivir aquí<br />

con toda libertad hasta mi regreso.<br />

El hombre aceptó y le entregó el caballo. El<br />

señor, muy satisfecho, montó en su nuevo<br />

caballo y, acompañado por todos los que<br />

vivían en la casa, partió de inmediato hacia<br />

la lejana región de Kanto.<br />

El hombre pobre se quedó a vivir en la gran<br />

casa y cultivó los arrozales que recibió a<br />

cambio del caballo. Al poco tiempo, se<br />

convirtió en un respetado agricultor<br />

llevando una vida cómoda y tranquila. Con<br />

el tiempo, la gran casa también pasó a ser<br />

suya, pues el verdadero dueño nunca<br />

volvió. Durante muchos años sus<br />

descendientes gozaron de éxito en los<br />

negocios y se cuenta que estuvieron<br />

siempre agradecidos a la diosa Kannon por<br />

los beneficios concedidos.<br />

- Yo podría hacerme cargo de él. Pero no me<br />

parece correcto recibirlo a cambio de nada,<br />

por ello les daré esto.<br />

Y les entregó uno de los tres rollos de tela.<br />

Los vasallos se miraron entre sí, se<br />

mostraron conformes y, tomando el rollo de<br />

tela, fueron tras los pasos del samurai a<br />

toda prisa.<br />

- No se puede poner en duda la<br />

benevolencia de la diosa Kannon. En un día<br />

una hebra de paja se convirtió en tres<br />

naranjas, las naranjas se convirtieron en<br />

tres rollos de tela, y la tela se convirtió en<br />

este magnifico caballo. Si fuera posible, por<br />

favor, diosa Kannon, haz que el caballo<br />

reviva.<br />

Cuentos Tradicionales<br />

del Japón<br />

El hombre que se hizo rico con una hebra de paja es uno<br />

de los relatos que forma parte del libro Cuentos<br />

Tradicionales del Japón editado por la Asociación<br />

<strong>Peruano</strong> <strong>Japonesa</strong> en 1999 con motivo del<br />

Centenario de la Inmigración <strong>Japonesa</strong> al Perú.<br />

El libro fue fruto de un intenso trabajo del entonces<br />

Taller de Traducción Akebono conformado por Patricia<br />

Takechi, Rumi Morimoto, Juan Kanashiro, Rocío<br />

Tohara, Viviana Shigyo y Juan José Bonilla.<br />

Contó con la colaboración de Juan Tokeshi como editor, François Vallaeys en el prólogo<br />

y con la participación como ilustradores de los destacados artistas Erika Nakasone,<br />

Ango Shimura, Aldo Shiroma y Jaime Higa (que tuvo a su cargo las ilustraciones de El<br />

hombre que se hizo rico con una hebra de paja, algunas de las cuales reproducimos en<br />

estas páginas).<br />

Cuentos Tradicionales del Japón contiene también cuentos como los tradicionales<br />

Momotaro, El niño que nació de un melocotón, Urashima Taro, La gratitud de la grulla,<br />

Los sombreros de los hombrecitos de piedra, entre otros.<br />

Cuentos Tradicionales del Japón. Mukashi mukashi, aru tokoro ni… Taller de Traducción Akebono,<br />

Asociación <strong>Peruano</strong> <strong>Japonesa</strong>. Lima 1999. 90 pp.<br />

De venta en la Tienda Cosas de Cursos, a S/. 20.00.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!