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Año 9 | Número 55<br />

DICIEMBRE 2014 - ENERO 2015<br />

CONSEJO EDITORIAL<br />

Adolfo de Vincenzi<br />

Jorge González<br />

Luz Henríquez<br />

Antonio Dalto<br />

DIRECCIÓN<br />

Jorge González<br />

EDICIÓN<br />

Carla Pandolfo<br />

COORDINACIÓN<br />

Hugo Cayssials<br />

Melina Dorfman<br />

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN<br />

Raúl Bruno | Preciada Imagen, Inc.<br />

FOTOGRAFÍA<br />

Silvana Sergio<br />

CORRECCIÓN<br />

Esteban Bertola<br />

COLABORAN EN ESTE NÚMERO<br />

Florencia Álvarez, Pablo Bassi, Laura Berti,<br />

Antonela de Alva, Horacio de Dios, Melina Dorfman,<br />

Eduardo Dubians, Marina García, Martín Garrido,<br />

Nancy Giampaolo, Silvia Hopenhayn, Silvia Itkin,<br />

Nadia Koval, Roger Alan Koza, Christian Kupchik,<br />

Mauro López Oyanarte, Felipe Pigna,<br />

Gabriel Rolón, Lucila Rolón, Emilia Simison,<br />

Mónica Tracey, Maximiliano Tomas, Esteban Ulrich,<br />

Sergio Varela y Nando Varela Pagliaro.<br />

IMAGEN DE TAPA<br />

Escena de la película El lobo de Wall Street.<br />

Gentileza de Diamonds Films y Transeuropa Video.<br />

PUBLICIDAD Y REDACCIÓN<br />

Tel.: 4943-8219/22<br />

Patagones 2463 | c1282aca | CABA<br />

Correo: revistaquid@ilhsa.com<br />

Web: yenny-elateneo.com / Sección Quid<br />

REVISTA QUID<br />

Grupo Ilhsa S.A. es propietaria de Quid, publicación de<br />

Yenny y El Ateneo. Queda prohibida la reproducción<br />

del contenido de esta publicación, aun mencionando<br />

la fuente.<br />

Los editores no son responsables por las opiniones<br />

vertidas por los colaboradores, entrevistados, las notas<br />

firmadas y el contenido de los mensajes publicitarios.<br />

Registro Nacional de la Propiedad Intelectual<br />

Nº 506670. ISSN 1669738-3.<br />

Distribución en locales Yenny y El Ateneo de la Ciudad<br />

de Buenos Aires, GBA e interior del país.<br />

Es sabido que los chinos limpian su casa a fondo para despedir el año. Se deshacen<br />

de esas cosas rotas o en desuso porque simbolizan la mala suerte acumulada<br />

del año anterior. Dos o tres días después de los festejos dan la primera barrida a<br />

la casa para que, de ese modo, se evite “barrer” la buena fortuna del año que se<br />

inicia.<br />

En Vietnam, limpian todo hasta dejarlo reluciente y siembran un bambú que<br />

adornarán con luces para ahuyentar los malos espíritus.<br />

En Corea intentan no dormir durante toda la noche nueva ya que si lo hacen<br />

creen que se amanecerá con las cejas blancas.<br />

En Italia se deshacen también de los trastos viejos, la única diferencia con Oriente<br />

es que lo hacen por la ventana.<br />

En algunos pueblos de Escocia encienden barriles y los voltean para hacerlos<br />

rodar por las calles para quemar los malos pasos que se han dado durante el viejo<br />

año.<br />

En México es tradición barrer la casa a la medianoche hacia afuera y barrer hacia<br />

adentro unas monedas para que durante el año no falte nunca el dinero.<br />

Muchos comen doce uvas, una por cada mes, para tener buena suerte. Parece que<br />

esa costumbre nació en España.<br />

Deshaciéndose de excesos o conservándolos, quienes hacemos Quid, deseamos<br />

que el nuevo año traiga abundancia, armonía y felicidad para todos.<br />

Disfruten de este nuevo número de Quid.<br />

Adolfo de Vincenzi<br />

Director General<br />

Grupo Ilhsa


MISCELáneas<br />

Descubrir a la más bella<br />

De Dios editores presentó su nueva tienda<br />

on-line y su Guía Mapa de Florencia.<br />

Declarada por la UNESCO como patrimonio<br />

mundial, Florencia no sólo ofrece<br />

maravillas en arte, arquitectura e historia,<br />

también es cuna del diseño y de la elegancia<br />

más refinada. Para saber encontrar<br />

los secretos mejor guardados de una de<br />

las ciudades más hermosas del mundo.<br />

Imperdibles<br />

Pelo Music publicó tres DVD para musicalizar las fiestas y el<br />

verano. El primero es un tributo a los Beatles, 50 Years Tribute,<br />

donde músicos de la talla de McFerrin, Morissette, Eric Clapton,<br />

Keith Richards (y sigue la lista) versionan los ya clásicos<br />

temas ingleses.<br />

Live In England invita a la presentación antológica de The Smiths<br />

en Inglaterra, en 1984, cuando todavía no habían lanzado su<br />

primer álbum de estudio. Imperdible la voz de Morrisey.<br />

La tercera propuesta es The Black Keys, Live in New York 2012.<br />

Realizado en el Central Park en septiembre de 2012, el dúo presenta<br />

canciones de los tres últimos álbumes de su carrera.<br />

Concurso<br />

El Ministerio de Cultura<br />

de la Nación convoca al<br />

concurso federal de relatos<br />

“La Historia la ganan<br />

los que escriben” y tendrá<br />

como eje la figura del<br />

héroe en su sentido más<br />

amplio. Podrán participar<br />

escritores argentinos y residentes,<br />

mayores de 18 años. Los menores deberán acompañar<br />

una autorización de sus padres o tutores. Las bases del concurso<br />

están disponibles en:<br />

http://www.cultura.gob.ar/becas/concurso-federal-de-relatos/


LA RECOMENDACIÓN DEL LIBRERO<br />

Si me querés, quereme transa es un libro inusual, asombroso y perturbador,<br />

toda una experiencia de vida que firma Cristian Alarcón,<br />

periodista chileno afincado en nuestro país, alumno de Ryszard<br />

Kapuscinski, amigo de Jon Lee Anderson, maestro de la Fundación<br />

Nuevo Periodismo de Gabriel García Márquez y además autor de<br />

Cuando me muera quiero que toquen cumbia, otra novela verídica y<br />

legendaria.<br />

Alarcón es director académico del proyecto<br />

“Narcotráfico, ciudad y violencia en América<br />

Latina” para la FNPI y Open Society<br />

Institute (fundación de George Soros), y<br />

estuvo seis años investigando las cadenas de<br />

narcos en la Argentina, revisando 54 causas<br />

penales, trazando un mapa de los flujos y<br />

la dinámica de los clanes y las masacres,<br />

viajando a Lima para encontrar las marcas<br />

culturales de la movida peruana y, lo más difícil,<br />

logrando la confianza de los traficantes.<br />

Su intención no era delatarlos ni estigmatizarlos, sino simplemente<br />

entender las lógicas ocultas de ese micromundo que funciona silenciosamente<br />

en la capital y en el conurbano bonaerense.<br />

Su profunda visión de la realidad, sumada a veinte años de trabajo<br />

como periodista y al éxito obtenido en su anterior novela, le permitieron<br />

percibir en las voces de sus entrevistados los finos hilos<br />

de una historia singular, esta vez acerca de la inmigración, las villas<br />

argentinas y el narcotráfico. En una entrevista realizada por Fernández<br />

Díaz en la que es consultado sobre los personajes de su historia,<br />

Alarcón analiza que en la actualidad “estamos ante la presencia de<br />

nuevas lógicas y estrategias de sobrevivencia; dirimir determinados<br />

conflictos, hablar de determinada manera, usar un vocabulario fuerte,<br />

duro, de arrabal profundo, no los está haciendo más violentos de<br />

por sí (a los villeros), sino que los está empujando hacia delante”.<br />

Y agrega: “ellos están mucho más cómodos de lo que uno puede<br />

prejuiciosamente intuir y (…) el libro intenta mostrar eso: el libro<br />

se sumerge en sus vidas para devolverle al lector una imagen que<br />

no es de miserables, no son los miserables de la literatura clásica. Y<br />

tampoco son rebeldes. Se caen, para mí, los paradigmas en torno a<br />

ese sujeto, quiénes son los narcotraficantes y por qué lo hacen. La<br />

respuesta está mucho más allá de los índices económicos, sociales,<br />

de diferencia de distribución de la riqueza. El tema, para mí, es mucho<br />

más shakespereano que económico”.<br />

En Si me querés…, Alarcón utilizó todos los recursos de la literatura<br />

de ficción para dar cuenta de una ferocidad para ella inaccesible:<br />

la realidad. Un mapa del narcotráfico peruano en la villa argentina<br />

abarcado en toda su humanidad; el rito religioso, las formas más terribles<br />

de muerte que acecha a diario hasta en los lugares más seguros,<br />

la tradición de Sendero Luminoso y la adoración al Señor de los<br />

Milagros, el Cristo negro que ilustra la portada y que atraviesa todo<br />

el libro. Pero también es un retrato de la idea de familia, del clan,<br />

divisible sólo por la muerte y sobreviviente a pesar de ella.<br />

Idas y vueltas en el tiempo y en las voces componen una base rítmica<br />

vertiginosa que explota en tres masacres, los líderes de un clan<br />

lanzados a fondo contra otros, el descuido y la sorpresa del atacado y<br />

la planificación del que ataca, contados con precisión y profundidad.<br />

Alarcón no cae nunca en la tentación de juzgar, ni de configurar<br />

juegos de buenos y malos. No trata de demonizar, como exigen las<br />

buenas conciencias, ni de santificar héroes impuros que no existen.<br />

Ni siquiera se asocia a ciertas visiones condescendientes y “progres”<br />

acerca de la marginalidad. Es un escritor notable que informa, entretiene<br />

y desmitifica; por eso, recomiendo su lectura.<br />

Mauro López Oyanarte


o8<br />

Nota<br />

de tapa


Los<br />

excesos<br />

del<br />

Vacío<br />

Por Christian Kupchik*<br />

En la parte final de la novela Una letra femenina azul pálido,<br />

del austríaco Franz Werfel, la protagonista Vera Wormser<br />

no ve otra salida que abandonar Austria ante el irreparable<br />

ascenso del nazismo. Leónidas, afectado en su amor por<br />

Vera, afirma sin atisbos de interrogación: “De modo que<br />

viaja usted a Nueva York”. Vera se mostrará sorprendida:<br />

“¡Oh, no! ¿Nueva York? (…) No aspiro a tanto. Me voy a<br />

Montevideo.”<br />

“Montevideo –repitió Leónidas en tono alelado–, eso queda<br />

tan lejos…”<br />

“¿Lejos de dónde?” –respondió tranquilamente Vera.<br />

Esa pregunta, “¿lejos de dónde?”, sirvió también de título a<br />

un ensayo de Claudio Magris sobre Joseph Roth y a una<br />

novela del argentino Edgardo Cozarinsky, pero aun antes<br />

que ellos, se convirtió en la melancólica adivinanza que repiten<br />

los exiliados que sienten haber perdido su centro de<br />

gravedad.<br />

Así como la distancia no resulta sencilla de cuantificar cuando<br />

intervienen factores subjetivos, la misma cuestión puede<br />

ser trasladada al concepto de exceso: ¿apuntaban a ese significado<br />

las bacanales romanas dedicadas al dios Baco? ¿Existen<br />

amores excesivos? ¿Es verdad que en la actualidad hay<br />

un exceso de información? Todo depende… El 21 de mayo<br />

1899 un hombre de 26 años de origen alemán fue arrestado<br />

por conducir con exceso de velocidad; este hecho habría<br />

de convertirlo en protagonista de todos los periódicos de la<br />

época. El caballero mereció una condena pública debido a<br />

su temeridad, que lo llevó a conducir a dieciocho kilómetros<br />

por hora cuando el límite permitido en la localidad por la<br />

que atravesó era de tan sólo trece. Obviamente, hoy este<br />

“exceso” mueve a risa, tanto como otros marcados por las<br />

modificaciones en los hábitos y prácticas de conducta de<br />

cada época.<br />

En su diccionario personal de uso del español, María Moliner<br />

expone los sentidos habituales derivados del término,<br />

entendiendo como exceso “lo que sobra”, “lo que excede”,<br />

en suma, “acción en que se pasa el límite de lo conveniente<br />

o razonable”. Pero al mismo tiempo, lo asocia a otra palabra<br />

a la que está ligada etimológicamente: “abuso”. El verbo<br />

abusar consta de dos elementos latinos: el prefijo “ab”, que<br />

además de la idea de alejamiento o repulsión, expresaría<br />

precisamente “exceso” o “superación”. La voz latina abusus<br />

(del verbo abuti) indicaba “uso indebido”, pero antiguamente<br />

prevalecía el sentido de “perjudicar”, “burlar”, para luego<br />

derivar hacia “usar en exceso”. Si nos atenemos al significado<br />

de que el exceso está medido por la superación de un límite<br />

“conveniente o razonable”, nos enfrentamos a un nuevo problema:<br />

¿quién establece dicha frontera?<br />

El exceso ostenta, ya desde su definición, una connotación<br />

negativa al estar asociado con situaciones o prácticas que<br />

poco a poco se van repitiendo hasta transformarse en verdaderas<br />

obsesiones. Muchos de estos hábitos pueden desembocar<br />

en adicciones o patologías de diverso tipo. Estas<br />

conductas compulsivas ligadas a hábitos de comportamiento<br />

que pueden resultar autodestructivos –y no sólo los incentivados<br />

por productos o agentes externos, como el alcohol<br />

o las drogas, sino también por condicionantes psicológicos,<br />

como el caso del placer adrenalínico que generan muchos<br />

deportes de alto riesgo, la adicción a los juegos de azar o el<br />

propio consumo de bienes desenfrenado– obedecen por lo<br />

general a algún tipo de problema subyacente.<br />

Pero más allá de cuál sea la naturaleza detrás del exceso en<br />

cuestión, ante todo existe una dimensión ética del asunto.<br />

Aristóteles identifica la “virtud” (areté) con el “hábito”<br />

(héksis), es decir, actuar según el “justo término medio” con-<br />

o9


1o<br />

siderado entre dos actitudes extremas, a las cuales denomina<br />

“vicios”. De este modo, se estima que el hombre es virtuoso<br />

cuando su voluntad ha adquirido el “hábito” de actuar con<br />

rectitud, de acuerdo siempre con ese “justo término medio”<br />

que evite tanto el exceso como el defecto. Ahora bien, la<br />

actuación de acuerdo conforme a este sentido de “virtud”<br />

requiere de un cierto tipo de sabiduría práctica a la que<br />

Aristóteles llama “prudencia” (phrónesis). Sin esta, nuestra<br />

actuación se verá abocada irremisiblemente al exceso o al<br />

defecto o, lo que es igual, al “vicio”. En un pasaje de su<br />

Ética a Nicómaco revela los puntos más significativos de la<br />

concepción de “virtud”:<br />

“La virtud es un hábito [o disposición adquirida] de la voluntad<br />

consistente en un término medio en relación con nosotros;<br />

[término medio] que es determinado racionalmente por<br />

una regla recta (órthos lógos), aquella por medio de la cual<br />

lo determinaría en un hombre dotado de sabiduría práctica.”<br />

(Ética a Nicómaco, II, 6, 1106b 3-6)<br />

De acuerdo a esta particular ética, notamos aquí una primer<br />

antinomia: exceso o virtud. La idea contenida en la última<br />

frase del texto aproxima un poco la ética aristotélica al “intelectualismo<br />

moral” de Sócrates y Platón. También para<br />

Aristóteles la sabiduría está en la base del comportamiento<br />

virtuoso. En cuestión de moral, es de nuevo la razón la que<br />

tiene la última palabra. Es verdad que, según Aristóteles, lo<br />

que todas las acciones del hombre persiguen es simplemente<br />

la felicidad, pero son la razón y la sabiduría que esta propicia<br />

las que nos indican lo que debemos hacer para alcanzarla,<br />

en tanto que cualquier tipo de exceso conspira contra<br />

la ambición de alcanzar una felicidad plena y perfecta.<br />

A la vez, por paradójico que resulte, el camino a muchos excesos<br />

llega bajo la promesa de una felicidad plena y perfecta,<br />

por pasajera que esta sea.<br />

La felicidad paradójica, precisamente, es uno de los principales<br />

títulos del filósofo francés Gilles Lipovetsky (París,<br />

1944), quien se encargó de analizar uno de los componentes<br />

esenciales de estos tiempos posmodernos: el vacío. Y una<br />

vez más lo paradójico: el vacío no se entiende sin el exceso.<br />

Ya en La era del vacío (1983), Lipovetsky advertía que nuestro<br />

tiempo estaba sobredeterminado por el exceso, y es por<br />

ese motivo llama a todos sus objetos de estudio les antepone<br />

el prefijo híper: hipermodernidad, hiperindividualismo, hiperconsumo<br />

e hipercine.<br />

“Híper”, de acuerdo a la visión de Lipovetsky, implica una<br />

saturación de significados que no buscan otra cosa que la<br />

desaparición de los antiguos límites institucionales: el Estado,<br />

la religión y la familia… Está convencido de que esta<br />

nueva etapa “híper” plantea una ilusión de sentidos que<br />

termina por vaciar de contenidos cuanto nombra. La felicidad<br />

paradójica lleva por subtítulo Ensayo sobre la sociedad<br />

de hiperconsumo, y Lipovetsky se detiene sobre este nuevo<br />

arquetipo social producto del exceso. La producción de<br />

bienes se centra en las personas y ya no tanto en sectores<br />

sociales (hasta Coca-Cola basa su actual estrategia en grabar<br />

nombres de potenciales compradores en sus envases), parece<br />

todo dispuesto a satisfacción del individuo/consumidor,<br />

y sin embargo –de allí la paradoja anunciada en el título– el<br />

hiperconsumista se vuelve desconfiado e infiel. Ya no sigue<br />

sólo a una marca, ahora puede entrar en Internet y comparar,<br />

analizar, reflexionar y orientar sus deseos hacia lo que<br />

más le gratifica, pero el exceso de posibilidades hace que sus<br />

emociones nunca se vean satisfechas: la experiencia de la<br />

decepción asoma rápidamente.<br />

Lo mismo aplica al desarrollo de la tecnociencia. “El exceso<br />

es propio de una sociedad que ya no tiene frenos”, afirma<br />

Lipovetsky. “La ciencia hace lo impensable y estamos en el<br />

exceso total. El culto a la modernidad tiene razones tecnocientíficas.<br />

La lógica de la técnica es ganar tiempo y dinero.<br />

La tecnología se vuelve dominante y se expresa en la cultura.<br />

Desde finales del siglo XIX los artistas celebraron la religión<br />

de lo nuevo, la destrucción del pasado, cambiar todo el<br />

tiempo por algo nuevo. El problema es que cuando no hay<br />

límites en la estética, cuando no hay rupturas y la respuesta<br />

es la radicalización. Hay una lógica vinculada al fetichismo<br />

de la novedad, y sólo la modernidad tiene esa veneración<br />

excesiva.”<br />

La realidad ha dejado de ser lo obvio, ha abandonado el terreno<br />

de la materialidad incorruptible. Quizás nunca haya<br />

sido así, quizás nunca se redujo a lo meramente fáctico. En<br />

otros tiempos incluyó a seres intangibles, fuerzas oscuras,<br />

telúricas presencias; lo ignoto, lo mágico, lo sagrado, complementaban<br />

su constancia. La realidad siempre ha sido algo<br />

más que los hechos, como si su verdad hubiera querido estar<br />

en otro sitio, ser otra cosa. Hoy, de una manera diferente, una<br />

fuerza centrífuga la dispersa, reduplica, centuplica. La ficción<br />

sustituye a la realidad bajo la forma de una hiperrealidad.<br />

La diferencia con el ayer estriba en que, si en las anteriores<br />

ocasiones el demérito de la empiria era el ocultamiento de<br />

una realidad más profunda, en el presente se nos revela<br />

como la emboscada del hueco, la pura apariencia tras la cual<br />

nada existe. En el exceso de estímulos posibles, de máscaras<br />

y explicaciones globales, en este catálogo infinito de paraísos<br />

artificiales, también hay lugar para los caprichos del vacío<br />

* ESCRITOR, TRADUCTOR y PERIODISTA, ha publicado varios libros de poesía y<br />

editó la colección Planeta Nómade sobre literatura de viajes. Aparecieron los<br />

títulos El camino de las damas, La ruta argentina, En busca de Cathay y Las huellas<br />

del río, todos en Editorial Planeta. También la antología En la vía - Relatos<br />

desde un tren y Relatos de París.


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12<br />

El<br />

señalador<br />

Vicio, lo que se dice vicio, es otra cosa.<br />

Pero los fundamentalistas de la moral y<br />

las buenas costumbres, que ahora cultivan<br />

tomates y manzanas orgánicas (un<br />

lujo que sólo pueden pagar sus holgados<br />

bolsillos) y marchan en todo el mundo<br />

contra la matanza de animales para el<br />

consumo de su carne (porque lo que hoy<br />

se lleva es ser vegano), hicieron sus primeros<br />

pinitos persiguiendo y derrotando<br />

al tabaco: en apenas unos años fumar<br />

pasó de ser un rasgo de distinción y misterio<br />

a la costumbre más repugnante que<br />

alguien pudiera manifestar en público. El<br />

vicio por antonomasia, en su definición<br />

más conservadora: una práctica depravada<br />

y degradante.<br />

Y si bien es cierto que los fumadores han<br />

hecho uso y abuso de su derecho a morir<br />

de una forma lenta y placentera (somos<br />

ex fumadores, sí, pero jamás exhibiremos<br />

la fe de los conversos: ¡en 2001 viajamos<br />

a Europa por primera vez y reservamos<br />

asiento en la última fila, destinada a los<br />

fumadores compulsivos, a diez mil metros<br />

de altura!) el cigarrillo tampoco puede<br />

tener la culpa de todos los males. Es,<br />

apenas, el último chivo expiatorio. Largas<br />

esperas, noches, conversaciones, espectáculos<br />

y relaciones de pareja han resultado<br />

soportables gracias a la compañía del<br />

tabaco en sus más diversas manifestaciones.<br />

O fumábamos o moríamos de estrés<br />

y aburrimiento. Por lo demás, existen<br />

pocos vicios (y pocas drogas) que hayan<br />

aportado a la literatura obras inspiradas<br />

en el paciente desarrollo de su hábito.<br />

el VICIO DE fumar<br />

Por Maximiliano Tomas*<br />

Cigarrillos y escritura, un solo corazón,<br />

como ya lo sabía el propio André Gide,<br />

que fumó hasta los ochenta años: “Escribir<br />

es, para mí, un acto complementario<br />

al placer de fumar”. Qué tal.<br />

Hace un tiempo me pidieron del sitio<br />

web de una enciclopedia de autores<br />

hispanoamericanos un texto breve sobre<br />

la literatura y el tabaco, y no resultó demasiado<br />

difícil rastrear el que muchos<br />

consideran el primer testimonio de esta<br />

fructífera relación. Está en el Don Juan<br />

de Molière: “Diga lo que diga Aristóteles<br />

y toda la filosofía, no hay nada comparable<br />

al tabaco... Quien vive sin tabaco,<br />

no merece vivir”. También me acordaba<br />

de un célebre poema de Fernando Pessoa,<br />

“Tabaquería”. Pero si me preguntan<br />

acerca del mejor texto sobre el hábito<br />

de fumar, me quedo una vez más con el<br />

relato “Sólo para fumadores” de Julio<br />

Ramón Ribeyro.<br />

Ay, Ribeyro: un enorme cuentista peruano<br />

(nacido en Lima en 1929 y muerto<br />

en la misma ciudad, en 1994, debido<br />

al abuso del tabaco por largas décadas)<br />

que usted no podrá leer, no al menos<br />

en la Argentina y fácilmente. Si quiere<br />

saber por qué, pregúntele a sus editores<br />

y a sus herederos. Eso sí: a precio euro,<br />

buena parte de su obra (porque Ribeyro<br />

escribió cuentos, novelas, ensayos, unos<br />

aforismos geniales y hasta teatro) puede<br />

conseguirse en España y alrededores. Sus<br />

cuentos están agrupados bajo el título La<br />

palabra del mudo. Sus pensamientos más<br />

logrados tal vez estén en Prosas apátri-<br />

das. Y sus diarios, que abarcan casi toda<br />

su biografía, llevan por nombre La tentación<br />

del fracaso. Ribeyro era también,<br />

queda claro, un gran titulador.<br />

Decíamos, entonces, que Ribeyro es<br />

como el Borges peruano, pero un Borges<br />

cimarrón, como cruzado con Roberto<br />

Arlt. Un fumador empedernido de dos<br />

paquetes al día que en “Sólo para fumadores”<br />

se da el gusto de contar la trágica<br />

e hilarante historia personal de su hábito.<br />

“Fumaba no sólo cuando preparaba un<br />

examen sino cuando veía una película,<br />

cuando jugaba ajedrez, cuando abordaba<br />

a una guapa, cuando me paseaba solo por<br />

el malecón, cuando tenía un problema,<br />

cuando lo resolvía”, escribe, mientras va<br />

asociando sus experiencias y recuerdos a<br />

las marcas de tabaco (Chesterfield, Inca,<br />

Lucky Strike, Gauloises, Marlboro, Dunhill)<br />

que fue prefiriendo año tras año y<br />

latitud tras latitud. Como el fumar “había<br />

ido ya enhebrando<br />

con casi todas<br />

las ocupaciones<br />

de mi vida”, y en<br />

su vida no pocas<br />

veces se topaba<br />

con dificultades<br />

económicas,<br />

Ribeyro narra<br />

en detalle las<br />

consecuencias de<br />

la desesperación<br />

de quedarse sin<br />

cigarrillos. Como cuando en París llegó a<br />

rematar su más preciada posesión, su biblioteca<br />

entera, para comprar tabaco.<br />

“Sólo para fumadores” es un cuento autobiográfico<br />

(un texto que según declaró<br />

Ribeyro no busca ser “ni un elogio ni una<br />

diatriba contra el tabaco”) y, como a veces<br />

suele demandar el género, encuentra<br />

su final en el mismo lugar donde había<br />

comenzado, solo que luego de un largo<br />

rodeo y una transformación completa de<br />

su personaje principal: “Entre escritores<br />

y fumadores hay un estrecho vínculo,<br />

como dije al comienzo. ¿No habrá otro<br />

entre fumadores e islas? Renuncio a esta<br />

nueva digresión. Veo además con aprensión<br />

que no me queda sino un cigarrillo,<br />

de modo que le digo adiós a mis lectores<br />

y me voy al pueblo en busca de un paquete<br />

de tabaco”<br />

* Editor literario, crítico y periodista cultural.


Más allá del Principio del Placer<br />

Opinión<br />

Por Lic. Gabriel Rolón<br />

14<br />

En el comienzo de sus construcciones<br />

teóricas, Sigmund Freud sostiene que la<br />

psiquis tiende a la homeostasis, es decir,<br />

a un cierto equilibrio. Habría, entonces,<br />

sólo una cantidad de excitación (monto<br />

de afecto, o ansiedad) que podemos tolerar<br />

sin experimentar displacer. Supongamos,<br />

a modo de ejemplo, que el rango<br />

fuera de cero a uno. Pues bien, por debajo<br />

de cero no tendríamos energía para<br />

hacer nada y entraríamos en un cuadro<br />

parecido a la depresión, pero por encima<br />

de uno, la cantidad de ansiedad aumentaría<br />

tanto que experimentaríamos una<br />

sensación de dolor; de allí que la tendencia<br />

de la psiquis sea siempre la de mantener<br />

estable ese rango y, cuando algo nos<br />

hace superar la barrera de lo tolerable,<br />

nuestro aparato psíquico intentará bajar<br />

esa ansiedad de cualquier manera; algunos<br />

llorarán, otros patearán puertas, los<br />

más sanos buscarán un modo creativo de<br />

canalizar tanta tensión.<br />

Pero ¿por qué habría que ponerle un<br />

límite al placer? ¿Por qué no podemos<br />

avanzar hacia un disfrute desmesurado?<br />

Porque lo que el psicoanálisis descubre es<br />

que más placer no es placer, sino dolor.<br />

Los griegos castigaban la desmesura, la<br />

hybris, y la clínica muestra que cuando<br />

alguien avanza hacia el más allá del principio<br />

del placer, lo que encuentra es el<br />

goce tanático del sufrimiento.<br />

Desear es aquello que nos hace humanos.<br />

Pero, como estaba escrito en la<br />

entrada del Oráculo de Delfos: “nada en<br />

demasía”, porque en tanto que el deseo<br />

nos permite armar proyectos, soñar y<br />

enamorarnos, el más allá nos arroja al<br />

sinsentido y a la destrucción.<br />

Honoré de Balzac imaginó una historia.<br />

Un hombre, Raphael de Valentín, adquiere<br />

una piel de zapa que concede<br />

deseos. Gracias a este talismán consigue<br />

todo aquello que quiere, hasta que<br />

entiende que es algo innecesario, que<br />

sólo necesita para ser feliz el amor de<br />

Pauline, una joven de la que se había<br />

enamorado en una pensión cuando era<br />

muy pobre. Pero el talismán conlleva una<br />

condena; con cada deseo que Valentín<br />

tiene y logra, se achica, y al consumirse<br />

por completo se llevará consigo su vida.<br />

El joven, entonces, se encierra en su casa<br />

e intenta abstraerse de todo deseo para<br />

evitar que la piel se consuma, pero cae<br />

en la cuenta de una verdad: es imposible<br />

dejar de desear, y cada anhelo lo acerca a<br />

la muerte.<br />

Me abstengo de contar el final para que<br />

los lectores vayan a esa inmensa obra<br />

que es La piel de zapa, pero me permito<br />

una reflexión: la vida es antes que nada,<br />

deseo; pero debemos cuidarnos de no<br />

intentar ir más allá porque, como dijo<br />

Georges Bataille, “el impulso del amor<br />

llevado hasta el extremo, es impulso de<br />

muerte”<br />

Escena de la película La piel de zapa, de Alain Berliner (2010).


Tema de tapa<br />

uno / cine<br />

Escena de Qué duro es ser un Dios, de Aleksei German (2013)<br />

En el planeta DE Los ADICTOS<br />

Por Roger Koza*<br />

16<br />

Un día viernes de primavera, un día como cualquier otro, después<br />

de un calor insoportable, llueve a cántaros. Nada, absolutamente<br />

nada, lleva a pensar que, tras unas horas en las que toda la ciudad<br />

debe adaptarse a esa presunta inclemencia del tiempo, ocurrirán<br />

los imperfectos indeseables que semejante fenómeno atmosférico<br />

suele propiciar. En ciertos casos, el efecto es devastador. Por cada<br />

lluvia copiosa llega la noticia de rigor sobre los inundados. La improvisación<br />

del urbanismo y la contingencia de la civilización se<br />

evidencian: la infraestructura general de las ciudades no conjuran<br />

la vulnerabilidad de la especie. Por cada lluvia, una panorámica<br />

devuelve la dimensión del desastre. La ciudad no protege.<br />

Un día cualquiera, ese viernes, como tantos otros. Y sin embargo<br />

será distinto. En esta ocasión, por suerte, no hubo damnificados en<br />

la ciudad. Es decir: no hubo una panorámica para entender el desastre,<br />

pero sí un primer plano (imaginario). En ese día, los desagües<br />

no dieron abasto y alguna cloaca se tapó. En pleno centro de<br />

la ciudad, en su avenida emblemática, allí en donde viven los aristócratas<br />

de antaño y los nuevos ricos de las décadas recientes, las<br />

aguas servidas brotaban en el medio de la calle, como si se tratara<br />

de un manantial concebido por el demonio. El sol volvió rápido y<br />

secó con la efectividad que lo caracteriza las calles aledañas, pero<br />

el astro no pudo con esa cuadra: seguía empapada, y cierta fragancia<br />

se apoderaba del olfato de los hombres. Los transeúntes olían e<br />

intentaban mirar para otro lado. Pero la disociación a través de un<br />

sentido dogmático como el de la vista no alcanzaba. La nariz vencía<br />

al ojo y, por más que se intentara dejar de oler, la persistencia<br />

del hedor se imponía como un decreto de la naturaleza. La mayoría,<br />

lógicamente, aceleraba la marcha para dejar rápido ese paraje<br />

inmundo que destituía maléficamente la eficacia de un procedimiento<br />

característico de nuestro orden civilizatorio, a saber: toda<br />

nuestra mierda se debe depositar y enviar a un mundo invisible.<br />

Los abscesos hablan siempre de lo reprimido, como los deshechos<br />

y la basura, excesos improductivos que comportan siempre<br />

el inconsciente de cualquier sistema productivo. Ya volveremos<br />

cinematográficamente a ese paraje inicial que tanto incomodaba.<br />

Es como la mugre bajo la uña que, como lo recordaba Foucault,<br />

impedía a Platón explicar con qué idea sempiterna se correspondía<br />

esa suciedad microscópica tan imperceptible al tacto como<br />

visualmente molesta en las extremidades superiores.<br />

Al decir exceso y al pensar en vicios empiezan a sonar las trompetas<br />

puritanas de la moral, siempre matizada por nuestras representaciones<br />

torpes y automáticas acerca de los placeres de una<br />

vida licenciosa y las consecuencias negativas que inevitablemente<br />

provienen de los excesos. A toda borrachera le sigue una resaca, a<br />

todo viaje con drogas le prosigue el indeseado bajón. Se dirá con<br />

razón que los vicios deterioran, y de allí se predicará que la virtud<br />

consistirá en permanecer lejos de esas tentaciones hedonistas que<br />

tanto mal hacen al alma. En verdad, más que una moral que satanice<br />

una práctica o que eleve la abstención de ella a una práctica<br />

virtuosa, se necesita antes pensar políticamente los excesos. Para<br />

eso, la película paradigmática del año, por cómo se adentra en la<br />

economía política de los excesos, no puede ser otra que El lobo de<br />

Wall Street (2013), de Martin Scorsese.<br />

A esta altura, probablemente, no habrá muchos lectores que no la<br />

hayan visto. Como se sabe, Leonardo Di Caprio interpreta a Jordan<br />

Belfort, un típico ciudadano de clase media baja de Estados


Unidos que hizo una fortuna en la década del 90 como corredor de<br />

valores en Wall Street. Su carrera ascendente desde la nada misma<br />

hasta dominar el panorama de las finanzas no estuvo exenta de<br />

engaños y formas de evitar la legalidad. Más allá de la historia en<br />

sí y su verosimilitud, lo que importa es el lugar que se le atribuye a<br />

las drogas en el film. En efecto, si hay algo esencialmente rutilante<br />

en el film de Scorsese es justamente el carácter determinante del<br />

exceso tanto de la puesta en escena como en las conductas de los<br />

personajes. El lobo de Wall Street es una película cuya forma reproduce<br />

una física de los excesos químicos.<br />

La primera vez que Belfort prueba una droga blanda es un pasaje<br />

particularmente destacable: él y un nuevo amigo, y próxima mano<br />

derecha en su futuro empresarial, se encierran en una cabina y<br />

fuman. Lo que sucede con Di Caprio poco tiene que ver con lo<br />

que sucederá luego, cuando literalmente se convierta en un adicto<br />

las 24 horas del día. En ese primer momento, tomar una sustancia<br />

tiene un sentido improductivo, en el que la experiencia se define<br />

solamente por una alteración de la percepción. Se trata del placer<br />

en tanto que forma de mirar y estar en el mundo descentrado<br />

respecto del sentido común. Esta opción ociosa de la ingesta de<br />

sustancia, lógicamente, no goza de buena publicidad entre los<br />

pastores de la moral. Hay aquí una preocupación en sintonía con<br />

los placeres corporales. Tanto el sexo como esta modalidad de<br />

experiencia suelen caer bajo sospecha debido a que en ciertas<br />

dosis y éxtasis el centro de la identidad se destituye momentáneamente,<br />

como si se tratara de una constatación de que un accidente<br />

químico pudiera modificar el núcleo fuerte de la identidad. Es<br />

una reacción frecuente frente a la plasticidad de la identidad, tal<br />

vez llevada por una intuición metafísica según la cual ese tipo de<br />

experimentos se ve como una amenaza, ya que pondría en juego<br />

viejas creencias que sostienen el edificio conceptual de lo que<br />

entendemos como persona. Es hora de decirlo: en el tema de los<br />

excesos y los vicios es siempre fundamental establecer un giro<br />

anticopernicano. El problema nunca está del lado de las sustancias<br />

elegidas, ni siquiera de las más bravas y adictivas, sino del sujeto.<br />

Ninguna sustancia, ninguna acrobacia sexual están mancilladas por<br />

naturaleza. Por alguna razón es más sencillo ordenar interdicciones<br />

y preceptos que enseñar al sujeto a producir en él un hábito<br />

de regulación de sus placeres, en donde justamente se trabajaría<br />

respecto del exceso entendiéndolo como una forma de pérdida de<br />

la libertad o agresión directa a su autonomía. Dicho llanamente:<br />

no importa qué, sino cuánto.<br />

No es esto, de todos modos, lo que le importa a Scorsese en El<br />

lobo de Wall Street. Lo más interesante de su película se cifra en<br />

su velocidad narrativa, que parece estar dictaminada por las ondas<br />

cerebrales de Belfort. El movimiento veloz del relato se explica<br />

por una suerte de mimesis perversa con la perspectiva de los personajes.<br />

Esto desempolva una conexión ontológica entre la cocaína<br />

y otras drogas fuertes y la subjetividad capitalista. Es que la cuestión<br />

no estriba sólo en ver cómo se vitaliza químicamente una exigencia<br />

de productividad permanente de riquezas en la timba del<br />

mercado financiero, sino en visualizar el correlato inmediato entre<br />

consumir y acumular. De lo que se trata en El lobo de Wall Street<br />

es de palpar bestialmente una constitución subjetiva estructurada<br />

en una pasión irrefrenable por consumir inmuebles, cuerpos, sustancias,<br />

de lo que se predica que el capitalismo como estilo de vida<br />

(y también como sistema económico) opera como un cocainómano.<br />

El personaje conceptual del capitalismo es el adicto.<br />

Pero ¿cómo filmar a los viciosos? ¿Cómo filmar a los otros adictos,<br />

a ese ejército de sujetos olvidados, despojos excedentes de los excesos<br />

de un sistema? Una de las películas recientes más extrañas<br />

se titula Navajazo (2014), de Ricardo Silva. La película empezó a<br />

conocerse un poco en FICUNAM, el festival internacional de cine<br />

de la UNAM en México, y posteriormente ganó el premio más importante<br />

de la competencia denominada “Cineastas del presente”<br />

en el festival de Locarno.<br />

Silva se instala en la zona fronteriza en Tijuana, territorio emblemático<br />

en materia migratoria. Es desde allí donde miles de mexicanos<br />

intentan infiltrase en los Estados Unidos. Pero a Silva no le<br />

interesa en lo más mínimo el flujo migratorio ilegal, sino más que<br />

nada captar a los hombres y mujeres de ambos países que quedan<br />

en un limbo, en una zona que no está en ningún lado. Así, adictos,<br />

pornógrafos, profetas satánicos, un coleccionista de juguetes, entre<br />

otros, pueblan las historias mínimas de Navajazo, que se concibe<br />

como un film apocalíptico. Sin duda, se trata de un documental<br />

heterodoxo en el que se introducen procedimientos de ficción, a<br />

tal punto que no se sabe exactamente en dónde se establecen los<br />

límites de esos dos modos de representación.<br />

Silva, quien logra neutralizar el peligro de estetizar la miseria,<br />

compone un registro sucio y de poca resolución (lo que no implica<br />

que no exista un cuidado en el registro) y conjura la gran tentación<br />

(mexicana) de regocijarse en la sordidez, presenta a una amorosa<br />

comunidad de sobrevivientes que son el excedente indeseado<br />

de todo un sistema de consumo permanente que define el intercambio<br />

económico entre las dos naciones fronterizas. Ellos son,<br />

literalmente, el pus de un sistema de consumo infinito, los cuerpos<br />

expulsados por no entrar en el intercambio.<br />

Si Navajazo es el contracampo de un sistema, Qué duro es ser<br />

un Dios (2013), del recientemente fallecido Aleksei German,<br />

es directamente la representación del contraplano integral de<br />

nuestra civilización, la expresión aciaga de todas nuestras formas<br />

de vida. El plano general sobre una aldea nevada remite a un<br />

paisaje reconocible, lo que viene después –algo que una voz en<br />

off advierte con gentileza– es el ingreso a un planeta desconocido<br />

con ochocientos años de retraso respecto del nuestro, en el que<br />

treinta científicos de la Tierra están de incógnitos, observan y no<br />

pueden intervenir sobre el curso de los acontecimientos. Uno de<br />

ellos se llama Don Rumata, quien para los alienígenas de Arkanar<br />

quizás se trate del descendiente de un dios pagano. Mientras esta<br />

encarnación de superhombre busca a un sabio conocido como Dr.<br />

Budakh para salvarlo de las hordas que quemaron las universidades,<br />

se va develando un mundo devastado en el que predominan la<br />

voluntad de poder, la miseria y lo ominoso.<br />

Basado en una novela de los hermanos Strugatski, este film póstumo<br />

de German, que le llevó más de catorce años de rodaje y producción,<br />

es un prodigio sobre cómo filmar el espacio y contraerlo<br />

para expresar una forma de claustrofobia metafísica. El gran efecto<br />

especial reside en cómo entes y objetos proliferan en el campo visual,<br />

al tiempo que despunta un universo con otras reglas.<br />

El gran rechazo que genera esta obra maestra de German se centra<br />

en la constante presencia de abscesos y los medios de supuración:<br />

los mocos del protagonista, la sangre de los combatientes y<br />

sirvientes, la exposición de todos los orificios del cuerpo humano,<br />

las vísceras y los órganos internos de los ajusticiados. Hay una sensación,<br />

gestionada por la puesta en escena, por la que este planeta<br />

atrasado parece haber surgido del barro y, en el mejor de los casos,<br />

de un chiquero cósmico. Es como si German hubiera filmado un<br />

planeta y toda una civilización cuya composición original proviniera<br />

de esas aguas hervidas que los caminantes de la ciudad preferían<br />

ignorar. Este film inmenso y molesto bien podría concebirse<br />

como el inconsciente expuesto de nuestra humanidad exangüe<br />

* CRÍTICO DE CINE de La voz del interior, Córdoba. Publicó El inconsciente de las<br />

películas, ed. Brujas. Programador del Festival de Cine de Hamburgo.<br />

17


Entrevista<br />

uno<br />

El<br />

pensamiento<br />

REBELDE<br />

18<br />

Invitado por la FEDUN, Gianni Vattimo viajó a nuestro país para presentar tres nuevos<br />

libros con entrevistas y transcripciones de conferencias magistrales. Una excusa perfecta<br />

para hablar con uno de los filósofos más importantes de la actualidad, que además<br />

mira a los latinoamericanos muy de cerca<br />

Por Esteban Ulrich<br />

El mundo capitalista en el que nos debatimos, es el mundo<br />

del exceso. No administramos la escasez sino la profusión.<br />

En nuestra realidad posmoderna multiplicada, multipolarizada,<br />

complejizada y al mismo tiempo despojada de ideales,<br />

de sólidas dinámicas religiosas, de vitalismos revolucionarios,<br />

lo apocalíptico adquiere valores positivos aunque<br />

más no sea por la necesidad de un cambio, sea cual sea,<br />

incluso el de un sinceramiento de ribetes trágicos, el de la<br />

revelación. En esta pecera de líquido enturbiado, pensar se<br />

vuelve un imperativo ya no para comprendernos a nosotros<br />

mismos, sino para descubrir o construir una posibilidad<br />

concreta de vivir en un sentido lógico.


Gianni Vattimo es un filósofo que no tiene pelos en la lengua.<br />

Su cadencia prolija avanza en perfecto castellano con algunas<br />

palabras que no llega a traducir por completo del italiano a<br />

modo de frutas secas en la miga de su discurso. No importa el<br />

tema, siempre sus respuestas se construyen a partir de sus bloques<br />

filosóficos, sin exagerada complejidad y no dejando de adherir<br />

cada ladrillo con el cemento de los autores sobre los que se<br />

sostienen. La charla es agradable, iluminada por su experiencia<br />

y su mecanismo de análisis aceitado. Es cierto que el cuerpo le<br />

pesa, que en ese plano la experiencia duele, pero su mente sigue<br />

lanzando estocadas rutilantes como siempre. Nietzsche, Heidegger<br />

y Jesús son sus padrinos, el concepto de pensamiento débil<br />

su florete de acero germánico.<br />

–¿Cómo definiría el papel del exceso en el capitalismo<br />

posmoderno? El exceso es una categoría de Georges Bataille,<br />

de la intelectualidad francesa de entre guerras, una sobreproducción<br />

de valores espirituales, por ejemplo. El exceso puede<br />

ser una manera de pulsión, es decir, lo excedente no corresponde<br />

totalmente al orden. Lo nuevo del exceso capitalista es que<br />

necesita generar exceso. Yo no sé hasta dónde el dicho de Marx<br />

según el cual el capitalismo se crea su propio asesino en su interior,<br />

no se puede interpretar como un punto de vista de oposición,<br />

como un uso del exceso en contra del capital mismo.<br />

–¿Como el exceso de oferta hace caer la demanda? Por<br />

ejemplo... La caída de los valores económicos, así como la oferta<br />

de dinero implica la caída de la tasa de interés del mismo.<br />

Siempre lo he pensado en un sentido más económico, es decir,<br />

si tengo un solo televisor en casa, lo considero el altar, ahora<br />

si tengo diez televisores y cientos de canales posibles soy más<br />

libre, es como una posibilidad de liberación a través de la inflación...<br />

También pienso en general en una idea de Heidegger<br />

que es Verwinder, que es la idea de que no podemos sobrepasar<br />

la metafísica, el sistema de dominación, etc., pero sí podemos<br />

distorsionarla. Siempre pienso en la relación de esto con la economía<br />

o con algunos excesos del capitalismo, como una forma<br />

de utilización irónico-distorsionante... Uso siempre este ejemplo,<br />

pero no sé hasta qué punto es real porque no fui personalmente,<br />

pero hay un salón de erotismo que se hace en Bolonia, y allí, en<br />

un contexto de incitación sexual, algunos participantes se ponían<br />

una máscara y un traje de astronauta, en este sentido utilizar<br />

este implemento como recurso de excitación sexual resulta algo<br />

así como un erotismo excesivo, distorsionado. Llevado al capital,<br />

esto tiene que servir a una forma de, no digo revolución, pero sí<br />

de negación de la cosa misma, de la estructura líquida del dinero.<br />

–Resulta reveladora en este sentido la distancia que hay<br />

entre el ébola en África y la misión Rosetta aterrizando<br />

en un cometa. La posmodernidad parece el reino de lo<br />

irracional. Sí, porque básicamente la tecnología incluye como<br />

una estructura internacional pero tiene una vocación o un impulso<br />

a ir más allá de sí misma, pero creo que es por un efecto<br />

de la utilización capitalista de la técnica, ya que la técnica no<br />

exige un desarrollo total. Creo que soy un filósofo como otros<br />

que critican el dominio de la tecnología, pero criticando al capital.<br />

Lo mismo sucede con la cultura. Hay un antropólogo alemán<br />

que se llamaba Arnold Gehlen, que tienen mala reputación<br />

por haber estado vinculado con el nazismo, pero que describe<br />

al hombre como un animal incompleto, es decir, que nace con<br />

menos especializaciones, menos instintos especializados, que<br />

los animales. Un gato, normalmente, no se quema dos veces, el<br />

hombre sí... Esto significa que la cultura es como un exceso de<br />

incompletud, al cual se responde con un exceso que va más allá<br />

de las necesidades vitales inmediatas. Porque la construcción de<br />

una visión racional del mundo ayuda sí a defenderse, pero tiende<br />

a ir más allá, incluso hay una pulsión de trascendencia. Por<br />

lo que la cultura misma es un exceso que no está inscrito en la<br />

naturaleza, pero que es requerida para la supervivencia misma.<br />

–¿En este sentido, el problema de crear una ética posmoderna<br />

iría en contra de la producción? Sí, esto lo pienso,<br />

me interesa un movimiento llamado MAUSS. Es un movimiento<br />

francés inspirado en Marcel Mauss, el antropólogo que introdujo<br />

la teoría del don, del regalo, como base de la economía.<br />

Este movimiento que tomó su nombre describe la posibilidad de<br />

un antidesarrollo feliz, es lo que se llama el antiutilitarismo.<br />

–Varios movimientos ecologistas plantean lo mismo pero<br />

también que para hacer el cambio habría que hacerlo<br />

tan rápido que ya sería difícil hacerlo a tiempo... Sí, pero<br />

al mismo tiempo hay que tener en cuenta que a finales de siglo<br />

XIX la gente de Londres se preocupaba porque iba a quedar<br />

sumergida por el estiércol de caballos, cuando justo se descubrió<br />

la gasolina, cuando ya estaban con la mierda al cuello (risas)... Yo<br />

espero que se descubra algo, pero además ya pueden construir<br />

coches eléctricos, con hidrógeno... Pero también veo otro exceso<br />

en la utilización de productos previos que se siguen usando<br />

porque hay que terminar los stocks. Por ejemplo, yo tenía una<br />

amigo que se murió de SIDA, ya existía la forma de tratamiento<br />

actual en ese momento, pero la gente del hospital tenía que usar<br />

el stock del medicamento precedente antes de darle el último<br />

producto mejorado, es increíble, pero esto creo que también<br />

vale para los autos ecológicos... Esto me recuerda la idea de Nietzsche,<br />

cuando habla del superhombre, decimos que el hombre<br />

actual tiene el límite de no ser capaz de elevarse por sobre sus<br />

propias capacidades tecnológicas, no está a la altura de sí mismo.<br />

Es una forma de exceso por una inercia previa... Por ejemplo,<br />

hoy la basura es el exceso máximo, justamente como la mierda<br />

en el caso de los ingleses... Sobre todo cuando la basura es peligrosa<br />

en sí misma, como la nuclear. La razón por la que ya no<br />

producimos más centrales eléctricas atómicas, creo que es porque<br />

la basura que genera es tan peligrosa que se tendrían que<br />

militarizar áreas enormes para guardar basura...<br />

–Así podemos terminar en la lógica extrema de tomar<br />

nuestro propio orín... Sí, escuché sobre eso. ¿Pero no se le<br />

podría añadir un poco de azúcar? (risas).<br />

–¡No, el azúcar es mala como la sal! Todo esto va en el<br />

sentido de otro exceso por reacción, el de la sanidad... Sí,<br />

¡basta, tengo amigos que se niegan a tomar hasta una aspirina!<br />

–Parece como que estas corrientes surgen por la necesidad<br />

de elegir una ética propia... Y el ecologismo tiene que<br />

ver con la ética tradicional cristiana, o filosófica, porque incluso<br />

19


2o<br />

los estoicos, por ejemplo, hacían una vida de retiro de la libido...<br />

Incluso creo que hay un exceso sexual también hoy en día, según<br />

mi urólogo es impresionante las cosas que ve últimamente por<br />

los excesos sexuales de la gente.<br />

–El sexo suele ser una reacción contra la opresión también,<br />

aquí durante la dictadura proliferaban los hoteles<br />

alojamiento... Qué interesante... Hay una oposición dialéctica,<br />

claro, una reacción de opuestos. Ahora que pienso, cuando<br />

vuelvo de un funeral siempre tengo más impulsos sexuales que<br />

antes... Huir del luto (risas)...<br />

–¿Sigue siendo comunista? Sí, me llamo comunista pero en<br />

el sentido literal de Lenin, “comunismo es electrificación más<br />

soviets”, es decir, desarrollo material tecnológico, etc., controlado<br />

por poderes populares, nosotros vivimos ahora en una ciudad<br />

totalmente electrificada, todo el desarrollo impuesto por la tecnología<br />

y el capital, pero no hay casi nada de control popular, la<br />

democracia va muriendo en todos los países. Por eso sigo siendo<br />

un comunista, pero uno ideal. No lo era cuando había un partido<br />

fuerte en Italia, lo fui recién a partir de la muerte de Stalin.<br />

–Justamente el comunismo fue un intento de hacer un<br />

cambio rápido y desde arriba... El problema es que una<br />

transformación radical como una revolución proletaria mundial<br />

no fue casual que se resolviera en la Rusia soviética en totalitarismo,<br />

porque creo que si se trata de producir un cambio<br />

múltiple y simultáneo, debe ser total, y para eso tiene que ser<br />

autoritario. Yo digo siempre que la única culpa de Stalin fue<br />

tomar al capitalismo como modelo, hacer de Rusia lo que eran<br />

los Estados Unidos, y aunque lo logró, mandando en los 50 al<br />

primer hombre al espacio por ejemplo, hoy nos damos cuenta<br />

de que fue un error terrible.<br />

–En este sentido hoy se apuesta a producir un cambio<br />

cultural, ¿pero qué significa esto? Sí, ¿qué significaría?...<br />

Yo creo en la multiplicación de microconflictos. Pienso que mi<br />

manera de existir hoy en política es participar en muchos micro<br />

conflictos, como decía el Che Guevara “hay que crear mil<br />

Vietnams”, pero hoy ya serían no violentos, en lo posible, sino<br />

conflictos sindicales, presión popular, crear actividad desde la<br />

calle, porque tal vez sea esa la única manera de presionar a los<br />

gobiernos, que son siempre reaccionarios, y hoy en día son en<br />

definitiva un único gobierno mundial... Entonces sería casi como<br />

otra estrategia del exceso, exceder el orden constituido a partir<br />

de la multiplicación de puntos de problematicidad. Pero esto no<br />

es muy popular como tesis, porque proponer a elecciones una<br />

política que no permite realizar el estado puede generar una<br />

condición de lucha permanente, de la que la gente se va a cansar<br />

en algún momento... De todas formas soy básicamente un admirador<br />

de los populismos latinoamericanos, sé que en Europa la<br />

palabra populismo es negativa, pero el punto es, creo, que mientras<br />

que en América Latina lo institucional, durante bastante<br />

tiempo ha sido colonial, en Europa se formó una tradición más<br />

larga de instituciones democráticas, pero en cambio aquí siempre<br />

hubo, por razones históricas, una contraposición más importante<br />

entre el poder de los extranjeros y los ricos en oposición<br />

al pueblo, por eso el populismo desarrolló una mejor cara. En<br />

Italia vendría bien un poco de populismo. Cuando digo que no<br />

se puede dejar todo al Parlamento si se quiere que algo cambie,<br />

es porque se necesita un poco de control populista que presione<br />

sobre las instituciones, porque si no estas, dejadas a sí mismas,<br />

se vuelven autoritarias. Por esto es que espero mucho de la influencia<br />

latinoamericana sobre la política mundial, porque para<br />

equilibrar el peso de la dominación banquera, estadounidense,<br />

internacional, se necesita un polo, decimos, socialista o progresista,<br />

fuerte internacionalmente. Yo siempre pienso que sólo de<br />

América Latina puede venir esto, porque los demás Estados en<br />

desarrollo, como China e India, ya han avanzado mucho en el<br />

marco del neocapitalismo.<br />

–Resulta inevitable que de a poco vamos hacia una tecnocracia,<br />

habría que ver qué tipo de tecnocracia queremos<br />

producir… Sí, totalmente. El tema es que si el sistema tecnocrático<br />

europeo funcionara, si fuera una manera de reducir un<br />

poco la libertad para que se redujera el desempleo, etc., podríamos<br />

seguir en esa línea, pero la realidad es que no funciona. En<br />

Italia, aunque respetamos todos los dictados de la Unión Europea,<br />

aumenta el desempleo, se cierran industrias, hay conflictos<br />

sociales... En este sentido es como estar en el Titanic... sabiendo<br />

cómo termina la historia...<br />

–Globalización y separatismo. ¿Son compatibles u opuestos?<br />

Mi paso por el Parlamento europeo me cambió un poco<br />

la perspectiva hacia un ideal de una Europa más multipolar. La<br />

unificación, que siempre ha sido un ideal porque la paz requiere<br />

que vivamos todos juntos, ya no es más algo en lo que crea, creo<br />

que si seguimos avanzando en esa dirección es porque ayuda a la<br />

dominación, al capital, porque desde la unificación es más fácil<br />

dominar... Esto también, desde el punto de vista filosófico, tiene<br />

que ver con esta idea de que el ser debe ser uno, el ser metafísico<br />

deber ser uno, bueno, verdadero... ¿Por qué uno? En este<br />

sentido, la metafísica es un sistema de dominación mental empezando<br />

por Aristóteles, todo esto tiene problemas filosóficos...<br />

–¿Justamente cuál es el papel de la filosofía en todo esto?<br />

El de criticar. Por ejemplo, una idea que está en Wittgenstein<br />

es que la filosofía tiene el deber de liberarnos de los errores,<br />

sobre todo esto, más allá de que él lo decía por su perspectiva<br />

analítica, en donde solamente utilizando el lenguaje de manera<br />

apropiada se lograba eso. Pero en este sentido, la filosofía<br />

tiene que molestar en el sistema, no crear consenso, o valores.<br />

Nosotros vivimos en un mundo ya constituido. La filosofía no<br />

tiene que reflejar el orden constituido para enfatizarlo, tiene<br />

que criticarlo. Obviamente que soy consciente de que es como<br />

una coquetería estar del lado de la oposición porque parece más<br />

fácil, pero es lo único que se puede hacer, es como el daimon de<br />

Sócrates, que decía solamente lo que no tenías que hacer, y no<br />

lo que quería que hicieras; porque lo que uno quiere hacer viene<br />

de su panza, de su impulso. Pero el daimon lo limitaba. Creo<br />

que hay un compuesto daimónico en la filosofía.<br />

–¿Cómo fue su giro hacia el catolicismo? Siempre fui católico,<br />

nací católico, me formé como católico, me enamoré bastante<br />

de los dichos del Evangelio, etc., y básicamente no veo razones<br />

para abandonarlo, porque las razones son siempre razones ab-


solutistas, como el cientificismo, la idea de que hay derechos<br />

humanos absolutos... Sí, pero incluso con la idea de derechos<br />

humanos bombardearon Irak... Todo lo que se presenta como<br />

absoluto y rechaza herencias mitológicas es peligroso. Entonces<br />

soy un cristiano no “medio creyente”, sino creyente, sabiendo<br />

que creer es menos que saber, no más.<br />

–¿No hay en el discurso religioso una contradicción con<br />

la posibilidad misma del pensamiento crítico? No. Porque<br />

como decía Buñuel, “gracias a Dios soy ateo”. Es decir que si<br />

no creyera en Dios tendría que creer en muchos ídolos. Básicamente<br />

para mí la idea cristiana del mundo no es una idea de que<br />

el mundo se trata de conformar como un plan racional, sino que<br />

se trata de reducir la violencia a través del pensamiento débil. Es<br />

decir, esa idea de la encarnación de Dios, el modelo básico del<br />

cristianismo, es el de Dios que deja su divinidad para devenir<br />

uno de nosotros, para predicar que el amor de Dios es el amor<br />

de los demás. Para mí la experiencia es esta.<br />

–¿El concepto de pensamiento débil iría en oposición al<br />

del exceso que estamos hablando? Sería tal vez el opuesto<br />

del exceso, se inspira por un lado en la idea de Heidegger de<br />

que el ser no es objeto, sino que es como la luz que ilumina el<br />

mundo, a través de la presencia del hombre...<br />

Es una herencia transformada del kantismo, de la idea de que<br />

la experiencia sensible da lugar a la experiencia de un mundo<br />

ordenado a partir de los a priori que están en la racionalidad<br />

humana, y como los a priori son iguales en toda la humanidad<br />

entonces compartimos la experiencia... Es decir que el ser humano,<br />

que es portador de la razón universal es un ser histórico,<br />

en esto había una contradicción interna del kantismo porque<br />

Kant lo pensaba como eterno, como si fuera un cuerpo geométrico,<br />

la matemática, pero los a priori pertenecen a un hombre<br />

que nace y muere, significa historicidad, por lo que los a priori<br />

que nos iluminan el mundo son el ser, pero un ser no eterno,<br />

porque si no sería un objeto matemático, es lo que acontece en<br />

las culturas, la historia de la humanidad, etc. Esto significa que<br />

como el ser no es el objeto fuerte, sino que es histórico, resulta<br />

debilitado frente al ser metafísico de Parménides o de Platón.<br />

Esto no hace que el hombre sea el dueño del universo, pero sí<br />

que sea el pastor del ser, dice Heidegger. Tiene una responsabilidad<br />

que viene del kantismo, que el ordenamiento del mundo<br />

no se da objetivamente pero se da en una interpretación humana<br />

que puede ser o kantianamente universal, porque la razón es<br />

siempre la misma, o producto de una intersubjetividad histórica.<br />

Pongo todo esto junto con la idea de cristianismo, de un dios<br />

que no es más el dios metafísico, sino de Dios Cristo, el dios que<br />

se hace hombre... Esto para mí significa que la historia humana<br />

no tiene la tarea de realizar siempre un modelo eterno, sino la<br />

de reducir la violencia, esto es la debilitación como emancipación.<br />

Por ejemplo, hicimos la transición de los Estados absolutos<br />

a los Estados constitucionales, es una forma de debilitación,<br />

el descubrimiento del inconsciente de Freud es una forma de<br />

debilitación de la subjetividad ciudadana, es como un aligeramiento,<br />

decimos que hay que ser más ligeros para salvar al alma,<br />

aunque del alma no sabemos mucho


Semblanza<br />

22<br />

Un Nobel nada banal<br />

La Academia Sueca de Letras eligió a Patrick Modiano como el último Nobel de Literatura “por su arte<br />

de la memoria con el que ha evocado los destinos humanos más difíciles de retratar”<br />

Por Eduardo Dubians<br />

Cuando en 1969 el genio irlandés –residente<br />

en París– Samuel Beckett se enteró<br />

de que era el nuevo Premio Nobel<br />

de Literatura, su primera reacción fue<br />

preguntar: “¿Qué he hecho yo para<br />

merecer esto?”. Trece años más tarde,<br />

el colombiano García Márquez recibió<br />

la misma noticia con otra curiosa afirmación:<br />

“Es una suerte. De este modo,<br />

ya no tengo que seguir esperándolo”.<br />

El último Nobel, el francés Patrick<br />

Modiano (Boulogne-Billancourt, 1945),<br />

con seguridad se encontraba tan lejos<br />

del escepticismo de Beckett como de la<br />

expectativa de Gabo. Es muy probable<br />

que en su fuero íntimo haya sido el primer<br />

sorprendido.<br />

De no ser porque uno imagina a los<br />

miembros de la Academia Sueca de<br />

Letras como graves y circunspectos señores<br />

que analizan cada elección a conciencia<br />

de los méritos y deméritos de<br />

cada autor afortunado, bien se podría<br />

suponer que cada reunión de octubre<br />

se convoca a un Troll o duende de los<br />

bosques, un espíritu juguetón que acaba<br />

una y otra vez por imponer sus caprichos.<br />

Así se aprueban ciertos autores y<br />

desaprueban otros, en ocasiones porque<br />

la balanza inclina su favor en dirección<br />

hacia una cultura supuestamente<br />

periférica que merece ser reconocida<br />

(china, árabe o africana), y otras en razón<br />

de alguna causa perdida no siempre<br />

sencilla de aclarar. Justo es decirlo: la<br />

mayor de las veces se ayuda a echar luz<br />

sobre obras que, de no haber obtenido<br />

el Premio, hubiesen sido injustamente<br />

olvidadas o rescatadas por una minoría<br />

(Canetti, Szymborska, entre otras). De<br />

los últimos franceses que alcanzaron<br />

el Nobel, están Claude Simon (1985),<br />

que representó a todo un movimiento:<br />

el objetivismo, conocido en los 60 como<br />

el nouveau roman y que expresaba al


estructuralismo filosófico. Luego llegó J.<br />

M. Le Clézio (2008), que asumía la palabra<br />

del anticolonialismo. Ambos, desde<br />

ya, excelentes escritores aun cuando<br />

no resulta sencillo mensurar una obra<br />

literaria.<br />

¿Y Modiano? Modiano es un escritor<br />

humilde y, sobre todo, valiente. La Academia<br />

sueca ha argumentado que ha<br />

concedido el premio a Modiano “por su<br />

arte de la memoria con el que ha evocado<br />

los destinos humanos más difíciles<br />

de retratar y desvelado el mundo de la<br />

Ocupación”. Muchos lo acusaron de<br />

escribir siempre el mismo libro, lo que<br />

para sus detractores es un defecto pero<br />

para sus defensores es una bendición.<br />

Cuenta con obras perfectas, como Dora<br />

Bruder o El café de la juventud perdida,<br />

no sólo por su planteamiento formal<br />

sino también porque sus grandes novelas,<br />

que suelen tener tan pocas páginas<br />

como elevada intensidad narrativa e<br />

intelectual, representan un relato único<br />

y valiente de los peores momentos<br />

de Francia en el siglo XX: el régimen<br />

neonazi de Vichy y la ocupación del país<br />

por los alemanes durante la Segunda<br />

Guerra Mundial.<br />

Con el guión de Lacombe Lucien, que<br />

escribió en 1974 junto a Louis Malle,<br />

fue uno de los primeros<br />

en denunciar<br />

algo que hasta entonces<br />

había sido un<br />

tabú: la activa participación<br />

francesa en<br />

la persecución de<br />

los judíos, la miseria<br />

del colaboracionismo.<br />

La película causó<br />

una conmoción tremenda en Francia<br />

y abrió una herida que Modiano nunca<br />

ha cerrado en sus libros. Entre sus<br />

principales novelas destacan asimismo<br />

Calle de las tiendas oscuras, La trilogía<br />

de la ocupación (El lugar de la estrella,<br />

La ronda nocturna y Los paseos de circunvalación),<br />

Domingos de agosto, Viaje<br />

de novios, El rincón de los niños, Villa<br />

triste, En el café de la juventud perdida,<br />

Un pedigrí y Las desconocidas. La obra<br />

de Modiano resulta tan compleja como<br />

sencilla, y aunque<br />

parece siempre<br />

transcurrir en el<br />

lujoso distrito XVI<br />

de París, recorre<br />

con intensidad los<br />

dramas y conflictos<br />

del siglo XX.<br />

Su último libro se<br />

titula precisamente<br />

Pour que tu ne te perdes pas dans le<br />

quartier (Para que no te pierdas en el<br />

barrio), en la indispensable colección<br />

blanca con letras rojas de Gallimard<br />

que en general no llega a las doscientas<br />

páginas (en este caso, 160). El propio<br />

Modiano, explica que su puesta en marcha<br />

no puede ser más clásica: “La novela<br />

arranca con el timbre del teléfono.<br />

El personaje principal, Jean Daragane,<br />

después de titubear, acaba por responder.<br />

Un desconocido le dice que tiene<br />

en su poder una agenda de teléfonos<br />

que Daragane había perdido. Pero algo<br />

le parece sospechoso”. Y así, de esta<br />

manera aparentemente convencional,<br />

comienza un viaje a los recuerdos y a los<br />

misterios de la vida.<br />

En la crítica de su último libro en<br />

español, La hierba de las noches, Alberto<br />

Manguel escribió que “si toda<br />

novela trata de imaginar los capítulos<br />

que faltan en una vida, toda biografía es<br />

de alguna manera una inspirada ficción.<br />

A lo largo de una obra considerable,<br />

Patrick Modiano ha intentado construir<br />

esos capítulos de los cuales el autor no<br />

conoce a ciencia cierta más que algunos<br />

retazos. Sin embargo, estos bastan<br />

para dar a las novelas de Modiano una<br />

verosimilitud y convicción extraordinarias.<br />

La biografía de Modiano abarca<br />

la segunda mitad del siglo XX y los comienzos<br />

del XXI; su obra también. En<br />

el centro están los pavorosos años de la<br />

Segunda Guerra Mundial y la ocupación<br />

de Francia, y la larga sombra del<br />

Holocausto; también, la guerra de Argelia.<br />

La hierba de las noches no escapa a<br />

esa consabida trayectoria”.<br />

Italiano por parte de padre (que era de<br />

origen judío) y belga por parte de madre,<br />

nacido justo al final de la Segunda<br />

Guerra Mundial, Modiano publicó su<br />

primera novela, El lugar de la Estrella,<br />

en 1968, que tuvo un éxito casi inmediato,<br />

y se convirtió en un escritor totalmente<br />

reconocido diez años después al<br />

recibir el premio Goncourt por La calle<br />

de las tiendas oscuras. Si hubiese que<br />

elegir un solo libro que resumiese el<br />

genio de Modiano, una elección posible<br />

es Dora Bruder, que el narrador compuso<br />

a través de un anuncio de prensa<br />

que decía: “Se busca a una joven, Dora<br />

Bruder, de 15 años, 1,55 metros, rostro<br />

ovalado, ojos gris marrón, abrigo sport<br />

gris, pullover burdeos, falda y sombrero<br />

azul marino, zapatos sport marrón.<br />

Ponerse en contacto con el señor y la<br />

señora Bruder, bulevar Ornano, 41, París”.<br />

Sus investigaciones lo condujeron a<br />

la colaboración y a Auschwitz, lo llevaron<br />

a las siniestras tripas de la Europa<br />

del siglo XX.<br />

No obstante, Modiano reivindica para sí<br />

su rol de escritor:<br />

“No soy historiador.<br />

Soy novelista. No<br />

importa tanto el<br />

resultado de la búsqueda<br />

como la búsqueda<br />

en sí” afirmó<br />

en una entrevista.<br />

Sobre su obsesión<br />

por ambientar sus<br />

novelas en el distrito parisino del XVI,<br />

un área burguesa, aparentemente anodina,<br />

dominada a la vez por la sombra<br />

de la Torre Eiffel y por las sólidas mansiones,<br />

señaló en la misma entrevista:<br />

“Por eso, porque no tiene nada de especial.<br />

Muchos lo consideran un típico<br />

barrio burgués. Pero no es así del todo.<br />

Tiene una parte de barrio anónimo, banal,<br />

sin monumentos históricos, donde<br />

uno puede imaginarse cosas. En otros<br />

barrios parisinos te sientes bloqueado<br />

por la historia. En Trocadero y sus alrededores<br />

uno puede observar las calles y<br />

la gente que las habita de una manera<br />

un poco onírica”.<br />

Así, amante de las cosas simples y anodinas<br />

que encierran terribles misterios,<br />

es la obra del último premio Nobel,<br />

Patrick Modiano<br />

23


Reseña<br />

uno<br />

La invención DEL REFLEJO<br />

Por Christian Kupchik<br />

24<br />

Algunos objetos se definen, muchas veces, por el mito que los<br />

precede. En el caso del espejo, el asunto viene de lejos, desde<br />

Narciso y su reflejo en el agua. Luego se nos informó que<br />

Colón “sedujo” a los nativos del Nuevo Mundo con versiones<br />

coloridas de los mismos, que los beneficiados no sabían cómo<br />

calificar. También que el poder de los espejos se mostró impotente<br />

ante los vampiros. Y más aquí en el tiempo, Borges abjuró<br />

de ellos (y “de la cópula”) por su capacidad reproductora. Sin<br />

embargo, el espejo es un símbolo constitutivo de la conciencia<br />

humana, y ha dejado impresa su marca tanto en la mitología,<br />

como en el arte y la literatura, e incluso en las ciencias esotéricas<br />

y el psicoanálisis. De Mímesis a Lewis Carroll, de Rilke<br />

a Lacan, la presencia del espejo va más allá de la imagen que<br />

evoca su nombre. Al menos esto es lo que nos enseña Historia<br />

del Espejo (Club Burton-Edhasa), de la francesa Sabine Melchior-Bonnet,<br />

una obra excepcional, sumamente documentada<br />

en una edición de belleza poco frecuente para nuestro<br />

medio. Complementan la misma un prefacio del reconocido<br />

historiador Jean Delumeau y un posfacio de Luis Gusmán.<br />

Las revoluciones tecnológicas atraviesan a menudo encrucijadas<br />

culturales. En el caso de los espejos, los progresos conseguidos<br />

a lo largo de los siglos han modificado no sólo su uso<br />

cotidiano, sino también una relación más general en cuanto a la<br />

imagen, a la imitación y a la figuración. Distinguirse, estudiarse,<br />

representarse, transformarse. Estas son algunas de las diversas<br />

funciones que, puestas en obra, hacen a la relación especular.<br />

La invención del “espejo cristalino” no es sencilla de datar. Los<br />

antiguos se servían de un espejo metálico que era un pequeño<br />

disco ligeramente bombeado y protegido contra la oxidación<br />

por un trozo de piel. Munido de un pie, el espejo griego formaba<br />

parte esencial de los accesorios femeninos, pero estaba<br />

proscrito entre los hombres. Sus dimensiones minúsculas no<br />

reflejaban más que el rostro y los cabellos, donde se supone residía<br />

la belleza femenina; en cambio, la belleza masculina tenía<br />

una ventaja corporal y se exhibía en los gimnasios. Los ricos<br />

romanos utilizaban espejos en metales preciosos, oro o plata,<br />

y según Séneca, eran lo suficientemente grandes para poder<br />

reflejar el cuerpo entero. Los antiguos textos hacen alusión a<br />

espejos de cristal, pequeñas piezas obtenidas soplando una bola<br />

de vidrio a altas temperaturas. Luego se cortaba y se aplicaba<br />

sobre una plancha de plomo en fusión. Muchos de estos espejos,<br />

sobre todo de los siglos II y III, fueron descubiertos en<br />

diversas tumbas. Objetos de toilette, joyas, amuletos, en verdad<br />

su uso dependía de la cultura que lo adoptaba y era tan incierto<br />

como lo que reflejaba.<br />

Sobre los espejos de cristal abundan testimonios medievales.<br />

Por entonces, los espejos de metal –también llamados de<br />

estaño– eran los más utilizados. El franciscano inglés John<br />

Peckham, describe espejos “de acero, de hierro, de cobre y de<br />

mármol pulido”, lo cual permite pensar en una aleación brillante<br />

y clara, no ferrosa. Algunos de estos ejemplares venían<br />

acompañados de un paño destinado para su pulido. Los más<br />

preciosos, de oro o plata, estaban protegidos en envases de<br />

marfil esculpido y formaban parte de los tesoros de la nobleza.<br />

Peckham habla a continuación de los espejos de cristal recubiertos<br />

de plomo, señalando que cuando el plomo se derrite<br />

“no es posible distinguir imagen alguna.”<br />

Vincent de Beauvais, autor de una enciclopedia para la misma


época, remarca la mayor calidad del cristal por sobre el metal<br />

debido a que “el cristal recibe mejor los rayos de luz gracias a<br />

su transparencia”. Estos cristales reenviaban una imagen deformada<br />

pero panorámica, asociando en una misma palabra,<br />

speculum, las nociones de especulación, de libro y reflejo. Paralelamente,<br />

en los textos espirituales que evocan el carácter<br />

simbólico de los espejos –como espejos de Dios o del alma–,<br />

poetas y juglares de la Edad Media celebran sus propiedades<br />

ópticas y el poder mágico que invoca la reproducción de la<br />

imagen.<br />

En Venecia es donde renace la fabricación del espejo de cristal,<br />

que a partir del siglo XII evoluciona lentamente. Los vidrieros<br />

aprenden a trabajar su materia de manera cilíndrica, y de ese<br />

modo el cristal presenta una superficie más uniforme: oprimido<br />

y pulido, se ve inserto en una aleación de estaño y plomo a partir<br />

del siglo XIX. Sin embargo, a pesar de un blanqueamiento<br />

obtenido con óxido de manganeso, el cristal permanece amarillento<br />

y su materia se ve a menudo alterada por las impurezas.<br />

De ser considerado como un objeto de lujo destinado a una<br />

clientela aristocrática, hacia finales del siglo XVII, el espejo se<br />

convierte en una necesidad para todos. Rabelais, anticipándose<br />

dos siglos, había soñado con dotar cada una de los 9332 cuartos<br />

de la abadía de Thélème de un “espejo cristalino de tal tamaño<br />

que fuera capaz de representar a toda persona en su completa<br />

magnitud”. La propuesta del autor de Gargantúa no resultó tan<br />

delirante como su obra: el artefacto no demoraría en llegar y a<br />

partir de entonces hombres y mujeres se creyeron dueños de<br />

su imagen, de pies a cabeza. Claro que no siempre se mostraban<br />

de acuerdo con lo que revelaba su reflejo. Existe un relato<br />

coreano del siglo XVIII en el que un comerciante, el buen<br />

Pak, decide homenajear a su mujer regalándole un espejo. Sin<br />

embargo, cuando ella sorprende su imagen, entiende que esa<br />

figura no puede ser otra que la amante de su esposo –lo que<br />

no resultaba del todo errado– y se muestra perturbada ante la<br />

misma.<br />

Los espejos revelan una realidad aparente. Que creamos en<br />

ella o no ya es otro asunto. Y en esto, los espejos proclaman su<br />

inocencia<br />

Historia del espejo,<br />

de Sabine Melchior-Bonnet<br />

Club Burton-Edhasa, 2014


26<br />

Entrevista<br />

dos


La importancia<br />

de<br />

La mirada<br />

del<br />

otro<br />

Eduardo Sacheri acaba de publicar Ser feliz era esto, una novela que cuenta la historia de Sofía,<br />

una chica de catorce años que sale en busca de Lucas, su padre. Se trata de un relato sencillo,<br />

con pocos personajes y la suficiente destreza narrativa como para indagar en temas de gran profundidad<br />

sin perder nunca el foco de lo cotidiano<br />

Por Nando Varela Pagliaro<br />

La biografía de Eduardo Sacheri dice que nació en Castelar,<br />

que se crió jugando al fútbol con sus amigos del barrio por<br />

esas calles cercanas a las vías del Sarmiento y que en su vida<br />

muy pronto aparecieron los libros. En su casa se leía mucho<br />

y a él lo cautivaba ese rito en el que veía a todos con un libro<br />

en la mano. Cuando tenía apenas cuatro años, la encargada<br />

de enseñarle a leer fue su hermana mayor. La necesidad de<br />

escribir, en cambio, tardó en aparecer. Ya estaba a punto de<br />

recibirse de Licenciado en Historia cuando comenzó a escribir<br />

cuentos. Lo hacía para responderse algunas preguntas,<br />

para ordenar su cabeza, pero jamás pensó que con su escritura<br />

iba a poder ganarse la vida. En sus comienzos fue de vital<br />

importancia el periodista Alejandro Apo. Desde su programa<br />

Todo con afecto en Radio Continental, empezó a leer los primeros<br />

cuentos de Sacheri que tenían que ver con el fútbol.<br />

Esta difusión radial permitió que le publicaran Esperándolo a<br />

Tito. Luego vendrían los cuentos de Te conozco Mendizábal,<br />

la adaptación de su novela La pregunta de sus ojos, que dio<br />

lugar a El secreto de sus ojos, por la cual ganó el Oscar. El resto<br />

ya es historia conocida.<br />

–En la época en que Apo leía sus cuentos por radio,<br />

Internet todavía no era lo que es ahora. ¿Piensa que<br />

Internet y la existencia de tanta multiplicidad de voces<br />

es positivo o negativo para un escritor incipiente? Creo<br />

que hay un gran elemento positivo y un gran elemento negativo,<br />

pero no sé cuál pesa más. El gran elemento positivo es<br />

la posibilidad de que tus cosas se conozcan. En un soporte<br />

electrónico vos podés difundir tus cosas de un modo que en<br />

el año 96, que es cuando yo le mandé mis cuentos a Apo, no<br />

existía. Antes, la única opción era conseguirte una editorial<br />

que te publicara el libro en formato físico y era muy difícil<br />

dar ese paso. La buena noticia es que ahora en una página de<br />

Internet, tenés modos de mostrar lo que hacés. Pero claro,<br />

la misma facilidad multiplica la cantidad de cosas que hay<br />

dando vueltas y lo que hacés corre el riego de la invisibilidad.<br />

Es una invisibilidad distinta, no la de la no publicación, sino<br />

la de perderse en la hiperpublicación y no sé qué pesa más.<br />

A lo mejor hoy podés decir me voy a dar el gusto de que esté<br />

y no es que va a dormir en un cajón el sueño de los justos,<br />

como te podría haber pasado veinte años atrás, pero por otro<br />

lado, por encima de ese placer absolutamente legítimo, la posibilidad<br />

de construir y conectarte con lectores es muy difícil<br />

en el fárrago de las cosas que hay. Y hasta en las librerías es<br />

así: cualquier libro dura dos minutos en exposición. Después<br />

ya sale otro nuevo y lo tapa, la cantidad de publicaciones es<br />

descomunal y no está bueno. No lo digo porque quiero que<br />

me publiquen sólo a mí, sino porque tal vez nos estamos<br />

perdiendo un montón de cosas bárbaras pero porque no las<br />

vemos nunca.<br />

–Lucas, el personaje escritor de Ser feliz era esto dice<br />

que cada vez que va una entrevista ya sabe cuáles van<br />

a ser las cinco preguntas básicas que le van a hacer,<br />

¿cuáles serían los lugares comunes que nunca faltan<br />

en las entrevistas que le hacen? Siempre sale el tema del<br />

27


28<br />

fútbol, de El secreto de sus ojos, de la adaptación del libro a la<br />

película, sale el tema del Oscar, qué significó y qué cambios<br />

me trajo. En el caso del libro, Lucas es muy mal llevado con<br />

eso y se siente incómodo, pero yo sé que también es entendible<br />

que haya ciertas preguntas que surjan. Por ejemplo esto<br />

de querer saber si las historias son reales o ficticias me lo preguntan<br />

muy seguido, pero esa es una pregunta de lector y yo<br />

me la hago mil veces cuando estoy leyendo. Lo que me causa<br />

gracia es qué incómodos que los pongo a los periodistas con<br />

ese texto de Lucas.<br />

–Volviendo a hablar de cosas que le pasan a Lucas y entrando<br />

tal vez en uno de sus lugares comunes. Lucas es<br />

autor de un libro muy exitoso y vive sólo de eso. En un<br />

punto con El secreto de sus ojos usted también tuvo un<br />

éxito enorme ¿Alguna vez sintió que el libro lo pasaba<br />

por encima? La verdad es que no, porque mi crecimiento<br />

como autor publicado fue más gradual de lo que la gente supone.<br />

Antes de El secreto de sus ojos ya había publicado tres<br />

libros de cuentos en los que había mucho de fútbol y se vendían<br />

bien. Ya tenía una carrera editorial más o menos en marcha.<br />

Es cierto que a El secreto de sus ojos le fue muy bien,<br />

pero no es que yo puedo vivir de los derechos del libro de acá<br />

hasta que me muera. Lo que sí me dio todo el fenómeno de<br />

El secreto de sus ojos fue muchas oportunidades de laburo.<br />

Para Eduardo Sacheri escribir es una necesidad, pero en esa<br />

necesidad, en esa pulsión también hay una dosis ambigua<br />

de placer y sufrimiento. “Te diría que ambos sentimientos<br />

se alternan porque cuando la necesidad se topa contra una<br />

pared, lo que hay es sufrimiento, frustración porque las cosas<br />

no salen, porque no le encontrás la vuelta, porque sentís<br />

que el libro se te escapa y los personajes te huyen. Cuando<br />

sentís que entraste en sintonía es la etapa más placentera del<br />

asunto. Sentís que el libro fluye, los personajes se sostienen<br />

y de algún modo viven. A lo mejor cuando terminaste con un<br />

libro, vuelve la parte de sufrimiento que tiene que ver por un<br />

lado con abandonarlo, con el duelo de que esos personajes te<br />

vayan dejando y por el otro lado, esta cosa tediosa y necesaria<br />

al mismo tiempo, que es corregir, un laburo muy importante<br />

para que el libro quede bien, pero que es aburridísimo. Llega<br />

un punto en el que estás harto de leerte. Todo es previsible,<br />

todo es evidente, todo está impostado y sentís que le ves las<br />

costuras por todos lados y no ves la hora de que se publique<br />

porque ya no querés volver a verlo”, dice Sacheri convencido<br />

de sus palabras.<br />

–En ese proceso de escritura, ¿se sienta a escribir una<br />

vez que tiene la historia cerrada o la va encontrando a<br />

medida que va escribiendo? En general necesito tener un<br />

esquema muy claro de qué es lo que quiero contar, por dónde<br />

me voy a meter y por dónde voy a salir. Por supuesto que después<br />

hay un montón de modificaciones en el medio, pero soy<br />

mucho más de esos escritores ordenaditos. Tomo apuntes, me<br />

hago diagramas, casi cuadritos sinópticos como los que usaba<br />

cuando estudiaba en la facultad. Una vez que tengo eso, recién<br />

me siento a escribir.<br />

Cada vez que empieza un libro nuevo, en un primer momento<br />

a Sacheri no le pesa la mirada de los otros porque siempre<br />

escribe sobre lo que quiere escribir. “El lector de ese libro<br />

soy yo. No lo digo en un sentido ampuloso, como si yo fuera<br />

mi mejor crítico, sino en el sentido de que yo escribo para<br />

contestarme preguntas. Entonces el libro es un intento de<br />

respuestas a esas preguntas”. En una segunda etapa, confiesa<br />

que la mirada ajena sí empieza a ser cada vez más importante.<br />

“Si yo me siento conforme con el libro y siento que dije cosas<br />

que a mí me importaron me encanta pensar que a alguien le<br />

pueda pasar algo con ese libro. A veces hablo con colegas que<br />

me dicen que no les importa si lo que escriben les gusta o no<br />

a los lectores. Yo lo respeto, pero no lo comparto. La verdad<br />

es que a mí me encanta que un libro mío guste. No me da lo<br />

mismo, creo que la mirada de los otros nos construye mucho”.<br />

En Ser feliz era esto, Sacheri se puso en la piel de una chica<br />

de catorce años para llevar adelante su historia. Alcanzar ese<br />

registro dice que fue uno de los desafíos mayores del libro.<br />

“Me interesa ser capaz de cambiar, de hacer algo distinto<br />

libro a libro. Venía de Papeles en el viento, que es una novela<br />

de cuatro cuarentones que se criaron en Castelar y son hinchas<br />

de Independiente. Es decir, comparten mucho conmigo.<br />

Entonces quería hacer algo distinto, cruzarme a la cabeza de<br />

una mujer, y a una mujer de catorce años, me pareció que<br />

era un desafío interesante. Yo tengo una hija de esa edad y un<br />

montón de alumnos adolescentes, así que ese registro lo tengo<br />

cerca de mi oído”.<br />

–Recién nombró a su hija y dijo que mucho de la construcción<br />

del lenguaje y los diálogos los tomó de su relación<br />

con ella, ¿Cómo recibió ella la lectura del libro?<br />

Le gustó y se sintió sorprendida. Si bien la historia en sí está<br />

lejos de nosotros porque por suerte no nos tocaron esas tragedias,<br />

el modo de relacionarse de ellos dos, los chistes, las<br />

chicanas, las burlas recíprocas con respecto al lenguaje del<br />

otro, los desafíos de “leete esto y dejate de joder”, son muy<br />

nuestros. Además, ella fue mi primera lectora. Me pareció<br />

que era justo que lo leyera, no sólo por todo lo que le pedía<br />

prestado, sino para que ella viera si encontraba una chica de<br />

catorce años o no en ese libro.<br />

El fútbol es otro de los lugares comunes en toda nota que le<br />

hacen. Muchas veces, incluso en ámbitos literarios, termina<br />

hablando más de fútbol que de literatura. Cuando le pregunto<br />

si eso le molesta, me responde: “A mí lo que me suelen<br />

molestar son las simplificaciones. Si te gustan mis cuentos<br />

de fútbol porque sólo ves fútbol en ellos, yo me lo tengo que<br />

bancar porque cada lector hace lo que quiere, pero yo siento<br />

que fallamos vos lector y yo autor. Porque mi idea es usar el<br />

fútbol para hablar de otras cosas que están atrás del fútbol.<br />

Del mismo modo que me encanta cuando alguien viene y<br />

me dice “a mí no me gusta nada el fútbol pero tu cuento me<br />

encantó por esto, aquello y lo otro” y yo digo “bárbaro, me<br />

encanta que te haya pasado eso”. Ahí siento que superamos la


complicidad fácil de que nos<br />

guste a los dos el fútbol, para<br />

ir a algo más allá”.<br />

–Históricamente el fútbol<br />

para la derecha era “cosa<br />

de negros” y la izquierda<br />

en cambio lo veía como el<br />

opio de los pueblos, ¿ese<br />

pensamiento todavía se<br />

mantiene o cambió el lugar<br />

que hoy ocupa el fútbol en<br />

la sociedad? Creo que ahora<br />

siguen existiendo esas miradas.<br />

A lo mejor menos dominantes<br />

que otrora. También<br />

se ha incorporado otra mirada igual de empobrecedora que<br />

es “El fútbol como fiesta popular”, que también es una mirada<br />

sesgada y muy acrítica y es como irte al otro extremo. Así<br />

como los otros veían que el fútbol es una porquería, la mirada<br />

que sostiene que “el fútbol es algo maravilloso, que es una<br />

fiesta de la pasión”, también me parece insuficiente. También<br />

hay otras miradas que lo ven como algo complejo, una mezcla<br />

de elementos socioculturales e históricos profundos y eso me<br />

parece bueno. Ahora, en esa mezcla hay de todo. Afloran conductas<br />

muy propias de la sociedad en la que se está jugando al<br />

fútbol y está bien que veamos lo bueno y lo malo.<br />

–Saliendo del fútbol y entrando en el cine. Al escritor<br />

Guillermo Arriaga, le molesta la palabra guionista, él<br />

se considera siempre un escritor porque lo que hace<br />

es entregar su propio mundo interior ¿Usted cómo se<br />

lleva con el oficio? ¿Trabaja con el mismo cuidado un<br />

guión que una novela? Son trabajos diferentes. Coincido<br />

en que son dos formas de escritura y que sos escritor en<br />

ambos casos, pero cuando escribís un guión estás atento a<br />

otras cosas y el producto final también es muy distinto. Como<br />

guionista estás muy atento a la estructura, a la dinámica, a<br />

la plasticidad de lo que estás haciendo y a la verosimilitud<br />

de los diálogos. Cuando describís acciones, no te detenés a<br />

conmover al que va a leer el guión, no te detenés a buscar la<br />

belleza estética de eso que estás diciendo. En todo caso, ese<br />

juego estético se construirá a posteriori con otro montón de<br />

agregados artísticos que no son el guión. Cuando escribís una<br />

novela o un cuento, tenés un solo recurso que es la palabra y<br />

con ese recurso podés hacer lo que se te cante. En un guión,<br />

el propio guión es un solo recurso dentro de otro conjunto.<br />

Aparte es un laburo que va a tender a lo colectivo, mientras<br />

que tal como entendemos en Occidente a la literatura, es un<br />

laburo solitario. Hay muy pocos libros escritos por dos autores.<br />

Esto de que un laburo sea solitario y otro colectivo, ya de<br />

por sí cambia todo. Para mí son laburos muy diferentes, yo<br />

me siento más en lo mío cuando escribo una novela o escribo<br />

un cuento, y cuando escribo un guión, me siento invitado a<br />

un lugar interesante


Ser<br />

editor<br />

3o<br />

La<br />

GESTIONADORA<br />

La directora editorial de Ediciones B define su profesión y cuenta los pormenores del oficio<br />

Por Silvia Itkin<br />

El libro, el de papel, el que descansa<br />

en la mesa de luz con marcas, anotaciones<br />

y esquinas dobladas, sigue siendo<br />

objeto de veneración. El libro, para<br />

cualquier persona lectora o no lectora,<br />

sigue gozando de un enorme prestigio<br />

social. “¿Escribiste un libro, en serio?”,<br />

preguntan con ojos brillantes. “Sí”, dice<br />

el autor. No importa si es un manual de<br />

entrenamiento canino. ¡Es un libro! ¡El<br />

nombre del entrenador/veterinario está<br />

en la portada!<br />

Miradas desde afuera, las vidrieras de<br />

una librería cuentan una nadita sobre<br />

el oficio de editar. Me gusta pensarme<br />

más como una gestionadora de libros<br />

(y no escribo gestora porque hay poco<br />

de trámite y planilleo en el proceso de<br />

publicar). Algunas veces, me siento<br />

plenamente editora. Pero, aun así, es<br />

imprescindible seguir siendo una gestionadora.<br />

Entre una y otra (que soy siempre yo),<br />

hay momentos de encantamiento con<br />

autores y autoras, libros que nos atraviesan<br />

(pienso en Cerati en primera<br />

persona, que editamos en 2012). Quiero


Cerati en primera persona,<br />

de Maitena Aboitiz<br />

decir: todos los meses trabajamos para<br />

lanzar nuestras novedades, los mismos<br />

pasos, el mismo procedimiento. Pero<br />

nunca es igual. Detrás de cada libro hay<br />

una historia entre personas: el autor, el<br />

editor, los diseñadores, los correctores,<br />

el editor externo, el imprentero.<br />

Me gustaría decir que una vez puesto<br />

en su mesa de exhibición, esa historia<br />

termina, que es posible dar vuelta la página.<br />

Pero no. Se renueva porque viene<br />

el próximo servicio y sigue también la<br />

relación con el autor de ese libro que ya<br />

no es novedad.<br />

Editar, entre otras cosas, es acumular<br />

un enorme y valioso capital de relaciones<br />

humanas. Los autores –y les encantará<br />

leer esto– lo son todo. Ser todo no<br />

es tarea fácil para nadie. Un terapeuta<br />

amigo me dijo que este trabajo es como<br />

el de un analista, porque con cada autor<br />

hay que cambiar el chip y entrar en<br />

otra historia personal. Desde entonces,<br />

en más de una ocasión cerré la puerta<br />

de mi oficina pensando que cerraba el<br />

consultorio.<br />

No importa cuántos tropiezos implique<br />

el proceso de contratación, escritura,<br />

edición, porque cuando llega el libro en<br />

su caja se produce el deslumbramiento<br />

de la nursery.<br />

También es cierto que el encantamiento<br />

del editor con un proyecto –mucho<br />

antes de ser ese objeto físico llamado<br />

libro– bien puede estrellarse con la<br />

pregunta del departamento comercial:<br />

¿y quiénes serían los lectores? Hay que<br />

salir de la burbuja y entrar en el mundo<br />

contante y sonante de la rentabilidad.<br />

Primer momento de desidealización:<br />

ese tesoro de la mesa de luz es una mercancía.<br />

Si pensamos en el catálogo, si pensamos<br />

en fondo, en long sellers, lo mejor<br />

que puede pasarnos es encontrar un<br />

autor para siempre (con el grado de<br />

provisoriedad que tienen esas dos palabras<br />

en este mundo). Un autor cuyo<br />

potencial se intuya desde el comienzo y<br />

pueda ir revelándose a lo largo de una<br />

obra de más de un título. Punto de inflexión<br />

y desafío para el editor: trabajar,<br />

construir, ir afinando el lápiz, encontrar<br />

el mejor perfil autoral, sacarle lustre,<br />

hacerlo brillar, saber cuándo es posible<br />

probar un desvío, hacerlo feliz para que<br />

se quede. Mientras se buscan nuevos<br />

autores, se desarrollan nuevos proyectos,<br />

se mantiene el calor de la relación<br />

con los ya publicados, se planea cómo<br />

seguir.<br />

Sin embargo, el mercado pide repentizaciones,<br />

golpes de timón, velocidad.<br />

Ediciones B busca un público amplio,<br />

de interés general, y no puede desoír<br />

–periodísticamente hablando– lo que<br />

pasa. Ruidos, sonidos, crujidos, reverberaciones<br />

de aquí y allá son focos de<br />

atracción, hay que ir por ellos, la oportunidad<br />

es única. Se alteran los tiempos<br />

–que nunca son serenos– y se logra el<br />

libro a contrapelo de relojes.<br />

Somos editores de Daniel Goleman,<br />

Bernardo Stamateas, John Katzenbach,<br />

Rogelio García Lupo, Brian Weiss,<br />

Osho, Chopra, Elizabeth Kübler-Ross,<br />

Gabriela Margall, Robin Norwood,<br />

Becca Fitzpatrick, Caroline Myss,<br />

El estudiante,<br />

de John Katzenbach<br />

de no ficción y ficción que suelen llevarme<br />

por caminos muy distintos y siempre<br />

sorprendentes (lo que mi formación<br />

y curiosidad periodísticas agradecen día<br />

tras día).<br />

Ediciones B tiene con Vergara, uno<br />

de sus sellos, la tradición de la novela<br />

romántica (que Javier Vergara Editor<br />

instaló en la Argentina hace ya varias<br />

décadas). Bajo esa tradición desde 2012<br />

empezamos a armar el team local de<br />

escritoras del género –fue con La Princesa<br />

de las Pampas, de Gabriela Margall–<br />

en todas sus vertientes: la romántica,<br />

la histórica y la erótica.<br />

Cuando vino John Katzenbach a la Feria<br />

del Libro en 2013 –tendremos este<br />

diciembre su nueva novela: El estudiante–,<br />

le pregunté cómo era la relación<br />

con su editor. Me dijo que su única condición<br />

es que sea un editor old school:<br />

una relación profunda, comprometida,<br />

de respeto por el texto y de cuidado del<br />

autor. Escuché una vez a una editora inglesa<br />

definir el oficio: somos midwives,<br />

dijo. Parteras. Sangre, sudor y lágrimas,<br />

y con la palmadita a hacerse un lugar en<br />

las librerías. Si nació un elegido, conocerá<br />

las alturas del ranking<br />

31<br />

Historias de amores que matan,<br />

de Patricia Faur<br />

Mario Javier Vaena, Jorge Asís, Lisa<br />

Kleypas y siguen las firmas.<br />

Esto habla de un catálogo diverso, apasionante,<br />

entretenido, con contenidos<br />

La dama de los espejos,<br />

de Gabriela Margall


32<br />

Entrevista<br />

tres


TORBELLINO<br />

israelí<br />

Las buenas personas (Alfaguara), de Nir Baram, mereció las mejores críticas de todo el mundo y<br />

abrió un profundo debate en el mundo judío<br />

Por Christian Kupchik<br />

33<br />

Lo primero que sorprende en Nir Baram (Jerusalén, 1976)<br />

es su juventud. Y no sólo porque fisonómicamente aparenta<br />

diez años menos de los que tiene, sino por la contundencia<br />

y erudición de sus juicios. Las buenas personas (Alfaguara),<br />

primera novela escrita por un israelí sobre la Segunda Guerra<br />

Mundial sin ocuparse del Holocausto, mereció los mayores<br />

elogios de la crítica en el mundo entero, y también abrió<br />

un profundo debate en el mundo judío. Traducida en poco<br />

tiempo a catorce idiomas, Baram, proveniente de una célebre<br />

familia de políticos, no oculta nada: dice las cosas como las<br />

siente y las siente como las piensa, con una audacia y originalidad<br />

poco común.<br />

–Por tratarse de una ficción, el libro sorprende por la<br />

fidelidad histórica y el apabullante aparato documental<br />

que presenta. ¿Cómo fue que lo concibió? Me gusta<br />

jugar con las formas y con distintos tipos de novelas. En esta<br />

obra me gustó jugar con el gesto de la novela realista de finales<br />

del siglo XIX, aunque en la última parte me permití ser un<br />

poco más especulativo. La Segunda Guerra Mundial formó<br />

parte de mi conciencia desde que era muy chico, y francamente<br />

ya estaba cansado de escuchar siempre la misma historia<br />

acerca de este episodio, que se repetía sin alteraciones<br />

en la escuela primaria, en la secundaria y en toda institución<br />

israelí que se preciara. Me pareció que la Segunda Guerra<br />

Mundial era el contexto ideal sobre el cual indagar una cantidad<br />

de cuestiones que siempre veía muy oscuras desde el<br />

relato oficial. La novela histórica me parece que tiene un<br />

aspecto muy interesante: debe hablar y hacerse cargo de los<br />

efectos en el presente de algo que sucedió en el pasado. No<br />

se trata sólo de imitar un período histórico, sino hacer respirar<br />

esa época a través de una ficción.<br />

–Una novedad que presenta su novela se da a través


34<br />

del personaje de Thomas, un liberal americanófilo en<br />

la Alemania nazi, que se ve condenado incluso por su<br />

ideología. Esto es algo poco explorado hasta el momento…<br />

Thomas cree en los ideales de Occidente, no sólo<br />

en el capitalismo, sino también –y fundamentalmente– en el<br />

individualismo. Por eso el encuentro entre Thomas y la burocracia<br />

nazi es como una broma que nadie comprende. No<br />

es comunista, no es judío, no es gitano, es un alemán ario que<br />

cree en las posibilidades del sistema capitalista y eso los nazis<br />

no lo toleran. Mucha gente que ha leído el libro piensa que<br />

Thomas es un oportunista, pero creo que es una manera muy<br />

limitada de interpretarlo. Creo que es un tipo muy valiente,<br />

que se arriesga a todo para alcanzar su sueño. Pero, ¿cuál es<br />

el sueño? No está ligado a la sociedad, ni al Estado, ni a los<br />

nazis, sino a lograr plasmar su potencial y su talento como individuo,<br />

como Thomas Heiselberg.<br />

–En determinado momento, Thomas afirma: “Yo no<br />

tengo una concepción del mundo propia… Lo único<br />

que yo tengo es una concepción predeterminada del<br />

proyecto que tenga entre manos”. ¿Eso lo convierte<br />

casi en un sofista? Hay una cierta dimensión cómica en<br />

Thomas Heiselberg: la forma en que piensa el mundo tiene<br />

más que ver con lo profesional, su cosmovisión siempre está<br />

enfocada en una misión específica: vender algo. En un mundo<br />

como el nazi, donde todo pasa por la comunidad, Thomas<br />

parece ser alguien de otro planeta. No obstante ello, logra<br />

convertirse en un momento en parte esencial de la burocracia<br />

dado que necesitan de ese talento que le viene dado de una<br />

mentalidad opuesta a la que se impone.<br />

–Bueno, ese es otro aspecto inesperado del libro: tampoco<br />

es frecuente observar la preocupación nazi por<br />

su comunidad… ¿Cuál es el verdadero problema con las<br />

novelas que tematizan la Segunda Guerra Mundial y a los<br />

nazis? Que siempre acaban por demonizar a todos, a propios<br />

y extraños. Se aplican un montón de clichés: muerte, sadismo,<br />

perversión política. ¿Es así como se explica el éxito que tuvo<br />

el régimen nazi para penetrar en la conciencia del pueblo alemán?<br />

No olvidemos que el nazismo llega al poder a través de<br />

elecciones libres. Los protagonistas son dos jóvenes, con toda<br />

la fuerza de un mundo que se cae a pedazos, interactuando<br />

en este contexto. Mucha gente (y eso intento demostrar a través<br />

del personaje de Clarissa) creía realmente que trabajaba<br />

en beneficio de la gente. Las buenas personas está lejos de<br />

ser un panfleto nazi, y cualquier lector puede darse cuenta<br />

de ello, pero quería alejarme de los clichés habituales para<br />

mostrar una realidad que era infinitamente más compleja que<br />

la que se nos pinta en blanco y negro. Para eso, debía concentrarme<br />

en la economía emotiva que aplicaba el Tercer Reich<br />

para con la gente común.<br />

–Tanto Thomas, bajo el régimen nazi, como Sasha, la<br />

otra protagonista, bajo el estalinsimo, se plantea la<br />

dificultad y contradicciones de la supervivencia bajo<br />

situaciones de gran presión. Creo que el tema de la supervivencia,<br />

al menos en mi novela, es una cuestión que por<br />

momentos oculta otros motivos vinculados a la necesidad de<br />

reconocimiento, la movilidad social, alcanzar los objetivos,<br />

en suma, tratar de investigar los límites del propio talento.<br />

Esto es muy importante: no son simplemente personas que<br />

tratan de sobrevivir y para ello pactan con el régimen, porque<br />

entienden que de esta manera ellos obtendrán más beneficios<br />

del poder que el poder de ellos. El cliché nos habla siempre<br />

cómo el poder utiliza a la gente, lo cual es cierto. Pero creo<br />

que este planteo donde el individuo utiliza (o al menos cree<br />

hacerlo) al régimen, es mucho más rico y complejo que consabido<br />

cliché. Entre otras cosas, es una forma interesante de<br />

poder entender y comprobar por qué tanta gente ha colaborado<br />

con fuerzas que estaban en las antípodas de sus convicciones.<br />

–Lo que nos remite al caso de Eichmann y el libro de<br />

Hanna Arendt, La banalidad del mal… Sí, me lo mencionan<br />

con frecuencia, pero creo que justamente intento expresar<br />

en la novela lo contrario de lo que marcó Arendt. No me<br />

interesaba describir ni analizar el mal. Lo que procuré fue<br />

plantear un debate a partir de seres humanos comunes y corrientes<br />

que reaccionan de acuerdo a sus posibilidades frente<br />

a regímenes totalitarios. Intenté reflejar en la novela ese territorio<br />

gris donde no hay buenos ni malos, ni conclusiones o<br />

respuestas: sólo hay interrogantes. Thomas no es más que una<br />

acumulación de máscaras, se quita una y le sucede otra. ¿Es<br />

así como se describe al mal? No lo creo, más bien representa<br />

una personalidad flexible. El problema es que estas personalidades<br />

flexibles pueden ser responsables de muchas muertes<br />

sin haber visto una gota de sangre en su vida.<br />

–¿Las máscaras se aplican también sobre los sistemas?<br />

Por supuesto. El libro plantea una sospecha sobre toda ideología,<br />

sobre cada hombre que expresa una ideología, y cualquier<br />

generalización que se defina a través de la ideología. El<br />

narrador siempre considera que hay otro motivo. En todos<br />

los genocidios de la historia hay grupos de individuos que<br />

tienen las manos y la conciencia bañadas en sangre y otros<br />

que permanecen pasivos en lugares diferentes. Posiblemente<br />

todos cargan con su culpa a cuestas, pero a mí no me interesa<br />

definirlos moralmente, sino tratar de comprenderlos desde<br />

adentro.<br />

–Llegados a este punto, es casi una obligación interrogarlo<br />

acerca de su visión sobre la situación en el Estado<br />

de Israel… Bueno, yo soy muy crítico respecto al accionar<br />

de Israel en el contexto del diferendo palestino. He escrito y<br />

hablado mucho sobre la mentalidad predominante en Israel.<br />

Vivo en Israel y participo de su sociedad, lo cual muchas<br />

veces conduce a una gran frustración política: no puedo dejar<br />

de sentir que estoy en permanente oposición a todo lo<br />

que haga el Estado. No obstante, creo que debemos pensar<br />

en términos positivos. El mayor problema que veo en la iz-


quierda no sólo israelí, sino de cualquier parte del mundo,<br />

es que se quejan de todo sin proponer una sola idea factible,<br />

realizable y positiva. Me parece absolutamente inconducente<br />

esa posición, hay que arriesgar algún tipo de propuesta. Yo,<br />

por ejemplo, no creo en un Estado judío sino en un Estado<br />

para todos los israelíes, lo cual también sería lo mejor para los<br />

propios judíos. Para mí es importante tratar de convencer a<br />

la mayor cantidad de gente posible que esta es la mejor solución,<br />

no solamente decirles que son malos, que son responsables,<br />

que son culpables de todo lo que nos pasa.<br />

–Hay una serie de prestigiosos escritores israelíes,<br />

ampliamente conocidos en el mundo, como Amos Oz,<br />

David Grossman o A. B. Yehoshúa, que tienen una posición<br />

similar. ¿Expresan un pensamiento de los intelectuales<br />

o es algo generalizado? Quizá debiera aclarar que<br />

mis convicciones políticas preceden a mi actividad profesional<br />

como escritor. Cuando tenía veinte años, estando en el ejército,<br />

participé en algunas manifestaciones en Jerusalén. Siempre<br />

me interesó la política. Hay una diferencia muy grande<br />

entre la generación de Amos Oz, por ejemplo, y la mía. El rol<br />

que tenían los escritores de esa generación era mucho más<br />

importante que el nuestro. En Israel a nadie le importa demasiado<br />

lo que piensen los escritores, y quizá tienen mucha<br />

razón. Mis actividades y puntos de vista políticos no tienen<br />

que ver con el hecho de ser escritor, sino con el de ser un<br />

ciudadano israelí al que le preocupa lo que sucede. También<br />

es importante comprender las diferentes visiones. Esta generación<br />

cree que dentro del Estado de Israel se puede convivir<br />

en paz, democráticamente, etc., pero este Estado judío considera<br />

que los judíos son una raza superior a cualquier otra etnia<br />

y eso es un mecanismo inherente al Estado judío. De allí<br />

que proclamar un Estado para todos los israelíes resulta una<br />

idea tan controversial como revolucionaria. La participación<br />

de los escritores en la realidad política está ligada al hecho de<br />

que se trata de una sociedad muy nueva y extremadamente<br />

politizada<br />

Las buenas personas,<br />

de Nir Baram<br />

Alfaguara, 2014


Dossier<br />

música<br />

o1<br />

Amy Winehouse<br />

Con el corazón en<br />

la garganta<br />

Por Nancy Giampaolo<br />

Se hizo popular internacionalmente gracias a un hit en el que se negaba a ir a rehabilitación,<br />

aunque la exhortaban a hacerlo. Cantaba con voz grave, bastante más parecida a la de una<br />

cantante de jazz negra que a la de una inglesa de familia judía. En el videoclip de la canción


o2<br />

que sigue siendo de rigor en la FM, muchos la veían por primera vez y su imagen (como el<br />

estribillo) resultaba memorable. La combinación de movimientos breves y espasmódicos, un<br />

peinado altísimo en plan primeros años 60 y litros de delineador alrededor de los ojos, no era<br />

tan fácil de olvidar. La actitud de Amy Winehouse (más allá de la apuesta a ese aire almodovaresco)<br />

era diferente que la de otras estrellas femeninas del pop como Beyonce o la abeja reina<br />

de ese universo, Madonna. Incapaz de seguir una coreografía de baile compleja (tampoco una<br />

simple), revoleaba los ojos muy abiertos en sus shows y balanceaba el cuerpo –cada año más<br />

enclenque–, transmitiendo una fragilidad discordante con el plástico mundo del pop. Un par<br />

de años antes de su muerte, el 23 de julio de 2011, circulaban videos en los que Winehouse<br />

anunciaba lo que iba pasar, gracias a las cámaras que la siguieron sin descanso. Se había teñido<br />

de rubio, había adelgazado fenomenalmente, la cara se le había llenado de pústulas, casi no<br />

tenía voz y fumaba crack frente al público.<br />

Winehouse entregó a su público, en paralelo a la millonaria obra como cantante y compositora,<br />

una suerte de cronología visual de su derrotero funesto. Como en el caso de tantas otras<br />

figuras actuales, la ascensión y caída de Winehouse tiene un correlato casi cinematográfico, a<br />

través de decenas de videos y fotos. Con ella y su circunstancia, el público pudo dejar correr<br />

el morbo. Una chica joven que parecía querer honrar el viejo lema roquero: Sex, Drugs &<br />

Rock&Roll exagerándolo todo lo posible. La prensa armó la puesta en escena necesaria para<br />

que todos lograran ser testigos. Como en una película, hubo estrellas invitadas que remozaron<br />

la trama: Pete Doherty, el roquero inglés más descontrolado de los últimos años, apareció<br />

en uno de los tantos videos de Winehouse, los dos narcotizados, sucios, jugando con un roedor<br />

blanco. Se lo juzgó en revistas, diarios e Internet como decadente, degradante, bajísimo<br />

y otros adjetivos por el estilo. Era otro anuncio formal del derrumbe. La muerte, al parecer,<br />

no sorprendió a su madre pero sí a su padre. Ambos coincidieron en recordarla a través de la<br />

publicación de biografías (Loving Amy, se llamó la firmada por la madre, y Amy, my dougther,<br />

por el padre), la celebración de actos de homenaje y las entrevistas en medios de todo tipo. La<br />

vida sentimental de Winehouse también se conoció gracias al registro conspicuo de la prensa.<br />

Fue escandalosa, hubo juicios, cárcel e infidelidades, entre otros hitos. Como sus adicciones,<br />

la intimidad de Winehouse estuvo expuesta a quien quisiera conocerla: “No hay vuelta atrás<br />

para nosotros –dijo sobre su matrimonio en proceso de divorcio al diario News of the World–<br />

Sabía que no duraría para siempre. Lo nuestro fue sólo sexo”.<br />

Nació en los suburbios del norte de Londres, el 14 de septiembre de 1983. Pasó la infancia<br />

con su padre taxista, Mitch Winehouse, su madre farmacéutica, Janis Winehouse, y su hermano,<br />

Alex Winehouse. En la casa se escuchaba jazz, pero el estilo de la chica también se<br />

fraguó con el rap popular femenino de finales de los 80 y principios de los 90, con bandas<br />

como TLC y Salt-n-Pepa. De hecho, con una amiguita, formó a los diez años Sweet ‘n’ Sour,<br />

un dúo de rap. Los padres se habían separado un año antes y, aunque siguió viviendo con<br />

Janis, la cantante se consideraba a sí misma “una nena de papá”, frase que llevaba tatuada en<br />

su hombro izquierdo. A los doce, empezó a estudiar teatro: la vocación por el escenario crecía<br />

en paralelo a la falta de interés por la educación escolar. Empezó a tocar la guitarra de su<br />

Izq. Amy de pequeña, en una fotografía<br />

escolar.<br />

Der. La familia Winehouse en 1992,<br />

durante el bar-mitzvah de Alex, hermano<br />

de Amy.


A los diez años ya había formado<br />

un dúo de rap con una amiguita, se<br />

llamaba Sweet’n’Sour.<br />

Der. Amy en la cresta de la ola con<br />

su orgulloso padre Mitch.<br />

hermano Alex. “Cuando conseguí un poco de dinero me compré la mía propia, así podía tocar<br />

cuando quería”, recordó más tarde: “Siempre había escrito poemas y cosas del estilo, así que<br />

componer canciones no fue nada difícil”. También reconoció: “Yo iba mal con la autoridad y<br />

no quería que se me dijera qué hacer. Nunca he sido una idiota. Era una chica inteligente,<br />

pero me gustaba hacer cosas estúpidas por mis amigos. Era una buena chica como adolescente”.<br />

Abandonó la secundaria a los quince (había ido a las escuelas estatales de Southgate y<br />

Ashmole School) y comenzó a trabajar. El canto dio los primeros frutos económicos durante<br />

una temporada en la que acompañó a una banda de jazz. Tenía 16 años. Su novio del momento,<br />

Tyler James, llevó una grabación en la que Winehouse cantaba soul, a un cazatalentos de<br />

Londres, propiciando el contacto con 19 Management, la empresa de gestión de propiedad de<br />

Simon Fuller, el hombre detrás de American Idol. El futuro de la autora de Rehab era, todavía,<br />

muy prometedor.<br />

Con el respaldo de Fuller, Winehouse negoció con directivos del sello Universal pero finalmente<br />

cerró un contrato de edición con EMI. Todavía no se le había dado por emular a pioneras<br />

del rock como Ronnie Spektor, era una chica parecida a muchas otras, dotada de una voz<br />

atractiva, con el pelo lacio y lustroso como en una publicidad, y la cara rozagante.<br />

Titulado Frank y editado a finales de 2003, su primer álbum tiene elementos del jazz, el soul<br />

y el hip-hop, amalgamados por acción de la maquinaria pop que puso la plata. El corte de<br />

difusión You sent me flying, tuvo repercusión inmediata en Gran Bretaña. Durante una entrevista<br />

que dio por el lanzamiento, Winehouse aseguró: “Soy dueña de ese álbum en un ochenta<br />

por ciento”. El disco marcó el inicio de su colaboración con el productor Salaam Remi quien<br />

trabajó con ella hasta el final y recordaría, para la prensa, el momento en que la conoció: “Llegó,<br />

se sentó y yo le pregunté: ‘¿Qué es lo que tocas?’ Cogió una guitarra acústica, empezó a<br />

cantar ‘La chica de Ipanema’ y casi literalmente iluminó la sala”. Gracias a su primer disco los<br />

críticos la compararon con monumentales voces del jazz, como Sarah Vaughan y Billie Holiday,<br />

y también con cantantes pop que habían triunfado unos años antes, como Macy Gray y<br />

Lauryn Hill. Frank fue nominado para dos premios Brit y ganó el prestigioso Ivor Novello a<br />

la mejor canción contemporánea por Más fuerte que yo.<br />

Antes de que le llegara la fama internacional, Winehouse había conocido en un bar a Blake<br />

Fielder-Civil, un asistente de producción de videoclips, con quien tuvo una relación tempestuosa<br />

que incluiría casamiento, peleas y el nombre “Blake” tatuado sobre el corazón de la cantante.<br />

Se casaron en Miami en 2007. Las drogas, las peleas y las fiestas sexuales del matrimonio<br />

fueron certificadas en forma permanente por la prensa. En 2008, Blake estuvo preso por<br />

obstrucción a la justicia y agresión, previa acusación de robo, y en enero de 2009 se separaron.<br />

Blake pidió el divorcio por infidelidad y demandó la mitad de los bienes de la cantante como<br />

compensación. No prosperó porque fue acusado de haber embarazado a otra mujer.<br />

En 2005, Winehouse se había asociado con el productor Mark Ronson y comenzado a armar<br />

su segundo álbum. Dijo que la participación de Ronson fue tan inspiradora que había escrito<br />

las canciones en sólo seis meses. En enero de 2006, Ronson pasó las primeras versiones de los<br />

futuros hits Rehab y Wake Up Alone en su programa de East Village Radio, de Nueva York.<br />

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A finales de ese año, con el título Back To Black, el disco se lanzó en casi todo el mundo, con<br />

créditos de producción compartida para Remi y Ronson y la participación de prestigiosos músicos<br />

como los neoyorkinos Dap-Kings, que habían acompañado por mucho tiempo a la cantante<br />

Sharon Jones. Instantáneamente alcanzó el número uno en las listas del Reino Unido.<br />

Con Rehab, Winehouse tuvo su segundo premio Ivor Novello como compositora, y fue elegido<br />

el Mejor Álbum del año 2007 en los MTV Europe Music Awards y Mejor Álbum Vocal Pop<br />

y Mejor Artista Nuevo en los Premios Grammy 2008, entre muchos otros galardones. Para<br />

acompañar al disco, Winehouse viajó al pasado, a los 50 y 60. Homenajeó a esos lindos grupos<br />

de chicas como The Crystals, The Ronettes y The Shagri las, en ellas inspiró su peinado icónico<br />

y difícil de hacer y mantener. En una entrevista que dio a la Rolling Stone inglesa, Winehouse<br />

contó que antes de su segundo disco “Solía fumar mucha hierba” pero se fue pasando<br />

al alcohol: “Supongo que si tienes una personalidad adictiva, cambias un veneno por otro. La<br />

mentalidad de la hierba es muy hip-hop, y cuando hice mi primer disco, lo único que escuchaba<br />

era hip-hop y jazz. Esa mentalidad es muy defensiva, del tipo: ‘Que te den, no me conoces’.<br />

Mientras que la mentalidad del bebedor es: ‘La tragedia soy yo, te amo, voy a tirarme a la carretera<br />

por ti y no me importa si no me miras siquiera, porque siempre te amaré’”.<br />

Creció la fama, creció la exposición, creció la especulación de la prensa acerca de su estilo de<br />

vida, crecieron el morbo del público y la fidelidad de los fans. Su peso era un predilecto de los<br />

periodistas que rescataban fotos de años anteriores, cuando había curvas. La cantante no tardó<br />

en acusar recibo y dijo que su nueva delgadez se debía a haber dejado de fumar marihuana.<br />

También aseguró estar haciendo “una dieta de estricta pizza, para subir de peso” porque aunque<br />

“amaba la comida” la adelgazaba “el estrés”.<br />

La idea que se impuso a través del aparato de prensa montado alrededor de Winehouse, es<br />

que la borrascosa relación con Fielder-Civil fue el leit motiv de gran parte de su comportamiento<br />

destructivo. Durante una de las resonadas peleas de la pareja, la chica admitió que<br />

ahogaba sus penas en alcohol, pero que lo mismo que la hacía sufrir le daba el impulso para<br />

hacer un nuevo álbum. Para esos momentos, ya se presentaba borracha a algunos shows y<br />

ciclos televisivos. Sus agentes le sugirieron que entrara a rehabilitación, pero en vez de hacer<br />

caso Winehouse convirtió la experiencia en la canción más pegadiza en su nuevo disco.<br />

En la biografía que editó en honor a su hija, Mitch recalca el desprecio que sintió por Fielder-Civil,<br />

a quien responsabiliza de llevar a Amy a la adicción. Durante su breve matrimonio,<br />

Winehouse y Fielder-Civil se internaron en un centro de rehabilitación en Essex, Inglaterra,<br />

pero pocos días más tarde lo dejaron para irse de vacaciones. También hubo peleas plasmadas<br />

en fotos de Winehouse, golpeada y cortada, y Fielder-Civil arañado, los dos ensangrentados,<br />

con la ropa rota, saliendo de un hotel. Las fotos fueron tan comentadas que la madre de Fielder-Civil<br />

tuvo oportunidad de decir en la radio: “Creo que ambos necesitan obtener ayuda<br />

médica antes de que uno de ellos, si no los dos, muera”.<br />

Pocos meses después, la pareja fue detenida en Noruega por posesión de marihuana. A sólo<br />

unos días de ese arresto menor, Fielder-Civil cayó preso. Winehouse se presentó a un concierto<br />

de Birmingham borracha. Fue abucheada por el público y se cancelaron todos los shows<br />

La boda con Blake Fielder celebrada<br />

en Miami, en 2007. De esa relación<br />

quedaron varias internaciones,<br />

peleas, prisión para él y un tatuaje<br />

con su nombre sobre el corazón<br />

de Amy.


Grabando Body and Soul,<br />

con Tony Bennett<br />

nuevos por 2007. Se excusó por Internet: “No puedo darlo todo en el escenario sin mi Blake.<br />

Mi marido es todo para mí y sin él simplemente no es lo mismo”.<br />

El 22 de enero de 2008, el amarillo The Sun imprimió bien grandes imágenes de Winehouse<br />

fumando crack. No le quedó más que ir de nuevo a rehabilitación. Su compañía discográfica<br />

emitió un comunicado explicando: “Ella ha llegado a entender que requiere un tratamiento<br />

especializado para continuar su recuperación en curso de la adicción a las drogas”. Dos semanas<br />

más tarde, Winehouse ganó cinco categorías en los Premios Grammy 2008, pero las complicaciones<br />

de visado derivadas de sus problemas con las drogas le impidieron salir de su país<br />

para recibir los premios. Irónicamente y vía satélite, tuvo que agradecerlos cantando que no<br />

iba a ir a rehabilitación desde Londres.<br />

En 2013, Janis dio una entrevista a The Sun en la que reveló una posición resignada frente a<br />

la autodestrucción de su hija: “Nunca he creído que Amy llegaría a viejita. Ella era este tipo<br />

de mujeres que explotó como un petardo y dijo: ‘Ok, he terminado, me voy’. Amy no estaba<br />

predestinada a cumplir los 30 años. (…) Cuando murió, la última sensación que tuve fue la de<br />

la sorpresa. No estoy segura de si inconscientemente yo ya había previsto lo que le ocurriría,<br />

pero puedo asegurar que no me sorprendió lo más mínimo saber que mi hija había muerto de<br />

esta forma. (…) Tras el gran éxito de sus dos discos, Amy empezó a hartarse de tener que subir<br />

al escenario para cantar siempre las mismas canciones. Estaba muy aburrida con el tipo de<br />

vida que llevaba y con la falta de nuevos estímulos, y la verdad es que estoy convencida de que<br />

se había cansado de vivir. Creo que el aburrimiento fue lo que acabó con su vida”. Mitch, a su<br />

vez, anunció en un comunicado difundido por CNN, pocos días después de la muerte: “Era<br />

lo más feliz que había estado en años, con un nuevo amor y una renovada determinación para<br />

superar su adicción a las drogas en sus últimas semanas. Saber que no estaba deprimida, saber<br />

que falleció feliz, nos hace sentir mejor a todos”.<br />

Después de seguirla en vida, lo medios también siguieron expidiéndose a gusto con Winehouse.<br />

Elaboraban teorías y llegaban a conclusiones:<br />

“Una de las soluciones que la cantante creyó encontrar para resolver sus problemas existenciales<br />

fue tomar drogas y consumir alcohol. Su vida adulta giró en torno a la autodestrucción,<br />

y muchos temen ahora que esa tragedia no sólo la haya afectado a ella, sino también a muchos<br />

jóvenes que la adoraban y seguían”, publicó, en su necrológica de la cantante la revista mejicana<br />

Proceso, “Winehouse hizo que el consumo de crack se volviera cool en Inglaterra y que el<br />

alcoholismo fuera una característica atractiva entre las mujeres parranderas. También generó<br />

entusiasmo entre los jóvenes por sus relaciones sentimentales violentas y abusivas. Las peleas<br />

de parejas de famosos en la vía pública pasaron a ser comidilla semanal de los principales tabloides<br />

del país. Muchas adolescentes se sintieron identificadas con ella cuando sus zapatillas<br />

de bailarina quedaron cubiertas con sangre, luego de haberse inyectado heroína entre los<br />

dedos de los pies, como documentaron fotos de agosto de 2007. Lo mismo ocurrió cuando en<br />

2008 fue fotografiada en Londres golpeada y lastimada después de pelear con su esposo, el<br />

productor musical Blake Fielder-Civil”.<br />

La rehabilitación de 2008 duró poco y volvieron las juergas. La familia hizo varios intentos<br />

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o6<br />

fallidos de intervención. A comienzos de 2009, sin embargo, parecía encontrarse mejor, gracias<br />

a varios meses en la isla caribeña de Santa Lucía. Andaba en amores con un estudiante de<br />

teatro Josh Bowman y todo parecía aclararse: “Enamorada de nuevo –aseguró a la prensa– no<br />

necesito drogas”. Se cuenta que a veces tocaba alguna canción en el piano de media cola que<br />

había en la entrada del hotel, o sorprendía a los turistas cantando temas de Back to black en<br />

el karaoke de un bar. Pagó una operación de hernia a un un hombre del lugar que no podía<br />

permitirse los 4000 euros que costaba. El divorcio de Fielder-Civil se produjo pocos meses<br />

después, en agosto.<br />

A pesar de las pruebas en contra, la prensa podía sospechar que Winehouse exacerbara un<br />

poco su personaje. En la edición a propósito de la muerte, la Rolling Stone española, publicó:<br />

“Winehouse, alimentando su personaje”.<br />

Amy llegó con el tiempo justo para su actuación en el festival Rock in Rio 2008, celebrado<br />

en Madrid. Aunque las prisas no impidieron que dedicara tiempo a sus fans más jóvenes. Sus<br />

gorilas trataron de crear un muro infranqueable para llegar hasta ella, hasta para unos niños<br />

que querían pedirle un autógrafo. Pero la vocalista pasó de las medidas protectoras y estuvo<br />

muy atenta con estos pequeños, cuenta un trabajador en este festival que vio tal escena entre<br />

bambalinas. ¿Cuánto hay de verdad y de ficción tras la fachada que se crea alrededor de una<br />

estrella? Difícil saber. Porque no faltan testigos que aseguran que en aquella época lo de salir<br />

tan ida a los escenarios era más por una pose que por un exceso químico”.<br />

Pero la mayoría no pensaba así. Según sus más cercanos, los desórdenes de personalidad existían<br />

más allá de los vicios: “Mucho antes de que Amy fuera una adicta, nadie podía decirle qué<br />

hacer –cuenta el padre en su biografía–, una vez que se hizo adicta, su terquedad sólo empeoró.<br />

Hubo momentos en los que quería estar limpia, pero los momentos en los que no lo quería<br />

eran muchos más”. Mitch también hizo una discriminación entre las adicciones de su hija en<br />

la revista Vanity Fair: “La prensa nunca reconoció que Amy se había desintoxicado durante<br />

casi tres años. Incluso ahora, cuando ha pasado tiempo y se sabe lo que pasó, viene algún periodista<br />

diciendo que era drogadicta. No es verdad”.<br />

Se suele hablar de Winehouse como “alguien de verdad”, y se la ensalza por el rescate de mucha<br />

música de las décadas de 1950, 1960 y 1970. Tuvo gestos, que le agenciaron seguidores<br />

más allá de quienes escuchan solamente pop radial, como compartir escenario con la mítica<br />

banda The Specials, interpretando clásicos como Monkey man y Ghost town. Acercó a sus<br />

fans al soul y el jazz y su figura resultó realmente inspiradora. No siempre se hizo foco en la<br />

vida privada, Winehouse no tenía tanto que ver con otras mujeres revoltosas como Kate Moss<br />

y Britney Spears. Mariana Wichi Salinas, actriz y directora de la performance audiovisual de<br />

Amy (No hay banda), la descubrió después de su muerte: “Sabía que era hermosa, joven, muy<br />

talentosa y que las pocas canciones que había escuchado me gustaban. Que su voz era maravillosa.<br />

Que le creía. (…) Pensé en la decisión de plantarse y usar la voz, y en que por esos lugares<br />

también andaba yo. Descubrí y gasté Frank y Back to black, sus dos discazos, que me llevaron<br />

a días y días de consumir soul, jazz, R&B, y todas las generaciones de grandes cantantes<br />

que la influenciaron. Y me sumergí en su vida personal, sólo un poco. Conocerla, saber todo<br />

“En 10 años más tendré 30, así<br />

que tal vez tendré un bebé. Me veo<br />

establecida, casada y con hijos<br />

pero cuando pienso en una vida de<br />

familia en el futuro, rara vez hay un<br />

hombre involucrado, lo que es un<br />

poco extraño.”


“Mucho antes de que Amy fuera<br />

adicta, nadie podía decirle qué hacer<br />

–dice Mitch–, una vez que se hizo<br />

adicta, su terquedad sólo empeoró”.<br />

Izq. En la fotografía, sus padres<br />

junto a la estatua realizada por<br />

Scott Eaton en Camden.<br />

de ella, no tenía sentido, por lo menos para mí. No quería ni podía elaborar algo documental<br />

sobre Amy, quería indagar en cuestiones que atraviesan el acto creativo y la defensa del quehacer<br />

artístico, de esa necesidad, a veces absurda, de hacer eso que uno no puede dejar de<br />

hacer, y que conlleva también un lado oscuro y denso que hay que aprender a sortear. Pero mi<br />

órbita gravitacional se encontraba en el mundo de las conjeturas. En esa incertidumbre, en<br />

esa zona de ausencias me adentré. Mi voz concreta no iba a estar al frente, otras voces iban a<br />

decir por mí. Llamé a cuatro cantantes, tres de ellas actrices: Mara Ferrari, Maia Orihuela,<br />

Cecilia Czornogas y Alejandra Carballeda. Cuatro voces que admiraba y que eran diferentes<br />

entre sí. Pensé para cada una de ellas una canción de Amy, por intuición, por asociación,<br />

por color, por curiosidad, porque sí. Amy (No hay banda) fue una performance sobre Amy<br />

Winehouse, sobre esas cuatro cantantes que participaron y sobre todas las cantantes. Un pequeño,<br />

honesto y personal homenaje de una fan tardía.”<br />

Había expectativa, por parte de familiares y amigos, respecto de la salida de escena de Blake.<br />

Se especulaba que al haberse sacado de encima el lastre del matrimonio, iba a dejar los vicios,<br />

pero no fue así. En los años que vinieron, fue abucheada por el público varias veces, dejó<br />

shows por la mitad y protagonizó recordados papelones, como el de 2010, cuando cantó su hit<br />

Valerie, junto a Ronson en un estreno de cine, olvidando parte de la letra.<br />

El momento en el que Winehouse tomó la decisión consciente de ser autodestructiva no es<br />

preciso, pero a los veinte, sólo siete años antes de morir por intoxicación con alcohol, sus ideas<br />

sobre la vida eran bastante diferentes: “Me gustaría ser recordada como alguien que no estaba<br />

satisfecha con un solo nivel musical, como alguien que fue una pionera –dijo al diario The<br />

Independent, soñando un futuro muy distinto–. Tengo todo este tiempo para que eso suceda,<br />

eso es lo más emocionante. Tengo años para hacer música. (…) En 10 años más tendré 30, así<br />

que tal vez tendré un bebé. (…) Me veo establecida, casada y con hijos, pero cuando pienso<br />

en una vida de familia en el futuro, rara vez hay un hombre involucrado, lo que es un poco<br />

raro. (…) Creo que sería una buena madre, bueno, eso espero. Espero no ser una madre de<br />

mierda. Cuando tenga hijos quiero tener un montón de ellos, por lo menos cinco. Siempre<br />

voy a trabajar desde casa y tendré un estudio en mi casa. (…) Me imagino que estoy grabando<br />

abajo, en el sótano, y que los niños vayan a buscar a su mamá. Luego van a intentar cantar en<br />

el micrófono y va a ser lindo”.<br />

En marzo de 2011, Winwhouse, que se unió a Tony Bennett en los estudios Abbey Road para<br />

grabar el estándar de jazz de los años 30 Body and soul, para el segundo disco de duetos del<br />

cantante. “Era alguien con extraordinarias aptitudes musicales y una extraña intuición como<br />

vocalista –recordó Bennett–. Era una persona encantadora e inteligente. Cuando grabamos<br />

juntos, su actuación fue extraordinaria, llena de alma (…). Era realmente una gran cantante<br />

de jazz, una verdadera cantante de jazz. (…) Desde Elvis Presley, los Beatles y los Rolling<br />

Stones, ella fue la única cantante capaz de cantar, como yo lo llamo, como debe ser.” También<br />

opinó sobre lo relativo al lado oscuro: “Ella sabía que estaba en peligro, que no iba a vivir. No<br />

se trataba de la drogas, era el alcohol en la recta final”.<br />

La prensa registró la debacle de Winehouse y la ubicó en el panteón de mártires del rock.<br />

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Murió, como Jimi Hendrix, Jim Morrison, Brian Jones y Kurt Cobain, a los 27 años. Los que<br />

trabajaban con ella, la admiraban: “Nunca he visto a ningún otro artista improvisar como si<br />

alguien le estuviera apuñalando el corazón”, dijo Zalon Thompson, corista y amigo cercano.<br />

Cuando cantaba era como si estuviera leyendo su diario. Parece algo muy sencillo, pero de<br />

verdad conseguía conectar. Era una verdad andante”.<br />

Mientras se configuraba una gira europea de doce fechas para la primavera de 2011, Winehouse<br />

ingresó, a pedido de su padre, en la famosa clínica londinense Priory (predilecta de<br />

los famosos locales a la hora de desintoxicarse) para una “evaluación de la rehabilitación”.<br />

Salió de allí días después. Le permitieron completar el resto del tratamiento como paciente<br />

externo para no dejar de lado la gira. Su representante afirmó en un reportaje que Winehouse<br />

estaba “lista para tocar en Europa en verano y deseando mucho hacerlo”. Pero nada que ver:<br />

“Antes de empezar, todo parecía ir a la perfección: tocó en el garito londinense 100 Club, y<br />

aquí también –dijo Charles-Rider, del bar Hawley’s Arms–. Parecía muy motivada. El color<br />

había vuelto a su cara y había ganado un poco de peso: era como si la vieja Amy estuviera de<br />

vuelta”. Sin embargo, el primer concierto de la gira, el 18 de junio en el parque Kalemegdan<br />

de Belgrado, Serbia, fue un desastre. Ante 20 mil personas, borracha, Winehouse se perdía las<br />

entradas de los músicos, olvidaba las letras y dejaba de cantar estrofas enteras, mientras sus<br />

coristas remaban la situación. La gente empezó a silbar, y ella les tiró un zapato. El 21 de junio,<br />

después que un video de su actuación recorriera todo el mundo, su representante anunció<br />

que la cantante “cancelaba todas las actuaciones programadas”, es decir, las once restantes. El<br />

desastre de Belgrado desató una tormenta de críticas de los medios y fue el último concierto<br />

de su carrera.<br />

“Todo el mundo desea hacer lo posible para lograr que se recupere completamente, y tendrá<br />

todo el tiempo necesario para conseguirlo”, repitió hasta el hartazgo su representante. Su<br />

última aparición pública fue tres días antes de su muerte, cuando salió al escenario del Camden<br />

Roundhouse, durante un show de su ahijada artística y compatriota Dionne Bromfield,<br />

mientras esta cantaba Mamma said, de las Shirelles. Estaba sobria pero tensa. Remi contó que<br />

Winehouse debería haber asistido a la boda de su primer mánager, Nick Shymansky, el día<br />

después de su muerte, y que tenía planes para irse de vacaciones a Barbados y festejar ahí su<br />

cumpleaños. Coincidió con Mitch en que había mejorado, a pesar de todo: “Ella estaba mejor<br />

que hace tres años, eso seguro, y en un lugar diferente. Se ha ido, pero lo que ha hecho, perdurará<br />

para siempre”.<br />

El 23 de julio de 2011 su compañía discográfica Universal Republic dijo que todos allí estaban<br />

“profundamente entristecidos por la pérdida repentina de un músico tan talentoso, artista y<br />

performer”. La encontraron muerta en su casa de Camden por un miembro de su equipo de<br />

seguridad. La causa fue establecida como envenenamiento accidental de alcohol. Varios colegas<br />

como George Michael le rindieron homenaje (“era una de las cantautoras más talentosas<br />

de nuestro tiempo”).<br />

La noticia recorrió el mundo. Gustavo Álvarez Núñez, músico, escritor y periodista, se enteró<br />

por televisión, en Europa: “Había muerto Amy Winehouse. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Qué<br />

había pasado? ¡Malditos 27 años que se llevaban la vida de otra estrella de rock! Como dos<br />

horas me quedé hipnotizado en el bar viendo imágenes de shows de Amy. Obviamente, a lo<br />

Crónica TV, el repertorio en que se hacía hincapié era el de sus últimos conciertos donde la<br />

embriaguez le ganaba sin pudor a la artista. Su desmadre, su desaire, era lo que quedaba de<br />

ese cuerpo pequeño y esa voz gigante. Me acordé del último Serge Gainsbourg, que iba a los<br />

estudios de televisión totalmente alcoholizado, y que decía cosas sin sentido a troche y moche.<br />

¿Qué entorno los cobijaba? Esa soledad tan expuesta me trajo a la memoria la frase de Janis<br />

Joplin, otra que integra el club de los 27: ‘En el escenario, le hago el amor a 25 mil personas<br />

diferentes, luego me voy a casa sola’. Porque si bien nos quedarán las canciones de Amy –una<br />

intérprete muy intensa, que arañaba con una rabia muy bella cada una de las palabras que<br />

entonaba–, temo que la imagen que se retomará en el recuerdo sea la del extravío, como si<br />

ese Rehab del que se mofaba sobreviviera impertérrito a la pureza dramática de su voz.”<br />

Su funeral tuvo lugar en Londres, el 26 de julio de 2011


Tema de tapa<br />

dos<br />

36<br />

Lengua emborrachada<br />

de AMOR<br />

Por Silvia Hopenhayn<br />

¿Lo excesivo es necesariamente demasiado?<br />

¿No estará más próximo de lo que no<br />

alcanza, que de lo que rebasa? ¿Cuál es<br />

su medida, el interior o el exterior, el envase<br />

o lo que ingresa? Y cómo se colma,<br />

¿por apetito o insatisfacción?<br />

El exceso parece estar del lado del “más”<br />

y no del “menos”; pero así como no todo<br />

lo que brilla es oro, no es vicio toda demasía,<br />

ni suficiente lo que parece mucho.<br />

En la literatura, el exceso permite vislumbrar<br />

lo que no hay. Es una forma de crear.<br />

El exceso es un plus, lo que se requiere<br />

“de más” para comprender lo que se escapa.<br />

Algo así como el relleno del agujero.<br />

Hay una figura que lo ilustra de manera<br />

clara y bellamente, en la novela de Robert<br />

Musil, El hombre sin atributos.<br />

Cuando Clarisse, el personaje femenino,<br />

se saca el anillo y acompaña el gesto con<br />

la siguiente observación: “Si se pudiera<br />

seccionar toda nuestra vida, dice, tendría<br />

el aspecto de mi anillo –y se lo desliza del<br />

dedo para mostrarlo–, quiero decir que<br />

en el centro no hay nada, está vacío y, sin<br />

embargo, es el centro lo que cuenta”. La<br />

imagen es perfecta: lo que vale del anillo<br />

es el hueco. Ese hueco lo convierte en<br />

lo que es: un anillo. En este sentido, el<br />

exceso es un intento de calzar el dedo al<br />

anillo… la vida al vacío de existir. ¡Y el<br />

lenguaje es fundamentalmente lo que<br />

rellena! Pienso en dos ejemplos distantes<br />

de lengua excesiva en busca del sentido<br />

–incluso a través del non-sens–: Gustave<br />

Flaubert y César Aira.<br />

El primero por ajuste, el segundo por<br />

desenfreno. De doce páginas que escribía,<br />

era habitual que Flaubert rescatase


sólo una. La corrección exhaustiva provenía<br />

de su afán por “la palabra justa”, pero<br />

también del exceso de escritura en busca<br />

del objeto de su trama.<br />

Como si la lengua misma se embriagase<br />

con la tinta que le daba curso.<br />

En ocasiones –cuenta Flaubert en su<br />

correspondencia con Louise Colet–, detenía<br />

su pulido del texto, no ya harto sino<br />

arguyendo: “a veces más vale una buena<br />

verruga que una mala cicatriz”.<br />

En nuestro tiempo y lugar, César Aira<br />

elige seguir adelante, no detenerse, dejar<br />

que el pensamiento encuentre su manera<br />

de escribirse. Casi escribir de más<br />

para llegar a lo acallado, a la abstracción<br />

indiscernible de las cosas. Sin corregir o<br />

apenas.<br />

El “continuo” –su marca literaria registrada–<br />

sería una modalidad del exceso;<br />

si separamos la palabra por su prefijo<br />

(“ex”) podríamos pensar en “lo que deja<br />

de cesar” (ex-ceso), o sea, continúa. César<br />

(sin cesar) Aira corre tras la liebre para<br />

enlazarla con el lenguaje. En su novela La<br />

liebre, publicada en 1991, escribe: “Era<br />

una ocurrencia de las que asoman cien<br />

por día al pensamiento de cualquiera;<br />

sólo había que sostenerla y el continuo<br />

se realizaba… Siempre pasa lo mismo,<br />

dando razón al dicho doméstico ‘todo es<br />

ponerse’”.<br />

En este sentido, el “ponerse” es alimentarse<br />

de lo que aparece. Lo que André<br />

Gide llama, “alimentos terrestres” es<br />

precisamente lo que nos hace sentir vivos,<br />

la lengua como plato principal. En ella,<br />

Gide modula el deseo:<br />

“¡Deseo! te he arrastrado por los caminos,<br />

te he afligido en los campos,<br />

te he saciado en las grandes ciudades,<br />

te he saciado sin apagarte la sed;<br />

te he bañado en las noches llenas de luna,<br />

te he paseado por todas partes,<br />

te he mecido en las olas,<br />

he querido dormirte sobre las aguas…<br />

¡Deseo! ¡Deseo! ¿Qué podría hacerte?<br />

¿Qué quieres? ¿Nunca vas a cansarte?”<br />

La comedia de la sed y la cantina<br />

del exceso<br />

Antes que Gide, y de manera gozosa y<br />

premonitoria, Rimbaud, el poeta “iluminado”,<br />

escribe en 1872 “La comedia de la<br />

sed”. Maravilloso canto al rebasamiento,<br />

el poeta elije la comedia de lo que no al-<br />

canza, de las ganas impetuosas, antes que<br />

el drama de lo insaciable. En una de sus<br />

estrofas, escribe:<br />

“No, ya basta de esas bebidas puras<br />

de esas flores de agua para vasos<br />

Ni leyendas, ni figuras<br />

me quitan la sed.<br />

Coplero, tu ahijada<br />

es mi sed excesiva<br />

Hidra íntima sin fauces<br />

que socava y devasta.<br />

(…) Amigos, ¿qué es la embriaguez?”<br />

Más allá del lenguaje como bebida de<br />

sentido, también la bebida es un tema literario,<br />

siendo el alcohol su principal sustento.<br />

Hay clásicas novelas etílicas, como<br />

La leyenda del santo bebedor, de Joseph<br />

Roth o, más cercana a nosotros, El que<br />

tiene sed, de Abelardo Castillo. Pero en<br />

su poema Rimbaud hace referencia a una<br />

bebida muy particular, que fue prohibida<br />

por sus efectos, portando sin embargo<br />

el nombre de la diosa de la noche (y de<br />

la virginidad): artemisa absinthium. Se<br />

trata de la absenta, derivado del ajenjo<br />

tan presente en nuestra tanguería. En<br />

la mitología griega, Artemisa era hija de<br />

Zeus y Leto, hermana melliza de Apolo.<br />

Diosa salvaje y al mismo tiempo virgen, la<br />

voluptuosidad le venía de adentro.<br />

Durante más de cien años la absenta<br />

–por sus atisbos dionisíacos y alteraciones<br />

psíquicas– fue prohibida en Europa<br />

y en la Argentina de principio del siglo<br />

XX. Desde hace un tiempo recobró su<br />

libertad y furor… y verdor: la llaman “El<br />

hada verde” (diosa que devino hada). Esta<br />

bebida color esmeralda, de efluvios amargos<br />

y excéntricos, aún conserva el tufillo<br />

de “trago maldito”. Quizá porque fue la<br />

ambrosía buscada de bohemios y artistas<br />

en el siglo XIX (también comediantes<br />

de la sed), como Van Gogh, Manet,<br />

Verlaine, Matisse, Toulouse-Lautrec,<br />

Baudelaire o Hemingway. Le decían, de<br />

manera socarrona y altanera, “La reina<br />

de los bulevares”. La absentia fue creada<br />

por un médico llamado Pierre Ordinaire<br />

a fines del siglo XVIII. Vaya invento<br />

que redime al nombre de su creador: su<br />

poción virtuosa se convirtió en la bebida<br />

extraordinaria del siglo siguiente. Se trata<br />

de un licor elaborado en base al ajenjo,<br />

hierba amarga con gran poder antiséptico,<br />

que se utilizaba como conservante. Se<br />

la solía mezclar con angélica, coriandro,<br />

anís y azúcar, para moderar su amargura.<br />

Lo que animaba a Rimbaud, más que su<br />

sabor, era su efecto, propio de la “tujona”,<br />

un aceite esencial del ajenjo con alto poder<br />

excitante (y convulsionante), según la<br />

graduación alcohólica que podía oscilar<br />

entre los 55 y 90 grados.<br />

Otra bebida “caída de los cielos” es el<br />

mezcal. Esta no proviene del panteón<br />

de los dioses, sino de un mítico rayo que<br />

fulminó la planta exhibiendo sus propiedades.<br />

En la tremenda y genial novela<br />

de Malcolm Lowry, Bajo el volcán, el<br />

cielo alterna con las llamas del infierno.<br />

El protagonista –y álter ego de Lowry–,<br />

el cónsul Geoffrey Firmin se aferra al<br />

mezcal como si fuera el tallo líquido de<br />

su vida. No puede lidiar con el intervalo<br />

entre un trago y el siguiente –excederse<br />

podría ser simplemente eso, pasarse, no<br />

poder esperar–. Firmin permanece en<br />

la cantina, “Palacio del exceso”, libando<br />

ardiente mezcal hasta la madrugada. Así<br />

describe su entrega (o perdición): “Qué<br />

belleza puede compararse con la de una<br />

cantina en las primeras horas de la mañana…<br />

porque ni las mismas puertas del<br />

cielo que se abrieran de par en par para<br />

recibirme podrían llenarme de un gozo<br />

celestial tan complejo y desesperanzado<br />

como el que me produce la persiana<br />

de hierro que se enrolla con estruendo,<br />

como el que me dan las puertas sin candado<br />

que giran en sus goznes para admitir<br />

a aquellos cuyas almas se estremecen con<br />

las bebidas que llevan con mano trémula<br />

hasta sus labios. Todos los misterios, todas<br />

las esperanzas, todos los desengaños, sí,<br />

todos los desastres existen aquí detrás de<br />

estas puertas que se mecen”. Lowry narra<br />

un descenso a los infiernos el Día de<br />

todos los muertos de 1938, en tiempos en<br />

que Cárdenas nacionalizó el petróleo. El<br />

oro negro es el líquido de fondo…<br />

Pero en el fondo –del vaso, del ánimo, del<br />

tiempo– yace un amor perdido o a punto<br />

de estarlo. Marguerite Yourcenar, en su<br />

precioso e intenso libro Fuegos de 1967,<br />

aclara el efecto del alcohol –atenuante de<br />

la verdadera embriaguez–: el amor.<br />

Escribe Yourcenar en las primeras páginas:<br />

“El alcohol desembriaga. Después de beber<br />

unos sorbitos de coñac, ya no pienso<br />

en ti”.<br />

Un vuelta al lenguaje: la ebriedad mayor<br />

es la del sentido, la lengua emborrachada<br />

de amor<br />

37


Entrevista<br />

cuatro<br />

Félix Bruzzone<br />

Con los pies en la TIERRA<br />

y la cabeza en MARTE<br />

Acaba de publicarse Las chanchas<br />

(Literatura Random House) donde<br />

cuenta la historia delirante de<br />

dos adolescentes<br />

Por Melina Dorfman<br />

39<br />

Félix Bruzzone es uno de los referentes más originales de<br />

la literatura argentina actual. Nació en 1976. Es hijo de desaparecidos<br />

y esa condición atraviesa todas sus obras, aunque<br />

no de manera explícita. Su particular visión de los setenta –su<br />

forma de volver al pasado desde un lugar distinto– es la gran<br />

marca de su estilo. Publicó los libros 76, Los topos y Barrefondo,<br />

de claro registro autobiográfico. Ahora se luce con Las<br />

chanchas, una novela coral con tintes enigmáticos, donde no<br />

todo se cuenta y lo que se relata a veces parece verosímil y<br />

otras delirante. La historia trata de dos adolescentes (Lara y<br />

Mara) que intentan escapar de unos hombres que supuestamente<br />

las siguen y terminan secuestradas por un vecino que<br />

las quiere proteger (Andy), en complicidad con su tío (Gordini)<br />

y ante la vista gorda de su mujer (Romina). A medida que<br />

la trama avanza, las figuras de víctima y victimario parecen no<br />

poder delimitarse fácilmente. ¿Hasta dónde pueden llegar los<br />

personajes, cuando están, cada uno por diferentes motivos, tan<br />

enceguecidos? De esto y mucho más nos habla el autor en la<br />

entrevista.<br />

–La novela arranca con “Es una tarde cualquiera en el<br />

Planeta Marte”. Sin embargo, la descripción del lugar<br />

donde se desarrolla la historia remite más a un pueblo<br />

como cualquier otro, no necesariamente de tierra roja.<br />

Insertar un hecho policial corriente en el espacio exterior<br />

pareciera ser un homenaje a la literatura de ciencia<br />

ficción y no una creencia firme de que los extraterrestres<br />

existen. ¿Qué opina al respecto? A esta altura, me da<br />

la sensación de que el escenario marciano se comió un poco a<br />

la novela. Es cierto que Andy dice que está en Marte y que ve<br />

marcianos y demás. Pero es el único que lo hace. Marte es un<br />

escenario más mental que real. Andy se piensa en Marte. Cree<br />

que los extraterrestres existen, o se convence de eso, o le gusta<br />

jugar con eso. Le podría pasar a cualquiera. A mucha gente<br />

le pasa. A Fabio Zerpa le pasa. “Fabio Zerpa tiene razón, hay


4o<br />

marcianos entre la gente”, dice la canción de Calamaro. Por<br />

un lado, Marte me servía para afianzar el pacto de lectura: “acá<br />

puede pasar cualquier cosa”. Y por otro, me servía para contar<br />

a los personajes como extraños, como en otro planeta, y contar<br />

a los otros de los personajes como eso mismo, un otro radical.<br />

Y además es un homenaje a Bradbury, que llevaba la Tierra<br />

y todos sus problemas –incluida la literatura, como pasa en el<br />

cuento “Usher II”, por ejemplo– a Marte. En el caso de Las<br />

chanchas es al revés: Marte viene a la Tierra, a un lugar del conurbano<br />

bonaerense, a la cabeza de Andy.<br />

–En una parte, ese personaje dice “Me gustaría ser<br />

marciano y vivir en árboles o en los pozos; que la gente<br />

me dé bolsas de arroz y polenta, un colchón, una colcha.<br />

Si estás a la intemperie, sucio y hediondo, a nadie<br />

le importa si tu piel es verde”. ¿Es posible una lectura<br />

alegórica de estos seres? ¿Representan algún sector<br />

segregado de nuestra sociedad? Para Andy sí es posible<br />

una lectura alegórica. Él ve a los marcianos como vulnerables,<br />

dóciles, amenazantes. Todos atributos que suelen darse a las<br />

clases olvidadas.<br />

–Es interesante como Las chanchas retrata la psicosis<br />

colectiva: un grupo de personas cree que está sufriendo<br />

lo mismo que las demás. En este caso, se solidariza con<br />

las familias de Lara y Mara, cuando ni siquiera las conocen.<br />

¿En algún momento se planteó realizar una crítica<br />

social? No, escribí una novela de las mías. No hay una toma<br />

de partido. Aunque sí hay un intento de ver cómo actuarían<br />

los personajes ante una situación dada. Lo que ocurre afuera<br />

de ellos, afuera de la casa –en las marchas, por ejemplo– incorpora<br />

a más gente, esos vecinos que se solidarizan. Pero hay<br />

una especie de automatismo en todo ese afuera. Ni siquiera<br />

las propias familias de las secuestradas parecen del todo convencidas<br />

de que el camino de las marchas sea el más adecuado.<br />

De hecho no lo es. La que encabeza las marchas es Romina,<br />

y esto, quizá, sea lo que impide que pueda darse cuenta de<br />

que las chicas por las que reclama están en su propia casa. De<br />

algún modo todos se dejan ganar por una forma de reclamo<br />

que termina trayendo más problemas que soluciones. En ese<br />

sentido, sí habría una serie de preguntas por las formas en las<br />

que se pide justicia. ¿Qué justicia devuelven estas formas?<br />

¿Sirven? ¿A quién le sirven? A la comunidad le sirven. Piensan<br />

que están haciendo las cosas bien y eso simbólicamente<br />

parece ser muy valioso y nos deja a todos tranquilos. Pero a los<br />

afectados y a los involucrados, ¿es lo que más les sirve?<br />

–¿A qué se debe que la familia como institución se vea<br />

permanentemente cuestionada? Andy es claro en relación<br />

a esto: “Cuando logro soltarme, le pido a Gordini<br />

que tomemos algunas precauciones, no sea que alguna<br />

de las chicas sea víctima de una esperable compulsión<br />

por la vida en familia y decida volver a su casa”. Lo extraño<br />

es que los personajes terminan formando aquello<br />

que critican: una nueva familia. De nuevo Andy: “Lo<br />

más probable es que haya que pensar que son hermanas.<br />

Y Gordini, quizá, el padre, como dijo Mara, y yo,<br />

seguramente, un tío bueno”. Es un tema y un problema<br />

recurrente de nuestra generación, el de las familias raras. Se<br />

puede ver hasta el hartazgo en todo tipo de obras. En la mía,<br />

y en particular en Las chanchas, creo que tienden a aparecen<br />

muchos más desdoblamientos. Y también hay un juego con<br />

eso, un vaivén. Lo que Andy critica –no sin cinismo– es la idea<br />

de familia nuclear. Piensa en familias más laxas, quizá. Pero no<br />

es el único momento en el que afloran estas ideas. En un momento<br />

Romina, parece vislumbrar una historia familiar junto<br />

al chico que la rescata del ataque que recibe de un perro, y del<br />

cual ella se siente en cierta forma cautiva. Se piensa primero<br />

como la madre que el chico no tiene y después como la pareja<br />

que el chico va a tener. Dos roles sucesivos para una misma<br />

persona. Sólo es cuestión de tiempo. Por otro lado, siempre la<br />

idea de formar una familia, sea cual fuera, aparece como solución.<br />

En Las chanchas no sé si hay tanto una idea de familia<br />

como una idea de tribu, en realidad.<br />

–Andy está mucho en casa, cuida a su hijo, piensa que si<br />

declara haber ayudado a las adolescentes a escapar de<br />

un supuesto secuestro va a ser acusado por su mujer de<br />

infiel y por ende termina encerrándolas. Así comienza<br />

una construcción deliberada de la mentira. Informa:<br />

“No hay novedades importantes. Sí allanamientos en algunos<br />

lugares denunciados, y lo que todos sospechan es,<br />

en efecto, que las chicas están trabajando para alguna<br />

red clandestina”. O más adelante: “Muchas veces Gordini<br />

las presentaba como Mara y Lara, las chicas secuestradas.<br />

El morbo siempre puede más que la bondad, y<br />

que la compasión y que el espanto, y suelen escucharse<br />

aplausos y risotadas”. Pareciera ser que la negación es<br />

el tema que sobrevuela toda la novela. ¿Cree que es<br />

una constante en su obra? Absolutamente. La negación<br />

parece ser esencial en todos los vínculos entre mis personajes.<br />

Esto además tematiza una idea de literatura. Se puede escribir<br />

porque hay zonas silenciadas. Y la escritura intenta entrar ahí<br />

pero fracasa. Hablar también es siempre una especie de fracaso.<br />

En el caso de Las chanchas, la mentira deliberada es un aspecto<br />

de esa imposibilidad de decir. Es el aspecto actuado. Es<br />

la materialización de esos ocultamientos irremediables. Pero a<br />

la vez siempre es una actuación. Un “como si”. Muchas cosas<br />

de esta novela son un “como si”. La misma militancia de Romina,<br />

si alguien la viera desde afuera, con el diario del lunes y<br />

sabiendo de qué se trataba todo, podría ser vista como otro de<br />

esos “como si”. En este sentido podría leerse una crítica sobre<br />

cierto tipo de militancia. Por otro lado, en esto de los “como<br />

si”, no es casual que Andy se gane la vida haciendo Karaoke.<br />

–¿Es la parodia una buena forma de encarar temas difíciles?<br />

Nunca lo pensé así. Para mí hay elementos que intento<br />

estirar y acomodar. Hay deformaciones. La parodia me suena<br />

a algo más directo y calculado. No busco eso. Sí busco deformar<br />

cosas que todos conocemos, pero no tanto para reírme<br />

sino para ver en qué se convierten. Esas deformaciones pue-


den causar gracia. Pero no sólo eso...<br />

–Al momento de decidir escribir una novela coral, ¿por<br />

qué se centró sólo en las voces de Andy, Mara y Romina?<br />

¿Por qué no hablan Gordini, Lara o Roberto (el<br />

conejo que siempre los acompaña)? Estaría muy bueno<br />

que Roberto hablara. No se me había ocurrido. Quizá para la<br />

próxima. Me centré en esas tres voces porque ya con eso resolvía<br />

el argumento. Andy y Gordini van juntos, y habla Andy.<br />

Mara y Lara van juntas, y habla Mara. Romina va sola, y habla.<br />

Es una cuestión económica. Otra novela posible, el lado B<br />

de Las chanchas, contendría las tres partes en las que hablan<br />

Gordini, Lara y Roberto.<br />

–El personaje de Romina es una continuidad de Los<br />

topos. ¿Por qué decidió incluirla en Las chanchas? Porque<br />

en un momento, mientras escribía, me di cuenta de que<br />

la mujer de Andy era Romina. Y como mi impulso es estirar...<br />

Romina había quedado tirada en Los topos. No se sabía qué<br />

había pasado con ella, con su embarazo. Bueno, ¡ahora ya<br />

saben! Su militancia en HIJOS se convierte en la nueva militancia<br />

que encaran las víctimas de delitos comunes. En los dos<br />

casos, como se ve, una militancia que la ciega. En Los topos<br />

no le permitía ver que su novio estaba en otra cosa, otra búsqueda.<br />

Acá, le impide ver que las chicas por las que pide están<br />

en su propia casa. La forma de resolver su ceguera es una<br />

negación mayor. Estas cosas pasan. A Romina le pasan. Es un<br />

personaje muy fuerte pero muy inestable. Hay que ver cómo<br />

sigue su vida. Prometo nuevas entregas.<br />

–Andy asegura: “Viviendo así parecemos animales, y<br />

somos felices”. Mara se enamora dos veces de conejos<br />

y los llama por los nombres de personas interesadas en<br />

ella: Mauro, un niño con el que pasó unas vacaciones en<br />

su infancia; y Gordini, su secuestrador. ¿Podría hablar<br />

de la presencia de animales en su escritura? Hay muchos<br />

animalitos, es cierto. Los conejos, además, atraviesan todo y<br />

se relacionan con todos en diferentes momentos de sus vidas<br />

y en diferentes roles. Se crían para comer y se comen, se venden<br />

a magos y se usan para shows de magia. Son sustituciones<br />

afectivas. Los perros, en cambio, vienen a marcar puntos de<br />

giro con sus ataques. Y hay otros, como el chancho o los peces,<br />

que sólo se comen. También hay unos monos que arrojan su<br />

mierda desde los árboles, y las cotorras que en la escena inicial<br />

son devoradas por los marcianos. Después está el título, que<br />

habla de chanchas, ¿no? Un poco lo que pasaba en Los topos.<br />

Creo que los personajes se estiran hasta su condición de animales.<br />

Sea por las cosas que hacen, sea por la forma en que<br />

pueden ser nombrados a través de esas jergas delictivas de las<br />

tramas en las que se ven envueltos. No tengo muchas explicaciones<br />

al respecto. A mí, por ejemplo, me inquieta un poco esa<br />

escena en la que Romina atraviesa en la noche un claro en el<br />

monte y encuentra vacas durmiendo, alumbradas por la luna<br />

y el cielo estrellado. Ese claro lleno de vacas que duermen<br />

queda ahí, como palpitando. ¿Qué hacen ahí? ¿Quiénes son?<br />

Quizá mi próxima novela se llame Las vacas


Entrevista<br />

cinco<br />

42<br />

Gioconda Belli<br />

La tentación de<br />

la liberación<br />

La poeta y narradora nicaragüense estuvo en Buenos Aires para presentar su novela El intenso calor de la<br />

luna. En diálogo con Quid, explicó el carácter hedonista de su enfoque sobre la sensualidad, que diferencia<br />

a su obra de los textos que asocian al sexo con el sometimiento<br />

Por Sergio Varela<br />

Tiene una vida que parece inspirada en un folletín romántico:<br />

es una extraordinaria poeta (fue Premio Casa de las Américas<br />

de Poesía, algo así como el Pullitzer latinoamericano) y participó<br />

activamente de la Revolución Sandinista, triunfante en<br />

1979. La escritora nicaragüense Gioconda Belli habló de su<br />

obra, y del placer y la plenitud de vivir esa etapa en que “se<br />

han leído suficientes diarios del lunes”.<br />

–Ha comentado, sobre su novela, que a través de ella


quiere “negar la muerte”. ¿Qué hay en el libro que le<br />

ayude –y nos ayude a los lectores– a hacerlo? En realidad,<br />

quise decir que sabemos que existe la muerte, pero que<br />

es deseable vivir como si no existiera. Esa es una manera más<br />

sana de vivir. Porque yo pienso que esta novela no tiene nada<br />

que ver con la muerte, este relato es una afirmación de la<br />

vida. Lo que quise transmitir al escribir esta novela fue continuar<br />

con lo hecho a través de toda mi obra: una crónica de<br />

la existencia femenina. En sus diferentes formas. No ha sido<br />

algo que me haya propuesto hacer al principio, pero ha ido<br />

saliendo así. Al verlo desde esta mirada más adulta, me doy<br />

cuenta de que mis novelas son un recorrido por las diferentes<br />

edades de la mujer. Entonces, al llegar a esta etapa de la madurez,<br />

cuando me propuse reconocer los cambios que vienen<br />

con esa circunstancia, me encontré con que tenía una resistencia<br />

a plasmarlos por escrito. Porque cuesta aceptarlos, ya<br />

que la valoración de la mujer tiene que ver con la belleza y la<br />

juventud. La idea que tenemos, no es algo real pero está muy<br />

difundido culturalmente, es que después de los 40 te vas a<br />

volver invisible y vas a tener que tejer escarpines e ir a la iglesia.<br />

Así que me dije que tenía que enfrentar ese miedo y ver<br />

por qué lo padecía. Tengo un poema que dice que para las<br />

mujeres las arrugas son como si nos hubiéramos sacado una<br />

mala nota en un examen, y tenemos que andar con esos aplazos<br />

en la cara enseñándoselos a todos. Nos sentimos culpables<br />

por envejecer, porque haya pasado el tiempo. Todo eso forma<br />

parte del reto que me puse al escribir esta novela. Porque la<br />

experiencia real ha sido muy diferente. Más bien he llegado a<br />

un momento de mi vida en que cosecho de todo lo que sembré,<br />

las angustias y las inseguridades vividas van pasando, y lo<br />

que queda es una sensación de plenitud, un gran disfrute y<br />

una enorme libertad.<br />

–El texto tiene una fuerte impronta erótica, y ha comentado<br />

que “los hombres hicieron su vida muy feliz”.<br />

¿Cómo hace para reivindicar la sensualidad en la madurez<br />

de la edad y en una época tan deserotizada como<br />

esta? Bueno, porque yo creo que eso es algo que nosotros,<br />

los que ya hemos vivido un poquito más, le podemos dar a<br />

los jóvenes. Un legado, un regalo. Porque es un erotismo<br />

diferente, más hedonista, que no tiene que ver con la proeza.<br />

No son los juegos olímpicos, sino el erotismo del disfrute y el<br />

aceptarse. Y apreciar esa capacidad de vivirlo como quien está<br />

leyendo y releyendo un libro bueno.<br />

–Hay en el libro escenas muy intensas de situaciones de<br />

sexo muy bien transmitidas, no sólo en la descripción,<br />

sino en la muy precisa y rigurosa interpretación de sensaciones<br />

y pensamientos de su personaje protagónico.<br />

Cuando escribe ese tipo de textos, ¿se emociona con su<br />

propia obra? ¿Le provoca alguna excitación? ¿En qué<br />

se inspira para plasmarlos tan bien? Me inspiro en…<br />

recuerdos (se ríe con una carcajada diáfana). En parte me inspiro<br />

en eso, y me encanta celebrar la belleza de la sexualidad<br />

y del amor. Me parece, además, que tengo una voz diferente.<br />

Porque incorporo la poesía, que<br />

ha sido parte de mi vida. Siempre<br />

he pensado que la vulgaridad<br />

no tiene nada que ver con la<br />

sensualidad. Para mí es todo lo<br />

contrario, es la sublimación del<br />

placer y la belleza. Creo que esa<br />

forma de escribirlo llega como<br />

una transmisión no sólo del<br />

disfrute, sino de pensar el sexo<br />

de otra manera. Quería marcar<br />

un contraste con la forma como<br />

se ha estado escribiendo del<br />

erotismo últimamente, en libros<br />

muy exitosos. Que es a través de<br />

una sensualidad perversa, que tiene que ver con el poder y la<br />

tentación del sometimiento. En mi novela está en cambio la<br />

tentación de la liberación.<br />

–Su vida es casi una novela, y de las buenas y difíciles<br />

de dejar de leer. ¿A qué se debe su miedo al envejecimiento,<br />

que ha planteado en su nuevo libro a través del<br />

personaje protagónico, y en múltiples declaraciones?<br />

A lo que le tengo miedo es a la decrepitud, que es algo a lo<br />

que todos le tememos. Y claro, lo que rechazo y me cuesta<br />

aceptar es la idea de la muerte. Yo quiero vivir como si la<br />

muerte no existiera. Mi suegro vivió así, y para mí es un modelo<br />

de cómo no pensar en eso. Y él vivió feliz hasta los 92 años.<br />

–Usted suele hacer apología del helado, reivindicar<br />

sus caderas anchas, y proponer un arquetipo de mujer<br />

mucho más relajado que el que imponen los medios de<br />

la época. ¿Cuál es el secreto para atravesar tiempos de<br />

extendida impostura con esa actitud tan natural? Ay, no<br />

sé. No creas que a veces no soy víctima de la inseguridad (risas).<br />

Creo que pasa por tener otra idea de la belleza. Para mí,<br />

el atractivo más importante viene de adentro, me siento más<br />

bella cuando estoy alegre, por ejemplo. Cuando estoy de mal<br />

humor, sé que no estoy transmitiendo nada agradable. Pero<br />

no sé, quizás como soy tropical, las caderas anchas nunca me<br />

han caído mal.<br />

–En la novela se percibe un ritmo vertiginoso de narración,<br />

muy cinematográfico y despojado, como si la<br />

historia fuera contrarreloj. ¿Qué la impulsó a elegir ese<br />

tratamiento? ¿Transmitir cierta voracidad por disfrutar<br />

la vida? Sí. Y crear mucha anticipación. Traté de generar<br />

suspenso en una historia que de alguna manera es predecible.<br />

Ya me ha pasado en varias novelas. Como por ejemplo en<br />

El mundo en la palma de la mano, que es sobre Adán y Eva,<br />

donde vos sabés lo que va a pasar, obviamente. Es un reto narrativo<br />

que a mí me gusta.<br />

–Como la extraordinaria poeta que es, ¿en qué aspectos<br />

de la vida cotidiana de estos tiempos piensa que<br />

podemos encontrar poesía? Creo que la poesía se puede<br />

encontrar en la misma desesperación<br />

43


Entrevista<br />

seis<br />

“El<br />

fútbol es<br />

Hollywood”<br />

El sociólogo Pablo Alabarces acaba de publicar<br />

Héroes, Machos y Patriotas. El fútbol entre la<br />

violencia y los medios (Aguilar).<br />

En esta charla cuenta los pormenores de la mayor<br />

pasión argentina<br />

Por Christian Kupchik<br />

44<br />

Desde hace años, Pablo Alabarces, licenciado en Letras y<br />

doctor en Sociología por la Universidad de Brighton, viene<br />

trabajando sobre temáticas ligadas a la Cultura Popular y a la<br />

Cultura Masiva (dicta un seminario sobre este campo en la carrera<br />

de Comunicación de la UBA), muy particularmente sobre<br />

el fútbol. La aparición de su último libro, Héroes, Machos<br />

y Patriotas. El fútbol entre la violencia y los medios (Aguilar),<br />

vuelve a poner su aguda y controversial mirada sobre ciertos<br />

aspectos que muchos prefieren callar. De escritura fluida,<br />

abundante documentación y ejemplos que abrevan tanto de lo<br />

académico como de la práctica popular, Alabarces ofrece una<br />

versión audaz y necesaria sobre el más popular de los deportes.<br />

–No debió de ser sencillo superar tanto el discurso intelectual<br />

como la apreciación subjetiva en el momento<br />

de encontrar un tono para este libro… En primer lugar,<br />

había una exigencia editorial: tenía que ser un libro de divulgación,<br />

no académico. Con todo el respeto que me merece el<br />

lenguaje, y asumiendo el mayor de los cuidados en su contenido,<br />

lo que expreso debe ser comprendido, por ejemplo, por<br />

mi mamá. Y pasó la prueba. Mi vieja me dijo: “Vos sabés que a<br />

mí el fútbol no me gusta, pero tu libro me gustó muchísimo”.<br />

El libro aspira llegar tanto al tipo entrenado en esa cultura<br />

como aquel que toma distancia de la misma.<br />

–¿Pero no representa un riesgo arrojar un juicio crítico<br />

en este país, donde impera un tópico que indica que<br />

“cualquiera puede hablar de fútbol”? Evidentemente.<br />

Pero por fortuna existe gente, como el periodista Walter Vargas,<br />

que habla de fútbol, no de subjetividades, alguien que ve,<br />

en el sentido analítico y fuerte de la palabra. Aunque hay que<br />

admitir que eso es raro, muy raro de encontrar. Me atrevería<br />

a decir, en contra de esa opinión universal de una cultura tan<br />

futbolera como lo es la masculina argentina, que en este país<br />

muy poca gente sabe realmente de fútbol. Al menos en lo que<br />

tiene que ver en términos estrictos del juego, la táctica, técnicas<br />

de entrenamientos, etc. Abundan pruebas de esto, desde<br />

lo mal que se narra televisivamente hasta la mediocridad<br />

general de la crónica deportiva en su expresión gráfica. Por lo<br />

general se parte de la idea equivocada de que todo hombre<br />

nacido en este suelo sabe de fútbol por definición, ontológicamente,<br />

y quien disiente en algo con este sujeto no sabe: se lo<br />

descalifica diciendo que se dedique a mirar Utilísima.<br />

–Acercar este tipo de saber, o bien, abrir el juego a un


saber que vaya más allá de lo subjetivo, debe acarrear<br />

la condena de toda la corporación periodística deportiva.<br />

Por supuesto, hay un prejuicio tremendo. Comencemos<br />

por aclarar algo: yo sé poco de fútbol, en el sentido del saber<br />

técnico que hablábamos hace un momento. Me gustaría saber<br />

mucho más para hacer una mejor sociología. Me pasa lo<br />

mismo con la música. Me encanta el fútbol del Loco Bielsa,<br />

pero me gustaría darle más entidad teórica a ese fundamento.<br />

Aclarado esto, debo decir que no obstante sé de muchas otras<br />

cosas: tengo una muy buena teoría cultural y social de la sociedad,<br />

creo manejar bien las sutilezas del lenguaje, y creo que<br />

todo eso me hace comprender mejor el hecho deportivo. Esto<br />

me permite formular una buena sociología, una buena antropología<br />

y hasta una buena historia y cultura del fútbol. Y en<br />

este terreno creo saber mucho más que los periodistas deportivos,<br />

que en este plano –y salvo muy honrosas excepciones,<br />

como el mencionado Vargas o Ezequiel Fernández Moore–,<br />

no saben absolutamente nada. No tienen estos saberes ni les<br />

interesa tenerlos porque siguen aferrados al mito de “los intelectuales<br />

no saben nada de fútbol”, lo cual a estas alturas ya ni<br />

siquiera es un mito, sino la regla de un solo caso: Sebrelli. O,<br />

si se quiere, Borges (aunque muchos de ellos tampoco sepan<br />

quiénes son Sebrelli o Borges). Pero hoy los intelectuales saben<br />

mucho más de fútbol o participan del juego amoroso del<br />

mismo de un modo que los periodistas deportivos no están<br />

dispuestos a tolerar. ¿Por qué? Porque eso implicaría quitarles<br />

el monopolio del lenguaje y avanzan sobre territorios (lo<br />

social, lo antropológico) sobre el cual lo desconocen todo. En<br />

esa disputa en términos epistemológicos ganamos nosotros y<br />

en términos de poder ganan ellos, porque aplican la exclusión.<br />

Hay lugares donde no se puede penetrar. TyC Sports. Es un<br />

mundo vedado, absolutamente impenetrable.<br />

–En el libro también se ocupa de la cultura del “aguante”,<br />

el “hinchismo” por la hinchada. ¿Siente que eso es<br />

algo generalizado en la sociedad futbolera? Sí, claro, lo<br />

único que molesta es que de vez en cuando te tiran un muerto<br />

en la alfombra. Incluso “fajar a los otros” no está del todo mal<br />

visto por las buenas conciencias de la platea. Es un motivo<br />

de orgullo que el otro sienta “el aguante”, lo que es tener<br />

una hinchada fuerte. El hincha, sobre todo a partir de los 90,<br />

adquiere legitimidad per se: hace un culto a sí mismo. “El hincha<br />

es lo más puro que tiene el fútbol”. Y a partir de allí hay<br />

una serie de complicidades que son difíciles de digerir.<br />

–También es notable cómo el hincha, en nombre de<br />

cierto exitismo, puede llegar a aceptar e incluso apoyar<br />

personas o ideas que sus principios rechazan. Moyano es<br />

el mejor ejemplo. Amigos íntimos, absolutamente insospechados<br />

de ser proclives a la burocracia sindical o la corrupción,<br />

votaron a Moyano para que Independiente nunca más se vaya<br />

al descenso. No hay distancia irónica ni sentido crítico en el<br />

hincha caracterizado.<br />

–Todo el mundo sabe que “los barras” actúan con el<br />

consentimiento de los directivos y forman la fuerza de<br />

choque de sectores políticos de todas las tendencias. Y<br />

los medios, aun aquellos que supuestamente los denuncian,<br />

¿no son también cómplices? Desde ya y todo el tiempo.<br />

No hay dudas de que la violencia se explica por la lógica<br />

del “aguante”, como tampoco hay dudas con respecto a que el<br />

temor a los barras se explica por la circulación de efectivo de<br />

la llamada “caja”. Sin embargo, la respuesta del periodismo es<br />

decir que las barras “sacan dinero del fútbol”, pero se cuidan<br />

muy bien de decir de dónde sale ese dinero. Por otra parte<br />

está la cuestión del lenguaje. En el mayor periódico deportivo<br />

del país se condena la práctica pero no el lenguaje que organiza<br />

esa práctica. Jamás el periodismo deportivo hizo ningún<br />

tipo de reflexión sobre sí mismo, salvo casos aislados y muy<br />

lúcidos como los ya citados, que por supuesto no son voces<br />

hegemónicas. El periodismo deportivo no puede producir la<br />

autoexclusión sobre su práctica y en consecuencia coexiste y<br />

usufructúa la violencia. La manera en la que el periodismo<br />

trabajó la violencia sólo habla de su complicidad.<br />

–¿Le ve alguna salida al fútbol en la era posterior a<br />

Grondona? No, lo veo cada vez peor. Para empezar se eligió<br />

como presidente de la AFA a: 1) un tipo que fue cómplice de<br />

Suárez Mason en las mejores épocas de Argentinos Juniors; 2)<br />

un tipo al que los propios hinchas lo acusan de haber vendido<br />

el descenso; 3) un tipo que está complicado con la reventa<br />

de entradas en el último Mundial. Haber elegido a ese señor<br />

presidente de la AFA por setenta votos a cero no permite albergar<br />

demasiadas esperanzas de cambios.<br />

–Por otra parte, comunicadores varios aparecen entusiasmados<br />

con la llegada al poder de Tinelli, por<br />

entender que en sus manos el fútbol se convertiría en<br />

Hollywood. ¿Qué opinión le merece esta hipótesis? En<br />

realidad el fútbol es Hollywood. El fútbol es la mayor mercancía<br />

que circula en el mundo del espectáculo global. ¿Cómo se<br />

administra, se construye y se logra un buen show?, es digno de<br />

Hollywood. Se hace con buenos criterios estéticos, con unos<br />

cuantos juicios éticos, con algunos valores democráticos bien<br />

aprendidos, con mucho respeto por los que están adentro,<br />

los que están afuera y los que quieren entrar. Nada de eso es<br />

Tinelli: sólo crea la ilusión de que lo es. Tinelli es como el<br />

mundo del fútbol: homofóbico, despótico, antidemocrático. Y<br />

eso se expresa, por ejemplo, en cómo se reparte el dinero del<br />

fútbol. Mientras en Inglaterra<br />

es casi igualitario, donde el<br />

Manchester y el Arsenal ganan<br />

casi lo mismo que el Luton y<br />

el Sheffield, eso en Argentina<br />

no será posible ni con la actual<br />

dirigencia ni con Tinelli. Lo<br />

cual no indica que el fútbol<br />

sea justamente un espectáculo<br />

de masas y genuinamente<br />

popular, y por ello mismo merece<br />

ser tratado con el debido<br />

respeto. Esa es la petición final<br />

del libro<br />

45


Entrevista<br />

siete<br />

46<br />

La<br />

epidemia silenciosa<br />

Graciela Chiale y Gloria Husmann escribieron La conspiración de los maltratadores.<br />

Una denuncia que intenta desnaturalizar un comportamiento que está instalado en la sociedad toda<br />

y tiende a ser tomado como algo normal<br />

Por Florencia Álvarez<br />

–¿Por qué nos maltratamos a nosotros mismos, a los demás<br />

y al planeta? GH: Estamos inmersos en un círculo nocivo<br />

que se retroalimenta. El maltrato a nosotros, a los otros y al planeta<br />

está interrelacionado en un complejo entretejido sociocultural<br />

que lo determina. Es muy difícil alcanzar la salud integral<br />

si estamos sometidos a destrato y maltrato social que afectan<br />

nuestro cuerpo y nuestra salud emocional y psíquica. En la sociedad<br />

en la que vivimos, factores como la angustia, la desidia,<br />

la imprevisibilidad, la distracción y el miedo generan malestar, y<br />

como es lógico imaginar, consecuencias en la salud.<br />

La necesidad de sostener un ritmo de vida vertiginoso impide<br />

que prestemos atención a los reclamos que nuestro organismo<br />

expresa. En un intento por complacer las supuestas exigencias<br />

que impone la sociedad actual, se tapan los sufrimientos físicos<br />

y psíquicos que derivan en abuso de medicamentos, de comida,<br />

de drogas, etc. Es preciso detener la loca carrera emprendida<br />

y recuperar el discernimiento y la reflexión que nos permita<br />

romper una creencia falsa. Si cada día dedicamos unos minutos<br />

para conectarnos con nuestros propios deseos y necesidades,<br />

veremos que nuestra salud mejora.<br />

–¿Cómo surgió el proyecto de escribir sobre el tema?<br />

GH: Cuando lo que observamos se refiere a algún tipo de maltrato,<br />

la necesidad de denuncia se nos impone. Quizás eso sea<br />

lo único que podamos hacer, pero es un buen punto de partida.<br />

En este caso el tema se nos impuso a partir de un interrogante.<br />

¿Por qué si el hombre ha encontrado los recursos para resolver


enigmas, si ha llegado a la luna, si por medio de la ciencia encontró<br />

remedio a problemas de salud anteriormente insolubles,<br />

degrada normas morales y sociales que facilitan la convivencia?<br />

–¿Qué es el destrato y cuál sería el ejemplo más evidente?<br />

GH: El destrato es hijo de la indiferencia. Desconfirmar a<br />

alguien con indiferencia total es negarlo como ser. Ejemplos<br />

cotidianos del destrato se manifiestan al no prestar atención a<br />

una persona cuando habla o no tener en cuenta sus necesidades<br />

emocionales. Un caso común se da después de una entrevista<br />

de trabajo, cuando dicen “lo vamos a llamar por un sí o por un<br />

no” y en el caso negativo nunca lo hacen.<br />

–¿Cómo puede el silencio convertirse en maltrato? GH:<br />

El silencio hostil se percibe casi como un acto de violencia física.<br />

Cuando alguien le niega la palabra a otro, le está diciendo<br />

que lo deja afuera de su radio de reconocimiento humano. Es el<br />

destrato, es decir, la indiferencia en su grado extremo. El silencio<br />

también puede convertirse en automaltrato y es cuando la<br />

víctima amedrentada no puede denunciar lo que le ocurre.<br />

–¿Qué es la violencia “invisible” o “imperceptible”? GH:<br />

El maltrato y la violencia se filtran en nuestra cotidianidad y<br />

se arraigan en nuestro entorno. A veces se produce en formas<br />

solapadas, que son más peligrosas que las evidentes por la dificultad<br />

de detección. La nocividad del maltrato imperceptible,<br />

puede herir, malograr y hasta matar. Esas formas solapadas, son<br />

las que comúnmente se conocen como violencia invisible, a la<br />

que nosotras preferimos denominar como violencia imperceptible.<br />

Hacemos esta diferenciación porque pensamos que el<br />

concepto de invisibilidad habilita a una cierta impunidad para<br />

quienes ejercen ese tipo de violencia. Sería como justificar la<br />

imposibilidad de verla. Si bien el límite entre lo imperceptible<br />

y lo perceptible puede ser difuso, es posible descubrir este tipo<br />

de maltrato con sagacidad y habilidad. Algunas personas podrán<br />

detectarlo de inmediato, otras con mayor esfuerzo, y otras con<br />

la intervención de un tercero. De esta manera promovemos el<br />

entrenamiento de las percepciones para que nadie pueda dejar<br />

de descubrir y señalar el maltrato en cualquiera de sus formas.<br />

–En el libro le dedican una buena cantidad de páginas<br />

al maltrato médico, ¿cuáles son los ejemplos más representativos?<br />

GC: Hay muchísimos profesionales de la salud que<br />

actúan de forma compasiva, pero, desgraciadamente también<br />

están los otros. En la sociedad actual, aparece un fenómeno paradojal<br />

y es que a medida que la medicina adquirió mayor perfeccionamiento<br />

técnico, parecería haberse debilitado la mirada<br />

humanitaria hacia el paciente o a sus familiares.<br />

–¿De qué formas se da el moobying y por qué motivos se<br />

produce? GH: Suele manifestarse con expresiones injuriosas<br />

o ultrajantes, con utilización de burlas soeces alusivas a la raza,<br />

el género, el origen familiar o nacional, la preferencia política o<br />

el estatus social. Son frecuentes los comentarios hostiles y humillantes<br />

de descalificación profesional o amenazas de despido;<br />

denuncias reiteradas e injustificadas referentes al cumplimiento<br />

de horarios; comentarios alusivos concernientes a la intimidad<br />

de la persona, etc., etc. Es posible que en algunos casos se utilice<br />

el moobying para acceder o mantenerse en el poder. No<br />

debemos olvidar que un perverso utiliza cualquier medio para<br />

lograr su objetivo. Provoca una enorme fragilidad en el otro con<br />

la intención de que no pueda defenderse.<br />

Cuando hay violencia física, el agresor queda expuesto a los<br />

ojos de los demás, pero en este tipo de abuso, el acoso queda<br />

circunscripto al terreno intangible. Suele instaurarse un círculo<br />

vicioso y perverso en el que se pone de manifiesto la conducta<br />

temerosa y sumisa del acosado y esa conducta provoca nuevas<br />

agresiones que perpetúan el ciclo.<br />

–¿Cuáles son las características de los chicos que ejercen<br />

bullying? GH: Si bien no hay un perfil determinado, podríamos<br />

pensar que es un chico que aprendió y piensa que puede<br />

acceder a un modelo de éxito por medio de la violencia. No se<br />

mueven solos porque necesitan hacer valer su poder y para ello<br />

requieren de la mirada del grupo, de un público que refrende<br />

sus “exitosas” acciones. Carecen de empatía y tienen el poder<br />

de detectar el punto débil del acosado. Pueden provenir de<br />

diferentes contextos familiares, pero existen patrones de crianza<br />

donde se fomenta la idea de que el éxito debe construirse aun<br />

por sobre el padecimiento de los otros.<br />

–¿Por qué creen que se dan tantos casos de violencia de<br />

género? GC: La violencia contra las mujeres es un fenómeno<br />

universal. Se presenta en distintas modalidades ya sea discriminación,<br />

amenazas, privación de la libertad, o coerción. Puede<br />

considerarse como violencia de género a cualquier daño o padecimiento<br />

sexual, físico o psicológico orientado a la condición<br />

de ser mujer. Generalmente es un proceso que va in crescendo.<br />

Comienza con descalificaciones y agresiones sutiles que no son<br />

fácilmente identificables por las víctimas. Está estrechamente<br />

relacionado con la manipulación, violencia moral que suele ser<br />

imperceptible para el entorno y es una de las manifestaciones<br />

más frecuentes de violencia contra la mujer.<br />

Ahora bien, pensar en la razón por la que se dan tantos casos<br />

remite a un cúmulo de factores convergentes. La falta de preparación<br />

profesional de algunos funcionarios para hacerse cargo<br />

de la contención a las víctimas, la lentitud de la justicia, la falta<br />

de políticas adecuadas, la perversión del sistema, etc. Es la sociedad<br />

entera la responsable de un maltrato que podría evitarse.<br />

Pero si el índice acusatorio está dirigido hacia la sociedad toda,<br />

la responsabilidad se desvanece en una abstracción. Somos<br />

todos y cada uno de los miembros de la sociedad, responsables<br />

solidarios con la deficiencia del sistema.<br />

–¿De qué forma se manipula a las personas a través del<br />

marketing? GC: En el imaginario popular, existe una percepción<br />

distorsionada sobre lo que es el marketing, percepción que<br />

lamentablemente tienen también algunos profesionales que<br />

se dedican a él. Eximiendo de esta crítica a todos aquellos que<br />

trabajan eficiente y éticamente, es posible citar algunos casos<br />

de manipulación. Uno de los ejemplos más evidentes es el de<br />

aquellos consultores que se dedican a hacer marketing político<br />

y que tergiversan o adulteran los resultados de los sondeos de<br />

opinión. Cuando esto ocurre, se está manipulando, o al menos<br />

intentando manipular, la conducta de los votantes. El hecho de<br />

manipular la información que difunden como supuestamente<br />

objetiva, condiciona la actitud e intención de voto de muchas<br />

personas, y lamentablemente suele ser eficaz<br />

47


Tema de tapa<br />

tres<br />

48<br />

Muchacho LOCO<br />

Dan Bilzerian es hijo es una familia de multimillonarios. Dedica su vida a los lujos, a excesos de todo<br />

tipo y a propagar su estilo por las redes sociales, mostrando, mostrando y mostrando<br />

Por F. A.<br />

Está permanentemente rodeado de<br />

un harén de mujeres esculturales con<br />

las cuales se da los gustos más excéntricos<br />

del planeta. Es amante del vino,<br />

las armas y las drogas. Los autos, los<br />

gatos, el póker, las fiestas, los tanques<br />

de guerra y los helicópteros. Dan Bilzerian<br />

sufrió dos infartos en cinco días.<br />

Tiene 34 años. Asegura que los ataques<br />

al corazón los tuvo después de haber<br />

consumido cocaína, éxtasis y viagra, lo<br />

que le permitió mantener una erección<br />

durante cuatro horas.<br />

Sus padres son armenios, se mudaron a<br />

Estados Unidos en 1978, pero él nació<br />

en Tampa, Florida. Paul Bilzerian, su<br />

padre, es corredor de bolsa, tiene una<br />

fortuna de unas cuantas centenas de<br />

millones, y fue muy conocido en la década<br />

del 80 por su éxito en los negocios.<br />

Sin embargo, en 1989 ocupó la tapa


de todos los diarios del país por cargos<br />

de fraude fiscal. Debía 62 millones de<br />

dólares en impuestos. Estuvo preso durante<br />

ocho meses hasta que finalmente<br />

arregló.<br />

Dan fue un adolescente revoltoso, que<br />

saltó de colegio en colegio hasta terminar<br />

de estudiar. Tiene una fisonomía<br />

especial, es alto, corpulento, porta una<br />

profusa barba que le cubre la mayor<br />

parte del rostro, una mirada penetrante<br />

y una sonrisa blanca radiante.<br />

Además de contar con el dinero de su<br />

padre –que bien se encargó de despilfarrar<br />

en cada oportunidad que se le cruzó<br />

por el camino–, supo hacer el propio<br />

al convertirse en un extraordinario jugador<br />

de póker profesional.<br />

Hay quienes aseguran que llegó a ganar<br />

ocho millones de euros en una partida,<br />

porque él no juega contra otros profesionales,<br />

sino que intenta quedarse con<br />

los bienes de acaudalados amateurs:<br />

“Participo en partidas privadas con<br />

hombres de negocios y famosos. Ellos<br />

juegan para divertirse. Yo ni siquiera me<br />

acerco a profesionales –declaró–. Una<br />

vez jugué contra un tipo que sólo quería<br />

apostar coches o aviones. Apostaba<br />

como si nada un Mercedes de cien mil<br />

dólares, una Ferrari de trescientos mil y<br />

un Bugatti de un millón”.<br />

Alguna vez dijo sobre sí mismo: “Soy el<br />

Bill Gates del póker”. Bilzerian hizo<br />

el grueso de su fortuna al fundar la sala<br />

de apuestas on line Victory Poker, e<br />

invirtiendo en la bolsa de valores. Las<br />

malas lenguas dicen que tiene una red<br />

de juego ilegal en Hollywood en la que<br />

estarían involucradas varias celebrities<br />

como Ben Afleck, Matt Damon y Leonardo<br />

Di Caprio. Rumores.<br />

Antes, en 1999, se había alistado en la<br />

marina americana, sin embargo no logró<br />

graduarse, lo expulsaron de los SEAL<br />

unos meses antes. Le encontraron una<br />

ametralladora de guerra, de las que se<br />

utilizaron en Vietnam, en el baúl del<br />

auto que le había regalado su papá. No<br />

pudo convertirse en marine, pero sí<br />

conservar su fanatismo por las armas.<br />

Posa en infinidad de fotos exhibiendo<br />

ametralladoras, pistolas y revólveres de<br />

todos los modelos, calibres y tamaños.<br />

También estudió administración de empresas<br />

y criminología, pero no se recibió<br />

de ninguna de las dos cosas.<br />

Dan Bilzerian saltó a la fama mundial a<br />

través de las redes sociales. Es conocido<br />

como el “Rey de Instagram”, donde<br />

tiene cuatro millones y medio de seguidores.<br />

Allí exhibe su vida de excesos, de<br />

lujos desproporcionados. Lo consideran<br />

el personaje más odiado y, al mismo<br />

tiempo, el más querido y envidiado de<br />

Internet.<br />

Sus fotografías retratan nada más y nada<br />

menos que su particular y excéntrico<br />

estilo de vida. Es un exhibicionista por<br />

naturaleza. Una recopilación de los momentos<br />

más felices de sus días… En un<br />

jacuzzi rodeado de mujeres desnudas,<br />

con corazones de papel rosado tapándo-<br />

les los pezones, en yates lujosísimos navegando<br />

por los mares del mundo, con<br />

su gato persa acostado en una fastuosa<br />

cama, junto a autos de colección, y en<br />

potentes motos por el desierto. Siempre<br />

rodeado de mujeres desnudas o casi.<br />

Se define a sí mismo como “actor, astronauta<br />

y asshole”. El último adjetivo lo<br />

dejamos a su criterio, y no hay registros<br />

de que alguna vez se haya subido a una<br />

nave para viajar al espacio. En cambio,<br />

sí podemos afirmar que ha sido actor.<br />

Lo confirman sus pequeñas participaciones<br />

en las películas No hay dos sin<br />

tres, con Cameron Díaz y Kate Upton,<br />

y The equalizer, junto a Denzel Washington.<br />

También financió varios de los films de<br />

su amigo Mark Wahlberg. Fue gracias<br />

a sus contactos que obtuvo esos primeros<br />

papeles en cine, algo que para<br />

él no es más que un pasatiempo. Y son<br />

muchos los productores que lo quieren<br />

para que se convierta en la estrella de<br />

su propio reality show. Se mueren por<br />

filmar su rutina durante las veinticuatro<br />

horas del día. Ha recibido infinidad de<br />

propuestas de canales de televisión, que<br />

cada semana renuevan su ofrecimiento,<br />

pero hasta ahora él siempre se ha negado.<br />

Por el momento prefiere multiplicar<br />

su dinero jugando a las cartas.<br />

Viaja en aviones privados, con maletas<br />

cargadas de dinero en efectivo, fajos de<br />

dólares a los que fotografía y cuelga en<br />

la web. Relojes exorbitantemente caros,<br />

cigarros de los mejores, armas, zapatos,<br />

trajes, cajas de champagne y su gato,<br />

Smushball, quien también viaja con<br />

valija propia y varios outfits para lucir<br />

según la ocasión.<br />

Pero no toda la indumentaria de Dan<br />

está compuesta por smokings hechos<br />

a medida, pensados para fiestas donde<br />

la consigna principal es alardear. También<br />

piensa en lo que se pondrá para<br />

practicar deportes de riesgo, extremos,<br />

deportes de agua, de nieve, de altura y<br />

de velocidad…<br />

Una vida armada para mostrar y para<br />

exhibir. Una vida como la de pocos, al<br />

menos como la de pocos dispuestos a<br />

exhibirla minuto a minuto<br />

49


RECOMENDADOS<br />

La voz del gran jefe<br />

Felipe Pigna<br />

Planeta<br />

Con esta monumental obra, el historiador<br />

Felipe Pigna encara la biografía del “Padre<br />

de la Patria”, un extraordinario estratega<br />

militar que se inició en la carrera de la armas<br />

a los 11 años y a los 15 era oficial de mando<br />

de tropa. “A partir de ahí, San Martín adquiría<br />

libros clave que daban fundamento a<br />

las ideas y hechos que estaban cambiando<br />

al mundo; entre otros, los tomos de la Enciclopedia<br />

y obras de Rousseau, Voltaire y<br />

Montesquieu –todos ellos prohibidos por la<br />

censura española– además de textos sobre<br />

táctica, estrategia e historia militar”.<br />

Escritos libertarios<br />

Albert Camus<br />

Tusquets<br />

Camus participó en los debates y polémicas<br />

políticas, sociales e ideológicas que agitaron<br />

Europa en el siglo XX. Esta obra recoge<br />

artículos, cartas y manifiestos donde se<br />

muestra su espíritu libertario, antimilitarista<br />

y pacifista. “Por eso le suplicamos, señor<br />

presidente, que utilice los poderes que se<br />

han puesto en sus manos para que todos los<br />

objetores de conciencia que hayan cumplido<br />

cinco años de prisión puedan beneficiarse<br />

de una libertad inmediata” (extracto de una<br />

carta enviada al presidente francés Charles<br />

de Gaulle).<br />

Letargo<br />

Perla Suez<br />

Edhasa<br />

La narradora, Déborah, busca recuperar el<br />

origen de una tragedia familiar, descifrarla y<br />

escapar de ella. Un libro contenido, pero por<br />

sobre todas las cosas, conmovedor: “El día<br />

en que fui con ella al bazar de Frenkel<br />

regateó el precio de un salero, y, como no<br />

pudo conseguir una rebaja, salió del bazar<br />

quejándose del maltrato (…). Pero en su<br />

tienda las cosas tenían un precio inamovible<br />

y cuando alguien, como tía Berta, le pedía<br />

un descuento, con una mirada de sufrimiento<br />

decía: No es que no quiera, hija, no<br />

puedo”.<br />

5o<br />

Río de las congojas<br />

Libertad Demitrópulos<br />

Fondo de Cultura Económica<br />

Así describe a este libro Ricardo Piglia en el<br />

prólogo: “Hace de la música verbal la clave<br />

de la historia, los narradores circulan y se<br />

intercambian y van construyendo una trama<br />

compleja y abierta. Blas de Acuña, centenario<br />

ya, rememora los hechos de la intemperie sin<br />

fin de un paraje desolado junto a las ruinas de<br />

la primitiva ciudad de Santa Fe. Junto con él<br />

–ya aludido en el título–, el río Paraná es uno<br />

de los protagonistas de la narración, y el fluir<br />

lento de la corriente se entrevera con el ritmo<br />

cadencioso de la prosa”.<br />

Imitación de la fábula<br />

Antonio Dal Masetto<br />

Sudamericana<br />

Una vez más, Dal Masetto pone en juego<br />

sus recuerdos y hace de la memoria el rasgo<br />

distintivo de su inigualable ficción. Recrea<br />

con maestría un universo mágico que lleva<br />

al máximo la imaginación del lector. “A los<br />

cadáveres los trasladaron al pabellón de una<br />

feria, para luego ser identificados por sus<br />

familiares. Mientras tanto, las emisoras de<br />

radio y las cadenas de televisión informaban<br />

al país y al mundo. Entonces, en el pabellón<br />

de la feria, en los cuerpos sin vida, comenzaron<br />

a sonar los celulares”.<br />

Roma invicta<br />

Javier Negrete<br />

El Ateneo<br />

El recorrido comienza en el año 146 a.C. y<br />

avanza mostrando las hazañas bélicas de<br />

figuras como Escipión Emiliano, Julio César<br />

o Pompeyo el Grande. Una crónica de<br />

cómo la República romana se convirtió con<br />

el tiempo y las conquistas en el Imperio que<br />

todos conocemos. “Aquello empobreció a las<br />

élites nórdicas (…). En el registro arqueológico,<br />

eso se revela en que a partir del año<br />

500 los enterramientos son más modestos y,<br />

sobre todo, más igualitarios, lo que demuestra<br />

que los ricos eran mucho menos ricos”.


RANKING<br />

FICCIÓN NO FICCIÓN INFANTIL JUVENIL<br />

1. El puñal<br />

Jorge Fernández Díaz<br />

Planeta<br />

2. BUSCANDO A ALASKA<br />

John Green<br />

Castillo<br />

3. Jasy - Trilogía del perdón 1<br />

Florencia Bonelli<br />

Suma<br />

4. Una mujer única<br />

Ernesto Tenembaum<br />

Planeta<br />

5. La herencia<br />

John Grisham<br />

Plaza & Janés<br />

1. En cambio<br />

Estanislao Bachrach<br />

Sudamericana<br />

2. la voz del gran jefe<br />

Felipe Pigna<br />

Planeta<br />

3. crear o morir<br />

Andrés Oppenheimer<br />

Debate<br />

4. usar el cerebro<br />

Facundo Manes<br />

Planeta<br />

5. horóscopo chino 2015<br />

Ludovica Squirru<br />

Urano<br />

1. El principito (Edición color)<br />

Antoine de Saint-Exupéry<br />

Emecé<br />

2. Gaturro 23<br />

Nik<br />

De La Flor<br />

3. Gaturro 22<br />

Nik<br />

De La Flor<br />

4. Gaturro 1<br />

Nik<br />

De La Flor<br />

5. Frozen y olaf<br />

N/D<br />

Guadal<br />

1. Destroza este diario<br />

Keri Smith<br />

Paidós<br />

2. El libro troll<br />

El Rubius<br />

Temas de hoy<br />

3. fangirl<br />

Rainbow Rowell<br />

Alfaguara<br />

4. si decido quedarme<br />

Gayle Forman<br />

Salamandra<br />

5. Puedo soñar contigo<br />

Blue Jeans<br />

Planeta<br />

51<br />

MÚSICA<br />

1. SONIC HIGHWAYS<br />

Foo Fighters<br />

Sony<br />

2. ÚLTIMO ACTO<br />

Vicentico<br />

Sony<br />

3. ANTOLOGÍA DESORDENADA (4CDS)<br />

Joan Manuel Serrat<br />

Sony<br />

4. EL TIEMPO OTRA VEZ AVANZA<br />

No te va gustar<br />

Sony<br />

5. TERRAL<br />

Pablo Alborán<br />

Warner<br />

PELÍCULAS<br />

1. MALÉFICA<br />

Robert Stromberg<br />

Walt Disney<br />

2. CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN 2<br />

Dean Deblois<br />

20th Century Fox<br />

3. AVIONES 2: EQUIPO DE RESCATE<br />

Robert Gannaway<br />

Walt Disney<br />

4. MONSTER HIGH: FUSIÓN ESPELUZNANTE<br />

William Lau y Sylvain Blais<br />

Universal<br />

5. Peppa - Volumen 1 / Temporada 1<br />

N/D<br />

Universal<br />

Esta información comprende los libros (ficción/no ficción/infantiles/juveniles), CDs y películas más vendidos en todos los puntos de venta del Grupo ILHSA entre el 10/11/14 y el 16/11/14.


Música<br />

jazz<br />

Carmen McRae<br />

Más que<br />

Humana<br />

Por Sergio Varela<br />

La voz de Carmen McRae merecería estar incluida en el famoso<br />

decálogo de Woody Allen en Manhattan, sobre “las diez<br />

cosas por las cuales la vida merece ser vivida”. Ancha de figura,<br />

excesiva en su manera de vivir, Mc Rae fue una empedernida<br />

fumadora que debió abandonar su carrera en 1991 a causa de<br />

un enfisema pulmonar, y murió tres años después a causa de<br />

un derrame cerebral.<br />

Claro que ya tenía 71 años cuando concluyó su trayectoria<br />

artística, que había empezado en 1944, en la banda de Bennie<br />

Carter, junto con Count Basie, uno de los pianistas y directores<br />

icónicos de la época de las grandes bandas del jazz de la<br />

década del 40.<br />

Conocida como “Miss Jazz”, su voz cristalina y estructurada,<br />

firme y a la vez sutil, acompañó a Sammy Davis Jr., Sarah<br />

Vaughan y Nat King Cole, entre otros colegas, aspecto que<br />

la convirtió en la “Cantante de cantantes” dentro del género.<br />

También su voz fue acompañada por grandes pianistas y compositores,<br />

como Duke Ellington y Thelonious Monk.<br />

Su espléndida voz, y su capacidad escénica, sus personales y<br />

originales inflexiones interpretativas,<br />

aportaron una forma<br />

muy amigable y popular para<br />

acercarse al jazz, concebido no<br />

tanto como una manifestación<br />

artística elitista o incomprensible<br />

para oídos no entrenados,<br />

sino como una deliciosa cadencia<br />

capaz de frasear reconocibles<br />

melodías, tarareables<br />

y bailables, que emergían desde las cotidianas radios portátiles<br />

en las mesadas de las cocinas durante los 50 y 60. Su carrera,<br />

además, incluyó la grabación de sesenta discos, una producción<br />

prolífica en la que la cantidad no influyó negativamente en la<br />

calidad de sus trabajos, que la hicieron acreedora de siete nominaciones<br />

a los Premios Grammy.<br />

Entre aquellos sesenta discos, vale la pena detenerse en For<br />

once in my life, placa grabada en 1979, cuando ya en su voz se<br />

habían deteriorado los ecos cristalinos, pero al mismo tiempo<br />

había adquirido una personalidad y temperamento extraordinarios,<br />

que se traducían en interpretaciones sublimes de canciones<br />

con acentos pop, en épocas donde imperaban los sonidos<br />

de los Beatles, Burt Bacharach y Brian Wilson, entre otros<br />

exponentes imperecederos de los mejores sonidos aptos para<br />

todo público, época y geografía.<br />

Su versión de Song for you es una impronta irresistible para<br />

bailar de a dos en plan recreación de baile de graduación en<br />

una secundaria estadounidense, y el tema que le da título al<br />

disco es un ringtone antidepresivo, muy apropiado para escuchar<br />

en la cocina mientras se conciben recetas festivas y frescas,<br />

para desintoxicar el cuerpo y la mente después de haber<br />

atravesado excesos nocturnos de toda especie y factor.<br />

Carmen McRae sucumbió ella misma a los excesos y sus circunstancias,<br />

pero también dejó un inmenso legado de una<br />

carrera de casi cincuenta años ininterrumpidos, en la que For<br />

once in my life nos invita a, por una vez en la vida, disfrutar de<br />

una expresión afinada, sutil, elegante y alegre. No es poco para<br />

estos tiempos de sudestadas en el oído y los ojos, especialmente<br />

en el prime time televisivo<br />

53


Música<br />

clásica<br />

Anton Bruckner<br />

Un bicho RARo<br />

Lo llamaban “borracho” y “compositor de sinfonías<br />

boa-constrictoras”. Su maestro lo veía como<br />

un bicho raro. Su obra nos habla de un genio<br />

anticipado a su tiempo<br />

Por Nadia Koval<br />

54<br />

El verdadero genio no tiene ascendencia terrenal. Solo un genealogista<br />

puede estar interesado en rastrear la ascendencia de<br />

una persona famosa, pero ¿en qué nos beneficia leer largas discusiones<br />

acerca de los antepasados ​de Anton Bruckner: si ellos<br />

eran originariamente de la Alta o Baja Austria, si habían sido<br />

campesinos por un tiempo largo o corto? Tal vez, el único hecho<br />

importante en el estudio sobre la personalidad de Bruckner<br />

podría ser que su abuelo había podido pasar de ser campesino a<br />

la posición de maestro de escuela. No se sabe si en la familia de<br />

Bruckner había habido alguien dedicado a la música, así que se<br />

puede suponer que el compositor no estaba en deuda con sus<br />

antepasados ​por su talento.<br />

Nacido en 1824, en la localidad de Ansfelden, Bruckner estudió<br />

en St. Florian, un pueblo ubicado alrededor de un antiguo<br />

monasterio austríaco, el cual no abandonó hasta una madura<br />

edad. Sus años de juventud los había ocupado con los estudios<br />

musicales. Dedicaba horas y horas al entrenamiento de tocar<br />

el órgano con el fin de convertirse en uno de los organistas<br />

más grandes del mundo. Recién a los 40 años Bruckner sintió<br />

la confianza suficiente para embarcarse en el proyecto sinfónico<br />

que sustentaría durante toda su vida. Al hacerlo, tuvo que<br />

enfrentarse a la ira y las bromas de los críticos y de sus colegas<br />

músicos que lo llamaban desde “borracho” hasta “compositor<br />

de sinfonías boa-constrictoras”. A pesar de esto, a diferencia de<br />

Beethoven, cuya comprensión de la sinfonía y el estilo personal<br />

cambiaron a lo largo de los años, Bruckner encontró muy pronto<br />

su visión artística única y después exploró, incluso con mayor<br />

sutileza, las implicaciones y posibilidades de su lenguaje.<br />

John Butt, profesor de música en la Universidad de Glasgow<br />

y un devoto de Bruckner, cuenta que el compositor era “un<br />

bicho raro”: tenía la manía de contar los ladrillos y las ventanas<br />

de los edificios y también el número de barras en sus partituras<br />

orquestales gigantescas, asegurándose de que sus proporciones<br />

fueran estadísticamente correctas. Pero había cosas más extrañas<br />

en su comportamiento. Por ejemplo, cuando su madre<br />

murió, Bruckner encargó una fotografía de ella en su lecho de<br />

muerte y la mantuvo en su habitación de enseñanza. No tenía<br />

retratos de su madre de cuando estaba viva, sólo miraba fijamente<br />

esa única fotografía como si en ella hubiese un “memento<br />

mori” inquietante. Bruckner parece no haberse involucrado<br />

nunca demasiado profundamente con una mujer. Las mujeres<br />

le fascinaban y continuamente les proponía matrimonio a jovencitas.<br />

En su diario llevaba una lista de todas las mujeres por<br />

las que alguna vez se había sentido atraído. Sus frustraciones


amorosas continuaron prácticamente hasta su muerte. En 1891<br />

y nuevamente en 1894, le propuso matrimonio a una camarera<br />

de un hotel, pero ella se negó a convertirse al catolicismo y el<br />

imposible matrimonio nunca se llevó a cabo.<br />

No obstante, “la verdadera naturaleza de Bruckner se revela en<br />

sus obras. En comparación con sus creaciones todo lo demás<br />

no es importante y conlleva el peligro de hacer que él aparezca<br />

bajo una luz equivocada ante un público que aún no ha reconocido<br />

plenamente su grandeza”. Estas palabras escritas por<br />

el compositor y ex alumno de Bruckner, Friedrich Klose, son<br />

tan verdaderas como son desalentadoras para los biógrafos.<br />

Para muchos de ellos el hombre cuya vida está describiendo y<br />

el creador de las nueve grandes sinfonías parecen ser dos temas<br />

totalmente diferentes. Pero hay un puente de un solo sentido<br />

que va desde las obras de Bruckner hacia el hombre mismo.<br />

Solamente teniendo esto en cuenta se puede conocer su verdadero<br />

carácter.<br />

Es interesante notar que la vida exterior de Bruckner no ha<br />

tenido ningún efecto aparente sobre su trabajo. Una inmensa<br />

reserva de fuerzas psíquicas, originaria de un reino que no estaba<br />

sujeto a ninguna influencia del exterior, fue almacenada en<br />

él, dotándolo de un gran poder creativo. Hoy en día es difícil de<br />

imaginar conciertos sinfónicos sin la música de Bruckner, pero<br />

para los directores de orquesta de aquella época, tales como Arthur<br />

Nikish, Karl Muck o Franz Schalk, era un atrevimiento<br />

incluir una sinfonía de Bruckner en sus programas. Interpretarlos<br />

significaba un riesgo para la gestión de los conciertos. Había<br />

varias razones para causar esta incertidumbre. En primer lugar,<br />

la gran parte de los oyentes prefería las obras de Brahms, considerándolas<br />

la culminación de la música sinfónica. En segundo<br />

lugar, las nuevas tendencias en la música le parecían al público<br />

completamente desfavorables para el oído.<br />

Los amantes de la música clásica no cesan en debatir acerca de<br />

la importancia y el valor artístico de las sinfonías de Mahler y<br />

Bruckner. Sobre la cuestión se expresaba ampliamente Bruno<br />

Walter, famoso director de orquesta, diciendo que “en la música<br />

de Bruckner vibra un tono malheriano secreto, al igual que<br />

en la obra de Mahler algún elemento intangible es una reminiscencia<br />

de Bruckner. A partir de esta intuición de su parentesco<br />

trascendental es claramente permisible hablar de ‘Bruckner y<br />

Mahler’; por lo tanto, es posible que a pesar de las diferencias<br />

en su naturaleza e incompatibilidad de características importantes<br />

de sus trabajos, mi amor incondicional e ilimitado puede<br />

pertenecer a los dos”.<br />

Aunque Bruckner siempre trabajaba meticulosamente, los nueve<br />

años dedicados a su última sinfonía fueron algo sin precedentes.<br />

Su salud estaba decayendo y presentaba claros síntomas de<br />

inestabilidad mental. Una de las manifestaciones de su enfermedad<br />

fue la manía por revisar varias de sus sinfonías anteriores.<br />

Además, otro fanatismo se apoderó de él y le quitó sus energías:<br />

su devoción religiosa, que siempre había sido fuerte, en sus últimos<br />

años quedó fuera de control. Su deseo de dedicar la Novena<br />

Sinfonía a Dios es sintomático de su obsesión. La obra quedó<br />

incompleta debido a la muerte del compositor en 1896<br />

RECOMENDADOS<br />

RECOMENDADO DE NOTA PRINCIPAL<br />

Herbert von Karajan. Antón Bruckner, Sinfonía N°7<br />

La Sinfonía N° 7 (WAB 107) de Anton Bruckner, es<br />

una de sus obras más conocidas. Fue escrita entre<br />

1881 y 1883, y revisada en 1885. Está dedicada al rey<br />

Luis II de Baviera. El estreno tuvo lugar en la ópera<br />

de Leipzig en 1884, fue dirigido por Arthur Nikish y<br />

constituyó el mayor éxito de toda la carrera de Bruckner.<br />

Nikish comentaba la obra: “Desde Beethoven no<br />

hay nadie más que podría haber hecho algo similar”.<br />

Junto con la Sinfonía Nº 4, la Nº 7 de Bruckner le trajo<br />

al compositor una gran popularidad y éxito para<br />

con el público.<br />

NOVEDAD<br />

Plácido Domingo. Encanto del Mar, Mediterranean<br />

Songs<br />

Plácido Domingo publicó su nuevo trabajo discográfico<br />

llamado Encanto del Mar, Mediterranean Songs.<br />

En este nuevo álbum, el tenor interpreta música de<br />

la rica tradición del folclore y de las canciones populares<br />

del sur de Europa. Para este CD, ha contado<br />

con la producción del arreglista y director Robert<br />

Sadin, famoso por la producción de obras como If on<br />

a Winter’s Night (Sting), So Many Stars (Kathleen Battle)<br />

o Gerschwin’s World (Herbie Hancock). Domingo<br />

refleja en su canto su visión personal de cada estilo,<br />

enriquecida con su gusto e intuición musicales.<br />

PARA ARMAR SU COLECCIÓN DE MÚSICA CLÁSICA<br />

Donizetti. María Stuarda (DVD)<br />

María Stuarda de Gaetano Donizetti es una ópera<br />

trágica en dos actos con libreto de Giuseppe Bardari,<br />

basado en la anónima obra para teatro de Friedrich<br />

Schiller, escrita en 1800. La ópera pertenece a una<br />

serie de obras del autor que se refieren al período<br />

de los Tudor en la historia de Inglaterra, incluyendo<br />

Anna Bolena, Roberto Devereux e Il castello di Kenilworth.<br />

La historia se basa en la vida de María, reina<br />

de Escocia y su prima, la reina Isabel I. Schiller había<br />

inventado la confrontación entre las dos reinas, pero<br />

en realidad nunca se habían conocido. La ópera<br />

María Stuarda tal como la conocemos hoy en día se<br />

estrenó el 30 de diciembre 1835 en La Scala de Milán.<br />

LIBRO RECOMENDADO<br />

Músicos apasionados<br />

Hugo Caligaris<br />

Con una prosa deliciosa, con erudición amable, y<br />

sobre todo con empatía, en Músicos apasionados,<br />

Hugo Caligaris narra las historias de amor de catorce<br />

inolvidables compositores: Vivaldi, Berlioz, Mozart,<br />

Schumann, Brahms, Bach, Tchaikovsky, Mendelssohn,<br />

Wagner, Mahler, Debussy, Chopin, Alban<br />

Berg y Beethoven. Como en un carrusel de arte y<br />

emociones, descubrimos grandes desamores, obras<br />

compuestas por una mujer o para olvidarla, escenas<br />

de lujuria, tristeza y celos, abandonos y reencuentros<br />

memorables. En medio de ese torrente de emociones,<br />

que marcó a diario la vida de estos músicos, surge<br />

una música inmortal, que todavía nos conmueve.<br />

55


Tema de tapa<br />

cuatro<br />

En el<br />

MUNDO basura<br />

56<br />

La contaminación ambiental se da en infinidad de formas. Entra al organismo por la nariz, la boca,<br />

los oídos, los ojos y hasta por los poros. A pesar de que logramos inmunizarnos, provoca serios problemas<br />

en la salud, física y psíquica<br />

Por Florencia Álvarez<br />

Un colectivo es de los vehículos más<br />

ruidosos que circulan por la ciudad. Las<br />

mediciones indican que se perciben 70<br />

decibeles cada vez que pasa uno. Hay<br />

calles de Buenos Aires por donde pasan<br />

más de cuatro líneas, a razón de uno<br />

cada cinco minutos o menos, y ni hablar<br />

de las avenidas.<br />

La gente que pasa o que vive en esas<br />

zonas se expone a mucho más ruido del<br />

que establece la Organización Mundial<br />

de la Salud (OMS) como marca máxima<br />

de sonidos diurnos tolerables, que es de<br />

65 decibeles.<br />

Un avión despegando produce 130<br />

decibeles, a los 140 se llega al umbral<br />

de dolor. Pero no hace falta estar cerca<br />

de un aeropuerto para correr el riesgo.<br />

Un estudio realizado por la Facultad de<br />

Ingeniería de la Universidad de Palermo<br />

sobre la contaminación sonora en<br />

la ciudad, indica que en Cabildo y Juramento,<br />

los bocinazos, el murmullo de<br />

la gente, las frenadas y los motores en<br />

funcionamiento, provocan 131,9 db en<br />

hora pico, casi dos puntos más que un<br />

avión a punto de levantar vuelo.<br />

Buenos Aires, con un tercio de la población<br />

total de Argentina viviendo en<br />

ella, está dentro del top five de las ciudades<br />

más ruidosas del mundo. Pero lo<br />

grave no es que el ruido sea molesto e<br />

imposible de apagar cuando uno ya no


quiere saber más nada con él, sino las<br />

consecuencias que pueden provocar en<br />

la salud.<br />

Está comprobado que exponerse a<br />

sonidos de más de 60 decibeles produce<br />

pérdida de la audición, agitación<br />

respiratoria, aceleración del pulso,<br />

taquicardias, aumento de la presión arterial,<br />

dolor de cabeza, menor irrigación<br />

sanguínea y mayor actividad muscular.<br />

A más de 85 decibeles, y en personas<br />

con problemas cardiovasculares, arteriosclerosis<br />

o problemas coronarios, los<br />

ruidos fuertes y súbitos pueden llegar a<br />

causar hasta un infarto. Y a los diabéticos,<br />

aumento de la glucosa en la sangre.<br />

Puede provocar insomnio, fatiga, estrés,<br />

depresión y ansiedad, irritabilidad y<br />

agresividad, histeria y neurosis, aislamiento<br />

social e inhibición sexual. La<br />

OMS decretó al ruido como una contaminación<br />

en 1972.<br />

Pero si bien la polución sonora puede<br />

ser las más perceptibles, las hay de<br />

infinidad de formas: lumínica, térmica,<br />

radioactiva, espacial, tecnológica, del<br />

suelo, del agua, del aire…<br />

Los primeros registros del smog datan<br />

de 1272, cuando Eduardo I de Inglaterra<br />

prohibió la quema de carbón<br />

en Londres debido a que la polución<br />

atmosférica se había convertido en un<br />

verdadero problema. Fue también en la<br />

capital inglesa donde la contaminación<br />

del agua provocó los primeros desastres.<br />

Se trató del llamado Gran Hedor del<br />

Río Támesis de 1858, y eso fue lo que<br />

llevó a que construyeran el sistema de<br />

alcantarillas de Londres.<br />

Pero la contaminación medioambiental<br />

se dio con mayor énfasis a partir de la<br />

Revolución Industrial, con la aparición<br />

de las grandes fábricas consumiendo<br />

enormes cantidades de carbón, además<br />

de otros combustibles fósiles, y vertiendo<br />

productos químicos industriales al<br />

ambiente. Sin embargo, no fue en Inglaterra,<br />

sino en las ciudades estadounidenses<br />

de Chicago y Cincinnati donde<br />

se promulgaron las primeras leyes que<br />

intentaron garantizar el aire limpio.<br />

Aunque no por eso lograron detener el<br />

smog, considerado el mayor riesgo medioambiental<br />

para la salud.<br />

La Ley de Calidad del Aire y Protección<br />

de la Atmósfera, que rige desde el 16 de<br />

noviembre de 2007, define a ese tipo de<br />

contaminación como “la presencia en la<br />

atmósfera de materias, sustancias o formas<br />

de energía que impliquen molestia<br />

grave, riesgo o daño para la seguridad<br />

o la salud de las personas, el medio<br />

ambiente y demás bienes de cualquier<br />

naturaleza”. Los principales responsables<br />

de la contaminación atmosférica<br />

son las industrias que utilizan procesos<br />

de combustión, los automóviles y las calefacciones<br />

residenciales, que generan<br />

dióxido y monóxido de carbono, óxidos<br />

de nitrógeno y azufre, entre otros contaminantes.<br />

La atmósfera es la capa que envuelve la<br />

Tierra y está formada por una veintena<br />

de gases que mantienen las mismas<br />

proporciones constantemente. Cuando<br />

eso se altera, fundamentalmente debido<br />

a la actividad del hombre, esos gases<br />

cambian sus proporciones naturales y la<br />

composición atmosférica se contamina,<br />

degradando la calidad del aire. Muchas<br />

veces en niveles superiores a lo tolerable<br />

para la salud.<br />

Las zonas más afectadas se encuentran<br />

en los países en vías de desarrollo y<br />

emergentes en el sur, sudeste y este de<br />

Asia. En China e India se registraron<br />

tres cuartas partes de las muertes debidas<br />

al smog. El problema es tan grave<br />

que suele haber escasez de barbijos por<br />

la gran demanda.<br />

En los países industrializados de Europa,<br />

279.000 muertes fueron vinculadas<br />

a la contaminación del aire unas décadas<br />

atrás. Sin embargo, han tomado<br />

conciencia y logrado reducirla significativamente<br />

utilizando tecnologías más<br />

eficientes para la producción energética<br />

y el transporte, entre otras cosas. Ejemplo<br />

que tarde o temprano deberán seguir<br />

los países del resto del mundo.<br />

Buenos Aires, a pesar de superar la<br />

marca de microgramos por metro cúbico<br />

aconsejada por la OMS, no saca tan<br />

malas notas en esta materia. Sobre todo<br />

en comparación a otras ciudades. Mientras<br />

que la capital argentina alcanza los<br />

30 mg/m3, 10 mg más que lo considerado<br />

normal, el DF de México rompe<br />

todas las marcas con una concentración<br />

promedio anual de 93 mg/m3. Con<br />

menos contaminación, pero igualmente<br />

de irrespirables se consideran ciudades<br />

como Santiago, Lima, Bogotá, Quito y<br />

San Pablo. Sin embargo, los modelos a<br />

seguir podrían ser urbes como Montevideo<br />

o San José de Costa Rica.<br />

Pero no toda la basura que pulula por<br />

el planeta es tan perceptible como la<br />

del agua –basta con recordar el ejemplo<br />

del Riachuelo–, el aire y el ruido. Hay<br />

mugre orbitando alrededor de la Tierra<br />

que está compuesta por restos de cohetes,<br />

satélites en desuso, restos de explosiones<br />

y demás elementos artificiales.<br />

También hay contaminación radioactiva,<br />

producto de las prácticas en física atómica<br />

que comenzaron en el siglo XX, la<br />

que proviene de los desperfectos en las<br />

plantas nucleares o por investigaciones<br />

en bombas atómicas. Estos factores<br />

pueden causar también contaminación<br />

térmica, un aumento artificial de la<br />

temperatura que provoca shocks en los<br />

ecosistemas.<br />

Pero la lista no acaba, se le suma la contaminación<br />

visual, los cables de energía<br />

eléctrica y de teléfono colgando por todos<br />

lados, los carteles publicitarios cada<br />

vez más sofisticados, brillantes y llamativos.<br />

Y la lumínica, que tiene que ver<br />

con las miles de millones de luces que<br />

se encienden por las noches, y apagan<br />

las estrellas.<br />

Contaminación en las calles, contaminación<br />

en la televisión, contaminación<br />

en los medios de comunicación, en la<br />

comida, en las palabras, en las relaciones…<br />

Difícil entender cómo sobrevivimos<br />

a tanta basura<br />

57


58<br />

Entrevista<br />

ocho


Viaje al futuro<br />

Katja Alemann presentó hace días en el Centro Cultural Recoleta su tercer libro, Dos mil sin cuenta,<br />

una novela que intenta despertar conciencias para cuidar el planeta<br />

Por Pablo Bassi<br />

Definitivamente alejada de esa época de símbolo sexual de los<br />

años ochenta, incursionó en la década siguiente en el estudio del<br />

canto, que sumado a sus conocimientos de piano y composición,<br />

la impulsaron a grabar en un mismo disco boleros, rock y tango.<br />

Por entonces continuaba vigente su sociedad comercial y amorosa<br />

con Omar Chabán, a quien Alemann le prestó dinero para<br />

abrir Cemento.<br />

En 1993 escribió su primer libro: Eróticamente, que era un compendio<br />

de sus columnas en la revista Eroticón. Al año publicó<br />

Cuentos del Boulevard, también de contenido erótico.<br />

Desde hace un tiempo, Alemann participa de una organización<br />

que se llama ReciclARTE, que persigue la generación de nuevos<br />

hábitos para aprender a reciclar “hechos y desechos”. “Lo que<br />

más me costó fue la bolsa del supermercado; cada vez que me la<br />

olvidaba volvía a buscarla. Finalmente logré que la incorpore el<br />

resto de mi familia. Llevo el plástico y los tetra brick a una fundación;<br />

también los frascos de shampoo y productos de limpieza,<br />

siempre limpios y aplastados; el aceite usado, empleado para<br />

hacer biocombustible; los papeles y las botellas de vidrio. Hago<br />

ecoladrillos con botellas rellenas con envoltorios y con los residuos<br />

orgánicos”.<br />

Tres años atrás decidió echar mano a la literatura para difundir<br />

la problemática. Abrió para ello un blog, delineó un contexto<br />

argumental y fue construyendo Dos mil sin cuenta, una novela<br />

interactiva con el aporte de los lectores. “Les propongo imaginar,<br />

aceptando la sugerencia de un participante del blog, palabras<br />

nuevas, inventadas o derivadas de otras, que nombren cosas que<br />

imaginemos, cosas, sentimientos, pensamientos, acciones, formas<br />

de hablar, todo lo que pueda conformar el nuevo mundo”, posteó<br />

Alemann en un principio.<br />

“En medio de este virulento fin de la Era de Piscis y comienzo de<br />

la Era de Acuario, la supervivencia de nuestra especie está puesta<br />

en jaque. Pero aún calculando el mayor desastre, resultante del<br />

efecto del cambio climático, los sobrevivientes de este cuento se<br />

las ingenian para ser felices y sobre todo, seguir viviendo”, introdujo<br />

después.<br />

–¿Por qué decidió escribir un libro colectivamente? ¿Qué<br />

aporta esta modalidad? Las redes sociales y los blogs me parecen<br />

herramientas muy interesantes para saber cuál es el pensamiento<br />

colectivo sobre ciertos temas. La novela tiene una narrativa<br />

propia, independiente de los aportes virtuales, pero algunas<br />

ideas y propuestas fueron incluidas, por ejemplo, el nombre de<br />

la holopantalla que está en el living del Casco La Rosalinda, una<br />

suerte de Skype holográfico, que los asignados a este Casco apodaron<br />

cariñosamente Platón. El nombre de Platón fue un aporte<br />

que me hicieron cuando pedí pensar colectivamente qué apodo<br />

podría ser gracioso.<br />

–¿Qué cuenta el libro? El eje de la historia es un escenario<br />

post apocalíptico, en el que los sobrevivientes piensan qué podrían<br />

haber hecho para evitar el desastre y qué van a hacer ahora<br />

para ser felices. En este Casco, del que no pueden irse porque<br />

está todo inundado y el mundo como era ya no existe, los siete<br />

personajes resuelven la acotada vida que tienen, dando valor a lo<br />

poco que hay, suficiente sin embargo para comer, beber, y tener<br />

resguardo. Es una distopía pampeana, como me ha dicho una<br />

lectora, porque la identidad nacional trasunta en los personajes,<br />

aunque no hay referencias regionales. El humor es un ingrediente<br />

siempre presente en esta novela, que, como otro lector ha<br />

observado, es desesperantemente cómica.<br />

–Inicialmente arrojó un contexto temporal y una propuesta<br />

de personajes con una crítica sistémica al consumo y<br />

la contaminación. ¿Cómo sintetizaría esa crítica? La idea<br />

central de este libro es provocar la reflexión sobre las consecuencias<br />

de nuestros hábitos de consumo y descarte. ReciclARTE y<br />

el arte de reciclar las ideas, promueve eventos artísticos diversos<br />

para instalar el debate acerca de nuestras responsabilidades individuales<br />

con respecto a lo que dejaremos de nuestro paso por el<br />

mundo a las generaciones venideras. La propuesta en el muro de<br />

Facebook de contar qué hace cada uno en pos de un mundo mejor,<br />

tuvo bastante repercusión y quedaron algunos testimonios.<br />

–¿Gran cantidad de actores interpretaron la novela durante<br />

la presentación? Sí, esta historia es un proyecto de<br />

transmedia, y en la presentación en el Centro Cultural Recoleta<br />

hubo una escena de teatro leído, con los actores que encarnan los<br />

personajes que viven en el Casco. Déborah Dixon, José María<br />

Muscari, Guillermo Pfening, Mausi Martínez, Germán Brito,<br />

Eugenia Rosales, Carlos Santamaría, quienes leen la escena de<br />

“La comilona”, capítulo de la novela, desarrollado teatralmente.<br />

La idea es convertir esta historia en una pieza de teatro el año<br />

entrante<br />

59


Entrevista<br />

nueve<br />

Plano<br />

PERSONAL<br />

Propios y ajenos es el nuevo disco del gran músico<br />

Jairo. Grabará, además, la zamba La amanecida<br />

para un film de Carlos Saura y está escribiendo su<br />

autobiografía que se publicará el año entrante<br />

Por Pablo Bassi<br />

Nos habla de su amor por la política, que uno de sus cuatro<br />

hijos es concejal socialista en París, que se rindió a los pies de<br />

Raúl Alfonsín, que se jacta de no haber ido a tocar nunca a<br />

ATC entre 1983 y 1989 para que la gente no piense mal, que<br />

conoció a Arturo Illia en Francia y a Juan Perón en Puerta<br />

de Hierro, cuando le alcanzó una encomienda a pedido de<br />

unos amigos argentinos. “Era encantador, simpático. Hace poco<br />

me llamaron desde la productora de Mario Pergolini para decirme<br />

que habían comprado un lote con discos suyos en España.<br />

Entre ellos había vinilos de Leonardo Favio y míos”, ríe.<br />

Ahora nos invita a escuchar If I fell de los Beatles, seguida por<br />

Corazón contento de Palito Ortega, interpretados por él. Explica<br />

que son parte de su reciente disco, Propios y ajenos.<br />

“El periodista Reynaldo Sietecase me regaló hace un tiempo<br />

un libro de poesía de Mario Trejo, un polifacético hombre<br />

de letras que trabajó en la época de oro del Instituto Di Tella.<br />

Cada poema me pareció una canción. Entonces llamé a<br />

Sietecase para que me presentara a la viuda de Trejo, 50 años<br />

más joven que él. La conocí y compuse la música para aquellas<br />

letras, seis de las cuales fueron incluidas dentro de los temas<br />

propios del disco”, dice.<br />

Las ajenas, en tanto, ya popularizadas, “fueron inconscientemente<br />

elegidas”, precisa . La versión de If I fell, por ejemplo,<br />

es una reproducción fidedigna grabada junto con Pedro Aznar<br />

en el estudio del primer piso de la casa de Jairo, donde minutos<br />

después encontraríamos trabajando a su hijo Yaco, productor<br />

de sus últimos siete discos. “Pedro vino con los mismos<br />

instrumentos, las mismas marcas, los mismos modelos que usaban<br />

los Beatles. Y grabamos las voces como lo hacían Lennon<br />

y McCartney: ellos hacían una primera grabación que luego<br />

doblaban a ciegas, repitiendo la letra sin escuchar la versión<br />

anterior. Parecíamos dos fundamentalistas”.<br />

–¿Por qué Corazón contento, de Palito Ortega? Mi mujer<br />

está enferma desde hace tres años. En una de esas tantas oportunidades<br />

en las que estuvo al borde de la muerte, volví a casa<br />

tarde, estaba solo, mirando la tele, viendo un programa retro<br />

en la televisión española en el que Marisol, un ícono popular,<br />

cantaba la versión festiva de Palito. Lo que estaba diciendo<br />

encajaba perfectamente con lo que me pasaba. Quería decirle a<br />

mi mujer que era lo más lindo de mi vida, que nunca quise así.<br />

Empecé entonces a cantar una canción a la que nunca le había<br />

dado bola, pero con ese ritmo de melodrama que me invadía.<br />

Días atrás, Palito declaró en radio ser “digno de Jairo”. Me gustó<br />

mucho.<br />

Dentro de los temas ajenos se alistan asimismo Biromes y servilletas<br />

de Leo Masliah, interpretado junto con Lito Vitale<br />

y Juan Carlos Baglietto, a quien Jairo considera “el mejor<br />

cantante popular de la Argentina”. También Como la cigarra,<br />

de María Elena Walsh, y Ella me olvidó, de Leonardo Favio.<br />

“Esta canción y Fuiste mía un verano eran parte de un mismo<br />

disco que se escuchó un verano en todas partes. Fue el disco<br />

más vendido de la historia. Con Leonardo nos hicimos muy<br />

amigos después, en España. Él grabó varios de mis temas; me<br />

escribía cartas preciosas. Una vez me regaló una guitarra cuando<br />

yo paraba en un hotel en Buenos Aires. Pero no era para tocar<br />

en cualquier lugar, sino para cantar Venceremos en el cierre<br />

de campaña de Alfonsín. A pesar de su adscripción peronista,<br />

me dejó la guitarra nueva en la conserjería, con una nota que<br />

decía: ‘es tuya, quedatela. Sos un traidor, pero te quiero mucho’”,<br />

recuerda a carcajadas<br />

61


Mucho menos estrafalario que en los años en los que usaba<br />

pollera y se pintaba las uñas, habló con Quid en un tono admirablemente<br />

relajado.<br />

–Actúa, pinta, forma parte de una banda y ahora publica<br />

un libro, ¿se considera un artista o le parece un mote reservado<br />

para pocos? Habitualmente prefiero definirme como<br />

entretenedor, aunque no tengo miedo de usar la palabra artista.<br />

Es una palabra que se sobrevalora pero que también se rebaja,<br />

sucede mucho que cualquiera que aparece en la tele ya se cree<br />

artista, aunque se dedique a otra cosa. Así que usando la palabra<br />

entretenedor me siento más cómodo, soy un creador del entretenimiento.<br />

Hago arte porque pinto, porque actúo, básicamente<br />

porque no concibo la vida sin arte. Te diría que igualmente, el<br />

arte es algo un poco a pesar mío. Quiero decir que yo podría<br />

pensarme como alguien elegido, o intelectual, o super cool porque<br />

me interesa el arte y no concibo la vida sin él, pero no pasa<br />

por ahí. Porque es algo que casi nació conmigo.<br />

–En esto de no elevar a categorías divinas, su libro tiene<br />

una frase que parece alejarlo de la idolatría frecuente en<br />

su medio: “No admiro actores, los imito”. ¿Es decir que no<br />

idolatra a nadie? No, y mucho menos a actores. Si nos metemos<br />

en el terreno de la música, me desnudo más, pero en el caso<br />

de los actores, no hay idolatría. Más bien los tomo como objeto<br />

de estudio, puedo copiar la relajación de uno, la actitud de otro.<br />

Y lo hago en función de ser lo más preciso y práctico posible al<br />

momento de transmitir verdad. Esta vocación de ser práctico se<br />

me fue afianzando con los años, cuando era pendejo era más rebuscado,<br />

quería ser sofisticado… Y en cierta medida sigo siendo<br />

así, pero con el tiempo me fui ablandando. A los 20 años quería<br />

trabajar para quince personas, y ni siquiera conseguía una (risas).<br />

–¿Cómo explicaría Mike Buc? Diciendo que es un libro objeto.<br />

No un libro de texto en el sentido ortodoxo. Es un libro que<br />

puede servirte para decorar, para colgar, para usar de centro de<br />

mesa y también para ver y leer. Lo hice a lo largo de un año y<br />

medio con un diseñador que me asistía. En base a cosas que yo<br />

Entrevista<br />

le decía armaba bocetos y los discutíamos. Y el espíritu con el<br />

diez 63<br />

Con espíritu<br />

Lúdico<br />

Principalmente conocido por su trabajo como actor<br />

de televisión, Mike Amigorena también ha<br />

incursionado en otras vías de expresión como<br />

la música –actualmente está al frente de Mox– y la<br />

plástica. Con Mike Buc (Picnic) un “libro objeto”<br />

en el que hay fotos de infancia y del presente,<br />

pequeños dibujos, algunas de sus pinturas y breves<br />

textos manuscritos, vuelve a ampliar su espectro<br />

expresivo<br />

Por N. G.<br />

que está hecho es lúdico.<br />

–¿Está pensado para un lector en particular? Creo que<br />

tiene una franja etaria enorme. Puede ser perfecto para un adolescente<br />

o para alguien de 70 años. Al ser un objeto no hay una<br />

pretensión de complacer a un cierto grupo. Es un libro objeto,<br />

algo que puede transformarse en un móvil para colgar, que puede<br />

desplegarse en una mesa, hasta puede ser como un juguete.<br />

–¿Cómo se considera en relación al trabajo? ¿Eficaz? ¿Un<br />

poco vago? ¿Equilibrado? Soy tremendamente profesional.<br />

–¿Al punto de llegar a obsesionarse? No, puedo llegar a tener<br />

algo parecido a la obsesión con ciertos detalles pero dentro<br />

de límites sanos, no llego a sentirme afectado por el trabajo,<br />

puedo ponerme medio obsesivo con algo que deba mejorar,<br />

pero eso no me realenta ni entorpece, al contrario.<br />

–Ha formado parte de grandes éxitos de la televisión,<br />

¿qué le queda pendiente en ese medio? Tener un programa<br />

cómico propio. Un programa clásico de sketches. Excepto por<br />

Peter Capusotto y sus videos, el programa cómico en Argentina<br />

desapareció. Una gran pérdida. Pero quizás en el futuro vuelvan<br />

a hacerse


INFANTIL Y JUVENIL<br />

Varitas, coronas y escamas<br />

forma parte de la colección<br />

Telaraña. Aquí, Fernando de<br />

Vedia, cuenta la historia de<br />

tres amigas muy particulares:<br />

la princesa Hermisenda, a<br />

quien le gusta aventurarse<br />

con dragones; el hada de la<br />

Alegría, que aparece cada vez<br />

que alguien llora; y la sirena<br />

Everilda, que tiene una voz<br />

espantosa. Las ilustraciones<br />

son de Analía Testone.<br />

Florencia Esses jugó con las<br />

palabras y las conjugó con los<br />

cuentos clásicos. El resultado<br />

fue Palabras palabreras con<br />

los cuentos clásicos. Teatro,<br />

rimas, poesías y trabalenguas<br />

(Albatros). Un libro para jugar<br />

y divertirse con las versiones<br />

disparatadas de los relatos tradicionales.<br />

Las ilustraciones<br />

son de Josefina Preumayr y<br />

Bela Oviedo.<br />

Plácida (Primera Sudamericana)<br />

es una tortuga que<br />

no le gusta ser tortuga. Y así<br />

anda, diciéndose que por qué<br />

no fue más alta, qué por qué<br />

no sabe volar y un montón de<br />

cosas más. Un libro encantador<br />

con textos de Iris Rivera<br />

e ilustraciones de mEy!<br />

Puericultura<br />

Maternidad, crianza y creatividad<br />

(Del Nuevo Extremo) es el<br />

nuevo libro de Laura Lerner<br />

donde profundiza el sentido de<br />

la crianza en diferentes zonas de<br />

América para rastrear claves del<br />

presente. Muy recomendable.


INFANTIL Y JUVENIL<br />

Para saberlo todo acerca de los dinosaurios, Albatros presentó<br />

cuatro títulos de la colección Tus maravillas: Dinosaurios<br />

herbívoros, Dinosaurios carnívoros, Dinosaurios parientes de<br />

las aves, Dinosaurios y el origen de las aves. Para los fanáticos<br />

y curiosos, este trabajo está escrito por Valeria Caggiano,<br />

revisado por Agustín Martinelli e ilustrado por Valeria<br />

Navarte.<br />

Basado en la novela de<br />

Bram Stoker, Drácula es un<br />

libro de Dominique Marion<br />

con ilustraciones de Jérémie<br />

Fleury (El Ateneo).<br />

Una versión para pequeños<br />

amantes del terror y del<br />

suspenso.<br />

Y para seguir con el suspenso,<br />

Ricardo Mariño reunió los relatos<br />

que dan más miedo en Cuentos<br />

espantosos (Alfaguara infantil)<br />

donde los abuelos se convierten<br />

en perros salvajes y un electricista<br />

debe reparar la falta de luz de la<br />

mansión embrujada del barrio.<br />

Las ilustraciones son de Pez.


El jefe de la manada (Alfaguara<br />

juvenil) es la nueva novela de<br />

la escritora Inés Garland. Esta<br />

vez dos primos y compañeros de<br />

aventuras hasta que un día dirigen<br />

toda su inteligencia a descubrir<br />

por qué los perros del barrio<br />

ya no están. Las ilustraciones son<br />

de Diego Moscato.<br />

con<br />

Festejemos<br />

los libros de<br />

V&R presentó tres novedades<br />

para las chicas. La primera es<br />

Cartas de amor a los muertos,<br />

de Ava Dellaira, quien recomendó<br />

Emma Watson (sí, la<br />

actriz de la saga de Harry Potter).<br />

Cartas cuenta la historia<br />

de Laurel quien, cumpliendo<br />

con una tarea de la clase de Literatura,<br />

escribe cartas a Kurt<br />

Cobain y luego a Janis Joplin,<br />

Amy Winehouse y a Mey, su<br />

hermana.<br />

101 CUENTOS<br />

Un libro con 101 cuentos originales<br />

e inéditos que entran en una página,<br />

ilustrados con simpáticas imágenes que<br />

acompañan la fantasía de cada historia.<br />

CUENTOS PARA<br />

LEER EN 5 MINUTOS<br />

Los mejores cuentos<br />

clásicos para nenes y nenas.<br />

Adaptaciones originales y<br />

<br />

todas las edades.<br />

La segunda novedad es La estrella<br />

de Fani, primer título de la<br />

serie Viviendo mi película, cuya<br />

autora brasileña, Paula Pimenta,<br />

ha conseguido un millón de libros<br />

vendidos en su país.<br />

CARRUSEL DE CUENTOS<br />

Dos cuentos de Disney en cada<br />

libro, con ilustraciones modernas<br />

y versiones breves en letra<br />

imprenta mayúscula.<br />

El tercer título es Fuera de mí,<br />

de Sharon D. Draper, elegido<br />

por el New York Times como<br />

best seller. Es una historia de<br />

superación de una chica, Melody,<br />

dotada de una inteligencia<br />

extraordinaria pero que no<br />

puede hablar, ni moverse, ni<br />

escribir.<br />

FROZEN,<br />

UNA AVENTURA<br />

CONGELADA<br />

Una colección de los más<br />

destacados personajes de Disney<br />

para toda la familia. Con varios<br />

cuentos en un solo libro.<br />

Av. Lacroze 1865 | C1426CPD | CABA<br />

Tel.: (54-11) 4899-0646 líneas rotativas<br />

www.editorialguadal.com.ar<br />

Hacete fan y enterate de nuestras novedades


68<br />

Entrevista<br />

once


Keiko Kasza:<br />

“Soy una persona pesimista”<br />

Es una de las autoras más famosas del mundo. Ella escribe y dibuja sus cuentos y, por primera vez,<br />

visitó el país. Desde Japón, la autora de No te rías, Pepe, deslumbró con sus charlas sobre el proceso de<br />

creación y el circuito editorial<br />

Por Antonela de Alva<br />

69<br />

–Es una autora famosa que escribe e ilustra sus propios<br />

libros pero ¿por qué empezó a escribir? En principio,<br />

fue gracias a que leí el libro Frederick, de Leo Lionni.<br />

A mi marido lo mandaron a trabajar a Ecuador pero yo<br />

no tenía trabajo ahí. Dejé mi trabajo como diseñadora y no<br />

tenía mucho que hacer. Así que no hubo una razón por la<br />

que empecé a escribir, fueron un montón de<br />

cosas juntas. No tenía nada que hacer y pasó<br />

un año entero. Estaba sorprendida con el<br />

libro, no sabía hablar español… Si yo no<br />

hubiera recibido ese libro, si hubiera hablado<br />

español y tenido un trabajo, no se habría dado.<br />

Son un montón de cosas que se reunieron.<br />

–¿Y cómo fue qué empezó a ilustrar<br />

sus propias historias? Amo leer y escribir,<br />

esa es mi naturaleza, a pesar de no tener<br />

ningún entrenamiento. Y el arte fue en lo que me formé<br />

académicamente. Así que lo que hice fue combinar mi<br />

amor por la lectura, mi amor por la escritura y mi formación.<br />

Y lo hice todo ese año porque no tenía nada que<br />

hacer.<br />

–¿Qué disfruta más? Escribir, totalmente. Dibujar es un<br />

trabajo que llegó más tarde en mi vida y distinto a<br />

la escritura. Cuando era chica no me gustaba<br />

dibujar pero siempre amé leer y escribir.<br />

Así que durante muchos años me consideraba<br />

una escritora aun sin tener el entrenamien<br />

to. Además, siempre he sido una gran lectora.<br />

–¿Cómo es el proceso para escribir con<br />

personajes animales y para captar la<br />

esencia de las situaciones desde la infancia?<br />

Mis personajes son animales pero


7o<br />

son niños adentro. Puedes ser tú, yo, son humanos, en<br />

realidad. Creo que capto la esencia porque nunca crecí (risas).<br />

Sigo llevando a mi niña en el corazón cuando pienso<br />

en la historias. Creo que la mujer adulta y profesional es<br />

la que logra poner todo eso en una historia. Cada vez que<br />

empiezo un libro, hago un storyline. Hago un boceto que<br />

complemente el texto, no sólo que lo acompañe.<br />

–Pero, a veces, es difícil no escuchar la voz adulta<br />

que censura… Cuando escribo, pongo mi corazón al servicio<br />

de la historia. Por ejemplo, cuando escribí la historia<br />

de Choco y su mamá pensé en qué haría si yo fuera Choco.<br />

Puse mi pensamiento en la visión de ese niño, Choco,<br />

en este caso, y escribí.<br />

–En sus conferencias explicó cómo fue el proceso de<br />

sus libros más importantes, qué pasa con un libro<br />

desde que sale del autor hasta que se imprime y<br />

qué pasa cuando se vende en otros países. ¿Qué es<br />

lo que le aporta hablar en público? Encontrarse con<br />

los lectores, definitivamente, me deja varias enseñanzas.<br />

Intercambiar cosas, escucharlos me enseña no sólo en Argentina<br />

sino en todo el mundo. Aprendo mucho. Muchas<br />

veces, cuando estoy leyendo uno de mis libros en público y<br />

veo las reacciones, no leo lo que escribí sino que improviso<br />

en el momento. Y cuando termino, pienso: “¿por qué puse<br />

esa palabra ahí? No es natural”. Lo voy cambiando mientras<br />

lo leo, elimino una palabra...<br />

–Entonces, ¿va editando su propio libro mientras lo<br />

lee? (Risas) En el momento, sí. Una vez, en un encuentro,<br />

una mujer adulta me preguntó por qué todos mis personajes<br />

eran masculinos y ¡yo no me había dado cuenta de eso!<br />

Nunca lo había pensado. Así fue cómo surgió “Dorotea y<br />

Miguel”.<br />

–¿Cómo elige los temas de sus libros? Todo depende.<br />

A veces, decido hablar sobre un tema en particular como<br />

el bullying. Otras veces, surge solo como sucedió con No<br />

te rías, Pepe. Estaba leyendo una enciclopedia y descubrí<br />

cómo se comportaban los sapos. A veces, son mis propios<br />

miedos como en Ready for anything (libro que no está<br />

editado en español pero se puede conseguir por Amazon<br />

en inglés) cuyo personaje principal es un zorrino. Yo solía<br />

ser una persona muy pesimista, que pensaba que iba a<br />

llover un día de picnic, por ejemplo. Pero iba y después<br />

disfrutaba de un hermoso día. La situación depende del<br />

punto de vista en el que se mire y yo miraba en forma pesimista.<br />

Así escribí la historia de ese zorrino que se va de<br />

picnic.


NOVEDAD<br />

–¿Se puede escribir con tanto pesimismo? Mis miedos<br />

quedaron ahí (risas), en Ready for anything. Fue muy sanador.<br />

Al final, el zorrino entiende que el picnic no es peligroso<br />

y se prepara para salir. Se prepara exageradamente y<br />

lleva muchas cosas. Así que sale con su amigo pero descubren<br />

que algo falta. ¡Por suerte el zorro estaba preparado!<br />

–¿Es la escritura un modo de sanar? No lo creo. La<br />

disfruto mucho. Es mi trabajo.<br />

–El tema de este número son los excesos. ¿De cuáles<br />

vicios no puede deshacerse? En la escritura, trato de<br />

no tener el pensamiento del zorrino pero está en mí y, a<br />

veces, no puedo evitar esa voz que me dice que todo va a<br />

estar mal. Trato de no ir a esos pensamientos pesimistas<br />

pero, a veces, lo hago. En lo personal, tengo muchos más<br />

vicios (risas)<br />

¡Para escribir y borrar<br />

cuantas veces quieran!<br />

Una forma divertida de entrar<br />

en el mundo de las letras<br />

y de los números.<br />

Libros con forma de abanico<br />

de gran tamaño.<br />

Las páginas contienen espacios<br />

para trazar y dibujar,<br />

hojas con relieves y juegos.


CURIOSIDADES EN INTERNET<br />

Por Lucila Rolón |<br />

@lupittar<br />

El escritor Alan Trotter tiene una<br />

web en la que cuenta su historia y otras<br />

historias a través de palabras en las que<br />

el lector puede hacer click, y continuar<br />

leyendo el relato. Cada click despliega<br />

una nueva oración.<br />

Una infogafía impecable que explica<br />

cómo se envía a un hombre a trabajar a<br />

un asteroide.<br />

Sting fue al programa de Jimmy Fallon<br />

y se puso a improvisar imitaciones de<br />

los ringtones clásicos de los celulares.<br />

http://www.youtube.com/<br />

watch?v=yLFABNHyLV4<br />

Una web dedicada a la novelista, poetisa<br />

y militante canadiense Margaret Atwood;<br />

siempre un gusto leerla.<br />

http://greaterthanorequalto.net/<br />

http://www.space.com/27586-manned-asteroid-mission-infographic.<br />

html?cmpid=514648<br />

Los chicos rusos de la estación Gyermekvasút.<br />

Un top 50 de las mejores películas sobre<br />

escritores.<br />

http://flavorwire.com/481487/50-best-films-about-writers-ranked/view-all<br />

72<br />

http://www.slate.com/blogs/atlas_obscura/2014/11/06/gyermekvasut_a_soviet_<br />

era_children_s_railway_in_budapest.<br />

html?wpsrc=fol_tw<br />

Un adictivo video, ideal para procrastinar<br />

con ganas, de Super Mario Bros.,<br />

uno de los videojuegos más famosos.<br />

Escuchen a la escritora Sylvia Plath<br />

leyendo y discutiendo poesía, con diferentes<br />

voces.<br />

http://margaretatwood.ca/<br />

El músico John Cale hizo una versión<br />

especial en homenaje a Lou Reed, por<br />

el primer aniversario de su muerte.<br />

http://www.motherjones.com/mixed-media/2014/11/i-cannot-stop-watching-video-super-mario-hurting-people<br />

http://www.pastemagazine.com/articles/2014/10/listen-to-sylvia-plath-readand-introduce-the-disq.html<br />

http://www.stereogum.com/1714654/<br />

john-cale-releases-if-you-were-stillaround-video-on-the-one-year-anniversary-of-lou-reeds-death/video/


74<br />

Historia<br />

y política<br />

Bolchevique de Salón<br />

Mario Rapoport<br />

Debate<br />

Este nuevo trabajo de Mario Rapoport<br />

descorre el velo sobre la vida de Félix<br />

Weil, hijo de un inmigrante alemán que<br />

llegó a ser uno de los más importantes comercializadores<br />

de granos a nivel mundial<br />

y que en 1923 destinó una parte importante<br />

de la fortuna familiar a crear nada<br />

menos que el Instituto de Investigación<br />

Social, más conocido como la Escuela de<br />

Frankfurt, en la que descollaron figuras<br />

como Theodor Adorno, Herbert Marcuse,<br />

Friedrich Pollock, Erich Fromm,<br />

Jurgen Habermas, Leo Lowenthal,<br />

Alfred Schmidt y por la que pasaron<br />

Walter Benjamin, Ernst Bloch, Hannah<br />

Arendt, Bertrand Russell y Albert<br />

Einstein. Weil no se limitó a ser el fundador<br />

y principal mecenas de la escuela,<br />

sino que participó en varios seminarios y<br />

debates y pudo plasmar los conocimientos<br />

adquiridos en la escuela en su libro,<br />

recientemente reeditado por la Biblioteca<br />

Nacional, El enigma argentino. Weil a<br />

pesar de su declarada militancia comunista<br />

mantuvo buenos contactos con el equipo<br />

económico conservador de los años 30 y se<br />

convirtió en el principal inspirador e impulsor<br />

de la ley de impuesto a los réditos.<br />

Algo para recordar<br />

Por Felipe Pigna<br />

La brillante investigación de Rapoport nos<br />

remonta, con un apabullante aporte documental,<br />

a la Berlín de 1918 y el intento<br />

fallido de revolución espartaquista de Rosa<br />

de Luxemburgo y Karl Liebknecht en el<br />

que participó Félix quien también colaboró<br />

con la Internacional Comunista. El<br />

autor brinda al lector un muy interesante<br />

e indispensable panorama del contexto<br />

político y social que vivió Weil entre la<br />

República de Weimar y la llegada del nazismo<br />

al poder. Un trabajo revelador sobre<br />

la vida de un argentino apenas mencionado<br />

en los trabajos sobre la escuela que él<br />

fundó, el Instituto de Investigación Social,<br />

que contribuyó en gran medida a impulsar<br />

la renovación de las ciencias sociales y la<br />

filosofía del siglo XX.<br />

La segunda línea<br />

Raanan Rein y Claudio<br />

Panella (compiladores)<br />

Pueblo Heredero, Eduntref<br />

Este excelente trabajo compilado por el<br />

profesor de la Universidad de Tel Aviv<br />

Raanan Rein, quien en los últimos años<br />

ha realizado excelentes investigaciones<br />

sobre el peronismo; y por el profesor de<br />

la Universidad de La Plata Claudio Panella,<br />

viene a cubrir un aspecto bastante<br />

descuidado por la historiografía peronista,<br />

el de las segundas líneas del poder durante<br />

el peronismo clásico. Desfilan por estas<br />

páginas algunas figuras descollantes de<br />

aquel período como Domingo Mercante,<br />

uno de los gestores del 17 de octubre y<br />

uno de los más notables gobernadores de<br />

la provincia de Buenos Aires. Fue quizás<br />

la única figura que llegó a brillar casi tanto<br />

como Perón y Evita y por eso, como bien<br />

se explica en el texto, cayó en desgracia<br />

a pesar de lo cual mantuvo intacta su<br />

fidelidad al movimiento. Otro personaje<br />

fundamental, con un final parecido es el<br />

notable neurocirujano y sanitarista Ramón<br />

Carrillo, el hombre que cambió la salud<br />

pública en Argentina. También el lector se<br />

encontrará con un artículo sobre Héctor<br />

J. Cámpora, un cuadro proveniente del<br />

conservadurismo popular que terminará<br />

siendo el principal referente de la izquierda<br />

peronista. El dirigente de origen socialista<br />

Ángel Borlenghi, el líder de la CGT<br />

José Espejo; uno de los hombres más<br />

influyentes a la hora de elaborar el primer<br />

Plan Quinquenal, José Figuerola, José<br />

Gelbard, fundador de la CGE y modelo<br />

de burgués nacional, John William Cooke,<br />

el diputado más joven del peronismo,<br />

impulsor de la expropiación de la prensa,<br />

líder de la resistencia y promotor de una<br />

síntesis entre peronismo y marxismo que<br />

lo convirtió en el padre de la izquierda peronista<br />

y uno de sus principales referentes<br />

teóricos. No podía faltar la presencia del<br />

primer impulsor del modelo económico<br />

peronista, Miguel Miranda y del primero,<br />

“campeón de la lealtad” y luego el más notable<br />

traidor, Alberto Tessaire. Un libro<br />

imprescindible para tener un panorama<br />

completo sobre los años peronistas.<br />

Recomendados<br />

100 años de historieta argentina, de Iván de la<br />

Torre.<br />

Mitomanías de la educación argentina. Crítica<br />

de las frases hechas, las medias verdades y las<br />

soluciones mágicas, de Emilio Tenti Fanfani y<br />

Alejandro Grimson.<br />

¿Quién mató al Che? Cómo logró la CIA<br />

desligarse del asesinato, de Michael Ratner y<br />

Michael Steven Smith.<br />

El hecho maldito. Conversaciones para otra<br />

historia del peronismo, de Omar Acha y Nicolás<br />

Quiroga.<br />

Güemes. Padre de los gauchos, mártir de la<br />

emancipación, de Miguel Ángel de Marco.<br />

América Latina. El adiós a Europa (Argentina<br />

y Brasil, 1914-1939), Olivier Compagnon.<br />

El fascismo y la marcha sobre Roma. El nacimiento<br />

de un régimen, de Emilio Gentile.


Kim Jong II<br />

Tema de tapa<br />

cinco<br />

Si los hombres fueran<br />

ángeles, ningún gobierno<br />

sería necesario.<br />

El Federalista Nº LI<br />

(atribuido a James Madison)<br />

Excesos y abusos de poder<br />

Nepotismo, escándalos sexuales, corrupción, rent-seeking y pork-barrel son algunos de los delitos que<br />

pueden perpetrarse en los círculos más encumbrados del poder<br />

Por Emilia Simison*<br />

76<br />

Los “federalistas” sabían, cuando planeaban<br />

la constitución política de los<br />

Estados Unidos, que no podían dar por<br />

sentada la moderación y virtud de ciudadanos<br />

y gobernantes. Y si bien no fueron<br />

los primeros, ni los últimos por cierto, en<br />

verse en la difícil tarea de diseñar instituciones<br />

para hombres imperfectos, tal vez<br />

sí estén entre quienes más claramente<br />

expusieron el problema. Un ejemplo es<br />

El Federalista Nº LI. Allí, James Madison<br />

se ocupa de los excesos y el abuso de<br />

poder y afirma que la única manera de<br />

evitarlos es contrarrestando la ambición<br />

del hombre político con más ambición.<br />

De esta manera, lo único capaz de evitar<br />

que la ambición de un hombre de gobierno<br />

lo lleve a abusar del poder que le<br />

ha sido otorgado, sería que tenga enfrente<br />

(o al lado) a otro hombre ambicioso.<br />

Aún en nuestros días observamos esta<br />

idea en práctica siendo su componente<br />

más visible, aunque no el único, la división<br />

del poder político en más de una<br />

rama con atribuciones distintas y poder<br />

para controlar a las demás. Sin embargo,<br />

evitar los excesos por parte de aquellos<br />

hombres que controlan el poder político<br />

no parece ser una tarea sencilla ni aun<br />

contando con las constituciones mejor<br />

diseñadas.<br />

Más bien todo lo contrario. Y, a decir<br />

verdad, los excesos en el uso del poder<br />

suelen ser lo primero que se nos viene a<br />

la cabeza cuando pensamos en los políticos.<br />

De hecho, la icónica revista Time<br />

publicó hace un tiempo un listado con<br />

los que consideran los diez casos más<br />

escandalosos de abuso de poder y que<br />

incluye, junto con casos de corrupción a<br />

lo ancho y largo del mundo, casos como<br />

los “plomeros” de Richard Nixon, que<br />

evitaban que se filtrara información<br />

sobre los trapos sucios del presidente<br />

y buscaban maneras de solucionar los<br />

escándalos si eso sucedía, el nepotismo<br />

sin tapujos de Muammar Gaddafi o los<br />

escándalos sexuales de Silvio Berlusconi<br />

y Kim Jong II. Y no hay que buscar<br />

demasiado para encontrar varios casos<br />

que también merecerían un lugarcito en<br />

la lista… Pero tal vez lo más interesante<br />

de estas historias es que si bien algunas<br />

de ellas implican claras transgresiones a<br />

la ley, otras se colocan cómodamente en<br />

los espacios grises que, justamente por<br />

su falta de definición, son los más difíciles<br />

de controlar.<br />

Un caso interesante es la corrupción.<br />

Definida usualmente como el abuso del


puesto público para el beneficio privado,<br />

si bien no es atribución exclusiva de los<br />

políticos, se la asocia comúnmente con<br />

ellos ya que las importantes posiciones<br />

de poder que ocupan hacen que las<br />

oportunidades para la corrupción aumenten<br />

y sus costos disminuyan. Aunque<br />

es generalmente identificada como un<br />

delito, qué es corrupción y qué no y, en<br />

consecuencia, qué es un delito y qué no<br />

puede cambiar de un país a otro e, incluso,<br />

entre regiones de un mismo país.<br />

Pensemos por ejemplo en los regalos.<br />

¿Cómo diferenciar un regalo que se le<br />

da a alguien que ocupa una posición de<br />

poder de un soborno?<br />

En la mayoría de las sociedades, el intercambio<br />

de regalos es una costumbre<br />

completamente incorporada desde<br />

tiempos inmemorables. Pero también lo<br />

es la búsqueda de rentas. La búsqueda<br />

de rentas (o rent-seeking) es el intento<br />

de obtener un rédito económico a través<br />

de la manipulación del entorno social o<br />

político en que tiene lugar una actividad<br />

económica, en lugar de hacerlo a través<br />

de la creación de nueva riqueza. Robert<br />

Shiller, economista estadounidense<br />

y docente de la Universidad de Yale,<br />

aclara esta idea mediante el ejemplo de<br />

un señor feudal que pone una cadena<br />

cruzando un río que atraviesa su tierra<br />

y contrata a alguien para que le cobre<br />

a todo bote que desee cruzarla. Definitivamente<br />

una cadena y alguien encargado<br />

de cobrar no agrega ningún tipo<br />

de productividad pero, sin embargo, el<br />

señor feudal consiguió una nueva forma<br />

de ganar dinero. Volviendo al presente,<br />

ejemplos de búsqueda de rentas serían<br />

los gastos en lobby político mediante los<br />

cuales inversores y empresarios buscan<br />

obtener beneficios gubernamentales,<br />

subsidios o regulaciones para los competidores<br />

que les permitan extraer un rédito<br />

mayor sin necesidad de aumentar la<br />

inversión que, si bien no son tan usuales<br />

en nuestro país, sí lo son en otros lugares<br />

del mundo.<br />

Ahora, ¿es tan fácil distinguir cuándo un<br />

regalo se convierte en un intento de obtener<br />

un beneficio de este tipo? Si bien<br />

hay casos blancos y negros, como podría<br />

ser el contraste entre una canasta de frutas<br />

y un auto de alta gama, los grises se<br />

imponen y lo que es considerado aceptable<br />

varía de país en país, de región en<br />

región e, incluso, de persona en persona<br />

y parece difícil de definir. Por ejemplo,<br />

en España se promulgó recientemente<br />

una Ley de Transparencia que dice que<br />

los altos cargos de las administraciones<br />

no podrán aceptar “regalos que superen<br />

los usos habituales, sociales y de<br />

cortesía” y que en caso de no cumplirse<br />

se podrán iniciar acciones legales. Sin<br />

embargo, esta definición no parece estar<br />

brindando criterios demasiado claros y la<br />

distinción parece quedar en el tan poco<br />

común “sentido común”. Por otro lado,<br />

en los Estados Unidos, si bien los criterios<br />

son más claros, varían enormemente<br />

entre los estados desde la prohibición<br />

absoluta a la completa libertad. Además,<br />

en dicho país la distinción se complica<br />

aún más al incorporar otro gran gris de<br />

las prácticas políticas: el pork-barrel.<br />

Este término de casi imposible traducción<br />

(“barril de cerdo” pero no parece<br />

ser una buena idea…) tiene su origen<br />

en la práctica en los Estados Unidos<br />

pre Guerra Civil de darles a los esclavos<br />

un barril lleno de carne de cerdo<br />

salada como recompensa y obligarlos<br />

a competir por una parte de su contenido.<br />

Actualmente se utiliza en forma<br />

peyorativa para referirse a programas<br />

gubernamentales u obras públicas cuyos<br />

beneficios económicos se encuentran<br />

geográficamente limitados pero que se<br />

financian con bases impositivas amplias.<br />

Es decir, una obra que beneficia a unos<br />

pocos contribuyentes pero que se paga<br />

con los aportes de todos. Y aunque puede<br />

parecer una práctica injusta no es una<br />

práctica ilegal. De hecho, frente a recientes<br />

críticas de Barack Obama a esta<br />

práctica, muchos políticos, entre quienes<br />

cobró notoriedad pública el senador demócrata<br />

Harry Reid, sostuvieron que es<br />

la forma más eficiente y segura de lograr<br />

que los beneficios del Estado lleguen a<br />

los ciudadanos. Para peor, es probable<br />

que ambas posiciones estén en lo cierto.<br />

Esto se debe a que posiblemente este<br />

tipo de legislación es vital para lograr<br />

que se lleven a cabo obras públicas como<br />

puentes o escuelas y también ha sido históricamente<br />

la herramienta utilizada en<br />

las negociaciones necesarias para lograr<br />

la aprobación de importantes leyes nacionales<br />

en congresos fragmentados. Sin<br />

embargo, si los legisladores tan sólo se<br />

ocuparan de pelearse por un poco de carne<br />

salada para su distrito, los ciudadanos<br />

definitivamente se verían perjudicados. Y<br />

una vez más, pareciera que el problema<br />

no son las prácticas sino los excesos.<br />

Si todavía no están convencidos, piensen<br />

en el caso de Brasil. El Congreso brasilero<br />

ha estado históricamente fragmentado<br />

(luego de las últimas elecciones habrá<br />

nada más y nada menos que 28 partidos<br />

sólo en la Cámara de Diputados) por lo<br />

que el partido del presidente casi nunca<br />

ha sido capaz de controlar más que una<br />

primera minoría de las bancas. Esto los<br />

ha llevado a incorporar en el gabinete, a<br />

modo de gobierno de coalición, a miembros<br />

de otros partidos con representación<br />

legislativa y a negociar votos en<br />

favor de leyes de importancia nacional a<br />

partir del apoyo para proyectos de interés<br />

local de los legisladores. Sin embargo,<br />

en la búsqueda constante de apoyos,<br />

estas prácticas legales pueden ser excedidas<br />

y los políticos pueden abandonar la<br />

zona gris, como ha sido el caso del escándalo<br />

político del mensalão en 2005.<br />

Y las posibilidades de excesos por parte<br />

de los políticos no parecen estar limitadas<br />

sólo a cuestiones de dinero. En<br />

Pacientes del Estado, libro publicado recientemente<br />

por Javier Auyero, sociólogo<br />

argentino y docente de la universidad<br />

de Austin, el tiempo ajeno aparece como<br />

otro de los posibles objetos de abuso de<br />

los políticos. Si bien Auyero se ocupa de<br />

cómo la espera y manipulación de tiempo<br />

de los más excluidos los desposee hasta<br />

de su propio tiempo, no pareciera que<br />

el resto de los ciudadanos estuviéramos<br />

libres de este posible abuso. Después<br />

de todo, el que se hace esperar, hace<br />

uso del tiempo del otro y cualquier uso<br />

puede ser transformado en un abuso por<br />

medio del exceso. Y aunque si no fuéramos<br />

proclives al exceso, seríamos ángeles<br />

y no necesitaríamos gobierno, la verdad<br />

es que no lo somos…<br />

* Licenciada en Ciencia Política, UBA.<br />

77


Entrevista<br />

uno<br />

78<br />

Al Che, con cariño<br />

Michael Steven Smith es abogado y activista por los derechos humanos en Estados Unidos y junto a su<br />

coautor, Michael Ratner, presentan en castellano ¿Quién mató al Che?, un trabajo basado en los archivos<br />

desclasificados por la Casa Blanca, el Departamento de Defensa y la CIA, que establece, entre otras cosas, la<br />

responsabilidad de los servicios secretos estadounidenses en el asesinato del revolucionario latinoamericano<br />

Por Esteban Ulrich<br />

–¿Cómo nace la idea de indagar en la muerte del Che?<br />

En realidad todo comienza en los años 60, cuando en plena<br />

ebullición en favor de los derechos civiles logramos junto a<br />

Michael Ratner, que es tal vez el abogado más importante<br />

de derechos humanos de Estados Unidos y ex presidente del<br />

Centro para Derechos Constitucionales (CCR) –una orga-


nización fundada por el abogado de Martin Luther King,<br />

William Kunstler, y de la que yo también formé parte–,<br />

pasar una ley llamada Freedom of Information Act (Ley de<br />

libertad de información). Su premisa partía de que en una<br />

democracia todos los papeles generados por el gobierno<br />

pertenecen a los ciudadanos. Fue bajo esa ley que años después,<br />

Michael hizo un pedido a la CIA (Central Intelligence<br />

Agency), el Departamento de Defensa, la Casa Blanca y el<br />

FBI (Federal Bureau of Investigations) para acceder a los<br />

documentos relacionados con el Che Guevara. Siete años<br />

después del pedido, o sea, hace 17 años, obtuvimos los primeros<br />

documentos del FBI que publicamos en un libro de 1997<br />

llamado Che Guevara y el FBI, los documentos secretos sobre<br />

el revolucionario latinoamericano. Luego, años después, recibimos<br />

otro conjunto de documentos, estos eran de la Casa<br />

Blanca, el Departamento de Defensa y de la CIA. Y como<br />

para esa época ya se había publicado bastante material sobre<br />

la vida del Che, incluyendo cuatro biografías importantes, las<br />

leímos y al compararlas con los documentos que habíamos recibido,<br />

nos dimos cuenta de que la historia completa sobre el<br />

asesinato del Che nunca había sido totalmente comprendida.<br />

Los hechos que conocemos ahora y las circunstancias que los<br />

rodearon llevarían a cualquier estudiante objetivo a la conclusión<br />

de que el gobierno estadounidense, en particular la CIA,<br />

mandó asesinar al Che Guevara. La operación fue organizada<br />

desde la Casa Blanca por un hombre llamado Walt Whitman<br />

Rostow que reportaba directamente a Lyndon Johnson. Tenemos<br />

sus cartas a Johnson en donde dice cosas como: “las<br />

tropas en Bolivia que hemos entrenado finalmente lo agarraron”,<br />

o “documentación recién recibida prueba sin ninguna<br />

duda, que es Che Guevara el asesinado”. ¿Cuál fue la documentación<br />

recibida?: luego de que mataran al Che, sus manos<br />

fueron cortadas y enviadas por avión a Langley, Virginia, al<br />

cuartel general de la CIA, y a su vez el gobierno argentino<br />

proveyó las huellas digitales del Che, para que pudieran comprobar<br />

que era el a quien habían matado, tal como querían.<br />

Mira... (saca un documento con imágenes, en la foto, Michael<br />

señala a un sujeto parado y uniformado sacando pecho tras el<br />

cuerpo sin vida del Che, su rostro está tachado con fibra negra),<br />

este hombre aquí parado es Gustavo Villoldo que fue<br />

el agente principal de la CIA en el lugar en aquel momento,<br />

trabajó con Félix Rodríguez. En la biografía que publicó<br />

Jorge Castañares –un profesor y un diplomático mexicano<br />

que escribió una biografía del Che–, Villoldo mismo cuenta<br />

que fue contratado por la CIA, que voló a La Paz y que fue<br />

directo del aeropuerto a la casa del general Barrientos para<br />

decirle al dictador que ellos (la CIA) lo querían muerto y Barrientos<br />

les dio su palabra como presidente de Bolivia que si lo<br />

atrapaban, lo matarían. Esto está citado en los documentos.<br />

–¿El ejército de Bolivia nunca hubiera tomado esa decisión<br />

por sí mismos? No, el gobierno boliviano era cliente<br />

de los Estados Unidos, por ejemplo, de los principales 23 generales<br />

que dirigían ese gobierno, 21 fueron entrenados en la<br />

Escuela de las Américas en Panamá, la reconocida Escuela de<br />

los golpes... Seguramente el gobierno boliviano tenía su propio<br />

interés en pavonearse por matar al Che, al mismo tiempo<br />

que eliminaban una amenaza, pero no harían nada sin la venia<br />

de sus socios estadounidenses. Fue Estados Unidos el que<br />

derrocó al gobierno democrático de Paz Estensorro en 1964,<br />

permitiendo que la dictadura de Barrientos se instalara en<br />

el poder. Esa es una historia importante, porque después del<br />

éxito de la Revolución Cubana en 1959, los Estados Unidos<br />

intentaron aislar a Cuba, porque no les gustó que los cubanos<br />

tomaran control de su propia economía, de la misma manera<br />

que no les gusta hoy que la Argentina desafíe a los fondos buitre.<br />

Así, salvo México que pudo resistir, los demás gobiernos<br />

que desafiaron el poder estadounidense, fueron cayendo uno<br />

detrás otro, Bolivia en el 64, luego Brasil, Uruguay, Chile en el<br />

71 –el otro 11 de septiembre–, y luego la Argentina misma.<br />

–En el libro se explica cómo los servicios secretos aplican<br />

la doctrina de “Negación plausible”, una fórmula<br />

que les permite moverse de manera independiente al<br />

gobierno y que al mismo tiempo les permitió ir transformándose<br />

en organizaciones armadas independientes,<br />

pero al mismo tiempo institucionalizadas. ¿Cómo<br />

se llegó a esta situación? La CIA fue creada en 1947 con<br />

el propósito de proveer al Poder Ejecutivo con inteligencia.<br />

Después de que los japoneses atacaran Pearl Harbor sin que<br />

nadie de la rama ejecutiva se hubiera enterado de nada. Allí<br />

el gobierno y las elites estadounidenses se dieron cuenta de<br />

que necesitaban un servicio de inteligencia. Un año después,<br />

un memorándum escrito por George F. Kennan, permitió<br />

que la CIA realizara un número de actividades ilegales, fue<br />

un memorándum de seguridad nacional que citamos en el libro.<br />

El mismo Kennan confesó más tarde que ese fue el peor<br />

error de su vida. Entonces, como consecuencia de que la CIA<br />

hiciera estas acciones ilegales, el gobierno debía poder negar<br />

su participación en los mismos, por lo que la doctrina de<br />

“Negación plausible” (Plausible Deniability) surge como una<br />

necesidad de liberar al gobierno de la responsabilidad política.<br />

Richard Helms, el director adjunto de planificación de la<br />

CIA en los 60, fue interrogado por el senador Frank Church<br />

durante una investigación del Senado en 1975, y le preguntó<br />

si cuando realizaron determinados asesinatos le habían avisado<br />

al presidente Kennedy, a lo que Helms respondió que<br />

no, “porque no se pone al presidente de los Estados Unidos<br />

en una posición embarazosa hablando en su presencia de<br />

asesinatos de otros líderes políticos”. Por lo que esta doctrina<br />

resulta en un concepto orwelliano, porque transforma la mentira<br />

en algo oficial, hace que la hipocresía pase a ser la forma<br />

de operar. Y así se manejan desde el 48 hasta hoy.<br />

–¿Tan sólo con esto se desliga la responsabilidad legal<br />

del gobierno estadounidense? Estados Unidos es responsable<br />

ya desde que es uno de los firmantes del tratado de<br />

79


8o<br />

Ginebra, que ilegaliza la ejecución sumaria de prisioneros.<br />

Por lo que legalmente, estos asesinos, tanto Gustavo Villoldo<br />

como Félix Rodríguez que viven en las afueras de Miami,<br />

retirados y cobrando pensiones de nuestros impuestos, deberían<br />

ser arrestados, juzgados y puestos en prisión, como todos<br />

los demás que participaron de la decisión. Porque, además,<br />

este tipo de asesinatos no prescribe...<br />

–Aclarar estos puntos históricos es importante, tanto<br />

para los latinoamericanos como para los propios estadounidenses,<br />

para comenzar a recuperar la credibilidad<br />

perdida... En cuanto a eso, creo que con la publicación<br />

de ¿Quién mató al Che?, la credibilidad de Estados Unidos,<br />

que ya es muy baja en América Latina, será aún más baja,<br />

algo que no fue siempre así... Pero en parte también es una<br />

consecuencia de lo que hizo el propio Che en su momento<br />

y el ejemplo que dejó establecido. Porque hoy vemos una<br />

nueva política en Sudamérica, de independencia y solidaridad<br />

gracias a eso. Un buen ejemplo fue el voto en el Consejo de<br />

Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, hace unas semanas,<br />

en la que treinta países contra cinco decidieron apoyar a<br />

la Argentina en su lucha contra los fondos buitre. Todos esos<br />

países, contra Estados Unidos y sus aliados. Algo está cambiando...<br />

Con suerte pueden empezar a cambiar algunas cosas<br />

en Estados Unidos también... Para darte un ejemplo: hace<br />

dos años una consultora llamada Pew hizo una encuesta en el<br />

país del Norte y el 49% de las personas menores de 30 años<br />

tiene una reacción favorable frente al socialismo, y ese número<br />

es aún mayor entre los afroamericanos.<br />

–¿Ocuppy Wall Street ha tenido algún impacto en este<br />

sentido? Sí, Ocuppy fue muy importante, porque mostró<br />

claramente y por primera vez que Estados Unidos no es una<br />

sociedad de clase media, sino que hay una elite dirigente<br />

del 1% y luego venimos todo el resto, y de hecho los que<br />

realmente mandan conforman el 10% de ese 1%... Y ahora<br />

eso está en la mente de las personas, por lo que la ideología<br />

clásica del liberalismo estadounidense ya no es tan efectiva en<br />

las clases medias. Los otros dos pilares de esa ideología son<br />

que sólo el capitalismo es compatible con la democracia y que<br />

es sólo el capitalismo el que le generará un crecimiento sostenido<br />

de ingresos a todo el mundo. Ambas proposiciones ya<br />

se evidenciaron como falsas. En Estados Unidos el sueldo estándar<br />

no ha subido en cuarenta años, y encima desde el 9/11<br />

las agencias nacionales de seguridad espían a todo el mundo,<br />

saben cada letra que aprietas en tu computadora, cada llamado<br />

que haces, etc. Hace muy poco, el senador Bernie Sanders<br />

le preguntó explícitamente al jefe de la NSA (National<br />

Security Agency) “¿ustedes espían al Congreso?” y no hubo<br />

respuesta... Y luego el ex presidente Jimmy Carter, alguien en<br />

posición de saber lo que sucede, dijo sencillamente que ya no<br />

vivimos en una democracia.<br />

–Detrás de estos servicios está la idea del secreto como<br />

algo fundamental para la estrategia, ¿En este sentido<br />

es realmente posible dejar de lado todo secreto?<br />

Pienso también en el problema que está generando<br />

Wikileaks... Justamente Michael Ratner es abogado de<br />

Julian Assange... Y lo que hicieron con Wikileaks es muy<br />

importante, porque develó directamente su cara secreta: sus<br />

asesinatos encubiertos, sus interferencias económicas... Por<br />

eso los Estados Unidos está persiguiendo tanto a los periodistas<br />

y a los que destapan informaciones secretas, porque<br />

no es lo mismo suponer que comprobar... En la historia estadounidense<br />

no ha habido tantas persecuciones como hoy en<br />

día con la administración Obama. Fueron detrás de Manning,<br />

Assange, Snowden... Tal vez no sea del todo posible erradicar<br />

el secreto. Pero en cualquier caso yo creo en la ley. Y para eso<br />

escribimos este libro, para intentar reforzar el peso de la ley.<br />

Y cuando se comienzan a hacer excepciones, es cuando todo<br />

se viene abajo. Cuando Obama fue elegido, tuvo la opción de<br />

tomar otro camino y juzgar a los torturadores de Guantánamo<br />

y dijo “tenemos que mirar hacia adelante, no hacia atrás”,<br />

él perdió la oportunidad en ese momento, permitiendo que<br />

se siga torturando en el futuro. Además, el hecho de que la<br />

Corte Suprema haya autorizado a la décima parte del 1% para<br />

que pueda otorgarles la cantidad de dinero que quiera a los<br />

políticos para sus campañas, sólo hace que sigamos teniendo<br />

dos partidos de derecha...<br />

–¿En ese sentido cuál es el estado de la izquierda en<br />

Estados Unidos hoy? Es contradictorio. Porque el sentimiento<br />

de la mayoría de la gente está mucho más a la izquierda<br />

que lo que ofrece el gobierno, pero no hay manera de<br />

expresarlo porque no hay un partido que los represente, porque<br />

no hay líderes consolidados de izquierda. Hay diversas<br />

organizaciones que defienden derechos puntuales, pero no<br />

un partido unificado, eso aún no se ha conseguido en nuestro<br />

país y es un gran problema estructural que tenemos.<br />

–Volviendo al libro, llama la atención la manera a veces<br />

extremadamente despreciativa en que describen<br />

a sus “objetos de estudio”, en este caso puntualmente<br />

al Che, llegando al punto de poner en duda que fuera<br />

realmente médico en uno de los cables... Es que estaban<br />

más interesados en saber qué pensaba el Che. Comenzaron<br />

el expediente cuando el Che estuvo en Guatemala en 1954 y<br />

se fue transformando en el expediente más grande de la CIA.<br />

Querían averiguar si apoyaba la línea de “coexistencia pacífica”<br />

que estaba predicando la Unión Soviética, o si era un internacionalista<br />

y un verdadero revolucionario. Justo antes de<br />

que dirija la columna en Cuba que dividiría la isla en dos, la<br />

CIA logró introducir un agente en su campamento y cuando<br />

el tipo escribe su reporte pone cosas como: “olía mal, fumaba<br />

cigarros y les leía libros a sus hombres, de literatura, no ideológicos,<br />

y es bastante astuto para ser un latino”...<br />

–Es una extraña forma de mirar, porque resulta incluso<br />

obtusa para sus propios objetivos... Sí, pero es por pura<br />

arrogancia... Es la arrogancia imperial. Puro chauvinismo.


aviso_quid_12-01-2014 - 15out.<strong>pdf</strong> 1 14/11/14 13:58<br />

Hacen descripciones de él de todo tipo, lo siguen durante<br />

toda la revolución y cuando en el 65 desaparece llegan a instalar<br />

como contrainformación que murió a manos de Fidel.<br />

–En ese sentido es muy interesante para la perspectiva<br />

histórica cómo estos documentos clarifican la relación<br />

entre Fidel Castro y el Che en aquel momento, y<br />

también señalan la posición ambigua que mantenía la<br />

Unión Soviética con respecto a la Revolución Cubana.<br />

¡Sí! ¡Muy importante! La elite estadounidense en el fondo<br />

sabía que tenían una suerte de aliado en la Unión Soviética,<br />

el concepto de “coexistencia pacífica” apunta a eso, por eso<br />

tanto los Estados Unidos como la Unión Soviética le temían al<br />

Che, por eso también cuando estuvo claro que el Che estaba<br />

en Bolivia el Primer Ministro ruso voló a la Habana y le dijo a<br />

Fidel Castro “deben detener esto, tendrían que habernos avisado”<br />

–la CIA grabó esto con algún tipo de micrófono porque<br />

está en los documentos–, y Castro respondió: “ustedes han<br />

traicionado su propia tradición revolucionaria y no dejaremos<br />

de apoyar al Che y no dejaremos de ser revolucionarios, y<br />

para nosotros la manera de defender nuestra revolución es<br />

extenderla”. Lo que desmiente de plano cualquier alejamiento<br />

entre Fidel y el Che. Y en cuanto a los rusos, mi opinión<br />

es que ya eran contrarrevolucionarios desde los años últimos<br />

años 20, luego de los primeros juicios de Moscú, en donde<br />

mataron a muchos opositores del comité político y a tres<br />

tercios del comité central... Cuando el Che fue a la Unión<br />

Soviética se horrorizó frente a los burócratas privilegiados con<br />

los que se encontró, y ellos, a su vez, se horrorizaron de él,<br />

incluso hay reportes de algunos de ellos que muestran que secretamente<br />

lo admiraban porque entendieron que el Che era<br />

un verdadero revolucionario, uno de ellos llegó a decir: “Nos<br />

recuerda a Trotsky”... Lo que es interesante, porque cuando<br />

el Che estaba en Bolivia, se cree que tenía un libro de Trotsky,<br />

aunque no se sabe bien si era La historia de la revolución<br />

rusa o La revolución traicionada<br />

¿Quién mató al Che?<br />

de Michael Ratner y Michael Steven Smith<br />

Paidós, 2014


Reseña<br />

dos<br />

El pontífice DEL TRASH<br />

Padre de los excesos si los hay, John Waters –director de cine, escritor y artista– es el ofendedor serial<br />

estrella desde hace cinco décadas, y ahora vuelve al ataque con un nuevo libro, Carsick, para el que salió<br />

a recorrer el gran país del Norte... a dedo<br />

Por Esteban Ulrich<br />

82<br />

“Para mí, el mal gusto es de lo que se trata realmente el entretenimiento.<br />

Si alguien vomita mirando uno de mis films, es<br />

como si recibiera una ovación de pie.” Así comienza la autobiografía<br />

de John Waters. Para el desprevenido, vaya esto como<br />

introducción directa al mundo regurgitado de uno de los cineastas<br />

más encantadores, delirantes y escatológicos que dio el<br />

cine estadounidense. Cuando John comenzó a filmar en su pueblo<br />

natal, Baltimore, allá por 1964, los travestis y transexuales<br />

aún eran, para la conservadora sociedad estadounidense, personajes<br />

freaks tan extremos que parecían salidos de una película<br />

de Todd Browning. Para Waters fueron parte de su inspiración<br />

contracultural y con Divine (Aka Harris Glenn Milstead, la<br />

“drag queen del siglo” según la revista People de aquellos años)<br />

como protagonista de sus films, y una troupe de inadaptados de<br />

Maryland, conocida como los Dreamlanders retrató un Estados<br />

Unidos invisibilizado con un humor desproporcionado y una<br />

crudeza maquillada con rouge corrido. Así vieron la luz films<br />

como Mondo Trasho (1969), Multiple Maniacs (1970), Pink<br />

Flamingos (1972) y Female Trouble (1974), hoy de culto para la<br />

audiencia amante de los extremos cinematográficos y para los<br />

militantes del cine representativo de las minorías sexuales.<br />

Su imagen se fue construyendo a base de pasos artísticos similares,<br />

desafiando los límites del género apoyado en un humor<br />

grotesco y una estética de glamour callejero que luego comenzó<br />

a identificarse como una forma del trash. Una etiqueta ambigua<br />

y aún con la tinta fresca de la que el director no deja de hacerse<br />

cargo cada vez que tiene oportunidad. Con Polyester entra al<br />

mainstream y su figura de dandy pervertido de bigotito y trajes<br />

Comme des Garçon pasa a ser marca registrada de la cultura<br />

marginal y las prácticas de dudosa moralidad. Además de films<br />

como Serial Mom, Pecker o Cecil B. Demented, Waters, con el<br />

tiempo, se fue forjando una imagen pública en televisión y con<br />

participaciones como actor en diversas películas taquilleras,<br />

pasando en los años noventa por la serie de un imberbe Johnny<br />

Depp, 21 Jump Street, y llegando hacia fines de la década al “pináculo”<br />

de la gloria posmoderna cuando quedó inmortalizado<br />

en amarillo con un bolo en Los Simpsons (en el episodio La fobia<br />

de Homero). Desde entonces su figura delicada y lasciva viene<br />

infectando al mainstream estadounidense para bien y para<br />

mal (habría que ver cuánto de la televisión basura de reality<br />

bazofia de los canales trendy de hoy en día, no reclaman cierta<br />

legitimidad en las bases de la trash culture iniciada por Waters<br />

y sus amigos).<br />

Además de director, Waters es guionista, actor, humorista de<br />

stand-up, periodista, artista visual y coleccionista de arte, pero<br />

su base siempre ha sido la escritura. Hace un par de años de-


claraba en la versión local de la revista francesa Los Inrockuptibles,<br />

con motivo de la edición de Mis modelos de conducta,<br />

en donde escribe sobre los seres que lo formaron como artista<br />

maldito: las musas anónimas como Lady Zorro o Bobby García,<br />

“el Buñuel de las Mamadas”, Leslie Van Houten, miembro del<br />

clan de las “chicas Manson”, entre Tennesse Williams, Denton<br />

Welch, o Little Richard y Cy Twombly: “Siempre escribí.<br />

Nunca hice una película que no me haya gustado y nunca la voy<br />

a hacer. Escribí todos mis libros y mis películas, hasta algunos<br />

trabajos artísticos que no tienen que ver con el cine, los shows<br />

de stand-up que hago… Escribir y planear siempre fue lo mío.<br />

Me veo a mí mismo como un contador de historias, no importa<br />

el formato. Y pese a que paso mucho tiempo reescribiendo, algunas<br />

cosas las corrijo hasta diez veces, pero aun así lo que busco<br />

es que se entienda que lo que estoy haciendo es contar una<br />

historia, hablándole directamente al público. Y nunca le tomo el<br />

pelo a la gente (...)”. Entre sus libros se encuentran Shock Value<br />

(1981), Crackpot: The Obsessions of John Waters (1987-2003),<br />

Art: A Sex Book (2003, coescrito con Bruce Hainley), Mis modelos<br />

de conducta (2010) y Carsick (2014), estos dos últimos<br />

editados en nuestro país por Caja Negra.<br />

Así es como hacia 2012, a sus sesenta y seis años, el director de<br />

Pink Flamingos, se pregunta qué puede hacer para la escritura<br />

de un nuevo libro y casi como para cobrar un adelanto de una<br />

editorial, propone la idea de hacer dedo desde su casa en Baltimore<br />

hasta su departamento en San Francisco, con el objetivo<br />

de escribir un libro con todo lo que le suceda en el trayecto. Con<br />

un estilo de escritura que remite al trazo trash-meticuloso de un<br />

Crumb caramelizado, sobre todo en la primera parte del libro,<br />

Waters nos invita a reír con este ejercicio-idea del demonio.<br />

El Waters de hoy ya no necesita nada, ni siquiera hacer más películas.<br />

Por lo que un viaje a dedo por las rutas de su país es lo<br />

más próximo que puede llegar para volver a sentir la adrenalina<br />

de una verdadera aventura. Por eso también es que se reclama<br />

un adorador de la juventud, porque es la promesa de algo nuevo,<br />

nada más. Así, los hypsters y la generación de raver-pañales<br />

que pulula hoy por todos lados con pijamas y pelos de colores<br />

son sus nuevas promesas de próximos paraísos. Un viejo verde<br />

inmaculado... Jugueteando con el porno-pop se deja llevar por<br />

los senderos del delirio aburguesado, por momentos casi coqueteando<br />

con una senilidad poética, en donde los viejos locos<br />

tiempos se mezclan con los nuevos, aún más locos. Un romance<br />

platónico intergeneracional que aspira a cierta trascendencia<br />

mítico-artística. Aunque no por eso menos patética.<br />

Bautizado “Pontífice del trash” nada menos que por William<br />

Burroughs, conocido como el “Rey del vómito” por otros y<br />

autoproclamado “Sultán de la sordidez” por él mismo –sólo<br />

algunos de sus títulos de “bajeza”–, Waters asume aquí la forma<br />

de un drone que se dedica a explorar la actualidad posmoderna.<br />

Su Buen viaje describe un paisaje de tribus nativo-digitales<br />

entremezcladas con las viejas, las que nacieron en el albor de la<br />

disolución de las duras estructuras decimonónicas en los años<br />

sesenta del siglo pasado; y en el Bad Trip, entran a escena los<br />

monstruos individuales, esos granos desproporcionados que se<br />

generan entre las grietas del mundo, en ese vacío de sentido<br />

que oxigena al mismo tiempo que produce nuevas formas de<br />

vida extremas. Los nuevos extremos se encuentran hoy en la<br />

perversión de nuestras individualidades, parece decir el viejo<br />

Waters, el tío gay, queer o lo que sea..., en nuestra omnipotencia<br />

democrática creamos monstruos –el Estado, las marcas, las corporaciones–;<br />

que se debaten sobre un mar de hormigas enloquecidas,<br />

atizadas por drogas varias u obsesiones lunáticas.<br />

Waters incluye en sus páginas a todos, sobre todo a sus aliados,<br />

a aquellos a los que ubica en un árbol genealógico que lo contiene,<br />

desde David Lynch, Pedro Almodóvar, David Cronemberg<br />

y Gaspar Noé, hasta Isabel Sarli y Armando Bo, que aparecen<br />

entre sus fanatismos más lógicos y sorprendentes. Una genealogía<br />

con la que se da sentido a sí mismo, pero también a todos los<br />

outsiders del planeta con un poco de sensibilidad cinéfila.<br />

Finalmente el trip real se ejecuta en una clave más despojada,<br />

con el alma al desnudo. Su cuerpo de hombre mayor comienza<br />

a mostrar sus imperfecciones. El mundo real es siempre menos<br />

de lo imaginado, hasta que supera todo lo previsible, y es aquí,<br />

entre los asfaltos, los alambrados, los cartones, el concreto y<br />

las alfombras de colores indefinidos de los moteles ruteros en<br />

donde se delinea la verdadera cara del infierno: el aburrimiento.<br />

Pero este viaje triplicado sigue haciéndonos reír a pesar de<br />

todo, ya desde su inefable concepto hasta su mis en scene narrativa<br />

de situaciones pervertidas, encarnadas por un narrador<br />

que termina por revelarse como su propio objeto de estudio.<br />

Y con cada lugar común con los que no le parece importarle<br />

tropezar, produce una marca que funciona como una suerte de<br />

confirmación materialista. Es justamente en esa reafirmación<br />

ritmada en donde se puede entrever el dispositivo, aquí no hay<br />

misterio, no hay necesidad de misterio. La vida es lo que está<br />

detrás de cada puerta, aunque lo que asome del otro lado sea<br />

un deformado pene gigante. Y el dandy se transforma en un estoico.<br />

Un fanático de la razón. Alguien que irá hasta las últimas<br />

consecuencias por sostener el personaje, un verdadero actor...<br />

Eso es ser trash, y tal vez uno de sus puntos de divergencia con<br />

el punk, entender la vida como un proceso de descomposición,<br />

sí, pero también saber cómo llevarlo con elegancia.<br />

Carsick,<br />

de John Waters<br />

Caja Negra, 2014<br />

83


Tema de tapa<br />

seis<br />

Desde hace algunos años y gracias a la vasta difusión, la “pastelería americana” ha ganado muchas posiciones<br />

en las mesas dulces del mundo. Tan divertido como excesivo, el fenómeno tienta a chicos y grandes, para<br />

quienes también abre una buena oportunidad de negocios<br />

85<br />

Por Marina García<br />

Dicen las malas lenguas, que tiempo<br />

antes de la Revolución Francesa, Marie-Antoinette<br />

habría sido informada<br />

de que el pueblo no tenía pan para<br />

comer, a lo que ella respondió “Qu’ils<br />

mangent de la brioche”, es decir: “¡Que<br />

coman pasteles!”. Actualmente los<br />

historiadores niegan que esa expresión<br />

tan poco feliz fuera de su autoría, pero<br />

dado que la joven reina era una amante<br />

de los excesos (especialmente de lujos y<br />

juegos) poco costaba creerlo y usarlo en<br />

su contra. En la muy original película<br />

de Sofía Coppola (2006), “la austríaca”<br />

es retratada como una fanática de los<br />

dulces y todo el film tiene una estética<br />

cupcake que poco tardaron en explotar<br />

los especialistas en ambientación y fiestas<br />

de nuestra época.<br />

La pastelería moderna tiene un origen<br />

incierto, pero es de esperar que los<br />

franceses y los italianos –luego de la<br />

maravillosa incorporación de la caña de<br />

azúcar y el cacao–, fueran quienes tomaron<br />

el podio para impresionar a reyes<br />

y princesas con las excelsas preparaciones<br />

de dulces y pastelería. Tradicionalmente<br />

el puesto de pastelero requería<br />

una formación aún más rigurosa que<br />

para el cocinero y esto se refleja en<br />

casos como el prestigioso chef pâtissier<br />

santafecino, Osvaldo Gros, cuya formación<br />

como ingeniero geoquímico se<br />

denota en la perfección y el detalle de<br />

cada trabajo.<br />

En los últimos años, la tendencia dulce


86<br />

se orientó a la repostería en porción<br />

individual y muy, pero muy vistosa, de<br />

forma que se pudiera probar de todo<br />

un poco sin esperar a que nadie corte la<br />

torta. Si a esto se le suma el empuje que<br />

brindaron las escuelas de cocina y la<br />

mediatización de las actividades gastronómicas,<br />

poco faltó para que preparar<br />

dulzuras en casa (con aspecto profesional)<br />

fuera una actividad “apta para todo<br />

público”.<br />

Al respecto, Isabel Vermal –propietaria<br />

la pastelería boutique Smeterling y<br />

conductora de varios programas para<br />

ElGourmet.com– dice: “Los cupcakes<br />

se han puesto muy de moda en todo el<br />

mundo porque son un recurso divertido<br />

y muy versátil, apto para profesionales<br />

o amateurs. Lo que me gusta es que<br />

permite que los chicos participen en la<br />

decoración y liberen la imaginación. A<br />

mi hija le encanta hacer cupcakes, es<br />

un producto que gusta mucho entre los<br />

adolescentes”.<br />

El cupcake es una estrella de la pastelería<br />

estadounidense y su cultura. Pocas<br />

son las películas o series donde no aparezcan<br />

y en muchos casos se vuelven<br />

íconos como Magnolia Bakery en Sex<br />

and the City. Por lo tanto no es extraño<br />

que fuera una rubia de Beverly Hills<br />

quien inaugurara la primera tienda de<br />

cupcakes del mundo en 2005: Sprinkles<br />

Cupcakes. Candace Nelson, fue una<br />

auténtica pionera en el negocio ya que<br />

no sólo visualizó la comercialización en<br />

cadena sino que desarrolló el cupcake-<br />

ATM algo así como un “cajero automático<br />

de cupcakes” para que –sin importar<br />

la hora–, nadie se quede con las ganas<br />

de una dulzura. “Luego de graduarme<br />

en mi curso de pastelería empecé un<br />

negocio casero de tortas a pedido y<br />

pronto me di cuenta de que ese tipo<br />

de trabajos no eran muy frecuentes...<br />

habiendo sido criada en la tradición de<br />

que el postre debe ser una indulgencia<br />

diaria, empecé a centrarme en cupcakes<br />

en lugar de tortas”, explica Candance en<br />

una entrevista para emprendedores.<br />

Esta joven pastelera es también la estrella<br />

del jurado de Cupcake Wars un exitoso<br />

reality pastelero de Food Network<br />

que se inició en 2010 y ya cuenta con<br />

nueve temporadas.<br />

En Argentina, la presencia de esta<br />

pastelería tiene ya unos años y sigue cosechando<br />

adeptos: “La tendencia actual<br />

en mesas dulces le da mucha importancia<br />

a la pastelería americana. La enorme<br />

posibilidad que brindan a la hora de<br />

personalizar los productos los convierten<br />

en ideales para fiestas y ambientaciones<br />

ya que se puede trabajar con<br />

colores y motivos desde las invitaciones<br />

hasta la decoración de cada galletita”,<br />

nos cuenta Julia Velasco, directora de<br />

Almanova detalles para celebrar.<br />

A nivel local, la preparación y venta de<br />

estos productos ofrece una oportunidad<br />

artística y comercial a muchas personas<br />

que hasta el momento sólo cocinaban<br />

y decoraban para la familia y amigos.<br />

Maia Fridman y Laura Colombo son<br />

amigas desde la secundaria y su trabajo<br />

para All you need is cupcakes hizo punta:<br />

“Nuestra historia comenzó hace seis<br />

años, el cupcake era un producto que<br />

casi no existía en el país. A los pocos<br />

meses decidimos probar la venta en<br />

sitios on line y algo que empezó como<br />

una posibilidad es hoy el sustento de<br />

ambas, nos dedicamos 100% a esto”.<br />

La sensibilidad para captar la idea que<br />

pide el cliente y llevarla a la dulce realidad<br />

es también un factor crucial en la<br />

pastelería personalizada. Tal es el caso<br />

de Sabrina Giorgi de Sacakes: “Lo que<br />

más me gusta es la expresión de los nenes<br />

al ver SU torta, ¡eso no tiene precio!<br />

¡Hay nenas que han abrazado y besado<br />

su torta muñeca! Eso me llena de alegría<br />

y orgullo”.<br />

Por otra parte, los admiradores de la<br />

pastelería europea también cuentan con<br />

sus novedades en pequeño formato o<br />

mini-cakes, donde se lucen las texturas<br />

de cremas, chocolates y mousses. Aquí<br />

la estrella es la materia prima y por<br />

supuesto la expertisse del pastelero ya<br />

que se requiere una formación técnica<br />

mucho más fuerte. Aquí se destacan los<br />

clásicos franceses macarons, los italianos<br />

cantuccini o detalles de lujo como<br />

los “Saint-Honoré Lollipops” una reinterpretación<br />

pop de la prestigiosa casa<br />

parisina Dalloyau (donde una docena<br />

de sus “inimythable®” macarons sale<br />

unos –tal vez excesivos– 27 euros). Al<br />

respecto, Luciano Diéguez (pastelero<br />

para The BUE Trainers) cuenta sobre<br />

su experiencia en París: “He probado<br />

los macarons de todas las grandes<br />

pastelerías, allí se valora mucho la presentación<br />

¡los exhiben como joyas! ¿Detalles<br />

de calidad? Las tapas deben ser<br />

cremosas, suaves y parejas, la ‘pollerita’<br />

de la base, prolija. La cantidad y calidad<br />

del relleno es muy importante, es una<br />

pieza de pastelería costosa y no se puede<br />

rellenar con cualquier cosa. Finalmente,<br />

cuando uno prueba, debe estar equilibrado<br />

en textura, sabor y aroma”.


El boom dulce llegó también a estas<br />

pampas en forma de locales/panaderías<br />

al estilo casero donde la calidez<br />

acompaña a cuidados productos recién<br />

horneados junto a cafetería y tés premium.<br />

Imperdibles –dentro de la muy<br />

tentadora carta– las tortas sin harina de<br />

Ninina Bakery (Palermo), las porciones<br />

de Americana (dos gruesas capas<br />

de genoise de coco y dulce de leche) o<br />

Tartufo (marquise de chocolate amargo,<br />

mousse de chocolate amargo, dulce de<br />

leche y merengue italiano) son capaces<br />

de tentar al más pintado y permiten<br />

abrir el dulzor a público celíaco.<br />

Con todo el glamour belga y más de<br />

22 años de éxito en el mundo, Le Pain<br />

Quotidien ofrece en cinco locales una<br />

experiencia confortable y deliciosa: pain<br />

au chocolat (delicada masa al estilo vienés<br />

con barrita de choco en el centro),<br />

la supercrocante croissant de almendras<br />

y los intensos panes orgánicos que<br />

también se pueden llevar a casa. Vale<br />

probar el suave y fresco tiramisú –en<br />

bowl para compartir– cubierto con las<br />

tradicionales galletitas Spéculoos<br />

Quién es quién<br />

Cupcake: pastelito individual tipo bizcochuelo horneado en molde de papel, coronado con cubiertas varias (frosting).<br />

Cake Pops: Trufa de bizcochuelo servida en forma de chupetín (bola). Generalmente bañado en chocolate.<br />

Whoopie: Especie de alfajor con textura tierna y esponjosa.<br />

Cookie: Genérico para galletitas o galletas al estilo estadounidense. Incluye decoraciones glaseadas.<br />

Muffin: Genérico para pancito/pastelito horneado en molde de papel, generalmente incluye pasas, chips, nueces, etc.<br />

Mini-cakes: Mini tortas al estilo de la pastelería clásica.<br />

El desafío de Buddy Latinoamérica<br />

Desde hace ya tiempo, un clásico muy<br />

buscado en Estados Unidos, quizás por<br />

su afición a las cadenas comerciales y<br />

prefabricados, son los llamados Mom<br />

And Pop style es decir negocios tradicionales<br />

tipo casero y familiar. Nueva<br />

York es rica en esta clase de locales y la<br />

panadería Carlo’s Bake Shop es uno de<br />

ellos. De allí nace la hoy estrella Buddy<br />

Valastro, la cara del reality gastronómico<br />

del momento. Para su flamante edición<br />

Latinoamérica ocho participantes<br />

–entre ellos tres argentinos Luciano<br />

Diéguez, Myriam Mollo y Catalina<br />

Moroni– compiten en diferentes pruebas<br />

para demostrar que son líderes en<br />

su trabajo y ganar un voluptuoso premio<br />

de diez mil dólares.<br />

En cada episodio, la exigencia de tiempos,<br />

trabajo en equipo y lucimiento individual<br />

es un reto para cada participante,<br />

que pone en juego todo lo aprendido<br />

en su carrera:<br />

“la formación en pastelería profesional<br />

te da recursos para poder hacer tu trabajo<br />

confiado y dedicarle más atención<br />

a tu equipo. Por otro lado uno es más<br />

perfeccionista y a veces a nivel mediático<br />

esto se deja un poco de lado, ya que<br />

hay mucho trabajo que no se ve. De<br />

todas formas uno se pone a prueba y<br />

los desafíos me encantan!”, nos cuenta<br />

Luciano Diéguez.<br />

El programa se emite los martes a las 20<br />

por Discovery Home & Health.<br />

Luciano Dieguez<br />

87


Entrevista<br />

trece<br />

“Soy adicta<br />

AL chocolate”<br />

La reconocida pastelera y dueña de una cadena de locales donde se pueden disfrutar<br />

sus delicias, acaba de publicar un libro que lleva su nombre, Nucha<br />

88<br />

Por Mónica Tracey


Se llama Regina Vaena y detrás de la conocida marca, referente<br />

insoslayable de la pastelería en nuestro medio, está ella,<br />

su familia, su historia. Porque incluso cuando estudió para<br />

perfeccionarse y mejorar su técnica, siempre estuvo aquella<br />

infancia en una casona de Avellaneda, con abuelos venidos<br />

él de Túnez y ella de Esmirna, con fondo de árboles frutales,<br />

con fruta secándose al sol, con una cocina llena de mujeres<br />

haciendo delicias judías y una nena que trabajaba junto a su<br />

abuela Catalina, experta en dulces orientales.<br />

Así lo cuenta en su libro, cada paso, una delicia, cada receta,<br />

una historia, cada sabor, horas de desvelo buscando eso que<br />

hace la diferencia. “Las nuestras eran casas pobladas de frutos<br />

secos, todas las especias que se pueden encontrar. Abrías una<br />

alacena y esa mezcla de aromas te hechizaba”, dice. Nucha<br />

cuenta que inevitablemente relaciona la cocina con las visitas,<br />

porque en la vieja casa familiar se cocinaba para recibir, para<br />

agasajar, y todo ese tiempo de preparación, que podía durar<br />

quince días o dos meses, era una fiesta de perfumes, de trabajo<br />

compartido, de recetas con historia. “Acompáñenme en<br />

este nuevo viaje. Es un viaje por la familia, por el mundo, por<br />

los placeres prohibidos y los sabores que nos alegran la vida”,<br />

dice en el prólogo del libro que lleva su nombre.<br />

Cuenta que siempre sintió la cocina como el corazón de su<br />

casa, de la infancia y luego, la de la casa en la que vivió con<br />

su marido y empezó la crianza de sus tres hijos, y a recibir a<br />

sus compañeritos. “Yo siempre estaba preparando cosas ricas,<br />

nuestra casa era un refugio ideal para niños golosos”, dice.<br />

Nucha es una mujer apasionada, no podría hacer las delicias<br />

que hace si no lo fuera. Aunque uno podría no notarlo<br />

inmediatamente. Sin embargo, hay un momento en que no<br />

lo puede ocultar, y es cuando habla del chocolate: “¿Comer<br />

tortas puede convertirse en un vicio?”. La respuesta es rápida,<br />

cortante, clarísima: “El chocolate es una adicción”, y luego:<br />

“La expresión justa es que soy adicta al chocolate”.<br />

El capítulo que le dedica en su libro es adrenalina pura. El<br />

deseo, el placer prohibido, la búsqueda de lo nuevo, la saciedad<br />

y lo insaciable, todo está en la precisión del recuerdo<br />

de cuándo y dónde lo descubrió, cómo lo fue incorporando,<br />

cómo se convirtió en su sello, un óvalo de chocolate con su<br />

nombre impreso colocado sobre sus productos. “La mayoría<br />

de las veces, el chocolate es mi inspiración, lo que me hace<br />

volar la imaginación y crear nuevas combinaciones y texturas.<br />

Es el plan que me da más ilusión: meterme en la cocina provista<br />

de chocolate a ver qué nueva idea se me ocurre. Y me<br />

sorprendo todo el tiempo. Es una aventura única”, confiesa.<br />

Con la misma entrega que le dedica a su método de “perderse<br />

en el mundo mágico de la prueba y el error”, como ella<br />

dice, Nucha está abierta a lo nuevo, a lo distinto. Así unió la<br />

repostería francesa a la herencia familiar, el chocolate y las<br />

frutas, en su marquise con damascos turcos. Así se dejó permear<br />

por las nuevas tendencias, y fue cambiando sus productos,<br />

aunque siempre con su toque. Y todo lo toma con alegría,<br />

el boom de la pastelería en estos años, las tendencias, las<br />

modas. “Hubo muchos cambios, hicimos muchos productos<br />

nuevos, tanto en sabores como formas y terminaciones. Los<br />

gustos han cambiado, la pastelería es o muy light, muy frutal,<br />

o todo lo contrario, y en el medio, todo lo que se te ocurra”,<br />

dice, entusiasmada, pensando tal vez en cómo cada cosa entró<br />

en su cocina y salió diferente.<br />

Entre las nuevas tendencias, inevitables, los cupcakes. “Son<br />

divertidos. Los degusté en Italia por primera vez hace algunos<br />

años, y me parecieron muy originales, con buenas terminaciones,<br />

bien decorados y los colores, muy vistosos. Después los<br />

probé en los Estados Unidos, muy ricos pero me parecieron<br />

más rústicos. Nosotros hicimos algo intermedio, combinamos<br />

la idea, metimos dulce de leche de relleno o en la masa, además<br />

de todo tipo de frutas, algo más a nuestro gusto. En este<br />

momento, la tendencia son cupcakes más grandes y rústicos”,<br />

explica Nucha.<br />

Ahora, a la vuelta de la construcción de su reconocida marca,<br />

Regina Vaena ha comenzado a transmitir sus conocimientos,<br />

su experiencia. “Estoy dando clases de pastelería por segundo<br />

año en mi local de la calle Armenia, donde tenemos un salón<br />

preparado para enseñar”, resume con humildad sus cursos y<br />

clases magistrales mensuales, en los que enseña las recetas de<br />

los productos de línea de venta y otras recetas. Un lujo para<br />

quienes las toman y un lujo que ella se permite después de casi<br />

toda una vida aprendiendo desde la tradición familiar, las clases<br />

de pastelería, su carrera de bioquímica, que siempre viene<br />

en su socorro a la hora de evaluar los ingredientes, las mezclas.<br />

Cuando a fines de 1989 empezó junto a sus hijos la aventura<br />

de la primera de sus ahora trece sucursales, a las que se suma<br />

su empresa de catering, ya hacía tiempo que hacía tortas para<br />

otros negocios. Y antes de eso, su vida cotidiana en la cocina,<br />

en el corazón de la casa, siempre, haciendo lo que ella define<br />

como “un mix de moderno y antiguo”, con sus recetas llenas<br />

de historias personales. No por nada, cuando se le pregunta<br />

quiénes son sus referentes en pastelería, responde: “Mi<br />

mayor referente fue mi abuela Catalina, experta en dulces<br />

orientales, pero no dejo de admirar a Escoffier, a Bilheux o<br />

Alain Ducasse”<br />

100 x 100 Nucha.<br />

Recetas con historia<br />

Editorial Sudamericana, 2014<br />

89


VIDA GOURMET<br />

Pequeños detalles que hacen la diferenciA<br />

Por Mónica Tracey<br />

El más festivo de los vinos<br />

9o<br />

La historia del champagne en nuestro país tiene larga data,<br />

con marcas que iniciaron el siglo XX y una importación espeluznante,<br />

por ejemplo para los festejos del Centenario, con<br />

un millón de litros que se trajeron de Francia y también de<br />

España. Parece que desde que lo descubrimos siempre nos<br />

gustó ese vino que se hace frescura y se eleva en burbujas,<br />

con sus distintos equilibrios de acidez y dulzura, con esos<br />

tonos pura seducción, como ese casi dorado que lleva su<br />

nombre, ese nombre que ya no podemos usar. Estábamos justamente<br />

logrando los mejores ejemplares cuando tuvimos que<br />

llamarlos espumosos.<br />

Y tal vez la clave de por qué esta bebida enamora la dé Pedro<br />

Rosell al contar los motivos por los que eligió hacerla: “El espumoso<br />

es más entretenido, más festivo y más creativo”, dice<br />

uno de los hombres que escribió esta ya larga historia, con<br />

los hitos que fue sembrando desde que puso su trabajo de<br />

experto en sus recordadas creaciones para Navarro Correas,<br />

en aquel momento en que esta bodega se lanzó con una propuesta<br />

que movió el mercado y la producción de champagnes<br />

nacionales. Sí, todavía se llamaban así. Luego asesoró a Bodegas<br />

Lagarde, y más tarde pasó a formar parte de Rosell-<br />

Boher, un lugar que era volver a lo propio. En esa bodega<br />

vivió el padre de Rosell antes de casarse y fundar su familia<br />

en lo que ahora es la bodega Weinert, donde nacería Pedro.<br />

Después asesoró a Bodegas Salentein, hasta que se asoció con<br />

un grupo chileno y su mano de experto comenzó a dar forma<br />

a los ya reconocidos espumosos de Bodegas Cruzat. Uno de<br />

ellos, el Cruzat Cuvée Rosé Extra Brut acaba de ganar el Regional<br />

Trophy como el mejor vino espumoso de Argentina en<br />

el Concurso Decanter World Wine Awards 2014, en Londres,<br />

y el International Trophy, primer espumoso argentino en lograrlo.<br />

Nacido y formado en Mendoza, luego de afinar su formación<br />

en Francia, y a pesar de haber tenido interesantes ofrecimientos<br />

en el exterior, decidió volver a su tierra, “el lugar<br />

ideal para mi especialización”, donde además tenía su familia<br />

y una carrera docente en la Facultad de Ciencias Agrarias<br />

de la Universidad Nacional de Cuyo, actividad que siempre<br />

desarrolló con tanta alegría como este saber hacer magníficos<br />

espumosos. Ahora, continúa su tarea de docencia enseñando<br />

a degustar y valorar los vinos burbujeantes.


Más sabor, distintos saberes, sentir<br />

más, gustar mejor, tradición, novedad,<br />

catas, un camino para conocerse en<br />

las propias elecciones<br />

con sus borras”, dice y sabe<br />

que con esos pocos datos ya<br />

puso en marcha el deseo de<br />

degustarlos.<br />

Y para quienes estén deseosos<br />

de aprender a disfrutar más<br />

de los espumosos, el consejo<br />

del maestro: “Hay que tomar<br />

buenos productos y comparar<br />

para ir formando criterios”. Y<br />

así como para hacerlo, sólo se<br />

aprende probando, asegura<br />

Era imprescindible preguntarle qué hace a un buen espumoso.<br />

“Buenas uvas, un buen vino base, una elaboración cuidadosa<br />

y un buen licor de expedición”, es la fórmula a la que le<br />

falta la intuición del experto, porque Rosell habla de intuición<br />

y de decisiones sensoriales. “Este trabajo es creativo porque<br />

son productos biológicos, hay que partir del viñedo, probar<br />

las uvas y cosecharlas en el momento que están a punto, ni<br />

antes ni después. Para hacer champagne se prensa el racimo<br />

entero, hay que decidir hasta dónde prensar, qué calidad de<br />

mosto queremos. Cada paso es una decisión sensorial, como<br />

los cortes que hacemos luego. ¿Cómo lo hacemos, cuándo lo<br />

ponemos en la botella? Hay que usar la nariz. No se puede<br />

medir con ningún aparato el buen gusto y el aroma, no hay<br />

análisis posible, sólo la degustación puede hacer decidir, sólo<br />

probando”, explica, apasionado.<br />

Respetuoso de la tradición, Rosell eligió siempre el método<br />

champenoise para elaborar sus espumosos, el llamado tradicional,<br />

que él explica así: “Consiste en refermentar el vino<br />

base en botella, la misma en que se vende, con agregado de<br />

azúcar y levaduras seleccionadas. Un vez terminada la fermentación<br />

se eliminan las borras, se le agrega el licor de expedición<br />

y se tapa con el tapón y bozal definitivo. Con la autolisis<br />

de las levaduras y la maduración durante varios años, este<br />

método asegura un óptimo en la calidad del vino terminado”.<br />

También en la elección de las uvas, vuelve a lo tradicional y<br />

elige las Pinot Noir y las Chardonnay, que campean en el método<br />

champenoise. “Las sigo eligiendo porque considero que<br />

son las más aptas para un buen producto. Los franceses lo<br />

han probado desde hace mucho tiempo. Una vez, en Navarro<br />

Correas, hicimos ensayos con muchas uvas, se degustaron a<br />

ciegas y se eligieron dos que, ¡oh sorpresa!, fueron Pinot Noir<br />

y Chardonnay”, cuenta divertido.<br />

Como buen hacedor, más que de las glorias del pasado, Rosell<br />

prefiere hablar de su próxima joyita. “Ahora es el millesimé,<br />

porque se dieron las condiciones de buena uva, muy buen<br />

año y paciencia de los socios para esperar los ocho años que<br />

lleva en contacto con las levaduras. Es un espumoso que debería<br />

salir a comienzos de 2015 en partidas muy limitadas. Y<br />

luego habrá un blanc de blanc que todavía está en contacto<br />

Algunos<br />

imperdibles PARA Probar<br />

Cruzat Cuvée Rosé<br />

Extra Brut<br />

90% Pinot Noir – 10% Chardonnay<br />

Método champenoise.<br />

Uno de los seis espumantes de<br />

la bodega.<br />

Ganador del International<br />

Trophy en el Decanter World<br />

Wine Awards 2014.<br />

Schroeder Brut Nature<br />

60% Pinot Noir – 40% Chardonnay<br />

Método charmat de largo tiempo (más de un año).<br />

Edición limitada de la bodega.<br />

CarinaE Chin Chin<br />

80% Chardonnay – 20% Pinot Noir<br />

Método charmat Largo.<br />

Cuidado primer espumante de la bodega.<br />

Las Perdices Brut Nature<br />

80% Chardonnay – 20% Pinot Noir<br />

Método champenoise.<br />

Es el nuevo y sexto espumante de la bodega.<br />

91


TV<br />

SERIES<br />

Por LAURA BERTI<br />

Boardwalk Empire<br />

Género Dramático. 5 temporadas (2010-2014).<br />

Creador: Terence Winter. Origen: Estados Unidos.<br />

Protagonista: Steve Buscemi.<br />

La Primera Guerra Mundial (1914-1918)<br />

ha terminado y Wall Street está a punto<br />

de explotar. Es una época de cambios:<br />

las mujeres obtienen el derecho al voto,<br />

la radio llega a los hogares y los jóvenes<br />

gobiernan el mundo. Atlantic City es un<br />

espectacular lugar de vacaciones en el<br />

que sólo se respetan las reglas impuestas<br />

por Enoch “Nucky” Thompson (Steve<br />

Buscemi).<br />

“Todos tenemos que decidir por nosotros<br />

mismos con cuánto pecado se puede<br />

vivir”, Thompson dice esta frase en uno<br />

de esos diálogos inteligentes y concisos<br />

que se recogen una y otra vez en Boardwalk<br />

Empire, la serie que recrea con<br />

maravillosa pulcritud la vida de negocios<br />

de la mafia, sucios arreglos políticos y<br />

cambios sociales que ilustraron el período<br />

de la prohibición alcohólica en Estados<br />

Unidos. Con el sello de calidad de HBO<br />

(Los Soprano, Six feet under o Games of<br />

Thrones), esta obra maestra de la pequeña<br />

pantalla, vuelve a recordarnos una vez<br />

más que las buenas historias de la mafia<br />

conservan intacta su capacidad para profundizar<br />

en el espíritu humano, donde la<br />

contradicción, el deseo y el miedo pueden<br />

determinar la decisión más insignificante<br />

así como toda una vida.<br />

Basada en hechos reales, se inspira en la<br />

obra homónima de Nelson Johnson. Con<br />

Martin Scorsese como productor ejecutivo<br />

y dirigiendo el capítulo piloto, la serie<br />

rastrea hasta las esquinas más oscuras de<br />

los personajes para conseguir mostrar un<br />

retrato humano veraz y apasionante.<br />

Parafraseando a Vito Corleone cuando<br />

dijo aquello de “voy a hacer una oferta<br />

que no podrá rechazar”, se puede decir<br />

que Boardwalk Empire es una serie que<br />

no se puede rechazar si el lector gusta de<br />

las buenas historias de la mafia, relatos<br />

que hablan, en definitiva, sobre todos nosotros<br />

porque, “todos tenemos que decidir<br />

por nosotros mismos con cuánto pecado<br />

se puede vivir”.<br />

Mad Men<br />

Drama de época. 7 temporadas (2007-2015).<br />

Creador: Matthew Weiner. Origen: Estados<br />

Unidos. Protagonista Principal: Jon Hamm.<br />

Mad Men exhala testosterona por cada<br />

uno de sus poros. Los personajes masculinos<br />

se perfilaron en un principio como los<br />

protagonistas de una historia enmarcada<br />

en el ambiente de las agencias de publicidad<br />

estadounidenses entre las décadas<br />

del 50 y el 70 (señores con traje y corbata,<br />

repeinados y aficionados a todo vicio a<br />

través del cual puedan canalizar el estrés<br />

que provoca el poder, la arrogancia y la<br />

consecuente soledad). Comilonas, copas,<br />

humo y sexo extramatrimonial son algunas<br />

de las claves de la serie.<br />

En términos de género y raza, podemos<br />

advertir que el universo de Mad Men está<br />

dirigido y gobernado por hombres heterosexuales<br />

anglosajones. Lo que implica un<br />

sistema de exclusión, en el que estarían las<br />

mujeres, los homosexuales y los afroamericanos.<br />

Mientras que el género femenino<br />

es excluido del poder pero representado<br />

en pantalla, la opresión sobre los homosexuales<br />

y los afroamericanos no les permite<br />

hacerse visibles en el relato.<br />

Así, la historia indaga en la cultura estadounidense<br />

de los años 60, pero desde una<br />

óptica novedosa, desde un grupo de publicistas<br />

de la Avenida Madison. El asesinato<br />

del presidente Kennedy, los movimientos<br />

por la liberación de los negros, la segunda<br />

ola feminista, la guerra de Vietnam, los<br />

grupos contraculturales y los Beatles son<br />

fenómenos narrados en un segundo plano,<br />

que funcionan como trasfondo de sus vidas.<br />

Este mundo en permanente crisis, se<br />

vuelve presente a partir de intervenciones<br />

directas e indirectas: por un lado, a través<br />

de los diarios y la televisión, y por otro<br />

lado, tal vez lo más importante, es que la<br />

ruptura de la sociedad se manifiesta en<br />

situaciones límite que deben vivir los propios<br />

personajes.<br />

Mad Men parece decirnos, con sutileza,<br />

que si la contracultura existió era porque<br />

había una cultura dominante. Una cultura<br />

sexista, racista, militarista, alcohólica, elitista,<br />

religiosa, imperialista. Perfectamente<br />

representada por las agencias de publicidad<br />

de Madison Avenue y su clientela<br />

típicamente americana, como los Hoteles<br />

Hilton o Lucky Strike.<br />

Una serie muy recomendable aunque<br />

diste de ser una tira de acción inmediata,<br />

está lejos de un entretenimiento que permite<br />

desconectarse de la vida diaria, pero<br />

vale la pena. Varios Emmys ganados la<br />

respaldan. La recomendamos para saborear<br />

cada detalle<br />

Ambas series se encuentran disponibles en<br />

Tematika, Yenny y El Ateneo<br />

93


Museos<br />

del mundo<br />

Todos los caminos conducen a DAlí<br />

Por Martín Garrido<br />

Nuestra visita comienza mucho antes de llegar al pequeño pueblo<br />

donde nació Salvador Dalí (1904-1989) que está enterrado<br />

bajo una lápida como “Marqués de Dalí de Pujol” porque nos<br />

acompañan todas las referencias, reales o imaginarias, del creador<br />

catalán con todos los extremos de su vida.<br />

Está a 136 kilómetros de Barcelona, en ángulo al norte de la<br />

frontera con Francia, y con el tren de alta velocidad el viaje dura<br />

menos de dos horas. Desde la estación sentimos que todo gira<br />

alrededor del museo (uno de los tres dedicados en Cataluña al<br />

“Triángulo Daliniano” con Púbol y Cadaqués). No necesitamos<br />

preguntar dónde está porque “el camino nos lleva”. La caravana<br />

es incesante y culmina en la fila para acceder al edificio de un<br />

teatro morisco del año 1849, destruido durante la Guerra Civil<br />

y remodelado por el propio Dalí a su imagen y semejanza. La<br />

multitud es el condimento constante y, para eludir la fila, la única<br />

posibilidad es adquirir las entradas por Internet.<br />

Es un paraíso para las cámaras digitales con su enorme cúpula<br />

de látex transparente, junto a una barca en el techo que es sólo<br />

el comienzo. Porque luego sigue un desfile surrealista con objetos<br />

excéntricos de todo tipo haciendo juego desde su Cadillac<br />

convertible, estatuas, huevos gigantescos, panes cuyas réplicas<br />

se venden en las pastelerías próximas, maniquíes dorados como<br />

los premios Goya del cine español, un dormitorio con muebles<br />

dedicados a Mae West donde el sillón tiene forma de labios con<br />

fotos del Sena en invierno, dibujos de distintos tamaños que no<br />

tenemos tiempo para observar porque la gente nos empuja y un<br />

anexo de joyas que es una delicia.<br />

Es fácil perderse, o uno puede hacerlo a propósito porque es un<br />

show en continuado a pesar de que, salvo excepciones, no están<br />

sus cuadros más importantes.<br />

Es una atracción que se mantiene y crece: han pasado cuarenta<br />

años desde su inauguración en 1974, con el propio Dalí como<br />

maestro de ceremonias y es el museo más concurrido en España<br />

después del Reina Sofía de Madrid donde está el Guernica de<br />

Picasso, su empecinado rival.<br />

El formidable jardín, un escenario teatral, es un respiro porque<br />

se necesita aire libre después de estar a los empujones por los<br />

pasillos circulares (tipo Palais de Glace en Buenos en Buenos<br />

Aires). Un gigantesco telón de fondo, sobre la base del óleo que<br />

creó para el ballet Laberinto, aparece con un busto con apertura<br />

en el pecho a través del que surge un paisaje con cipreses y rocas.<br />

Es sentirse en una cinta transportadora para recorrer cada ambiente<br />

con características diferentes por la combinación de telas,<br />

dibujos, fotografías, esculturas, mobiliarios, paredes y techos pintados.<br />

Se extraña la ayuda de sistemas de audio o videos interactivos<br />

y por otra parte estimula el desafío de disfrutarlo en nuestra<br />

propia salsa de surrealismo al paso, porque en ese sentido despelotado<br />

(término ahora aceptado por la Real Academia) es una<br />

experiencia tan didáctica como extrema para el sentido habitual.<br />

El propio Dalí vivió allí sus últimos años, atendiendo todos los<br />

detalles del museo que había donado y lo inauguró con su bastón,<br />

abrazado a un retrato de Marilyn Monroe y con modelos que<br />

vestían ropas de su creación. Su sepultura está en la pequeña<br />

cripta que hay en el propio jardín de su museo-teatro<br />

95


Ibiza, la Ruta del Bakalao<br />

Por Horacio de Dios<br />

96<br />

En cualquier aeropuerto, desde Sydney a Moscú o Marrakech,<br />

hay valijas etiquetadas con la sigla IBZ (Ibiza). Mucho más<br />

desde los destinos cercanos de Valencia o Barcelona o no tan<br />

próximos como Londres o Frankfurt en especial entre mayo y<br />

septiembre, en la primavera europea.<br />

La proliferación de aerolíneas de precios económicos (low cost)<br />

multiplicó los pasajeros porque la diferencia de precio entre las<br />

grandes empresas tradicionales y pequeñas es enorme. Algunas<br />

compañías establecieron segundas marcas para no perder ese<br />

mercado.<br />

Desde Argentina no es tan simple adquirir esos pasajes porque<br />

todo se hace por Internet con tarjeta, con mucha anticipación,<br />

no hay devolución y tampoco cambio de fechas mientras los<br />

precios fluctúan de acuerdo al día de vuelo. Hay que viajar con<br />

poco equipaje porque el recargo de peso puede ser mayor que<br />

el costo del pasaje.<br />

Es tan así que desde Barcelona (572 kilómetros en línea recta),<br />

el ferry para un traslado de seis horas es más caro que un avión<br />

que tarda una hora, menos que de Buenos Aires a Mar del Plata.<br />

Lo más conveniente, por lo menos así fue mi experiencia, es<br />

llegar a Europa por las aerolíneas tradicionales sin incluir este<br />

tramo parcial porque es muy oneroso. Y luego recurrir a los<br />

low cost que abundan desde España, el Reino Unido, Francia o<br />

Alemania.<br />

Del bacalao a la Ruta del Bakalao<br />

La gastronomía de la isla es tan surtida y deliciosa como la de<br />

Cataluña. Existen muchas afinidades con la cultura, costumbres<br />

y gastronomía fenicio-arábigas (folclore, gastronomía, costumbres<br />

sociales) debido a su historia.<br />

Se me hace agua la boca al recordar los embutidos, la “sobresada”<br />

lo mismo que la “butifarra”, pero en especial los pescados y<br />

dentro de ese capítulo el bacalao.<br />

Estoy acostumbrado, desde mi abuela, a comerlo salado y seco<br />

y recordar el mal trago del “aceite de hígado de bacalao”. En<br />

Ibiza lo como fresco en las croquetas o las ensaladillas en las tapas,<br />

entrantes o platos principales y de paso ingiero mi cuota de<br />

Omega 3. Los cocineros lo preparan de mil maneras y nuestro<br />

conocido Karlos Arguiñano tiene quince recetas diferentes.<br />

Aunque la referencia más poderosa no pasa por la mesa sino<br />

por las discotecas que en los años 90 inventaron la “Ruta del<br />

Bakalao”, una marcha continua sin pausa, con noches que podían<br />

durar 72 horas o más.


En pleno el siglo XXI no es lo mismo que en el destape que<br />

siguió a la muerte de Franco pero desde Buenos Aires a Nueva<br />

York no hace falta explicar qué significa Ibiza.<br />

Ibiza para gente como uno<br />

Hasta aquí, describimos un panorama que no es excluyente.<br />

Uno puede, es mi caso, disfrutar de la isla sin bailar ni trasnochar<br />

y pasarla muy bien. Disfrutar de un clima mediterráneo<br />

templado, con 2800 horas de sol anual, ideal para sobrellevar<br />

los calores europeos porque el viento del mar es un grato compañero<br />

con temperaturas de 13 a 24 grados de máxima.<br />

El invierno puede ser una buena apuesta porque el clima es<br />

seco y templado, sin pasar la barrera del bajo cero, con mínimas<br />

entre 6 y 16 grados y una media de sol cotidiano de seis horas.<br />

Con la ventaja de tener mejores precios en los hoteles al bajar<br />

la demanda porque los jóvenes se fueron detrás de su Ruta del<br />

Bakalao en otras latitudes aunque Pacha, que tiene franquicias<br />

hasta en Egipto y Dubai, se mantenga abierta todo el año.<br />

Ibiza<br />

La isla recibe unos cinco millones de pasajeros por año, en su<br />

gran mayoría en la temporada alta cuando llega el 85% de los<br />

viajeros. El pico se da entre mayo y octubre para disfrutar la<br />

playa y sus 210 kilómetros de costa. La temperatura promedio<br />

es de 25 grados, con pocas lluvias, y el agua no está fría.<br />

El vestuario no es problema y es útil “viajar con poco”. Por las<br />

noches basta un pulóver liviano o una campera para el viento, el<br />

pantalón largo de algodón es el más popular hasta que llegamos<br />

al principio del otoño porque puede haber lluvia y viento y la<br />

temperatura baja, sin exagerar, a los 17 grados.<br />

30 años no es nada<br />

Los nostálgicos recuerdan los años 90 iniciales de la Ruta del<br />

Bakalao, con el hedonismo discotequero y la competencia entre<br />

las grandes discotecas mundiales. Algunos aseguran que el<br />

nombre deriva de un tema musical Seek & Destroy que nombraba<br />

al “bakalao del bueno”.<br />

En ese momento se estableció un circuito de discotecas que iba<br />

encadenando horarios, lo que permitía, en muchos casos drogas<br />

mediante, pasar todo el fin de semana (en ocasiones de jueves<br />

a lunes) de fiesta continua. Los protagonistas de entonces son<br />

hoy los padres de los nuevos habitués y están más tranquilos<br />

o retirados. Lo mismo que algunos hippies que sobreviven en<br />

algunas comunas en la isla como habitantes de todo el año y no<br />

sólo en el verano. Por supuesto que recuerdan la época de las<br />

“movidas” y luego “marchas” con Almodóvar o Alaska. O estar<br />

“colocados” (una referencia es el libro de Wilson Wilkie, Buzzed,<br />

con “lo que hay que saber sobre las drogas más consumidas<br />

desde el alcohol al éxtasis”). La música, entonces como ahora,<br />

es la base del fenómeno y los DJ son sus estrellas. Algunos<br />

como residentes permanentes y otros como invitados. Con la<br />

novedad que pueden ir y venir de Las Vegas o París.<br />

Algunos locales comenzaron a abrir los domingos a las 9 de la<br />

mañana e incorporar mesas con dos platos en las cabinas para<br />

crear sus mezclas, cócteles a su manera.<br />

En las discotecas ya no había seiscientas personas sino miles y<br />

salían discotecas como hongos.<br />

Hay costumbres que se mantienen, por ejemplo citarse al atardecer<br />

en la playa de San Antonio para oír música relajada (chill<br />

out). Allí sigue el Café del Mar que ya grabó veinte temporadas<br />

con sus discos.<br />

Como vimos a lo largo de este fugaz pantallazo del turismo de<br />

ayer y hoy en Ibiza, con sus clásicos de playa, sol, música y posibles<br />

excesos. Brújulas de una experiencia contagiosa o<br />

melancólica<br />

Horacio de Dios<br />

TESTIMONIO PERSONAL<br />

Grumete de Barba Blanca<br />

Siempre repito, con gratitud a mi oficio, que ser periodista es la manera<br />

más divertida de ser pobre. Y lo comprobé al reencontrarme en<br />

Ibiza con Daniel Mallo, compatriota y amigo de toda la vida, que me<br />

invitó a volver en su barco Gran Finale hasta Barcelona. Sin pensarlo<br />

me encontré convertido en un grumete de barba blanca que debutaba<br />

en el Mediterráneo. Seguramente exagero, pero el destino no<br />

puede quedarse siempre en minúsculas.<br />

Salimos antes que amaneciera, a las cuatro de la madrugada. En<br />

la computadora teníamos el pronóstico del mar que nos íbamos a<br />

encontrar y por supuesto el GPS de la ubicación satelital. El barco<br />

ronroneaba y se balanceaba con ritmo de bolero. Era un día de novela<br />

con la única protección necesaria de un buen filtro para los rayos<br />

ultravioletas Luego de un buen café para despabilarme me senté en<br />

el asiento del copiloto en la cubierta bajo el toldo. Todo era tan lindo<br />

que pasaron casi doce horas de viaje sin que preguntara a qué hora<br />

llegaríamos a Barcelona, aunque al atardecer ya advirtiera que se<br />

agigantaba su imagen.<br />

Y me pasa al escribir ahora algo muy parecido a lo que sentí en ese<br />

momento, me inunda el silencio. Los hechos mínimos, el salto de un<br />

pez a estribor, el brillo del agua que parece reverberar bajo un cielo<br />

azul sin una nube, las cambiantes caricias del viento, la lenta y enceguecedora<br />

curva que da el sol en su rutina cotidiana, el olor fresco al<br />

mar, el no sé qué de sentirse vivo y feliz.<br />

97


98<br />

Cocina<br />

Buena<br />

LECHE<br />

Cada tanto la ciencia se despacha con alguna revocatoria<br />

a “verdades” que ha sostenido a capa y espada.<br />

Una de ellas es el caso de los lácteos cuyo consumo<br />

fue fomentado indiscriminadamente y hoy ocupa un<br />

lugar muy distinto en la nutrición cotidiana<br />

Por Marina García<br />

La leche de vaca es un alimento magnífico... ¡para el ternero!<br />

Esta frase insospechada en otras épocas es cada vez más difundida<br />

en espacios de nutrición ya que luego de décadas de recomendar<br />

el consumo de lácteos, la ciencia actual comienza a reconocer<br />

lo que la alimentación naturista proponía hace tiempo: los lácteos<br />

son alimentos para consumir eventualmente y con moderación.<br />

Nuestra cultura occidental, por decir europea, tiene una tolerancia<br />

genética a la lactosa (azúcar natural de la leche), cosa que<br />

es muy rara en las razas orientales, por lo que hay pueblos que<br />

nunca vieron a la “verdad láctea” como algo fundacional. Hoy se<br />

sabe que el consumo excesivo de lácteos genera numerosas alergias,<br />

entre ellas intolerancia a la lactosa, a la caseína e incluso al<br />

contenido de hormonas y antibióticos (propios de la industria láctea<br />

actual) lo cual provoca típicas síntomas de congestión nasal,<br />

mucosidad, flema, trastornos intestinales y más.<br />

La mayor preocupación de quienes quieren dejar los lácteos es<br />

que son propuestos como “fuente de calcio” como si acaso no<br />

hubiera otra y desestimando la importancia de otros minerales<br />

como el magnesio, el fósforo, o la vitamina D sin cuya presencia<br />

el calcio no se fija a los huesos.<br />

Pero aquí la idea no es denostar el arduo trabajo de las vaquitas<br />

sino proponer una dieta más equilibrada de la mano de las llamadas<br />

“leches vegetales”, estos productos muy simples de hacer en<br />

casa y con excelentes propiedades alimenticias, son alternativas<br />

a la costumbre láctea, pero también ofrecen enzimas de altísima<br />

calidad biológica lo cual permite nutrir y depurar el organismo<br />

de un modo notable.<br />

Las leches vegetales tienen como base cereales (avena, arroz, alpiste,<br />

quínoa), frutos secos (almendras, nueces, coco, castañas de<br />

cajú), semillas (sésamo, girasol, calabaza) o legumbres (soja), las<br />

cuales –en general– se elaboran de la siguiente manera: se deja<br />

la materia prima en remojo en agua toda la noche. A la mañana<br />

siguiente se descarta ese agua y se ponen en una licuadora junto<br />

con bastante agua fresca, se procesan por dos o tres minutos (se<br />

agrega vainilla y/o miel a gusto). Luego se cuela con un lienzo<br />

fino y lista para consumir. Lo que no se utilice en el momento se<br />

puede refrigerar por dos días.<br />

Cada “leche” tendrá sus propiedades específicas, pero en general,<br />

el remojo previo de las semillas o cereales logra una “activación”<br />

que permite obtener un máximo nutricional de vitaminas<br />

y enzimas –propias del alimento crudo– que ayudan a una digestión<br />

rápida y permiten limpiar el organismo de toxinas, rejuveneciendo<br />

todo el sistema.<br />

Es recomendable empezar por las leches vegetales con preparados<br />

de almendras, nueces, coco, arroz o avena ya que el sabor<br />

será muy suave y agradable. Hay muchas recetas para asistir a los<br />

primeros pasos, el resto es curiosidad... y buena leche<br />

Todas las leches vegetales<br />

María del Mar Gómez<br />

¡Para no perderse nada! Estos<br />

preparados son realmente muy<br />

sencillos, pero la autora invita<br />

a conocer los detalles para<br />

lograr leches supernutritivas<br />

ideales para romper con las<br />

alergias o simplemente incursionar<br />

en nuevas propuestas<br />

alimentarias.<br />

Veganomicón<br />

Isa Chandra Moskowitz y<br />

Terry Romero<br />

Un muy recomendado manual<br />

de cocina vegana (sin productos<br />

de origen animal) con más de<br />

250 recetas y una introducción<br />

muy práctica sobre técnicas e<br />

ingredientes. La autora es una<br />

prestigiosa y revolucionaria chef<br />

vegana.<br />

Cupcakes Veganos<br />

Toni Rodríguez<br />

Sin duda uno de los ámbitos<br />

donde los lácteos hacen mella<br />

es en la repostería, sin embargo<br />

también allí hay alternativas... y<br />

¡sin perder nada de sabor! En este<br />

libro uno de los must del dulzor<br />

moderno, genial para tentar a<br />

chicos y grandes con opciones un<br />

poquito más sanas

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