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Modulo 2 - Bvs.minsa.gob.pe

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“ Estaba en la calle. Dormía en el parque. Ahí conocimos a Lucy. Nosllevó a comer y de ahí a Miraflores. Ahí cocinábamos, ya no dormíamos en lacalle. No había cama, dormíamos en la alfombra, <strong>pe</strong>ro no nos faltaba comida.Nos gustaba la calle, salíamos. Cuántas veces nos llevaron a la comisaría. LaLucy nos sacaba. Ella no nos encerraba. Luego comenzamos a conversar depor qué nos escapábamos. Cambia, cambia, nos aconsejaba. De ahí ya tuve ami hija. Tenía problemas con mi esposo que también es de la calle. Teníaproblemas porque me gustaban mucho las fiestas. No maduraba. Ahí mecortaron la cara en una fiesta. Ella me ayudó. De ahí ya cambié. Ella me dijosiempre vas a estar así, mira lo que te han hecho, vas a tener otro hijo y siguesasí_ Con mi hijita ya <strong>pe</strong>nsé. La Lucy me ayudó a conseguir un terreno porComas y así ya cambié. Vivo con mi esposo. La Lucy me aconsejaba. Ahoraestoy con él. La Lucy me dio un negocio para trabajar. Vendo <strong>pe</strong>canas en elmercado de Comas. Él era cargador y ahora me ayuda a vender. Ahora estoyviniendo adonde la Lucy para que me ayude a conseguir trabajo para él,porque nos alcanza con las justas para pagar la luz, comer y darle al aguatero...A veces me falta y le pido a la Lucy que me preste. Ella me conoce. Me ha dadoapoyo. A veces extraño la casa y la vengo a visitar...”Como Jj, muchos jóvenes siguen viniendo a nuestra casa tiempo despuésde que se han ido a formar sus propios hogares. Algunos regresan aquedarse temporalmente cuando tienen algún problema. Otras veces vienen a<strong>pe</strong>dir consejo, a solicitar alguna ayuda, o simplemente de visita. La Casa deGeneración o el Centro es un lugar de referencia para ellos y “La Lucy” es elnombre familiar que representa nuestra casa extendida.■Lo más difícil es “el terokal”El lado quizá más oscuro y difícil en el proceso de rehabilitación es la constantetentación de evasión expresada concretamente en el uso de inhalantes yotras drogas. Niños y niñas son plenamente conscientes de ello, y desarrollansus propias formas de hacernos saber que no están dispuestos a dejar deconsumirlas.Difícilmente aceptan que se les quite su lata de terokal. Sin embargo,cuando toman consciencia de la inconveniencia de drogarse, el grupo cumple unpa<strong>pe</strong>l fundamental en el proceso de recu<strong>pe</strong>ración. Como grupo establecen suspropios procedimientos, basados en ciertos datos que ellos y ellas mismasidentifican. Por ejemplo, saben que no deben tomar ni fumar pues eso los incitaa consumir otras drogas. O que no deben tener la droga cerca, pues en esoscasos es más fácil que recaigan.De<strong>pe</strong>ndiendo del tipo de consumo y de la sustancia consumida, hayquienes dejan la droga con facilidad; otros no logran hacerlo tan fácilmente.Algunos piden que los internemos. En nuestra metodología de trabajo noenfatizamos el problema de la droga. Asumimos que va resolviéndose juntocon otros procesos y siempre de manera grupal, con los controles y presionesque ellos y ellas se plantean. Si una <strong>pe</strong>rsona que logra encaminar su vidacontinúa consumiendo, es un signo de que enfrenta problemas mayores.Pero cotidianamente niños y niñas luchan por dejarla. Y así se organizanpara revisar a cada uno que entra a la casa y velar por la norma, impuestapor ellos mismos, de una casa libre de drogas. Son bien conscientes de que lacercanía de la droga es un <strong>pe</strong>ligroso estímulo que los induce a reincidir y loshace retroceder en su esfuerzo de abstinencia.El alcohol también es un enemigo, pues tomar es el primer paso haciala pasta o los inhalantes. Por eso en las celebraciones en casa no se <strong>pe</strong>rmite elalcohol. El aprendizaje de divertirse sin tomar es parte de nuestro trabajo.■“Agarrar”Como secuela de la carencia afectiva es posible observar en los niños y niñas enalto riesgo social una tendencia reiterada a agarrar cosas 5 . No necesariamentelas necesitan ni las desean. Es más bien como un impulso que no puedencontrolar. Ellos y ellas son conscientes de la inconveniencia de que esto ocurra.En sus conversaciones recuerdan la primera vez que “agarraron”; algunos relacionanel hecho con la huida del hogar. Pero otros recuerdan episodios de hurtoprevios a la huida. En estos casos la intervención terapéutica, la que curamediante la palabra comprensiva y el consejo es muy importante y la realizaun profesional com<strong>pe</strong>tente.Nuestro enfoque <strong>pe</strong>dagógico plantea la necesidad de que cada niño yniña tome consciencia <strong>pe</strong>rsonal del acto de “agarrar”. Que sea capaz deanalizar y reflexionar. Que se plantee el firme propósito de no hacerlo más. Yen muchos casos lo logran su<strong>pe</strong>rar. Lo ideal es iniciar este proceso cuando yahan su<strong>pe</strong>rado el primer tramo de su recu<strong>pe</strong>ración. Cuando se encuentran insertosen la vida social, <strong>pe</strong>ro tienen sus episodios de desbande, sus altibajos orecaídas. Es entonces cuando empiezan a preocuparse por sí mismos y leencuentran sentido al esfuerzo por controlar sus impulsos de “agarrar” lo5. En psiquiatría el término se conoce con el nombre de “cleptomanía”, una afección relacionada con carencias afectivas en la temprana infancia.MODULO II: SITUACIONES DE ALTO RIESGO SOCIAL 43

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