Modelos de participación ciudadana y presupuestos municipales.

en su mayor conocimiento de las necesidades de las personas, un atributo que los colocapor encima de los CPC, a quienes sus propios integrantes califican de muy “verdes” paralevantar las demandas de toda la comunidad.La otra ventaja reconocida a los CDC está en sus procedimientos de trabajo, como lasasambleas territoriales o comunitarias, que tras varios años de funcionamiento han idodepurando sus mecanismos de convocatoria y de reagrupación de las demandas. Lasmenciones más frecuentes fueron mejor conocimiento del trabajo y más años poniendoen práctica sus métodos de trabajo.Un tercer factor de comparación en este grupo fue la importancia concedida al respaldolegal. En este orden no sólo los CDC merecen mayor credibilidad para hacer entrar lasdemandas ciudadanas en las inversiones municipales, sino que también alcanza a losCDM en tanto que mecanismos plenamente amparados por las leyes municipales.En lo que se refiere a los CPC, estos merecen mayor grado de fiabilidad por sus relacionescon las delegaciones de los ministerios. De modo que si frente a los CDC, los CPCsalen mal parados por su falta de arraigo, de experiencia y de conocimiento de lasnecesidades ciudadanas, éstos toman la delantera a los CDC por sus vínculos directos conlos tomadores de decisiones.De allí que puede afirmarse que, aunque de momento no merezcan toda la confianza,los CPC “venden” o prometen más efectividad para obtener respuestas favorables a lasdemandas de las comunidades y barrios de parte de las autoridades locales sandinistasy del Gobierno Central.Ninguno de los modelos asegura la efectividad.El otro grupo, aunque minoritario, sostiene las tesis contrarias: ninguno de los mecanismosy procedimientos participativos sirve para influir en las decisiones finales de lasautoridades.42