La Universidad de la Compañía de Jesús a la luz del carisma ignaciano (2001)La Compañía nace en un medio universitario, pero no para fundaruniversidades y colegios. Las Constituciones de 1541 imponen todavía unaprohibición: “no estudios ni lectiones en la Compañía” 4 . Para la formación yeducación de los jesuitas, la Compañía al principio se contenta con aprovecharpasivamente las estructuras universitarias existentes, como en Coimbra y enPadua, en Lovaina y en Colonia. Sólo en 1548, ocho años antes de la muertede Ignacio, el compromiso se convierte de pasivo en activo, más aún, ultraactivo. Al ritmo a veces de cuatro o cinco colegios nuevos por año, con frecuenciasin la preparación académica, profesional y financiera indispensables,la Compañía funda instituciones educativas tanto para la formación de losestudiantes jesuitas como incluso para la educación de los “externos”.53Los “presbíteros de Cristo libremente pobres”, como son reconocidoslos primeros compañeros 5 , habían optado por un ministerio “letrado”. Larazón por que la Compañía abraza colegios y universidades es para “procurarel edificio de letras y el modo de usar de ellas, para ayudar a más conocer yservir a Dios nuestro Criador y Señor” 6 . Ignacio intuyó el formidable potencialapostólico que encerraba la educación, y no vaciló en privilegiarlo de hechosobre los otros “consuetos ministerios”. La Compañía de los últimos años deIgnacio había dado un nuevo cambio radical. A la muerte de Ignacio, pasande 30 los “colegios” estables de la Compañía, mientras que las casas profesas,concebidas como el clásico domicilio de la Compañía itinerante, no son másque dos. Manifiestamente, la Compañía había tomado “otra vía” 7 .Tantos cambios de rumbo en pocos años ¿no habían desfigurado laimagen inicial de una Compañía peregrina y pobre? Una vez más, es precisoremitirnos al carisma fundacional. Si Ignacio introdujo el nuevo ministeriode la enseñanza en su proyecto apostólico, fue “impulsado por el deseo deservir” a su Divina Majestad 8 , como una nueva “oblación de mayor estimay momento” 9 . El compromiso de la Compañía con lo que hoy llamamos el“apostolado intelectual” fue una consecuencia del MAGIS; el resultado dela búsqueda de un mayor servicio apostólico a través de la inserción en elmundo de la cultura.4 MI Const. I, 47.5 Cf. Bula de aprobación, 1540.6 Const. [307].7 Const. [308].8 Const. [540].9 EE 97.
Peter-Hans Kolvenbach, s.j.Cuadernos Ignacianos / 854La opción por un ministerio instruido y la incursión de la Compañía enel terreno de la educación, cambió de hecho la faz de la primitiva Compañía.La pobreza, la gratuidad de los ministerios, la movilidad apostólica, el destinodel personal, el gobierno mismo de la Compañía se vieron afectados al entrarla Compañía en la educación, y al entrar la educación en la Compañía. Paraalgunos, la Compañía se aventuró en un terreno minado. Gioseffo Cortesono,Rector del Colegio Germánico en Roma de 1564 a 1569, escribía con todafranqueza: “tomar tantos colegios es la ruina de la Compañía” 10 . Pero lo quellevó a la Compañía a este terreno, y la mantiene en él, fue y sigue siendopuramente el deseo de la “mayor gloria y servicio de Dios nuestro Señor y bienuniversal, que es el solo fin que en ésta y todas las otras cosas se pretende” 11 .Para la Compañía no hay disyuntiva entre Dios o el mundo, por muy minadoque éste parezca. El encuentro con Dios se realiza siempre en el mundo, parallevar al mundo a ser plenamente en Dios 12 .Los objetivos de la educación superiorSi nos preguntamos ahora por qué la Compañía entró en el terrenode la educación superior, la razón no la encontraremos directamente en lapersona de Ignacio sino en su misión, en su disponibilidad apostólica paraasumir cualquier ministerio que exija la misión. Habrá que esperar hasta finesdel siglo XVI, para que, después de una prolija encuesta, el jesuita españolDiego de Ledesma nos presente las cuatro razones por las que la Compañíase dedica a la educación superior 13 . Llama la atención encontrar hoy en lasdeclaraciones de misión o en las cartas institucionales de muchas universidadesde la Compañía, las mismas características enumeradas por Ledesma hace400 años, actualizadas de acuerdo con la situación y el modo de pensar denuestros tiempos, y traducidas a un lenguaje moderno. Tomemos las razonesde Ledesma y comparémoslas con la declaración de un college de los EE.UU.,publicada en noviembre de 1998.El primer motivo de Ledesma es “facilitar a los estudiantes los mediosque necesitan para desenvolverse en la vida”. Cuatro siglos más tarde,se expresa de la siguiente manera: “la educación jesuita es eminentementepráctica, y pretende proporcionar a los estudiantes el conocimiento y las destrezasnecesarias para sobresalir en cualquier terreno que escojan”. Con otras10 M Paed. II, 870. Cf. John W. O’Malley, Los primeros jesuitas (Mensajero-Sal Terrae,Ma*/880*/7, 1993), 281.11 Const. [508].12 CG 34, d.4, 7.13 M Paed. II, 528-529.
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