Liahona 1994 Agosto - LiahonaSud

Ayudemos a los niñosa escuchar la voz suavey apaciblepor C. Terry y Susan L. WarnerEn qué forma describen ¡os niños los sentimientosespirituales?"Son hermosos. Es como no tener preocupaciones",dice Daniel, de doce años de edad."Sie'nto como que todo está bien", expresa Sara, desiete años."Siento que no quiero hacer nada malo; que quieroser siempre buena", contesta Blanca, de dieciséis años."No es solamente un sentimiento; es algo más; separece al amor que nuestro Padre Celestial y Jesús tienenpor nosotros, y eso hace que uno sienta más amor porEllps y la familia", dice Miguel, de diez años."Me hacen sentir limpia, como si volviera a bautizarme",comenta Julia, de nueve años.Los niños tienen sentimientos espirituales en abundancia,los cuales muchas veces se reflejan en sus caritas.Sin embargo, a diferencia de los niños que se citaronanteriormente, a algunos quizás nunca se les enseñe areconocer que esos sentimientos son espirituales y queprovienen de Dios. Aun ios niños, cuyos amorosospadres les enseñan el evangelio, tal vez no siempre comprendano atesoren en su interior esas manifestacionesde carácter espiritual.Por ejemplo, en un campamento, después de una reuniónde testimonios llevada a cabo alrededor de unahoguera, Viviana le preguntó a su amiga Tania como erasentir la influencia del Espíritu. Tania le contestó: "Esmuy difícil explicarlo con palabras, pero es como sí unhermoso sentimiento rebosara dentro de mí. Me sientofeliz, pero al mismo tiempo con ganas de llorar".Viviana entonces le respondió asombrada: "Yo me hesentido así, pero no sabía que se trataba del Espíritu".Por lo general, los padres son las personas mejor capacitadaspara ayudar a sus hijos a reconocer sus sentimientosespirituales, y la niñez es el mejor momento parahacerlo. El Señor dota a los padres de un profundo amorpor sus pequeños, de una capacidad por discernir susnecesidades y forma de sentir, y del derecho de recibirguía espiritual en beneficio de ellos. Debido a que losniños pequeños sienten y responden con gran sensibilidada! amor que les profesan sus padres, aquéllos sonreceptivos a su influencia y sus enseñanzas.Muchos maestros de idiomas extranjeros están convencidosde que los niños aprenden mejor un idioma pormedio del método de "inmersión", en el que los niños seencuentran rodeados de personas que hablan esa lenguay se les exige que la hablen ellos también. Aprenden nosolamente a pronunciar las palabras, sino también ahablar con fluidez y aun a pensar en ese nuevo idioma. Ellugar adecuado para la educación espiritual por medio dela "inmersión" es el hogar, en donde los principios espiritualespueden formar la base para el diario vivir. "Y lasrepetirás a tus hijos [las palabras del Señor], y hablarásde ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y alacostarte, y cuando te levantes" (Deuteronomio 6:7).A fin de "sumergir" a nuestros hijos en una educaciónespiritual, sería prudente que nosotros, como padres,comenzáramos por nosotros mismos. Quizás algunos denosotros tengamos dificultad en enseñar acerca delEspíritu debido a que nos resulta difícil reconocerA G O S T O D E 1 9 9 427bibliotecasud.blogspot.com