INICIO EPISCOPALBienvenidaen CatedralSR. CANGO. JORGE ELÍAS CHÁVEZExcmo. Sr. Obispo:La llegada <strong>de</strong>l Obispo, si la fe es viva, siempre esbien venida. ¿A quién nole agrada tener a Cristocerca? ¿Quién no quedacomplacido si se hace presente,con carácter <strong>de</strong> estable,un guía que no <strong>de</strong>jeriesgo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sviación y caída?¿Quién permanece negativosi escucha la invitacióna vivir con alivio reconfortanteante <strong>los</strong> sinsabores<strong>de</strong> esta vida? Porello, don<strong>de</strong> su Excelenciase ha hecho presente eneste día, la reacción generalha sido <strong>de</strong> aclamacióny acogida franca.De ahí, que al llegar ala que será su Catedral, ellugar <strong>de</strong> su CATEDRAAUTORIZADA, le hemosaplaudido con gozo y esperanza.Sin embargo, al analizarcon la mente no sólo elpresente y el futuro <strong>de</strong> estaSe<strong>de</strong> Magisterial sino tambiénla historia <strong>de</strong> ella o,más bien, la respuestanuestra a ella, no pocoshemos sentido confusión,y hasta nos ha dado gana <strong>de</strong> bajar <strong>los</strong> ojos <strong>de</strong>l espíritu,ruborizados; y es que la sabia y atinada enseñanza <strong>de</strong>sus tres antecesores, como que es vista por algunos <strong>de</strong>nosotros sin resonancia clara en nuestra actitud personaly comunitaria:Cuando llegó Jesucristo en la persona <strong>de</strong> nuestroprimer Obispo: el Excmo. Sr. D. FRANCISCO JA-VIER NUÑO GUERRERO, él nos insistió mucho envarias cosas y, entre ellas, las más <strong>de</strong>scollantes fueronéstas: a) el conocimiento y trato íntimo con la AugustaTrinidad; b) la purificación asidua <strong>de</strong> nuestras concien-Foto15cias, por <strong>los</strong> Sacramentos; c) el amor filial y cariñosoa Nuestra Señora y Reina, María <strong>San</strong>tísima; d) el apegofiel a la Palabra <strong>de</strong> Dios y alas enseñanzas <strong>de</strong>l Magisterio<strong>de</strong> la Iglesia; y e) el trabajosolícito y constante parasalvarnos y atraer a <strong>los</strong> <strong>de</strong>mása la salvación. No obstante,en casos, no raros, laoración siguió un tanto superficialy espaciada. Sí seatendió a la purificación <strong>de</strong>las conciencias por el Sacramento<strong>de</strong> la Reconciliación,pero hizo falta más compromisoporque la confesiónacusó a veces un hábito pocoresponsable. El amor a NuestraMadre <strong>San</strong>tísima, tuvosello <strong>de</strong> sensible pero <strong>de</strong>poco sólido. La fe se mantuvoíntegra pero sin muchacoherencia. Por último, laevangelización se siguió tomandocomo una obligación<strong>de</strong> <strong>los</strong> presbíteros y religiosos;un cometido, por tanto,más pasivo y beneficianteindividual o familiar perono eclesial.Cuando Jesucristo se hizopresente en el Excmo. Sr. D.JOSE LOPEZ LARA, le inoculó<strong>de</strong>sarrollar, en su magisterio,lo obtenido en el período <strong>de</strong> Mons. FranciscoJavier Nuño y, al mismo tiempo, esclarecer lo que nose había interpretado; igualmente corregir lo que no secumplía o por <strong>de</strong>sidia, o por ignorancia. Y, como vioque lo más <strong>de</strong>ficiente era la solidaridad <strong>de</strong> unos conotros, y la conciencia <strong>de</strong> todos en el apostolado, en suenseñanza y en su actuación como Pastor, buscó quelas relaciones mutuas no se redujeran al logro <strong>de</strong>lmañana feliz y eterno, sino se hicieran extensivastambién al establecimiento <strong>de</strong> una fraternidad ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong>esta vida pasajera; que el poseedor holgado <strong>de</strong> bienes,pág.20Bol-<strong>202</strong>
no permaneciera ignorante <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l quecarecía <strong>de</strong> el<strong>los</strong>; en manera, que se pudiera <strong>de</strong>cir lo queera el comentario entre quienes advertían bien, elcomportamiento <strong>de</strong> <strong>los</strong> primeros cristianos: «miradcomo se aman».Cuando consi<strong>de</strong>ró que ya se había insistido suficientementeen la vivencia <strong>de</strong> la justicia social en todala Diócesis, se esforzó por <strong>de</strong>spertar -o avivar don<strong>de</strong>ya existía- el sentido <strong>de</strong> Iglesia y, para ello, sinpreocuparle la progresiva <strong>de</strong>smejoría <strong>de</strong> su salud, seesmeró porque la pastoral diocesana se realizara enuna auténtica «comunióny participación»; que enlas parroquias y en generalen toda la Diócesis, sefijara un programa a llevara realización, entre todos.Que el seglar en todos<strong>los</strong> ambientes y situaciones-no exclusivamenteel agremiado en la A.C.-, comenzara a sentir compromisoen la evangelización<strong>de</strong> la propia comunidady <strong>de</strong> la comunidad diocesana.Surgió <strong>de</strong> inmediato elproblema histórico proveniente<strong>de</strong>s<strong>de</strong> muchos añosatrás: el que el<strong>los</strong> sólo oíany, cuando más, escuchabanen el templo -no enotros lugares-, y que lacatequesis se orientabamás a la memoria que a larazón; y, como primerpaso para resolver un problemaque se perfilaba tancomplicado, se explicócon insistencia en toda laDiócesis, el compromisomúltiple que brota <strong>de</strong>lBautismo. Igualmente, se intentó limar las distanciasque habían cobrado arraigo entre el consagrado alSeñor y el seglar, recalcando que también el seglarbautizado es poseedor <strong>de</strong>l sacerdocio común. Sefomentaron las reuniones para introducir la costumbre<strong>de</strong> tratarse sacerdotes, religiosos y seglares, conuna sostenida confianza <strong>de</strong> hermanos y, a<strong>de</strong>más, paraadiestrarse en un apostolado no solamente individualsino también comunitario. Las distancias comenza-INICIO EPISCOPALron a disminuir y, la labor colectiva, ofreció también<strong>los</strong> dos primeros resultados tangibles, expresados en<strong>los</strong> dos primeros Planes <strong>de</strong> Pastoral.Por dictamen <strong>de</strong>l Señor, <strong>los</strong> últimos meses <strong>de</strong>l Sr.López Lara fueron más para ofrecer él sus dolorescomo hermoso contributo <strong>de</strong> fe y <strong>de</strong> amor en bien <strong>de</strong>léxito <strong>de</strong> sus labores iniciadas, que para él presenciarla eficacia <strong>de</strong> lo que con tanta entrega había siemprepromovido.¿Las laudables miras suyas sí obtuvieron fecundidadtangible y amplia?¿Su magisterio <strong>de</strong>jó huellaincontestable <strong>de</strong> lo que<strong>de</strong>lineó? Aunque se logróalgo, faltó muchopara llamarse exitoso, porlo menos a <strong>los</strong> ojos humanos:el amor mutuoentre <strong>los</strong> diocesanos, continuómuy poco objetivo,y la pastoral, aunque consiguióuna patente organización,permaneció conmuy poca vida y, comoconsecuencia, con reducidaconquista.Jesucristo toma unnuevo representante en lapersona <strong>de</strong>l Excmo.Mons. Dr. D. JOSE TRI-NIDAD SEPULVEDARUIZ-VELASCO y, a élle toca la labor más ardua:al intentar pulir ensu magisterio <strong>los</strong> logrosobtenidos en <strong>los</strong> <strong>de</strong>l Sr.Nuño y <strong>de</strong>l Sr. LópezLara, se encontró con variosobstácu<strong>los</strong> que eranvigorosos aullidos <strong>de</strong>lobo: el más duro, unadivisión que se acentuaba, en la práctica ministerial ycomenzaba a tener repercusión en las i<strong>de</strong>as. 2o.- Porla frecuente repetición <strong>de</strong> las reuniones y <strong>de</strong> lasconvivencias, se empezaba a resentir en la vidasacramental. c) La lograda organización en la pastoral,<strong>de</strong>jó, en su ejecución muchas veces, una apariencia<strong>de</strong> creer que la salvación era más fruto <strong>de</strong>l hombreque <strong>de</strong>l Espíritu <strong>San</strong>to. d) La <strong>de</strong>sarrollada confianzaentre <strong>los</strong> consagrados y <strong>los</strong> seglares, tomó a vecesFoto16Bol-<strong>202</strong>pág.21