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Bolentín 202 - Diócesis de San Juan de los Lagos

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INICIO EPISCOPALAl ser el cuarto hijo <strong>de</strong> una familia <strong>de</strong> seishermanos, el Obispo Javier consi<strong>de</strong>ra que a<strong>de</strong>más<strong>de</strong> la formación <strong>de</strong>l seminario, esta condición familiar,le dio la base moral <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niño, para sabervolver sus ojos hacia <strong>los</strong> <strong>de</strong>más, saber compartir, ycompren<strong>de</strong>r que «no era él, el único en el centro».De regreso al Seminario, «como el hijo pródigo»,dice.Agosto <strong>de</strong> 1997, es una fecha que para estehombre nacido en <strong>San</strong> <strong>Juan</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> Arcos, Jalisco,está marcada como el «regreso <strong>de</strong>l hijo pródigo».- Cuando éste regresa, el papá no quiere saberqué hizo, ni en qué malgastó; simplemente dice:aquí estás, sigamos a<strong>de</strong>lante - explica.De igual modo, al solicitar Navarro Rodríguez,su reingreso al Seminario, el entonces Rector, <strong>Juan</strong><strong>San</strong>doval Íñiguez, «con una gran muestra <strong>de</strong> confianza»-subraya aún con asombro el obispo- sinpedirle ningún informe, ni carta <strong>de</strong> recomendación,expresó: «Qué bueno; <strong>los</strong> alumnos entran el 1° <strong>de</strong>septiembre, si quieres pue<strong>de</strong>s entrar el 3, ya que <strong>los</strong><strong>de</strong>más estén instalados, y hacer ejercicios espiritualescon quinto <strong>de</strong> teología».Javier Navarro sintió que Dios Padre ya lo esperabacon <strong>los</strong> brazos abiertos a las puertas <strong>de</strong>l Seminario.Los últimos veinte años ha vivido en comunidad.El tiempo siguió su marcha; y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que recibióel or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l presbiterado el 23 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1978a la fecha, nunca ha vivido solo. Primero, en elcurato <strong>de</strong>l párroco <strong>de</strong> Estipac, Jalisco; <strong>de</strong>spués en elSeminario Menor como Padre Formador; posteriormente,con diez sacerdotes más en la UniversidadPontificia; con siete sacerdotes habitó la casa<strong>de</strong> la Secretaría <strong>de</strong>l Episcopado Mexicano; y yacomo obispo auxiliar, residió en la Casa <strong>de</strong>l Sacerdote.- ¿Qué hubiera sido <strong>de</strong> mí, si recién or<strong>de</strong>nado,empiezo a vivir solo o en compañía <strong>de</strong> algún familiar?Me imagino que esto me hubiera empobrecido.Javier Navarro se muestra convencido <strong>de</strong> que elsacerdocio ministerial se vive más plenamente cuandose comparte afectiva y efectivamente con otrossacerdotes, y la califica como una experiencia llena<strong>de</strong> riquezas y <strong>de</strong> constante adaptación.¿Qué pasó por su mente, cuando le pidieron susservicios como Obispo Auxiliar?En una orilla <strong>de</strong> la cabecera <strong>de</strong> la cama, está susoli<strong>de</strong>o -gorrito que va <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la mitra- y en lapared hay una réplica <strong>de</strong>l escudo heráldico <strong>de</strong> suministerio como Obispo Auxiliar <strong>de</strong> Guadalajara.Al platicar sobre su nombramiento como ObispoAuxiliar, el rictus <strong>de</strong> la cara <strong>de</strong> Javier Navarrorevive fielmente <strong>los</strong> sentimientos <strong>de</strong> sorpresa, <strong>de</strong>sconcierto,preocupación, y hasta cierta amargura,que vivió cuando el entonces Nuncio Apostólico,Girolamo Priggione, le notificó que el Papa <strong>Juan</strong>Pablo II le pedía su servicio en tal cargo.- Tenía poco más <strong>de</strong> siete años trabajando en laConferencia Episcopal Mexicana (CEM) y conviviendoentre puros obispos; pero eso no significabaque haya aspirado a serlo, no; aprendí a tenerlesmucho afecto y comprensión. Y yo creo que porcualquier obispo sí me la parto.Pero cuando el Nuncio me notificó la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>lPapa, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> preguntarme sobre el clima, que sien las Asambleas Episcopales se podía mejorar lacomida, así como <strong>de</strong> otras cosas insustanciales,similares a cuando alguien va a pedir la mano <strong>de</strong> lanovia, yo me sumí en el asiento, no lo esperaba, no lohabía pensado... y me quedé atolondrado.Eran las 7:30 p.m. <strong>de</strong>l día 8 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1992 y elNuncio me dijo: «Va a usted a respon<strong>de</strong>r mañana,antes <strong>de</strong> las diez <strong>de</strong> la mañana; pero, para que no seentrampe, no se fije usted si es digno o no: no esdigno... no es digno; mas, por otra parte acepte eljuicio <strong>de</strong> la Iglesia».Estas palabras fueron muy importantes para míy me cuestionaron: ¿quién va a ser digno <strong>de</strong> recibirel cuerpo <strong>de</strong> Cristo en la comunión? ¿Quién va a serdigno <strong>de</strong> ser sacerdote? ¿Quién va a ser digno <strong>de</strong> serobispo?.Estas palabras me hicieron ver que el candidatoque juzgaban más idóneo está lleno <strong>de</strong> <strong>de</strong>ficiencias,es ser humano, y que si acepta el ministerio es concompleta confianza en Dios, y en la Iglesia orante.Cuando salí <strong>de</strong> la Nunciatura parecía que ibavolando... si una noche <strong>de</strong> insomnio he tenido en mivida, ha sido ésa: no dormí nada porque tenía quedar una respuesta al día siguiente, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> consultara mi director espiritual.Durante aquella noche, hubo dos cosas que mecuestionaron profundamente para po<strong>de</strong>r dar mirespuesta: yo había pasado casi doce años en unBol-<strong>202</strong>pág.31

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