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Bolentín 202 - Diócesis de San Juan de los Lagos

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VARIOSHomiliaen la Misa CrsimalEs la nuestrauna celebración<strong>de</strong> fe.Apoyados enla fe, <strong>de</strong>scubrimosaCristo Pastoren quien presi<strong>de</strong>estaconcelebración en un día tan significativo. El nuevoObispo, su servidor, es pastor, cabeza y esposo <strong>de</strong>esta Iglesia particular <strong>de</strong> <strong>San</strong> <strong>Juan</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>Lagos</strong>. Asílo creo y así percibo, agra<strong>de</strong>cido, que uste<strong>de</strong>s, mishermanos presbíteros, lo creen y lo expresan.Quiero agra<strong>de</strong>cerles el nutrido tesoro espiritual,el báculo y la mitra que recibí el 21 <strong>de</strong> marzo, en elinicio <strong>de</strong> mi servicio como cuarto Obispo <strong>de</strong> estaDiócesis.En esta Eucaristía celebramos el Sacerdocio <strong>de</strong>Cristo y nuestra participación, por el Or<strong>de</strong>n, en esteúnico sacerdocio.Dice el Papa en su carta a <strong>los</strong> sacerdotes para eljueves santo <strong>de</strong> 1999, que Cristo «testigo histórico <strong>de</strong>la paternidad <strong>de</strong> Dios en el misterio <strong>de</strong> la encarnacióny <strong>de</strong> la re<strong>de</strong>nción... nos ha enseñado a dirigirnos aDios llamándolo «Padre» (N° 1). A nosotros, también,la gente nos llama «padres» y tiene razón:somos padres porque somos instrumentos privilegiadosen las manos <strong>de</strong> «aquél <strong>de</strong> quien proce<strong>de</strong> todapaternidad» para engendrar en la fe y hacer crecer enésta a nuestros hermanos, por la Palabra <strong>de</strong> Dios anosotros confiada y por <strong>los</strong> sacramentos, <strong>de</strong> <strong>los</strong>cuales hemos <strong>de</strong> ser fieles administradores.En el año <strong>de</strong>l Padre, encaminándonos hacia elJubileo <strong>de</strong> la Encarnación, llega un nuevo PadreObispo para continuar con la obra <strong>de</strong> quien fuera eltercer Obispo <strong>de</strong> esta Diócesis, Mons. José Trini-Bol-<strong>202</strong>dad Sepúlveda Ruiz-Velasco, a quien hoy encomendamosa Dios con ocasión <strong>de</strong> su septuagésimooctavo aniversario.Los pastores en la Iglesia cubrimos un arcolimitado <strong>de</strong> tiempo y pasamos el cayado a quien es<strong>de</strong>signado sucesor, por la Provi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Dios. Lospastores vamos <strong>de</strong> paso; sólo Cristo permaneceinvencible en su eterna juventud.Confieso que no me agrada ver imágenes <strong>de</strong>leterno Padre con barbas blancas y arrugas en sucara, como si fuera un anciano. El Padre Dios noestá sometido a la historia; por tanto, tampoco altributo que hay que pagarle al tiempo, aceptandoque <strong>los</strong> años que pasan van <strong>de</strong>jando huellas en elcuerpo y tal vez cicatrices en el alma, ¡El Padre Diosamanece nuevo cada día!.El Sacerdocio <strong>de</strong> Cristo que hoy celebramoscontiene tan inmensa riqueza, que no pue<strong>de</strong> seragotado por una sola generación <strong>de</strong> sacerdotes; ymenos por un solo sacerdote. Cada uno <strong>de</strong> nosotrosparticipa, en forma <strong>de</strong>ficiente, <strong>de</strong>l único sacerdocioperfecto: el <strong>de</strong> Jesucristo.En este presbiterio predominantemente joven,hay también muchos sacerdotes maduros. Si lajuventud fuera virtud, la tercera edad sería el viciocontrario; o viceversa. Ni la edad madura ni lajuventud son, por sí solas, virtud; son, sencillamente,una forma <strong>de</strong> ser.Invito a mis hermanos sacerdotes mayores aque nos brin<strong>de</strong>n su experiencia y nos orienten conlas enseñanzas que han aprendido en el libro <strong>de</strong> lavida; <strong>los</strong> invito a retomar con nuevos bríos pastoralesla misión que la Iglesia les confió en el día <strong>de</strong>su Or<strong>de</strong>nación sacerdotal; <strong>los</strong> invito también asostener el esfuerzo por plasmar, en la prácticapastoral, las directrices <strong>de</strong>l reciente Magisterio <strong>de</strong>la Iglesia.pág.49

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