INICIO EPISCOPALYo viví en el rancho hasta <strong>los</strong> 8 años, <strong>de</strong>spuéstuvimos que emigrar a Tala para que mis hermanasmayores terminaran la primaria.Apren<strong>de</strong>r a invocar a DiosEl catecismo lo aprendí en el rancho, mi primeracatequista se llama Victoria, la quiero mucho; yoluzco que ella fue mi catequista, no sé si ella diga lomismo <strong>de</strong> mí. Ella me ayudó a conocer <strong>los</strong> elementos<strong>de</strong> la fe y cuando voy al rancho la encuentro ahíen misa y le pido que cante y siga alabando a Dioscomo en aquel<strong>los</strong> tiempos.Hice la primera comunión junto con mi hermano;recuerdo que nos vistieron <strong>de</strong> blanco v quehicimos la primera comunión cuando a mi hermanala mayor le celebraban sus 15 años.<strong>de</strong> segundo, un libro gran<strong>de</strong> con letras tambiéngran<strong>de</strong>s. Después hicieron el cómputo y dijeron queel niño <strong>de</strong> segundo les ganó a leer hasta a <strong>los</strong> <strong>de</strong>sexto. Me dieron una medalla y al siguiente día eldirector me dijo que un niño que leía tan rápido no<strong>de</strong>bía estar en segundo y me pasaron hasta cuarto;yo nunca hice tercero <strong>de</strong> primaria.La vocación y el seminario.Estando en sexto, mis papás enviaron a mi hermanomayor al colegio Patria, <strong>de</strong> las Madres Carmelitasy yo seguí en escuela oficial y allá la madreMaría <strong>de</strong> Jesús García, invitó a mi hermano y élcontestó: «No, yo qué voy a andar haciendo eso,tengo un hermano que <strong>de</strong> seguro sí le gustan esascosas» y la madre puso interés en mí. Así fue que,Foto19Los primeros estudios.Primero y segundo <strong>de</strong> primaria <strong>los</strong> estudié en elrancho, <strong>de</strong>spués nos fuimos a Tala en don<strong>de</strong> tuveque estudiar otra vez el segundo porque me dijeronque venía <strong>de</strong> escuela <strong>de</strong> rancho. Recuerdo que huboun concurso <strong>de</strong> lectura rápida, a ver quién leía máspalabras por minuto y sacaron un lector <strong>de</strong> cadagrupo y yo representé a mi grupo <strong>de</strong> segundo; meacuerdo que al <strong>de</strong> sexto le dieron a leer un periódico,al <strong>de</strong> quinto un libro con letras mas gran<strong>de</strong>s y a mi,iba en la mañana a la escuela oficial y por la tar<strong>de</strong>como oyente al colegio <strong>de</strong> las madres, porque el Sr.Cura Luis Rojas, <strong>de</strong>spués obispo <strong>de</strong> Culiacán, mepidió que me preparara muy bien para ingresar alseminario.Me entusiasmaba la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> <strong>los</strong> Religiosos Carmelitas;y finalmente, con la promoción <strong>de</strong>l P. JoséLisares, ahora obispo auxiliar <strong>de</strong> Monterrey, formamosun círculo vocacional y nos preparamospara cl seminario.pág.28Bol-<strong>202</strong>
INICIO EPISCOPALSoy poco dado a guardar cosas, pero conservo enmi liturgia una estampa que me dio la madre María<strong>de</strong> Jesús, con la fecha <strong>de</strong>l 15 <strong>de</strong> Mayo <strong>de</strong> 1962 y diceasí: «Javier, sigue siendo fervoroso para que elSeñor <strong>de</strong>rrame sobre ti todas las Gracias que te tienepreparadas, sobre todo la vocación <strong>de</strong> sacerdote; nole niegues nada a Nuestro Señor y llegarás, teaseguro, a la santidad».Sencillamente yo quería ser sacerdote <strong>de</strong>s<strong>de</strong>muy chico, me gustaba ver a <strong>los</strong> padres celebrar,guardo muy buenos recuerdos <strong>de</strong> <strong>los</strong> sacerdotes quepasaron por el rancho. Es cierto que mi seguridadhacia el sacerdocio fue clara <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el inicio, peroDios nos prueba y a mí la prueba me llegó hastatercero y cuarto <strong>de</strong> Teología, cuando yo estaba en<strong>los</strong> últimos dos años <strong>de</strong> seminario, hasta entoncesme llegó la duda, un replanteamiento sobre miidoneidad. Fueron años difíciles <strong>de</strong> orientaciónvocacional, a tanto llegó mi situación que <strong>de</strong>jé unaño el seminario y <strong>de</strong>spués volví convencido verda<strong>de</strong>ramenteque era por ahí.Para mí, el seminario fue mi segunda familia, laconvivencia muy fraterna; y el solfeo, la materiareprobada. En el <strong>de</strong>porte, una carrera gris <strong>de</strong> futbolistay en estudios, sí fui buen estudiante. Yo recuerdoa mis maestros como muy competentes y capacesy veía en el<strong>los</strong> el ejemplo, el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> un buensacerdote.El sacerdoteEl presbiterado lo recibí <strong>de</strong> manos <strong>de</strong>l Sr. Car<strong>de</strong>nalSalazar, el 23 <strong>de</strong> Diciembre <strong>de</strong> 1978, en unacelebración muy bonita en Catedral; al día siguientecanté la misa en mi pueblo en una verda<strong>de</strong>ra fiestapopular, don<strong>de</strong> nadie se veía excluido, como unacomida <strong>de</strong> peregrinos.Regresé a Estipac, cerca <strong>de</strong> Cocula, don<strong>de</strong> prestémi servicio diaconal en espera <strong>de</strong> mi primer <strong>de</strong>stinosacerdotal. Fui nombrado vicario parroquial <strong>de</strong> lacomunidad <strong>de</strong> <strong>San</strong> Pedro Analco, ahí estuve año ymedio.Pasé entonces al seminario como formador <strong>de</strong>vocaciones adultas, maestro y secretario; era entoncesrector el P. <strong>Juan</strong> <strong>San</strong>doval, ahora Car<strong>de</strong>nal <strong>de</strong>Guadalajara. Después <strong>de</strong> esta etapa <strong>de</strong> seminario,me propusieron estudiar en la Universidad Pontificia<strong>de</strong> México, estudié Teología dos años; ya veníapara incorporarme en el presbiterio diocesano cuandome invitaron para colaborar como secretarioadjunto <strong>de</strong> la Conferencia Episcopal.En esos años, <strong>de</strong> 1984 a 1992, aprendí <strong>de</strong> <strong>los</strong>obispos mexicanos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> esa distancia <strong>de</strong>respeto y <strong>de</strong> <strong>de</strong>voción, el lado humano, como elhombre que sufre, que ríe y que bromea, ese hombreque trabaja, obispos pobres con sus pantalonesenlodados, todo eso me hizo querer a <strong>los</strong> obisposmexicanos y conocer más <strong>de</strong> la Iglesia.El obispo.Aquella noche no dormí, el Nuncio Apostólicome comunicó que el Papa proponía nombrarmecomo obispo auxiliar <strong>de</strong> Guadalajara, yo tenía mispreocupaciones, había vivido <strong>de</strong> manera muy se<strong>de</strong>ntariay veía que <strong>los</strong> obispos son itinerantes, songente que no están en un sólo lugar y no tienen queestar; la diócesis llega hasta don<strong>de</strong> llega el obispo,no hasta don<strong>de</strong> marcan <strong>los</strong> límites geográficos. Yono estaba acostumbrado a eso, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 10años <strong>de</strong> vida muy se<strong>de</strong>ntaria, me preguntaba si eracapaz.Fue el 5 <strong>de</strong> Junio <strong>de</strong> 1992 cuando me consagróobispo el entonces Sr. Car<strong>de</strong>nal Posadas. Tambiénconsagró a Mons. José Guadalupe Martín Rábago,ahora obispo <strong>de</strong> León; y antes <strong>de</strong> que cumpliéramosun año ya estábamos huérfanos.Ahora que voy a <strong>San</strong> <strong>Juan</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>Lagos</strong>, siento eltemor a mí mismo, porque siempre he sido fielcolaborador <strong>de</strong>l responsable, <strong>de</strong> quien hace cabeza,ahora yo soy el principal responsable y me sigopreguntado si seré capaz <strong>de</strong> guiar «en la fe y en lacaridad» a mis hermanos, lo he logrado siendoauxiliar, pero allá seré la cabeza y es precisamenteen uste<strong>de</strong>s mis hermanos Sacerdotes en quien esperoy confío, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> que el pueblo alteño es unpueblo privilegiado <strong>de</strong> Jalisco, por la fe y la tenacidad<strong>de</strong> sus gentes.Una palabra <strong>de</strong> agra<strong>de</strong>cimiento a esta Arquidiócesis<strong>de</strong> Guadalajara, que me vio nacer ycrecer en la fe, promoviendo mi vocación; y a <strong>San</strong><strong>Juan</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>Lagos</strong>, pues mucha alegría porque es<strong>San</strong> <strong>Juan</strong>, pongo toda mi confianza en Dios y enla Virgencita.EQUIPO DIOCESANODE MEDIOS DE COMUNICACION SOCIALBol-<strong>202</strong>pág.29