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Editorial...
Estimado lector, la presente entrega informativa que ponemos en tus manos, no es mas que un
triste girón de uno de los hilos que amarran la suerte de nuestro país como lo es hoy la precaria
situación de endeudamiento, de nuestra principal paraestatal, nuestra institución más pródiga
de la cual se sostiene parte importante del peso del país: Pemex. Hoy en deuda, vende a “tres por
cinco” miles de barriles de petróleo diariamente, exhibiendo la corrupción en cada uno de sus
brazos, exhibiendo gastos millonarios como lo son: la contratación innecesaria de aviones vigía, el pago de
operaciones para favorecer el pene de uno de sus altos ejecutivos, servicios de fotocopoado por más de 30
mdp, por mencionar solo algunos.
En México, miles de litros de combustible diariamente caen en manos del crimen organizado, y ni los
millones de dólares que Pemex se gasta en salvaguardar los recursos del país son suficientes para detenerlos.
Agregado a esto, la franquicia Pemex enfrenta (para no perder la costumbre), imposiciones legales y
cambios hacia los distribuidores de combustibles, obligando a 10 mil estaciones de servicio a invertir mas
de mil quinientos millones de pesos en la adquisición de nuevos dispensarios, antes de noviembre, en plena
crisis económica.
Y sin lugar a dudas, México acuna al hombre más rico del mundo entre sus brazos, sin reclamos, sin
exigencias, con alabanzas y reconocimientos “al mérito logrado”.
En la tribuna diaria, nuestro actual presidente, declara ante el mundo que la pobreza en México se esfumó,
(solamente porque escondió el dato debajo de la manga derecha de su camisa).
Al presentar avances de su sexenio, el Presidente Felipe Calderón afirmó que la proporción de mexicanos en
pobreza alimentaria se redujo en 23 por ciento, entre el año 2000 y el año 2010.
Los mandatarios mienten pero las cifras no, en seis años, el crecimiento y la estabilidad económica de
México han sido incapaces de mejorar el nivel de vida de la mayoría de los mexicanos.
Los datos muestran que el número de mexicanos ocupados en la economía informal asciende a casi 14
millones; de ellos, 4.2 millones pertenecen a la población ocupada que no recibe ingresos; 6.4 millones
perciben cuando mucho un salario mínimo, y otros 10.8 millones ganan entre uno y dos salarios mínimos.
Hoy el pueblo no tiene trabajo, vive en la miseria, eso hace pensar que habrá 60 millones de mexicanos
en pobreza por ingreso a final de 2012, lo que implicaría que con respecto al inicio del sexenio habría 15
millones más de pobres que cuando comenzó la actual administración”.
Asi como también no es noticia reconocer que en nuestro país la palabra “corrupción” es dueña de nuestro
vocabulario diario, la vemos en nuestras instituciones, en nuestro gobierno, en nuestras autoridades, en
nuestras aulas, en el trabajo, en todas las esquinas.
Los valientes economistas se han atrevido a declarar que la corrupción de nuestras autoridades generan
pobreza, le quitan al que menos tiene, lo ahogan en la inmundicia y se llevan esa ganancia a las arcas de la
corrupción.
Puede ser que muchos lugares, incluso desarrollados, sean razonablemente corruptos, pero la pregunta no
es si hay o no corrupción, es si ésta afecta la vida económica de la sociedad dramáticamente.
Cuando la justicia está del lado de quien tiene más dinero, la corrupción es devastadora y debes empezar a
preocuparte por sus efectos.
En México la corrupción afecta en todos los sentidos, desde hace más de un siglo la corrupción, el robo, la
mentira, las mañas crecen. Desde hace más de un siglo, la pobreza acompaña a la corrupción del tamaño de
su sombra.
Estimado lector.. me gustaría contarte que “las elecciones presidenciales no son el más claro ejemplo de
la corrupción y descaro de la política nacional, nos gustaría contarte, que en México hoy, las leyes son el
margen fáctico de nuestras vidas en sociedad, que la pobreza es ausente, que nada se vende ni se compra,
que nada se miente, que nada se mata”…
Algún día, por lo menos el próximo 28 de diciembre.
… Hoy esto te cuento.