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Documento completo en formato pdf (483Kb) - Cepal

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Este docum<strong>en</strong>to fue preparado por Claudia Robles, consultora de la División de Desarrollo Social, bajo lasupervisión de Simone Cecchini. Se elaboró con recursos del programa de la CEPAL <strong>en</strong> conjunto con laAg<strong>en</strong>cia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (ASDI) "Mejorami<strong>en</strong>to de las condicioneseconómicas, sociales (SWE/07/003)”.El docum<strong>en</strong>to contó con los valiosos com<strong>en</strong>tarios de Nieves Rico, Alberto Parra y Gabriela Salgado. La autoraagradece muy especialm<strong>en</strong>te el apoyo perman<strong>en</strong>te de Simone Cecchini a lo largo de su elaboración.Las opiniones expresadas <strong>en</strong> este docum<strong>en</strong>to, que no ha sido sometido a revisión editorial, son de la exclusivaresponsabilidad de la autora y pued<strong>en</strong> no coincidir con las de la Organización.Publicación de las Naciones UnidasISSN versión impresa 1564-4162 ISSN versión electrónica 1680-8983ISBN: 978-92-1-323384-9LC/L.3170-PN° de v<strong>en</strong>ta: S.09.II.G.144Copyright © Naciones Unidas, diciembre de 2009. Todos los derechos reservadosImpreso <strong>en</strong> Naciones Unidas, Santiago de ChileLa autorización para reproducir total o parcialm<strong>en</strong>te esta obra debe solicitarse al Secretario de la Junta de Publicaciones,Sede de las Naciones Unidas, Nueva York, N. Y. 10017, Estados Unidos. Los Estados miembros y sus institucionesgubernam<strong>en</strong>tales pued<strong>en</strong> reproducir esta obra sin autorización previa. Sólo se les solicita que m<strong>en</strong>cion<strong>en</strong> la fu<strong>en</strong>te einform<strong>en</strong> a las Naciones Unidas de tal reproducción.


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…Sin embargo, subsist<strong>en</strong> importantes desafíos para estos programas y el conjunto de la políticasocial <strong>en</strong> la región, particularm<strong>en</strong>te desde la óptica de un <strong>en</strong>foque de derechos, la integralidad delas acciones que se implem<strong>en</strong>t<strong>en</strong> y su articulación con transformaciones profundas a nivel político,social y económico que permitan transitar hacia sociedades verdaderam<strong>en</strong>te interculturales.6


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…I. Pueblos indíg<strong>en</strong>as y políticasocial <strong>en</strong> América Latina y elCaribe: contexto normativoy desafíos p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tesa. Pobreza y vulnerabilidad con rostroindíg<strong>en</strong>a <strong>en</strong> América Latina y el CaribeEn América Latina y el Caribe exist<strong>en</strong> 671 pueblos indíg<strong>en</strong>as reconocidospor los Estados que compon<strong>en</strong> esta región, y que correspond<strong>en</strong> a <strong>en</strong>tre 30y 50 millones de personas, es decir, <strong>en</strong>tre un 8% y 10% de la poblacióntotal de América Latina (CEPAL, 2007a; Layton y Patrinos, 2006) 2 . Son“indíg<strong>en</strong>as” <strong>en</strong> cuanto se reconoc<strong>en</strong> como los desc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes de los pueblosque habitaban las tierras antes de la llegada de los conquistadores; son“pueblos” <strong>en</strong> cuanto conservan, <strong>en</strong> su totalidad o <strong>en</strong> parte, sus institucionessociales, económicas, culturales y políticas (Conv<strong>en</strong>io OIT 169).En la actualidad, la mayoría de los pueblos indíg<strong>en</strong>as habita <strong>en</strong>los países Andinos y Mesoamericanos. Los países de América Latinaque mayor porc<strong>en</strong>taje de población indíg<strong>en</strong>a ti<strong>en</strong><strong>en</strong> con respectoa la población total son el Estado Plurinacional de Bolivia (62%),2Esta cifra corresponde a <strong>en</strong>tre un 8,5% y un 13,5% de la población total de personas pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a pueblos indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> todo elmundo, que se calcula <strong>en</strong>tre 350 y 400 millones (Layton y Patrinos, 2006). Además de los pueblos indíg<strong>en</strong>as, <strong>en</strong> América Latina y elCaribe habita población afrodesc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te que constituye un 23% de la población total de la región. Esta población evid<strong>en</strong>cia unorig<strong>en</strong> histórico difer<strong>en</strong>te al de los pueblos indíg<strong>en</strong>as, así como características socioculturales propias. Este estudio está c<strong>en</strong>tradoexclusivam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los pueblos indíg<strong>en</strong>as, destacándose la necesidad de llegar a cabo más investigación sobre los afrodesc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes ysu inclusión a los esfuerzos para la reducción de la pobreza <strong>en</strong> esta región.11


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…información sobre estos indicadores, el diagnóstico de inequidad étnica y de un m<strong>en</strong>or acceso a lossistemas de formación de capital humano es claro (cf. Hall y Patrinos, 2006; Patrinos y Skoufias,2007; R<strong>en</strong>shaw, 2001; R<strong>en</strong>shaw y Rawm, 2004).En cuanto al sector de salud (véase cuadro 1), los resultados dan cu<strong>en</strong>ta de brechassignificativas <strong>en</strong> torno a la variable étnica (pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia a un pueblo indíg<strong>en</strong>a). Si bi<strong>en</strong> la tasa demortalidad infantil <strong>en</strong> la región ha disminuido sost<strong>en</strong>idam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las últimas cuatro décadas (DelPopolo et al., 2007: 63) –de 102 a 26 muertes por cada 1.000 nacidos vivos <strong>en</strong>tre 1960 y laactualidad–, hoy la tasa de mortalidad infantil <strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblos indíg<strong>en</strong>as es un60% mayor que para los no indíg<strong>en</strong>as (ibid) -48 fr<strong>en</strong>te a 30 muertes cada 1.000 nacidos vivos. Estabrecha se agudiza al considerar la tasa de mortalidad <strong>en</strong> la niñez (durante los primeros cinco añosde vida), con un exceso de mortalidad del 70% (ibid) y una severidad especial <strong>en</strong> zonas rurales.Ecuador, Panamá y Paraguay ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el peor desempeño <strong>en</strong> estos indicadores, mi<strong>en</strong>tras que Chile,país donde la mayoría de qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblos indíg<strong>en</strong>as viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> áreas urbanas, pres<strong>en</strong>talos mejores resultados (Del Popolo y Oyarce, 2006: 50). En el caso de los embarazos y partos,existe evid<strong>en</strong>cia concluy<strong>en</strong>te para Guatemala y Ecuador respecto de la m<strong>en</strong>or asist<strong>en</strong>cia por partede personal especializado con la que cu<strong>en</strong>tan mujeres indíg<strong>en</strong>as fr<strong>en</strong>te a las que no lo son (CEPAL2007a: 189-190). Esto se debe tanto a la falta de acceso a servicios de salud como a la inexist<strong>en</strong>ciade programas con criterio de interculturalidad.En el caso de la educación, el cuadro 2 muestra información desagregada <strong>en</strong> torno a lavariable étnica para los países <strong>en</strong> los que se dispone de datos sobre asist<strong>en</strong>cia escolar de hombres ymujeres <strong>en</strong> zonas urbanas y rurales para la población <strong>en</strong>tre 6 y 11 años. Estos datos muestran unpanorama desigual. Mi<strong>en</strong>tras países como el Estado Plurinacional de Bolivia y Honduras semuev<strong>en</strong> <strong>en</strong> torno a la igualdad interétnica <strong>en</strong> el desempeño de este indicador, Paraguay muestraclaram<strong>en</strong>te una brecha <strong>en</strong>tre la población indíg<strong>en</strong>a y no indíg<strong>en</strong>a, la cual se hace más aguda <strong>en</strong> elcaso de las mujeres indíg<strong>en</strong>as. Las brechas aum<strong>en</strong>tan al considerar la zona de resid<strong>en</strong>cia, si<strong>en</strong>do laasist<strong>en</strong>cia mayor <strong>en</strong> las áreas urbanas que <strong>en</strong> las rurales (<strong>en</strong> torno al 90%, salvo <strong>en</strong> el caso deParaguay) (Del Popolo et al. 2007: 57). Este patrón afecta más severam<strong>en</strong>te a las niñas indíg<strong>en</strong>asque habitan <strong>en</strong> zonas rurales 3 , aunque países como Brasil, el Estado Plurinacional de Bolivia yHonduras muestran una brecha interétnica similar <strong>en</strong>tre hombres y mujeres. El cuadro tambiénmuestra que las brechas étnicas <strong>en</strong> las áreas urbanas son persist<strong>en</strong>tes, a excepción de los casos delEstado Plurinacional de Bolivia y Honduras, y evid<strong>en</strong>cia las difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> el desempeño de esteindicador no sólo <strong>en</strong>tre países, sino al interior de los países.Las brechas <strong>en</strong> educación se profundizan a medida que se avanza <strong>en</strong> los años de escolaridad.Por ejemplo, al inicio de la edad escolar un 88% de los niños indíg<strong>en</strong>as y afrodesc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes asiste aun establecimi<strong>en</strong>to educacional, fr<strong>en</strong>te a un 93% de niños no indíg<strong>en</strong>as (CEPAL, 2008: 165). En elnivel secundario superior, <strong>en</strong>tre los 14 y 17 años, un 34% de los niños indíg<strong>en</strong>as ati<strong>en</strong>de a clasesfr<strong>en</strong>te a un 48% <strong>en</strong>tre los no indíg<strong>en</strong>as. Sólo un 17,4% de qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>as y habitan <strong>en</strong> zonasrurales terminan el nivel secundario, fr<strong>en</strong>te a un 56,7% de qui<strong>en</strong>es no lo son y habitan <strong>en</strong> zonasurbanas (ibid: 166).3De acuerdo al cuadro 2, esto es así para los casos de Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México y Panamá. En el caso de Paraguay, la brecha deasist<strong>en</strong>cia a la escuela <strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>as y no indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> áreas rurales es prácticam<strong>en</strong>te igual para hombres y mujeres.13


14País aCUADRO 1TASA DE MORTALIDAD INFANTIL EN PAÍSES DE AMÉRICA LATINA QUE IMPLEMENTAN PTCbTasa De Mortalidad Infantil cPorc<strong>en</strong>taje de personas queTotal Urbana Ruralpert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblos indíg<strong>en</strong>asPI d PNI e Difer<strong>en</strong>ciarelativa f PI PNI Difer<strong>en</strong>ciarelativa f PI PNI Difer<strong>en</strong>ciarelativa fBolivia (Estado62,2 73,9 53,1 1,39 63,3 50,5 1,25 85,4 60,2 1,42Plurinacional de)Brasil 0,4 39,7 33,9 1,17 37,2 31,4 1,18 41,8 43,0 0,97Chile 4,6 12,8 11,5 1,11 12,0 11,4 1,05 12,7 12,0 1,06Colombia g 2,0 39,5 23,9 1,65 30,9 23,5 1,31 39,8 28,0 1,42Costa Rica 1,7 20,9 11,5 1,83 20,4 10,6 1,92 21,5 12,3 1,75Ecuador 6,8 67,6 29,8 2,27 39,1 24,6 1,59 73,8 37,9 1,95Guatemala 41,0 51,1 41,0 1,25 47,2 35,3 1,34 52,2 46,7 1,13Honduras 7,0 42,6 34,5 1,23 28,5 25,1 1,14 44,6 41,8 1,07México 6,4 43,0 26,5 1,63 34,2 23,9 1,43 47,3 33,7 1,40Panamá 10,0 53,4 17,3 3,09 31,6 15,7 2,01 57,4 19,5 2,94Paraguay 1,7 78,5 37,7 2,08 72,1 38,8 1,86 79,1 36,3 2,18Fu<strong>en</strong>te: CELADE, CEPAL sobre procesami<strong>en</strong>to de microbases c<strong>en</strong>sales, reproducida de CEPAL (2007a: 188), salvo donde se indique lo contrario.a En esta tabla se incluyó a todos los países que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> pueblos indíg<strong>en</strong>as, para los que exist<strong>en</strong> estadísticas c<strong>en</strong>sales desagregadas, y que implem<strong>en</strong>tan o han implem<strong>en</strong>tado PTC. Nose ha incluido Arg<strong>en</strong>tina, El Salvador, Nicaragua y Perú por la falta de datos c<strong>en</strong>sales para pueblos indíg<strong>en</strong>as.b Fu<strong>en</strong>te: CEPAL, procesami<strong>en</strong>to de bases microc<strong>en</strong>sales para la ronda c<strong>en</strong>sal del año 2000, <strong>en</strong> CEPAL (2007a: 161).c Tasa de mortalidad infantil (probabilidad de morir <strong>en</strong>tre el nacimi<strong>en</strong>to y el primer año de vida por cada 1,000 nacidos vivos) para la ronda c<strong>en</strong>sal del año 2000.d PI = datos para personas pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a pueblos indíg<strong>en</strong>as.e PNI = datos para personas pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a la población no indíg<strong>en</strong>a. Excluye a los afrodesc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes.fDifer<strong>en</strong>cia relativa = Proporción de mortalidad infantil indíg<strong>en</strong>a fr<strong>en</strong>te a la no indíg<strong>en</strong>a.a Fu<strong>en</strong>te: CELADE, procesami<strong>en</strong>tos especiales de los microdatos c<strong>en</strong>sales usando Redatam SP+.CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156 Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…


15CUADRO 2TASA DE ASISTENCIA ESCOLAR DE LA POBLACIÓN ENTRE 6 Y 11 AÑOS PARA PAÍSES DE AMÉRICA LATINA QUE IMPLEMENTAN PTCTasa de asist<strong>en</strong>cia escolar de la población <strong>en</strong>tre 6 y 11 años aUrbana RuralHombre Mujer Hombre MujerPaís PI b PNI c Difer<strong>en</strong>cia PI b PNI c Difer<strong>en</strong>cia PI b PNI c Difer<strong>en</strong>cia PI b PNI c Difer<strong>en</strong>ciarelativa d relativa d relativa d relativa dBolivia (Estado 95,8 95,0 1,01 95,8 95,4 1,00 90,5 86,9 1,04 89,2 87,9 1,01Plurinacional de)Brasil 91,5 94,7 0,97 92,4 95,4 0,97 62,3 86,2 0,72 63,1 87,6 0.72Costa Rica 94,3 97,9 0,96 89,3 93,4 0,96 71,3 92,7 0,77 70,6 93,3 0,76Ecuador 90,0 92,8 0,97 89,3 93,4 0,96 86,2 86,8 0,99 85,3 87,5 0,97Guatemala 88,2 94,1 0,94 86,3 94,2 0,92 80,1 84,6 0,95 77,1 84,2 0,92Honduras 88,5 86,7 1,02 90,2 87,8 1,03 71,9 71,6 1,00 73,0 74,1 0,99México 91,7 96,8 0,95 90,7 97,1 0,93 90,6 94,2 0,96 90,0 94,4 0,95Panamá 87,6 97,7 0,90 88,8 97,9 0,91 77,7 95,3 0,81 76,0 96,0 0,79Paraguay 69,0 94,4 0,73 73,1 95,2 0,77 59,1 91,3 0.65 59,2 92,3 0,64Fu<strong>en</strong>te: Del Popolo et al. (2007: 76)a Anexo 1. No se dispone de información c<strong>en</strong>sal o datos microc<strong>en</strong>sales procesados para este indicador <strong>en</strong> los casos de Arg<strong>en</strong>tina, Chile, Colombia, El Salvador, Nicaragua y Perú.b PI = datos para personas pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a pueblos indíg<strong>en</strong>as.c PNI = datos para personas pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a la población no indíg<strong>en</strong>a. Excluye a los afrodesc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes.d Difer<strong>en</strong>cia relativa = Proporción de mortalidad infantil indíg<strong>en</strong>a fr<strong>en</strong>te a la no indíg<strong>en</strong>a.CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156 Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…


16PaísCUADRO 3AMÉRICA LATINA (7 PAÍSES): INCIDENCIA DE LA INDIGENCIA ENTRE LA POBLACIÓN INDÍGENA O AFRODESCENDIENTE YNO INDÍGENA EN LAS ZONAS URBANAS Y RURALES, ALREDEDOR DE 1990, 1997, 2002 Y 2005 (PORCENTAJES)Bolivia (Estado Plurinacional de)Zonas urbanas Zonas rurales1990 1997 2002 2005 1990 1997 2002 2005Indíg<strong>en</strong>as … 28,5 22,3 22,0 … 65,8 64,9 60,8No indíg<strong>en</strong>as … 18,9 15,1 10,4 … 48,3 48,8 39,2Difer<strong>en</strong>cia relativa … 1,5 1,5 2,1 … 1,4 1,3 1,6BrasilIndíg<strong>en</strong>as 26,2 14,0 14,7 10,8 52,4 35,8 33,3 26,7No indíg<strong>en</strong>as 16,4 9,5 10,2 8,1 47,2 30,5 28,5 22,3Difer<strong>en</strong>cia relativa a 1,6 1,5 1,4 1,3 1,1 1,2 1,2 1,2ChileIndíg<strong>en</strong>as … 8,3 8,8 4,1 … 13,9 15,6 6,2No indíg<strong>en</strong>as … 5,0 5,0 3,1 … 8,7 7,5 3,0Difer<strong>en</strong>cia relativa a … 1,7 1,8 1,3 … 1,6 2,1 2,1EcuadorIndíg<strong>en</strong>as … 21,0 15,7 22,1 … … … 40,6No indíg<strong>en</strong>as … 23,3 15,8 16,2 … … … 25,4Difer<strong>en</strong>cia relativa a … 0,9 1 1,4 … … … 1,6NicaraguaIndíg<strong>en</strong>as … 29,3 55,9 … … 82,9 76,2 …No indíg<strong>en</strong>as … 34,0 32,8 … … 56,7 53,4 …Difer<strong>en</strong>cia relativa a … 0,9 1,7 … … 1,5 1,4 …PanamáIndíg<strong>en</strong>as … … … … … … 63,2 58,7No indíg<strong>en</strong>as … … … … … … 24,5 22,2Difer<strong>en</strong>cia relativa a … … … … … … 2,6 2,6ParaguayIndíg<strong>en</strong>as 22,2 15,1 13,7 28,3 … … … …No indíg<strong>en</strong>as 12,7 7,4 9,3 11,7 … … … …Difer<strong>en</strong>cia relativa a 1,8 2 1,5 2,4 … … … …Fu<strong>en</strong>te: CEPAL, sobre la base de tabulaciones especiales de <strong>en</strong>cuestas de hogares de los respectivos países.a Difer<strong>en</strong>cia relativa: proporción de la incid<strong>en</strong>cia de la indig<strong>en</strong>cia no indíg<strong>en</strong>a fr<strong>en</strong>te a la indíg<strong>en</strong>a.CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156 Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…Se ha planteado que ser pobre y ser indíg<strong>en</strong>a <strong>en</strong> América Latina es prácticam<strong>en</strong>te sinónimo(Plant, 1998). Si bi<strong>en</strong> es difícil obt<strong>en</strong>er datos agregados para todos los países de la región, lainformación exist<strong>en</strong>te sobre la incid<strong>en</strong>cia de la indig<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la población indíg<strong>en</strong>a y no indíg<strong>en</strong>aconfirma la persist<strong>en</strong>cia de brechas (véase el cuadro 3), aunque con matices, confirmando ladiversidad de contextos que exhibe la inequidad étnica.Así, por ejemplo, <strong>en</strong> los casos de Brasil y el Estado Plurinacional de Bolivia, las brechas sonde distinta naturaleza <strong>en</strong> las dim<strong>en</strong>siones revisadas: reducidas o inexist<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> el caso de laeducación, pero marcadas <strong>en</strong> los ingresos. En el caso de Panamá, por otro lado, se muestra undesempeño consist<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los tres indicadores, mant<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do brechas significativas <strong>en</strong> lasdim<strong>en</strong>siones de la salud e ingresos –al m<strong>en</strong>os, para el caso de las zonas rurales para las quedisponemos de información– y sólo levem<strong>en</strong>te m<strong>en</strong>ores <strong>en</strong> educación.Otra cuestión que observamos es el increm<strong>en</strong>to, a lo largo de los años, de la brecha étnica <strong>en</strong>torno a la indig<strong>en</strong>cia. De esta forma, pese a que <strong>en</strong> algunos países esta última se ha reducido demanera sost<strong>en</strong>ida <strong>en</strong> el tiempo, la brecha se increm<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> función de la variable étnica. Este es elcaso de las zonas rurales <strong>en</strong> Chile, las urbanas <strong>en</strong> Ecuador y Nicaragua, y rurales y urbanas <strong>en</strong> elEstado Pluricultural de Bolivia.Todos estos aspectos muestran la necesidad de g<strong>en</strong>erar estrategias estatales ori<strong>en</strong>tadas a reducirestas brechas, así como promover el acceso de qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>as a los sistemas de formación decapital humano y otro tipo de activos para disminuir su vulnerabilidad. La actual situación de exclusiónque <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan estos pueblos no sólo constituye una fragante contradicción respecto de los avancesexperim<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> términos de su reconocimi<strong>en</strong>to político <strong>en</strong> años reci<strong>en</strong>tes, sino que también unaconculcación de los derechos humanos, como se revisará a continuación.b. Un <strong>en</strong>foque étnico <strong>en</strong> la política social:avances, contradicciones y desafíosEl comi<strong>en</strong>zo de los años nov<strong>en</strong>ta marca un hito <strong>en</strong> la figuración pública de los pueblos indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong>la región, mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el cual se expande su movilización social y política a difer<strong>en</strong>tes escalas 4 . Apartir de este mom<strong>en</strong>to se hace un llamado especial por parte de organismos internacionales a losgobiernos de la región para g<strong>en</strong>erar programas de acción afirmativa, específicam<strong>en</strong>te dirigidos amejorar las condiciones de vida de los pueblos indíg<strong>en</strong>as, así como fom<strong>en</strong>tar su participación <strong>en</strong> losasuntos públicos (ONU, 2005; UNPFII, 2005). En este contexto, el llamado hecho <strong>en</strong> el año 2006por el Relator Especial de Naciones Unidas para Pueblos Indíg<strong>en</strong>as 5 fue precisam<strong>en</strong>te el de cerrarla llamada “brecha de implem<strong>en</strong>tación”, es decir, lograr conjugar los estándares internacionalm<strong>en</strong>teratificados sobre pueblos indíg<strong>en</strong>as con los de nivel doméstico <strong>en</strong> los ámbitos legislativo, dejurisprud<strong>en</strong>cia y de políticas sociales (CEPAL 2007a: 148).Estas décadas exhib<strong>en</strong> también logros inéditos a nivel nacional e internacional. Por unaparte, se ha avanzado sustantivam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> materia de derechos indíg<strong>en</strong>as, primero con la aprobacióndel Conv<strong>en</strong>io de la OIT 169 <strong>en</strong> 1989 6 , y reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, con la ratificación de la Declaración de lasNaciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indíg<strong>en</strong>as (ONU, 2007) (véase cuadro 4). Porotra parte, los Estados de la región han incorporado reformas a nivel legislativo y judicial para su456Difer<strong>en</strong>tes factores contribuyeron a ello, <strong>en</strong>tre éstos la conmemoración de los 500 años desde el arribo de Cristóbal Colón a tierrasamericanas, ante la cual se conformaron una serie de organizaciones y movimi<strong>en</strong>tos indíg<strong>en</strong>as de protesta (B<strong>en</strong>goa, 2000; Yashar,2005) y la proclamación del comi<strong>en</strong>zo de la Década Internacional de los Pueblos Indíg<strong>en</strong>as del Mundo (1994 – 2005) por NacionesUnidas (Hall et al. 2006).Hasta el año 2008, el Sr. Rodolfo Stav<strong>en</strong>hag<strong>en</strong>.De los 20 países de América Latina, 12 lo han ratificado, más Chile que lo ratificó el año 2007 con algunas observaciones. Paísesque no lo han ratificado son: El Salvador, Nicaragua, Panamá y Uruguay.17


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…reconocimi<strong>en</strong>to, introduci<strong>en</strong>do importantes modificaciones constitucionales y ratificando lostratados internacionales respectivos (Bello, 2004; Hall y Patrinos, 2006; Van Cott, 2002, 2006;Yashar, 2005) 7 .CUADRO 4SINOPSIS DE LOS DERECHOS INDÍGENAS RECONOCIDOS EN EL CONVENIO OIT 169 YDECLARACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS INDÍGENASÁrea Dim<strong>en</strong>sión Ámbito de derechos• Trabajar y vivir <strong>en</strong> el propio idiomaCultura e Id<strong>en</strong>tidad Derechos culturales • Mant<strong>en</strong>er las propias instituciones y sistemas de toma dedecisiones (ley consuetudinaria)Político-económicoLibre determinación yautonomíaParticipación <strong>en</strong> decisioneseconómicas y asuntos queles afect<strong>en</strong>• Mant<strong>en</strong>er las costumbres e instituciones <strong>en</strong> asuntossociales, económicos y culturales• Autogobierno <strong>en</strong> asuntos internos y locales• Definir las propias prioridades de desarrollo económico,social y cultural• Ser consultado ante una medida que les afecte (ILO 169) ydar cons<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to (ONU 2007)• Participar <strong>en</strong> el uso, manejo y conservación de losrecursos naturales• Participar <strong>en</strong> la vida económica, social, política y culturalParticipación <strong>en</strong>del estadoasuntos públicos • Repres<strong>en</strong>tación políticaTierra y territorio• Reconocimi<strong>en</strong>to del derecho a la propiedad (individual ycolectiva) sobre la tierra ocupada ancestralm<strong>en</strong>te• Reparación a través de restitución o comp<strong>en</strong>sación justaRecursos • Uso y propiedad de los recursos naturales exist<strong>en</strong>tes <strong>en</strong>las tierrasSocial Pobreza • Políticas de acción afirmativa para superar discriminacióny exclusión históricaFu<strong>en</strong>te: Elaboración propia sobre Conv<strong>en</strong>io OIT 169 (1989) y ONU (2007).Estos avances contrastan, sin embargo, con la dificultad para implem<strong>en</strong>tar medidas concretascapaces de plasmar este reconocimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> ámbitos cruciales de redistribución, tales como lapropiedad sobre la tierra, el autogobierno, y el control sobre los recursos naturales y los territoriosindíg<strong>en</strong>as (Hale, 2002). En complem<strong>en</strong>tariedad con estos elem<strong>en</strong>tos, y como se revisó <strong>en</strong> la secciónanterior, se hace evid<strong>en</strong>te la debilidad de las políticas sociales exist<strong>en</strong>tes para reducir la severidadde las brechas interétnicas y la pobreza indíg<strong>en</strong>a, pese a los llamados explícitos por implem<strong>en</strong>taracciones afirmativas a favor de estos pueblos. Ambos aspectos están intrínsecam<strong>en</strong>te conectadosdesde la perspectiva indíg<strong>en</strong>a del bi<strong>en</strong>estar y la car<strong>en</strong>cia, como las organizaciones y movimi<strong>en</strong>toshan def<strong>en</strong>dido y planteado a lo largo del tiempo 8 .Surge, por tanto, la pregunta sobre cómo avanzar <strong>en</strong> la consolidación de sociedades, que sibi<strong>en</strong> son pluriétnicas por naturaleza, sean también interculturales <strong>en</strong> su desarrollo. Porinterculturalidad <strong>en</strong>t<strong>en</strong>demos un proceso colectivo de intercambio, diálogo y construcción <strong>en</strong>treactores prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de culturas y mundos de vida difer<strong>en</strong>tes (Alcina, 2003), a través del cual sealcanc<strong>en</strong> cons<strong>en</strong>sos que contribuyan a la igualdad <strong>en</strong> el acceso a las oportunidades, la igualdad <strong>en</strong>las garantías de realización progresiva de los DESC y el reconocimi<strong>en</strong>to de aquellos aspectos quees preciso resguardar bajo una óptica de derechos difer<strong>en</strong>ciados.78Destacan los casos de las reformas a las cartas constitucionales de Colombia, Ecuador, Estado Pluricultural de Bolivia y laRepública Bolivariana de V<strong>en</strong>ezuela (Barié, 2005; Van Cott, 2000, 2006; Yashar, 2005).Véanse, por ejemplo, las declaraciones emitidas por el Foro Perman<strong>en</strong>te de Asuntos Indíg<strong>en</strong>as (UNPFII).18


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…Los desafíos que plantea la interculturalidad son profundos y múltiples, y requier<strong>en</strong> detransformaciones de largo ali<strong>en</strong>to <strong>en</strong> los diversos planos <strong>en</strong> los que se des<strong>en</strong>vuelve la sociedad. Lasdim<strong>en</strong>siones de los instrum<strong>en</strong>tos de derechos humanos descritas <strong>en</strong> el cuadro 4 remit<strong>en</strong> tanto acambios de tipo cultural, como a reformas <strong>en</strong> la esfera del desarrollo político-económico y social.Con respecto a esta última, las políticas de protección y promoción social pued<strong>en</strong> cumplir un papelrelevante a través de acciones ori<strong>en</strong>tadas, de manera simultánea, a garantizar mínimos sociales paracontribuir a la realización de los derechos humanos –incluidos los DESC y los DPI–, así como areducir la desigualdad interétnica <strong>en</strong> el acceso a la estructura de oportunidades y formación deactivos, a través de medidas de acción afirmativa. Es posible plantear que estos elem<strong>en</strong>tosconforman un “<strong>en</strong>foque étnico” <strong>en</strong> la política social, pudi<strong>en</strong>do combinar, simultáneam<strong>en</strong>te,acciones t<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes a la igualdad y acceso universal a determinadas prestaciones (por ejemplo, <strong>en</strong>salud, educación y transfer<strong>en</strong>cias de ingresos), con aquellas vinculadas a garantizar la realizaciónde derechos colectivos, como <strong>en</strong> el caso de políticas diseñadas desde el principio deautodeterminación de los pueblos indíg<strong>en</strong>as y la adecuación de los servicios desde una mirada depertin<strong>en</strong>cia cultural.De acuerdo a lo que aquí se propone, dos son las dim<strong>en</strong>siones fundam<strong>en</strong>tales que deb<strong>en</strong> serconsideradas d<strong>en</strong>tro de un <strong>en</strong>foque étnico (véase el cuadro 5):• los elem<strong>en</strong>tos normativos y operativos cont<strong>en</strong>idos <strong>en</strong> los instrum<strong>en</strong>tos de derechoshumanos; y,• criterios de política social para la reducción de las brechas interétnicas y la pobrezaindíg<strong>en</strong>a, tales como la id<strong>en</strong>tificación de las brechas <strong>en</strong> dim<strong>en</strong>siones claves del desarrollohumano, de los factores protectores y de vulnerabilidad que incorporar a las políticas, yde los requerimi<strong>en</strong>tos de pertin<strong>en</strong>cia de sus acciones.Con respecto a los elem<strong>en</strong>tos normativos que debieran guiar un <strong>en</strong>foque étnico, el <strong>en</strong>foque dederechos o ‘<strong>en</strong>foque basado <strong>en</strong> derechos’ puede contribuir significativam<strong>en</strong>te a ori<strong>en</strong>tar el diseño eimplem<strong>en</strong>tación de las políticas sociales <strong>en</strong> una región pluriétnica. Éste se refiere a las acciones <strong>en</strong>materia de desarrollo que son guiadas bajo los estándares del sistema de derechos humanos, los quelos Estados ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la triple función de respetar, proteger y promover (Abramovich, 2006: 43). Laadopción de este <strong>en</strong>foque obliga a que las instituciones incorpor<strong>en</strong> activam<strong>en</strong>te, a lo largo de lasdifer<strong>en</strong>tes etapas de la política social, los sigui<strong>en</strong>tes principios: igualdad y no discriminación,participación y empoderami<strong>en</strong>to, y r<strong>en</strong>dición de cu<strong>en</strong>tas y transpar<strong>en</strong>cia (Abramovich, 2006;Cariño 2005: 30; Eyb<strong>en</strong>, 2003: 12-13 <strong>en</strong> Nyamu-Musembi y Cornwall, 2004: 12-14; Sepúlveda,2008a: 10-11). También se establece que los derechos humanos son universales, complem<strong>en</strong>tarios<strong>en</strong>tre sí y, particularm<strong>en</strong>te para el caso de los DESC, progresivos <strong>en</strong> su aplicación.Lo anterior no implica que no deban ni puedan establecerse compromisos concretos respectodel cumplimi<strong>en</strong>to de los estándares cont<strong>en</strong>idos <strong>en</strong> los derechos humanos. En años reci<strong>en</strong>tes, haadquirido fuerza la idea de definir “garantías” sociales, las cuales puedan g<strong>en</strong>erar compromisosexplícitos que los Estados deb<strong>en</strong> cumplir progresivam<strong>en</strong>te al ratificar los diversos pactos yconv<strong>en</strong>ios (Abramovich y Pautassi, 2009; Norton et al., 2009 y Gacitúa-Marió y Norton et al.,2009). Las garantías sociales consist<strong>en</strong> <strong>en</strong> dispositivos para comunicar, promover y evaluar elgrado de avance <strong>en</strong> la realización de los DESC a través de políticas sociales. Cinco son lasdim<strong>en</strong>siones sobre las que se suel<strong>en</strong> definir garantías: acceso, calidad, financiami<strong>en</strong>to, revisióncontinua y participación, y comp<strong>en</strong>sación por su no cumplimi<strong>en</strong>to (ibid: 5). Para cada una de éstas,deb<strong>en</strong> establecerse plazos, actores involucrados y criterios de evaluación (Sojo, 2007: 127), asícomo los mecanismos legales, financieros, institucionales e instrum<strong>en</strong>tales a través de los cualeséstas operarán.19


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…Ahora bi<strong>en</strong>, el cont<strong>en</strong>ido de las garantías está establecido por los derechos reconocidos, loscuales son complem<strong>en</strong>tarios <strong>en</strong>tre sí. En el caso de los DESC, éstos se transforman <strong>en</strong> cont<strong>en</strong>idosmínimos (véase el cuadro 5). Su realización debe estar primero garantizada para los másdesfavorecidos <strong>en</strong> la sociedad como un mecanismo de avance continuo o increm<strong>en</strong>tal hacia launiversalidad (Sepúlveda, 2009b). Para esto, debe considerarse que la pobreza extrema, <strong>en</strong>t<strong>en</strong>didacomo la escasez de ingresos, falta de desarrollo humano y exclusión social, es <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dida como unaconculcación de los derechos humanos que deb<strong>en</strong> ser prioritariam<strong>en</strong>te at<strong>en</strong>dida (B<strong>en</strong>goa, 2006).A los cont<strong>en</strong>idos mínimos del PIDESC, se añade la consideración de los instrum<strong>en</strong>tosespecíficos para pueblos indíg<strong>en</strong>as ratificados a distinto ritmo por los Estados de la región (OIT,1989 y ONU, 2007). El Conv<strong>en</strong>io 169 g<strong>en</strong>era obligaciones exigibles para los países que lo hanratificado, mi<strong>en</strong>tras que la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los PueblosIndíg<strong>en</strong>as g<strong>en</strong>era ori<strong>en</strong>taciones de política que pued<strong>en</strong> guiar su implem<strong>en</strong>tación <strong>en</strong> los países. Elconjunto de estos elem<strong>en</strong>tos ha sido sintetizado <strong>en</strong> el cuadro 5.CUADRO 5COMPONENTES DE UN ENFOQUE ÉTNICODim<strong>en</strong>siones Sub-dim<strong>en</strong>siones • Elem<strong>en</strong>tos y aspectos a considerar *DerechosEnfoque de derechosy garantías sociales• Igualdad y no discriminación• Participación y r<strong>en</strong>dición de cu<strong>en</strong>tas• Universalidad, progresividad e interdep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de los derechos• Acceso, oportunidad, calidad, participación y reparación.DPI a • Integridad cultural• Político-económico: autogobierno, control de los recursosnaturales y territorio, participación y decisión• Asist<strong>en</strong>cia y acción afirmativaReducción debrechas interétnicas<strong>en</strong> el acceso amecanismos deprotección ypromoción socialFu<strong>en</strong>te: Elaboración propia.• Derechos laborales • Nivel adecuado de vida• Seguridad social y seguro social • SaludDESC b para las familias• Protección y asist<strong>en</strong>ciaCondiciones básicasde vida para eldesarrollo humanoFactores protectoresfr<strong>en</strong>te a riesgosFactores que incid<strong>en</strong><strong>en</strong> mayorvulnerabilidadPertin<strong>en</strong>cia• Ingresos y mínimos sociales• Capital humano• Educación• Capital cultural (recursos y conocimi<strong>en</strong>tos para el desarrollo)• Capital social (redes y organizaciones)• Género• Ciclo de vida• Factores territoriales y demográficos: at<strong>en</strong>ción a necesidadesperman<strong>en</strong>tes y emerg<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> antiguos y nuevos as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos(Ej.: impactos de la migración)• Id<strong>en</strong>tificación de riesgos y puesta <strong>en</strong> marcha de mecanismos demitigación y comp<strong>en</strong>sación• Visiones de pobreza y bi<strong>en</strong>estar (dinámicas familiares, relacióncon el territorio, etc.)• Cosmovisión* Lista no exhaustiva de los principales indicadores correspondi<strong>en</strong>tes a cada dim<strong>en</strong>sión.a A partir de cuadro 4.b A partir del Pacto Internacional por los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, PIDESC (1966) artículos 6 a 13.A partir de la constatación de los indicadores de brechas interétnicas y pobreza indíg<strong>en</strong>a, sepuede fácilm<strong>en</strong>te concluir que el contexto de desigualdad y deprivación <strong>en</strong> que estos pueblos viv<strong>en</strong>es materia de at<strong>en</strong>ción urg<strong>en</strong>te desde un <strong>en</strong>foque de derechos. Esta situación at<strong>en</strong>ta contra el20


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…principio de igualdad y no discriminación, así como de la universalidad <strong>en</strong> el acceso a losinstrum<strong>en</strong>tos que permitan realizar los DESC (particularm<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> el caso de la car<strong>en</strong>cia de ofertapública de salud y educación).Estos principios son también vulnerados <strong>en</strong> términos de la calidad y acceso de los serviciossociales de los que dispon<strong>en</strong> qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>as. Éstos no sólo deb<strong>en</strong> estar disponibles <strong>en</strong> unacantidad adecuada –cuestión que está lejos de ser alcanzada, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> zonas rurales aisladas–, ycontar con estándares de calidad equival<strong>en</strong>tes a los de toda la ciudadanía. Para los pueblos indíg<strong>en</strong>as, unámbito crucial es el de la adecuación cultural de los servicios a los que se t<strong>en</strong>ga acceso, aspecto que sóloreci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te ha com<strong>en</strong>zado a ser trabajado de manera más ext<strong>en</strong>sa (CEPAL, 2008).Tanto la definición de garantías sociales <strong>en</strong> este campo, como la implem<strong>en</strong>tación de políticasde acción afirmativa, con metas y plazos explícitos respecto de su diseño y evaluación, podríancontribuir significativam<strong>en</strong>te a mejorar estas contradicciones y desafíos para la ciudadaníamulticultural <strong>en</strong> América Latina. Esto es coincid<strong>en</strong>te con las recom<strong>en</strong>daciones del Consejo deDerechos Humanos de las Naciones Unidas, el cual llama a los Estados a adoptar medidas para laid<strong>en</strong>tificación de los pueblos indíg<strong>en</strong>as como uno de los grupos más vulnerables y afectados por laextrema pobreza <strong>en</strong> la región, y para eliminar las barreras de tipo sociocultural, político y legal queperpetúan la pobreza (Sepúlveda, 2008b: 10; Cariño, 2005: 30; CEPAL 2008). Tales acciones nosólo son recom<strong>en</strong>dables: son también obligatorias y g<strong>en</strong>eran condiciones de exigibilidad para losEstados que han ratificado el PIDESC y el Conv<strong>en</strong>io 169, <strong>en</strong> su calidad de tratadosinternacionales 9 . En el caso de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de losPueblos Indíg<strong>en</strong>as, si bi<strong>en</strong> ésta no g<strong>en</strong>era obligaciones <strong>en</strong> la misma línea que los conv<strong>en</strong>ios,tratados y pactos, se transforma <strong>en</strong> una fu<strong>en</strong>te de ori<strong>en</strong>taciones para las políticas sociales que sobrepueblos indíg<strong>en</strong>as se implem<strong>en</strong>t<strong>en</strong> <strong>en</strong> la región.En este s<strong>en</strong>tido, el principio de complem<strong>en</strong>tariedad de los derechos establece que los Estadosdeb<strong>en</strong> velar por una articulación dinámica <strong>en</strong>tre los estándares cont<strong>en</strong>idos <strong>en</strong> los DESC y los DPI(Salomon, 2005: 7-8). Esto complejiza la acción <strong>en</strong> materia de política social, pues obliga aconsiderar una doble dim<strong>en</strong>sión de derechos: individuales y colectivos bajo la óptica de laciudadanía multicultural. Al mismo tiempo, los principios de participación y r<strong>en</strong>dición de cu<strong>en</strong>tasse vuelv<strong>en</strong> doblem<strong>en</strong>te normativos para los Estados, pues éstos no sólo son c<strong>en</strong>trales desde un<strong>en</strong>foque de derechos, sino también son una dim<strong>en</strong>sión clave de los DPI. Las acciones promovidas<strong>en</strong> este contexto deb<strong>en</strong>, a su vez, respetar aquellos aspectos claves de reconocimi<strong>en</strong>to de derechosindíg<strong>en</strong>as, como los relacionados a la mant<strong>en</strong>ción de sus idiomas, formas de organización ycostumbres que no contrav<strong>en</strong>gan los derechos universales previam<strong>en</strong>te reconocidos.Exist<strong>en</strong> diversos ámbitos concretos de interrelación <strong>en</strong>tre los DESC y DPI, con implicanciasdirectas para el diseño de políticas sociales bajo un <strong>en</strong>foque de derechos. En el caso del derecho ala educación, la obligatoriedad del acceso a la educación primaria gratuita a lo m<strong>en</strong>os requiere ladisponibilidad de escuelas, su accesibilidad desde la perspectiva de la no discriminación, la libertadde <strong>en</strong>señanza bajo un <strong>en</strong>foque pluralista <strong>en</strong> línea con los derechos indíg<strong>en</strong>as, y la pertin<strong>en</strong>cia de laeducación <strong>en</strong>tregada, incluida la <strong>en</strong>señanza <strong>en</strong> el idioma de los alumnos (Wilson, 2005: 56-58). Encuanto al derecho al más alto nivel posible de salud física y m<strong>en</strong>tal, se requiere contar con el accesogarantizado la los servicios de salud, no sólo desde la perspectiva de la infraestructura, sinotambién de la pertin<strong>en</strong>cia (CEPAL, 2008). Debe fortalecerse la participación de los pueblosindíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> cada una de las dim<strong>en</strong>siones cont<strong>en</strong>idas <strong>en</strong> este derecho, así como promoverse laincorporación de los sistemas de salud tradicional, si corresponde. En ambas dim<strong>en</strong>siones, salud yeducación, debe también tomarse <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que los pueblos indíg<strong>en</strong>as cu<strong>en</strong>tan con recursos9La judicialización de los derechos es un aspecto <strong>en</strong> desarrollo <strong>en</strong> la región. Mecanismos de reparación de tipo judicial son incluidosd<strong>en</strong>tro de las garantías sociales, aún cuando “los alcances y modelos de judicialización” no están del todo determinados(Abramovich y Pautassi, 2009).21


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…culturales ancestrales que deb<strong>en</strong> ser fortalecidos e incluidos <strong>en</strong> los programas como factoresprotectores, nuevam<strong>en</strong>te, siempre y cuando éstos no vulner<strong>en</strong> otros aspectos reconocidos por losderechos humanos.RECUADRO 2LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y EL DERECHO AL MÁS ALTO NIVEL POSIBLEDE SALUD FÍSICA Y MENTALEl derecho al más alto nivel posible de salud física y m<strong>en</strong>tal incluye la obligación de los Estados a implem<strong>en</strong>tarmedidas <strong>en</strong> torno a la reducción de la mortalidad infantil, así como la creación de condiciones que asegur<strong>en</strong> laasist<strong>en</strong>cia médica y servicios médicos <strong>en</strong> caso de <strong>en</strong>fermedad. Sin embargo, <strong>en</strong> la región subsist<strong>en</strong> ámbitos dediscriminación para los pueblos indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> cuanto al acceso universal a los servicios médicos.En primer lugar, las condiciones de acceso a servicios de salud no están siempre garantizadas,particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> aquellas áreas más lejanas de los c<strong>en</strong>tros urbanos, que cu<strong>en</strong>tan con servicios de m<strong>en</strong>orcalidad o que no han implem<strong>en</strong>tado sistemas con pertin<strong>en</strong>cia cultural adecuados (CEPAL, 2008: 235). Elconv<strong>en</strong>io OIT 169 establece que los servicios provistos para pueblos indíg<strong>en</strong>as deb<strong>en</strong> estar as<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> lacomunidad, planificados y coordinados junto a los grupos indíg<strong>en</strong>as, y deb<strong>en</strong> tomar <strong>en</strong> consideración susprácticas y conocimi<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> medicina tradicional (Yamin, 2005: 42). Lo anterior también involucra el<strong>en</strong>tr<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to de personas indíg<strong>en</strong>as para at<strong>en</strong>der <strong>en</strong> salud intercultural, el uso de los l<strong>en</strong>guajes de los pueblos<strong>en</strong> la transmisión de información de salud, y la g<strong>en</strong>eración de mecanismos de transpar<strong>en</strong>cia y r<strong>en</strong>dición decu<strong>en</strong>tas que logr<strong>en</strong> acercar a los pueblos indíg<strong>en</strong>as a los sistemas públicos de salud (Hunt, 2004 <strong>en</strong> ibid).De manera similar, CEPAL (2008: 237) sintetiza como estándares de salud mínimos reconocidos por losinstrum<strong>en</strong>tos internacionales para pueblos indíg<strong>en</strong>as los sigui<strong>en</strong>tes: (1) el derecho al más alto nivel de saludfísica y m<strong>en</strong>tal a través de su acceso apropiado, de calidad y no discriminante; (2) el derecho a la salud indíg<strong>en</strong>aintegral a través de la práctica de salud tradicional y la protección de los territorios como espacios vitales; y (3) elderecho a participar <strong>en</strong> el diseño, implem<strong>en</strong>tación, gestión, administración y evaluación de los programas ypolíticas de salud con énfasis <strong>en</strong> la autonomía de sus recursos <strong>en</strong>dóg<strong>en</strong>os. Asimismo, se establece la necesidadde promover un concepto de salud holístico que incorpore dim<strong>en</strong>siones de cosmovisión, colectividad y espiritualpres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> los diversos pueblos indíg<strong>en</strong>as de la región. De acuerdo a los resultados pres<strong>en</strong>tados por CEPAL,pese a los avances, aún perduran importantes fal<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> el cont<strong>en</strong>ido, alcance y protección de losmecanismos de políticas de salud implem<strong>en</strong>tados por los Estados de la región para garantizar el acceso de lospueblos indíg<strong>en</strong>as.Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia sobre CEPAL (2008) y Yamin (2005).Una segunda dim<strong>en</strong>sión de relevancia para un <strong>en</strong>foque étnico, complem<strong>en</strong>taria a la dederechos, es la de los criterios que deban ser explícitam<strong>en</strong>te incorporados a las políticas socialespara reducir las brechas de tipo interétnico y reducir la pobreza indíg<strong>en</strong>a (véase el cuadro 5). Estaspolíticas pued<strong>en</strong> no ser formuladas explícitam<strong>en</strong>te desde un <strong>en</strong>foque de derechos –aun cuandopuedan ser evaluadas desde esta óptica para id<strong>en</strong>tificar las brechas de implem<strong>en</strong>tación de las quedan cu<strong>en</strong>ta–, pero sí incorporar ori<strong>en</strong>taciones concretas para mejorar ámbitos cruciales para eldesarrollo humano y la equidad étnica. Éste es el caso de programas y políticas de acciónafirmativa <strong>en</strong> el campo del desarrollo indíg<strong>en</strong>a (etnodesarrollo) o de la formación de capitalhumano (políticas interculturales de salud y educación).Estas políticas pued<strong>en</strong> considerar de manera más o m<strong>en</strong>os evid<strong>en</strong>te el fortalecimi<strong>en</strong>to derecursos propios de los pueblos indíg<strong>en</strong>as, como su capital cultural o social. Este aspecto se vinculatambién a los criterios de pertin<strong>en</strong>cia de las acciones que puedan ser considerados, y que incid<strong>en</strong>,por ejemplo, <strong>en</strong> los mecanismos de focalización de las políticas y prestaciones, o <strong>en</strong> las visionessobre pobreza y bi<strong>en</strong>estar que estos pueblos puedan t<strong>en</strong>er.Finalm<strong>en</strong>te, uno de los criterios que puede contribuir considerablem<strong>en</strong>te a la reducción de lasbrechas étnicas es la at<strong>en</strong>ción a aquellos factores específicos que pued<strong>en</strong> constituir un mayor riesgoo que dan cu<strong>en</strong>ta de una mayor vulnerabilidad <strong>en</strong> el caso de los pueblos indíg<strong>en</strong>as. Éste es el caso,por ejemplo, de la migración. Dado que uno de los ámbitos c<strong>en</strong>trales de inequidad que afecta aestos pueblos es su acceso a la red de servicios sociales de salud y educación, una mejorconsideración de sus dinámicas migratorias y áreas de as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to permitirá id<strong>en</strong>tificar la22


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…demanda concreta que hoy <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan los países de la región. Si bi<strong>en</strong> esta red es todavía defici<strong>en</strong>te<strong>en</strong> gran parte de las zonas rurales, <strong>en</strong> las urbanas qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>as habitan principalm<strong>en</strong>te loscordones marginales de las ciudades, los cuales cu<strong>en</strong>tan con m<strong>en</strong>or infraestructura de serviciospúblicos y condiciones sanitarias más precarias. De esta manera, las brechas de acceso por orig<strong>en</strong>étnico pued<strong>en</strong> persistir <strong>en</strong> la ciudad, y aún más, agudizarse, tanto desde la perspectiva de losaccesos, calidad y pertin<strong>en</strong>cia de los servicios sociales (Del Popolo y Oyarce, 2006: 41, 48), lo quedemanda información más dinámica sobre los continuos flujos de doblami<strong>en</strong>to y migración queafectan a estas áreas.Asimismo, el proceso de migración puede causar una serie de impactos a nivelepidemiológico, nutricional y psicosocial. Este es el caso de los desplazados de orig<strong>en</strong> indíg<strong>en</strong>a quellegan a las zonas urbanas de Colombia, y, <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, de todos qui<strong>en</strong>es deb<strong>en</strong> <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar nuevoscontextos culturales, nutricionales y físicos. En el caso de qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>as, estos procesospued<strong>en</strong> volverse más traumáticos, dadas las dificultades de l<strong>en</strong>guaje y difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> las prácticasque éstos <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan una vez <strong>en</strong> la ciudad.Respecto de los patrones demográficos de los pueblos indíg<strong>en</strong>as, qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a estospueblos y han migrado a zonas urbanas, conforman una población más jov<strong>en</strong>, pero más expuesta amortalidad <strong>en</strong> edades productivas. En zonas rurales, <strong>en</strong> cambio, es frecu<strong>en</strong>te <strong>en</strong>contrar áreasindíg<strong>en</strong>as con una población <strong>en</strong>vejecida y alta pres<strong>en</strong>cia de niños (Del Popolo y Oyarce, 2006: 44 –45). Todos estos criterios pued<strong>en</strong> aportar a focalizar la política social de una manera más apropiadaa las necesidades del ciclo de vida <strong>en</strong> los difer<strong>en</strong>tes as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos.c. Los PTC fr<strong>en</strong>te a otras estrategias para la reducciónde la pobreza indíg<strong>en</strong>aComo se revisó <strong>en</strong> la sección anterior, tanto la evid<strong>en</strong>cia de las brechas interétnicas como las exig<strong>en</strong>ciascont<strong>en</strong>idas <strong>en</strong> un <strong>en</strong>foque de derechos, hac<strong>en</strong> necesario el fortalecimi<strong>en</strong>to de políticas sociales másefectivas y activas <strong>en</strong> la reducción de la pobreza indíg<strong>en</strong>a y la ampliación de la estructura deoportunidades de qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a estos pueblos. Los Estados se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran fr<strong>en</strong>te a un dobledesafío: por una parte, realizar los DESC para el conjunto de la ciudadanía, e implem<strong>en</strong>tar mecanismosde complem<strong>en</strong>tariedad bajo un <strong>en</strong>foque étnico <strong>en</strong> la implem<strong>en</strong>tación de las políticas.En el largo plazo, la realización de los DESC supone la superación de la pobreza, por lo quese requiere tanto de políticas de protección como de promoción social. Estas políticas debierancubrir un conjunto de dim<strong>en</strong>siones, las cuales pued<strong>en</strong> ser sintetizadas <strong>en</strong> las sigui<strong>en</strong>tes funciones:(i) la nivelación de las condiciones de vida cuando éstas caigan bajo los niveles definidos comoaceptables por cada sociedad y de acuerdo a los cont<strong>en</strong>idos mínimos de los DESC; (ii) el acceso apolíticas y programas para el fortalecimi<strong>en</strong>to de los activos, incluido el capital humano; y (iii) laampliación de la estructura de oportunidades a través de políticas de regulación del mercadolaboral, promoción del empleo, desarrollo productivo y económico, así como de asegurami<strong>en</strong>toperman<strong>en</strong>te fr<strong>en</strong>te al riesgo.Desde un <strong>en</strong>foque de derechos, estas políticas deb<strong>en</strong> resguardar el conjunto de los DPI,profundizando los espacios de repres<strong>en</strong>tación y participación política de los pueblos indíg<strong>en</strong>as, elresguardo y protección de sus territorios y mecanismos de autogobierno. Lo anterior implicapriorizar los esfuerzos <strong>en</strong> los grupos más vulnerables –d<strong>en</strong>tro de los cuales los pueblos indíg<strong>en</strong>asfiguran promin<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te–, implem<strong>en</strong>tando medidas afirmativas <strong>en</strong> un espacio-tiempo definido, yconsiderando <strong>en</strong> su formulación tanto los cont<strong>en</strong>idos de los DPI como mecanismos específicos parareducir las brechas interétnicas.23


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…Estos lineami<strong>en</strong>tos involucran superar una visión reduccionista, bajo la cual lo indíg<strong>en</strong>a seequipara a su pobreza (Bello, 2004), instalando una c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> los pueblos indíg<strong>en</strong>as como sujetosde derechos y actores de su desarrollo. Más aún, la puesta <strong>en</strong> marcha de programas y políticas conun <strong>en</strong>foque étnico o que incorporan medidas de acción afirmativa, no son incompatibles, sino alcontrario, con políticas de profundización de los derechos económicos y sociales para el conjuntode la población. Ambos procesos –la promoción y def<strong>en</strong>sa de los DESC y DPI– deb<strong>en</strong> fortalecersey no plantearse como mutuam<strong>en</strong>te excluy<strong>en</strong>tes.Es posible id<strong>en</strong>tificar dos ori<strong>en</strong>taciones de políticas y programas que han incorporado <strong>en</strong> susacciones a los pueblos indíg<strong>en</strong>as (véase el cuadro 6). Por una parte, <strong>en</strong>contramos políticas oprogramas exclusivam<strong>en</strong>te focalizados <strong>en</strong> pueblos indíg<strong>en</strong>as; por la otra, están aquellas que, sin serdiseñadas desde el orig<strong>en</strong> con un foco exclusivo <strong>en</strong> lo étnico, pued<strong>en</strong> incluir, de manera explícita oimplícita, una focalización <strong>en</strong> personas o grupos pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a pueblos indíg<strong>en</strong>as. Ambos tiposde políticas pued<strong>en</strong> ser fortalecidas desde un <strong>en</strong>foque étnico, incorporando un reconocimi<strong>en</strong>toexplícito a los cont<strong>en</strong>idos de los DPI y ori<strong>en</strong>tándose a reducir las brechas interétnicas.Exist<strong>en</strong> diversos argum<strong>en</strong>tos a favor y <strong>en</strong> contra de incorporar una at<strong>en</strong>ción específica <strong>en</strong> lo étnicoal interior de las políticas sociales. Por una parte, están qui<strong>en</strong>es rechazan las políticas de acciónafirmativa 10 por sus presuntas implicancias negativas para los principios de no discriminación, igualdad yjusticia social (Barry, 2001), además de sus altos costos <strong>en</strong> términos de cohesión social (ibid; Fry 2008).Las razones esgrimidas remit<strong>en</strong> a que estas políticas g<strong>en</strong>erarían dinámicas discriminatorias y racistas aldefinir como mecanismo de acceso a los b<strong>en</strong>eficios establecidos, criterios étnicos o raciales (ibid). Porotro lado, dejan fuera de los b<strong>en</strong>eficios a qui<strong>en</strong>es, si<strong>en</strong>do igualm<strong>en</strong>te o más vulnerables, no cumpl<strong>en</strong> losrequisitos de <strong>en</strong>trada para esas políticas, g<strong>en</strong>erando res<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de tipo interétnico, profundizandoconflictos ya exist<strong>en</strong>tes, o invisibilizando las demandas sociales transversales y no resueltas por el Estado(Fraser y Honneth, 2003).Una segunda postura crítica fr<strong>en</strong>te a las medidas de acción afirmativa sosti<strong>en</strong>e que políticas qu<strong>en</strong>o consideran criterios étnicos o raciales <strong>en</strong> su formulación pued<strong>en</strong> contribuir de una manera másefici<strong>en</strong>te y con m<strong>en</strong>os conflictividad a mejorar la situación de todos qui<strong>en</strong>es se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> situaciónde pobreza. Esta aseveración se sust<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> estudios reci<strong>en</strong>tes que analizan los vínculos <strong>en</strong>tre, por unaparte, la desigualdad de ingresos; y por la otra, las de género, racial y étnica, <strong>en</strong>tre y al interior dediversos grupos étnicos. Estos estudios indican que las desigualdades al interior de los grupos –porejemplo, desde un <strong>en</strong>foque de género– son más determinantes para explicar la desigualdad de ingresosque las desigualdades <strong>en</strong>te grupos (Barron, 2008; Cunningham y Jacobs<strong>en</strong>, 2008) 11 .Pese a confirmar esta t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, el estudio de Barron (2008) cuestiona que el principal focode at<strong>en</strong>ción respecto de las inequidades étnicas deba ser la contribución que mejores desempeños<strong>en</strong> educación y salud puedan t<strong>en</strong>er para la dim<strong>en</strong>sión de ingresos, sino garantizar el acceso a laeducación y la salud como bi<strong>en</strong>es <strong>en</strong> sí mismos (ibid: 10) para la expansión de las capacidadeshumanas (S<strong>en</strong>, 1999). Desde esta óptica, fortalecer cualitativam<strong>en</strong>te los mecanismos a través de loscuales se accede a salud y educación, así como reducir las brechas de inequidad étnica así como dedesigualdad <strong>en</strong>tre géneros, se conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> imperativos máximos, particularm<strong>en</strong>te, si se adopta un<strong>en</strong>foque de derechos. Esto significa compr<strong>en</strong>der que las políticas étnicam<strong>en</strong>te focalizadas seori<strong>en</strong>tan a mejorar los mecanismos de distribución de oportunidades <strong>en</strong> la sociedad, discriminandopositiva y no negativam<strong>en</strong>te (Dworkin, 1985 <strong>en</strong> Feres Junior, 2008:16), por lo que no contradic<strong>en</strong>los principios de justicia e igualdad.1011También llamadas <strong>en</strong> la literatura de “discriminación positiva” o “políticas prefer<strong>en</strong>ciales” (J<strong>en</strong>kins, 1998). Es importante resaltarque este tipo de políticas no sólo incorpora un foco de at<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> lo étnico o racial, sino también ha sido frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te utilizado<strong>en</strong> el combate contra las desigualdades de género.Mi<strong>en</strong>tras los resultados de Cunningham y Jacobs<strong>en</strong> (2008) son a partir de <strong>en</strong>cuestas de caracterización socioeconómicas de loshogares de Brasil, Estado Plurinacional de Bolivia, Guatemala y Guyana, los de Barron (2008) se focalizan <strong>en</strong> Estado Plurinacionalde Bolivia, Guatemala y Perú.24


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…CUADRO 6ORIENTACIONES DE LA POLÍTICA SOCIAL Y PUEBLOS INDÍGENASOri<strong>en</strong>taciones Principales rasgos Fortalezas y debilidades Tipos de programasPolíticas yprogramasétnicam<strong>en</strong>tefocalizadosDifer<strong>en</strong>ciadas de la ofertatradicional, focalizadas <strong>en</strong>pueblos indíg<strong>en</strong>as desdesu diseño hasta suimplem<strong>en</strong>taciónCubr<strong>en</strong> ámbitos diversosde desarrollo rural,productivo y social.Incluy<strong>en</strong> medidas para elfortalecimi<strong>en</strong>to ycapacitación deorganizacionesindíg<strong>en</strong>as.Su diseño con at<strong>en</strong>ción a la pertin<strong>en</strong>cia delas acciones puede facilitar una mayorsintonía con un <strong>en</strong>foque étnico.Pued<strong>en</strong> g<strong>en</strong>erar asincronías ydes<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros al interior de espaciosmultiétnicos donde coexist<strong>en</strong> grupos conuna vulnerabilidad similar (pobres noindíg<strong>en</strong>as)Dificultades para la complem<strong>en</strong>tariedadcon otras políticas que puedan estarcubri<strong>en</strong>do ámbitos y b<strong>en</strong>eficios similares(por ejemplo, <strong>en</strong> temas de desarrolloproductivo)Programas deetnodesarrollo o desarrollocon id<strong>en</strong>tidadEj.: Programa Oríg<strong>en</strong>es(Chile); Proyecto deDesarrollo de los PueblosIndíg<strong>en</strong>as yAfroecuatorianos(PRODEPINE)Programas de salud oeducación interculturalPolíticas yprogramas noexclusivam<strong>en</strong>te diseñadascon un foco <strong>en</strong>lo étnico, peroadaptadas víafocalización odiseño deopcionesprogramáticasIntroduc<strong>en</strong> un criterio deprefer<strong>en</strong>cia o prioridadpara grupostradicionalm<strong>en</strong>teexcluidosAdaptan la oferta adeterminadosrequerimi<strong>en</strong>tos de lospueblos indíg<strong>en</strong>asSe fom<strong>en</strong>ta el s<strong>en</strong>tido de inclusión tanto depueblos indíg<strong>en</strong>as como de qui<strong>en</strong>es no sonindíg<strong>en</strong>as a los esfuerzosgubernam<strong>en</strong>tales para la reducción de lapobreza y promoción social.Ofrec<strong>en</strong> una salida con cautela asituaciones de alta desigualdad interétnica,<strong>en</strong> contextos de conflicto o t<strong>en</strong>sión.M<strong>en</strong>or pertin<strong>en</strong>cia de las acciones,dificultades para incorporar el conjunto decont<strong>en</strong>idos de los DPI, si es que éstos nohan sido considerados desde un comi<strong>en</strong>zo<strong>en</strong> la formulación de las políticasPolíticas de acciónafirmativa como cuotaspara el acceso al mercadolaboral o a la educaciónsuperiorConjunto de políticas parala reducción de lapobreza, como los fondosde inversión social o losPTC. Ej.: ProgramaNuestras Raíces (1990 –2009), parte del Fondo deInversión Social deHondurasFu<strong>en</strong>te: Elaboración propia sobre Barron (2008); CEPAL (2008); Claro (2006); Cunningham y Jacobs<strong>en</strong> (2008); James(2006); J<strong>en</strong>kins (1998); Patrinos y Skoufias, (2008); Plant (1998a); R<strong>en</strong>shaw (2002); Sieder (2002).Cualquiera de los lineami<strong>en</strong>tos de política que se implem<strong>en</strong>te, debe considerarse que éstost<strong>en</strong>drán impactos al interior de las comunidades y pueblos indíg<strong>en</strong>as. Tales impactos, desde un<strong>en</strong>foque étnico, deberían ser, idealm<strong>en</strong>te, anticipados y cautelados desde la perspectiva de losobjetivos que se quiera alcanzar con la implem<strong>en</strong>tación de las políticas.Este docum<strong>en</strong>to no <strong>en</strong>trará <strong>en</strong> detalle <strong>en</strong> el análisis de los diversos casos e instrum<strong>en</strong>tos para cadauno de los tipos de política que es posible id<strong>en</strong>tificar <strong>en</strong> la región, sino que se c<strong>en</strong>trará <strong>en</strong> describir lapot<strong>en</strong>cial contribución que los PTC pued<strong>en</strong> hacer a los desafíos id<strong>en</strong>tificados desde un <strong>en</strong>foque étnico.Los primeros PTC <strong>en</strong> la región fueron diseñados y puestos <strong>en</strong> marcha <strong>en</strong> Brasil y México a mediados delos años nov<strong>en</strong>ta. La gran mayoría de estos programas han sido implem<strong>en</strong>tados a partir del año 2000.Estos programas consist<strong>en</strong> <strong>en</strong> la <strong>en</strong>trega de transfer<strong>en</strong>cias estatales <strong>en</strong> efectivo a las familias y personasque viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> la extrema pobreza a cambio del cumplimi<strong>en</strong>to de determinadas acciones(corresponsabilidades), fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los ámbitos de la salud, educación y nutrición. Cumpl<strong>en</strong>,de esta forma, un doble rol: por una parte, contribuy<strong>en</strong> a mitigar los efectos derivados de una reducciónbrusca o la car<strong>en</strong>cia crónica de ingresos; y, por la otra, promuev<strong>en</strong> el acceso a los sistemas de formaciónde capital humano, vinculando a la red pública de servicios sociales a qui<strong>en</strong>es, por diversas razones, sehan <strong>en</strong>contrado transitoria o perman<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te fuera de ésta (CEPAL, 2006: 149; Draibe y Riesco, 2009:26). De esta manera, los PTC buscan incidir <strong>en</strong> la reproducción interg<strong>en</strong>eracional de la pobreza, paracuya superación requier<strong>en</strong>, sin embargo, de una red amplia de servicios y políticas sociales, de coberturay calidad adecuadas.25


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…Se puede plantear que los PTC pued<strong>en</strong> contribuir tanto a la nivelación de las condiciones devida de qui<strong>en</strong>es se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran bajo la línea de pobreza e indig<strong>en</strong>cia, como a la promoción delacceso a políticas y programas para el fortalecimi<strong>en</strong>to del capital humano. Con respecto al primerode estos aspectos, las transfer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>tregadas a las familias b<strong>en</strong>eficiarias pued<strong>en</strong> ser analizadascomo ingresos mínimos –el caso del programa Bolsa Família <strong>en</strong> Brasil– o como inc<strong>en</strong>tivos alacceso a los sistemas de formación de capital humano, contemplando el costo de oportunidad de nohacerlo –el caso del programa Oportunidades <strong>en</strong> México (Madariaga, 2008). En cualquier caso,Simões (2006) plantea que es improbable que estas transfer<strong>en</strong>cias –considerando su reducidomonto– logr<strong>en</strong> resolver todas las dificultades que las familias y comunidades ti<strong>en</strong><strong>en</strong> para mejorarsus condiciones de vida. Si bi<strong>en</strong> los PTC son actualm<strong>en</strong>te considerados programas c<strong>en</strong>trales d<strong>en</strong>trode las estrategias de asist<strong>en</strong>cia y protección social (Barri<strong>en</strong>tos y Hulme, 2008), es evid<strong>en</strong>te queéstos requier<strong>en</strong> de otras políticas y programas para g<strong>en</strong>erar impactos sust<strong>en</strong>tables <strong>en</strong> la reducciónde la pobreza y la protección fr<strong>en</strong>te a los riesgos.Desde la perspectiva de un <strong>en</strong>foque étnico, es posible considerar una serie de fortalezas ydebilidades asociadas a la implem<strong>en</strong>tación de PTC <strong>en</strong> comunidades y familias que pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> apueblos indíg<strong>en</strong>as (véase el cuadro 7).CUADRO 7FORTALEZAS Y DEBILIDADES DE LOS PTC DESDE UN ENFOQUE ÉTNICOAspectos a considerarDim<strong>en</strong>siones a Fortalezas DebilidadesDerechosReducción debrechas interétnicas<strong>en</strong> el acceso amecanismos deprotección ypromoción socialEn algunos casos, estos programasnac<strong>en</strong> o se nutr<strong>en</strong> de un <strong>en</strong>foque dederechos, permiti<strong>en</strong>do su mayorapertura a considerar aquellosaspectos de mayor relevancia para lospueblos indíg<strong>en</strong>as.Los PTC cubr<strong>en</strong> ámbitosfundam<strong>en</strong>tales de brechasinterétnicas: acceso a los sistemasde salud y educación, nutricióne ingresos.Facilitan la acumulación de capitalhumano, y con ésta, fortalec<strong>en</strong> lacapacidad de respuesta, <strong>en</strong> este caso,de qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblosindíg<strong>en</strong>as, disminuy<strong>en</strong>do,pot<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te, su vulnerabilidad.Debido a su mayor cobertura, pued<strong>en</strong>cubrir áreas urbanas y rurales.La “corresponsabilidad” ha sido criticada como unaam<strong>en</strong>aza al principio de no discriminación. Losmecanismos para la realización de derechos nopued<strong>en</strong> estar sujetos a ninguna condición.La focalización de los PTC <strong>en</strong> función de ladisponibilidad de los servicios de salud y educaciónvulnera los principios de igualdad y universalidad.Estos servicios deb<strong>en</strong> estar disponibles para todosqui<strong>en</strong>es los requieran.Requier<strong>en</strong> de una red pública de servicios sociales queincorpore criterios de pertin<strong>en</strong>cia a su funcionami<strong>en</strong>to.Las transfer<strong>en</strong>cias deb<strong>en</strong> examinarse <strong>en</strong> cada contexto(por ejemplo, <strong>en</strong> el caso de pueblos indíg<strong>en</strong>as queviv<strong>en</strong> fuera de la economía monetaria). La introducciónde corresponsabilidades <strong>en</strong> éste y otros ámbitos debeser discutida a partir de mecanismos claros departicipación y r<strong>en</strong>dición de cu<strong>en</strong>tas.Los PTC no consideran explícitam<strong>en</strong>te un criterio depertin<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> su diseño este criterio. Se requiere suconsideración a lo largo de cada una de lasdim<strong>en</strong>siones de estos programas.Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia.a Se han considerado aquellas dim<strong>en</strong>siones y elem<strong>en</strong>tos cont<strong>en</strong>idos <strong>en</strong> el cuadro 5 de la sección anterior.Los PTC pres<strong>en</strong>tan v<strong>en</strong>tajas comparativas fr<strong>en</strong>te a otros tipos de políticas para pueblosindíg<strong>en</strong>as. Primero, estos programas incluy<strong>en</strong> compon<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> dim<strong>en</strong>siones fundam<strong>en</strong>tales para elfortalecimi<strong>en</strong>to del capital humano, aspecto <strong>en</strong> el que qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a estos pueblos pres<strong>en</strong>tan26


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…una evid<strong>en</strong>te desv<strong>en</strong>taja fr<strong>en</strong>te a la población no indíg<strong>en</strong>a (cf. Hall y Patrinos, 2006). En segundolugar, la cobertura de estos programas se exti<strong>en</strong>de a áreas urbanas y rurales, si<strong>en</strong>do más amplia quela de otras políticas étnicam<strong>en</strong>te difer<strong>en</strong>ciadas (tradicionalm<strong>en</strong>te focalizadas <strong>en</strong> éstas últimas). Eneste s<strong>en</strong>tido, pued<strong>en</strong> hacer fr<strong>en</strong>te a los desafíos de la migración indíg<strong>en</strong>a a as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos urbanos.Finalm<strong>en</strong>te, estos programas pued<strong>en</strong> constituirse como mecanismos efectivos para canalizar elacceso de personas y familias indíg<strong>en</strong>as a otros programas y políticas vinculadas a los sistemas deprotección y promoción social. Éste es el caso, por una parte, de políticas de seguridad social; y,por la otra, de programas de desarrollo productivo, empleabilidad y crédito, todos ámbitos <strong>en</strong> losque qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblos indíg<strong>en</strong>as han estado sost<strong>en</strong>idam<strong>en</strong>te excluidos.Con respecto a las debilidades de los PTC desde un <strong>en</strong>foque étnico, estos programas han sidocriticados por su escasa adecuación a los contextos locales y características de la población dondese implem<strong>en</strong>tan. En especial, se ha m<strong>en</strong>cionado la aus<strong>en</strong>cia de un <strong>en</strong>foque étnico <strong>en</strong> su diseño comoun aspecto que urge at<strong>en</strong>der (Serrano, 2005; T<strong>en</strong>dler, 2004). Incorporar los lineami<strong>en</strong>tos cont<strong>en</strong>idos<strong>en</strong> los DPI y poner mayor at<strong>en</strong>ción a los factores estructurales a la base de las brechas interétnicas yla vulnerabilidad de los pueblos indíg<strong>en</strong>as, son desafíos cruciales para los PTC.Estos ámbitos se suman a una serie de críticas y observaciones hechas a estos programas <strong>en</strong>sus formulaciones originales. Éstas se c<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> tres dim<strong>en</strong>siones: sus aportes <strong>en</strong> términos deingresos y capital humano, y aspectos relacionados con su diseño. Así, se m<strong>en</strong>ciona queconfrontados a los objetivos más amplios de reducción de pobreza y formación de capital humano,estos programas aún ost<strong>en</strong>tan resultados poco concluy<strong>en</strong>tes (Draibe y Riesco, 2009: 33; Lloyd-Sherlock 2008: 634) con variaciones nacionales importantes. Mi<strong>en</strong>tras la reducción de la pobrezapareciera ser clara <strong>en</strong> los casos de Brasil, Chile y México (Draibe y Riesco, 2009: 36), estaevid<strong>en</strong>cia es más bi<strong>en</strong> ambival<strong>en</strong>te con respecto a las mejoras <strong>en</strong> capital humano (Lloyd-Sherlock2008; 634- 636). Los resultados <strong>en</strong> torno al mejorami<strong>en</strong>to <strong>en</strong> los índices de nutrición infantil,reducción de tasas de mortalidad y morbilidad infantil, desempeño escolar y años de escolaridad,pres<strong>en</strong>tan evid<strong>en</strong>cias contradictorias (Draibe y Riesco, 2009: 34-35). El increm<strong>en</strong>to <strong>en</strong> tasas dematrícula y frecu<strong>en</strong>cia escolar (Reimers et al., 2006 <strong>en</strong> ibid: 35) parecieran ser lo verdaderam<strong>en</strong>tedestacado, es decir, aspectos vinculados a la demanda. Con respecto a la dim<strong>en</strong>sión de ingresos, suaporte, si bi<strong>en</strong> ti<strong>en</strong>e un impacto importante <strong>en</strong> el promedio de ingresos m<strong>en</strong>suales de las familias,todavía parece ser marginal para g<strong>en</strong>erar cambios significativos <strong>en</strong> la incid<strong>en</strong>cia de la pobreza(León, 2008: 146). De esta forma, se afirma (León, 2008; Lloyd-Sherlock, 2008: 634) que, a la luzde los resultados, es posible decir que los PTC alivian la situación de pobreza, pero nonecesariam<strong>en</strong>te la reduc<strong>en</strong>. Finalm<strong>en</strong>te, respecto de su diseño, se resaltan los límites que estosprogramas <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan para ext<strong>en</strong>der su cobertura hacia zonas que no cu<strong>en</strong>tan con la infraestructuranecesaria para cubrir la oferta <strong>en</strong> salud y educación. Lo anterior pone <strong>en</strong> cuestionami<strong>en</strong>to lasestrategias de focalización que estos programas utilizan, los seguimi<strong>en</strong>tos de información, y sucapacidad para coordinarse intersectorialm<strong>en</strong>te, pero también con las estrategias de más largo plazo<strong>en</strong> torno a la inversión social y las metas de desarrollo nacional.De acuerdo a lo revisado <strong>en</strong> esta sección, los PTC pued<strong>en</strong> ser evaluados desde un <strong>en</strong>foqueétnico a partir de su doble consideración de los elem<strong>en</strong>tos vinculados al sistema de derechoshumanos (el conjunto de principios que guían un <strong>en</strong>foque de derechos, la incorporación demecanismos explícitos para la realización de los DESC y los DPI, y la complem<strong>en</strong>tariedad <strong>en</strong>treambos tipos de derechos) y la at<strong>en</strong>ción a los factores que perpetúan o disminuy<strong>en</strong> las brechasinterétnicas y la pobreza indíg<strong>en</strong>a (dim<strong>en</strong>siones del desarrollo humano, factores protectores,factores que profundizan la vulnerabilidad y pertin<strong>en</strong>cia de las acciones). La sigui<strong>en</strong>te secciónmostrará la forma <strong>en</strong> que tres PTC de la región han incluido a los pueblos indíg<strong>en</strong>as a partir demecanismos de focalización (México) y adecuación cultural de las acciones para trabajar de formaespecífica con comunidades y as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos donde viv<strong>en</strong> pueblos indíg<strong>en</strong>as (Colombia y Panamá).27


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…II. Incorporación de lospueblos indíg<strong>en</strong>as a losPTC <strong>en</strong> América LatinaSi bi<strong>en</strong> la persist<strong>en</strong>cia de brechas interétnicas y dinámicas de pobrezay exclusión indíg<strong>en</strong>a es una realidad persist<strong>en</strong>te <strong>en</strong> América Latina yel Caribe, son aún pocas las iniciativas que abordan de maneraespecífica estos temas. Así, es fácil compr<strong>en</strong>der que, pese a lacontribución que los PTC podrían ofrecer para mejorar esta situación,la incorporación de un <strong>en</strong>foque étnico a estos programas sea aún l<strong>en</strong>ta.De acuerdo a la investigación realizada para este estudio 12 , sólo trespaíses han focalizado de manera explícita parte de estos programas <strong>en</strong>familias pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a pueblos indíg<strong>en</strong>as –Colombia, México yPanamá–, y sólo dos de éstos –Colombia y Panamá– han adoptado un<strong>en</strong>foque étnico más integral <strong>en</strong> cuanto a las dim<strong>en</strong>siones revisadas,adaptando la oferta y los compon<strong>en</strong>tes del sistema de protección sociala las necesidades específicas de estos pueblos.Es importante destacar que pese a que no se ha <strong>en</strong>contradoinformación detallada sobre la incorporación de un <strong>en</strong>foque étnico alinterior de otros PTC de la región, es posible que exista una at<strong>en</strong>ción nodeclarada sobre el tema de la pobreza indíg<strong>en</strong>a. Ésta pudiese operar através de la focalización de las interv<strong>en</strong>ciones <strong>en</strong> áreas geográficas másd<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te pobladas por estos pueblos o de otro tipo de consideraciones.12Durante marzo y junio del 2009, se revisó la información disponible <strong>en</strong> versión electrónica, además de docum<strong>en</strong>tos oficiales yestudios ya exist<strong>en</strong>tes, para todos aquellos países de América Latina y el Caribe donde habitan pueblos indíg<strong>en</strong>as y que implem<strong>en</strong>tano han implem<strong>en</strong>tado durante los últimos años, este tipo de programas.29


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…a. Plan de Pueblos Indíg<strong>en</strong>as de Familias <strong>en</strong> Acción:el caso de ColombiaEn Colombia hoy habitan och<strong>en</strong>ta y cuatro pueblos indíg<strong>en</strong>as (Acción Social, 2008) correspondi<strong>en</strong>tes al2% de la población nacional (CEPAL, 2007a). En su mayoría, habitan <strong>en</strong> zonas rurales llamadas“resguardos”, territorios indíg<strong>en</strong>as de propiedad comunitaria al interior de la Amazonía, aunque estánrepres<strong>en</strong>tados <strong>en</strong> a lo m<strong>en</strong>os veinticinco de los departam<strong>en</strong>tos de este país, incluidas zonas urbanas(Hernández Avila, 2007). En aquellos casos donde qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>as viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> comunidades noreconocidas como resguardos, se le llama a sus territorios “parcialidades”.Éste país ha sido uno de los que más tempranam<strong>en</strong>te dio reconocimi<strong>en</strong>to constitucional a suspueblos indíg<strong>en</strong>as, ratificando los diversos conv<strong>en</strong>ios internacionales <strong>en</strong> la materia (Van Cott,1994: 18-19). La constitución de 1991, por ejemplo, junto con reconocer los resguardos, reconocela capacidad de las autoridades indíg<strong>en</strong>as –también llamadas “cabildos”– 13 para ejercer funcionessoberanas d<strong>en</strong>tro de sus territorios, mi<strong>en</strong>tras éstas no contrav<strong>en</strong>gan las leyes de la República 14 . Pesea este reconocimi<strong>en</strong>to, gran parte de qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> Colombia viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> situación depobreza y <strong>en</strong> constante am<strong>en</strong>aza ante los conflictos armados que se viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> las zonas interiores deeste país (Rappaport, 2005), lo que ha des<strong>en</strong>cad<strong>en</strong>ado la migración y el desplazami<strong>en</strong>to masivo deindividuos y familias hacia otras zonas. Si bi<strong>en</strong>, el Estado se ha acercado progresivam<strong>en</strong>te a estospueblos a través de programas de asist<strong>en</strong>cia social (Hernández Avila, 2007), subsist<strong>en</strong> importantesvacíos <strong>en</strong> la información disponible, por ejemplo, con respecto a la exist<strong>en</strong>cia de programas deeducación o salud intercultural (ibid: 25).Se calcula que un 5% de la población colombiana ha sido desplazada forzosam<strong>en</strong>te, d<strong>en</strong>trode la cual un 8,2% pert<strong>en</strong>ece a algún grupo étnico –indíg<strong>en</strong>as, afrocolombianos, gitanos y raizales–(ibid). En su mayoría, la población desplazada provi<strong>en</strong>e de zonas rurales para la cual la migraciónhacia zonas urbanas se transforma <strong>en</strong> un factor de alto riesgo, con impactos significativos <strong>en</strong> lapérdida de activos y la caída <strong>en</strong> su bi<strong>en</strong>estar. Se trata de familias y personas con dificultadesevid<strong>en</strong>tes para insertarse <strong>en</strong> el mercado laboral fuera del ámbito agrícola y que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan pocasoportunidades para la g<strong>en</strong>eración de ingresos autónomos <strong>en</strong> un nuevo contexto (ibid). Para laspersonas pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a pueblos indíg<strong>en</strong>as, este desplazami<strong>en</strong>to añade una serie de factoresadicionales de vulnerabilidad, incluy<strong>en</strong>do la pérdida de la id<strong>en</strong>tidad cultural, la discriminaciónracial, y el conjunto de exig<strong>en</strong>cias de adaptación lejos de sus redes socioculturales, afectandoparticularm<strong>en</strong>te a los hogares de jefatura fem<strong>en</strong>ina (ibid).En el caso de la población desplazada, una s<strong>en</strong>t<strong>en</strong>cia de la Corte Constitucional colombiana(T-025) id<strong>en</strong>tificó <strong>en</strong> el año 2004 la escasa efectividad de los programas de estabilizacióneconómica, debido a los presupuestos insufici<strong>en</strong>tes y la escasa voluntad política. La ayuda a estapoblación había estado c<strong>en</strong>trada hasta ese mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> programas de ayuda humanitaria <strong>en</strong> áreas dealim<strong>en</strong>tación, hospedaje, salud y transporte, apoyo <strong>en</strong>tregado principalm<strong>en</strong>te durante los primerostres meses del desplazami<strong>en</strong>to (Ibáñez y Velásquez, 2008).En el año 2001, Colombia dio inicio al PTC Familias <strong>en</strong> Acción <strong>en</strong> un contexto marcado poruna profunda crisis económica, constituyéndose <strong>en</strong> uno de los principales programas de asist<strong>en</strong>ciasocial para la población <strong>en</strong> situación de pobreza (véase el recuadro 2). Este programa haincorporado creci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te desde el año 2005 (BM, 2007a) a la población desplazada, la cual1314Los cabildos son una de las formas reconocida de autoridad de los pueblos indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> Colombia. Éstos son elegidos por lacomunidad para cumplir con funciones de conservación y def<strong>en</strong>sa de los resguardos. Los cabildos cu<strong>en</strong>tan con una autoridadmáxima o gobernador, y un número de cabildantes de acuerdo al tamaño de la jurisdicción (Etnias de Colombia, 2009).Estas funciones dic<strong>en</strong> relación con la aplicación de la legislación sobre el uso de la tierra y los recursos naturales, el diseño depolíticas y programas para el desarrollo social y económico, la promoción de la inversión pública <strong>en</strong> su territorio, y ejercer funcionesrepres<strong>en</strong>tativas ante las estructuras de gobierno c<strong>en</strong>tral y regional (Van Cott, 1994: 18).30


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…también es considerada d<strong>en</strong>tro de las acciones de la Red para la Superación de la pobreza extremaJuntos, la cual integra a Familias <strong>en</strong> Acción y se ori<strong>en</strong>ta a mejorar integralm<strong>en</strong>te las condiciones dela vida de su población b<strong>en</strong>eficiaria. Ésta última está compuesta por el conjunto de familiasfocalizadas por Familias <strong>en</strong> Acción y aquellas inscritas <strong>en</strong> el Registro Único de PoblaciónDesplazada (RUPD). En su conjunto, se espera que ambos programas llegu<strong>en</strong> a cubrir a un 61,8%–equival<strong>en</strong>te a 300.000 hogares– de la población desplazada e inscrita <strong>en</strong> el RUPD (Ibáñez yVelásquez, 2008: 49).Al mismo tiempo, durante los últimos dos años, se ha com<strong>en</strong>zado a ext<strong>en</strong>der elfuncionami<strong>en</strong>to de Familias <strong>en</strong> Acción al interior de pueblos y comunidades indíg<strong>en</strong>as deColombia, lo cual ha requerido de un proceso de adaptación de la oferta que se detallará acontinuación. Pese a los avances que esto significa desde la perspectiva del diseño de las políticassociales, las recom<strong>en</strong>daciones del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados(ACNUR, 2007 <strong>en</strong> ibid: 52) han hecho hincapié <strong>en</strong> la necesidad de seguir fortaleci<strong>en</strong>do lasestrategias que hoy se implem<strong>en</strong>tan <strong>en</strong> este país para dar respuesta adecuada a los requerimi<strong>en</strong>tosque grupos específicos de población desplazada ti<strong>en</strong><strong>en</strong>, como <strong>en</strong> el caso de qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> apueblos indíg<strong>en</strong>as.RECUADRO 3ESTRUCTURA DE FAMILIAS EN ACCIÓNEste programa busca “contrarrestar los obstáculos que impid<strong>en</strong> a los hijos de las familias más pobres acceder aniveles sufici<strong>en</strong>tes de nutrición y cuidado de la salud, y asistir a la educación primaria y secundaria” (Núñez yCuesta, 2006: 227) y dep<strong>en</strong>de directam<strong>en</strong>te de Acción Social (Ag<strong>en</strong>cia Presid<strong>en</strong>cial para la Acción Social y laCooperación Internacional). Su población objetivo son las familias no indíg<strong>en</strong>as e indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> extrema pobrezacon hijos/as m<strong>en</strong>ores de 18 años, y las familias desplazadas. En la actualidad, el programa cubre a un 17,6%(CEPAL, 2010) de la población total del país e incluye dos bonos de apoyo a las familias b<strong>en</strong>eficiarias,<strong>en</strong>tregados a la mujer de la familia: un aporte m<strong>en</strong>sual de <strong>en</strong>tre US$ 8 y US$ 31 por cada hijo/a para sueducación, y un bono m<strong>en</strong>sual de <strong>en</strong>tre US$ 10 y US$ 26 por cada familia para el compon<strong>en</strong>te de alim<strong>en</strong>tación ynutrición. El pago de estos bonos está sujeto a tres ámbitos de corresponsabilidad: cumplir con a lo m<strong>en</strong>os un80% de asist<strong>en</strong>cia escolar, asist<strong>en</strong>cia a controles de crecimi<strong>en</strong>to y desarrollo, así como a espacios de <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>troy capacitación que se incorpor<strong>en</strong> al programa (Cecchini et al. 2009: 115). No existe un período definido pararecibir los b<strong>en</strong>eficios.La focalización de los b<strong>en</strong>eficiarios se realiza a través de una primera id<strong>en</strong>tificación de los departam<strong>en</strong>tos ymunicipios con mayores índices de pobreza, y posteriorm<strong>en</strong>te, la selección de las familias. El programa esimplem<strong>en</strong>tado sólo <strong>en</strong> municipios con m<strong>en</strong>os de 100.000 habitantes que cu<strong>en</strong>t<strong>en</strong> con una <strong>en</strong>tidad bancaria, así comocon la infraestructura de salud y educación requerida, y que no sean b<strong>en</strong>eficiarios de otros programas nacionales.Su estructura cu<strong>en</strong>ta con repres<strong>en</strong>tación a nivel nacional, departam<strong>en</strong>tal y municipal, además de incorporarinstancias de participación ciudadana para el control social del programa. Así, por ejemplo, <strong>en</strong> cada vereda o barrio seelige a una “madre líder” con el fin de repres<strong>en</strong>tar al conjunto de madres que recib<strong>en</strong> los b<strong>en</strong>eficios del programa.Familias <strong>en</strong> Acción significó una gran innovación <strong>en</strong> política social al interior de Colombia. Entre los impactospositivos <strong>en</strong>contrados sobre su implem<strong>en</strong>tación, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra el aum<strong>en</strong>to <strong>en</strong> las tasas de asist<strong>en</strong>cia escolar, lareducción del trabajo infantil, mejoras <strong>en</strong> la ingesta proteica de la dieta alim<strong>en</strong>taria de las familias, y el aum<strong>en</strong>tode la asist<strong>en</strong>cia a controles de salud (crecimi<strong>en</strong>to y desarrollo) de los niños (DNP, 2005 <strong>en</strong> Núñez y Cuesta,2006: 237). Asimismo, su puesta <strong>en</strong> marcha permitió id<strong>en</strong>tificar los requerimi<strong>en</strong>tos de apoyo integral para lasfamilias vivi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> situación de extrema pobreza, a partir de lo cual se ha diseñado la Red para la Superaciónde la pobreza extrema Juntos. La Red Juntos “busca promover la incorporación efectiva de los hogares máspobres a los servicios sociales del Estado y asegurar la superación de su situación” a través delacompañami<strong>en</strong>to familiar y el acceso prefer<strong>en</strong>te programas y servicios, para expandir las capacidades y activosde estas familias. Se proyecta integrar a la red a 1,5 millones de familias <strong>en</strong>tre los años 2007 y 2009,correspondi<strong>en</strong>tes a las familias más pobres de Colombia.Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia a partir de Cecchini et al. (2009); Núñez y Cuesta (2006) y R<strong>en</strong>tería (2009).Durante el año 2007, Familias <strong>en</strong> Acción desarrolló un esquema piloto para incorporar afamilias indíg<strong>en</strong>as al programa, tras lo cual se ha consolidado un modelo g<strong>en</strong>eral de trabajo conpueblos indíg<strong>en</strong>as. Este esquema tuvo por finalidad sust<strong>en</strong>tar un proceso de consulta y concertacióncon las comunidades indíg<strong>en</strong>as, de acuerdo al Conv<strong>en</strong>io OIT 169 y las directrices operacionales31


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…relativas a los pueblos indíg<strong>en</strong>as del Banco Mundial (BM, 2005). El programa piloto partió delmunicipio como unidad administrativa y desde comunidades que cu<strong>en</strong>t<strong>en</strong> con un cabildolegalm<strong>en</strong>te reconocido, de manera que la autoridad indíg<strong>en</strong>a sea la interlocutora del programa.Finalm<strong>en</strong>te, tres fueron los lugares inicialm<strong>en</strong>te elegidos para su implem<strong>en</strong>tación: Natagaima yCoyaima del pueblo Pijao (departam<strong>en</strong>to de Tolima <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro del país); el resguardo de Malesdel pueblo Pastos, <strong>en</strong> el municipio de Córdoba (sur del país); y el resguardo Kankuamo del puebloKankuamo, municipio de Valledupar al norte del país (Hernández Avila, 2007: 9). Estos pueblosti<strong>en</strong><strong>en</strong> una t<strong>en</strong><strong>en</strong>cia de la tierra colectiva y la economía está c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> actividades deautosubsist<strong>en</strong>cia, y <strong>en</strong> m<strong>en</strong>or medida, artesanía, a excepción del caso de los Pijao, qui<strong>en</strong>es ti<strong>en</strong><strong>en</strong>m<strong>en</strong>or acceso a la tierra y se han visto obligados a emplearse <strong>en</strong> grandes propiedadesagroindustriales y/o ganaderas.Esta versión piloto de Familias <strong>en</strong> Acción incorpora una serie de adecuaciones de diseño eimplem<strong>en</strong>tación desde un <strong>en</strong>foque étnico, otorgando un fuerte rol a las actividades de concertación,participación y control social de los repres<strong>en</strong>tantes y comunidades indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> cada una de susetapas (Acción Social, 2008: 10-11). La estructura orgánica del programa está determinada por trestipos de criterios: pertin<strong>en</strong>cia y accesibilidad, territorialidad y gobernabilidad indíg<strong>en</strong>a. En primerlugar, se considera como criterios c<strong>en</strong>trales para la selección de comunidades b<strong>en</strong>eficiarias el queéstas estén insertas <strong>en</strong> la economía monetaria (para que los recursos del programa fueranculturalm<strong>en</strong>te pertin<strong>en</strong>tes) y que pert<strong>en</strong>ezcan a uno de los diez departam<strong>en</strong>tos con mayor poblaciónpert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>te a pueblos indíg<strong>en</strong>as (Hernández Avila, 2007: 8). Además, no se consideran familiasque por sus condiciones geográficas, culturales o de costos repres<strong>en</strong>tan un alto riesgo para losobjetivos que el programa busca (Acción, Social, 2008: 10). La unidad de interv<strong>en</strong>ciónfundam<strong>en</strong>tal es el resguardo o la parcialidad (<strong>en</strong> el caso de aus<strong>en</strong>cia de resguardos) 15 .El rol asignado a las estructuras de gobernabilidad indíg<strong>en</strong>a <strong>en</strong> el programa es fundam<strong>en</strong>tal.Son los cabildos y autoridades tradicionales los que deb<strong>en</strong> autorizar <strong>en</strong> primer término la voluntadde participar <strong>en</strong> este esquema, incluy<strong>en</strong>do la aceptación de que los funcionarios del programa<strong>en</strong>tr<strong>en</strong> <strong>en</strong> sus territorios, <strong>en</strong> reuniones con el alcalde municipal. Los conv<strong>en</strong>ios de cada una de lasetapas del ciclo de operación del programa son firmados <strong>en</strong> forma tripartita <strong>en</strong>tre la autoridadindíg<strong>en</strong>a respectiva, el alcalde y Acción Social (ibid: 12). Se considera, además, un proceso int<strong>en</strong>sode consulta con las comunidades para la programación inicial de actividades (ibid: 13). Estasreuniones deb<strong>en</strong> ser realizadas <strong>en</strong> la l<strong>en</strong>gua respectiva, si es que ésta es utilizada ext<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te porla comunidad, además de resguardar los tiempos necesarios para g<strong>en</strong>erar cons<strong>en</strong>so y promoverse laparticipación activa de las mujeres indíg<strong>en</strong>as (ibid). A partir de este proceso se g<strong>en</strong>eran lasadecuaciones que se estim<strong>en</strong> necesarias para implem<strong>en</strong>tar el programa.Con respecto a las familias b<strong>en</strong>eficiarias, éstas deb<strong>en</strong> estar registradas <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>so de lacomunidad, el cual es construido por las autoridades indíg<strong>en</strong>as respectivas; residir <strong>en</strong> el municipio;t<strong>en</strong>er hijos/as m<strong>en</strong>ores de 18 años; contar con docum<strong>en</strong>to de id<strong>en</strong>tificación; y cumplir con qu<strong>en</strong>inguno de los miembros ocupara un cargo público, tuviera un contrato de trabajo ni goce dep<strong>en</strong>sión de jubilación (Acción Social, 2006). La selección de las familias se realiza sobre la basedel c<strong>en</strong>so indíg<strong>en</strong>a, luego de lo cual se procede a validar las familias pot<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te b<strong>en</strong>eficiarias<strong>en</strong> asamblea comunitarias.El esquema de trabajo con comunidades indíg<strong>en</strong>as incluye la realización de reuniones para ladecisión informada sobre su participación <strong>en</strong> el programa, así como una serie de instancias oficialespara la toma de acuerdos con las autoridades municipales sobre los respectivos compromisos. Losalcaldes deb<strong>en</strong> comprometerse a garantizar la at<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> salud y educación de los servicios delmunicipio; facilitar las actividades del programa, como por ejemplo, apoyar el trabajo de un15Se considera la adecuación de los mecanismos a las diversas realidades <strong>en</strong> relación con la coincid<strong>en</strong>cia o no de los resguardos conninguna, una o más municipalidades, ya que es la territorialidad la cual guía el modelo organizacional del programa.32


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…“<strong>en</strong>lace indíg<strong>en</strong>a”, repres<strong>en</strong>tante del resguardo o parcialidad ante el programa; y conformar unComité municipal de certificación indíg<strong>en</strong>a (Hernández Avila, 2007: 23). Éste último es un órganoconsultivo del programa para verificar con las autoridades indíg<strong>en</strong>as y administrativas la lista finalde familias b<strong>en</strong>eficiarias, así como el avance <strong>en</strong> el cumplimi<strong>en</strong>to de las corresponsabilidades ycompromisos del municipio.El <strong>en</strong>lace indíg<strong>en</strong>a está <strong>en</strong>cargado/a de ejecutar las actividades vinculadas al programa(Acción Social, 2008: 14-15). Qui<strong>en</strong> ocupa este rol debe cumplir con una serie de requisitosformales establecidos por Acción Social: debe ser hablante de la l<strong>en</strong>gua de la comunidad que ti<strong>en</strong>ea cargo: puede ser una o más personas, dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do del número de familias indíg<strong>en</strong>as por at<strong>en</strong>der;debe t<strong>en</strong>er formación académica de nivel superior; y su nombrami<strong>en</strong>to debe ser validado tanto porlas autoridades indíg<strong>en</strong>as como por la comunidad (ibid). Entre sus funciones se cu<strong>en</strong>ta la difusióndel programa <strong>en</strong> la comunidad y servicios de salud y educación respectivos; el apoyo al proceso deincorporación de b<strong>en</strong>eficiarios indíg<strong>en</strong>as al programa; coordinar todo lo respectivo a los trámitesdel programa (incluido el apoyo del proceso de los pagos, tramitación de los reclamos, etc.); apoyarla realización de los <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros comunitarios sobre salud y educación; y promover mecanismos departicipación y control social de acuerdo a las estructuras indíg<strong>en</strong>as (ibid: 16).Con respecto a la verificación final del cumplimi<strong>en</strong>to de las corresponsabilidades, ésta serealiza <strong>en</strong> asambleas comunitarias (Acción Social, 2006, 2008). Lo mismo sucede con losmecanismos para la participación y control social. El pago de los b<strong>en</strong>eficios, así como elmonitoreo y evaluación de los resultados del programa, se realiza de la misma manera que para lapoblación no indíg<strong>en</strong>a.Dado el limitado tiempo de operación de este programa <strong>en</strong> territorios indíg<strong>en</strong>as, aún no secu<strong>en</strong>ta con evaluaciones de impacto que permitan id<strong>en</strong>tificar sus logros y debilidades, ni ha sidoposible <strong>en</strong>contrar información actualizada sobre el número de familias indíg<strong>en</strong>as incorporadasdurante la ejecución de la versión piloto de este programa. Sin embargo, los resultados de esteúltimo mostrarían que Familias <strong>en</strong> Acción ha t<strong>en</strong>ido gran aceptación por parte de las comunidadesindíg<strong>en</strong>as donde se ha implem<strong>en</strong>tado (Hernández Avila, 2007: 21) y que no t<strong>en</strong>dría impactosnegativos <strong>en</strong> estas comunidades (Acción Social, 2008: 24). Esto último está especialm<strong>en</strong>tegarantizado dada la participación activa y perman<strong>en</strong>te que qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a estas comunidadesti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> la definición de los procesos y la adecuación de los compon<strong>en</strong>tes a sus necesidades. Elprograma piloto permitió también detectar una serie de elem<strong>en</strong>tos de relevancia sociocultural parala elaboración y adecuación del Plan de Pueblos Indíg<strong>en</strong>as al interior de Familias <strong>en</strong> Acción (ibid).Asimismo, se id<strong>en</strong>tificó la necesidad de g<strong>en</strong>erar un sistema de información para la evaluación deimpacto de los b<strong>en</strong>eficiarios indíg<strong>en</strong>as y de capacitación del personal municipal y de los serviciossociales para operar el programa desde un <strong>en</strong>foque étnico.Entre las adecuaciones que este plan considera, se incluye brindar mayor at<strong>en</strong>ción alfuncionami<strong>en</strong>to de las familias <strong>en</strong> los distintos pueblos indíg<strong>en</strong>as y su relación con la formación yeducación de los/las niños/as. Entre los Kankuamo y Pasto, pese a que la estructura base es la familianuclear, <strong>en</strong> caso de abandono de los niños o muerte de los padres, se <strong>en</strong>trega la responsabilidad de suformación a otros miembros de la familia <strong>en</strong> acuerdo con las autoridades indíg<strong>en</strong>as. También subsist<strong>en</strong>estructuras de educación tradicional a cargo de personas <strong>en</strong>cargadas <strong>en</strong> la comunidad (Hernández Avila,2007: 24). En el caso de los Pijao, la familia ext<strong>en</strong>sa cumple un rol fundam<strong>en</strong>tal <strong>en</strong> la organizaciónsocial, y los niños y niñas son frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te <strong>en</strong>cargados a los abuelos ante dinámicas de migracióntemporal. Esta es una situación importante a la hora de considerar la <strong>en</strong>trega de las transfer<strong>en</strong>cias. Deesta forma, se considera a las personas que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> a cargo el cuidado de los niños/as como unidad basepara la <strong>en</strong>trega de los subsidios (Acción Social, 2008: 8).Este programa ha g<strong>en</strong>erado una modificación adicional a su estructura original respecto de lafigura de las “madres líderes” (véase recuadro 2), a las que se ha llamado <strong>en</strong> el caso del trabajo con33


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…pueblos indíg<strong>en</strong>as “madres consejeras” (ibid: 21). Esto se ha hecho <strong>en</strong> at<strong>en</strong>ción a las relaciones deliderazgo, autoridad y la legislación indíg<strong>en</strong>a. Las madres consejeras deb<strong>en</strong> saber leer y escribir,hablar la l<strong>en</strong>gua del pueblo, y ser reconocidas por la comunidad y sus autoridades.Por otra parte, un compon<strong>en</strong>te fundam<strong>en</strong>tal que se ha incluido d<strong>en</strong>tro del Plan de pueblosindíg<strong>en</strong>as para el programa Familias <strong>en</strong> Acción es la promoción de la salud y educación familiar. Elprograma promueve la doble necesidad de fortalecer, por una parte, la asist<strong>en</strong>cia a la red deservicios sociales de responsabilidad del Estado; y por la otra, el cuidado y prev<strong>en</strong>ción a cargo de laautogestión individual y familiar. En su trabajo con pueblos indíg<strong>en</strong>as, el programa incorpora lainstitucionalidad preexist<strong>en</strong>te y el reconocimi<strong>en</strong>to de los usos y costumbres para la promoción ycuidado de la salud (ibid: 21-22) y los sistemas de educación no oficial. Así, por ejemplo, sepot<strong>en</strong>cia el rol de los ag<strong>en</strong>tes tradicionales de la salud, con lo que se contribuye a la superación delas barreras culturales que inhib<strong>en</strong> un mayor acercami<strong>en</strong>to de las familias indíg<strong>en</strong>as a los c<strong>en</strong>tros desalud institucionales. Al mismo tiempo, se establece la relevancia de id<strong>en</strong>tificar las prácticastradicionales que no g<strong>en</strong>eran un impacto positivo <strong>en</strong> las condiciones de vida de las comunidades.Sobre éstas, es necesario g<strong>en</strong>erar un proceso de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to intercultural para avanzar <strong>en</strong> losfundam<strong>en</strong>tos del “bu<strong>en</strong> vivir” (ibid: 22).Familias <strong>en</strong> Acción se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra hoy <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>o proceso de expansión a otros resguardos yparcialidades indíg<strong>en</strong>as, para lo cual se com<strong>en</strong>zó un ciclo de consultas a fines del año 2008.Durante el año 2009, se espera incorporar a cerca de 70,000 familias indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> situación depobreza (ibid: 24).b. Inclusión vía focalización: programa Oportunidades, MéxicoLos pueblos indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> México repres<strong>en</strong>tan un 6,4% de la población total (CEPAL, 2007a) 16 , elcual corresponde a 62 pueblos oficialm<strong>en</strong>te reconocidos por el Estado. De acuerdo a cifras deCEPAL (2007a) y del BM (Ramírez, 2006), qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> México pres<strong>en</strong>tan brechassignificativas de equidad con qui<strong>en</strong>es no lo son. Los primeros viv<strong>en</strong> prefer<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> áreasrurales, con un m<strong>en</strong>or acceso a servicios sociales de calidad y adecuación a sus necesidades, y son<strong>en</strong> promedio más pobres (ibid: 157). Esta t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia se repite a lo largo de los diversos indicadores,trabajo infantil 17 , salud (tasas de mortalidad), desnutrición crónica, analfabetismo y educación(matrícula, asist<strong>en</strong>cia y deserción escolar), <strong>en</strong> cada uno de estos casos, qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> apueblos indíg<strong>en</strong>as se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> una situación de mayor vulnerabilidad que los no indíg<strong>en</strong>as.Más aún, de acuerdo a Ramírez (ibid) la brecha de pobreza <strong>en</strong>tre indíg<strong>en</strong>as y no indíg<strong>en</strong>as se haprofundizado <strong>en</strong>tre los años 1989 y 2002. Qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>as están también, <strong>en</strong> promedio,m<strong>en</strong>os afiliados a sistemas de asist<strong>en</strong>cia social, particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el caso de la salud.Este panorama contrasta, sin embargo, con la larga tradición –aunque no ex<strong>en</strong>ta de críticas–que México ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> el campo de los programas y políticas de desarrollo para los pueblos indíg<strong>en</strong>asdesde la década de los cuar<strong>en</strong>ta. A lo largo de los años, México ha implem<strong>en</strong>tado una serie deprogramas sociales específicam<strong>en</strong>te dirigidos a pueblos indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> los ámbitos de salud (el casodel Programa de salud y nutrición de pueblos indíg<strong>en</strong>as de la Secretaría de Salud), educación(Albergues Escolares Indíg<strong>en</strong>as, por ejemplo) y desarrollo productivo, primero formuladas desde elInstituto Nacional Indig<strong>en</strong>ista (INI) (1948–2003) y luego de la Comisión Nacional para elDesarrollo de los Pueblos Indíg<strong>en</strong>as (CONADEPI). México cu<strong>en</strong>ta, además, con una serie delegislaciones estatales sobre temas de justicia, cultura y organización indíg<strong>en</strong>a, así como una1617De acuerdo a otras fu<strong>en</strong>tes y formas de aproximarse a la id<strong>en</strong>tidad indíg<strong>en</strong>a (por ejemplo, a partir de la l<strong>en</strong>gua hablada), esta cifrapuede llegar al 10% (Ramírez, 2006).T<strong>en</strong>er un orig<strong>en</strong> indíg<strong>en</strong>a increm<strong>en</strong>ta la posibilidad de que un niño estudiará y trabajará al mismo tiempo, trabajará y no estudiará, yhará trabajo doméstico, pero también reduce la probabilidad de que el niño o niño t<strong>en</strong>drá ingresos asociados a ese trabajo (Ramírez,2006: 172).34


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…legislación específica para los pueblos indíg<strong>en</strong>as desde el año 2001. Ésta última obliga a laFederación, los Estados y Municipios a g<strong>en</strong>erar las sigui<strong>en</strong>tes acciones: diseñar políticas socialesori<strong>en</strong>tadas a garantizar e increm<strong>en</strong>tar los niveles de escolaridad; implem<strong>en</strong>tar programas deeducación intercultural y bilingüe, así como un sistema de becas indíg<strong>en</strong>as; asegurar el acceso a lossistemas de salud, aum<strong>en</strong>tando su cobertura y fortaleci<strong>en</strong>do los sistemas de salud tradicional;promover el rol de la mujer, y su participación política y <strong>en</strong> los sistemas de empleo; y consultar alos pueblos indíg<strong>en</strong>as para la elaboración del plan nacional de desarrollo (BM, 2009: 46).En las últimas dos décadas, se ha fortalecido la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de incorporar vía focalización aqui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblos indíg<strong>en</strong>as a programas no específicam<strong>en</strong>te diseñados desde criteriosétnicos (BM, 2009; Borja-Vega et al., 2007). Éste es el caso de Procampo, programa que <strong>en</strong>tregaun bono de subsidio directo a los campesinos del país y que b<strong>en</strong>eficia a un importante porc<strong>en</strong>taje decampesinos de orig<strong>en</strong> indíg<strong>en</strong>a. También sucedió una situación similar con uno de los primerosesfuerzos por instalar subsidios focalizados para la población pobre, el Programa de Alim<strong>en</strong>tación,Salud y Educación (PASE) que operó <strong>en</strong>tre 1996 y 1997 y estuvo especialm<strong>en</strong>te focalizado <strong>en</strong>comunidades pequeñas de alta marginación (<strong>en</strong> zonas urbanas y rurales) (BID, 2005: 81).En 1997 com<strong>en</strong>zó a operar el Programa de Educación, Salud y Alim<strong>en</strong>tación, Progresa, primerPTC <strong>en</strong> proyectarse a escala nacional, y anteced<strong>en</strong>te directo de Oportunidades. Este programa t<strong>en</strong>íacomo objetivos integrar las acciones y estrategias para las familias <strong>en</strong> situación de extrema pobreza <strong>en</strong>los ámbitos de salud, educación y alim<strong>en</strong>tación, e incorporaba compon<strong>en</strong>tes específicos ori<strong>en</strong>tados acambiar la estructura de riesgos de la población pobre, de manera de que éstos no afectaran susdecisiones de inversión <strong>en</strong> capital humano. Se fom<strong>en</strong>taba, a la vez, la participación activa yresponsabilidad de todos los miembros de la familia <strong>en</strong> esta tarea, y sus principales compon<strong>en</strong>tes eran lossigui<strong>en</strong>tes: apoyo educativo para niños y jóv<strong>en</strong>es para que terminaran la educación básica; at<strong>en</strong>ción a lasalud básica de todos los miembros de la familia; y apoyos para mejorar su consumo alim<strong>en</strong>ticio ynutricional (ibid: 89-90). Si bi<strong>en</strong> estos compon<strong>en</strong>tes se implem<strong>en</strong>taban de igual forma,indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te del orig<strong>en</strong> étnico de las familias involucradas <strong>en</strong> el programa, se prepararon videos<strong>en</strong> las l<strong>en</strong>guas maternas de las familias indíg<strong>en</strong>as para las charlas de salud y se transmitieron por radiograbaciones sobre educación para la salud (ibid: 94).El programa Oportunidades comi<strong>en</strong>za formalm<strong>en</strong>te el año 2002 y recoge parte importante delos lineami<strong>en</strong>tos de Progresa. Este programa está ori<strong>en</strong>tado a fortalecer el desarrollo humano de lasfamilias que viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> situación de extrema pobreza con hijos <strong>en</strong> edad escolar o infantes. Integraexplícitam<strong>en</strong>te un <strong>en</strong>foque de inclusión social y de derechos, d<strong>en</strong>tro de los cuales se promueve larestauración de los vínculos de los individuos y familias con los servicios sociales, eliminando lasbarreras que reproduc<strong>en</strong> la exclusión, y se <strong>en</strong>fatiza la responsabilidad que ti<strong>en</strong>e el Estado degarantizar los derechos que le permitan a las personas desarrollar sus capacidades básicas (<strong>en</strong>Coh<strong>en</strong> et al. 2006: 94). Estos principios se refuerzan con la promulgación el año 2004 de la Ley deDesarrollo Social, la que consolida los derechos a la alim<strong>en</strong>tación, educación, no discriminación,salud, medio ambi<strong>en</strong>te sano, seguridad social y vivi<strong>en</strong>da, exigibles para los programas socialesimplem<strong>en</strong>tados por el Estado (ibid).Si bi<strong>en</strong> Oportunidades no está específicam<strong>en</strong>te creado para at<strong>en</strong>der a qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> apueblos indíg<strong>en</strong>as y se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> situación de pobreza, y no ha introducido adecuacionesespecíficas desde un <strong>en</strong>foque étnico, <strong>en</strong> la práctica este programa ha incorporado a una parteimportante de qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a estos pueblos <strong>en</strong> México (Patrinos y Skoufias, 2008; Ramírez,2006: 192). El total de los municipios clasificados como indíg<strong>en</strong>as cu<strong>en</strong>ta con este programa <strong>en</strong> su35


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…territorio y las localidades con alta conc<strong>en</strong>tración indíg<strong>en</strong>a repres<strong>en</strong>tan hoy más de la mitad de lacobertura total del programa 18 (BM, 2009: 12-13).Oportunidades comparte una estructura común a otros PTC 19 , <strong>en</strong>tregando subsidios a lademanda con arreglo a ciertas corresponsabilidades definidas de antemano. Las transfer<strong>en</strong>cias sonhechas principalm<strong>en</strong>te a la mujer de la familia, y las corresponsabilidades compr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> lossigui<strong>en</strong>tes ámbitos: que los niños y niñas <strong>en</strong> edad escolar t<strong>en</strong>gan una asist<strong>en</strong>cia del 85% a laescuela; que se destin<strong>en</strong> parte de las transfer<strong>en</strong>cias monetarias a la alim<strong>en</strong>tación y que se consumansuplem<strong>en</strong>tos nutricionales; y la asist<strong>en</strong>cia a controles médicos programas y sesiones de ori<strong>en</strong>tación<strong>en</strong> salud (Cecchini et al. 2009: 117 – 118). En años reci<strong>en</strong>tes, se han también incorporado nuevoscompon<strong>en</strong>tes de apoyo al adulto mayor, de impulso al ahorro y el acceso a crédito, así como deapoyo a jóv<strong>en</strong>es para el término de la educación media superior antes de los 22 años (Coh<strong>en</strong> et al.,2006: 99-100, 119).Los montos de pago directo a las familias compr<strong>en</strong>didos <strong>en</strong> este programa se paganbim<strong>en</strong>sualm<strong>en</strong>te e incluy<strong>en</strong> cuatro compon<strong>en</strong>tes (Cecchini et al. 2009: 122, Lloyd- Sherlock, 2008:624): (i) un bono m<strong>en</strong>sual de apoyo a la educación que se increm<strong>en</strong>ta con la edad del niño y niñapara asistir a la escuela primaria y secundaria, y es mayor <strong>en</strong> el caso de las niñas (<strong>en</strong> el nivelsecundario y medio superior); (ii) un bono m<strong>en</strong>sual de apoyo alim<strong>en</strong>tario para cada niño y niña<strong>en</strong>tre los cuatro meses y dos años, niños y niñas <strong>en</strong> desnutrición <strong>en</strong>tre dos y cuatro años, y mujeresembarazadas y <strong>en</strong> puerperio; (iii) un bono m<strong>en</strong>sual de apoyo al adulto mayor; y (iv) un apoyo<strong>en</strong>ergético. Se estima que el total de los hogares suscritos a este programa repres<strong>en</strong>ta cerca de un23,8% de la población total (2006 <strong>en</strong> Cecchini et al., 2009: 122).La focalización de las familias se define <strong>en</strong> función de la mayor conc<strong>en</strong>tración de pobreza <strong>en</strong>determinados municipios del país, considerándose a los distritos que cu<strong>en</strong>t<strong>en</strong> con la capacidad parahacer fr<strong>en</strong>te a la demanda <strong>en</strong> salud y educación. Tras id<strong>en</strong>tificarse los municipios, se seleccionanlos hogares con más altos puntajes de pobreza sobre la base de la Encuesta de CaracterísticasSocioeconómicas de los Hogares 20 . En esta selección se consideran determinadas características delas familias, <strong>en</strong>tre los que se incluye la etnicidad (Coh<strong>en</strong> et al., 2006: 101-103)Con respecto a los mecanismos de egreso de las familias, luego de su participación por tresaños <strong>en</strong> el programa, se da comi<strong>en</strong>zo a un proceso de recertificación. Aquellas familias que aún semanti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> situación de pobreza, pued<strong>en</strong> continuar <strong>en</strong> el programa; aquellas que han mejorado susituación, ingresan al Esquema Difer<strong>en</strong>ciado de Apoyos (EDA). D<strong>en</strong>tro del EDA, las familiaspued<strong>en</strong> seguir recibi<strong>en</strong>do, por un período de hasta cuatro (áreas urbanas) y seis (áreas rurales) añosadicionales, algunos de los apoyos (transfer<strong>en</strong>cias para la educación secundaria y media superior,suplem<strong>en</strong>tos alim<strong>en</strong>tarios y apoyos de salud, eliminándose los relativos a los niños y niñas <strong>en</strong> laescuela primaria) (ibid: 107-108).Los resultados de las evaluaciones disponibles para el programa (ibid: 122-128; cf. Escobar yde la Rocha, 2002; Escobar y de la Rocha, 2008; BM, 2009) muestran impactos positivos <strong>en</strong> cuantoa la inscripción escolar y tasas de promoción de grado, así como <strong>en</strong> la mayor ingesta de alim<strong>en</strong>tosricos <strong>en</strong> calorías y proteínas, y <strong>en</strong> la utilización de sistemas ambulatorios de salud y <strong>en</strong> la at<strong>en</strong>ciónpr<strong>en</strong>atal (no así <strong>en</strong> el número de partos at<strong>en</strong>didos por médicos). En m<strong>en</strong>or grado, ha disminuido laparticipación de niños y niñas <strong>en</strong> actividades asalariadas, aunque éste sigue si<strong>en</strong>do un desafíoperman<strong>en</strong>te del programa, particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> zonas rurales (Escobar y de la Rocha, 2002). Qui<strong>en</strong>es181920Por ejemplo, la cobertura que ti<strong>en</strong>e el programa <strong>en</strong> municipios que cu<strong>en</strong>tan con localidades con 40% o más de población indíg<strong>en</strong>aconstituyó el año 2008 un 51,7% del total de municipios incorporados al programa (BM, 2009).De hecho, este programa ha inspirado el diseño de otros PTC, como es el caso de Familias <strong>en</strong> Acción (Colombia) y OpportunityNYC (Nueva York) (Cecchini et al. 2009; Núñez y Cuesta, 2006).Es importante considerar que el programa prioriza dos <strong>en</strong>foques de pobreza: alim<strong>en</strong>taria (hogares cuyos ingresos per cápita noalcanzan a cubrir la Canasta Normativa Alim<strong>en</strong>taria) y de capacidades (hogares cuyos ingresos per cápita no alcanzan un consumobásico <strong>en</strong> salud, educación y alim<strong>en</strong>tación) (Coh<strong>en</strong> et al. 2006: 100-101).36


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblos indíg<strong>en</strong>as exhib<strong>en</strong> indicadores más bajos <strong>en</strong> cada una de estas dim<strong>en</strong>siones(BM, 2009), aunque Oportunidades ha impactado <strong>en</strong> fortalecer la transición de la primaria a lasecundaria <strong>en</strong> zonas rurales, reduci<strong>en</strong>do además la brecha de género. No existe evid<strong>en</strong>ciaconcluy<strong>en</strong>te con respecto a la mejoría <strong>en</strong> los apr<strong>en</strong>dizajes y es todavía necesario mejorar la tasa dedeserción escolar <strong>en</strong> el nivel secundario, y la transición al nivel medio superior, particularm<strong>en</strong>tepara qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblos indíg<strong>en</strong>as. En su conjunto, al interior de áreas rurales, elprograma redujo la incid<strong>en</strong>cia de la pobreza (<strong>en</strong> 11,7%) y de la brecha de pobreza (<strong>en</strong> 12,9%)(Coh<strong>en</strong> et al., 2006).Es posible <strong>en</strong>contrar una serie de observaciones y críticas hechas al programa que deberíanconsiderarse de ser incorporado un <strong>en</strong>foque étnico al programa. En primer lugar, desde laperspectiva de la formación de capital humano <strong>en</strong> educación, un aspecto c<strong>en</strong>tral es el de la calidadde los servicios con los que se opera. Dado que qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblos indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> Méxicoti<strong>en</strong><strong>en</strong> un m<strong>en</strong>or retorno asociado a los años de educación, se ha id<strong>en</strong>tificado precisam<strong>en</strong>te a estefactor y los problemas de acceso derivados de la falta de adecuación de los servicios con criteriointercultural (por ejemplo, escuelas bilingües), como un importante nudo que explicar estosresultados (BM, 2009; Borja-Vega et al, 2007; Ramírez, 2006). Éste es un tema sobre el que elprograma no intervi<strong>en</strong>e directam<strong>en</strong>te, sino promovi<strong>en</strong>do la incorporación de los b<strong>en</strong>eficiarios a lared de servicios sociales ya exist<strong>en</strong>tes.Asociado a este punto, existe aún limitada evid<strong>en</strong>cia con respecto a la contribución al capitalhumano de los años adicionales de educación (Reiners et al. 2005 <strong>en</strong> Coh<strong>en</strong> et al. 2006: 130) y de suaporte al increm<strong>en</strong>to <strong>en</strong> los ingresos futuros para la población <strong>en</strong> su conjunto, lo que refuerza lasconclusiones de los estudios citados para pueblos indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> México (Borja-Vega et al, 2007; Ramírez,2006). Para fortalecer este tema, Coh<strong>en</strong> et al. (ibid) han propuesto fortalecer un mejor aprovechami<strong>en</strong>toescolar, aspecto que se relaciona directam<strong>en</strong>te con la productividad <strong>en</strong> el largo plazo.Reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, el BM (2009) ha realizado una evaluación de Oportunidades y su impacto <strong>en</strong>pueblos indíg<strong>en</strong>as, donde se han incluido una serie de recom<strong>en</strong>daciones para el compon<strong>en</strong>te deeducación. Así por ejemplo, pese a los avances que el programa ha logrado instalar <strong>en</strong> los diversosmunicipios donde se implem<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> cuanto a la inscripción <strong>en</strong> el nivel primario de educación, elBM (2009: 21) ha concluido que dados los rezagos que qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblos indíg<strong>en</strong>asti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> este indicador, sería pertin<strong>en</strong>te mant<strong>en</strong>er los apoyos por un período sufici<strong>en</strong>te para llegara igualar los desempeños con la población no indíg<strong>en</strong>a. De igual forma, esta institución recomi<strong>en</strong>daincorporar al diseño del programa el apoyo para la educación preescolar, nivel educativo dondemayores brechas exist<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>as y los no indíg<strong>en</strong>as. Finalm<strong>en</strong>te, también sepropone at<strong>en</strong>der desafíos particulares que qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>as ti<strong>en</strong><strong>en</strong> para avanzar <strong>en</strong> lacontinuidad del nivel de educación primario al secundario y medio superior (ibid: 22). Entre estaspropuestas, se incluye dar especial at<strong>en</strong>ción a todos los elem<strong>en</strong>tos que puedan dificultar de maneraespecial la continuidad de los estudios de qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a estos pueblos (costo y tiempos detransporte, número de alumnos por salón, nivel de escolaridad de los padres), así como incorporarcriterios de pertin<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el diseño del programa: estrategias para solucionar el aus<strong>en</strong>tismo escolary bajo desempeño distintas del retiro de los apoyos, g<strong>en</strong>erar escuelas de tiempo <strong>completo</strong>, y evaluarla reorganización de los albergues escolares indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> zonas de gran dispersión.Esto nos vincula directam<strong>en</strong>te con el diseño de las estrategias de salida de estos programas, yque desde un <strong>en</strong>foque étnico, debieran replantearse para fortalecer la reducción de las brechasinterétnicas a lo largo del ciclo de vida, y por un espacio más largo que el que inicialm<strong>en</strong>te se haconsiderado para la población <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral.En segundo lugar, los rezagos de los pueblos indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> México <strong>en</strong> materia de salud sigu<strong>en</strong>si<strong>en</strong>do persist<strong>en</strong>tes, pese a los avances que ha traído el programa <strong>en</strong> las difer<strong>en</strong>tes dim<strong>en</strong>sionesincluidas <strong>en</strong> este compon<strong>en</strong>te (BM, 2009). Esto se relaciona con aspectos culturales y estructurales37


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…que no han sido abordados sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te. Por ejemplo, la cobertura institucional de salud estodavía baja para qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>as (27,7% y 21% <strong>en</strong> áreas donde éstos repres<strong>en</strong>tan más del40% de la población total), y disminuye aún más <strong>en</strong> zonas de alta marginación (14%). Ésta es larazón por la cual el programa ti<strong>en</strong>e dificultades evid<strong>en</strong>tes para b<strong>en</strong>eficiar a localidades indíg<strong>en</strong>as dealta marginación (BM, 2009: 26). Por otra parte, se evid<strong>en</strong>ció una m<strong>en</strong>or asist<strong>en</strong>cia a c<strong>en</strong>tros desalud por parte de hogares indíg<strong>en</strong>as fr<strong>en</strong>te a los no indíg<strong>en</strong>as, aspecto <strong>en</strong> el cual jugarían un rolc<strong>en</strong>tral elem<strong>en</strong>tos de tipo cultural que no han sido considerados (ibid: 24):“Los motivos para un uso m<strong>en</strong>or de los servicios de salud por parte de la poblaciónindíg<strong>en</strong>a son diversos y van desde la protección a su intimidad y su rechazo a desnudarse fr<strong>en</strong>te aun médico hombre, hasta los que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que ver con la falta de id<strong>en</strong>tificación de los malestares y laimposibilidad de asignar nombres a sus padecimi<strong>en</strong>tos, así como a la r<strong>en</strong>u<strong>en</strong>cia a tratami<strong>en</strong>tos desegundo nivel” (BM, 2009: 25).Junto con aum<strong>en</strong>tar la cobertura médica <strong>en</strong> estas zonas, se propone para revertir estasituación fom<strong>en</strong>tar estrategias comunitarias (talleres de autocuidado), capacitar al personalinstitucional <strong>en</strong> sistemas de salud tradicional, fortalecer estos sistemas al interior de lascomunidades e incluir a sus actores relevantes a las acciones respectivas a través de programas decertificación de compet<strong>en</strong>cias, habilidades y destrezas (ibid: 28-29). Ya existe evid<strong>en</strong>cia del rol delas parteras como promotoras de programas de salud reproductiva y prev<strong>en</strong>ción de cáncer <strong>en</strong>comunidades indíg<strong>en</strong>as (ibid).En el caso del compon<strong>en</strong>te de nutrición, se id<strong>en</strong>tifican brechas similares al de salud. Exist<strong>en</strong>avances del programa <strong>en</strong> cuanto a los diversos ámbitos considerados (aum<strong>en</strong>to del consumo dealim<strong>en</strong>tos, reducción de las tasas de desnutrición, etc.), pero éstos son particularm<strong>en</strong>te l<strong>en</strong>tos paralas comunidades indíg<strong>en</strong>as. En éstas no ha mejorado la dieta <strong>en</strong> términos de combinación dealim<strong>en</strong>tos y la preval<strong>en</strong>cia de la desnutrición infantil y anemia <strong>en</strong> las madres indíg<strong>en</strong>as es todavíaalta (ibid: 31), al mismo tiempo que exist<strong>en</strong> demoras comprobadas <strong>en</strong> la <strong>en</strong>trega (o <strong>en</strong>trega parcial)de los complem<strong>en</strong>tos alim<strong>en</strong>ticios del programa <strong>en</strong> zonas rurales (ibid; Coh<strong>en</strong> et al. 2006). Lasrecom<strong>en</strong>daciones son similares a las del compon<strong>en</strong>te de salud: fortalecer los sistemas depromoción, especialm<strong>en</strong>te los de tipo comunitarios para la información (talleres) y socialización d<strong>en</strong>uevos hábitos alim<strong>en</strong>ticios (por ejemplo, a través de comedores) (BM, 2009: 32). Al mismotiempo, g<strong>en</strong>erar sistemas de seguimi<strong>en</strong>to, control y canalización de la desnutrición infantil, quepermitan derivar los casos más urg<strong>en</strong>tes a las instituciones respectivas.En tercer lugar, este programa ha levantado fuertes críticas desde un <strong>en</strong>foque de género. Sibi<strong>en</strong> con la <strong>en</strong>trega de las transfer<strong>en</strong>cias monetarias prioritariam<strong>en</strong>te a las mujeres de los hogaresb<strong>en</strong>eficiarios se int<strong>en</strong>ta promover su empoderami<strong>en</strong>to, la consideración que se hace del rolfem<strong>en</strong>ino es uno c<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> un rol tradicional de género (Escobar y de la Rocha, 2008). Se esperaque sea la mujer la que asuma la responsabilidad por las responsabilidades asociadas a lastransfer<strong>en</strong>cias, mi<strong>en</strong>tras no se establec<strong>en</strong> responsabilidades específicas a los hombres de loshogares (Coh<strong>en</strong> et al. 2006). En la práctica, las actividades asociadas al programa significan unafuerte inversión de tiempo para la mujer, lo que se dificulta <strong>en</strong> el caso de qui<strong>en</strong>es se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tranvinculadas a una actividad productiva <strong>en</strong> el sector formal o informal. En el caso de las dinámicas degénero al interior de las familias indíg<strong>en</strong>as, las prácticas del programa pued<strong>en</strong> significar un cambiosignificativo <strong>en</strong> relación a los patrones tradicionales de relación. Realizar un trabajo des<strong>en</strong>sibilización y diálogo previo <strong>en</strong> este ámbito se transforma <strong>en</strong> una necesidad clave para asegurarun impacto sost<strong>en</strong>ible.Finalm<strong>en</strong>te, uno de los aspectos m<strong>en</strong>os pot<strong>en</strong>ciados <strong>en</strong> los PTC es el fortalecimi<strong>en</strong>to de lasoportunidades para el desarrollo productivo de las personas que viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> situación de extremapobreza. En el caso de qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> México, se ha <strong>en</strong>contrado una alta correlación<strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es declaran trabajar <strong>en</strong> el sector agrícola y son pobres <strong>en</strong> áreas rurales. Por lo g<strong>en</strong>eral, se38


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…trata de personas con bajo capital humano y físico, y un defici<strong>en</strong>te acceso a tierras (Borja-Vega etal, 2007; Ramírez, 2006), lo que reduce aún más sus oportunidades económicas (Borja-Vega et al.,2007: ii). Qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>as ti<strong>en</strong><strong>en</strong> además un m<strong>en</strong>or nivel de remuneraciones que los noindíg<strong>en</strong>as, lo que pareciera indicar la exist<strong>en</strong>cia de patrones de discriminación laboral (ibid). Deesta manera, Borja-Vega et al. (2007, también BM, 2009) propon<strong>en</strong> fortalecer interv<strong>en</strong>cionescontextualizadas a los territorios y con acciones ori<strong>en</strong>tadas a desarrollar habilidades para elempr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to como dos de los principales pilares para la superación de la pobreza indíg<strong>en</strong>a <strong>en</strong>México. Este aspecto se empalma con los hallazgos de Escobar y de la Rocha (2002), queid<strong>en</strong>tifican al ámbito del fortalecimi<strong>en</strong>to de las habilidades para el empleo como el más débil delprograma, y con esto, uno de los principales puntos de tope para la superación de la vulnerabilidad.El BM (2009: 22) ha propuesto, nuevam<strong>en</strong>te para el compon<strong>en</strong>te de educación, incorporar tutoríaspara estudiantes indíg<strong>en</strong>as de nivel medio superior que puedan otorgar ori<strong>en</strong>tación vocacional ylaboral, y acompañar el proceso académico y profesional de estos alumnos.c. Un <strong>en</strong>foque étnico para la superación de la pobrezaextrema <strong>en</strong> la República de Panamá: el caso de la Redde Oportunidades.Las personas pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes a pueblos indíg<strong>en</strong>as repres<strong>en</strong>tan un 10% de la población total dePanamá (CEPAL, 2007a) y tal como es la tónica a lo largo del contin<strong>en</strong>te, viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> su mayoría <strong>en</strong>situación de pobreza y evid<strong>en</strong>cian importantes brechas étnicas <strong>en</strong> los indicadores de salud yeducación (ver cuadros 1, 2 y 3). De acuerdo a datos del BM (2007), qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblosindíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> Panamá correspond<strong>en</strong> a cerca de un tercio de la población total que calificaría para elPTC Red de Oportunidades. Según la Encuesta de Niveles de Vida (2003), un 98% de qui<strong>en</strong>eshabitan <strong>en</strong> as<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>tos rurales indíg<strong>en</strong>as son pobres, y un 90% de éstos se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> situaciónde pobreza absoluta (<strong>en</strong> Madrid y Hernández, 2008: 21). La falta de acceso y pertin<strong>en</strong>cia de losservicios de salud y educación, pareciera ser un aspecto crucial (BM, 2007b).Pese a que qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>as y habitan <strong>en</strong> zonas rurales ti<strong>en</strong><strong>en</strong> indicadores por debajodel promedio nacional <strong>en</strong> todos los ámbitos de desarrollo humano (ibid: 3) 21 , un estudio reci<strong>en</strong>terealizado <strong>en</strong> la Comarca Kuna Yala (Madrid y Hernández, 2008: 50-52) 22 , muestra una autopercepcióndistinta: la gran mayoría de qui<strong>en</strong>es fueron <strong>en</strong>trevistados (miembro de las comunidadesque allí habitan) declaran no ser pobres. La concepción Kuna de la pobreza combina criteriosmateriales con los de tipo simbólico y subjetivo, d<strong>en</strong>tro de los cuales el no contar con el apoyo dela familia o no poder trabajar los campos, son factores determinantes. De manera similar, elbi<strong>en</strong>estar también se expresa <strong>en</strong> el control sobre sus recursos naturales y territorios, la autonomíapara trabajarlos y vivir <strong>en</strong> base a éstos, y las redes familiares y comunitarias con las que se cu<strong>en</strong>ta.Estos son, sin duda, elem<strong>en</strong>tos a considerar al diseñar estrategias integrales y pertin<strong>en</strong>tes para lareducción la pobreza indíg<strong>en</strong>a 23 .Luego de un int<strong>en</strong>so proceso de movilización indíg<strong>en</strong>a a comi<strong>en</strong>zos de los años nov<strong>en</strong>ta, el EstadoPanameño reconoció la exist<strong>en</strong>cia de los pueblos indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> este país y sus territorios, delimitados <strong>en</strong>cinco comarcas que repres<strong>en</strong>tan el 20% de la superficie del país: Kuna Yala (1953), Kuna deMadungandi (creada <strong>en</strong> 1996), Kuna de Wargandi (2000), Ngäbe-Bugle (1997), y Comarca Embera-212223De acuerdo a cifras del reporte del BM (2007: 3), cerca de un 60% de qui<strong>en</strong>es viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> comarcas indíg<strong>en</strong>as se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong>situación de desnutrición crónica. Esta cifra alcanza un 16% para el conjunto de la población que habita <strong>en</strong> Panamá.El estudio incluyó la realización de <strong>en</strong>cuestas y grupos focales durante el año 2008 al interior de la Comarca Kuna Yala, condirig<strong>en</strong>tes, autoridades tradicionales e informantes claves de tres zonas de la Comarca.Por ejemplo, uno de los criterios de pobreza m<strong>en</strong>cionados por los Kuna es el de no poder trabajar <strong>en</strong> el campo debido a ladiscapacidad y la falta de redes familiares. Éste es un ámbito que podría ori<strong>en</strong>tar de manera prioritaria la focalización para recibirasist<strong>en</strong>cia social de parte del gobierno.39


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…Waunaan (2000). Los pueblos Ngöbe (59,3%), Kuna (21,6%) y Emberá (7,9%) son asimismo los trespueblos indíg<strong>en</strong>as más numerosos de Panamá de <strong>en</strong>tre los ocho oficialm<strong>en</strong>te reconocidos.De esta forma, los pueblos indíg<strong>en</strong>as que viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> Panamá han podido conservar gran parte de susestructuras culturales y políticas, particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el caso de los Kuna. Las cosmovisiones de estospueblos están <strong>en</strong> estrecha relación con el territorio y las prácticas culturales y económicas que allí sedesarrollan (Madrid y Hernández, 2008), aun cuando la realidad es diversa <strong>en</strong> cada caso: si bi<strong>en</strong> la granmayoría de qui<strong>en</strong>es son Ngöbe (91%) y Kuna (63%) viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> áreas rurales, otros pueblos como los Bri-Bri viv<strong>en</strong> prioritariam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la ciudad (sólo un 33% habita hoy <strong>en</strong> zonas rurales) (BM, 2007b: 1). Lascomarcas son espacios que operan de manera semi-autónoma bajo mecanismos administrativos propios,aunque bajo la jurisdicción del gobierno nacional (Herlihy, 1998 <strong>en</strong> WB, 2007) 24 . Esta situación es <strong>en</strong>parte mant<strong>en</strong>ida debido al aislami<strong>en</strong>to y limitados accesos que aún se observan alrededor de lascomarcas, y que ha permitido conservar la integridad cultural y formas de organización indíg<strong>en</strong>a, aunqu<strong>en</strong>o completam<strong>en</strong>te ex<strong>en</strong>tas a influ<strong>en</strong>cias externas.Desde 1994, los tres gobiernos de Panamá que se han sucedido han elaborado estrategiasdiversas para superar la condición de exclusión y desigualdad <strong>en</strong> la que viv<strong>en</strong> los pueblos indíg<strong>en</strong>asdel país. Entre éstas, se cu<strong>en</strong>tan propuestas específicas, con diverso grado de concreción posterior,para mejorar el acceso de las comunidades indíg<strong>en</strong>as a servicios sociales y básicos, y brindarlesasist<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> el área productiva y económica. Estas propuestas han estado cont<strong>en</strong>idas tanto <strong>en</strong> elPlan de Desarrollo Social Integral para la nación (Ernesto Balladares, 1994 – 1998) como <strong>en</strong>modelos de desarrollo con id<strong>en</strong>tidad y desarrollo de áreas indíg<strong>en</strong>as durante el gobierno de MireyaMoscoso (1999 – 2004) (Madrid y Hernández, 2009: 28 – 37). De acuerdo a Madrid y Hernández(ibid: 37), la estrategia que más directam<strong>en</strong>te ha abordado la pobreza indíg<strong>en</strong>a ha sido la del PTCRed de Oportunidades. Este PTC com<strong>en</strong>zó a operar formalm<strong>en</strong>te el año 2006, nace para at<strong>en</strong>der afamilias <strong>en</strong> situación de extrema pobreza, y fue implem<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> un comi<strong>en</strong>zo exclusivam<strong>en</strong>te <strong>en</strong>áreas rurales indíg<strong>en</strong>as, zonas donde se conc<strong>en</strong>tran las mayores cifras de pobreza <strong>en</strong> el país.Durante los últimos años, este programa ha ext<strong>en</strong>dido su accionar cubri<strong>en</strong>do también otros sectoresde la población pobre no indíg<strong>en</strong>a e indíg<strong>en</strong>a que habita <strong>en</strong> zonas urbanas (Waters, 2009b).Al interior de Red de Oportunidades converg<strong>en</strong> dos programas: Bonos para Alim<strong>en</strong>tos 25 yTransfer<strong>en</strong>cias Monetarias Condicionadas a los servicios de educación (matrícula y asist<strong>en</strong>cia a laescuela sobre el 80% para los niños y niñas <strong>en</strong>tre 4 y 17 años), salud (cumplimi<strong>en</strong>to con elcal<strong>en</strong>dario de vacunaciones y asist<strong>en</strong>cia a los controles de salud de la población m<strong>en</strong>or de 5 años ymujeres <strong>en</strong> estado de embarazo y puerperio) y desarrollo de capacidades (Ministerio de DesarrolloSocial, 2008: 4). En el caso de las transfer<strong>en</strong>cias monetarias para salud y educación, se incluye unfinanciami<strong>en</strong>to para cubrir los costos de transporte a los c<strong>en</strong>tros de salud y escuelas, y de útilesescolares. En su conjunto, estas transfer<strong>en</strong>cias se inviert<strong>en</strong> por parte de la población b<strong>en</strong>eficiadaprincipalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las sigui<strong>en</strong>tes dim<strong>en</strong>siones: vivi<strong>en</strong>da, alim<strong>en</strong>tación, medicam<strong>en</strong>tos, iniciativasproductivas, y vestuario (Ministerio de Desarrollo Social, 2008: 17). La Red de Oportunidadescu<strong>en</strong>ta con financiami<strong>en</strong>to del Gobierno panameño, y hasta el mom<strong>en</strong>to cubre a un 12% de lapoblación de Panamá.De acuerdo al informe de avance de diciembre del 2008 (ibid: 8), el programa se implem<strong>en</strong>ta<strong>en</strong> nueve provincias del país y tres de las cinco comarcas indíg<strong>en</strong>as (Embera-Waunaan, Kuna Yalay Ngäbe-Bugle). La comarca Ngäbe-Bugle conc<strong>en</strong>tra la mayor cantidad de hogares b<strong>en</strong>eficiados <strong>en</strong>el país (27,6%) y donde mayores recursos se inviert<strong>en</strong> (ibid: 8, 14). Tanto <strong>en</strong> esta comarca como <strong>en</strong>Kuna Yala, el programa cubre a la totalidad de la población que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> situación de2425Las comarcas son territorios indíg<strong>en</strong>as reconocidos por el Estado panameño. Estos territorios operan de manera semi-autónoma y <strong>en</strong>ellos habitan los pueblos Kuna, Ngöbe y Emberá. Aproximadam<strong>en</strong>te la mitad de qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblos indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> este paíshabitan fuera de comarcas, <strong>en</strong> áreas rurales e indíg<strong>en</strong>as (Waters, 2009b).Bono familiar de alim<strong>en</strong>tación correspondi<strong>en</strong>te a US $50 m<strong>en</strong>suales (Cecchini et al., 2009).40


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…extrema pobreza (ibid: 23). Así, al finalizar el año 2008, las familias indíg<strong>en</strong>as repres<strong>en</strong>taban el35,9% del total de b<strong>en</strong>eficiarios (Waters, 2009a).De acuerdo a los resultados preliminares del programa, las corresponsabilidades <strong>en</strong> saludalcanzan niveles de cumplimi<strong>en</strong>to superiores al 80% <strong>en</strong> la asist<strong>en</strong>cia a los controles de crecimi<strong>en</strong>to,al 90% <strong>en</strong> cuanto al cumplimi<strong>en</strong>to del cal<strong>en</strong>dario de vacunaciones, y al 97% para el control delembarazo. Los resultados para el sector educación muestran que casi el 100% de las familias conniños y niñas que participan <strong>en</strong> el programa cumpl<strong>en</strong> con las coresponsabilidades (ibid: 19, 20).El programa está inserto <strong>en</strong> el sistema de protección social de la República de Panamá, cuyosobjetivos más amplios, junto con aliviar <strong>en</strong> lo inmediato la pobreza extrema, son: empoderar a lasfamilias que viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> situación de pobreza, otorgar mayor efici<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> la oferta de serviciospúblicos, garantizar oportunidades equitativas, y prop<strong>en</strong>der a una mejor organización comunitaria ysocial (Secretaría del Sistema de Protección Social, 2009). Parte de las estrategias compr<strong>en</strong>didaspara estos fines son otorgar apoyo directo para fortalecer las dinámicas familiares y g<strong>en</strong>erarcapacidades al interior de las familias para g<strong>en</strong>erar ingresos.La Red de Oportunidades integra explícitam<strong>en</strong>te una serie de criterios que forman parte deun <strong>en</strong>foque étnico a su diseño. Para esto, se consideran las visiones que qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>asti<strong>en</strong><strong>en</strong> respecto del territorio y vida, <strong>en</strong> un s<strong>en</strong>tido amplio, a través de las nociones de equilibrio,reciprocidad y solidaridad, y desarrollo humano sost<strong>en</strong>ible (ibid). El modelo de desarrollo conid<strong>en</strong>tidad que se implem<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> Panamá <strong>en</strong> el marco del sistema de protección social considera lossigui<strong>en</strong>tes elem<strong>en</strong>tos de interv<strong>en</strong>ción. En primer lugar, se defin<strong>en</strong> acciones definidas de acuerdo acriterios territoriales (comarcas indíg<strong>en</strong>as y provincias donde habitan numerosas familiasindíg<strong>en</strong>as) <strong>en</strong> torno a un área geográfica delimitada y criterios culturales compartidos. El modelo defocalización es similar al de otros PTC: al interior de los territorios, se seleccionan (o no) distritos apartir de los cuales se focalizará el programa <strong>en</strong> parte o todas las familias, dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do de losrecursos y los servicios públicos disponibles. Sin embargo, este programa también considera larealización de procesos participativos con corresponsabilidad e incluye una serie de compon<strong>en</strong>tesque ori<strong>en</strong>tan la acción del programa y sistema de acuerdo a un <strong>en</strong>foque étnico.RECUADRO 4ENFOQUE ÉTNICO EN EL SISTEMA DE PROTECCIÓN SOCIAL DE LA REPÚBLICA DE PANAMÁEl modelo de desarrollo con id<strong>en</strong>tidad sobre el cual opera el sistema de protección social <strong>en</strong> Panamá considerauna serie de criterios étnicos para el acuerdo sobre las corresponsabilidades y el funcionami<strong>en</strong>to del PTC Redde Oportunidades.Después de la definición de los territorios donde se trabajará, se realizan consultas con las comunidades demanera de conocer sus percepciones sobre el programa y g<strong>en</strong>erar compromisos con las institucionescomarcales (tales como el consejo comarcal y congreso g<strong>en</strong>eral de dirig<strong>en</strong>tes y autoridades tradicionales <strong>en</strong>cada territorio). A continuación, se realizan talleres comunitarios con los comités y organizaciones locales, dondese discut<strong>en</strong> los aspectos operativos del programa. Finalm<strong>en</strong>te, se elig<strong>en</strong> promotores y <strong>en</strong>cuestadores indíg<strong>en</strong>aslocales, bilingües (l<strong>en</strong>gua materna y español) y que t<strong>en</strong>gan estudios de nivel primario. Un 50% de los<strong>en</strong>cuestadores deb<strong>en</strong> ser mujeres.A partir del proceso de <strong>en</strong>cuestas, que incluy<strong>en</strong> indicadores <strong>en</strong> las dim<strong>en</strong>siones psicosocial y cultural de lasfamilias, se seleccionan a las familias que participarán <strong>en</strong> el programa. Las <strong>en</strong>cuestas incluy<strong>en</strong> consultas sobrelas sigui<strong>en</strong>tes dim<strong>en</strong>siones:• territorio legalizado o no;• vivi<strong>en</strong>da tradicional adecuada;• composición de la familia ext<strong>en</strong>sa y nivel de hacinami<strong>en</strong>to;• motivos de aus<strong>en</strong>tismo y deserción escolar;• conocimi<strong>en</strong>to (actividad) y acceso a la educación tradicional;• acceso a, y prefer<strong>en</strong>cias ante, los servicios de salud institucional y tradicional;• cambios culturales <strong>en</strong> el consumo de alim<strong>en</strong>tos;• pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia a grupos y organizaciones comunitarias.(Continúa)41


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…(Recuadro 4 Conclusión)Durante el proceso de selección de las familias, se id<strong>en</strong>tifican los servicios que éstas requier<strong>en</strong>, se lesbrinda capacitación y se firman las corresponsabilidades. Las corresponsabilidades ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un grado deflexibilidad, y cubr<strong>en</strong> los sigui<strong>en</strong>tes ámbitos:• at<strong>en</strong>ción primaria familiar de los integrantes de la familia(incluye adultos mayores y personas con discapacidad);• asist<strong>en</strong>cia escolar asegurada de todos los niños y niñas m<strong>en</strong>ores de 15 años;• asist<strong>en</strong>cia a los servicios que ofrec<strong>en</strong> instituciones estatales(<strong>en</strong> diversos temas, tales como salud sexual y reproductiva, viol<strong>en</strong>cia intrafamiliar, relaciones de género,drogas y alcohol, alim<strong>en</strong>tación y cuidado infantil, integración familiar y comunitaria a personas de la terceraedad y con discapacidad, capacitación laboral productiva);• facilitar la id<strong>en</strong>tificación y registro civil de los integrantes de la familia;• participar <strong>en</strong> las dinámicas de organización comunitaria;• com<strong>en</strong>zar alguna actividad de g<strong>en</strong>eración de ingresos.Los bonos son prefer<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tregados a la mujer, deb<strong>en</strong> gastarse al m<strong>en</strong>os parcialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong>alim<strong>en</strong>tación y óptimam<strong>en</strong>te, a nivel local, de manera de inc<strong>en</strong>tivar la organización de cooperativas de consumoy acuerdo con negocios del sector. El bono es considerado por familia y no por hogar, como <strong>en</strong> el caso de lasáreas no indíg<strong>en</strong>as (BM, 2007b: 11; Fiszbein y Schady, 2009: 274), de manera de evitar conflictos al interior delos hogares donde habitan familias ext<strong>en</strong>sas (dos o más familias nucleares) <strong>en</strong> torno a la toma de decisionessobre el uso de los recursos.Este modelo de interv<strong>en</strong>ción fom<strong>en</strong>ta la articulación intersectorial (gobierno, organizaciones de la sociedad civil yorganismos de cooperación internacional), incluye campañas de s<strong>en</strong>sibilización y capacitación a funcionariospúblicos, promueve la incorporación de los conocimi<strong>en</strong>tos tradicionales a los diversos ámbitos sectoriales, asícomo los espacios de <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro intercultural.Fu<strong>en</strong>te: Elaboración propia a partir de BM (2007); Fiszbein y Schady (2009), Ministerio del Desarrollo Social (2008);Secretaría del Sistema de Protección Social (2009).De acuerdo a los hallazgos de Madrid y Hernandez (2008) para el caso de la Comarca KunaYala, un 40% de los <strong>en</strong>cuestados no reconoce haber recibido ayuda de parte del gobierno, aúncuando la <strong>en</strong>trega de recursos directos (dinero) a través de la Red de Oportunidades ocupa elsegundo lugar de las m<strong>en</strong>ciones (18%). Con respecto a las demandas que los Kuna de Kuna Yalarealizan al gobierno, aspectos relacionados con la educación (educación intercultural bilingüe yformación técnica y profesional) aparec<strong>en</strong> como la principal. A continuación, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra elrespeto a la autonomía, y la <strong>en</strong>trega de recursos anuales junto a la mant<strong>en</strong>ción de este programa(m<strong>en</strong>cionado por un 15% de los <strong>en</strong>cuestados). La todavía baja m<strong>en</strong>ción al programa puede deberseal inicio más bi<strong>en</strong> reci<strong>en</strong>te de sus actividades o a la forma <strong>en</strong> que éstas han sido llevadas a cabo ycomunicadas al interior de las comunidades. Esto parece ser ratificado por las percepciones sobre elprograma que se <strong>en</strong>tregan <strong>en</strong> este informe: la ayuda económica es percibida como una retribuciónpor el voto, y aún se ve con desconfianza las implicancias que la llegada del Estado a lascomunidades pueda t<strong>en</strong>er. Lo anterior se traduce, por ejemplo, <strong>en</strong> permitir la <strong>en</strong>trada de lasempresas al territorio Kuna o impactar de forma negativa <strong>en</strong> el sistema social comunitariog<strong>en</strong>erando una dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia estatal de las comunidades (ibid: 60, 63). La fortaleza de laorganización comunitaria puede también germinar <strong>en</strong> iniciativas de auto-gestión a las que hay queestar at<strong>en</strong>tos, por ejemplo, a través de la formación de cooperativas de ahorro colectivas de lasfamilias que participan <strong>en</strong> el programa de manera que les permita juntar recursos <strong>en</strong> caso de queéste termine (ibid: 60).Estas percepciones fueron también ratificadas por un estudio similar desarrollado <strong>en</strong> Octubredel 2006 26 . El programa es evaluado de manera positiva, aún cuando exist<strong>en</strong> sospechas conrespecto a su duración, los usos que se quiera dar al apoyo g<strong>en</strong>erado <strong>en</strong> las comunidades indíg<strong>en</strong>as,y <strong>en</strong>tre los Kuna, los impactos que pueda t<strong>en</strong>er el uso del dinero por parte de los b<strong>en</strong>eficiarios fuera26BM (2007). Este estudio se realizó <strong>en</strong> tres comarcas: Kuna Yala, Ngöbe-Buglé y Emberá-Wounaan, y contempló la realización de18 focus groups y 32 <strong>en</strong>trevistas a informantes claves.42


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…de la supervisión de las autoridades tradicionales y miembros de la comunidad. Este estudio revelóla necesidad de fortalecer los mecanismos de análisis de demanda insatisfecha <strong>en</strong> torno a losservicios sociales (particularm<strong>en</strong>te, desde la dim<strong>en</strong>sión de pertin<strong>en</strong>cia de estos servicios), deevaluación de impacto del programa desde un <strong>en</strong>foque étnico, y de comunicación de suscompon<strong>en</strong>tes y objetivos desde claves interculturales (BM, 2007b: 10 – 11).Finalm<strong>en</strong>te, de acuerdo al estudio realizado por Waters (2009a, 2009b), <strong>en</strong> familiasb<strong>en</strong>eficiadas por el programa <strong>en</strong> comarcas indíg<strong>en</strong>as, áreas rurales y urbanas, existe una altaaceptación de las acciones del programa, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> cuanto se percibe que éstas no alteranlas formas de vida de las familias indíg<strong>en</strong>as y ofrec<strong>en</strong> un alivio significativo a las necesidadesbásicas más urg<strong>en</strong>tes. Las transfer<strong>en</strong>cias permit<strong>en</strong> a las familias cubrir los costos asociados alcumplimi<strong>en</strong>to de las corresponsabilidades, <strong>en</strong> el caso del transporte requerido para asistir a loscontroles médicos y la compra de alim<strong>en</strong>tos para cumplir con los requerimi<strong>en</strong>tos nutricionales. Seid<strong>en</strong>tifica <strong>en</strong> algunos casos el uso de pequeños montos para el ahorro e inversión <strong>en</strong> insumos, confines de producción y subsist<strong>en</strong>cia.Aunque la asist<strong>en</strong>cia a los servicios de salud y educación ha aum<strong>en</strong>tado, se manti<strong>en</strong><strong>en</strong>dificultades para acceder a estos servicios, particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las áreas rurales más aisladas. Éstasexhib<strong>en</strong> obstáculos similares para la realización del cobro de las transfer<strong>en</strong>cias. Persist<strong>en</strong> tambiéndesafíos <strong>en</strong> términos de cobertura y calidad, así como <strong>en</strong> términos de la aus<strong>en</strong>cia de programas detipo intercultural, aspectos que deb<strong>en</strong> ser fortalecidos desde un <strong>en</strong>foque de derechos. Al interior delas comarcas indíg<strong>en</strong>as donde se han realizado consultas, se respalda la decisión de <strong>en</strong>tregar lastransfer<strong>en</strong>cias a las mujeres, y se propone que esta <strong>en</strong>trega sea realizada directam<strong>en</strong>te a las familiasnucleares y no a los hogares, debido a las prácticas culturales prevaleci<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> que es cada familiala que asigna su propio presupuesto al consumo doméstico. Estas conclusiones son también válidaspara el caso de qui<strong>en</strong>es son indíg<strong>en</strong>as y viv<strong>en</strong> fuera de las comarcas, <strong>en</strong> áreas rurales y urbanas(Waters, 2009b).d) Síntesis: pueblos indíg<strong>en</strong>as y PTCLas tres experi<strong>en</strong>cias revisadas, particularm<strong>en</strong>te las de Colombia y Panamá, son innovadoras <strong>en</strong> suinclusión de los pueblos indíg<strong>en</strong>as desde una perspectiva difer<strong>en</strong>ciada al interior de programas qu<strong>en</strong>o nac<strong>en</strong> específicam<strong>en</strong>te diseñados con un foco <strong>en</strong> lo étnico. Los tres son programas que operan<strong>en</strong> contextos de alta inequidad interétnica y donde qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblos indíg<strong>en</strong>as estánsujetos a diversos factores que los hac<strong>en</strong> más vulnerables fr<strong>en</strong>te a los riesgos del <strong>en</strong>torno 27 .Colombia y Panamá incorporan <strong>en</strong> la implem<strong>en</strong>tación de estos programas <strong>en</strong> comunidades yfamilias indíg<strong>en</strong>as algunos de los elem<strong>en</strong>tos que hemos revisado a la luz de un <strong>en</strong>foque étnico. Enel caso de Colombia, ésta es doblem<strong>en</strong>te guiada por consideraciones vinculadas a las brechas queestos pueblos exhib<strong>en</strong> y sus derechos, reconocidos de manera amplia <strong>en</strong> la carta constitucional deeste país. En el caso de Panamá, las adecuaciones del programa se han mant<strong>en</strong>ido, hasta elmom<strong>en</strong>to, más bi<strong>en</strong> c<strong>en</strong>tradas <strong>en</strong> los aspectos del diseño del programa para incorporar criterios depertin<strong>en</strong>cia cultural <strong>en</strong> su operación y cubrir explícitam<strong>en</strong>te aquellas dim<strong>en</strong>siones <strong>en</strong> las que lospueblos indíg<strong>en</strong>as se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran desigualm<strong>en</strong>te relegados (capital humano e ingresos). En el casode México, la consideración de los pueblos indíg<strong>en</strong>as se ha hecho <strong>en</strong> función de priorizar sufocalización, y sólo reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te se elaboran propuestas para adecuar su funcionami<strong>en</strong>to a otrosrequerimi<strong>en</strong>tos de índole de pertin<strong>en</strong>cia cultural. Este es un desafío de largo ali<strong>en</strong>to para este país,dada la gran diversidad de los pueblos que allí habitan.27Ver cuadros 1, 2 y 3.43


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…La dim<strong>en</strong>sión de derechos es la m<strong>en</strong>os desarrollada de forma explícita <strong>en</strong> los casosexpuestos, <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de pot<strong>en</strong>ciar la integración de estos programas a una red más amplia depolíticas, acciones y miradas interculturales de largo plazo <strong>en</strong> el campo del desarrollo social,económico y político. Esto no es sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te, pues si éstos han logrado p<strong>en</strong>etrar las esferasinstitucionales, gubernam<strong>en</strong>tales e internacionales con fuerza durante los últimos años, aúnsubsist<strong>en</strong> múltiples brechas de implem<strong>en</strong>tación. En este s<strong>en</strong>tido, un desafío mayor que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan losEstados de la región es el de construir progresivam<strong>en</strong>te sociedades interculturales <strong>en</strong> las que los pueblosindíg<strong>en</strong>as t<strong>en</strong>gan un rol c<strong>en</strong>tral <strong>en</strong> todos los ámbitos de la vida social y política. Reconocer pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>tesus derechos involucra devolver el poder a estos pueblos para conducir su propio desarrollo. En estecontexto, la implem<strong>en</strong>tación de los PTC debiera ser permeada <strong>en</strong> cada etapa por mecanismos departicipación, empoderami<strong>en</strong>to y decisión de qui<strong>en</strong>es son sus b<strong>en</strong>eficiarios, para hacer de lastransfer<strong>en</strong>cias una más de las herrami<strong>en</strong>tas a través de las cuales se mejora, integralm<strong>en</strong>te, el bi<strong>en</strong>estar delos pueblos indíg<strong>en</strong>as y se fortalece su inclusión bajo el respeto de sus derechos.Es relevante también examinar con mayor det<strong>en</strong>ción la aplicabilidad de la lógica de lacorresponsabilidad <strong>en</strong> las transfer<strong>en</strong>cias, con miras a evitar la g<strong>en</strong>eración de relaciones dedep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, cli<strong>en</strong>telismo o asist<strong>en</strong>cialismo <strong>en</strong>tre comunidades indíg<strong>en</strong>as e instituciones estatales,particularm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> contextos donde su vínculo ha estado históricam<strong>en</strong>te marcado por dinámicas dedesconfianza y viol<strong>en</strong>cia. El rol de las instituciones de autoridad tradicional de los pueblosindíg<strong>en</strong>as –cuando éstas permanezcan vig<strong>en</strong>tes– o de la comunidad y organizaciones indíg<strong>en</strong>as a lolargo del proceso de diseño, implem<strong>en</strong>tación y evaluación de estos programas, parece ser unaspecto clave a pot<strong>en</strong>ciar <strong>en</strong> estos programas. En este s<strong>en</strong>tido, las corresponsabilidades <strong>en</strong>treEstado y familias indíg<strong>en</strong>as adquier<strong>en</strong> una naturaleza comunitaria, afianzadas desde las nociones deautodeterminación y control social.La consideración más específica de los pueblos indíg<strong>en</strong>as d<strong>en</strong>tro de estos programas es, sinduda, un avance <strong>en</strong> el camino hacia la reducción de las inequidades étnicas y la realización de losDPI, particularm<strong>en</strong>te desde la óptica de los principios de igualdad y no discriminación, y losllamados a int<strong>en</strong>sificar medidas de acción afirmativa. Sin embargo, queda un largo trecho porrecorrer para g<strong>en</strong>erar garantías explícitas de complem<strong>en</strong>tariedad <strong>en</strong>tre los mecanismos quepermitan realizar, de manera complem<strong>en</strong>taria, los DESC y DPI. En efecto, definir tales garantías esuna de las propuestas que emerge de esta revisión.Los tres casos muestran una preocupación por reducir las brechas interétnicas <strong>en</strong> losindicadores de capital humano así como la pobreza indíg<strong>en</strong>a. En los casos de Colombia y Panamáse procura fom<strong>en</strong>tar los factores protectores de estos pueblos, incluy<strong>en</strong>do su capital cultural ysocial, así como adecuar las acciones desde una óptica de pertin<strong>en</strong>cia cultural. De esta forma, losprogramas toman <strong>en</strong> consideración los factores territoriales, y <strong>en</strong> m<strong>en</strong>or medida, demográficos queson relevantes para los pueblos indíg<strong>en</strong>as. En los casos de Colombia y Panamá, las acciones de losprogramas se focalizan <strong>en</strong> los territorios indíg<strong>en</strong>as como unidades integrales de reconocimi<strong>en</strong>to yde habitabilidad simbólica, espiritual y material. Mi<strong>en</strong>tras Colombia considera los resguardos y lasparcialidades como las <strong>en</strong>tidades constitutivas del trabajo, Panamá lo hace con las comarcas,aunque también amplía el radio de acción a familias indíg<strong>en</strong>as que han migrado a zonas urbanas.Colombia, por su parte, toma <strong>en</strong> consideración el caso de las familias desplazadas, muchas de éstasindíg<strong>en</strong>as, a qui<strong>en</strong>es a raíz de la interv<strong>en</strong>ción de la Corte Constitucional incluye <strong>en</strong> las operacionesde Familias <strong>en</strong> Acción. Este país define explícitam<strong>en</strong>te la necesidad de adecuar el programa a lospatrones y efectos de la migración que se observan al interior de las comunidades indíg<strong>en</strong>as: losb<strong>en</strong>eficios se <strong>en</strong>tregan a la persona que quede al cuidado de los niños y niñas. México, <strong>en</strong> cambio,adopta un <strong>en</strong>foque c<strong>en</strong>trado <strong>en</strong> las formas de administración institucional: la municipalidad comoeje del trabajo a desarrollar, más que el reconocimi<strong>en</strong>to de las instituciones y espacios deautogobierno indíg<strong>en</strong>a.44


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…Colombia y Panamá pres<strong>en</strong>tan modelos particularm<strong>en</strong>te fuertes desde la perspectiva de losfactores socioculturales. Estos programas consideran la lógica comunitaria <strong>en</strong> cada una de lasetapas de implem<strong>en</strong>tación, g<strong>en</strong>erando estructuras de participación y control social perman<strong>en</strong>tes.Éste no sólo es un apr<strong>en</strong>dizaje para los PTC que incluy<strong>en</strong> <strong>en</strong> su focalización y diseño a pueblosindíg<strong>en</strong>as, sino que puede ext<strong>en</strong>derse al conjunto de interv<strong>en</strong>ciones que se desarrollan al alero deestos programas <strong>en</strong> la región. En efecto, la participación y el control social de las accionespareciera ser uno de los aspectos m<strong>en</strong>os desarrollados de estos programas (CEPAL, 2006).Los casos de Colombia y Panamá muestran también los b<strong>en</strong>eficios de integrar a lainterv<strong>en</strong>ción de los PTC los recursos de capital social y cultural que los pueblos indíg<strong>en</strong>as ti<strong>en</strong><strong>en</strong>.Los conocimi<strong>en</strong>tos ancestrales <strong>en</strong> materia de educación y salud son pot<strong>en</strong>ciados <strong>en</strong> el caso deFamilias <strong>en</strong> Acción, y se espera que algo similar suceda con Red de Oportunidades. Los tresprogramas incluy<strong>en</strong> mecanismos de comunicación <strong>en</strong> las l<strong>en</strong>guas maternas de los pueblos, ya sea através de material comunicacional (Oportunidades) o de la figura de promotores y <strong>en</strong>laces étnicos.En el caso de Panamá, d<strong>en</strong>tro del proceso de selección de familias b<strong>en</strong>eficiarias, se considerannociones de pobreza y bi<strong>en</strong>estar más integrales <strong>en</strong> la <strong>en</strong>cuesta a partir de la que éstas seránseleccionadas. El caso de Colombia exhibe además una adecuación desde la perspectiva de lagobernanza indíg<strong>en</strong>a, respetando sus instituciones <strong>en</strong> el marco legalm<strong>en</strong>te reconocido, ypromovi<strong>en</strong>do el diálogo intercultural para g<strong>en</strong>erar cánones compartidos sobre el bu<strong>en</strong> vivir.Son innovaciones c<strong>en</strong>trales de los programas de Colombia y Panamá tanto los mecanismosde focalización como los de gestión y operación. En cuanto a la focalización, es frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te lapropia comunidad la que decide qué familias ti<strong>en</strong><strong>en</strong> mayor necesidad, mi<strong>en</strong>tras que <strong>en</strong> la gestióntanto las autoridades tradicionales como las familias cumpl<strong>en</strong> <strong>en</strong> todo mom<strong>en</strong>to un rol fundam<strong>en</strong>tal.En los tres casos, las operaciones del programa se v<strong>en</strong> limitadas por el limitado acceso a lared pública que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> los pueblos indíg<strong>en</strong>as. Este acceso está determinado por su aislami<strong>en</strong>to <strong>en</strong>zonas rurales, por la falta de cobertura de los servicios sociales de salud y educación, y por laaus<strong>en</strong>cia o débil pres<strong>en</strong>cia de programas de salud y educación intercultural y de ag<strong>en</strong>tescapacitados para conducir este tipo de iniciativas. En el caso de la falta de cobertura, éste es unfactor determinante para la <strong>en</strong>trada de otras comunidades marginadas y excluidas a los PTC. Nocontamos con información respecto de medidas concretas incorporadas a la gestión de los PTC paraexpandir la oferta de estos servicios, cuestión que permitiría asegurar compromisos de inversión yadecuación a los requerimi<strong>en</strong>tos de las comunidades y familias indíg<strong>en</strong>as, particularm<strong>en</strong>te las queviv<strong>en</strong> <strong>en</strong> una situación de mayor postergación y aislami<strong>en</strong>to. Éste es un ámbito que requiere serfortalecido no sólo desde la perspectiva de la gestión pública, sino fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te desde un<strong>en</strong>foque de derechos, el que a todas luces trasci<strong>en</strong>de a la operación de programas como los PTC.Al mismo tiempo, parece existir una débil consideración de los ámbitos de protección socialy desarrollo productivo <strong>en</strong> las iniciativas revisadas, como parte de una estrategia sost<strong>en</strong>ible para lareducción de la pobreza. En el caso del primero, si bi<strong>en</strong> las transfer<strong>en</strong>cias pued<strong>en</strong> mejorar lascondiciones de vida de qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblos indíg<strong>en</strong>as, el acceso a sistemas de seguridadsocial resulta fundam<strong>en</strong>tal para garantizar su asegurami<strong>en</strong>to perman<strong>en</strong>te a lo largo del ciclo de vida,aspecto fundam<strong>en</strong>tal de la ciudadanía social. En el caso de interv<strong>en</strong>ciones de tipo productivo,diseñar programas y esquemas <strong>en</strong> esta línea desde un <strong>en</strong>foque étnico e intercultural podría ser ungran facilitador de procesos de desarrollo con id<strong>en</strong>tidad al interior de los territorios y comunidadesindíg<strong>en</strong>as de la región.Finalm<strong>en</strong>te, considerar de una manera más explícita e integral el papel de las desigualdadescruzadas, <strong>en</strong> este caso, de tipo étnicas y de género, es un aspecto que reclama mayor at<strong>en</strong>ción.Contamos con pocas evaluaciones de la implem<strong>en</strong>tación de los PTC <strong>en</strong> territorios,comunidades y familias indíg<strong>en</strong>as para conocer su impacto <strong>en</strong> la reducción de la pobreza indíg<strong>en</strong>a y45


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…desigualdad étnica. Hasta el mom<strong>en</strong>to, estos programas parecieran ser aceptados por qui<strong>en</strong>espert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblos indíg<strong>en</strong>as y constituirse <strong>en</strong> una ayuda a la situación de deprivación que éstos<strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tan. Llamamos, sin embargo, a considerar estos programas <strong>en</strong> función de sus objetivos ycontribución. Los factores asociados a la vulnerabilidad y pobreza que afecta a parte importante dequi<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblos indíg<strong>en</strong>as no se agotan <strong>en</strong> su mayor acceso a sistemas de formaciónde capital humano –aunque este aspecto sí es de gran relevancia–, sino que se requiere de unconjunto de transformaciones de índole social, político y económico, a los que estos programaspued<strong>en</strong> contribuir, pero no por sí solos solucionar.De acuerdo a las evaluaciones disponibles para el caso de Panamá, qui<strong>en</strong>es recib<strong>en</strong> losb<strong>en</strong>eficios están satisfechos con el programa, lo percib<strong>en</strong> como un apoyo concreto a susnecesidades y esperan que éste continúe <strong>en</strong> el futuro. Por otra parte, <strong>en</strong> el caso de México, únicopaís para donde se cu<strong>en</strong>ta con información de más largo plazo debido al tiempo que llevaimplem<strong>en</strong>tándose el programa Oportunidades, su impacto parece aún no haber transformadoradicalm<strong>en</strong>te la situación de inequidad étnica que se vive <strong>en</strong> ese país.Al mismo tiempo, se observan retic<strong>en</strong>cias con respecto a la forma <strong>en</strong> que los objetivos deestos programas se han comunicado al interior de los territorios indíg<strong>en</strong>as: éstos g<strong>en</strong>erandesconfianza <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que se percib<strong>en</strong> como pot<strong>en</strong>ciales instrum<strong>en</strong>tos electorales oasociados a los intereses de empresas privadas por <strong>en</strong>trar a los territorios indíg<strong>en</strong>as. Es precisorecordar la historia de relaciones <strong>en</strong>tre los estados y los pueblos indíg<strong>en</strong>as, y considerar el largocamino de reparación y diálogo que se requiere consolidar para su mejorami<strong>en</strong>to.46


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…III. Un <strong>en</strong>foque étnico para los PTC:propuestas y desafíosPese al reconocimi<strong>en</strong>to alcanzado durante los últimos años, lospueblos indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> América Latina y el Caribe sigu<strong>en</strong> sufri<strong>en</strong>do losimpactos de la exclusión y discriminación histórica. La evid<strong>en</strong>ciaregional respecto de las brechas interétnicas y de los indicadores decapital humano, hac<strong>en</strong> pat<strong>en</strong>te la necesidad de diseñar mejorespolíticas sociales ori<strong>en</strong>tadas a la superación de la pobreza indíg<strong>en</strong>a <strong>en</strong>la región, así como a impulsar transformaciones profundas <strong>en</strong> losámbitos político, cultural, económico y social.El llamado a la incorporación de esfuerzos más activos <strong>en</strong> estamateria no sólo se sust<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> los indicadores exist<strong>en</strong>tes, sino también,desde una perspectiva normativa, <strong>en</strong> un <strong>en</strong>foque de derechos, instrum<strong>en</strong>tocada vez más relevante a la hora de evaluar la política social que se diseña<strong>en</strong> los diversos países. La pobreza <strong>en</strong> la que vive gran parte de qui<strong>en</strong>espert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblos indíg<strong>en</strong>as da cu<strong>en</strong>ta de la vulneración de los DESC ylos DPI, los cuales han sido reconocidos por las conv<strong>en</strong>ciones y tratadosinternacionales ratificados <strong>en</strong> gran parte de la región. Ambas dim<strong>en</strong>sionesestán al c<strong>en</strong>tro de un <strong>en</strong>foque étnico, el cual puede iluminar el proceso deconstrucción de sociedades más abiertas y progresivam<strong>en</strong>te interculturales<strong>en</strong> su desarrollo.Desde la perspectiva de las políticas sociales de reducción de lapobreza y protección social, un <strong>en</strong>foque étnico puede contribuir apot<strong>en</strong>ciar la priorización de las acciones <strong>en</strong> qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblosindíg<strong>en</strong>as, uno de los grupos más vulnerables <strong>en</strong> América Latina.47


CEPAL - Serie Políticas sociales N o 156Pueblos indíg<strong>en</strong>as y programas de transfer<strong>en</strong>cias con corresponsabilidad…Tales políticas pued<strong>en</strong> incluir acciones exclusivam<strong>en</strong>te diseñadas para estos pueblos, asícomo otras que, sin nacer de esta matriz, puedan incluir a familias, comunidades y territoriosindíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> su operación, como es el caso de los PTC. En este s<strong>en</strong>tido, el llamado que recoge estedocum<strong>en</strong>to es a fom<strong>en</strong>tar acciones integrales y con mayor coordinación intersectorial. Se trata deesfuerzos complem<strong>en</strong>tarios que pued<strong>en</strong>, <strong>en</strong> su conjunto, aportar a la realización de los derechoshumanos, individuales y colectivos.Los PTC pued<strong>en</strong> contribuir a mejorar, a partir del principio de igualdad y no discriminación, lasbrechas interétnicas de acceso a los sistemas de capital humano. Las transfer<strong>en</strong>cias monetarias pued<strong>en</strong>aportar a este proceso, aunque se hac<strong>en</strong> insufici<strong>en</strong>tes para cubrir el conjunto de necesidades básicasinsatisfechas que muestran qui<strong>en</strong>es pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a pueblos indíg<strong>en</strong>as. En este estudio se ha argum<strong>en</strong>tadoque los PTC pres<strong>en</strong>tan v<strong>en</strong>tajas comparativas fr<strong>en</strong>te a otros tipos de política social específicam<strong>en</strong>tediseñadas para pueblos indíg<strong>en</strong>as. Entre éstas destacan el que los PTC cubran dim<strong>en</strong>siones <strong>en</strong> las que lospueblos indíg<strong>en</strong>as ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un magro desempeño, así como la mayor cobertura que estos programasalcanzan fr<strong>en</strong>te a otras políticas y programas sociales –como los de etnodesarrollo o desarrollo conid<strong>en</strong>tidad. Esta idea refuerza la propuesta de complem<strong>en</strong>tariedad, más que reemplazo, de accionesori<strong>en</strong>tadas a reducir la pobreza indíg<strong>en</strong>a, promover su desarrollo y realizar sus derechos.Los casos revisados nos revelan la paulatina adopción de criterios de adecuación cultural <strong>en</strong>los PTC. Los programas son percibidos como positivos <strong>en</strong> los espacios locales, aún cuando existedesconfianza respecto de las motivaciones últimas que estarían guiando el acercami<strong>en</strong>to del Estado.Lo anterior da cu<strong>en</strong>ta de la necesidad de insertar estos esfuerzos <strong>en</strong> un marco más amplio deconstrucción de relaciones interculturales <strong>en</strong>tre ag<strong>en</strong>tes estatales, por una parte; y autoridades ycomunidades indíg<strong>en</strong>as, por la otra. La propuesta de este docum<strong>en</strong>to es justam<strong>en</strong>te profundizar losavances que estos casos exhib<strong>en</strong>, promovi<strong>en</strong>do un camino que va desde la adopción de un <strong>en</strong>foqueétnico a uno intercultural.Desde la perspectiva del <strong>en</strong>foque étnico aquí propuesto, resulta c<strong>en</strong>tral g<strong>en</strong>erar compromisosde tipo técnico y político al interior de los equipos responsables de los PTC y las políticas sociales<strong>en</strong> los diversos países. Tales compromisos son exigibles <strong>en</strong> aquellos países que han ratificado lostratados internacionales <strong>en</strong> materia de DESC y DPI. Lo anterior permitiría, por ejemplo, garantizarespacios para la participación de las organizaciones, comunidades y autoridades indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> cadauna de las etapas <strong>en</strong> las que se implem<strong>en</strong>tan estos programas, así como profundizar las accionespara el acceso universal a la red pública que éstos requier<strong>en</strong> para su operación. De la misma forma,los DPI hac<strong>en</strong> del conjunto de recursos culturales y sociales de los pueblos indíg<strong>en</strong>as más que unaporte, un requerimi<strong>en</strong>to es<strong>en</strong>cial a ser tomado <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> las acciones que se planifiqu<strong>en</strong>. Estosámbitos pued<strong>en</strong> ser fácilm<strong>en</strong>te incorporados a los esquemas regulares de los PTC d<strong>en</strong>tro de lasdim<strong>en</strong>siones de capital humano y aspectos de gestión e implem<strong>en</strong>tación que éstos ya consideran,aún cuando exig<strong>en</strong> diversos grados de adaptación institucional. Las garantías sociales pued<strong>en</strong>transformarse <strong>en</strong> un exitoso instrum<strong>en</strong>to para avanzar <strong>en</strong> cada uno de esos aspectos, aspecto querequiere de mayor desarrollo conceptual.Si bi<strong>en</strong> uno de los objetivos prioritarios de la interv<strong>en</strong>ción social <strong>en</strong> la región es la reducciónde las brechas étnicas y la pobreza indíg<strong>en</strong>a, es necesario superar una visión reduccionista de loétnico asociado únicam<strong>en</strong>te a variables materiales de deprivación. La pobreza indíg<strong>en</strong>a da cu<strong>en</strong>tade relaciones históricas y estructurales de desigualdad y exclusión que no pued<strong>en</strong> ser ignoradas. Enefecto, las movilizaciones que hemos pres<strong>en</strong>ciado durante las últimas dos décadas nos muestranuna complem<strong>en</strong>tariedad de demandas por recursos materiales y para el desarrollo, junto a las deautodeterminación, integridad cultural y control de los recursos naturales. Reconocer los derechosde estos pueblos involucra devolver el poder para la definición de su destino y la decisión sobre supropio desarrollo <strong>en</strong> toda la ext<strong>en</strong>sión de esta afirmación. Las políticas sociales pued<strong>en</strong> constituirse<strong>en</strong> un primer paso de este largo proceso de construcción conjunta.48


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Lecciones de la experi<strong>en</strong>cia de la Unión Europea y políticas dehomog<strong>en</strong>eización productiva con g<strong>en</strong>eración de empleo”, (LC/L.2895-P), Número de v<strong>en</strong>ta: S.08.II.G.31, (US$10.00), 2008.• El lector interesado <strong>en</strong> adquirir números anteriores de esta serie puede solicitarlos dirigi<strong>en</strong>do su correspond<strong>en</strong>cia a la Unidad deDistribución, CEPAL, Casilla 179-D, Santiago, Chile, Fax (562) 210 2069, correo electrónico: publications@cepal.org.Nombre: ...................................................................................................................................Actividad: ................................................................................................................................Dirección: ................................................................................................................................Código postal, ciudad, país:.....................................................................................................Tel.:.............................Fax:......................................E.mail:....................................................57

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