las más positivas [María José VázquezLos <strong>derechos</strong>de las mujeresSegún Ban Ki-moon, secretario general de Naciones Unidas (ONU), "el estigma continúa siendo la barrera más importantepara la acción pública. Es la principal razón por la que tantas personas temen ir al médico para determinar si tienen laenfermedad o para buscar tratamiento en caso de que la padezcan. Contribuye a que el sida se convierta en un ‘asesinosilencioso’, porque las personas tienen miedo a la humillación social que puede provenir de hablar de ello o incluso detomar precauciones de fácil acceso. El estigma es una de las principales razones por las que la epidemia del sida continúadevastando las sociedades en todo el mundo”.La mayor parte de las veces, escuchamos las palabras ‘estigma’y ‘discriminación’ como parte de la misma frase y, enmuy raras ocasiones, hacemos el ejercicio de preguntarnos porqué van juntas, cuál es el proceso mediante el cual vienensiempre de la mano, cómo se vinculan. En realidad, ambosconceptos se suceden en un círculo que es necesario interrumpiry que no hace sino favorecer que se alimenten mutuamentey continúen presentes en las vidas de las personascon <strong>VIH</strong>.Parte de nuestras vidasNo es difícil entender los orígenes del estigma, sinembargo, es mucho más complejo trabajar para que éste dejede formar parte de nuestras vidas. La estigmatización es unaactitud, y en sí misma no siempre resulta en una acción, perola mayor parte de las veces conduce a la discriminación, y ésta,a su vez, es fuente de nueva estigmatización. El estigma asociadoal <strong>VIH</strong> no es estático, sino que cambia con el tiempo, amedida que varían los niveles de infección, el conocimiento dela enfermedad y la disponibilidad de tratamiento. Al principiose pensaba que, a medida que el conocimiento científico del<strong>VIH</strong> fuera avanzando y la infección se convirtiera en una enfermedadtratable, se produciría un cambio de actitud por lo querespecta a la reducción del estigma y la discriminación hacialas personas afectadas. Pero no ha sido así del todo. Hoy endía, sabemos mucho sobre la ciencia del<strong>VIH</strong>, sabemos cómo prevenir la infeccióny cómo tratar a las personas infectadas.No obstante, el estigma y la dis criminacióntodavía siguen estando presentes entodo el mundo, en mayor o menormedida, de manera más o menos per -ceptible.Las diversas estigmatizaciones queconvergen en las personas con <strong>VIH</strong> se vansuperponiendo unas a otras y se alimentanmutuamente. Así, por ejemplo, en lamayoría de las sociedades, las mujerestrabajadoras del sexo, o las que tienenuna vida sexual activa, han sido consideradas“mujeres malas”, y esa percepciónse ha trasladado también al <strong>VIH</strong>, dadoque se asimila la transmisión del virus a prácticas sexuales enlas que se supone que las “buenas mujeres” no deberían estarimplicadas. De este modo, el hecho de tener <strong>VIH</strong> es comoponer una etiqueta en la que se lee “sexualmente activa” y,por tanto, inaceptable dentro del rol que se asigna a las mujeres.Se vincula la infección a la noción socialmente rechazadade promiscuidad. Igual ocurre con el consumo de drogas, queañade una capa más de “desvalorización” a las mujeres, loque refuerza su estigmatización y, por consiguiente, aumentasu vulnerabilidad y la posibilidad de ser discriminadas. Almismo tiempo, como enfermedad potencialmente mortal o físicamentedeformadora, y al igual que la mayoría de infeccionesde transmisión sexual (ITS), el <strong>VIH</strong> tiene sus propias fuentesde estigmatización, que se transfieren, a su vez, al resto deáreas vitales de las personas que viven con el virus.El estigma y la discriminación que sufren las mujeres con<strong>VIH</strong> no tienen como único origen la infección, sino que confluyenmuchas otras corrientes que contribuyen a aumentar elcaudal de sufrimiento. La experiencia de los últimos años detrabajo para detener la epidemia ha demostrado que no esposible hacerlo sin afrontar los diversos aspectos de géneroque contribuyen a su expansión. Y tampoco es probable quecambien las actitudes estigmatizadoras y la discriminación sino trabajamos por la equidad de género y por la promoción delos <strong>derechos</strong> humanos y, concretamente, los <strong>derechos</strong> de lasmujeres.12] LMP42 >Primavera 2009
Pero aunque los <strong>derechos</strong> humanospueden ser el marco de referencia queacabe con la discriminación, no siemprees así, pues hay un aspecto de este trabajoque tiene que ver con nuestras propiasactitudes y creencias al respecto. Enel caso de la estigmatización, no es suficientecon este marco legal, pues estamoshablando de actitudes individuales,socialmente admitidas y promovidas; actitudesque nacen de convenciones socialesque hemos incorporado sindarnos cuenta muchas veces, y portanto sin que hayamos podido cuestionarlas.Por este motivo, no es probableque los cambios necesarios para interrumpirese ciclo se produzcan sólo através del razonamiento intelectual omediante la repetición de mensajes ypolíticas basados en ese debate, sinoque será necesaria una práctica personalrepetida y consciente basada en laempatía, el respeto y la solidaridad quesurgen de una visión humanitaria.Acción diariaEvidentemente, el marco de los <strong>derechos</strong>humanos es una perspectiva quetiene que estar presente, porque nosCada vez estoy másconvencida de queadoptar una actituddecidida paraimplementar cambiosorientados hacia unasociedad mejor nonecesariamente tieneque traducirse enluchar contra algo, sinoen trabajar a favorde algo.provee de una plataforma tanto deavance en el ámbito legal, de protecciónde los <strong>derechos</strong>, como de reconocimientode la humanidad que nos une atodos y todas y que contribuye al respetopropio y mutuo. Pero tendrá quevenir de la mano de la conciencia individualsobre lo que cada persona puedehacer desde su acción diaria, para queel mundo en general, y nuestras comunidadeslocales en particular, sean espaciosdonde las personas sean apreciadasen todas sus dimensiones.Cada vez estoy más convencida deque adoptar una actitud decidida paraimplementar cambios orientados haciauna sociedad mejor no necesariamentetiene que traducirse en luchar contraalgo, sino en trabajar a favor de algo.Podemos dejar de combatir contra ladiscriminación para empezar a trabajarpor un mundo donde el disfrute de los<strong>derechos</strong> esté al alcance de todas laspersonas.la cara culta [GehituPositiboa ala negatiboa?¿Cuál de las dos personas vive con <strong>VIH</strong>?‘Positiboa ala negatiboa?’ es una llamadaa la reflexión sobre los prejuicios y estereotiposque todavía rodean al <strong>VIH</strong>/sida.La exposición consta de 13 retratos de la fotógrafafrancesa Joëlle Dollé en los que cadaimagen nos sitúa ante una duda: ¿cuál delas dos personas retratadas vive con <strong>VIH</strong>?¿Importa realmente eso? Somos personas,con nuestras vidas, nuestros trabajos, nuestrasexperiencias vitales, nuestros conocimientos,nuestros sentimientos... eso es loimportante; que, por encima de estereotiposy prejuicios, seamos capaces de ver ala persona.La muestra fotográfica es fruto del trabajode tres asociaciones: Gehitu (Asociaciónde gays, lesbianas, transexuales y bisexualesdel País Vasco), AIDES y LGP Biarritz,y se ha convertido en uno de los proyectosque se enmarcan en el intenso trabajode cooperación transfronteriza que lastres organizaciones realizan, que cuenta conel campo de la prevención del <strong>VIH</strong> como unode sus principales referentes.Hasta la fecha, la exposición se ha podidover en París, Donostia y Biarritz, y seespera que, a lo largo de 2009, la muestrarecale en otras localidades a ambos ladosde la frontera.Más información sobre la exposicióny álbum de fotos:http://www.positiboaalanegatiboa.blogspot.com/http://picasaweb.google.es/gehituLMP42 >Primavera 2009[13